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Del Mito a Newton

De la Antigüedad a Inicios del Siglo XX

Para facilitar el recorrido en este primer capítulo, que cubre un larguísimo período histórico (desde los
albores de la Humanidad hasta inicios del siglo XX ) se divide el conocimiento que se va gestando en varios
cortes en el tiempo a los que hemos denominado “momentos”. Cada corte es simplemente una modalidad
que permite un mejor manejo del material documental, utilizando algunos hitos importantes que cubren la
evolución de los modelos cosmogónicos y cosmológicos.

Este capítulo incluye lo que se presume-hasta que no se encuentren evidencias históricas en contrario - las
primeras elucubraciones teóricas sobre el Universo con el que se relacionan los primeros seres humanos,
pasa revista a los primeros modelos conceptuales geocentristas, relata la aparición del primer modelo
cosmológico heliocéntrico (Copérnico) y culmina con los planteamientos de Newton y sus seguidores, así
como el surgimiento de las primeras dudas serias y ya metódicas sobre los conceptos de eternidad e
inmutabilidad del Universo , que mas tarde serían retomadas por Einstein ,para darles soluciones
revolucionarias.

Cada "momento" recibe un nombre distintivo que trata de enfatizar los aspectos más singulares de un
período cuya comprensión es necesaria para ubicar, después, el devenir del conocimiento moderno y las
inquietudes contemporáneas y las ideas que se transferirán al milenio actual.

1.-PRIMER MOMENTO.- Históricamente se refiere a los primigenios escarceos del ser humano sobre su
ubicación y destino, lo que es difícil de discernir en sus inicios, pero hasta ahora en Occidente se puede
dividirlo en tres cortes cuya diferenciación si es mas clara :
la etapa mitológica ( que no es fácil ubicar geográficamente ,ni tampoco en términos de extensión en el
tiempo, por lo que generalmente se recurre a hipótesis ,todavía en procesos de demostración ) , la
convergencia cultural resultante (que con mayor certeza es posible ubicar en una de las islas griegas) la
síntesis del pensamiento que definitivamente eclosiona en Grecia al recoger y depurar las ideas de otros
pueblos antiguos y contemporáneos.

a) Etapa Mitológica .- En esta primera etapa hay vestigios arqueológicos y arqueo - astronómicos que
permiten intuir la naturaleza mitopoyética y mágico - religiosa de los primeros modelos ,al parecer intuitivos
(?) del Universo. El itinerario por el camino de las construcciones cosmogénicas se inicia, precisamente, en
las visiones mitológicas, mágicas y religiosas de nuestros antepasados primitivos, pero su despegue que no
ha podido ser ubicado con precisión, se requiere vincularla al uso de una racionalidad primitiva de ascenso
paulatino, que había superado sus instantes primigenios de evolución.

Un aspecto a considerar respecto a los conocimientos en épocas remotas es que contrario a lo que se creía,
los primeros seres humanos habrían tenido su cerebro tan desarrollado como nosotros, radicando las
diferencias en aspectos externos, tal como el desarrollo tecnológico. La orientación central de aquella
racionalidad, en punto a nuestro objeto de análisis, se especificaría, posiblemente, en ciertas preguntas
utilitarias: ¿qué es el trueno, la lluvia, el viento, y otros fenómenos naturales?; ¿existe periodicidad en su
aparición?; ¿porqué brillan los astros? y ¿a qué obedecen las regularidades que se observan en ellos?.

Y hasta es posible que estos seres humanos hayan tenido reflexiones cuya hondura se desconoce por
completo ,en torno a su propia existencia y destino, así como su eventual interrelación con el espectáculo de
un cielo estrellado, lo que les llevaría a plantearse eventualmente preguntas de vuelo espiritual.

Las primeras Cosmogonías, que han podido rastrearse o inferirse de los escasísimos restos rescatados
vincularon el contenido de las respuestas a la existencia de “fuerzas superiores” al clan o a la tribu; aunque
no necesariamente se les haya identificado con el concepto inmanente de un ser superior (Diosa-Dios) al
inicio, posiblemente ligados ,en exclusiva, a una utilización utilitaria vinculada a la subsistencia.
Es factible que también en este estadio inicial del conocimiento, las visiones del Universo alternaban la
observación temerosa con la predicción curiosa: se comienzan a notar las alternaciones regulares en que se
mezclan sucesos concretos como noche, día, lluvia, estaciones, época de caza, época de cosecha y más tarde
época de traslados masivos, o época de hacer guerras. Y casi es seguro que a estos sucesos concretos
también se asocian luego características abstractas, como el Bien y el Mal, a las que es necesario aplacar o
complacer.

Los hitos en el conocimiento del Universo en este Primer Momento, si se utiliza un criterio histórico
comprobable se iniciaría hace unos 38.000 años, con la aparición del Hombre de Cro-Magnon en Europa,
Por lo contrario si se emplea un criterio de cierta liberalidad, los períodos pueden fácilmente remontarse a
100.000 y aun a 200.000 años atrás, según se desprende de los primeros “cultos a los muertos”
documentados en Europa, y parcialmente en Asia y África, o ya mas tardíamente en América (cultura de
Valdivia, Ecuador, unos 30.000 mil años).

Pero si se es ampliamente liberal con las cifras pueden extrapolarse a periodos que oscilarían entre 200.000
años hasta casi 1.000.000 de años en el tiempo, cuando los primeros seres humanos franquean las etapas
dominadas tan solo por el instinto , porque al menos en lo que a capacidad cerebral se trata no existirían
limitaciones para ir tan atrás en el tiempo. Mientras se dilucidan los aspectos referidos al tiempo al menos
puede hacerse una afirmación ciertamente hipotética, pero con visos de verosimilitud: las primeras
manifestaciones del intelecto fueron obra de una mente colectivizada, que poco a poco se fue
singularizando. La comprobación de esta hipótesis aguarda correlaciones anatómicas que permitan
comprobar la eventual articulación de sonidos que serian la forma de aparición del lenguaje que socializa a
los seres humanos.

Las visiones del Universo de ese primer y vasto período no son muy disímiles en pueblos situados a grandes
distancias entre ellos, como se comprueba con la lectura de los libros sagrados- muy posteriores, por
supuesto- que han llegado, más o menos completos a nuestros días, procedentes de las grandes religiones
históricas de Europa, Oriente Medio y Norte de África. De América se conservan solo trozos de documentos
autóctonos o traducciones tergiversadas ; de Australia y de las Islas del Pacífico, apenas se ha logrado hacer
inferencias de los hallazgos arqueológicos y paleontológicos.
Es necesario aclarar que si bien ,para todas estas épocas se ha tratado de ver "semejanzas" con el
"pensamiento" del hombre primitivo moderno, tal método de extrapolación histórica no es del todo
confiable.

Pese a la obscuridad histórica en que está sumido el pasado de la Humanidad, lo cierto es que puede
afirmarse que hay un hilo invisible que une el pensamiento de los hombres antiguos en sus primeros
balbuceos por comprender el entorno y el concepto “allá arriba” (primera ubicación del concepto espacio) o
en el “más allá” (primera ubicación en el concepto tiempo). Esto es, se destaca en todas las culturas un
acercamiento intuitivo a los conceptos de vida, de muerte y de destino trascendente que aún permanecen en
las generaciones actuales, porque el afán que impulsa al ser humano a develar el Misterio, a encontrarle una
explicación que le satisfaga, es una empresa nunca concluida.

Los balbuceos de la Humanidad es un tema repleto de especulación de naturaleza diversa y dentro de la
incertidumbre que le caracteriza se debe recurrir a investigadores de escuelas diferentes , toda vez que el
tema es francamente especulativo. Aunque la ciencia ha sido reacia a considerar las propuestas originales de
los antropólogos como Bruno Malinowski y Mircea Eliade , dos pioneros en el estudio de la mitología ,tal
parece que si prescindimos de sus planteamientos nos quedamos sin posibilidad de “enmarcar” los hallazgos
de residuos arqueológicos .

El Hombre Primitivo y su Religión.- No existen pueblos, por primitivos que sean, que carezcan de religión o
magia. Tampoco existe, ha de añadirse de inmediato, ninguna raza de seres denominados “salvajes” que
desconozca ya la actitud científica, ya la ciencia, a pesar de que tal falta les ha sido frecuentemente
atribuida. En toda comunidad primitiva, estudiada por observadores competentes y dignos de confianza, han
sido encontrados dos campos claramente distinguibles, el Sagrado y el Profano; dicho de otro modo, el
dominio de la Magia y la Religión, y el dominio de la ciencia.
Por un lado, hallamos los actos y observancias tradicionales, considerados sacros por los aborígenes y
llevados a efecto con reverencia y temor, encercados además por prohibiciones y reglas de conducta
especiales. Tales actos y observancias se asocian siempre con creencias en fuerzas sobrenaturales,
primordialmente las de la magia, o con ideas sobre seres, espíritus, fantasmas, antepasados muertos, o
dioses.

Por otro lado, un momento de reflexión basta para mostrarnos que no hay arte ni oficio por primitivo que
sea, en forma organizada de caza, pesca, cultivo o depredación que haya podido inventarse o mantenerse sin
la cuidadosa observación de los procesos naturales y sin una firma creencia en su regularidad, sin el poder
de razonar y sin la confianza en el poder de la razón; esto es, sin los rudimentos de lo que es ciencia.

Definición de Mito.- Sería difícil encontrar una definición de mito que fuera aceptada por todos los eruditos
y que al mismo tiempo fuera accesible a los no especialistas. Por lo demás, ¿acaso es posible encontrar una
definición única capaz de abarcar todos los tipos y funciones de los mitos en todas las sociedades, arcaicas y
tradicionales? El mito es una realidad cultural extremadamente compleja, que puede abordarse e
interpretarse en perspectivas múltiples y complementarias.

El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el
tiempo fabuloso de los "comienzos". Dicho de otro modo: el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los
Seres Sobrenaturales, una realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal,
un comportamiento humano, una institución. Es, pues, siempre el relato de una "creación": se narra cómo
algo ha sido producido, ha comenzado a ser. El mito no habla de lo que ha sucedido realmente, de lo que se
ha manifestado plenamente. Los personajes de los mitos son Seres Sobrenaturales. Se les conoce sobre todo
por lo que han hecho en el tiempo prestigioso de los "comienzos".

Los mitos revelan, pues, la actividad creadora y desvelan la sacralidad (o simplemente la "sobre-
naturalidad") de sus obras. En suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de
los sagrado (o de lo "sobrenatural") en el Mundo. Es esta irrupción de lo sagrado la que fundamenta
realmente el Mundo y la que le hace tal como es hoy día. Mas aún: el hombre es lo que es hoy, un ser
mortal, sexuado y cultural, a consecuencia de las intervenciones de los seres sobrenaturales"

Pero dejando de lado las incertidumbres del pasado remoto y confiando en vestigios y documentación
fidedignas, puede afirmarse que sin la curiosidad, la paciencia y la perspicacia de los astrólogos y
astrónomos de la Antigüedad en Egipto y Mesopotamia, de Centroamérica y de la China, por citar algunos
lugares, en donde ese conocimiento puede ubicarse sin alguna duda, la humanidad desperdigada en el
planeta no habría podido hacer un inventario del cielo, que fue más o menos el mismo, a pesar de las
distancias que los separaban y de que - aparentemente - se desconocían entre sí.

Así hay una coincidencia: nuestros remotos antepasados no sólo contaron las estrellas, sino que también las
clasificaron en grupos (luego conocidas como constelaciones) a los cuales les dieron el nombre de objetos,
de animales y hasta de personajes míticos. Tales denominaciones fueron diferentes en las diversas culturas
que inauguraron la ciencia de la astronomía, aparentemente sin tener siquiera el auxilio de lupas formadas
accidentalmente para examinar el firmamento.

Pese al paso del tiempo, las constelaciones como ordenamiento empírico-racional del cielo conocido,
conservan su importancia; aún hoy día son puntos de referencia para la navegación y gracias a ellas es
posible controlar las órbitas de los satélites artificiales y las naves espaciales. En el siglo pasado los
telescopios permitirían un hallazgo que lógicamente pasó inadvertido anteriormente: las estrellas de una
constelación no forman parte de un mismo sistema, como los planetas del Sistema Solar. Por ejemplo, las
que insinuarían la figura de un arquero a punto de disparar su flecha: Sagitario, guardan distancias
inconmensurables entre sí y están ubicadas en regiones distintas de nuestra Vía Láctea. Engañan nuestros
ojos, al igual que lo hicieron con los primitivos, porque lucen como si estuvieran en el mismo plano.

Como la tierra gira en torno a su efe, la esfera celeste parece sometida a movimientos de rotación. Esta
rotación diurna determina que las estrellas, el sol y otros cuerpos celestes salgan y se pongan todos los días.
La Tierra gira de oeste a este, los cuerpos celestes parecen trasladarse en dirección opuesta, saliendo por el
este y poniéndose por el oeste. El movimiento de las estrellas varía en función del lugar de la superficie en
que nos hallemos y en qué dirección miramos. Por ejemplo, si miramos hacia el sur en el Hemisferio Boreal
a medianoche, en enero -según donde estemos exactamente- podremos ver las constelaciones del Hemisferio
Austral o sur y Boreal o norte. En julio, sin embargo, las veríamos completamente distintas.

Las estrellas parecen cercanas según sea la intensidad de su brillo. Por eso surgió la creencia que las lejanas
están tan próximas a nosotros como las más cercanas, pero de menor brillo en cada Constelación. Según los
datos paleoastronómicos de origen europeo, los "pueblos antiguos" examinaron sólo las del Hemisferio
Norte o Boreal, pero no las de la Zona Ecuatorial y sobre todo las del Hemisferio Austral, por la sencilla
razón de que el sur de la Tierra les era desconocido.

Sin embargo los hallazgos paleoastronómicos más recientes en el Hemisferio Sur, dan cuenta del mismo
esfuerzo por contar, agrupar y dar nombre a las constelaciones visibles en esta zona del planeta. En 1603, el
alemán Johames Bayer hacía un mapa celeste en el que incorporaba 14 nuevas constelaciones y en 1763 el
francés Louis Lancille añadía las que faltaban del Hemisferio Austral. Ellos también acogieron la práctica de
bautizar las constelaciones como lo habían hecho los astrónomos y los astrólogos antiguos; aunque - en
algunos casos - hay que hacer un intenso esfuerzo imaginativo para asociar la constelación con el nombre
que se les puso tanto recientemente como en la Antigüedad.

Las constelaciones actuales son en total 88, distribuidas así: 18 en el Hemisferio Boreal; 35 en la Zona
Ecuatorial y 35 en el Hemisferio Austral. Gracias al uso de constelaciones, la astronomía moderna ha podido
ubicar, con toda precisión las observaciones y las predicciones de fenómenos como eclipses de Sol y de
Luna, ubicación de planetas y de explosión de estrellas que fueron registradas en fechas remotas por
diversos pueblos cuya dependencia y comunicación con la Naturaleza era muy elevada, pero que luego se
fue perdiendo conforme el hombre comenzó a depender del desarrollo tecnológico masivo y se asentó en
urbes.

A juicio del italiano Giorgio Abetti, astrónomo e historiador de la astronomía en los tiempos remotos:
“Además de la contemplación de los hechos naturales frente a las maravillas de la creación, el sucederse de
los días y las noches, las lunaciones y las estaciones, habrán llevado al hombre por las necesidades mismas
de su vida, a hacer un recuento, si bien rudimentario del tiempo propio para gobernar sus sencillas
actividades agrícolas, venatorias o pastoriles. Los hombres de la época paleolítica que seguramente
intentaron determinar la duración de las estaciones, el período de las lunaciones y trazaron las formas de las
constelaciones y el movimiento de los planetas entre las estrellas, fueron los que dieron los primeros pasos
en la ciencia que más tarde se iba a denominar astronomía.”

