Primera (1ra) edición de ASAMBLEA el SUR señala el Norte.

1. ASAMBLEA
NOVIEMBRE 2014 N. 1
EL
SUR
SEÑALA EL NORTE
progresistas y de izquierda, un fuerte torren- te que enamore a su vez a las mayorías de nuestro país. En este sentido será nuestro papel: contribuir en la articulación de las di- versas iniciativas que en pro de la paz se desarrollan hoy en nuestro territorio; respal- dar los diálogos de paz y profundizarlos. Nos encontramos aquí para construir entre todos y todas una alternativa política que nos per- mita ser gobierno y poder que adelante los urgentes cambios que demanda nuestro país.
Impulsaremos de manera conjunta:
• Respaldo a la solución política, a los proce- sos de diálogo en curso y los que faltan por instalarse y a la construcción de una paz ci- mentada en la justicia social y en las visiones plurales de muchos y muchas.
• La necesidad urgente de un cese bilateral del fuego y el llamado a todos los actores para evitar la afectación de la población.
• El desarrollo de una verdadera reforma po- lítica que democratice el sistema político co- lombiano y que de reales garantías de parti- cipación a los movimientos políticos y socia- les alternativos en las diferentes instancias de decisión de los asuntos centrales de nues- tro país.
• La defensa y construcción de nuestro terri- torio, naturaleza y bienes comunes; promo- viendo las diversas concepciones que existen en el movimiento social y político y buscando su articulación.
• La defensa de la soberanía de nuestra na- ción para definir sobre nuestros aspectos económicos, políticos, culturales, ambienta- les y militares.
• Juntar las diversas luchas como paso indis- pensable para construir un bloque contun- dente, político, social y cultural que sea op- ción de poder. (Continúa pag 2)
1er ENCUENTRO DEL FRENTE AMPLIO POR LA PAZ
CONSTRUYENDO ESPERANZAS DE PAZ CON JUSTICIA SOCIAL
De manera entusiasta y con amplia participación, durante los días 14 y 15 de noviembre se reunieron en Bogotá los delegados al 1er encuentro del Frente Amplio por la Paz, quienes luego de la deliberación expidieron el siguiente comunicado:
Con inmensa alegría compartimos al conjunto de los colom- bianos y las colombianas que hemos desarrollado con total éxito el primer encuentro nacional del Frente amplio por la paz, la democracia y la justicia social, en medio de un espí- ritu unitario y plural, en el que las organizaciones políticas, sociales, ambientales, culturales, étnicas, nacionales y loca- les pusimos el conjunto de nuestros acumulados de movili- zación, organización y ejercicios de gobierno en función de encontrarnos para materializar el anhelo de paz y de cons- trucción de una alternativa de cambio.
En nuestro encuentro hemos tenido la alegría de contar la participación de delegados de Uruguay, Ecuador, Bolivia y Brasil así como del Foro de Sao Paulo, quienes nos han compartido su experiencia unitaria que les ha permitido lle- gar a ser gobierno y adelantar cambios significativos en sus países. De seguro su importante trayectoria y respaldo lati- noamericano nos brindará significativos aportes en el unita- rio camino que hoy retomamos con renovada energía, al que ellos hoy también nos convocan.
Los colombianos y colombianas asistimos a un momento excepcional que puede abrir el camino de cambios históri- cos. El proceso de paz entre las FARC- EP y el gobierno na- cional en La Habana, Cuba, debe ampliarse al diálogo con el ELN y demás insurgencias.
La paz que reclama la gente requiere de cambios y refor- mas sociales para romper la injusticia y la insultante de- sigualdad; una apertura democrática que reconozca nuevos derechos y asegure los existentes. Por el contrario, la acti- tud del gobierno es incoherente frente al proceso de diálogo y los pre acuerdos en La Habana: agenda legislativa, ley de baldíos, desconocimiento de consultas previas y titulación colectiva, y ampliación del fuero militar van en contra vía de un acuerdo de paz y desconocen lo acordado con las or- ganizaciones sociales y populares. Igual preocupación nos mereces aquellos enemigos de la paz, que desde adentro y fuera del gobierno, se encuentran a la ofensiva para boico- tear el proceso.
¿Para qué el Frente Amplio por la Paz?
