2. “Puerta de la Sirena”
Castillo de Santiago (siglo XV)
Foto: Óscar Franco
En la imagen aparece la Puerta de la Sirena, portada monumen-
tal del Castillo de Santiago; es de destacar el elemento mítico (la
sirena de doble cola) que pertenece al imaginario simbólico de la
Casa Ducal de Medina Sidonia, el hada Melusina, un ser mítico de
naturaleza acuática que presidía –amparando bajo sus brazos los
escudos de la Casa Ducal- el acceso al interior del castillo y cuya
mirada apuntaba hacia el exterior del mismo, hacia la ribera, hacia
la orilla del Guadalquivir en su desembocadura, precisamente ha-
cia esa misma ribera que vería hacerse a la mar a los barcos de la
Expedición Magallanes-Elcano. Es un elemento característico del
Patrimonio Histórico y Artístico de Sanlúcar de Barrameda, repre-
sentativo del contexto cultural y cronológico (la transición de los
siglos XV a XVI) al que pertenece el horizonte de los grandes via-
jes oceánicos en el que se inserta la I Vuelta al Mundo (1519-1522).
3. In Medio Orbe
Sanlúcar de Barrameda y la I Vuelta al Mundo
Actas del I Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo,
celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
los días 26 y 27 de septiembre de 2016
5. C A R M E N J U R A D O T E J E R O // 121
D
CASTILLO DE SANTIAGO
Fortaleza ducal en la época de la circunnavegación
Carmen Jurado Tejero1
esde finales del siglo XV domina la
desembocadura del Guadalquivir el
perfil recortado del Castillo de Santiago.
Ordenada su construcción por el II Duque de
Medinasidonia D. Enrique Pérez de Guzmán
(c.a 1440-1492) para reactivar la defensa de la
villa de Sanlúcar, por encontrarse en ruinas el
antiguo alcázar ribat del siglo XI que la guar-
daba, el castillo presenta elementos constructi-
vos que hacen de él un ejemplo de transición
entre los inexpugnables castillos medievales y
los fuertes artillados de los siglos XVI y XVII.
Aunque no se tiene constancia exacta de la fe-
cha de inicio de las obras, podemos situarnos
en torno a 1468, año de la muerte del I Duque
D. Juan. El ya citado Enrique de Guzmán, ya
duque en la fecha que nos ocupa, fue uno de los
Titulares de la Casa que más empeño puso en
la construcción y reparación en lo que a arqui-
tectura militar se refiere. Con la muerte del Rey
Enrique IV de Trastámara (1425 – 1474) se abre
la brecha entre los partidarios de su hija Juana
y los de su hermana Isabel desencadenando una
guerra civil por la sucesión al Trono de Casti-
lla. Al ser Enrique hijo ilegítimo del I duque D.
Juan con Isabel Fonseca, queda a disposición
Real, pasando al bando de Isabel en 1473, he-
cho que le enfrenta a Rodrigo Ponce de León,
Marqués de Cádiz, partidario de Juana. A todo
esto hemos de sumar la promesa incumplida de
los Reyes al conceder el Maestrazgo de Santiago
(entonces en manos del Marqués de Villena) a
Alonso de Cárdenas en lugar de otorgarlo al de
- Fig. 1. Vista aérea del Castillo de Santiago. Foto A. Taboada
Medinasidonia como habían acordado a cam-
bio de unirse al partido de la reina, por lo que el
Duque hace su guerra particular contra los Re-
yes, siendo derrotado en Guadalcanal y manda-
do llamar a Sevilla donde tendrá un encuentro
con los monarcas. Consecuencia de estos acon-
tecimientos es el hecho de que la Reina visitase
los territorios del duque a fin de inspeccionar
puertos y armar flota para continuar la guerra
en Guinea contra portugueses y franceses.