Y Abetti infiere que, por la imposibilidad en unos casos, y por la dificultad en otros, de las comunicaciones
de aquellas épocas: “En los tiempos prehistóricos se formaron centros de cultura en las diversas regiones de
la Tierra; esta cultura, si bien primitiva, estaba adaptada y desarrollada de acuerdo con las condiciones de los
diferentes pueblos, sus tradiciones y costumbres; de acuerdo, también, con el clima propio de cada región.
No tiene sentido, por tanto, hablar de un origen o invención de la astronomía, y aún menos localizarlo en tal
o cual lugar.”

Es necesario sin embargo distinguir entre conocimiento astronómico, que puede ser más fácilmente ubicado
en el tiempo y conocimiento cosmogónico o cosmológico (indistinguibles en las primeras épocas). Así todos
los pueblos primitivos -independientemente de sus conocimientos astronómicos acerca del Sol, la Luna,
unos pocos planetas, estrellas, cometas y aerolitos, tenían ricos y variados mitos cosmológicos y mitos
creacionistas; precisamente como una forma humana de develar el misterio de la creación.

Como una constante planetaria cada pueblo antiguo tenía una visión del mundo centrada primordial y
exclusivamente en su propio grupo, que habría sido creado expresamente por un mismo creador principal o
por dioses secundarios, después de la creación del contorno: cielo, tierra, mar, lagos, ríos, montañas,
desiertos, según fuese el lugar que habitara. También como una constante planetaria todo grupo en la
Antigüedad daba más importancia al mito antropogénico (referido a los seres humanos y a los animales
próximos, o quizá a un lugar geográfico especial), que a la creación cosmológica propiamente dicha, esto es,
al Sol, la Luna, los planetas, las estrellas y otros objetos astronómicos fácilmente discernibles.

De igual manera los mitólogos han llegado a discernir bien tres tipos de mitos que en los relatos de la
creación suelen ocupar-mutatis-mutandis- este orden de prelación: creación del contorno por un dios
principal (dios creador), creación de los dioses secundarios o dioses tutelares( teodicea), y creación del ser
humano por esos dioses secundarios( antropogénesis ).

Esa característica del ser humano persiste hasta nuestros días: se da mucha importancia a la necesidad, a lo
cotidiano, se otorga menos importancia a lo que ocurre en los contornos más alejados y muchísimo menos a
los acontecimientos cósmicos lejanos, bien porque se desconocen del todo o porque su lejanía crea un temor
instintivo frente a la imposibilidad de descifrar tales objetos y los fenómenos asociados a estos.

En una obra reciente, "Los Verdaderos Pensadores de Nuestro Tiempo" los planteamientos del antropólogo
francés, padre del “estructuralismo”, Claude Levi - Strauss, allí recogidos, confirman la tesis de Abetti, ya
que, a su juicio: “Si bien el pensamiento occidental está dominado por lo inteligible, desterramos nuestras
sensaciones para manipular conceptos. E inversamente el llamado “pensamiento salvaje” calcula no con
datos abstractos, sino con las enseñanzas de la experiencia sensible... Pero, en ambos casos el hombre se ha
esforzado por descifrar el Universo y, el pensamiento salvaje, a su manera, lo consigue tan bien, como el
pensamiento moderno” .

Y, por su parte, en 1989, el astrónomo Alexander Thorn especialista inglés en enclaves megalíticos célebres
(entre ellos Stonehenge y Avebury en las Islas Británicas) que dan cuenta del conocimiento astronómico de
los celtas (entre 4.000 a 1.500 a.C.) afirma que: ...“las reglas de la matemática y astronomía prehistóricas
practicadas por los hombres megalíticos se desarrollaron con asombrosa precisión sin la ayuda siquiera de
un lenguaje escrito”.(

Esto confirma que gracias a la "intuición", clasificada por los filósofos en las categorías de fenomenológica,
emotiva y volitiva, según sean las condiciones en que se produce esta forma de conocimiento, los antiguos -
sin instrumentos adecuados para nuestros parámetros tecnológicos contemporáneos y nuestro concepto de
cultura - logran desarrollar ideas o hacer cálculos que sorprenden por su notable acercamiento con el
conocimiento moderno del Universo, salvadas, por supuesto las diferencias semánticas.

Conforme se ahonde en el conocimiento de la prehistoria y aparecen ediciones de libros críticos, la
“frontera” de nuestras apreciaciones y valoraciones irá retrocediendo en el tiempo, y esto permitirá valorar
con criterios más certeros el conocimiento acumulado por los pueblos antiguos, tanto en sus mitos
cosmológicos y creacionistas, como en sus conocimientos puramente astronómicos. A esto se ha unido
también en la última década, el impacto de la prospección arqueológica derivada del uso de satélites
artificiales, que detectan con facilidad ciudades enteras cubiertas por vegetación y por lo tanto,
prácticamente desconocidas para la ciencia.

Planteadas las disgresiones anteriores, puede entonces afirmarse que hay, por ahora, evidencias concretas
para situar en la etapa inicial de este Primer Momento algunos parámetros básicos que se referirán no a todas
las culturas planetarias, sino esencialmente a la cultura occidental. Comencemos, entonces por señalar que la
cultura occidental es el resultado, a grandes rasgos, de dos desarrollos motivacionales e intelectuales
independientes: la filosofía y la ciencia de los griegos, basadas en una comprensión racional del mundo, y la
fe y ética de los judíos, con su preocupación por la condición humana y la interacción entre los seres
humanos.

Pero en el trasfondo, también se encuentra el conocimiento inicial empírico tomado por los griegos de otros
pueblos que acumularon “datos utilitarios", obtenidos principalmente por la vía empírica ( presumiblemente
egipcios, caldeos, babilonios, hindúes y chinos).En esta ocasión debe afirmarse también que los
conocimientos de primera línea provenientes de otros pueblos (antiguos americanos, habitantes de islas del
Pacífico y australianos), hasta donde se conoce , siguen desarrollos tan autónomos que no fueron integrados
a la cultura occidental del todo, o tan solo parcialmente, por lo que son prácticamente marginados en ese
acervo que hemos heredado.

¿Cúales son, entonces, bajo tales parámetros los hitos más significativos que marcan el período bajo
examen? Para facilitarnos el trabajo dividiremos el conocimiento antiguo en dos grandes derroteros. Uno la
elaboración cosmogónica mítico-religiosa, que por sus características será retomada en más adelante , bajo
el título genérico: "Cosmogonías" para permitirnos examinar expresamente los orígenes y las
transformaciones de ese tipo de conocimiento. El otro derrotero que es el que se sigue en este Capítulo se
referirá exclusivamente a la transformación de datos empíricos derivados de la observación en
conocimientos cada vez más exactos, que van dando forma a la cosmología como elaboración científica.

Hecha esta aclaración la cosmología que se conoce en Occidente (y que en la práctica es la aceptada en
todas las latitudes actualmente por razones científicas, aunque no por fundamento cultural) es la resultante
de estos aportes,mientras los nuevos estudios no modifiquen el panorama :

a) Los egipcios (30 siglos a.C.) adoptan el año solar de 365 días igual que los “premayas” en Mesoamérica
lo harían varios siglos después. También - según refiere Cicerón - los primeros descubren el movimiento de
traslación de Mercurio y Venus, alrededor del Sol.

b) Respecto a los hebreos (pese a su contacto con los caldeos) no se distinguen por sus conocimientos
astronómicos aunque al darse las continuas “diásporas” a las que se vieron obligados legan a la humanidad
(por razones religiosas) un concepto preciso de división del tiempo en semanas, vitalmente ligado a su
visión, muy particular, del Universo. Su preocupación aunque es de otra naturaleza , pues se centra en la
relación Hombre-Dios para establecer una correlación de carácter moral, ha pasado a la posteridad registrada
en la Biblia y va a incidir luego -con gran fuerza- en las concepciones de la creación. Los hitos mas
importantes para estos efectos están fechados según esta secuencia:
“ Abraham puso fin al sacrificio humano en el año 1800 a.C.; Moisés (1300 a.C.) estableció el día de
descanso, aplicable también a los esclavos y animales domésticos; Amos (800 a.C.) predicó la justicia
social; Isaías (700 a.C.) concibió la idea de la paz universal en un mundo que todavía mil años más tarde
consideraba la guerra como la actividad humana más importante. Mil años antes de la era cristiana, los
judíos ya habían desarrollado la idea de las escuelas, creando la base para lo que posteriormente serían
sociedades orientadas a la educación general. En Atenas habían Academias unos 500 años antes de Cristo.
Con la destrucción del Segundo Templo, en el año 70, la cultura y los rituales judíos se concentraron más
aun en el estudio. Unos siglos más tarde, ya en la Europa Medieval, todos los varones judíos eran literatos,
mientras que entre los cristianos, solo los clérigos sabían leer ”. La dispersión de los judíos llevó su cultura a
todo el mundo antiguo, desde Babilonia (actualmente Irak) hasta Egipto y España (conocida como “Sefarad”
y de ahí a América).

c) Acerca de los fenicios se tienen pocas informaciones, salvo que por ser navegantes deben haber
investigado los métodos de orientación en el mar, por el uso de las estrellas.
d) Los sumerios aportan a la Humanidad un relato de la creación que tiene un gran parecido al relato bíblico
judaico,tema que se examina luego.

e) Sobre los antiguos hindúes, dado que sus conceptos sobre la astronomía constituyen más bien una
filosofía acerca de la creación y destrucción de los mundos, se conoce que sus planteamientos son fruto de la
intuición (para unos) o de la fantasía (para otros). En concreto creían que la Tierra era esférica, rodeada de
planetas y sostenida sin ningún soporte en el espacio (aunque caía sin cesar). En las obras conocidas
genéricamente como "Vedas" y "Upanishad" aparece la contribución más original de los antiguos hindúes al
conocimiento referidas a la Creación.

f) Con referencia a los chinos - aunque siempre se ha afirmado que poseyeron avanzados conocimientos
astronómicos en la antigüedad - no hay aun documentos que lo comprueben. Ahora bien, una reconstrucción
con base en los pocos vestigios existentes permiten concluir que tenían estos conocimientos que evidencias
que lo que existe es carencia de estudios mas profundos sobre esta rica cultura:
cálculo de eclipses en el siglo XL a.C.; coordinación del calendario solar con el lunar, mediante la
intercalación de 19 lunaciones en 19 años (ciclo de Metón); división del Zodiaco en “28 casas” (o división
del cielo observable en relación con las constelaciones conocidas, según su latitud); en 1100 a.C. establecen
la oblicuidad de la elíptica y la porción del solsticio de invierno. En el siglo V a.C., por razones político -
religiosas se destruyen todos los documentos y se abandona el estudio de la Astronomía. Sin lugar a dudas
en la obra “Tao Te Ching”, atribuida a Lao Tse, reposa el principal aporte chino a la elaboración de teorías
sobre la Creación.(9 )

g) Los astrónomos asirio - babilonios (cerca de 747 a.C.) alcanzan a pronosticar - con cierto grado de
aproximación - las estaciones y las retrogradaciones de los planetas, su nacimiento y ocaso helíaco; su
acercamiento a las estrellas más destacadas del Zodíaco. Además alcanzan a calcular los novilunios y a
predecir los eclipses.

h) Por razones históricas los conocimientos de los antiguos pobladores de América (que son distintos en el
Norte, Sur y Centro (o Mesoamérica) no ingresan a la corriente de desarrollo de la cosmología; pero sí en
Mesoamérica (desde el siglo V a.C.) se ha determinado:
que se utilizaba un calendario solar complicado con base en el planeta Venus (aún sin conocer la forma de la
Tierra y sin tener el cálculo de los solsticios y equinoccios); que hay identificación de los planetas;
predicción exacta de eclipses de la Luna y del Sol; conocimiento de la Vía Láctea como conglomerado de
estrellas, y además se ha registrado el conocimiento de tres calendarios diferentes y muy exactos; el uso del
cero - desconocido en Europa - y concretamente en Costa Rica el de instrumentos de jade (muy similares a
los utilizados por los chinos de la Dinastía Hsün - Chi) para calcular diversos fenómenos celestes.

El estudio del conjunto de la prehistoria americana ha quedado relegada tanto en lo geológico -
arqueológico, como etnológico a las categorías, divisiones y criterios elaborados en Europa y no es sino
hasta fechas recientes en que ha comenzado a tomar personalidad propia. Así, al haber predominado la idea
del poblamiento exclusivamente por el Norte (por la vía del Estrecho de Behring) los estudiosos han
quedado supeditados a los poblamientos euroasiáticos y apenas comienza a develarse una situación
diferente.

Un recuento que permita situar en contexto los conocimientos arqueoastronómicos en América, que no
pueden ser vistos de conjunto, sino por regiones, debe considerar, necesariamente dos problemas concretos:
a) La destrucción de documentos por parte de los europeos colonizadores ha dificultado la reconstrucción
del conocimiento de estos pueblos;
b) Si el poblamiento se inició por el Norte (Estrecho de Behring) y luego se fue extendiendo hasta la
Patagonia, la evolución es diferente a si hubo oleadas migratorias procedentes de otras latitudes y en fechas
distintas, tal como se señala en los últimos años.

En la obra “Los Orígenes del Hombre Americano” el paleontólogo francés Paul Rivet relata que el origen
del hombre americano y consecuentemente de los adelantos que estos tenían respecto a muchas ideas
prevalecientes en Europa, hicieron que desde el Siglo XV - fecha de la llegada de Cristóbal Colón, hasta
entrado el Siglo XIX, se especulara, tratando de explicar esos adelantos de distintas maneras, pero
coincidentes todas en dar el crédito a otros pueblos, básicamente a los europeos. Las ideas de Rivet deben
comprobarse , a la vez que habría que advertir del nacimiento de propuestas altamente fantasiosas que
involucran a hipotéticos seres de otros planetas o de otras galaxias como los “maestros” de los primeros
creadores de cultura visible en monumentos que evidencian –en todos los casos-un conocimiento adecuado
de las técnicas de ingeniería, que supondrían- a la vez-conocimientos de geometría y matemática ,al parecer
ligadas a cálculos astronómicos de fenómenos estelares (movimientos del Sol, la Luna y estrellas) que
estarían ligados a prácticas agrícolas y a la guerra

Pero, sea cual fuere la verdad de lo acontecido con el poblamiento americano , de acuerdo con el historiador
francés Paul Chalus en la obra: “El Hombre y la Religión” que investiga las fuentes psicológicas de las
creencias y los conocimientos iniciales de los diversos pueblos que poblaron la Tierra, en la segunda mitad
del siglo XX, después de tantos descubrimientos históricos, prehistóricos y etnográficos; de
profundizaciones psicológicas y de estudios sobre todas las religiones del mundo, es un hecho indubitable
que las primeras relaciones del ser humano ,independientemente de donde se asentaron, lo fueron, en este
orden sucesivo: primero con la Naturaleza circundante; luego con la Luna y más tarde con el Sol y los
planetas.