Quienes confluimos en el Frente amplio por la paz, la democracia y la justicia social creemos que la paz de- mocrática será posible mediante la más amplia con- fluencia de todos los sectores democráticos,

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• Trabajar para que la construcción del Frente amplio permita tender los puentes para que todos los sectores partici- pes de él, afrontemos de forma unitaria las elecciones de 2015.
• La posibilidad de un proceso de asamblea nacional constituyente está en el horizonte de reflexión de la sociedad colombiana en su conjunto. Estamos construyendo una ruta propia desde el movimiento popular para llegar a este momento. El camino hacia la paz, requiere, mientras tanto, de un decidido y vigoroso movimiento social por la paz, al cual convocamos a todos los sectores políticos y sociales del país.
• Trabajar conjuntamente por que el año 2015 sea el año de la movilización social y política por la paz por la paz, iniciando desde el diciembre 2014 con la Gran cumbre de convergencia por la paz, el Congreso constituyente por la paz del 9 de abril del 2015, la construcción de los frentes amplios departamentales en todo el país de cara a la reali- zación del Segundo encuentro nacional del frente amplio para el mes de mayo, así como las demás que desde las regiones y sectores sociales se desarrollen.
¿Y el frente cómo?
Hemos coincidido en aprender de nuestras experiencias pasadas, tanto de nuestros aciertos como errores; y de construir sobre la base de la unidad en la diversidad, haciendo de esta nuestra máxima potencia y no la mayor debi- lidad, y superar esquemas que nos han conducido al inmovilismo, el desencuentro y la fragmentación.
De igual forma hemos coincidido en que esta experiencia unitaria debe tener como centro las bases, promoviendo el encuentro local, regional para de esta forma construir una verdadera perspectiva nacional.
Este Frente amplio deberá seguir construyéndose de la mano de la movilización social y popular, a partir de prácticas incluyentes, del reconocimiento de la diversidad y las distintas maneras de hacer, desde el trabajo permanente, la ética y el cambio de las prácticas de hacer la política.
Somos sumatoria de acciones, voluntades, convicciones y disposición. Un espacio abierto y convocante, producto de nuestras deliberaciones y coincidencias como proceso regionales, indígenas, agrarios, afrocolombianos, sindicales, de la diversidad sexual, las nuevas ciudadanías, estudiantiles, magisteriales, urbanos, de la cultura, de las organizacio- nes locales; así como desde las dinámicas nacionales participantes de la convocatoria de este primer encuentro.
Hacemos un llamado al diálogo con el país e invitamos a seguir construyendo el Frente amplio por la paz, con todos los actores de la sociedad para dar a conocer las propuestas que sustentan la necesidad de la unidad para luchar por una paz justa democrática e incluyente que abra la vía a la construcción de la justicia social y entregue a la gente el protagonismo indispensable para modelar la nueva Colombia.
Salimos con la certeza de que nuestra potente unidad en la diversidad nos permitirá alcanzar los sueños de la paz y la reconciliación de nuestro país, así como el ejercicio que nos permita construir una Colombia soberana digna y real- mente democrática.
Bogotá, Noviembre 15 de 2014
RECUPERANDO NUESTRAS FUENTES DE VIDA
En el año 2008 un grupo de activistas del Centro Experimental Juvenil dio inicio a las tareas de recuperación del Humedal de la Libélula, en el costado norte del Portal del Tunal, uno de los más importantes cuerpos de vida que integran la cuenca del Rio Tunjuelito. Con mucho tesón y valentía enfrenta- ron a los invasores que pretendían aprovechar la desidia y abandono oficial, que condujo a que este se hubiera convertido en un potrero lleno de basuras, contaminación, escombros e inseguridad; el trabajo liderado por JHON FREDDY GONZALEZ y su equipo permitió en poco tiempo la limpieza del lugar, la vuelta a conformar el espejo de agua y el regreso de las aves migrato- rias que otrora habían sido características de esta fuente de vida.
Hoy, ya restablecida la capacidad de amortiguación del cuerpo hídrico, se
enfrentan a nuevos retos ante la indolencia de la Empresa de Acueducto de Bogotá que se niega a realizar las obras de conservación alegando formales problemas de reconocimiento legal, e incluso atentando contra su existencia. Acompañados de indígenas, campesinos y abuelos, los jóvenes adelantan la siembra de árboles intentando la recuperación de la capacidad de nutrientes del suelo que los desecadores interesados en invadir para lotear y defraudar a los necesitados de vivienda, aniqui- laron al rellenar de escombros y basuras.
