El capítulo describe cómo Londres fue pionera en crear una administración municipal que coordinó servicios urbanos modernos. Sin embargo, actualmente los londinenses no tienen voz en los asuntos de su ciudad y la calidad de vida ha disminuido. A pesar de su riqueza, Londres tiene algunos de los distritos más pobres del país. Para mejorar, Londres necesita crear comunidades sostenibles que integren la vivienda y el transporte público gratuito para reducir el tráfico y la contaminación.