El influjo de la Luna obedece al hecho innegable de que forma parte de la Tierra ( no sólo desde el punto de
vista estrictamente astronómico), sino contemplado desde la visión ingenua primitiva. Al respecto cuenta el
divulgador científico británico Colin Wilson que la existencia de la Luna es la causa primordial del concepto
geocentrista que desde el principio tuvo el hombre. Dice sobre este particular: “Isaac Asimov, catedrático de
bioquímica y autor de novelas de ciencia - ficción, ha emitido una atractiva hipótesis sobre la Luna.
Considera una desdicha que nuestro planeta la apresara. Como veía que giraba alrededor de nosotros, el
hombre antiguo dedujo que el resto del Universo también lo hacía. Eso... le obligó a pensar que la Tierra era
lo más importante del Cosmos y el ser humano, su señor, la criatura principal” . Y concluye Colin: aquí
estamos...a fines del siglo XX, saqueando la naturaleza y destrozando el medio ambiente sólo porque
creemos que el hombre es la medida de todas las cosas.”

En realidad - como propone Asimov - , cuál hubiera sido la diferencia si Venus hubiera apresado nuestro
satélite. Al observarlo -pues hubiera sido perfectamente visible- los antiguos hubieran comprendido que el
lucero matutino y el vespertino eran uno sólo: y que, puesto que se mostraba primero en un lado de Venus y
luego en otro, hubiesen colegido que giraba en torno al planeta. En consecuencia para Asimov, quien
prosigue la argumentación: “Habría sido lógico efectuar la misma observación sobre Venus y su posición en
relación con el Sol, y comprender que tanto tal planeta como Mercurio rotaban alrededor de él. Esto implica
...que los sumerios hubiesen reconocido que la propia Tierra era probablemente un satélite del Sol, y el
Universo copernicano hubiera sido aceptado tres mil años antes. Y el hombre jamás se hubiese ufanado de
su posición en el Universo, y no correría ahora el peligro de exterminarse.” Y termina Wilson: “Cito la
argumentación de Asimov por parecerme un interesante ejemplo de actitud científica “racional”.

Si se sigue esa lógica, para llevarla al campo de lo social cabe recordar que en la era moderna se ha
propalado la idea de que el “principio masculino” está ligado al concepto día y éste al de orden que a su vez
se representa por la luz del Sol. Por lo contrario el “principio femenino” se liga a la idea de noche y
desorden y ambos se asocian a la escasa luz reflejada por la Luna. Pero en realidad las mitologías antiguas
concebían ambos conceptos como complementarios y, por mistificaciones de orden filosófico primero, luego
religioso y finalmente cultural y aún político, se fueron confundiendo y no es sino hasta hoy en día que la
racionalidad (identificada con la masculinidad) a juicio de la antropóloga sueca Clara Sharrat, ha comenzado
a ceder su hegemonía a la intuición (identificada con la feminidad), buscando su eje de equilibrio.

Este cambio de paradigma, a juicio de Sharrat: ...“va a permitir un cuestionamiento de lo que se ha
considerado “verdad científica”, pero en el fondo es sólo “confusión ideológica”. Así las cosas estos
primeros estadios de la cosmología al ser replanteados, desde una visión nueva en donde las clásicas
polaridades masculino - femenino - bueno - malo - Dios - Diosa - Naturaleza - Cultura, tienden a
desaparecer o a nivelarse, y al ser revisadas desde la perspectiva del “enfoque de género”, es posible que
depararán muchos cambios en las concepciones atribuidas a los antiguos y a sus conocimientos sobre el
Cosmos.

Dada la importancia de los mitos cosmológicos y creacionistas así como de los mitos teogónicos, en otras
partes de esta obra se volverá sobre ellos. Mientras señalemos que en términos generales puede concluirse:
a) Es altamente probable que se haya dado una mutua transculturación mitológica entre pueblos en contacto;
pero no hay aún pruebas tan fidedignas como si ocurre con la etapa que se examina a continuación.
b) Si no ha habido una mutua transculturación que justifique coincidencias, al menos es plausible la
hipótesis de que hay un trasfondo fisiológico-intuitivo común que explicaría muchas coincidencias en la
emoción que acompañó el esfuerzo de los antiguos por descifrar el entorno.

Independientemente de cuál de estas posibilidad tenga mayores visos de realidad, lo cierto es que esos
conocimientos antiguos mezcla de intuición y empirismo desembocan en un esfuerzo diferente que
eclosiona en una ciudad mercantil de una isla griega, para dar nacimiento a las primeras elaboraciones
propiamente científicas y para iniciar un cambio significativo: del anonimato en la creación del
conocimiento, se pasa a una fase en que el esfuerzo cognoscitivo queda singularizado. A partir de ahora los
progenitores de ideas recibirán el reconocimiento de la historia.

b) Etapa de la Convergencia Cultural.- Esta segunda etapa del Primer Momento se caracteriza por el
entrecruce cultural y el nacimiento de nuevas elaboraciones racionalistas, a partir del encuentro entre las
ideas míticas y las mediciones empíricas (aportes de los pueblos orientales, caldeos, babilonios y egipcios) y
el modo de pensar sobre este acervo religioso-cultural (aporte griego) que se inicia en Mileto. Y es necesario
insistir en la contribución de una visión ética de la creación y por tanto de la Historia, esto es del papel del
ser humano en la Tierra, que en Occidente aparece claramente asociada a la cosmovisión judaica-cristiana.

Es necesario tratar brevemente con un ejemplo concreto, como se produce la convergencia, la
transculturación y la síntesis resultante: la primera escuela filosófica griega se ubica en Mileto, que era la
mayor ciudad griega de su época y el puerto donde se encontraban Oriente y Occidente; una ciudad rica,
cuyos habitantes, emprendedores y con gran iniciativa, recorrían el mundo que conocían en busca de
negocios.

El mundo civilizado con el que los milesios entran en relación, ( Asia y Egipto), habían llegado a la cumbre
de sus civilizaciones: sus ideas religiosas y sus conocimientos científicos se habían ido elaborando en el
transcurso de los siglos, y se encontraban repletos de sabiduría y de creencias, que al ser retomadas,
retocadas, repensadas y difundidas originarán el llamado “milagro griego”, que no es otro que la
inauguración en esa latitud específica de una nueva forma de sacar conocimiento del entorno misterioso que
rodea al ser humano y del propio devenir de las personas sobre el que se asienta - desde entonces - nuestro
modo de conocimiento científico y lógico que originarán la filosofía y la ciencia accidentales.

A grandes rasgos la filosofía es un intento de la razón por explicar las relaciones entre algo que se intuye
como superior a lo fenoménico, algo que está más allá de los fenómenos físicos y tales fenómenos físicos. Si
la naturaleza es una sucesión de fenómenos físicos, la filosofía buscará unirlos en una explicación que vaya
aun más allá de estos y además tratará de encontrarles la causa que los produce y la razón de su existencia.

La historia de todos los intentos de encontrar una explicación metafísica a la naturaleza, es la reiteración -
desde diversos ángulos y en épocas diferentes- a escapar de la naturaleza, a develar su misterio y por lo tanto
a encontrarle sentido a la vida. Pero esa develación la intentará el ser humano imaginando el mundo es lo
que el piensa que es. La inteligencia debe zambullirse en el misterio -lo irracional e ignoto- para
racionalizarlo; para perderle miedo (para superar la debilidad e insuficiencia del ser humano) y por lo tanto
para encontrar una explicación válida de la causa de la existencia del Universo; así como de su razón de ser.

La filosofía al igual que la religión en cierto sentido reconoce y acepta el misterio al tratar de explicarlo,
uniendo datos empíricos y buscando el sentido oculto en ellos para develarlos.Pero si el milagro griego es el
fruto del pensamiento, este es un fenómeno individual y no una empresa de un pueblo, como lo expone en la
obra “Las Civilizaciones Antiguas” el historiador francés Jacques Pirenne lo que nos permite tener una
visión apretada de este proceso inicial que ya no se refiere a elaboraciones mitológicas colectivas, como
ocurre en la primera fase anterior, sino a aportes concretos y específicos , que pueden atribuirse a personas
singularizadas.

Este es el caso de Tales de Mileto, de origen fenicio, nacido en el último tercio del siglo VII, entre el año
640 y 630, quien era, como sus conciudadanos, un gran viajero y un hábil hombre de negocios. De un modo
natural, sus viajes le condujeron a Sardes y a Egipto. Tenía un espíritu abierto y curioso. En Egipto estudió
geometría y astronomía, tomando contacto con las ideas religiosas del país e investigó también las causas de
las crecidas del Nilo. Se inició en Sardes en las concepciones de la génesis y la astrología babilónicas.
Dotado de un espíritu enciclopédico, fue, a la vez, hombre de Estado, hombre de negocios, ingeniero, sabio
y filósofo.

Tales fue el fundador de la primera escuela filosófica griega. Su filosofía, como sus conocimientos
científicos, procedía enteramente del pensamiento oriental sacado de las génesis babilónica y egipcia,
estableciendo de este modo las bases de una visión física y científica del Universo. Indudablemente, los
babilonios situaban ya a los elementos antes que a los dioses en la formación del mundo. Pero no habían
desglosado de la teogonía sus primeras ideas sobre la génesis física del mundo. Esto es lo que hizo Tales,
que no buscaba, como lo hacían los babilonios, el describir, sino explicar las causas de las cosas.

Despojando a las ideas babilónicas de su carácter religioso, que para él no tenían valor alguno, llegó a la
consideración de los elementos por sí mismos y a buscar la explicación física de una conclusión, ya
formulada por los caldeos, y que adoptó íntegramente. Su concepción, según la cual el alma penetra el
mundo enteramente, no es más que una transposición de una concepción religiosa egipcia, adoptada como
base de su razonamiento. Pero mientras para los egipcios la materia es penetrada por el espíritu del mundo
(que se manifiesta bajo su forma consciente y creadora en el dios Ra) para Tales el "aparato religioso"
desaparece, y por primera vez la materia y el espíritu son considerados independientemente de la divinidad.
No era preciso, por otra parte, exagerar en este sentido, pues al decir que “todo está lleno de dioses”, Tales
unía su filosofía a la concepción panteísta egipcia. No ha llegado hasta nosotros obra alguna de Tales. Ni
siquiera sabemos si llegó a escribir su doctrina, pero formó una escuela que fue luego dirigida por su
discípulo Anaximandro.

Al igual que Tales, Anaximandro (610 a.C.) estaba instruido en las teorías de astrología y meteorología de
Babilonia. Enseñó en Grecia la división del día en doce horas y construyó en Esparta un cuadrante solar
sobre los principios caldeos, pero inspirándose en mapas lydios confeccionados para cubrir las necesidades
de las caravanas que iban hacia Babilonia y que no hacían más que recoger los conocimientos astronómicos
de los babilonios, pero dándoles un cariz científico. Lo que buscaba, sin embargo, no era reunir elementos
para predecir el futuro, como hacían los astrólogos caldeos, sino descubrir las relaciones entre la tierra y los
astros.

Concibió entonces - y esta es una idea nueva - la noción del infinito, del que hizo el principio de todas las
cosas. El infinito adquiere, en su física, el lugar que ocupa el caos en el génesis egipcio. Para Anaximandro,
quien dejó una obra: “Sobre la Naturaleza”, la materia es "un cuerpo infinito dotado de un movimiento
eterno, bajo cuya acción se produce el nacimiento de los mundos. En su origen esta materia o sustancia
primordial es un caos, una mezcla, que en sí no es uno de los elementos primordiales, pero del cual habrán
de surgir estos. El infinito es, pues, un cuerpo ilimitado del que un día emergió la tierra". Transpuesta al
plano físico, esta es, exactamente, la tesis egipcia del origen del mundo, del movimiento reemplazando al
espíritu difuso que, en la cosmogonía egipcia, crea el movimiento.

Según Anaximandro: "En el seno del caos, bajo la acción del movimiento, se separan los elementos
opuestos, el calor y el frío, bajo el aspecto del fuego y del aire ( idea que todavía es egipcia) Se forma una
esfera de llamas, como la corteza alrededor del árbol, en torno del aire circunterrestre. Esta esfera de llama
se rompe y sus pedazos producen los astros. El aire central se divide a su vez en tierra, agua y aire". Así, la
teoría evolucionista de Anaximandro sustituye al mito de la creación sucesiva. Asimismo, aplica la noción
de la evolución a la aparición de los seres vivos, (idea tomada de Caldea). Los primeros seres vivos: Se
desarrollaron en el agua primitiva. Primeramente fueron semejantes a peces y después se fueron adaptando
progresivamente a las regiones desecadas, hasta que finalmente, hizo su aparición el Hombre".

Estas ideas de Anaximandro son, casi sin modificación, el mito evolucionista formulado por los sumerios
desde el tercer milenio. Anaximandro extrajo también una religión y una moral de la teoría física: Dios
incorporado al infinito, y el dualismo entre el frío y el calor, asimilado al conflicto de los elementos
contrarios, es decir, del bien y el mal, y también de la vida y la muerte. "Todo viene del infinito y todo
vuelve a él" (ya que se nace de lo que existe, y también hacia lo que procede la corrupción, en la medida de
lo necesario), pues los seres se pagan, unos a otros, las penas y reparaciones de sus injusticias siguiendo el
orden del tiempo”. ...toda evolución acaba en disolución: los mundos vuelven al infinito y el cielo se inicia
de nuevo".

Anaximeno sucedió a Anaximandro, floreciendo, en el año 546, cuando Mileto fue conquistada por los
persas. Sus obras, que se han perdido, estaban escritas en un lenguaje sencillo y sin pretensiones. Fiel a la
idea del principio inicial, éste lo sitúa en el aire, que, según la concepción de Anaximandro, es infinito: "el
aire, al dilatarse y comprimirse, produce todas las cosas. El fuego está constituido por aire ramificado y los
vientos por la condensación de una parte del aire que se ve empujada por otro menos denso; el aire está, en
principio, condensado, y son las nubes las que, por un progreso de esta condensación, se mudan en lluvia; y
la condensación más completa del agua, da nacimiento a la tierra, y después, a las rocas".

Por aire, principio primordial en movimiento incesante. Anaximeno de Mileto entiende el hálito o vapor que
da aliento al cosmos. Todo procede del aire infinito y todo vuelve a él. De ese protoelemento derivan
mundos, meteoros y seres orgánicos e inorgánicos. Distingue dos clases de fuerzas: la de condensación y la
de dilatación o rarefacción. La primera provoca el enfriamiento; la segunda fuerza, el calentamiento. De la
rarefacción del aire nace el fuego; de su condensación brotan los demás elementos, los meteoros y las
piedras. La Tierra (una tabla o disco plano rodeado por agua, según Aecio) flota sobre la atmósfera y
constituye el centro, a cuyo alrededor giran el sol y los planetas.

Para Anaximeno el aire es una potencia viviente: es Dios. Y el alma del hombre no es más que un fragmento
: “Nuestra alma al ser de aire, es, en cada uno de nosotros, un principio de la unión; igual que el aliento o el
aire contiene el mundo en su conjunto”. No se puede evitar la evocación del “ka” egipcio, cuya unión con la
materia asegura, en cada ser, su forma y su vida, y que, como el alma de Anaximeno, es un soplo que hace
vivir al hombre, igual que vivifica al Universo. Esta asimilación es tanto más asombrosa cuanto que, para
Anaximeno, el aire es un dios,dotado,por definición intrínseca de proporciones perfectas.