Aquí su encuentro con el mar, según la tra-
dición local, desde la Torre del Homenaje del
Castillo en 1478. Tras ordenar preparación de
armada para el enfrentamiento naval, el 9 de
1
Historiadora del Arte.
6. 122 // E L C A S T I L L O D E S A N T I A G O , F O R TA L E Z A D U C A L E N L A É P O C A D E L A C I R C U N N A V E G A C I Ó N
enero de 1478 firma Concordia en Sevilla, dan-
do fin a la tensa situación que se había manteni-
do por ambas partes y jurando el duque que …
fará guerra por su mandado contra el adversa-
rio de Portugal e contra Doña Juana su sobrina
e contra todas las personas del mundo, sin ex-
cepción alguna, aunque sean reyes e de estirpe
real. Con toda probabilidad el castillo estaría
en pleno proceso de construcción, ya que se
dan varios factores para que una obra de esta
magnitud no se lleve a cabo en breve espacio de
tiempo. En primer lugar, la ausencia de canteras.
La piedra debía ser transportada bien en barcas
o en carros, por lo que la dificultad del traslado
era importante ya que el material debía proce-
der de canteras cercanas de Jerez, Puerto Real,
o San Cristóbal (Jerez, Puerto de Santa María).
Esto ligado a la dificultad en el traslado por in-
clemencias del tiempo que hacían los caminos
intransitables, amén de la propia localización
del Castillo sobre la barranca, hacían necesaria
la presencia de gran cantidad de operarios a pie
de obra. Sobre el cantero que diseña las trazas se
barajan dos nombres: Alonso Rodríguez, maes-
tro jerezano que encontramos trabajando en la
Catedral de Sevilla y en la de Salamanca; y Juan
de Acevedo, cantero de confianza del duque en
la fortificación de Gibraltar. Trabaja éste en la
fortaleza de Niebla, lo cual nos hace pensar que
lo hiciera también en el castillo de Santiago, por
ser parejas ambas construcciones y por aparecer
como cantero de la Casa Ducal a partir de 1495.
En uno de los vértices de la muralla que defen-
diera la villa de Sanlúcar en tiempos de Alonso
Pérez de Guzmán “El Bueno” a finales del siglo
XIII, se proyecta el castillo con sus 5000 metros
cuadrados de perímetro, planta cuadrangular
flanqueada por tres torres de planta cuadrada
y cerrando el recinto en la zona Norte el Aula
Maior y la Torre del Homenaje, esta última de
planta hexagonal. La fábrica de mampostería
con refuerzos angulares de sillería. Rodeando el
edificio, barrera artillera provista de troneras y
saeteras para albergar artillería y con alambor
en el exterior para soportar ataques artillados.
Conserva en el frente que abre al mar la por-
tada principal, llamada “de la Sirena”, que da
acceso al patio de armas a través de un arco de
medio punto. Dotada de una importante carga
iconográfica, un arco conopial alberga una si-
rena de doble cola y ésta a su vez, actúa de te-
nante de los escudos de Guzmán y Mendoza. En
los prismas que rematan el alfiz que enmarca la
puerta, aparece labrado el posible nombre de su
autor (Marinu de Neapoli), del que no se conoce
más producción. Justo a ambos lados del arco,
flanqueando el acceso encontramos el símbolo
personal del II Duque, las Segures, cuchillas pa-
readas y doblegadas que figuraban en la divisa
del duque: Las cosas más peligrosas conmigo
aseguran su peligro.
Los lienzos de muralla que rodean el patio de
armas siguen un esquema de alternancia de volú-
menes parejos: las torres de flanqueo se alternan
con baterías semicirculares adosadas al muro:
puestos de artillería dirigidos a las lizas a través
de saeteras en forma de cruz y orbe. En la parte
superior, los adarves que posibilitan el tránsito
hacia la azotea del Aula Maior a la que se acce-
día a través de rampas de compartimentación.
