MIINISTERIO DE EDUCACIÓN prueba-diagnostica-lectura TERCERO DE SECUNDARIA
Arte Paleocristiano
1. I.E.S. VELA ZANETTI
RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA
EL ARTE PALEOCRISTIANO
El arte paleocristiano es el estilo artístico que se desarrolla durante los cinco primeros
siglos de nuestra era, desde la aparición del cristianismo durante la dominación
romana, hasta la invasión de los
pueblos bárbaros y la caída del
Imperio Romano de Occidente,
aunque en Oriente tiene su
continuación, tras la escisión del
Imperio, en el llamado arte
bizantino. Por tanto, el arte
paleocristiano es el nexo de unión
entre la Antigüedad Clásica y a la
Edad Media Cristiana.
El arte llamado paleocristiano surge y se desarrolla, fundamentalmente, en el
marco de la cultura romana. En Occidente, Roma es el centro y símbolo de la
cristiandad, por lo que en ella se producen las primeras manifestaciones artísticas de los
primitivos cristianos o paleocristianos, recibiendo un gran influjo del arte romano tanto
en la arquitectura como en las artes figurativas. A pesar de ello su temática es
estrictamente cristiana.
Lo mismo que la historia del cristianismo en sus primeros momentos, en el arte
se distinguen dos etapas, separadas por la promulgación del Edicto de Milán por
Constantino en el año 313, otorgando a los cristianos plenos derechos de manifestación
pública de sus creencias. Así pues se pasa de un arte típico de comunidades pobres y
semiclandestinas a un arte monumental y rico, impulsado y protegido por las propias
autoridades.
> 313 MILÁN < > 380 TESALÓNICA <
CRISTIANISMO PERSEGUIDO LIBERTAD RELIGIOSA CRISTIANISMO OFICIAL
Más info: http://www.slideshare.net/tomperez/arte-paleocristiano-171139
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2. I.E.S. VELA ZANETTI
RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA
ARQUITECTURA PALEOCRISTIANA
Hasta el año 313, la celebración del rito cristiano se realizaba en las Domus
Ecclesiae, es decir, las casas particulares de patricios romanos convertidos, por lo que
el arte edificador de los cristianos se centró en la excavación de las catacumbas y el
reforzamiento de sus estructuras. Éstas eran cementerios
romanos, excavados, en un principio, en los jardines de
algunas casas de patricias cristianas, como las de Domitila y
Priscila en Roma.
Más tarde en el siglo V, y ante el aumento de creyentes,
estos cementerios se hicieron insuficientes adquiriendo
terrenos en las afueras de las urbes donde surgen los
cementerios públicos, en los que se excavan sucesivos pisos
formando las características catacumbas que ahora
conocemos.
La primera vez que se aplicó el término
catacumba es a la de San Sebastián en Roma. El
cementerio o catacumba se organiza en varias
partes: estrechas galerías (ambulacrum) con nichos
longitudinales (loculi) en las paredes para el
enterramiento de los cadáveres. En algunos
enterramientos se destacaba la notabilidad de la
persona enterrada, cobijando su tumba bajo un arco
semicircular (arcosolium).
En el siglo IV en el cruce de
las galerías o en los finales de las
mismas se abrieron unos
ensanchamientos (cubiculum) para
la realización de algunas ceremonias
litúrgicas. Las catacumbas se
completaban al exterior con una
edificación al aire libre, a modo de
templete (cella memoriae) indicativa
de un resto de reliquias que
gozaban de especial veneración.
Entre las catacumbas más importante, además de las ya citadas, destacan las de
San Calixto en Santa María en Trastevere, Santa Constanza y Santa Inés en Sanctis
Agnetis in Agone, todas ellas en Roma, aunque también las hubo en Nápoles, Alejandría
y Asia Menor.
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RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA
Después de la Paz de la Iglesia, a partir del año 313, la arquitectura
paleocristiana suele subdividirse en dos grupos: el occidental y el oriental. En Occidente
nos encontramos con la adaptación de la basílica romana como el tipo de iglesia
habitual (el templo romano no sirve para albergar a los creyentes), convirtiéndose en la
construcción cristiana más característica.
