1. Yainer Merchán 09-11152
Prof. Rubén Darío “Cuéntame que te cuento”
Una chica como Wendy
Siempre había pensado que la niñez era una etapa divertida, y que la vida del adulto
estaba llena de responsabilidades y obligaciones, aunque todo depende de cómo se lleve.
Crecer era para mí algo biológico más que mental. Me llamo Arthur, tengo 25 años, y esta es la
historia de cómo Karen cambió mi vida, y se llevó a un Peter Pan interior que poco a poco fui
descubriendo.
Desde pequeño fui muy creativo. Mis juegos eran los más divertidos, podía pasar horas
frente a una caja de cartón y pretendía ser desde un astronauta, hasta un buzo. Luego fui
creciendo o por lo menos eso pensaba.
Mi adolescencia fue horrible, dejar a mis juegos llenos de invención, por una pelota que
ocasionaba dolor por los morados en mis piernas. Antes me leían cuentos para dormir,
después oía música o programaba la televisión media hora para adormitarme. Dejé los carritos
y empecé a salir con chicas, y observé cómo la rebeldía se apoderaba de mí y me alejaba de
mi madre. Todos estos eran muchos cambios en corto tiempo, tanto que era imposible
absorberlos todos. En mi caso, trataba de aparentar ser un adolescente normal, pero por
dentro, seguía soñando con esa niñez que lentamente desaparecía.
En la escuela siempre andaba con los chicos, pues mi personalidad, llena de miedo y
verguenza por hablarle a una niña, ocasionaba tartamudeos y palabras sin sentido, por ello
decidí no intentarlo más y dejar que la vida me hiciera madurar. Aunque ésta última frase sea
un poco incoherente, pues la madurez si no la buscas, no llega, si no la enfrentas no la vences,
pero a decir verdad nunca me preocupó.
Llegué a la Universidad y decidí estudiar arquitectura, pues la creatividad siempre estuvo
en mi mente, me había convertido en un hombre un poco más sociable con las chicas. Cada
novia representaba para mí una ficha en un juego, la cual en la siguiente jugada ya no me haría
falta.
2. Los juegos persistían, pero en forma de fiesta, alcohol, diversión y playa. La vida no era
problema alguno para mí, los estudios eran simplemente algo que por ensayo y error algún día
superaría y por ende no tenía preocupaciones.
Un día con mis sobrinos, estábamos viendo la película de Peter Pan, en la que en el
país de “Nunca Jamás” la diversión llenaba el ambiente y las preocupaciones no existían, pero
como hasta en los cuentos no todo puede ser perfecto, bastaría un personaje para cambiar la
historia. Wendy se enamora de Peter y el mundo de la madurez lo hace recapacitar de que en
la vida no todo es juego y diversión, también hay preocupaciones y obligaciones. En esa
historia vi una conexión, sólo que sin la chica (por ahora). Siempre vi una relación entre Peter y Comentario [u1]: Repites la misma
forma verbal dos veces en el mismo
yo, pero nunca pensé que sería tan similar. párrafo.
Un día llegando a una clase de Diseño Urbano, me encontré con una chica muy
hermosa: los nervios invadían mi cuerpo, trastabillé y caí de bruces en el suelo, fue tan grave la
caída que los libros se me cayeron cuatro pisos abajo. Ella mirando sonreída, me dijo: “Ven te Comentario [u2]: Caí, cayeron… en el
mismo párrafo
ayudo, vas un poco tarde, ¿no es cierto?”. Desde ese momento tuve la impresión de que ella
tenía un poder para leer mentes, pero más allá de eso, su belleza me hipnotizaba, sus palabras
eran siempre justo lo que necesitaba, en mi mente rondaba una frase de una canción “A veces
gritas desde el cielo queriendo destrozar mi calma, vas persiguiendo como un trueno para
darme ese relámpago azul” todo indicaba que yo estaba enamorado.
