Las vísceras de pescado que los pescadores desechan al preparar los pescados para su venta están contaminando las fuentes hídricas y ecosistemas marinos. Una posible solución es pedirle a los pescadores y a las personas que reciben los pescados enteros que donen las vísceras para alimentar a los gatos, lo que beneficiaría a los gatos, las personas y la naturaleza.