Al castillo se accedía a través de una puerta
situada en el tramo que lindaba con la Calle de
Comedias y al Carril de los Ángeles, accesible
tras un foso o cava para el que era necesario
puente levadizo, puerta que dio nombre al Cas-
tillo por haber existido en ella una imagen del
Apóstol Santiago desaparecida ya en el siglo
XVII. En la zona Norte encontramos el Aula
Maior, antesala o tránsito hacia la Torre del
Homenaje. Espacio de planta cuadrangular, ce-
rrada con cúpula semiesférica sobre pechinas,
conserva parte de las pinturas que decoraron el
interior de esta sala de audiencias en la que se
simuló una bóveda de crucería de la que sólo se
conservan los sillares y las segures de los carta-
bones amén de los arranques de los nervios que
cruzarían en el centro de la bóveda.
La decoración bajaría por el muro a fin de or-
namentar la sala. Coronada en su exterior con
una merlatura en forma de Flor de Lis dando a
este espacio cierto carácter palatino que contras-
ta con el resto del edificio. Tras ella, la Torre del
Homenaje. Último lugar defensivo del castillo.
De planta hexagonal y superando los 40 metros
de altura, se ha pensado que pudiera ser anterior
al siglo XV ya que responde a formas de época
almohade. No obstante, el aparejo que presenta,
el material y las marcas de cantero en los sillares
nos dicen que es contemporánea al resto de la
construcción. Su peculiar forma podría vincu-
larla a la Torre del Castillo de los Guzmanes de
Tarifa, de similar planta, en un alarde a la gesta
7. C A R M E N J U R A D O T E J E R O // 123
< Fig. 2. Grafitti byua el duq
(“viva el duque”).
Foto A. Taboada
del antecesor del duque y fundador del linaje, así
como mostrar lealtad a la Corona. Provista de
pozo de suministros que servía para abastecer la
torre, carece de letrinas y de aljibe, lo que indi-
ca que nunca sirvió de residencia salvo en casos
de peligro extremo. En el exterior la torre se en-
cuentra protegida por potente barrera artillera
con perfil el talud (alambor), en la que se abre
poterna sobre la barranca, conservándose los tres
cubos adosados a la muralla para albergar artille-
ría. Estos elementos hacen del castillo un ejemplo
de transición entre las fortalezas medievales casi
inexpugnables a los Baluartes y Fuertes artille-
ros de los siglos XVI y XVII. El hecho de haber
sido diseñado incorporando los avances milita-
res de su tiempo hizo que siguiera manteniendo
su función a comienzos del siglo XVI a pesar de
su estructura bajomedieval, ya que los “moder-
nos” sistemas de defensa que se incorporaron
en su construcción sirvió para hacer frente a los
ataques artillados. Muerto el II duque Don Enri-
que en 1492 y tomando posesión de sus estados
Juan de Guzmán, III Duque de Medinasidonia,
se terminan las obras del Castillo de Niebla don-
de intervienen maestros y albañiles musulmanes
blancos y de color. Con toda probabilidad, estos
operarios habrían trabajado también en la forta-
leza de Sanlúcar; como posible tracista tenemos
a Juan de Acevedo, que aparece en los libros de
contabilidad de la Casa a partir de 1495 como
cantero “de confianza” del duque, encargado
además de las obras del de Niebla.
Propietario de cinco barcos, muchos estu-
diosos piensan que Juan Alonso se reunió con
Colón para preparar el tercer viaje a las Indias,
dando incluso alojamiento en su casa antes de la
partida. No es así. Si bien el de Medinasidonia
avisa a los Reyes Católicos sobre armada que el
rey de Portugal está formando para …ir donde
descubrió el almirante Cristóbal Colón, nunca
tuvo contacto con el almirante; pese a rechazar
la orden recibida de formar armada, no puede
negarse a ir al encuentro de los portugueses y
secuestrar las carabelas de aguas de Andalucía.
