En los años 90, cuando una persona decidía dejar su trabajo para crear su propia empresa, la mayoría de opiniones que recibía no eran muy alentadoras y lo que más le comentaban era ‘¿Estás seguro?’ Hoy en día, la palabra emprendedor se ha normalizado aunque a veces, demasiado. Con perspectiva, se puede afirmar que hemos avanzado, aunque necesitamos mejorar.