Este documento describe una reunión en la que un cronopio clasificó a sus invitados en diferentes categorías de "vidas" basadas en su comportamiento. El fama fue clasificado como "infra-vida", la esperanza como "para-vida", y el profesor de lenguas como "inter-vida". El cronopio se consideró a sí mismo como "ligeramente super-vida". Durante la comida, el cronopio disfrutó escuchando las conversaciones aunque todos creían que se estaban refiriendo a las mismas cosas.
2. No sin trabajo un cronopio llegó a establecer un termómetro de
vidas. Algo entre termómetro y topómetro, entre fichero y
curriculum
vitae.
Por ejemplo, el cronopio en su casa recibía a un fama, una
esperanza y un profesor de lenguas. Aplicando sus
descubrimientos estableció que el fama era infra-vida, la
esperanza para-vida, y el profesor de lenguas inter-vida. En
cuanto al cronopio mismo, se consideraba ligeramente supervida, pero más por poesía que por verdad. A la hora del almuerzo
este cronopio gozaba en oír hablar a sus contertulios, porque
todos creían estar refiriéndose a las mismas cosas y no era así. La
inter-vida manejaba abstracciones tales como espíritu y
conciencia, que la para-vida escuchaba como quien oye llover
tarea delicada. Por supuesto la infra-vida pedía a cada instante el
queso rallado, y la super-vida trinchaba el pollo en cuarenta y dos
movimientos, método Stanley-Fitzsmmons. A los postres las vidas
se saludaban y se iban a sus ocupaciones, y en la mesa quedaban
solamente pedacitos sueltos de la muerte.
JULIO CORTAZAR. El almuerzo. Historias de Cronopios y de Famas
Quizá alguno de nosotros haya tenido la ocasión de plantearse la cuestión:
¿Qué es leer?
Diversas circunstancias, tales como la puesta en marcha de sucesivas leyes
educativas, la irrupción de las competencias básicas, la implementación de los planes
de lectura, las evaluaciones PISA, PIRLS, han venido a cuestionarnos nuestro
quehacer.
En nuestro ajetreado día a día de nuestra profesión pocas veces nos queda
margen para preguntarnos por nuestra tarea en el aula. Para cuestionarnos la razón
de lo que hacemos.
Respecto a la lectura, no es infrecuente diagnósticos del tipo: “No saben leer”,
“no comprenden lo que leen”, “No saben expresarse”, “no entienden”... Y una vez
hecho el diagnóstico, volvemos a aplicar la misma medicina, es decir repetimos las
mismas prácticas con las mismas experiencias de éxito o de fracaso.
Si es que eso.... “es lo que hemos hecho siempre”,
solemos exclamar con
rotundidad.
Quizás ésta sea una oportunidad para reflexionar sobre el hecho lector. Para
pararnos, para pensar. Y a dicha tarea te invito, querido lector.
Por otra parte, y como bien sabemos los que sumamos ya unos cuantos
trienios, en esto del entusiasmo pesan mucho el humor del día, la
novedad del desafío y, en definitiva, el momento vital en que a la sazón
se encuentra el interpelado por la tarea
LORENZO SILVA. La estrategia del agua.
Empezamos.
1. ¿Qué es leer?
2
3. Viví, miré, leí, sentí, Qué hace ahí el leer, Leyendo se acaba sabiendo casi
todo, Yo también leo, Por tanto algo sabrás, Ahora ya no estoy tan segura,
Entonces tendrás que leer de otra manera, Cómo, No sirve la misma
forma para todos, cada uno inventa la suya, la suya propia, hay quien se
pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura,
se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo
piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para
que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa, A
no ser, A no ser, qué, A no ser que esos tales ríos no tengan dos orillas
sino muchas, que cada persona que lee sea, ella, su propia orilla, y que
sea suya y sólo suya la orilla a la que tendrá que llegar.
JOSÉ SARAMAGO: La caverna (Alfaguara
Vayamos primero a la fuente de las definiciones, al DRAE, en él nos encontraremos
con que leer es:
1. tr. Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los
caracteres empleados.
2. tr. Comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica. Leer
la hora, una partitura, un plano.
3. tr. Entender o interpretar un texto de determinado modo.
4. tr. En las oposiciones y otros ejercicios literarios, decir en público el discurso
llamado lección.
5. tr. Descubrir por indicios los sentimientos o pensamientos de alguien, o algo
oculto que ha hecho o le ha sucedido. Puede leerse la tristeza en su rostro.Me has
leído el pensamiento.Leo en tus ojos que miente
6. tr. Adivinar algo oculto mediante prácticas esotéricas. Leer el futuro en las cartas,
en las líneas de la mano, en una bola de cristal.
7. tr. Descifrar un código de signos supersticiosos para adivinar algo oculto. Leer las
líneas de la mano, las cartas, el tarot.
8. tr. p. us. Dicho de un profesor: Enseñar o explicar a sus oyentes alguna materia
sobre un texto.