Y dado que en los poemas homéricos (Iliada y Odisea) la palabra kosmos tenía un sentido de orden
relacionado con acciones humanas (remeros bogando ,por ejemplo) ,servía tambien para indicar la
proporcionalidad y la disposición armónicas, por lo que, a finales del siglo
VI a.C., kosmos vino a significar –preferentemente- una disposición ordenada y permanente evidenciada en
los fenómenos observables en la tierra ,el mar y el firmamento. Tal es el sentido que le da Anaxímeno, y así,
la astronomía queda subsumida en la cosmología.

c) Etapa de Síntesis.- Con la etapa que se inicia en la escuela filosófica de Mileto, la historia del
pensamiento humano franquea una puerta del conocimiento abandonando el plano mítico y religioso, para
abordar el desciframiento del misterio de la creación -la explicación del Universo- el plano racional. Quedan
establecidos así, los primeros fundamentos de un método científico, que constituye la primera manifestación
propia del genio de Grecia.

En el momento en que los griegos se inician en los conocimientos científicos y en las creencias religiosas del
Asia y de Egipto, estas llegan, después de treinta siglos de evolución a su apogeo. La génesis religiosa del
mundo, la concepción del alma y de la vida futura y la moral han dado a la religión egipcia una tendencia
señalada hacia el monoteísmo panteísta que sin llegar a concepciones filosóficas, ha planteado los problemas
del origen y la finalidad del Universo y del hombre.

Tanto en Egipto como en Caldea, se obtienen resultados considerables en aritmética, geometría, astronomía
y medicina; pero, del mismo modo que las concepciones del origen del mundo no han abandonado el terreno
de la intuición religiosa, el método, a través del que son obtenidas las conclusiones científicas, no ha
rebasado el período del empirismo. El proceso de síntesis griega por un lado permite el nacimiento de la
filosofía y ciencia; pero por otro lado sepulta el sentimiento de los pueblos que produjeron las ideas
originales.

Las conclusiones de los pensamientos caldeo y egipcio estaban rodeadas de una multitud de tradiciones
sagradas, preciosa para los pueblos que las vivieron, pero incomprensibles para los griegos. Los griegos, que
no se veían entorpecidos por tradición alguna, tomaron de los egipcios y caldeos las conclusiones de sus
pensamientos religiosos y científicos, sin preocuparse del fárrago de sus antiguas creencias nacionales. Y
cuando, a su vez, se plantean los grandes problemas, en que las religiones y las ciencias se debatían,
buscando su resolución durante decenas de siglos, no tuvieron más que recoger los resultados que les
aportaba la sabiduría que les acompañaba.

Las ideas que presentaban un carácter sagrado para los egipcios y caldeos, no ofrecían para los griegos más
que consideraciones científicas. La comparación de las conclusiones babilónicas y egipcias, rodeadas, unas y
otras, de un inmenso prestigio, pero ofreciendo diferentes soluciones a los grandes problemas del futuro y
del fin, había de orientar, necesariamente, su pensamiento por el camino de la indagación y de la crítica.

Disponiendo los griegos de todos los medios puestos por la época a disposición de sus pensadores: escritura,
técnica, obras teológicas, manuales de matemáticas, de astronomía y de medicina, adquirieron los más
elevados conocimientos y, al mismo tiempo, los medios de compararlos y discutirlos, sin verse sometidos a
ningún conformismo tradicional. Esta independencia de todo conformismo, se explica, en sí, por el carácter
esencialmente comercial de las ciudades jónicas.

Debe resaltarse que los pueblos desarrollados sobre la base de la evolución agrícola conocieron sólo
progresos intelectuales lentos, debido a los conceptos de solidaridad impuesta por la tierra y por la familia,
que entorpecen la independencia individual y generan una estabilidad de las concepciones intelectuales y de
las formas sociales, poco favorables a la creación de nuevas actitudes del pensamiento. Por el contrario, el
comercio marítimo ejerció sobre los milesios y los griegos de Asia, en general, una influencia que determinó
su orientación intelectual.

El comercio marítimo y la riqueza que le acompañó tuvieron por consecuencia que se produjera en las
ciudades griegas una rica burguesía, el principio esencial de cuya organización jurídica fue el de la
independencia individual. Los milesios puestos directamente en contacto con los pueblos extranjeros más
civilizados de su tiempo, eran, no solo capaces de asimilar sus concepciones religiosas, científicas y
artísticas, sino, asimismo, de escapar a su influencia y tomaron de los babilonios y egipcios no solamente sus
conocimientos y creencias, sino que los “recapitularon” con su asombrosa libertad y su cuidado por hallar la
verdad, virtudes que constituyen su aportación más considerable a la civilización antigua y así transformaron
el empirismo en un método científico, y sometieron las ideas religiosas al examen de la razón, lo que les
permitió crear los primeros sistemas filosóficos.

En esta última etapa de síntesis, los milesios fueron innovadores, especialmente, en el plano filosófico y
extrajeron de las teologías egipcia y asiática, las sencillas conclusiones que los orientales habían preparado y
presentido, sin llegar a liberarlas.

De acuerdo con Pirenne: “Gracias a la reconceptualización sufrida en Mileto, las ideas de Egipto y Caldea,
que, desde siglos atrás, no llegaban a salir de los círculos del empirismo y la teología, en los que se habían
formado, adquieren un nuevo impulso; se rompe la argolla del arcaísmo que mantenía encerrado el
pensamiento oriental, despojándolo del lastre simbólico, bajo el que se ahogaba. Le priva de sus caracteres
específicamente nacionales y, sustituyendo concepciones grandiosas, pero confusas por idea sencillas y
coherentes, les da, bruscamente, el valor universal que los más grandes espíritus de la antigüedad - tales
como Amenofis IV - trataron, vanamente, de hacer triunfar.

En Mileto, intervino la influencia de los fenicios, que, con sus mercancías, introdujeron las ideas religiosas
del Asia: el culto del gran dios de Biblos, Tamuz - Adonis, que es también un culto agrario. Este se añadirá
al culto cretense, muy próximo, por otra parte, a las ideas asirias llegadas de Egipto. Los cultos tebanos de
Dionisio y de Deméter fueron importados por los fenicios (y no serían otra cosa que la transposición de los
cultos de Osiris y de Isis, que los fenicios había recibido de Egipto). Asimismo las teogonías babilónicas,
que, a partir del reinado de Hammurabi, toman una forma definitiva y las ideas caldeo - sumerias sobre la
vida de ultratumba y la adivinación, que ejercía una actividad indiscutible y secular, penetran también
profundamente en la Grecia aquea”. Más tarde habrá de hacerlo igualmente el monoteísmo judaico -
cristiano para producir otra síntesis. Las síntesis posteriores (el encuentro entre el pensamiento europeo y los
pueblos que fueron conquistando en diversas latitudes en períodos muy separados en el tiempo), no llegarán
-sin embargo- a causar los mismos impactos en el pensamiento occidental.

Sin embargo para el filósofo norteamericano de la ciencia Marshall Clagett, quien difiere de Pirenne: ..."se
dice sin razón, que la filosofía y la ciencia empezaron en las orillas jónicas de Asia Menor. Al menos, por
ahí abren los manuales, que repiten, a modo de ritornelo, que ve un tránsito del mito a la razón. Expresión
que se contradice con la acostumbrada afirmación inmediata de que los primeros sabios griegos acudían a
Egipto para aprender. ¿Qué enseñaban allí? En los tres campos en que sobresalieron los griegos se habían
adelantado los egipcios: astronomía, historia natural y medicina. Tejieran o no teorías, sabemos que
recopilaron numerosísimos datos tras hábil observación Y tal vez sea ese el tránsito auténtico, natural por lo
demás: de los datos a la teoría".

En abono a esta tesis la historia registra datos concretos debidos as la observación sistematica y rigurosa de
la naturaleza .Por ejemplo, los egipcios llamaban a su divinidad Señor de la eternidad o Señor de los años.
Además de su sentido directo, esos títulos tenían también un significado del papel que la deidad ejercía en el
establecimiento de un calendario sistemático. Hasta el Viejo Reino se remonta la existencia del calendario
civil de 365 días. (Usaron también dos calendarios lunares). Constaba de 12 meses de 30 días cada uno más
cinco días epagoménicos.

Cada cuatro meses formaban una estación. La primera se llamaba Akhet ("inundación") y comenzaba con la
subida repentina del nivel del Nilo: la segunda, Peret ("emergencia"), anunciaba la emergencia del suelo y
de la vida vegetal, la tercera, Shemu (descenso de las aguas), correspondía al tiempo de la cosecha. Cada
mes se dividía en tres "semanas" de diez días (décadas). Esa "semana" de diez días dictaba el uso de 36
decanas (estrellas o grupos estelares) en los relojes estelares. La ascensión de Sirio señalaba el comienzo del
año civil. Los astrónomos egipcios distinguían entre estrellas imperecederas, las circumpolares que no se
ponen, y estrellas infatigables, que son las decanas y los planetas.

Para los egipcios la noche se dividía en 12 horas, determinadas por las ascensiones heliacales de las decanas.
La longitud de esas horas variaba con las estaciones. Todas las decanas que marcaban las horas caían en una
banda al sur y paralela a la eclíptica. La combinación del alargamiento y acortamiento de la noche con los
períodos de parpadeo matutino y vespertino y la oscilación del reloj estelar explica esa partición horaria de
la noche.Para medir el transcurso del tiempo nocturno se emplearon relojes de agua; para medir las 12 horas
diurnas, relojes solares (conocieron dos tipos generales de relojes de agua: de flujo hacia fuera y flujo hacia
dentro).

El espécimen más antiguo del prototipo con flujo hacia fuera pertenece al reinado de Amenhotep III (ca.
1391-1393 a.C.)La determinación de las horas diurnas se basaba en el movimiento del sol y en la proyección
de su sombra. Había dos tipos de relojes solares. El primero era un instrumento para medir la longitud de la
proyección de las sombras sobre el mismo. El segundo medía las horas por el cambio de dirección de la
sombra proyectada por el curso diario del movimiento del sol.(22)

2.-PENSAMIENTO GRIEGO.- Al finalizar la conjunción de ideas procedentes de las tres etapas y procesos
anteriores , comienza a hacer su eclosión y despliegue el Segundo Momento que se ubica en el siglo sexto
antes de Nuestra Era en Jonia, pequeña isla a las orillas del Mar Egeo, momento en que el pensamiento
humano adquiere nuevo impulso como si hubiese sido movido por una nueva energía, que ha sido atribuida -
por unos - al uso de la razón; por otros a razones de carácter político y a la utilización de la tecnología, y por
algunos al desarrollo del individualismo resultante de una economía floreciente.

En coincidencia con lo que se suele afirmar acerca de la “eclosión de la razón” que se ubica en Grecia,
refiere Charon que el jonio descubrió una nueva manera de contemplar y de explicarse el mundo; tal
“mutación” de la forma de pensar afirma que “es debida a un uso sistematizado de la razón, con la cual se
gesta la idea que el mundo no le ha sido dado completamente al hombre. sino que lo que le es dado es poder
reflexionar sobre el mundo.”

El pensamiento griego postulará, a partir de ahora, que la existencia, en su realidad, es comprensible y
conquistable. No existe el misterio en el Universo, este es descifrable, porque no representa el diseño de
algún poder superior. El orden y la belleza son ingredientes indispensables en esta concepción del Universo
porque permiten categorizarlo y entenderlo, describir las normas y leyes que lo rigen. Según el pensamiento
griego lo que existe es lo que se percibe, por lo tanto, el entendimiento total de la esencia del Universo entre
dentro de las posibilidades del ser humano. Un segundo pilar de esta filosofía es la centralidad del hombre
en el cosmos. De acuerdo con este prisma, el hombre puede conquistar y dominar el Universo que, a su vez,
se rige por una serie de normas totalmente descifrables y entendibles, al punto que modernamente se afirma
que la herejía griega no consistiría tanto en la multiplicidad de los dioses que adoraban sino en el esfuerzo
por la deificación del hombre.

A juicio de la mayoría de los autores clásicos, es gracias al “genio” de los griegos que las explicaciones
asociadas a causas racionales, van a posibilitar comprender fenómenos naturales observados (antes
atribuidos a circunstancias y explicaciones mágicas), entre las cuales la literatura registra - a modo de
ejemplo - la extraña concepción mágico intuitiva de nacimiento y muerte cíclica del Universo, ahora
nuevamente postulado por la Cosmología moderna.

Sin embargo, manteniendo una visión diferente el exobiologo y astrónomo norteamericano Carl Sagan,
manifiesta que es “ gracias a la diversidad política “ que se activa y prolifera la tecnología y se disemina el
conocimiento en Jonia, lo que luego dará origen a la civilización griega y, a su juicio, no ocurrió así en
China, Centroamérica, ni en la India, Egipto o Babilonia, sociedades con una singular cultura astronómica,
pero con una gran concentración de poder político -y por ende- del conocimiento.

Hoy día los criterios de pensadores diversos, entre ellos los que entrevistara el periodista francés Guy
Sorman para su libro: “Los Verdaderos Pensadores de Nuestro Tiempo” coinciden en hacer planteamientos
de “ruptura” sobre conceptos culturales estereotipados: por ejemplo, el de la superioridad del pensamiento
greco - occidental.

Pero, independientemente de que ahora se replantee la historia, lo cierto es que el pensamiento difundido por
los griegos va a desarrollarse y perfeccionarse durante casi diecisiete siglos y se extrapolará - aunque de una
manera muy disímil - a todas las latitudes del planeta y el hombre construirá gracias al uso del intelecto
sometido a la necesidad de buscar explicaciones sobre mecanismos razonables, numerosos modelos del
Universo, numerosas Cosmologías. Todos esos modelos tendrán en común el intento de relacionar las
observaciones del mundo exterior con las deducciones lógicas ofrecidas por la razón. Los fundamentos de
esta realidad se basan en el hecho que la información que sirve para relacionar ideas y convertir éstas en
sistemas de pensamiento cerrado, provienen de regiones muy distantes de la Tierra y por lo tanto sólo es
posible aplicar métodos deductivos ingeniosos.