La basílica organiza su espacio,
generalmente, en tres naves
longitudinales, aunque pueden ser cinco,
separadas por columnas; la nave central
es algo más alta que las laterales, sobre
cuyos muros se levantan ventanas para la
iluminación interior. La cubierta es plana y
de madera, cubierta con casetones
habitualmente, y la cabecera tiene un
ábside semicircular con bóveda de cuarto
de esfera bajo la que se alberga el altar.
En las grandes basílicas, como la de San Pedro y San Juan de Letrán, en Roma,
la estructura de su cabecera se completaba con una nave transversal llamada
transepto. Al edificio basilical se accede a través
del atrio o patio rectangular (antecedente de los
claustros), con una fuente en el centro, que
conducía hasta el nártex o sala transversal,
situada a los pies de las naves, desde donde
seguían la liturgia los catecúmenos. Las basílicas
más notables, además de las citadas, son la de
Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y la
de Santa Inés.
Los otros edificios de carácter religioso en Occidente fueron los baptisterios,
edificaciones de planta circular o poligonal, frecuentemente
octogonal y próximos a la iglesia, pero exentos. Inspirados
en modelos romanos, tenían en su interior, en el centro, una
gran pila para realizar los bautismos por inmersión y
separadas del espacio central por
columnas, disponían de galerías
bajas para la circulación de los
fieles. El más conocido es el
Baptisterio de San Juan de
Letrán, en Roma, construido en
tiempos de Constantino.
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También son de planta
central algunos enterramientos
que siguen la tradición romana,
los martyria. El mausoleo de
Santa Constanza, por ejemplo,
es de planta circular con
bóvedas.
En Oriente la arquitectura paleocristiana
recibirá la influencia del helenismo y del arte
mesopotámico. Los templos tienen una marcada
tendencia a utilizar construcciones de planta de cruz
griega (los brazos tienen la misma longitud) como la
iglesia del monasterio de San Simeón el Estilita.
Pero también las hay octogonales o circulares. Los
baptisterios, en cambio, serán pequeñas salas de
planta cuadrangular unidas al templo. Los martyria
en oriente adquieren una gran monumentalidad y se
convierten en templos normalmente poligonales que
estarán exentos. Las cubiertas más utilizadas serán
las bóvedas y las cúpulas sobre pechinas.
Estas influencias llegarán a
Occidente a través del exarcado bizantino
de Ravena, un foco oriental en pleno
corazón de Italia. En Ravena se levantan
el Baptisterio de los Ortodoxos, la tumba
de Teodorico y el mausoleo de Gala
Placidia.
La tumba de
Teodorico presenta
planta circular con dos pisos, cerrada con una cúpula monolítica de 10
metros de diámetro, conjugando elementos orientales con germánicos.
El mausoleo de Gala Placidia tiene
planta de cruz griega, siendo la primera
construcción occidental que aparece con
esta disposición y creando la tendencia.
Su interior se cierra con una cúpula y bóvedas de cañón,
decorándose sus paredes con ricos mosaicos.
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ARTES FIGURATIVAS
Tanto en la pintura como en la escultura, la valoración de los primitivos
cristianos se dirige al significado de las representaciones más que a la estética de las
mismas. El carácter simbólico se impone a la belleza formal (influencia oriental). Es
entonces cuando se gesta la iconografía narrativa y simbólica del Cristianismo.
Los primeros cristianos vivían en medio de una sociedad mayoritariamente
pagana y hostil. Desde la persecución de Nerón (64 d.C.) se consideraba que su religión
era quot;una superstición extraña e ilegalquot;. Los paganos desconfiaban de los cristianos y se
mantenían a distancia, sospechaban de ellos y los acusaban de los peores delitos. Los
perseguían, los encarcelaban y los condenaban al destierro o a la muerte.
Como no podían profesar abiertamente su fe, los
cristianos se valían de símbolos que pintaban en los muros de
las catacumbas y, con mayor frecuencia, grababan en las
lápidas de mármol que cerraban las tumbas.
Esto motivará que este arte sea simple, estilizado,
renunciando a la perspectiva y a la profundidad espacial,
eliminando las proporciones y los rasgos del cuerpo humano
para acentuar los aspectos religiosos. El fondo predomina
sobre la forma y la expresividad vence a la estética.
Además como a todos los antiguos, a los cristianos les agradaba mucho el
simbolismo. Los símbolos expresaban visiblemente su fe. En fin, los símbolos y los
frescos son como un Evangelio en miniatura, una síntesis de la fe cristiana.