Te invito a que te detengas en la primera acepción. Sin duda alguna
estaremos de acuerdo con ella. La etapa en la que decodificar unos grafos dibujados
sobre el papel se consideraba una acción del verbo leer parece hoy por todos
superada.
La UNESCO define a la persona alfabeta como aquella que es capaz de leer
y escribir, comprendiéndola, una breve y sencilla exposición de hechos relativos a su
vida cotidiana. Y alfabeto funcional aquella persona que puede emprender aquellas
actividades en que la alfabetización es necesaria para la actuación eficaz en su grupo
y comunidad y que le permitan asimismo seguir valiéndose de la lectura y la escritura
al servicio de su propio desarrollo y del desarrollo de la comunidad.
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4. Por su parte, PISA parte de la siguiente definición de lectura “la capacidad lectora
consiste en la comprensión, el empleo y la reflexión personal a partir de textos escritos
con el fin de alcanzar las metas propias, desarrollar el conocimiento y el potencial
personal y de participación en la sociedad”.
Mientras que en PIRLS la lectura se define como: La capacidad de comprender y usar
aquellas formas del lenguaje escrito requeridas por la sociedad y/o valoradas por la
persona.
En nuestra experiencia docente conocemos a muchos alumnos y alumnas que leen,
pero no comprenden. Y al no comprender no aprenden. Quizá por estar ambos
procesos íntimamente imbricados. Quizá ¿por ser el mismo proceso?. Y es que
aprender a leer comprensivamente es una condición necesaria para poder aprender a
partir de los textos escritos.
Desconozco si eres profesor en Primaria o en Secundaria. Pero tal vez no sería
arriesgado decir que solemos asociar primero y segundo curso de primaria con el
proceso de “Enseñar a leer” y a partir de ahí, lanzamos a los chavales hacia el
horizonte del “leer para aprender”, descubriendo con asombro que la mayoría se
estrellan.
Y ahora te pregunto ¿Cómo leíamos tú y yo hace 15 años? ¿mejor o peor que ahora?
La mayoría de nosotros probablemente responderemos que peor y reconoceremos
que con el paso del tiempo, la experiencia lectora y el aprendizaje hemos mejorado
nuestra comprensión de los textos.
Por ello, no será difícil que estemos de acuerdo con estas reflexiones:
La primera, que la tarea de enseñar a leer no termina cuando los niños y niñas
aprenden el código escrito y la decodificación.
La segunda, que enseñar a leer es también enseñar a comprender. Y que por tanto
enseñar a leer no es solo tarea de primer y segundo curso de primaria. La tarea nos
lleva más allá, hasta secundaria e incluso bachillerato. Y nos exige
La observación activa de los alumnos/as y de la propia intervención.
Sentir la necesidad de compartir (significados construidos, tareas, objetivos,
etc.)
Promover actividades significativas de lectura, para las que tenga sentido el
hecho de leer.
Reflexionar, planificar y evaluar la propia práctica en torno a la lectura.
Trascender nuestra propia individualidad.
Estar abiertos a nuevas propuestas que pueden ir más allá de nuestra
tradicional y segur práctica en el aula. En otras palabras, el universo de los
nuevos alfabetismos.
De esta manera, puede que, nuestros alumnos aprendan a leer y también a:
Encontrar sentido e interés a la lectura.
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5.
Sentirse competentes para la realización de tareas de lectura y a sentir la
experiencia emocional gratificante del aprendizaje.
Ser activos ante la lectura, tener objetivos para ella, autoevaluar su propia
comprensión.
Utilizar la lectura y la escritura como instrumentos de su propia construcción
personal y social.
Una concepción de la lectura como lectura comprensiva, supone entenderla
como un proceso constructivo e interactivo en el que el significado se construye en la
interacción entre el lector y el texto, dentro del contexto de una experiencia específica
de lectura.
Pero no nos engañemos, el contexto de nuestros alumnos y el nuestro, hoy en el siglo
veintiuno ha variado.
•
•
•
•
Leen, leemos y escribimos de modo diferente.
Leen y leemos en pantallas y escribimos con teclados
Nuestra relación con esas nuevas formas de lectura ha modificado nuestra
concepción del hecho lector y del hecho escritor. Veamos un ejemplo.
Tenemos posibles audiencias planetarias.
Y por ello nuestras prácticas educativas deberían incluir además esas nuevas
realidades, adaptándose a dichos cambios. Así deberían tener en cuenta:
•
Incluir la lectura y la escritura
electrónica.
•
Enseñar a interpretar la ideología
con una lectura crítica.
•
Enseñar e incorporar la lectura
social.
•
Fomentar
valores
interculturalidad y respeto.
de
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6. A pesar de ello, no olvidemos la génesis, atraídos por los cantos de
sirena de la multimedia. Hoy la lectura, más que nunca, sigue siendo la llave que nos
permite el acceso a la ciudad dorada.