En la doctrina de Anaxágoras (500-428 a.C.) aparece por vez primera la idea de una mente suprema, que
denominaría “Nous“, espíritu ordenador del mundo y principio de todo movimiento, de toda vida, de todo
sentimiento, de toda percepción. Esta idea -que constituye su mayor aporte al pensamiento filosófico- fue el
punto de partida para la elaboración filosófica de los grandes pensadores griegos posteriores. Anaxágoras
sostuvo que la materia existe desde toda la eternidad, no en la forma de los llamados elementos: tierra, aire,
fuego y agua, sino en la condición de “átomos” o, según la terminología moderna, de moléculas
infinitamente numerosas y pequeñas y caóticas.
Pero al estar presentes en una barra de oro, de hierro o de cobre este incalculable número de partículas
semejantes de materia, aparecían ya ordenadas , no de forma accidental o resultado del ciego azar, sino
como obra expresa del espíritu informador, o Nous ( que era poderoso por sí mismo e independiente de todo
otro ser) . Nous, escribe una y otra vez ,Anaxágoras es el ser más puro y sutil; tiene plena conciencia de
todas las cosas y su poder es ilimitado. En su libro “De la naturaleza“ le ubica al principio de todas las cosas,
cuando dice : ...todas las cosas estaban confusas: después sobrevino el Nous y las separó, ordenándolas. Esta
descripción de Anaxagoras nos recuerda que el mismo criterio es vertido en las Sagradas Escrituras,
concretamente en Génesis

Esta teoría del Nous, al que no atribuye personalidad, constituye un paso decisivo hacia el Teísmo, concepto
que difiere del Deismo ,el cual es un aporte judaico ,porque además del atributo divino de Dios agrega el
concepto de salvación . A partir de esta etapa del pensamiento griego comienza a darse una gran riqueza
conceptual ,porque afloran ideas y modelos sobre el cosmos de muy variada naturaleza, como lo muestran
los ejemplos clásicos que se incluyen a partir de ahora.

a) Pitágoras (C. 571 - 497 a.C.), usualmente reconocido como el primer cosmólogo y por ello Padre de esta
ciencia, introduce hacia el año 500 no sólo teorizaciones, sino que aplica mediciones, lo cual contradice la
creencia usual de que los griegos fueron puros pensadores. Su planteamiento mantiene la idea de una Tierra
fija y el Universo girando a su alrededor para lo cual emplea ingeniosos métodos para explicar lo
observable.(27)

El concepto de “Universo discontinuo” que prevalece en Pitágoras es levemente superado por la atrevida
teoría de Parménides en el año 450 a.C., en el fragmento III de su poema “Sobre la Naturaleza”, según el
cual el problema de conocer está en la contraposición de “lo uno” y de “lo múltiple” y entre lo que se cree es
“verdadero” y sólo es “apariencia”. (28)

Para Pitágoras (quien no escribió nada pero cuyo pensamiento se deduce por el legado de sus discípulos)
existe una correlación entre los números y los mecanismos de la Naturaleza, lo que determina que los
lejanos soles y los cercanos planetas se muevan, fijados cada uno a su propia esfera, en órbitas que crean la
“Armonía Celestial” resultado de las diferentes “notas musicales” que producen los astros en
movimiento.(29)

b) Un discípulo de Pitágoras, Filolao (fl.s. V. a.C.) imagina una Cosmología en que la Tierra se encuentra en
el centro del cosmos pero no inmóvil, sino girando ésta, la Luna y los cinco planetas conocido en ese
entonces; mientras que las estrellas se encontrarían inmóviles, puesto que no eran otra cosa que "agujeros
que dejaban escapar el brillo de un fuego exterior."

c) Para Heráclito de Ponto (fl.s. IV a.C.) en su Cosmogonía mezcla de ciencia, filosofía y astrología, como
casi todo lo pensado por aquellas épocas, la Tierra está situada en el centro del mundo y da vueltas sobre su
propio eje y los planetas Mercurio y Venus giran no alrededor de ésta, sino del Sol, pero aún éste, la Luna y
los tres planetas restantes giran alrededor de la Tierra.Otro aspecto muy importante de parte de este filósofo
es su visión cosmogónica en la que se le sitúa como precursor de las teorías relativistas modernas.

Sobre este particular el especialista en filosofía presocrática, el español José Antonio Míguez advierte: “Los
fragmentos más divulgados de Heráclito y las exposiciones sumarias ofrecidas en manuales de filosofía, nos
dejan ver que, para el filósofo efesino, todo estaría expuesto a cambio y fluir incesantes. Bajo este aspecto se
lo describe como el reverso de la doctrina eleata y como el más antiguo expositor de un “relativismo
completo en lo lógico, ontológico y metafísico”. Sin embargo, esta doctrina tan exagerada del devenir no se
deriva directamente de la lectura completa de los fragmentos.

En gran parte ha contribuido a difundir esta interpretación lo que sobre Heráclito dice Platón en Cratilo. Por
de pronto el concepto “todo fluye” como lema sintético del absoluto fluir no se encuentra en los fragmentos
herácliteos; pero sí en el diálogo platónico mencionado: “la opinión de Heráclito” que todas las cosas fluyen
y nada permanece”, y más adelante: “se supone que Heráclito enseñó que todas las cosas están en
movimiento y que hasta el agua en que reposa, se las compara a la corriente de un río, y por lo que no se
puede descender en las mismas aguas dos veces”.

Según Míguez estos fragmentos de una manera más directa, han influido para que a Heráclito se lo
considerara como el filósofo de la inconstancia del Ser y del Mundo.” Pero es necesario hacer una salvedad,
valedera para la doctrina de Heráclito, porque: “ignoramos en qué forma se corresponden los diversos
fragmentos. Son entregas de segunda mano, entresacados de contextos en lo que escritores de tendencias a
veces opuestas lo mencionan en pro o en contra de alguna afirmación.” Esta valiosa advertencia del
especialista español es también válida en el proceso de reconstruir el pensamiento de autores antiguos y
conviene tenerla en mente porque muchas de las citas que hacemos aquí es posible que muestren esa misma
característica.

d) Aristarco de Samos (fl. 270 a.C.) es una voz solitaria que se adelanta al conocimiento de su época y en el
año 275 anuncia la idea general de que todos los planetas (y la Luna incluida ) orbitan alrededor del Sol.
Como la ciencia en la antigüedad suele ir desde el polo de deducir la verdad desprendiéndola de principios
generales (método deductivo) o de establecerla con base en la observación de la que se extraen las
deducciones (método inductivo), el desarrollo que llevaba la elaboración cosmológica cambia de rumbo
definitivamente para favorecer el método deductivo cuando el pensamiento de Platón y más tarde de
Aristóteles vuelven a colocar (por razones deductivas) la Tierra en el centro del Universo, como una teoría
que habría de esperar más de quince siglos, para ser modificada a pesar de la genial intuición de Aristarco de
Samos, que no prosperó.

Como afirma el escritor científico venezolano Francisco A. Lugo: “La formulación de una teoría de carácter
universal es siempre empresa que pone a prueba la penetración de los espíritus mejor templados. Las
naturales limitaciones de la inteligencia humana y de la instrumentación científica, junto con la pobreza
propia de los conocimientos adquiridos por la Humanidad y, sobre todo, el imperio que ejercen sobre el
entendimiento los prejuicios seculares, hacen todavía la tarea más ardua y aventurada. Antes de haber sido
considerada correcta y admirable, toda teoría de esta índole ha tenido que sufrir primero la indiferencia
oficial o académica o los ataques de quienes, muy ilustres por cierto, han sostenido toda su vida lo
contrario.”

Discípulo de Estratón, Aristarco vivió y enseñó en Alejandría. Construyó su cosmología sobre la hipótesis
heliocéntrica. La Tierra y los demás planetas giran en torno al Sol. ( Se han perdido los escritos donde
exponía las ideas que recuperaría Copérnico en el Renacimiento) . Al centrar en el Sol la órbita anual que
recorría la Tierra, reconoció que la ausencia de una paralaje observable para las estrellas fijas debe hacer su
distancia inconmensurable, con comparación con el tamaño de la órbita de nuestro planeta. Los
comentaristas suponen que Aristarco se apoyaría en la hipótesis heliocéntrica para explicar las
peculiaridades del movimiento planetario (movimientos retrógrados periódicos) según se ven desde la
Tierra. Aristarco admitió la rotación diaria de la Tierra sobre su eje, para así explicar el orto y ocaso diarios
de los cuerpos celestes.

La única obra escrita de Aristarco que ha sobrevivido no aborda el heliocentrismo, aunque sus disquisiciones
sobre los tamaños y las distancias del Sol y la Luna es el primer tratado completo sobre cuestiones
astronómicos que nos ha llegado de la Grecia clásica. Mientras la astronomía avanzaba con parsimoniosa
lentitud, otra ciencia -la geometría- resolvió problemas difíciles y convirtió la disciplina en un sistema
lógico.

Aristarco procede con criterio geométrico y a partir de una serie de axiomas (la Luna posee su luz
procedente del Sol; la Tierra se halla en el centro de la esfera de la Luna, etcétera) establece, mediante una
combinación de astronomía y geometría, un elenco de proposiciones, de las que suelen destacarse las
siguientes: las distancias relativas entre el Sol y la Luna desde la Tierra están en una razón inferior de 20:1,
aunque mayor que 18:1: los diámetros del Sol y la Tierra se hallan en una razón inferior a 43:6, aunque
mayor que 19:3; los diámetros de la Tierra y la Luna están en una razón inferior a 60:19 aunque mayor que
108:43 .

Su razonamiento geométrico reviste especial interés en un tiempo en que no se habían establecido todavía
los métodos trigonométricos de una manera sistemática ,ya que el sistema trigonométrico (expuesto por
Ptolomeo en el Almagesto) se remonta a Hiparco de Rodas, 150 a.C. ,es decir más de un siglo después.

3.-COSMOLOGÍA ARISTOTÉLICA.- Antes de entrar a este Tercer Momento es necesario hacer una breve
recapitulación. Durante los siglos transcurridos en el “Primer Momento” histórico examinado, es difícil
conocer cuando hubo predominio de la deducción sobre la observación o viceversa y no conocemos
tampoco cuánto y cómo se extrapolaron ambos métodos de su aplicación a las cosas de la vida diaria a
aquellas que ocurrían en el “mundo exterior” - aunque la hipótesis más plausible(como la que sostiene el
historiador Jacques Pirenne) es que se pasó de los datos empíricos y prácticos a las teorías creacionistas, y
de estas a las explicaciones racionalistas. En este paso -sin embargo, si se ganó en "razón", se perdió la
"emoción" que creó las mitologías y esto tendrá -posteriormente- secuelas, como veremos más adelante.

Para conocer con más detalle lo ocurrido en el “Segundo Momento”, existe también una limitación: todo el
conocimiento elaborado antes de Platón y Aristóteles pasaba por sus preferencias y animadversiones por lo
cual hasta en la época moderna se ha comenzado a revalorizar el verdadero aporte del pensamiento de los
“filósofos presocráticos”. Asimismo, la quema de la Biblioteca de Alejandría en el año 47 a.C., por primera
vez por soldados de Julio Cesar; su quema, por segunda vez en 390 d.C. y en el año 640 d.C. - por tercera
vez - hizo que se perdieran valiosos conocimientos que han debido irse reconstruyendo no sin serias
dificultades.

Por cierto que el Califa árabe Amir Ibn Al-Wathar que ordenó quemarla en la última ocasión lo hizo , según
la leyenda que recoge Colin Wilson bajo esta sentencia: “Si los libros están de acuerdo con las enseñanzas
del Corán son inútiles y si no, deben ser quemados”.

Una situación similar se dio en América casi mil años después, con la quema de los códices mayas por parte
de los cristianos. Fray Diego de Landa relata así la quema en la ciudad Maní de Yucatán: “Encontramos
entre ellos un gran número de libros escritos en sus caracteres y dado que no contenían más que
supersticiones y falsedades sobre el diablo, los quemamos todos, cosa que (los naturales) sintieron
profundamente, ya que mostraron una enorme tristeza.” Y cabe agregar que contemporáneamente el temor,
la superstición, las prohibiciones y la censura no son, por cierto, actitudes superadas todavía en la vida de
ninguno de los pueblos que habitan nuestro planeta y particularmente en países cuyos líderes proceden como
teócratas pese a que presuman de lo contrario.

En el periodo anterior se sabe que Pitágoras buscaba un “Principio” que rigiese todos los fenómenos
cosmológicos (predominio del ¿por qué?; pero que sus discípulos Filolao y Heráclito de Efeso no eran
partidarios de esta metodología para acercarse al conocimiento y se fundamentan en la observación
(predominio del ¿cómo?).

a) A su vez, para Platón (428 - 347 a.C.) hay una preocupación por la búsqueda de un “Principio Universal”
que explique el mundo, luego podrá - fundamentándose en este - explicarse todo lo observable. Este
pensador señala que las trayectorias de los astros son el resultado de la “decisión divina” y dado que Dios es
perfecto - ergo - las trayectorias y el movimiento deben serlo también. Esta concepción del "círculo
perfecto" en el mundo científico occidental perdurará –como lo veremos- hasta el advenimiento de Kepler.
En palabras de Platón, en su obra "El Timeo", la idea se expresa así, tajante: “El mundo es una esfera
perfecta en el que los cuerpos cósmicos íntegros y perfectos se mueven con rapidez constante en órbitas
circulares alrededor de la Tierra”.

En el Momento, que se examina ahora, hay aún una yuxtaposición de criterios provenientes de épocas
anteriores y de las ideas que prevalecerán en las figuras señeras propias de este período. Así, la discusión
acerca de cual es la la sustancia primordial de que está hecho el Universo, oscilará de las ideas de Tales de
Mileto, quien afirma que debe ser el agua; a Anaxímeno que ubica esa característica en el aire; y para
Heráclito de Efeso),mas bien se trata del fuego y para Anaxágoras, por lo contrario es la tierra, por ser el
material más cercano, corriente y abundante.

b) A su vez, otra discusión de gran sentido cosmológico que ocupa a los pensadores es saber si como
sostiene Parménides (c. 515 a.C.) que el cambio es meramente una ilusión, porque el mundo es uno, sin
devenir, ni aparición ni desaparición; o si mas bien, como si afirma Empédocles (c. 490 a.C.): "...el “Uno”
solo existió al principio del mundo, pero después se dividió en Dos (amor y odio). El segundo reinaba ahora,
pero luego sería derrotado por el amor, con lo que el Uno retornaría como en el principio del Universo”.

c) Aristóteles, mas centrado en aspectos concretos (384 - 322 a.C.) y en la misma línea de pensamiento de
Platón, trabajaría para fundir todas estas teorías especulativas en una visión unitaria del Universo , que a la
vez debería poder explicar ,de forma muy utilitaria los movimientos “retrógrados” de algunos planetas, los
cuales no calzaban –definitivamente- con las ideas de órbitas circulares perfectas, reflejos de la divinidad
creadora.

Para Aristóteles, en un planteamiento científico que hace que muchos le consideren el Fundador de la
Ciencia Astronómica , en el centro del Cosmos ordenado y racional (Universo) residía la Tierra estable,
rodeada por una capa de agua (los mares), ceñida a su vez por otra de aire (la atmósfera), limitante con un
círculo de fuego. En el mundo sublunar, había vida y muerte, generación y corrupción. Los cuerpos celestes,
expresaban la inmutabilidad de su naturaleza "etérea" por la permanencia de sus movimientos circulares.
Pero aunque los períodos ocasionales de movimiento retrógrado seguido por cinco planetas eran ejemplos
arquetípicos de irregularidad, Platón había planteado la posibilidad de demostrar, no obstante, la regularidad
de los movimientos planetarios.

En un esfuerzo por ubicar dentro de una concepción racional mesurable los objetos celestiales la ciencia
astronómica registra dos importantes adelantos de deducción observacional debidos a dos griegos:

d) Eudoxo de Cnido (c. 408-355 a.C.), quien pergeña una solución, en la que el planeta procedía adelante y
hacia atrás trazando una figura en ocho, una hipópeda.

e) Y también Apolonio de Pérgamo, (262-190 a.C.) famoso por su dominio de la geometría de las cónicas,
idea varios modelos: en uno, el planeta daba vueltas en torno a la Tierra, pero su centro no estaba en ésta,
sino que recorría círculos excéntricos. En otro, el planeta se movía uniformemente en un círculo pequeño, en
un epiciclo, cuyo centro se portaba en un círculo mayor, o deferente, centro en la Tierra. De tal manera, si la
celeridad del movimiento del planeta por el epiciclo adelantaba la del epiciclo, por el deferente, se producía
una retrogradación aparente.

En todas estas representaciones del Cosmos la última esfera siempre es fija y es el “Primer Motor” que hace
girar las ocho restantes en el orden decreciente: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno y
las estrellas fijas. Por su parte la Tierra, (en el centro) está inmóvil rodeada de una capa de agua, que a su
vez divide el Universo en dos planos: el “sub - lunar” en donde ocurre lo transitorio y lo malo y el “supra -
lunar” en donde se encuentra lo inalterable, el no - devenir. Abajo queda lo temporal con cuatro elementos:
tierra - aire - agua - fuego, en combinaciones de parejas de “contrarios” como en las teorías elaboradas por
los chinos conocidas como “Ying - Yang” Estos cuatro elementos que se desplazan en líneas rectas, se
trasforman continuamente uno en otro produciendo así el cambio: el devenir.