Las tinguas, los patos, la naturaleza ha empezado a repoblar esta área que hace parte de la ronda del Rio Tunjuelo, trayendo para la comuni- dad habitante de nuestro territorio, que poco a poco, pero con firmeza avanza en la descontaminación del eje ordenador ambiental, mejora- miento de la calidad de vida y defensa de la vida que se perdió por la acción depredadora de las multinacionales explotadoras de la riqueza minera de gravas, areniscas, arcillas; de quienes se apropiaron de la ronda dé nuestro Río para lanzar a la población pobre sobre zonas de inundaciones y deslizamientos; y la infame acción de quienes quisieron convertir nuestro territorio en un gran basurero, sin importar que los pobladores tuviéramos que convivir con los malos olores, las enfermedades, la insalubridad, todo para enriquecerse sumiendo en la mi- seria a pobladores, obreros, campesinos, desplazados signados por las condiciones de violencia e inequidad de nuestra patria. -2

3. El Consejo de Estado decidió en sentencia proferida el martes 25 de noviembre confirmar la condena por los graves daños de contami- nación y afectación a la salud de los pobladores de zonas aledañas al relleno Doña Juana. La sala plena admitió el incidente de impacto fiscal presentado por la Procuraduría, y la propuesta que le hizo el Distrito de pagar el monto total de la condena así: un 50 por ciento, es decir, 113.500 millones de pesos, con la reserva presupuestal del 2014, y los 113.500 millones restantes, con cargo al presupuesto del 2015.
Esta decisión se da luego de que la Administración Distrital interpu- so este recurso ante el Consejo de Estado, con el argumento de que el pago de la multa que inicialmente se ordena girar en una sola cuota y en el término de 10 días iba en detrimento de las arcas del Distrito.
Esta decisión se produce quince años después de la emergencia sa- nitaria vivida por Bogotá el 27 de septiembre de 1997 cuando se pro- dujo un movimiento causado por la acumulación de lixiviados y gases dentro de la masa del relleno. Dicha acumulación incrementó la presión al interior del relleno. El deslizamiento terminó su reco- rrido, taponando con cerca de 500 mil toneladas de basura al cauce del río Tunjuelito. En total se desacomodan por lo menos 3 millones de toneladas de basura.
El siguiente es el comunicado:
El Consejo de Estado aprobó el incidente de impacto fiscal presentado por la Procuraduría General de la Nación en el caso de la sentencia que condenó al Distrito de Bogotá a pagar más de 227 mil millones de pesos a por lo menos dos mil personas que se vieron afectadas por el derrumbe del relleno sanitario Doña Juana el 26 de septiembre de 1997.
La Sala Plena decidió acoger la propuesta presentada por el Distrito Capital para pagar el monto total de la condena impuesta, la cual consiste en cancelar el primer 50 por ciento con una reserva presu- puestal del 2014 y el otro 50 por ciento con cargo al presupuesto del 2015.
De esta manera, el Distrito ya no tendrá que pagar los 227 mil millo- nes de pesos en un término de 10 días como inicialmente ordenaba la sentencia proferida por la Sección Tercera en noviembre de 2012.
El Consejo de Estado condenó al Distrito por el deslizamiento de un millón doscientas mil toneladas de basura que cubrieron dos colinas y 15 hectáreas de terreno y produjo el bloqueo y la contaminación del río Tunjuelo, lo cual ocasionó afectaciones respiratorias, infecciones en la piel, alergias, diarrea y vómito a los habitantes de las zonas ale- dañas.
La gravedad de la catástrofe ambiental se debió a la clase de residuos tóxicos que quedaron expuestos: orgánicos (sangre, tejidos de piel y órganos), químicos (material radioactivo y medicamentos) e indus- triales (generados por curtiembres, plomo, mercurio, etc). Así mis- mo, con posterioridad al derrumbe se desataron plagas y los alimen- tos comenzaron a descomponerse con gran rapidez.
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COMFIRMADA SENTENCIA QUE ORDENA INDEMNIZACION POR DERRUMBE DE DOÑA JUANA
Así se veía la zona dos del relleno sanitario Doña Juana un día después del derrumbe de 800 mil toneladas de basura el 27 de septiembre de 1997 Archivo - El Espectador

4. IMPORTANTE ACCION DE LA ALCALDIA LOCAL SOBRE PLAZAS DE MERCADO
La Alcaldía de la zona sexta ha desarrollado una excelente labor en las plazas de mercado de San Benito, San Carlos y El Carmen, que hacen parte de la red pública del Distrito, y la plaza de Tunjuelito, que aunque privada, surte de alimentos a un inmenso sector de los barrios Tunjuelito y Abraham Lincoln. Estas tareas tienen como objetivo mejorar las condiciones de los comerciantes de plaza, reducir la intermediación para abaratar los costos de los alimentos y mejorar las condiciones de salubridad para beneficiar el manejo y consu- mo.