Cada día soñaba con aquella chica, no entendía porque ella y no otra que fuera más
fácil de conseguir. Empecé a seguirla en la universidad, hasta el punto de conocerla por sus
movimientos y miradas: era muy estudiosa, amistosa, muy centrada en la vida, era todo lo
contrario a mí. No parecía ser de este mundo, adivinaba el pensamiento de cualquier persona.
Averigué su pasado y me impresionó saber que era adoptada. Sus padres la abandonaron en
un hospital fuera de la ciudad, esa fue la prueba perfecta para imaginarme que no era de este
planeta.
Cada vez mi vida giraba del mismo modo que la de mi amigo Peter. En ningún
momento me importó el pequeño detalle de su existencia como extraterrestre, más bien pensé
en que le daría un toque de diversión a la relación. De hecho, nunca me molesté en averiguarlo
bien, quería dejarlo como una duda.
3. Después de tanto pensarlo, le iba dando vueltas a la canción que mencioné
anteriormente y cada vez más, su letra me ayudaba a reflexionar de lo que debería hacer con
la chica, todo el día cantaba “Un día llega, mira calma mi Peter Pan hoy amenaza, aquí hay
poco qué hacer. Me siento como en otra plaza, en la de estar solito en casa, será culpa de tu
piel”.
El 14 de febrero, día de los enamorados, me decidí hablarle, lo había pensado todo
perfectamente, mi plan se adaptaba a sus expectativas ante un hombre. Ella era tan inusual
que yo no podía llegar como típico conquistador, con unas flores y un peluche, y querer
manipular las situaciones con la labia de cualquier galán.
Me acerqué y le dije: “Hola, tú eres la chica que me ayudó hace tiempo con mi
aparatosa caída ¿no?, te debo una, te invito a una cita, tienes pinta de que te gusta el helado
de frambuesa con mora, y también de que todos los planes se te cancelaron el día de hoy”.
Todo era perfecto para que creyera que yo leía mentes como ella y que algo nos unía. Todos
esos días persiguiéndola valieron la pena pues me dijo: “Sí, me buscas…”, le interrumpí: “A las
7 después de que vayas al tenis y hables un rato con tus padres sobre cómo te fue hoy en el
día, ¿no?”. Ella se río y me dijo: “Por cierto, soy Karen, nos vemos esta noche”.
No sé por qué no leyó mi mente, pudo ser su emoción al pensar que conoció a alguien
igual a ella. Esa noche descubrí que ser adulto no era más que tomarse en serio la vida y las
cosas que te rodean y tener un fin importante que justifique tus actos; los juegos no llenan, en
cambio el amor suple cualquier diversión. Después de esa cita nos hicimos novios. En mi
mente guardo el día en que ese Peter Pan decidió salir para madurar y comprender que la vida
es más que imaginación y juegos. Ahora sólo pensaba en la parte de la canción: “Será que me
habré hecho mayor, que algo nuevo ha tocado este botón, para que Peter se largue y tal vez
viva ahora mejor más a gusto y más tranquilo en mi interior, que campanita te cuide y te
guarde”.
Canción: Peter Pan, de “El Canto Del Loco”.
4. - Te coloco en amarillo los errores que debes revisar el por qué te los señalo.
- Te coloco en azul los elementos que yo coloqué, y que debes revisar por qué los coloqué ahí. Son una fuente
para mejorar tu escritura.
- Por supuesto que todo texto tiene sus correcciones, que son las señales para trabajar esos elementos en
futuros escritos.
- Me gusta mucho el ritmo de la narración. Buen tono.
- Debes revisar los aspectos de ortografía, donde hay errores que realmente son sencillos de corregir si los
trabajas con detalle. Es muy fácil y puntual lo que debes revisar. Los trabajos van en exigencia ascendente en
este aspecto, porque implica el uso de las observaciones que yo hago. Si no fuera así, no tendría razón de ser el
trabajo arduo de corregir.
- Disfruté mucho la lectura del relato.
- Una vez corregido este trabajo, debes ser montado en tu blog, debidamente diagramado con la fotografía, y
con la aclaratoria al final de que es un ejercicio de escritura, lo que incluye el postulado del trabajo.