El documento describe la situación de la infraestructura en Perú a finales de los años 80 y principios de los 90. En ese entonces, había 186 empresas estatales con 200,000 trabajadores que generaban pérdidas anuales de US$503 millones, equivalentes al 4.1% del PBI. La infraestructura de telecomunicaciones, electricidad, agua y transporte estaba muy deficiente, con solo el 20% de carreteras en buen estado y solo 2 contratos de exploración petrolera.