Liderada la acción por la funcionaria FLORALBA RIVERA, en los últimos días se ha visto como se aplican los protocolos necesarios para alcanzar el objetivo buscado y se mejoran las condiciones de vida y trabajo de los comerciantes como la atención de los consu- midores, desarrollado actividades de embellecimiento de locales, combate de plagas y medidas sanitarias y reducción de precios en beneficio de la comunidad.
EL 35% DE LOS TRABAJADORES COLOMBIANOS GANA MENOS DE UN SALARIO MÍNIMO
Un poco más de 6 millones de colombianos gana menos de un salario mínimo al mes. Es decir que por cada trabajador que recibe un básico mensual, hay 3 que ganan menos de ese salario.
Un poco más de seis millones de colombianos, el equivalente a la tercera parte de la población que estadísticamente tiene hoy en día un trabajo legal en el país, estimada en 17 millones
500 mil personas, gana menos de un salario mínimo al mes. Por cada trabajador que recibe un básico mensual, hay tres que ganan menos de un salario básico, señaló el Banco de la República.
Apenas el 32% de los colombianos que trabajan, tiene condi- ciones de trabajo decente.
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5. LA LABOR DEL CENTRO EXPERIMENTAL JUVENIL
Con el liderazgo de JHON FREDDY GONZALEZ esta organización transforma el territorio y pro- mueve una mejor calidad de
Mi respiración es agitada, sudo y se calienta mi sangre, mi movimiento es como una danza: inclino mi cuerpo, danzo con el azadón, cuando subo cálculo el golpe y cuando bajo lo hago con fuerza y con esmero, es una tarea agotadora, sin embargo, el viento sopla como alentándome, fuerte- mente, cálidamente, llamando las nubes. Es como volar, relajarse, conec- tarse con el suelo, una fusión entre el hombre, la herramienta y el suelo, es como regresar a la naturaleza.
Levanto la mirada del suelo con el pedazo de raíces de pasto Kicuyo en mis manos, retirándolo y dejándolo sobre el suelo alrededor de un círculo para sembrar un árbol, Aliso, Magnolio, Bejuco, y muchos otros propios del lugar, del territorio. Al levantar la cabeza veo la gente trabajar, unos y unas abriendo otros círculos para sembrar más árboles. Otros y otras per- sonas revisando la pequeña huerta que es nuestra excusa didáctica. Otros y otras personas trayendo hidratación: el guadañador se alegra, se quita la careta y apresurado bebe líquido.
Ya cuando estamos terminando y como en muchas Mingas, e inmediatamente después del grito de ¡Ya está el almuerzo ¡ suena el cielo avisándonos que viene la lluvia, como pidiendo permiso para su trabajo, pues nosotros ya habíamos hecho el nuestro en el Humedal La Libélula y en el Centro Experimental Juvenil.
De esto y de muchas cosas más, es trabajar en la recuperación del Humedal La Libélula, que es un pantano, humedal y meandro ubicado en el sur de Bogotá, no es el último sino uno de los últimos de una cadena de colchones de agua pertenecientes al río Tunjuelo que co- necta las líneas imaginarias de Ciudad Bolívar y Tunjuelito cerca de la internacional Av. Boyacá.
Se llama Humedal La Libélula, porque así se le puso mientras trabajábamos. No es un capricho ONGero, ni un convenio con una insti- tución del estado como el Acueducto o la CAR. Se trata de un nombre legítimo, quiero decir legitimo porque así le puso la comunidad que lo camina, lo siembra y lo defiende. Es a partir de la legitimidad que se genera el conocimiento para nombrar las cosas, es decir, se trata de haber visto libélulas que habitan en el Humedal, porque no podríamos llamarlo el humedal del Elefante, de la luciérnaga o del Chichicuilote, porque no los hemos visto en ese lugar, sería una mentira, una falsedad nombrarlo de esa manera.
