RESUMEN CAPÍTULO 5
"Donde se prosigue la narración de la desgracia de
nuestro caballero"
Tras haber sido apaleado por el mozo, don Quijote no
sabe qué hacer, pero entonces se acuerda de un
episodio parecido en una novela de caballerías y
comienza a revolcarse en la tierra y recitar los mismos
versos que dice el protagonista de dicha escena.
Mientras tanto, pasa un labrador que es un vecino suyo,
pero don Quijote lo confunde con un personaje de un
libro de caballerías, y sigue con su romance.
Su vecino lo reconoce como el señor Quijana y le quita la
armadura para ver si está herido. Lo levanta y lo lleva al
pueblo. Por todos los disparates que don Quijote sigue
diciendo, comienza a sospechar que ha perdido el juicio
y trata de corregirle cuando le dice que no es ninguno
de los personajes que cita y que él no es un caballero
andante sino el señor Quijana.
A esto le responde don Quijote: "Yo sé quién soy [...] y
sé que puedo ser no sólo los que he dicho, sino todos los
doce Pares de Francia, y aun todos los nueve de la Fama,
pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada
uno por sí hicieron, se aventajarán las mías".
Cuando el vecino lo trae a su casa, allí encuentra al
barbero, al cura, al ama y a la sobrina, quienes creen
que don Quijote se ha vuelto loco por leer tantos libros
de caballerías y que deben quemar sus libros. Don
Quijote les dice que viene mal herido (pero no le
encuentran heridas), por lo que lo llevan a su cama.
El vecino les cuenta el estado en que lo encontró y los
disparates que decía.