Casado el duque con Isabel de Velasco, muere
ésta de parto en 1495. En este momento son
conocidas las relaciones de Juan Alonso con su
prima Leonor de Guzmán, para muchos consi-
deradas incestuosas, que darán como fruto dos
hijos, además de los legítimos tenidos con la pri-
mera esposa. En 1505, desde Bruselas es nom-
brado Capitán General de Andalucía por Juana
y Felipe. Fallece el 14 de julio de 1507.
La documentación que se recoge en los libros
de contabilidad es escasa y no parece que el
castillo tuviera otra función más que de cárcel.
Constan obras de reparación de los puentes de
madera sobre el foso. Aunque estuviera provisto
de artillería, aún no tenía función de arsenal del
Estado ducal, ya que las máquinas se destinaban
a armar los barcos y en consecuencia se termi-
naron guardando en las atarazanas situadas en
la ribera. Muerto el duque, hereda el primogé-
nito, IV Duque D. Enrique de Guzmán, hijo de
Juan de Guzmán y su primera mujer, Isabel de
Velasco. Casa el joven duque con María Girón,
y la hermana de éste con Pedro Girón, conde de
Ureña. En 1504 Fernando lo reclama en Sevilla a
fin de deshacer el matrimonio. Allí será retenido,
escapando luego con la ayuda de su cuñado hacia
Portugal primero y luego hacia África, donde se
le pierde la pista, quedando además los estados
del ducado “secuestrados” por la corona. Apare-
cerá en 1511 falleciendo en Osuna en 1513.
Muerto el joven duque sin descendencia tras
haber firmado concordato con los Girón, sus
estados son reclamados por su hermana Men-
cía, haciéndose llamar Pedro Girón duque de
8. 124 // E L C A S T I L L O D E S A N T I A G O , F O R TA L E Z A D U C A L E N L A É P O C A D E L A C I R C U N N A V E G A C I Ó N
Medinasidonia, tomando posesión de título y
Estados, intentando incluso conquistar Sanlúcar.
Tras varias cédulas impuestas por la Corona la
resolución fue favorable al legítimo heredero de
la Casa, Alonso de Guzmán, V duque de Me-
dinasidonia. En vistas al posible asedio que pu-
diera sufrir el Castillo se realizan reparaciones
plantando cinturón de arboledas junto a las mu-
rallas. Las reparaciones en el edificio son conti-
nuas. Recuperado el Estado, el V duque se casa
con Ana de Aragón, nieta de Fernando el Cató-
lico, pero al ser evidente la debilidad mental del
duque, Doña Ana de Aragón inicia relación con
su cuñado Juan Alonso. En 1516 muere Fernan-
do el Católico, momento que aprovecha Pedro
Girón para volver a reclamar el Ducado y apo-
derarse de nuevo de las posesiones de los duques
por segunda vez. Esta vez el castillo sí estuvo
a punto de entrar en combate como fortaleza,
pero no parece que el asunto llegara a más pues
no consta ataque alguno salvo alguna escaramu-
za callejera. Finalmente la Corona dio la razón
al legítimo heredero y se levantó el asedio. En
1517 ambos rivales vuelven a estar enfrentados
durante la Guerra de las Comunidades, al ser Gi-
rón partidario del bando de los Comuneros (aun
haciéndose llamar duque de Medinasidonia) y el
Guzmán del bando de Carlos I. Con este panora-
ma se decide poner el castillo a punto: se arregla
la sala de armas y se procede al inventariado de
las mismas (municiones y pólvora), también se
hace una “manta” para la artillería. En septiem-
bre de 1519 Hernando de Magallanes prepara
su flota en el puerto de Sanlúcar. Antonio Piga-
fetta, cronista del viaje, narra el momento de la
llegada de la expedición a Sanlúcar para efectuar
los preparativos antes de la partida:
Continuando el descenso del Betis, se pasa
cerca de Coria y algunas otras aldeas has-
ta San Lucar, castillo de propiedad del du-
que de Medinasidonia. Ahí es donde está el
puerto que da al océano a diez leguas del
cabo de San Vicente, en el grado 37 de la-
titud norte. De Sevilla a este puerto hay de
diecisiete a veinte leguas.