Se nombra Humedal La Libélula porque mientras trabajamos en él hemos visto libélulas que se posan sobre las plantas de higuerilla, sobre el suelo, sobre los árboles que hemos sembrado, incluso sobre nuestros azadones; son esquivas pero las vemos con cierta regulari- dad. Así mismo vemos culebras, ranas, lombrices y gusanos, gaviotas, gavilanes, lechuzas, patos y tinguas que han empezado a recono- cer su hogar que está cobrando vida.
Creo que la legitimidad que genera conocer y caminar un territorio es muy valiosa, pues no es posible tenerla solamente en simposios, conversatorios, encuentros, y menos cuando hay gente que se asume como eruditos, grandes pensadores y analistas del Tunjuelo, ha- blando de él sin siquiera caminarlo, sin siquiera conocerlo, sin siquiera sentirlo, sin olerlo, sin saborearlo, sin haberlo recorrido como lo hacemos nosotros en balsas artesanales, sintiendo sus bravuras como las sentimos cuando naufragamos. No compartimos con esa gente, porque tenemos una ética, una política y una ideología que respaldamos con las acciones intentando que en gran medida sean coheren- tes con lo que pensamos y decimos.
Por favor, grandes señores y pensadores del Tunjuelo, camínenlo, navéguenlo, escúchenlo, tiene mucho que decir, es un río que cultiva su propia huerta con gran esmero, que lleva vida y la reparte sobre su rivera, que con agrado exhibe su Ají, su Quinua, su Uchuva, sus Calabazas, sus árboles de Sauco y sus hermosas Higuerillas. (Continúa pág 6)
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6. (Viene pág 5)
No sigan hablando de lo que no conocen, primero avancen sobre el conocimiento del territorio, desde lo que significa percibirlo con el tacto al caminarlo, con el olor de sus aguas, el sonido de los gavilanes, la vista de sus paisajes, el sabor de sus frutos. Tunjuelo: lugar de contrastes, colores y diversas manifestaciones de la vida después de la destrucción.
Así, hacemos lo que pensamos, agudizamos la observación, de tal manera que descubrimos e interpretamos cómo era la vida en el Tun- juelo antes de los invasores. Queremos desenterrar nuestra historia del suelo, darle vida, sembrar el futuro descubriendo el pasado. Re- nacer pero descubriendo lo propio, descubriendo eslabones perdidos del gran territorio Muisca, que nos permitan re-hacerlo de la ma- nera más similar a como era, reconociendo la importancia de los avances hechos por la ciencia y la tecnología de occidente, escogiendo lo que nos sirve de esto, y lo que no.
Estamos descubriendo el agua tibia, lo que todo el mundo conoce, pero que pocos hacen, que muchos nombran pero pocos hacen, des- cubrir lo hermoso de lo pequeño, de sembrar la tierra, como elemento principal de la vida, no queremos el poder político, el poder es no poder, no poder gobernarse, no poder pensarse, no hacerse seres humanos, en cambio nosotros lo ejercemos, lo construimos desde aba- jo, convencidos de los saberes y conocimientos de nuestras gentes.
No pensamos en el poder político, somos poder político, no queremos tomarlo a la fuerza, ya ha habido mucha sangre, mucho dolor, disentimos de esas estrategias para darle paso a los colores y a los cantos, a la voz y a la vida.
Vamos avanzando como gentes del Tunjuelo, como guardianes de la Libélula, como hijos del planeta, hacia una utopía planeada y expe- rimentada desde el hacer, desde lo cotidiano, somos la utopía diariamente en nuestras vidas. De esta manera cuando la guerra por la dignidad, la libertad y la vida la ganemos, no tendremos miedo de afrontar el triunfo, en vivir diferente, porque hemos construido un camino: ya hemos transformado el mundo desde lo que somos.
Disponemos entonces el mensaje de las gentes del Tunjuelo y la Libélula, que consiste en construir ese camino, en que la humanidad se humanice, no solo con la telaraña del discurso, sino con los objetos y acciones que lo permitan, objetos con espíritu y dispuestos para darle vida a la vida; el mensaje del generador Eólico, de las bici máquinas, de los fogones de aserrín, del Humus de lombriz, del papel de pasto, del azadón, de la pica, de la pala, del rastrillo, del abre-bocados, del palín, del costal, del horno de ladrillo, de las semillas de todas las plantas de todo el planeta, de la coca y el ambil, de los escombros reutilizados, de las ventanas con tabla y botella reciclada, de los baños secos Ese es el mensaje que a diario damos en el Humedal La Libélula y en el Centro Experimental Juvenil de la mano con el Pro- ceso Popular Asamblea Sur con todos estos objetos y acciones que nos acompañan hace más de 9 años.