Los temas son muy variados. Muchos representan a animales cargados de
simbología cristiana: pez, paloma, ciervo, pavo real, o acrósticos (siglas) con un gran
significado teológico como el monograma de Cristo.
El pez. En griego quot;IXTHYSquot; (Ijzýs), cuyas letras
forman: quot;Iesús Jristós, Zeú Yiós, Sotérquot; = Jesús Cristo, Hijo
de Dios, Salvador. Es un símbolo muy difundido de Cristo,
emblema y compendio de la fe cristiana.
La paloma con el ramo de olivo en el
pico es símbolo del alma en la paz divina.
El pavo real o ave fénix, ave mítica que,
según creían los antiguos, renace de sus cenizas
después de un determinado número de siglos, es
el símbolo de la resurrección.
El ancla es el símbolo de la salvación,
símbolo del alma que ha alcanzado felizmente el puerto de la
eternidad.
También hay temas explícitamente bíblicos, especialmente
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los relacionados con la salvación del alma.
Sin embargo, destaca el Crismón, monograma formado por las dos primeras
letras griegas del nombre de Cristo, XR (ji y ro), superpuestas. Este monograma,
puesto en una tumba, indicaba que el difunto era cristiano.
La Alfa y la Omega son la primera y la última letra del
alfabeto griego. Significan que Cristo es el principio y el fin de
todas las cosas. Suelen acompañar al Crismón. Además se solía
añadir la cruz y todo ello era encerrado en un círculo.
En este signo existe un simbolismo cosmológico, la rueda
solar, con la idea de Cristo. La combinación del círculo, con el
monograma y la cruz representa a un Cristo como síntesis
espiritual del universo, como la luz que
alumbra las tinieblas del paganismo
grecorromano sobre las que triunfa. Ya
Constantino los utilizó en sus estandartes, en el Lábaro
constantiniano como señal de victoria.
De todos modos, los símbolos más importantes son el Buen Pastor, el quot;orantequot;.
El Buen Pastor con la oveja sobre los hombros representa a
Cristo salvador y al alma que ha salvado. Este símbolo se encuentra con
frecuencia en los frescos, en los relieves de los sarcófagos, en las
estatuas, así como grabado sobre las tumbas. Y
es una variante del Moscóforo griego. (Otro tema
pagano que aparece en la iconografía
paleocristiana es el de Orfeo, ahora transformado
en Cristo).
El orante: esta figura, representada con
los brazos abiertos, es símbolo del alma que vive
ya en la paz divina.
Al margen de la arquitectura, el arte paleocristiano tiene en los mosaicos y la
escultura funeraria de los sepulcros dos de sus más importantes manifestaciones
artísticas, porque la pintura paleocristiana es
bastante escasa, quedando restos de frescos que
siguen las técnicas pompeyanas.
La temática hace referencias continuas al
Cristianismo, pudiendo tratarse de quot;oraciones
representadasquot;, siendo su iconografía totalmente
simbólica.
El repertorio de las representaciones
pictóricas se encuentra básicamente en las
catacumbas, decorando sus muros.
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La técnica del mosaico
(musivaria) paleocristiano es la
misma que en el periodo anterior,
pero lógicamente, cambia la
iconografía. Se eligen temas de
carácter fuertemente simbólico y
religioso.
En la escultura, su mejor muestra se encuentra en los relieves de los
sarcófagos. Los temas representados en la etapa
de persecución eran los geométricos, astrales y
zoomorfos, con molduras sinuosas y cóncavas
(estrígil, objeto utilizado por los gladiadores y
atletas para quitarse el polvo y la grasa, formado
por dos contracurvas con las que se obtiene una
elegante decoración) y un medallón central.
Después del año 313 los temas figurativos son las más frecuentes, inspirados en
los modelos romanos. En un primer momento se utilizan figuras paganas con un claro
simbolismo cristiano como Psiquis como el alma o Eros simbolizando a Cristo.
Posteriormente se incorporan temas propios como el Crismón, el Cordero, el Ancora o
el Pez, elementos que simbolizan a Cristo.