Un personaje del escritor fantástico H.P. Lovecraft emprende la
búsqueda de una ciudad con cuyas cúpulas doradas en el sol de la tarde
había soñado tantas veces. Perdido entre las marañas de callejuelas
puede, por fin -gracias al auxilio de una mágica llave de plata-, acceder a
ella. Cuando lo logra, descubre que no es otra que su propia ciudad natal:
manifestada o revelada bajo una nueva luz.
Sí: la ciudad onírica estaba dentro de su ciudad real (podemos extrapolar
nosotros ahora) como el conocimiento está dentro de la información:
agazapado, polvoriento, esperando la llave mágica.
Y ya es hora de revelar nuestro secreto: la llave mágica del conocimiento
es la lectura. Será necesario repetirlo, porque estamos subyugados por la
magnitud y las virtudes de las nuevos prodigios tecnológicos, y al tiempo
deberemos reaprender las potencialidades y las maravillas de algo que
consideramos trivial, sólo porque lo poseemos ya, y porque nos
acompaña desde hace muchísimo tiempo.
La lectura es la capacidad de los humanos alfabetizados para extraer la
información textual. (...) Y es hora de avanzar la tesis central de estas
páginas: la lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la
información.
JOSE ANTONIO MILLÁN. La lectura y la sociedad del conocimiento.
2.
¿Por qué leer desde todas las áreas?
La lectura hace al hombre completo.
La conversación lo hace ágil.
La escritura lo hace preciso.
FRANCIS BACON.
¿Acaso no lo hacemos? ¿Acaso no lo hacíamos? Así pues ¿qué sentido tiene ahora
este recordatorio desde la LOE?
2. Los poderes públicos prestarán una atención prioritaria al conjunto de
factores que favorecen la calidad de la enseñanza y, en especial, la
cualificación y formación del profesorado, su trabajo en equipo, la
dotación de recursos educativos, la investigación, la experimentación y la
renovación educativa, el fomento de la lectura y el uso de bibliotecas, la
autonomía pedagógica, organizativa y de gestión, la función directiva, la
orientación educativa y profesional, la inspección educativa y la
evaluación.
5. Corresponde a las Administraciones educativas fomentar una primera
aproximación a la lengua extranjera en los aprendizajes del segundo ciclo
de la educación infantil, especialmente en el último año. Asimismo,
fomentarán una primera aproximación a la lectura y a la escritura, así
como experiencias de iniciación temprana en habilidades numéricas
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7. básicas, en las tecnologías de la información y la comunicación y en la
expresión visual y musical.
LOE
Parece que es ahora, tras conferencias como la de Lisboa o evaluaciones
impulsadas por los países de la OCDE, cuando los poderes públicos toman conciencia
de la importancia de la lectura. En cualquier caso, sea por iniciativa propia o ajena, lo
cierto es que la lectura está de moda en los planes educativos.
Además estaremos de acuerdo en que leer bien es condición para aprender
conocimientos, que el manejo adecuado de la información requiere una mente bien
formada y, a su vez, una mente bien formada configura sistemas de conceptos
relacionados gracias a la utilización de la información escrita en diferentes soportes.
Es decir, la lectura comprensiva es una de las principales herramientas de nuestra
mente para ordenar, organizar, jerarquizar, relacionar y ponderar la información a la
que accedemos mediante la letra impresa.
Cierto es que para comprender un texto, se requieren unos conocimientos previos que
nos permitan interpretar y dar sentido a la información que va apareciendo ante
nuestra vista. Si no hemos adquirido una red de conceptos y significados sobre el
tema que leemos difícilmente comprenderemos.
Como docentes, intentamos que nuestros alumnos no solo acumulen conocimientos
sino que los entiendan, organicen e interioricen y además que lo hagan de forma
autónoma. Y es que si se analiza el perfil de aquellas personas con una buena
formación intelectual, se observará que coincide con el perfil de un buen lector con un
buen nivel de comprensión lingüística, porque leer comprensivamente es la
condición para adquirir una buena formación.
Porque construir conocimientos exige poner en juego los mismos mecanismos que
leer comprensivamente.
Por que aprender a leer se convierte en la mejor manera de aprender a aprender.
Entendiendo la lectura como un proceso constructivo e interactivo:
En el que el significado se construye en la interacción entre el lector y el texto,
dentro del contexto de una experiencia específica de lectura.
Considerando a los lectores como personas que construyen activamente
significado, que conocen estrategias efectivas de lectura y que saben
reflexionar sobre la lectura.
Con unas actitudes positivas frente a la lectura, y con diversos propósitos
lectores, desde leer para divertirse con para adquirir información.
En el que cada lector aporta un repertorio de habilidades, de estrategias
cognitivas y metacognitivas y de conocimientos anteriores, con el propósito de
elaborar el sentido de un texto.
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8.
Con un texto que contiene cierto lenguaje y elementos estructurales, y se
centra en un tema en particular.
En un contexto de lectura que promueve el compromiso y la motivación para
leer y, a menudo, le plantea exigencias específicas al lector.
http://videos.leer.es/home/leer-para-aprender/voces/
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