Tales elementos limitantes e ilimitados, (auténticos pares naturales), no deben identificarse con formas y
materias. Lo ilimitado define un continuo sin fronteras, mientras que los limitadores establecen lindes en su
continuum. Para constituir el orden del mundo, estos principios, disímiles, requieren un tercero, la armonía,
o el ajuste entre los dos antagónicos y este tercer factor se halla estrechamente ligado a la noción de número.
Por lo contrario, en la otra región (la “etérea”) los cuatro elementos no existen porque son reemplazados por
el “éter” dotado de un movimiento curvo perfecto: el círculo.

f) Muchos astrónomos historiadores de la ciencia, entre ellos Giorgio Abetti, Frank P. Dickson y
Margherithe Hack, coinciden en afirmar que a escasos diez años de la muerte de Aristóteles, como un
destello solitario que se extinguió de la misma manera - hecho que se repetirá a lo largo de la historia -sólo
una voz se levantaría para señalar la equivocada concepción de Platón y de Aristóteles, cuando el pensador
Aristarco de Samos (310 a. C.- 230 a. C) expresa que “el centro de las trayectorias orbitales planetarias es el
Sol y no la Tierra “.Su temeraria afirmación le vale ser acusado de impiedad y condenado a muerte, porque
era creencia general y artículo de fe que la Tierra fuese el centro del Universo, alrededor de la cual se
movían el Sol y los cinco planetas en aquel entonces conocidos. Esta doctrina geocéntrica se afirmaba -
generalmente -que tuvo su comienzo en la Escuela de Pitágoras en Crotona y fue sostenida, con algunas
variantes, por todos los filósofos de la época, hasta Demócrito (c 460 a.C.) Antes de él, sin embargo, estos
historiadores han comprobado por razones científicas y no por causas de tradición histórica, que en efecto ,
Heráclito de Efeso, de la Escuela Pitagórica, ya había adelantado la hipótesis según la cual dos astros por lo
menos: Venus y Mercurio, giraban no alrededor de la Tierra, sino alrededor del Sol.

g) Otro ejemplo relacionado con el avance en la medición astronómica aparece en la obra principal perdida
“Megadiacosmos”, de Demócrito ( 460 a. C. - 370 a. C.) discípulo de Leucipo y continuador de su idea
“atómica” ,quien al estudiar el movimiento de los astros, pone en ridículo la opinión de Anaxágoras (
descubridor de la causa de los eclipses) pero quien argumentaba que el Sol tenía el tamaño del Peloponeso.
Demócrito sostiene con argumentos científicos mediante el uso de las paralajes (tal como se utilizan hoy)
que el Sol se encuentra a una inmensa distancia de la Tierra y su volumen es millares de veces mayor al de
la Tierra. Al parecer los conocimientos de Demócrito deben ser atribuidos a Leucipo, (fl.c.s.V.a.C.)
conocido como padre del “atomismo”, quien es un ser legendario para unos; pero si existió o no sus
enseñanzas al ser pasadas a Demócrito se encuentran recogidas en cinco obras, divulgadas por Lucrecio (96
- 55 a.C.), al ser incluidas en su obra magistral “De Natura Rerum”.

También Diógenes Laercio, según relata Teofrasto, recoge las ideas de los “atomistas”, cuya versión, debida
al teólogo francés Claude Tresmontant se lee así : “....Dice que el todo es infinito, y que en parte está lleno y
en parte vacío. Estas partes (lo pleno y lo vacío) son los elementos, según dice él mismo. De ellos nacen y en
ellos se resuelven innumerables mundos. Los mundos se forman de la siguiente manera: un gran número de
cuerpos presentando toda clase de figuras, revolotean a consecuencia de su “separación del infinito” en un
“vacío inmenso”, y, reunidos conjuntamente, producen un solo torbellino, cuando entran en colisión los unos
con los otros, circulando y girando de todos los modos posibles, los que son semejantes se separan de los
que no lo son y se unen a sus semejantes. De este modo nació la tierra, de resultas de haber sido llevadas
hacia el centro cosas que luego permanecieron allí.

Por su parte el cosmólogo inglés Paul Davies, condensa la cita así: "...de la observación de materiales de la
naturaleza es fácil concluir que la materia no es continua sino que consiste en pequeñísimas partículas
invisibles dispuestas en el espacio vacío que queda en los intersticios de su estructura”.

Para la escuela atomista, partiendo del caos original, los átomos, en número infinito, en un espacio infinito,
se zarandean, tropiezan, se asocian, constituyendo el mundo y todo lo que contiene. La “multiplicidad” de
los átomos materiales, igual que el concepto del “ser” de Parménides, es increada, imperecedera y eterna;
pero en lugar de partir del Uno, se parte de una multiplicidad infinita. En esto precisamente la filosofía de
los atomistas se opone a las ideas de Anaxágoras, y luego a las de Platón y Aristóteles porque piensan que se
puede pasar del Caos original al orden del Cosmos sin necesidad de “un principio inteligente organizador”
(Dios).

A juicio de Tresmontant , en las ideas que se agitan sobre la materia se encuentra el anticipo de una lucha
entre concepciones materialista y concepciones espirituales . Anaxágoras juzgaba necesario reconocer la
existencia y la acción de una inteligencia, y , en lo que se puede considerar un anticipo de ordenar el
conocimiento como un reflejo del orden dado , coincide con Platón en su cosmogonía cuando pide al
Demiurgo, alma del mundo, que ordene el caos original, poniendo su mira en el mundo inteligible de las
ideas. Y todo el análisis aristotélico, que conduce a reconocer la existencia de Dios, parte del hecho de que
precisamente la multiplicidad material no basta para darse así misma su propia organización e información.
El principio de información(Dios) es distinto de la materia informada. El principio de información es el acto,
y forzosamente tiene que ser primero. No se puede pasar del caos original al orden del mundo en virtud de
las propiedades del caos. Por lo contrario ,en una visión materialista , el atomismo de Leucipo y de
Demócrito se caracteriza por rechazar la idea de una información, de un pensamiento organizador
inmanente, porque los átomos múltiples, en número infinito, en un espacio infinito, bastan, en un tiempo
infinito, para explicar la génesis y la constitución de infinitos mundos.

Para cerrar este Momento debe recordarse que el choque entre concepciones metafísicas que caracterizó los
primeros siglos de historia en Occidente tienen su arraigo en las particularidades culturales del pensamiento
griego y el pensamiento judaico-cristiano que los primeros influenciaron para helenizarlo. El pensamiento
griego afirma que la existencia es comprensible y conquistable. No existe el misterio, este es descifrable y
representa el diseño de algún poder superior.

El judaísmo también muestra al hombre como el centro del Universo, pero con una diferencia sustancial
respecto al helenismo: tanto el Universo como el hombre tienen que responder ante la Voluntad Suprema de
Dios. En el concepto griego, el hombre es Todopoderoso, el orgullo forma parte de su naturaleza. en el
judaísmo, la humildad y el recogimiento frente a Dios Todopoderoso son un resultado inevitable de su
concepción religiosa, ya que el vasto y complejo Universo -aunque potencialmente comprensible- por ser el
resultado de la creación Divina, viene a ser una demostración del poderío infinito de Dios.

Cuando se inician los choques entre concepciones materialistas y espiritualistas que afectarian el
pensamiento en Occidente asistimos también a un proceso de repliegue económico y por tanto cultural, de
los pueblos asiáticos, lo que les llevó a dejar para su uso personal las ideas y los planteamientos cargados de
hondo idealismo y espiritualismo. Así la India, China, Japón, y luego otros países emergentes a su rededor
que influenciarían fuertemente, por medio del Hinduismo, Budismo y Confucionismo , guardarán sus ideas
originales para su utilización interna , y si acaso trascenderán como meditaciones ,pero luego ,al ser
redescubiertas muchos siglos más tarde , vendrán a influenciar la filosofía de la existencia del ser humano en
el siglo XX y luego a la física entrando el Tercer Milenio.

4.-COSMOLOGÍA TOLOMEICA.- Estamos en el Cuarto Momento y para mantener vigente la explicación
cosmológica según el modelo geocéntrico es preciso recurrir a muchas elucubraciones matemáticas y
artilugios mecánicos (hoy día se las homologaría a “ayudas audiovisuales” para la docencia) ya que Calipo
(fl.s.III a.C. ) utilizaba un modelo que contenía hasta cincuenta y cuatro esferas concéntricas girando
alrededor de la Tierra, en que si bien ya los movimientos en sí no eran circulares se deducían de otros
estrictamente circulares, respetando así el axioma primordial conocido también como “dogma
cosmológico”.

Pero esta concepción de origen divino chocaba con la observación astronómica visual que se calificaban
entonces como “anomalías observacionales ” de lo que se suponía movimientos circulares perfectos. Así
sucedía con la Luna y los planetas, por lo que el modelo cosmológico aristotélico dejaba un plano al
descubierto ( que por cierto ya se conocía bien desde la época en que, primero Platón y luego Aristóteles ,su
discípulo lo enunciara).

a) Dado que los modelos de Aristóteles, Eudoxo de Cnido, Apolonio de Pergamo, Calipo y todas las
variantes de sus ideas, estaban en contradicción de las observaciones astronómicas corresponde a Hiparco de
Nicea (190? - 120 a.C.), considerado el más grande astrónomo de la Antigüedad inventar varios
instrumentos para hacer mediciones que le permitieran medir la distancia entre el Sol y la Luna; calcular el
paralaje lunar; elaborar el primer mapa del cielo conocido (cada punto definido según sus propias
coordenadas de longitud y latitud celestes) y establecer el efecto de precesión de la equinoccios.

La labor observacional de Hiparco va a permitir a la astronomía - y por ende a la Cosmología- experimentar
un profundo cambio cuando sus observaciones y deducciones son recogidas en la obra “La Sintaxis”, del
astrónomo, matemático y geógrafo griego Claudio Tolomeo de Alejandría (entre 100 - 200 a.C.) Este
importante documento , traducido por los árabes como “La Mayor Obra” o “Almagesto”, convierte a
Tolomeo en el primer sintetizador y divulgador de la astronomía, porque fundamentándose en Hiparco,
reitera su aceptación del axioma del círculo; pero en vez de imaginar los planetas sujetos a esferas
sólidas,los visualiza unidos a ruedas y divulga un sistema cósmico formado por treinta y nueve ruedas ( o
epiciclos) para describir cuarenta y ocho constelaciones con lo que logra así - en muy buena medida - dar
una solución "aceptable" a lo observable.

b) La obra de Tolomeo es la primera síntesis de astronomía teórica y manual práctico para el cálculo de las
efemérides, porque muestra cómo convertir datos observacionales en parámetros numéricos para su modelos
planetarios, y con éstos permite construir tablas a partir de las cuales calcular las posiciones del Sol, la Luna
, los planetas y los eclipses. Además, calcula la posición de los planetas con respecto a la eclíptica, esto es,
la trayectoria del Sol a través del zodíaco. Recurre con tal fin a mecanismos geométricos, para lo cual
arranca de un viejo problema, planteado ya por Platón y Aristóteles : explicar las idas y venidas de los
planetas y justificar el movimiento retrógrado de algunos de ellos.

Colocada una a la par de la otra, la teoría cosmológica de Aristarco de Samos es más cercana a los
conocimientos contemporáneos pero su duración fue brevísima y la teoría de Tolomeo (quien se lleva la
gloria que correspondía a Hiparco) - pese a ser un retroceso respecto al planteamiento de Aristarco,
prevalecerá hasta la aparición de Copérnico en la época del Renacimiento en Europa. Es preciso reconocer
que desde que Einstein formula el principio de la relatividad los entendidos han bajado el tono de la crítica a
Tolomeo, pues es relativo si la Tierra gira alrededor del Sol y, por otra parte, este astrónomo tenía - como
sucedió en la Antigüedad - al Sol como algo más que un punto de referencia y ese concepto prevalece hasta
Newton.
c) Los árabes que invaden Europa y el Asia , con miras a ejercer una dominación basada en la fuerza,
muestran, sin embargo, un suavizamiento de sus costumbres cuando entran en contacto con los
conocimientos acumulados por los griegos y particularmente deben a Tolomeo el haberse formado
intelectualmente en los campos de la matemática y la geometría armonizando la teoría con la observación .
Así hicieron una valiosísima contribución , entre ellos, los astrónomos : Alfragno, Albumazar, Albatenius y
Azarquiel , cuando el Almagesto penetra en España y su texto se vierte al latín impactando a Europa en ese
entonces sumida en el Obscurantismo . De España el conocimiento pasa posteriormente a América al
producirse la colonización del Continente. Al último de esos astrónomos Azarquiel se deben las primeras
tablas astronómicas publicadas cerca de 1.100 d.C. en la ciudad de Toledo.


5.-ESCOLASTICISMO.- Estamos en el Quinto Momento. Después de Tolomeo vendría en Occidente y se
proyectaría al resto del mundo (al menos en el “conocido” en ese entonces por el oficialismo occidental) una
época que mezclará en la Cosmología los métodos de la observación y la deducción, pero claramente
enmarcadas en una concepción religiosa. Es como si en verdad se hubiese producido del siglo II al siglo IX
de Nuestra Era la convicción que de nada servía observar la naturaleza, pues el conocimiento verdadero
debía encontrarse en dos fuentes:
a) el escudriñar dentro de uno mismo
b) esta introspección ser reforzada por el conocimiento de los libros sagrados (concretamente la Biblia).

Así, durante la época conocida como Oscurantismo, Edad Media o período anterior al llamado Renacimiento
Europeo se produce a una involución del conocimiento cosmológico, para los detractores de la Iglesia ,la
época es ignominiosa. Para historiadores cristianos ,por lo contrario: no se da una involución sino una
purificación en el pensamiento.

a) Tal es el caso de la cosmogonía debida al romano de Numidia, Aurelio Agustín de Hipona (354-430),
conocido como San Agustín, gran conocedor del pensamiento de los griegos ilustres, quien en su obra “Las
Confesiones”, llama la atención acerca de que el saber del hombre no esta modelado sobre lo absoluto, sino
que éste siempre es relativo respecto al hombre y a los mecanismos de su pensamiento. Así, por ejemplo, un
objeto nunca es blanco o negro, sino que “puede ser blanco o negro de acuerdo con ciertas condiciones". Y
esto - colige - “es tanto o más cierto, cuando se trata de reflexionar sobre asuntos de mayor trascendencia
como son los problemas de la vida, la muerte, Dios y el Universo.”

Según Charon la visión escolástica funciona de esta manera : “San Agustín, quien afirma que el “mundo fue
hecho con tiempo”, no “en el tiempo”, introduce un novedoso concepto del tema, rechaza las axiomas y
privilegia el conocimiento que se logra en el recogimiento, intuitivamente con lo que denomina lo
“informulado” y rechaza - de plano - la esfericidad de la Tierra para buscar consejo y conocimiento en la
Biblia, con lo que, deja paso a su imaginación que “busca protección, seguridad y no elucubraciones ni
especulaciones que son el nido de inquietudes y desesperanzas”. Imagina, entonces, la tierra plana, con el
firmamento rodeado de agua por arriba y por debajo.