En los frentes de los sarcófagos aparecen relieves, que si en un principio siguen
la estética clásica, luego se estereotipan las formas en esquemas planos y figuras de
igual tamaño, encajadas en los espacios que determina un estructura de arcos que
unifican la escena. Hay por tanto una
evolución de escenas sin interrupción
que se suceden a lo largo del friso a
escenas o personajes encuadrados
por columnas.
Los sarcófagos se leen de
izquierda a derecha y, si tienen
dos registros, primero se lee el
registro de arriba y luego el de
abajo.
Los temas de los sarcófagos se refieren a la vida de Cristo y a escenas del
Antiguo Testamento (Daniel entre los leones, sacrificio de Abraham, Adán y Eva, etc.).
Pero, frente a los sarcófagos paleocristianos del siglo III que sólo nos ofrecían aspectos
puntuales de la doctrina cristiana, en los de los siglos IV y V, se pretende resumir los
principios básicos de la doctrina cristiana en su totalidad.
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Entre los sarcófagos más importantes se encuentra el de Junio Basso, en el
Vaticano o el Dogmático o de la Trinidad en el museo Laterano. Pero hay que destacar
el sarcófago del Niño, así llamado por sus dimensiones reducidas, que conserva la parte
del frente ricamente esculpida.
Este sarcófago se puede considerar
un pequeño catecismo ilustrado. Las
escenas representadas dejan
transparentar un profundo simbolismo, y
su sucesión no es casual. He aquí las
escenas: Noé con la paloma en el arca, un
profeta que sostiene el rollo de la ley
divina, Daniel en el foso de los leones, el
niño orante entre dos santos, el milagro
de Caná y la resurrección de Lázaro con
su hermana, María arrodillada a los pies de Jesús.
El cristiano nace a la vida divina mediante el Bautismo (Noé).
Nutre esta vida divina con el pan (Abacuc) y el vino (Caná)
consagrados, es decir, con la Comunión. La Eucaristía le ofrece como
prenda la resurrección final (Lázaro). Así el cristiano (niño) vivirá en el
paraíso (orante). Hallamos aquí el eco de las palabras de Jesús: quot;Quien
come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna, y yo lo
resucitaré en el último díaquot; (Jn 6, 54).
Las estatuas de bulto redondo son más bien escasas, siendo
Jesús el protagonista de las que han subsistido.
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RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA
EL ARTE PALEOCRISTIANO EN ESPAÑA
En la Hispania tardorromana, dada su amplia romanización y también por su
pronta cristianización, debieron ser muchos los edificios paleocristianos construidos.
Lamentablemente, las guerras incesantes e invasiones seculares apenas han dejado
muestras.
En arquitectura hay que citar las casas patricias de
Mérida y Fraga, acondicionadas para el culto. Respecto a las
basílicas, la de Santa María de Abajo de Carranque (Toledo),
descubierta tras intensos trabajos de excavación, es
considerada la basílica cristiana más antigua que se conserva
de España (se cree que fue erigida por orden de Teodosio, a
finales del siglo IV). Pero también las encontramos en
Ampurias, con una sola nave, o en Lugo donde está la iglesia
subterránea de Santa Eulalia de Bóveda. En San Pedro de
Alcántara, (Málaga) se encuentra la basílica de Vega del Mar con dos ábsides
contrapuestos, lo cual se repite en la iglesia de Casa herrera (Badajoz), muy similar, en
la que aparecen salas junto a los ábsides, probablemente empleadas por una
comunidad monástica.
Edificios funerarios los hay en La Alberca,
Murcia, cuyo Martirium en el que se percibe una
influencia griega es probablemente obra del siglo
V. Y sobre todo destaca el mausoleo de
Centcelles (Tarragona) de mediados del siglo IV.
Se conserva sólo uno de los dos existentes en
aquella villa romana, el de planta circular que
presenta cuatro nichos en forma de pequeñas
exedras. Está cubierto por una gran cúpula
decorada con 4 frisos.
La escultura de la época se halla especialmente representada por los
sarcófagos decorados con temas del Crismón, estrígiles, escenas bíblicas y
representaciones alegóricas. Entre ellos se destacan el de Leocadius en Tarragona y el
de Santa Engracia en Zaragoza. También se conservan alguna estatuas exentas, como
varias con el tema del Buen Pastor, laudas sepulcrales y mosaicos que por su técnica y
sentido del color siguen los modelos romanos.
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