Los volcanes pudieron haber originado la vida en la Tierra al proporcionar los componentes necesarios para la formación de aminoácidos, según un experimento realizado por Stanley Miller en 1953 que simuló las condiciones atmosféricas primitivas y demostró la formación de 13 de los 21 aminoácidos esenciales, y según una revisión del experimento publicada 55 años después que concluye que los principales componentes de la vida pudieron surgir de las erupciones volcánicas.