Las meditaciones filosóficas de San Agustín vendrán a ser invalidadas por la cosmología contemporánea; y
para la época este retroceso en la búsqueda de una Cosmología científica sufre aún más cuando el Monje
Cosmas, dos siglos después de San Agustín, asentado de plano en una formulación neo - cosmogónica, tira
por la borda el conocimiento cosmológico en su obra titulada: “Contra aquellos que deseando practicar el
Cristianismo, creen e imaginan como los paganos, que el Cielo es esférico” en la que asegura que el mundo
es rectangular (dos veces más ancho que largo), en su medio se encuentra la Tierra, una isla plana y cerca de
ella otra Tierra, (el Paraíso), donde habitaba antes el Hombre". Además expresa que: “el Universo está
cerrado por paredes verticales y las estrellas se ocultan a los ojos de los hombres porque los ángeles empujan
cada noche una gran montaña colocada en uno de los extremos de la Tierra”.

En la historia de la humanidad se registra la exégesis como la interpretación de textos religiosos. En el caso
de la Biblia si bien se dan casos “extremos” de irracionalidad como la interpretación debida al monje
Cosmas, también priva el uso de la inteligencia al respecto de los frutos del intelecto y el sentimiento, los
dos focos alrededor de los cuales se desarrollan dos facetas o expresiones del judeo - cristianismo. Estas no
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Del mito a newton