En el puerto sanluqueño se termina de avitua-
llar la flota compuesta por cinco naves: Trinidad,
Concepción, San Antonio, Victoria y Santiago.
Es de suponer que los oficiales fueron recibidos
por el duque y que el resto de la marinería estuvo
alojada en el castillo, desde donde fueron trasla-
/ Fig. 3. Segur. Símbolo personal del II Duque Enrique Pérez de
Guzmán. Aula Maior. Foto A. Taboada
dados a los barcos por los disturbios que provo-
caban hasta el momento de su partida el 20 de
septiembre de 1519. Tras tres años de travesía,
llega a Sanlúcar la Nao Victoria, al mando de
Juan Sebastián Elcano. Con él, 18 hombres de
los 237 que partieron. La torre del Homenaje del
Castillo de Santiago sería testigo de su llegada, el
6 de septiembre de 1522. En 1524 terminada la
guerra, se produce el traslado de la Capital de los
Estados de los Guzmanes de Sevilla a Sanlúcar,
entre otras cosas, motivado por la seguridad de
tener a mano la fortaleza sanluqueña en tiempos
difíciles. Es por esto que se siguen haciendo obras
en el castillo. Renovada la artillería, se arreglan
los pontones, puerta y mazmorra. Se contrata a
un artillero (Juan de Brujas) y se deja de meter la
artillería en las atarazanas para meter los tiros en
la fortaleza. Se hace habitual el reparo de cureñas,
lo que indica el carácter de arsenal de los duques
para todo su Estado. También se compra made-
ra con que hacer cajones para meter los bolaños
(pelotas de artillería). Al poco la artillería se hace
para el castillo, habilitando un torreón para me-
ter pólvora; también se construyen unas estancias
para el duque y tablados para la artillería, reorga-
nizándose ésta en 1550. Se reforma de nuevo el
puente levadizo, siempre en continua reparación,
hasta que se termina haciendo de nuevo en 1586.
Con la muerte del conde de Niebla Juan Cla-
ros, queda la Casa bajo el gobierno de su esposa
Doña Leonor Manrique de Sotomayor, que sa-
nea cuentas y afianzará estructuras de poder que
tendrá como consecuencia una intensa actividad
constructiva poniendo al día sus fortificaciones.
Así destina la cantidad de 867 maravedíes para
reparaciones en el Castillo de Santiago con la
ejecución de un cubo y la reparación de los de-
9. C A R M E N J U R A D O T E J E R O // 125
más ya que se había establecido un sistema de
comunicación entre distintos puestos de guardia
cercamos a Sanlúcar y la torre del homenaje del
castillo con el fin de emitir avisos con fogatas o
humaredas en caso de avistamiento de moros.
Se repara la merlatura flordelisada que corona-
ba el Aula Maior, además de hacer un pasadizo
que se hace en la esquina de la torre de las flores
de lises de la fortaleza desta villa para pasar al
baluarte del norte; siguen reparando murallas y
las tablas de artillería se convierten en terraplén.
En 1570 la campana que tocaba “a rebato” se
sustituye por otra nueva.
Se refuerzan las barbacanas con piedra proce-
dente de El Puntal y en 1579 se reparan almenas
que se habían caído. El uso del edificio termi-
naría siendo de presidio, aunque continuaba su
función de arsenal que prácticamente se manten-
drá hasta bien entrado el siglo XVII. En 1577 se
usa el patio como taller para hacer ruedas y cu-
reñas. La munición se guardaba en la Torre del
Homenaje por ser espacio menos húmedo. Tam-
bién se fabrican en el castillo tiendas que habrían
de usarse en caso de entrar en guerra con el Sur
de Portugal y cuatro garitas en las torres de flan-
queo para piezas grandes de artillería, quedando
en las barbacanas las piezas más pequeñas.