7. EDITORIAL
CAMINANDO TAMBIEN SE CONSTRUYE LA UNIDAD
Compartimos hoy una nueva herramienta para el desarrollo de nuestros diferentes trabajos en defensa de los derechos de las co- munidades populares, ASAMBLEA el SUR señala el Norte es nues- tro espacio de comunicación para facilitar el tejido de la palabra con nuestros compañeros de trabajo y con todos aquellos que comparten estas actividades de lucha en defensa del derecho a la vida, al ambiente sano, a la salud, a la educación, al trabajo, a la dignidad, a la justicia, a la vivienda, al trato en condiciones de igualdad, a la participación , a la democracia, en fin, todos los de- rechos históricamente negados a los más pobre de Colombia.
Este escenario de comunicación que llegará de manera física y virtual, quiere continuar nuestras conversas dándoles un mayor alcance y participación, compartir el conocimiento popular, el de nuestros ancestros, nuestros abuelos, y dirigirlo hacia las nuevas
generaciones, para que nunca olvidemos que por culpa de la irra- cional explotación de nuestra riqueza minera de gravas, gravillas, arenas, areniscas, gredas, arcillas y demás elemento con que nos premió la naturaleza, la acción depredadora de las transnacionales nos condujo a deslizamientos, inundaciones, pérdida de la confor- mación natural de nuestro territorio Tunjuelo.
La instalación del basurero Doña Juana trajo consigo el desplaza- miento de nuestros campesinos, la contaminación de los cultivos, los malos olores, las enfermedades y todos esos daños que hicie- ron más difícil nuestra vida.
Otra tarea que desde aquí queremos abordar es la de servir de instrumento para convocar a todos aquellos compañeros que han compartido este objetivo, pero que por razones del trabajo, de diferencias conceptuales o simplemente porque la vida los condu- jo por otros rumbos, A ellos les queremos invitar a construir la unidad en la lucha popular, presentando con ahínco sus propues- tas, defendiéndolas con espíritu constructivo para alcanzar los acuerdos que fortalezcan la lucha para mejorar las condiciones de vida de la población y resolver de manera definitiva la inequidad social.
(Viene pág 8)
Puedo escribir un libro sobre este río y su localidad, este río es el único que tenemos y lo queremos. Es cierto que huele a podrido a veces y que está enfermo, pero fue caudaloso y limpio. Por él navegaron con sus turmas, hibias, maíz y más productos para el trueque o con sus familias para los festejos, para rendir homenaje a (Chia) la Luna, a (Sua) el Sol y (Bachué) la Madre, nuestros antepasados Muiscas y buscando un mejor lugar para vivir. En los años veinte se llamó “paseo de olla” con ajiaco, (en esa época había para el pollito) con guitarras, tiples y bandolas, bailabanse bambucos, pasillos, se recitaba poesía, José Asunción Silva, Julio Flores y hasta la virgen de Chiquinquirá estuvieron por aquí.
Nuestros antepasados indígenas fueron respetuosos de la naturaleza y nos legaron la riqueza de sus ríos y su tierra. El viejo Bucanero cree que en cuestión de medio ambiente vamos como los cangrejos.
Luis Ortiz Guzmán
El Viejo Bucanero
En Isla del Sol

8. EL VIEJO BUCANERO HABLA DEL PASADO, PRESENTE Y FUTURO DEL RÍO TUNJUELO
BITÁCORA DE UN VIAJERO POR EL TUNJUELO
El viejo bucanero emprende un nuevo viaje por el río, como dijo Cicerón en sus Diálogos: “vejez funesta; subí la cumbre y bajo ya la cuesta”. Me piden subir a las barcas, pero voy con ellos en espíritu; en el puente de San Benito, frente a los nuevos jarillones de concreto, varilla y piedra cuya extensión es de casi un kilómetro, nos empezamos a juntar los in- teresados en la expedición. Ya se han hecho presentes los medios de co- municación, periodistas de la radio, prensa y televisión, la defensa civil hace presencia con doce o más personas, estudiantes de varias universi- dades de los cuales una bella chica se me acerca y me dice: “Bucanero, yo lo escuché leer poesía social en mi universidad”.
Estas manifestaciones de cariño hacen feliz a un poeta; los indígenas también hacen presencia y hay mucho movimiento hacia uno y otro lado del puente, los curiosos preguntan de qué se trata. Se partirá a las nueve y treinta de la mañana, el sol recorre un cielo despe- jado y totalmente azul.
Las seis barcarolas construidas con responsabilidad y lúdico cariño por los jóvenes aventureros del Centro Experimental Juvenil, están a punto de partir. Fueron confeccionadas con planchones de buena madera, listones y bidones plásticos capaces de resistir casi una tone- lada de peso, van pintadas para la ocasión, la guía lleva un tunjo dorado de más de un metro de altura, otras portan cráneos secos de res con grandes cuernos y muchos adornos más del folklore colombiano. El personaje más “piloso” de este viaje es un muchacho imberbe, casi un niño, es muy ágil y se comporta como un hombre de carácter recio; va, viene, brinca recoge cables, carga maderos al hombro y lleva el gran bidón con chicha que el chamán y su hija la princesa indígena han preparado para la ocasión; ¡qué maravilloso fue recordar mi niñez en el río Sarabita con mis amiguitos de infancia, gracias a este pequeño Tom Sawyer del río Tunjuelo!. Ha llegado la hora de leer mi primer poema y el chamán o mamo con sus collares y su corona de plumas, inicia el ritual de bendecir el río y rogar al sol por la vida y el buen tiempo, toma algo de yagé, un buen vaso de chicha, toca el tambor para llamar a los dioses y en compañía de su hija colo- can el pebetero con esencias que esparcen su aroma al viento; formamos un círculo al rededor del pebetero y mientras nos purificamos, él reza la oración al Dios (Sua) Sol y los Xequenes (Sacerdotes) y a (Chia) la Luna.
Arrancan y corremos al otro lado del puente para ver cuál de las barcas pasa en primer lugar; suben, reman, sudan, reman nerviosos, suben, nosotros corremos por las orillas y llegamos a al Pantano la Libélula, a orillas del río Tunjuelo. ¡vengan siéntense junto a los ami- gos, al joven bogotano de hoy, visualicen en el recuerdo a los bogotanos de antaño, vean cómo los grandes pintores de la sabana mon- tan sus caballetes, sacan sus tubos de mil colores y tarros repletos de pinceles de todos los tamaños y pintan extasiados esa alfombra sabanera gigantesca sembrada de lindas flores de verbena, de tote y de batatilla, con perdices corriendo a calentar sus huevecillos entre la hierba fresca, torcazas, tinguas, tórtolas y entre el trigal, el cebadal y el eucaliptal toches, gorriones, mirlos y chirlobillos, las vacas haciendo cabriolas. Todas estas obras de Epifanio Garay, de páramo y demás pintores de la sabana reposan en los museos o en las pági- nas de la revista Cromos y uno se pregunta en qué momento nos convertimos en un pueblo indolente con nuestro río del cual dijo el científico francés Eduardo André: “que en el paraje conocido por Barranquillas se veía en medio de un gran cause el río Tunjuelo que pro- veía a los bogotanos de pescado gubio, guapucha, cangrejo y capitán”. Y en el cual descargamos todas nuestras miserias, hoy en invierno vemos cómo arrastra sillones, ropas, perros, ratas, niños ahogados y hasta seres humanos asesinados en las sombras. Casi sin darnos cuenta corrompimos sus aguas, hollamos sus flores, derrumbamos los sauces llorones, contaminamos sus aires puros, los hombres con sus escopetas exterminaron las aves que alegraban la vida de la sabana, la minería mal explotada y muchos más errores tienen agoni- zando a nuestro río. ¡salvemoslo!
Los jóvenes grumetes toman bríos y vuelven a levar anclas, las naves suben con sangre nueva y noble, vidas que quieren cambios, vidas que esperan que la ciudad se humanice y cambie. Ellos van a impregnarse del olor a podrido del río, a sudar, a remar río arriba, a remar, el Bucanero va con ellos en espíritu. Pasaremos por el Nuevo Muzú, por el Rincón de Venecia, hasta arribar a mi amada Isla del Sol, de gentes laboriosas, con sus zapaterías, el olor a thiner, a pegante, a cuero, badana y caucho, los materiales con los que el Tony fabricó mis zapatos suavecitos “guantes para los pies”. (Continúa pág 7)