Arsenal de los Guzmanes y presidio, no tie-
ne el castillo este tiempo más guarnición que la
acostumbrada por la población al ser los pro-
pios vecinos de la villa quienes guarden la for-
taleza. En 1581 se decide alojar en el edificio
gente de galeras, decisión que no sería bien aco-
gida por la población por los continuos distur-
bios que ocasionaban. Continúan los refuerzos
de artillería en 1586 por posible ataque de los
/ Fig. 4. Puerta de la Sirena. Marinu De Neapoli [fecit]?
Foto A. Taboada
ingleses; se vuelve a equipar la artillería del cas-
tillo y se compran casas adosadas a la muralla
para derribarlas y reforzar el muro. No hubo
ataque inglés a Sanlúcar aunque sí se establece
guarnición que estaba a sueldo del Duque.
Si bien se siguió manteniendo la fortaleza a pun-
to hasta entrado el siglo XVII, pronto dejó te tener
protagonismo. Para hacer frente a posibles ataques
que se dieran desde el rio se levantan dos baluartes
en la ribera: Espíritu Santo (construido en 1588 y
rehabilitado en 1770) y el de San Salvador (1627).
La defensa que estos fuertes ejercían desde la pla-
ya provocó que la gran fortaleza quedara obsoleta
para tal fin. A tener en cuenta además es el hecho
de que el arrabal de la Ribera fuera ampliando sus
límites hasta quedar el castillo inserto dentro del
casco urbano desde donde era imposible realizar
cualquier tipo de maniobra defensiva. Así comien-
za un lento declive que tendría su momento más
grave en 1645, año de la expropiación al IX duque
D. Gaspar de Guzmán, dejando el castillo de ser
“fortaleza Ducal”. A partir de este momento, ya
sería propiedad de la Corona.
BIBLIOGRAFÍA
MORENO OLLERO, Antonio (1983): Sanlúcar de Barrameda a fines de
la Edad Media. Cádiz.
BARRANTES MALDONADO, Pedro (1998 reed.): Ilustraciones de la
Casa de Niebla. Cádiz. Universidad.
ÁLVAREZ DE TOLEDO, Luisa Isabel (2003): Casa de Medinasidonia.
De Juan de Guzmán a Gaspar de Guzmán (1492-1664). Sanlúcar
de Barrameda. Fundación Casa de Medina Sidonia.
DAHLMANN, Liliane Mª. (2003): El Castillo de Santiago y la Contienda
de los Reyes. Sanlúcar de Barrameda. Fundación Casa de Medina
Sidonia.
OCAÑA, Alberto (2007): El Castillo de Santiago. Cinco Siglos de His-
toria y Arquitectura de una Fortaleza. Cádiz.
VELÁZQUEZ GAZTELU, Juan Pedro (1994): Historia Antigua y Moder-
na de Sanlúcar de Barrameda. Volumen II: Historia Moderna: de
la Reconquista al Reinado de Fernando IV (1264 – 1760). Estudio
preliminar y transcripción de Manuel Romero Tallafigo. Sanlúcar
de Barrameda. ASEHA.
CRUZ ISIDORO, Fernando (2014): “La Defensa de la Frontera. La Re-
novación de la Arquitectura Militar en el Estado Territorial de la
Casa de Medinasidonia (Del II al VII Duque)”, en Laboratorio de
Arte 26, Sevilla, pp. 137-162.
FRESNADILLO GARCÍA, Rosario (1993): “Canteros, Cantería y Sim-
bología en el Castillo de Santiago”, en Estudios de Historia y de
Arqueología Medievales 9, Cádiz, pp. 131-160.
PIGAFETTA, Antonio: Primer Viaje Alrededor del Globo. 1519-1522. Edi-
cióndigitaldeBenitoCaetanoparalaFUNDACIÓNCIVILITER.Sevilla.