  • 1. Del Mito a Newton De la Antigüedad a Inicios del Siglo XX Para facilitar el recorrido en este primer capítulo, que cubre un larguísimo período histórico (desde los albores de la Humanidad hasta inicios del siglo XX ) se divide el conocimiento que se va gestando en varios cortes en el tiempo a los que hemos denominado “momentos”. Cada corte es simplemente una modalidad que permite un mejor manejo del material documental, utilizando algunos hitos importantes que cubren la evolución de los modelos cosmogónicos y cosmológicos. Este capítulo incluye lo que se presume-hasta que no se encuentren evidencias históricas en contrario - las primeras elucubraciones teóricas sobre el Universo con el que se relacionan los primeros seres humanos, pasa revista a los primeros modelos conceptuales geocentristas, relata la aparición del primer modelo cosmológico heliocéntrico (Copérnico) y culmina con los planteamientos de Newton y sus seguidores, así como el surgimiento de las primeras dudas serias y ya metódicas sobre los conceptos de eternidad e inmutabilidad del Universo , que mas tarde serían retomadas por Einstein ,para darles soluciones revolucionarias. Cada "momento" recibe un nombre distintivo que trata de enfatizar los aspectos más singulares de un período cuya comprensión es necesaria para ubicar, después, el devenir del conocimiento moderno y las inquietudes contemporáneas y las ideas que se transferirán al milenio actual. 1.-PRIMER MOMENTO.- Históricamente se refiere a los primigenios escarceos del ser humano sobre su ubicación y destino, lo que es difícil de discernir en sus inicios, pero hasta ahora en Occidente se puede dividirlo en tres cortes cuya diferenciación si es mas clara : la etapa mitológica ( que no es fácil ubicar geográficamente ,ni tampoco en términos de extensión en el tiempo, por lo que generalmente se recurre a hipótesis ,todavía en procesos de demostración ) , la convergencia cultural resultante (que con mayor certeza es posible ubicar en una de las islas griegas) la síntesis del pensamiento que definitivamente eclosiona en Grecia al recoger y depurar las ideas de otros pueblos antiguos y contemporáneos. a) Etapa Mitológica .- En esta primera etapa hay vestigios arqueológicos y arqueo - astronómicos que permiten intuir la naturaleza mitopoyética y mágico - religiosa de los primeros modelos ,al parecer intuitivos (?) del Universo. El itinerario por el camino de las construcciones cosmogénicas se inicia, precisamente, en las visiones mitológicas, mágicas y religiosas de nuestros antepasados primitivos, pero su despegue que no ha podido ser ubicado con precisión, se requiere vincularla al uso de una racionalidad primitiva de ascenso paulatino, que había superado sus instantes primigenios de evolución. Un aspecto a considerar respecto a los conocimientos en épocas remotas es que contrario a lo que se creía, los primeros seres humanos habrían tenido su cerebro tan desarrollado como nosotros, radicando las diferencias en aspectos externos, tal como el desarrollo tecnológico. La orientación central de aquella racionalidad, en punto a nuestro objeto de análisis, se especificaría, posiblemente, en ciertas preguntas utilitarias: ¿qué es el trueno, la lluvia, el viento, y otros fenómenos naturales?; ¿existe periodicidad en su aparición?; ¿porqué brillan los astros? y ¿a qué obedecen las regularidades que se observan en ellos?. Y hasta es posible que estos seres humanos hayan tenido reflexiones cuya hondura se desconoce por completo ,en torno a su propia existencia y destino, así como su eventual interrelación con el espectáculo de un cielo estrellado, lo que les llevaría a plantearse eventualmente preguntas de vuelo espiritual. Las primeras Cosmogonías, que han podido rastrearse o inferirse de los escasísimos restos rescatados vincularon el contenido de las respuestas a la existencia de “fuerzas superiores” al clan o a la tribu; aunque no necesariamente se les haya identificado con el concepto inmanente de un ser superior (Diosa-Dios) al inicio, posiblemente ligados ,en exclusiva, a una utilización utilitaria vinculada a la subsistencia. Es factible que también en este estadio inicial del conocimiento, las visiones del Universo alternaban la observación temerosa con la predicción curiosa: se comienzan a notar las alternaciones regulares en que se
  • 2. mezclan sucesos concretos como noche, día, lluvia, estaciones, época de caza, época de cosecha y más tarde época de traslados masivos, o época de hacer guerras. Y casi es seguro que a estos sucesos concretos también se asocian luego características abstractas, como el Bien y el Mal, a las que es necesario aplacar o complacer. Los hitos en el conocimiento del Universo en este Primer Momento, si se utiliza un criterio histórico comprobable se iniciaría hace unos 38.000 años, con la aparición del Hombre de Cro-Magnon en Europa, Por lo contrario si se emplea un criterio de cierta liberalidad, los períodos pueden fácilmente remontarse a 100.000 y aun a 200.000 años atrás, según se desprende de los primeros “cultos a los muertos” documentados en Europa, y parcialmente en Asia y África, o ya mas tardíamente en América (cultura de Valdivia, Ecuador, unos 30.000 mil años). Pero si se es ampliamente liberal con las cifras pueden extrapolarse a periodos que oscilarían entre 200.000 años hasta casi 1.000.000 de años en el tiempo, cuando los primeros seres humanos franquean las etapas dominadas tan solo por el instinto , porque al menos en lo que a capacidad cerebral se trata no existirían limitaciones para ir tan atrás en el tiempo. Mientras se dilucidan los aspectos referidos al tiempo al menos puede hacerse una afirmación ciertamente hipotética, pero con visos de verosimilitud: las primeras manifestaciones del intelecto fueron obra de una mente colectivizada, que poco a poco se fue singularizando. La comprobación de esta hipótesis aguarda correlaciones anatómicas que permitan comprobar la eventual articulación de sonidos que serian la forma de aparición del lenguaje que socializa a los seres humanos. Las visiones del Universo de ese primer y vasto período no son muy disímiles en pueblos situados a grandes distancias entre ellos, como se comprueba con la lectura de los libros sagrados- muy posteriores, por supuesto- que han llegado, más o menos completos a nuestros días, procedentes de las grandes religiones históricas de Europa, Oriente Medio y Norte de África. De América se conservan solo trozos de documentos autóctonos o traducciones tergiversadas ; de Australia y de las Islas del Pacífico, apenas se ha logrado hacer inferencias de los hallazgos arqueológicos y paleontológicos. Es necesario aclarar que si bien ,para todas estas épocas se ha tratado de ver "semejanzas" con el "pensamiento" del hombre primitivo moderno, tal método de extrapolación histórica no es del todo confiable. Pese a la obscuridad histórica en que está sumido el pasado de la Humanidad, lo cierto es que puede afirmarse que hay un hilo invisible que une el pensamiento de los hombres antiguos en sus primeros balbuceos por comprender el entorno y el concepto “allá arriba” (primera ubicación del concepto espacio) o en el “más allá” (primera ubicación en el concepto tiempo). Esto es, se destaca en todas las culturas un acercamiento intuitivo a los conceptos de vida, de muerte y de destino trascendente que aún permanecen en las generaciones actuales, porque el afán que impulsa al ser humano a develar el Misterio, a encontrarle una explicación que le satisfaga, es una empresa nunca concluida. Los balbuceos de la Humanidad es un tema repleto de especulación de naturaleza diversa y dentro de la incertidumbre que le caracteriza se debe recurrir a investigadores de escuelas diferentes , toda vez que el tema es francamente especulativo. Aunque la ciencia ha sido reacia a considerar las propuestas originales de los antropólogos como Bruno Malinowski y Mircea Eliade , dos pioneros en el estudio de la mitología ,tal parece que si prescindimos de sus planteamientos nos quedamos sin posibilidad de “enmarcar” los hallazgos de residuos arqueológicos . El Hombre Primitivo y su Religión.- No existen pueblos, por primitivos que sean, que carezcan de religión o magia. Tampoco existe, ha de añadirse de inmediato, ninguna raza de seres denominados “salvajes” que desconozca ya la actitud científica, ya la ciencia, a pesar de que tal falta les ha sido frecuentemente atribuida. En toda comunidad primitiva, estudiada por observadores competentes y dignos de confianza, han sido encontrados dos campos claramente distinguibles, el Sagrado y el Profano; dicho de otro modo, el dominio de la Magia y la Religión, y el dominio de la ciencia.
  • 3. Por un lado, hallamos los actos y observancias tradicionales, considerados sacros por los aborígenes y llevados a efecto con reverencia y temor, encercados además por prohibiciones y reglas de conducta especiales. Tales actos y observancias se asocian siempre con creencias en fuerzas sobrenaturales, primordialmente las de la magia, o con ideas sobre seres, espíritus, fantasmas, antepasados muertos, o dioses. Por otro lado, un momento de reflexión basta para mostrarnos que no hay arte ni oficio por primitivo que sea, en forma organizada de caza, pesca, cultivo o depredación que haya podido inventarse o mantenerse sin la cuidadosa observación de los procesos naturales y sin una firma creencia en su regularidad, sin el poder de razonar y sin la confianza en el poder de la razón; esto es, sin los rudimentos de lo que es ciencia. Definición de Mito.- Sería difícil encontrar una definición de mito que fuera aceptada por todos los eruditos y que al mismo tiempo fuera accesible a los no especialistas. Por lo demás, ¿acaso es posible encontrar una definición única capaz de abarcar todos los tipos y funciones de los mitos en todas las sociedades, arcaicas y tradicionales? El mito es una realidad cultural extremadamente compleja, que puede abordarse e interpretarse en perspectivas múltiples y complementarias. El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los "comienzos". Dicho de otro modo: el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución. Es, pues, siempre el relato de una "creación": se narra cómo algo ha sido producido, ha comenzado a ser. El mito no habla de lo que ha sucedido realmente, de lo que se ha manifestado plenamente. Los personajes de los mitos son Seres Sobrenaturales. Se les conoce sobre todo por lo que han hecho en el tiempo prestigioso de los "comienzos". Los mitos revelan, pues, la actividad creadora y desvelan la sacralidad (o simplemente la "sobre- naturalidad") de sus obras. En suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de los sagrado (o de lo "sobrenatural") en el Mundo. Es esta irrupción de lo sagrado la que fundamenta realmente el Mundo y la que le hace tal como es hoy día. Mas aún: el hombre es lo que es hoy, un ser mortal, sexuado y cultural, a consecuencia de las intervenciones de los seres sobrenaturales" Pero dejando de lado las incertidumbres del pasado remoto y confiando en vestigios y documentación fidedignas, puede afirmarse que sin la curiosidad, la paciencia y la perspicacia de los astrólogos y astrónomos de la Antigüedad en Egipto y Mesopotamia, de Centroamérica y de la China, por citar algunos lugares, en donde ese conocimiento puede ubicarse sin alguna duda, la humanidad desperdigada en el planeta no habría podido hacer un inventario del cielo, que fue más o menos el mismo, a pesar de las distancias que los separaban y de que - aparentemente - se desconocían entre sí. Así hay una coincidencia: nuestros remotos antepasados no sólo contaron las estrellas, sino que también las clasificaron en grupos (luego conocidas como constelaciones) a los cuales les dieron el nombre de objetos, de animales y hasta de personajes míticos. Tales denominaciones fueron diferentes en las diversas culturas que inauguraron la ciencia de la astronomía, aparentemente sin tener siquiera el auxilio de lupas formadas accidentalmente para examinar el firmamento. Pese al paso del tiempo, las constelaciones como ordenamiento empírico-racional del cielo conocido, conservan su importancia; aún hoy día son puntos de referencia para la navegación y gracias a ellas es posible controlar las órbitas de los satélites artificiales y las naves espaciales. En el siglo pasado los telescopios permitirían un hallazgo que lógicamente pasó inadvertido anteriormente: las estrellas de una constelación no forman parte de un mismo sistema, como los planetas del Sistema Solar. Por ejemplo, las que insinuarían la figura de un arquero a punto de disparar su flecha: Sagitario, guardan distancias inconmensurables entre sí y están ubicadas en regiones distintas de nuestra Vía Láctea. Engañan nuestros ojos, al igual que lo hicieron con los primitivos, porque lucen como si estuvieran en el mismo plano. Como la tierra gira en torno a su efe, la esfera celeste parece sometida a movimientos de rotación. Esta rotación diurna determina que las estrellas, el sol y otros cuerpos celestes salgan y se pongan todos los días.
  • 4. La Tierra gira de oeste a este, los cuerpos celestes parecen trasladarse en dirección opuesta, saliendo por el este y poniéndose por el oeste. El movimiento de las estrellas varía en función del lugar de la superficie en que nos hallemos y en qué dirección miramos. Por ejemplo, si miramos hacia el sur en el Hemisferio Boreal a medianoche, en enero -según donde estemos exactamente- podremos ver las constelaciones del Hemisferio Austral o sur y Boreal o norte. En julio, sin embargo, las veríamos completamente distintas. Las estrellas parecen cercanas según sea la intensidad de su brillo. Por eso surgió la creencia que las lejanas están tan próximas a nosotros como las más cercanas, pero de menor brillo en cada Constelación. Según los datos paleoastronómicos de origen europeo, los "pueblos antiguos" examinaron sólo las del Hemisferio Norte o Boreal, pero no las de la Zona Ecuatorial y sobre todo las del Hemisferio Austral, por la sencilla razón de que el sur de la Tierra les era desconocido. Sin embargo los hallazgos paleoastronómicos más recientes en el Hemisferio Sur, dan cuenta del mismo esfuerzo por contar, agrupar y dar nombre a las constelaciones visibles en esta zona del planeta. En 1603, el alemán Johames Bayer hacía un mapa celeste en el que incorporaba 14 nuevas constelaciones y en 1763 el francés Louis Lancille añadía las que faltaban del Hemisferio Austral. Ellos también acogieron la práctica de bautizar las constelaciones como lo habían hecho los astrónomos y los astrólogos antiguos; aunque - en algunos casos - hay que hacer un intenso esfuerzo imaginativo para asociar la constelación con el nombre que se les puso tanto recientemente como en la Antigüedad. Las constelaciones actuales son en total 88, distribuidas así: 18 en el Hemisferio Boreal; 35 en la Zona Ecuatorial y 35 en el Hemisferio Austral. Gracias al uso de constelaciones, la astronomía moderna ha podido ubicar, con toda precisión las observaciones y las predicciones de fenómenos como eclipses de Sol y de Luna, ubicación de planetas y de explosión de estrellas que fueron registradas en fechas remotas por diversos pueblos cuya dependencia y comunicación con la Naturaleza era muy elevada, pero que luego se fue perdiendo conforme el hombre comenzó a depender del desarrollo tecnológico masivo y se asentó en urbes. A juicio del italiano Giorgio Abetti, astrónomo e historiador de la astronomía en los tiempos remotos: “Además de la contemplación de los hechos naturales frente a las maravillas de la creación, el sucederse de los días y las noches, las lunaciones y las estaciones, habrán llevado al hombre por las necesidades mismas de su vida, a hacer un recuento, si bien rudimentario del tiempo propio para gobernar sus sencillas actividades agrícolas, venatorias o pastoriles. Los hombres de la época paleolítica que seguramente intentaron determinar la duración de las estaciones, el período de las lunaciones y trazaron las formas de las constelaciones y el movimiento de los planetas entre las estrellas, fueron los que dieron los primeros pasos en la ciencia que más tarde se iba a denominar astronomía.” Y Abetti infiere que, por la imposibilidad en unos casos, y por la dificultad en otros, de las comunicaciones de aquellas épocas: “En los tiempos prehistóricos se formaron centros de cultura en las diversas regiones de la Tierra; esta cultura, si bien primitiva, estaba adaptada y desarrollada de acuerdo con las condiciones de los diferentes pueblos, sus tradiciones y costumbres; de acuerdo, también, con el clima propio de cada región. No tiene sentido, por tanto, hablar de un origen o invención de la astronomía, y aún menos localizarlo en tal o cual lugar.” Es necesario sin embargo distinguir entre conocimiento astronómico, que puede ser más fácilmente ubicado en el tiempo y conocimiento cosmogónico o cosmológico (indistinguibles en las primeras épocas). Así todos los pueblos primitivos -independientemente de sus conocimientos astronómicos acerca del Sol, la Luna, unos pocos planetas, estrellas, cometas y aerolitos, tenían ricos y variados mitos cosmológicos y mitos creacionistas; precisamente como una forma humana de develar el misterio de la creación. Como una constante planetaria cada pueblo antiguo tenía una visión del mundo centrada primordial y exclusivamente en su propio grupo, que habría sido creado expresamente por un mismo creador principal o por dioses secundarios, después de la creación del contorno: cielo, tierra, mar, lagos, ríos, montañas, desiertos, según fuese el lugar que habitara. También como una constante planetaria todo grupo en la Antigüedad daba más importancia al mito antropogénico (referido a los seres humanos y a los animales
  • 5. próximos, o quizá a un lugar geográfico especial), que a la creación cosmológica propiamente dicha, esto es, al Sol, la Luna, los planetas, las estrellas y otros objetos astronómicos fácilmente discernibles. De igual manera los mitólogos han llegado a discernir bien tres tipos de mitos que en los relatos de la creación suelen ocupar-mutatis-mutandis- este orden de prelación: creación del contorno por un dios principal (dios creador), creación de los dioses secundarios o dioses tutelares( teodicea), y creación del ser humano por esos dioses secundarios( antropogénesis ). Esa característica del ser humano persiste hasta nuestros días: se da mucha importancia a la necesidad, a lo cotidiano, se otorga menos importancia a lo que ocurre en los contornos más alejados y muchísimo menos a los acontecimientos cósmicos lejanos, bien porque se desconocen del todo o porque su lejanía crea un temor instintivo frente a la imposibilidad de descifrar tales objetos y los fenómenos asociados a estos. En una obra reciente, "Los Verdaderos Pensadores de Nuestro Tiempo" los planteamientos del antropólogo francés, padre del “estructuralismo”, Claude Levi - Strauss, allí recogidos, confirman la tesis de Abetti, ya que, a su juicio: “Si bien el pensamiento occidental está dominado por lo inteligible, desterramos nuestras sensaciones para manipular conceptos. E inversamente el llamado “pensamiento salvaje” calcula no con datos abstractos, sino con las enseñanzas de la experiencia sensible... Pero, en ambos casos el hombre se ha esforzado por descifrar el Universo y, el pensamiento salvaje, a su manera, lo consigue tan bien, como el pensamiento moderno” . Y, por su parte, en 1989, el astrónomo Alexander Thorn especialista inglés en enclaves megalíticos célebres (entre ellos Stonehenge y Avebury en las Islas Británicas) que dan cuenta del conocimiento astronómico de los celtas (entre 4.000 a 1.500 a.C.) afirma que: ...“las reglas de la matemática y astronomía prehistóricas practicadas por los hombres megalíticos se desarrollaron con asombrosa precisión sin la ayuda siquiera de un lenguaje escrito”.( Esto confirma que gracias a la "intuición", clasificada por los filósofos en las categorías de fenomenológica, emotiva y volitiva, según sean las condiciones en que se produce esta forma de conocimiento, los antiguos - sin instrumentos adecuados para nuestros parámetros tecnológicos contemporáneos y nuestro concepto de cultura - logran desarrollar ideas o hacer cálculos que sorprenden por su notable acercamiento con el conocimiento moderno del Universo, salvadas, por supuesto las diferencias semánticas. Conforme se ahonde en el conocimiento de la prehistoria y aparecen ediciones de libros críticos, la “frontera” de nuestras apreciaciones y valoraciones irá retrocediendo en el tiempo, y esto permitirá valorar con criterios más certeros el conocimiento acumulado por los pueblos antiguos, tanto en sus mitos cosmológicos y creacionistas, como en sus conocimientos puramente astronómicos. A esto se ha unido también en la última década, el impacto de la prospección arqueológica derivada del uso de satélites artificiales, que detectan con facilidad ciudades enteras cubiertas por vegetación y por lo tanto, prácticamente desconocidas para la ciencia. Planteadas las disgresiones anteriores, puede entonces afirmarse que hay, por ahora, evidencias concretas para situar en la etapa inicial de este Primer Momento algunos parámetros básicos que se referirán no a todas las culturas planetarias, sino esencialmente a la cultura occidental. Comencemos, entonces por señalar que la cultura occidental es el resultado, a grandes rasgos, de dos desarrollos motivacionales e intelectuales independientes: la filosofía y la ciencia de los griegos, basadas en una comprensión racional del mundo, y la fe y ética de los judíos, con su preocupación por la condición humana y la interacción entre los seres humanos. Pero en el trasfondo, también se encuentra el conocimiento inicial empírico tomado por los griegos de otros pueblos que acumularon “datos utilitarios", obtenidos principalmente por la vía empírica ( presumiblemente egipcios, caldeos, babilonios, hindúes y chinos).En esta ocasión debe afirmarse también que los conocimientos de primera línea provenientes de otros pueblos (antiguos americanos, habitantes de islas del Pacífico y australianos), hasta donde se conoce , siguen desarrollos tan autónomos que no fueron integrados
  • 6. a la cultura occidental del todo, o tan solo parcialmente, por lo que son prácticamente marginados en ese acervo que hemos heredado. ¿Cúales son, entonces, bajo tales parámetros los hitos más significativos que marcan el período bajo examen? Para facilitarnos el trabajo dividiremos el conocimiento antiguo en dos grandes derroteros. Uno la elaboración cosmogónica mítico-religiosa, que por sus características será retomada en más adelante , bajo el título genérico: "Cosmogonías" para permitirnos examinar expresamente los orígenes y las transformaciones de ese tipo de conocimiento. El otro derrotero que es el que se sigue en este Capítulo se referirá exclusivamente a la transformación de datos empíricos derivados de la observación en conocimientos cada vez más exactos, que van dando forma a la cosmología como elaboración científica. Hecha esta aclaración la cosmología que se conoce en Occidente (y que en la práctica es la aceptada en todas las latitudes actualmente por razones científicas, aunque no por fundamento cultural) es la resultante de estos aportes,mientras los nuevos estudios no modifiquen el panorama : a) Los egipcios (30 siglos a.C.) adoptan el año solar de 365 días igual que los “premayas” en Mesoamérica lo harían varios siglos después. También - según refiere Cicerón - los primeros descubren el movimiento de traslación de Mercurio y Venus, alrededor del Sol. b) Respecto a los hebreos (pese a su contacto con los caldeos) no se distinguen por sus conocimientos astronómicos aunque al darse las continuas “diásporas” a las que se vieron obligados legan a la humanidad (por razones religiosas) un concepto preciso de división del tiempo en semanas, vitalmente ligado a su visión, muy particular, del Universo. Su preocupación aunque es de otra naturaleza , pues se centra en la relación Hombre-Dios para establecer una correlación de carácter moral, ha pasado a la posteridad registrada en la Biblia y va a incidir luego -con gran fuerza- en las concepciones de la creación. Los hitos mas importantes para estos efectos están fechados según esta secuencia: “ Abraham puso fin al sacrificio humano en el año 1800 a.C.; Moisés (1300 a.C.) estableció el día de descanso, aplicable también a los esclavos y animales domésticos; Amos (800 a.C.) predicó la justicia social; Isaías (700 a.C.) concibió la idea de la paz universal en un mundo que todavía mil años más tarde consideraba la guerra como la actividad humana más importante. Mil años antes de la era cristiana, los judíos ya habían desarrollado la idea de las escuelas, creando la base para lo que posteriormente serían sociedades orientadas a la educación general. En Atenas habían Academias unos 500 años antes de Cristo. Con la destrucción del Segundo Templo, en el año 70, la cultura y los rituales judíos se concentraron más aun en el estudio. Unos siglos más tarde, ya en la Europa Medieval, todos los varones judíos eran literatos, mientras que entre los cristianos, solo los clérigos sabían leer ”. La dispersión de los judíos llevó su cultura a todo el mundo antiguo, desde Babilonia (actualmente Irak) hasta Egipto y España (conocida como “Sefarad” y de ahí a América). c) Acerca de los fenicios se tienen pocas informaciones, salvo que por ser navegantes deben haber investigado los métodos de orientación en el mar, por el uso de las estrellas. d) Los sumerios aportan a la Humanidad un relato de la creación que tiene un gran parecido al relato bíblico judaico,tema que se examina luego. e) Sobre los antiguos hindúes, dado que sus conceptos sobre la astronomía constituyen más bien una filosofía acerca de la creación y destrucción de los mundos, se conoce que sus planteamientos son fruto de la intuición (para unos) o de la fantasía (para otros). En concreto creían que la Tierra era esférica, rodeada de planetas y sostenida sin ningún soporte en el espacio (aunque caía sin cesar). En las obras conocidas genéricamente como "Vedas" y "Upanishad" aparece la contribución más original de los antiguos hindúes al conocimiento referidas a la Creación. f) Con referencia a los chinos - aunque siempre se ha afirmado que poseyeron avanzados conocimientos astronómicos en la antigüedad - no hay aun documentos que lo comprueben. Ahora bien, una reconstrucción con base en los pocos vestigios existentes permiten concluir que tenían estos conocimientos que evidencias que lo que existe es carencia de estudios mas profundos sobre esta rica cultura:
  • 7. cálculo de eclipses en el siglo XL a.C.; coordinación del calendario solar con el lunar, mediante la intercalación de 19 lunaciones en 19 años (ciclo de Metón); división del Zodiaco en “28 casas” (o división del cielo observable en relación con las constelaciones conocidas, según su latitud); en 1100 a.C. establecen la oblicuidad de la elíptica y la porción del solsticio de invierno. En el siglo V a.C., por razones político - religiosas se destruyen todos los documentos y se abandona el estudio de la Astronomía. Sin lugar a dudas en la obra “Tao Te Ching”, atribuida a Lao Tse, reposa el principal aporte chino a la elaboración de teorías sobre la Creación.(9 ) g) Los astrónomos asirio - babilonios (cerca de 747 a.C.) alcanzan a pronosticar - con cierto grado de aproximación - las estaciones y las retrogradaciones de los planetas, su nacimiento y ocaso helíaco; su acercamiento a las estrellas más destacadas del Zodíaco. Además alcanzan a calcular los novilunios y a predecir los eclipses. h) Por razones históricas los conocimientos de los antiguos pobladores de América (que son distintos en el Norte, Sur y Centro (o Mesoamérica) no ingresan a la corriente de desarrollo de la cosmología; pero sí en Mesoamérica (desde el siglo V a.C.) se ha determinado: que se utilizaba un calendario solar complicado con base en el planeta Venus (aún sin conocer la forma de la Tierra y sin tener el cálculo de los solsticios y equinoccios); que hay identificación de los planetas; predicción exacta de eclipses de la Luna y del Sol; conocimiento de la Vía Láctea como conglomerado de estrellas, y además se ha registrado el conocimiento de tres calendarios diferentes y muy exactos; el uso del cero - desconocido en Europa - y concretamente en Costa Rica el de instrumentos de jade (muy similares a los utilizados por los chinos de la Dinastía Hsün - Chi) para calcular diversos fenómenos celestes. El estudio del conjunto de la prehistoria americana ha quedado relegada tanto en lo geológico - arqueológico, como etnológico a las categorías, divisiones y criterios elaborados en Europa y no es sino hasta fechas recientes en que ha comenzado a tomar personalidad propia. Así, al haber predominado la idea del poblamiento exclusivamente por el Norte (por la vía del Estrecho de Behring) los estudiosos han quedado supeditados a los poblamientos euroasiáticos y apenas comienza a develarse una situación diferente. Un recuento que permita situar en contexto los conocimientos arqueoastronómicos en América, que no pueden ser vistos de conjunto, sino por regiones, debe considerar, necesariamente dos problemas concretos: a) La destrucción de documentos por parte de los europeos colonizadores ha dificultado la reconstrucción del conocimiento de estos pueblos; b) Si el poblamiento se inició por el Norte (Estrecho de Behring) y luego se fue extendiendo hasta la Patagonia, la evolución es diferente a si hubo oleadas migratorias procedentes de otras latitudes y en fechas distintas, tal como se señala en los últimos años. En la obra “Los Orígenes del Hombre Americano” el paleontólogo francés Paul Rivet relata que el origen del hombre americano y consecuentemente de los adelantos que estos tenían respecto a muchas ideas prevalecientes en Europa, hicieron que desde el Siglo XV - fecha de la llegada de Cristóbal Colón, hasta entrado el Siglo XIX, se especulara, tratando de explicar esos adelantos de distintas maneras, pero coincidentes todas en dar el crédito a otros pueblos, básicamente a los europeos. Las ideas de Rivet deben comprobarse , a la vez que habría que advertir del nacimiento de propuestas altamente fantasiosas que involucran a hipotéticos seres de otros planetas o de otras galaxias como los “maestros” de los primeros creadores de cultura visible en monumentos que evidencian –en todos los casos-un conocimiento adecuado de las técnicas de ingeniería, que supondrían- a la vez-conocimientos de geometría y matemática ,al parecer ligadas a cálculos astronómicos de fenómenos estelares (movimientos del Sol, la Luna y estrellas) que estarían ligados a prácticas agrícolas y a la guerra Pero, sea cual fuere la verdad de lo acontecido con el poblamiento americano , de acuerdo con el historiador francés Paul Chalus en la obra: “El Hombre y la Religión” que investiga las fuentes psicológicas de las creencias y los conocimientos iniciales de los diversos pueblos que poblaron la Tierra, en la segunda mitad del siglo XX, después de tantos descubrimientos históricos, prehistóricos y etnográficos; de profundizaciones psicológicas y de estudios sobre todas las religiones del mundo, es un hecho indubitable
  • 8. que las primeras relaciones del ser humano ,independientemente de donde se asentaron, lo fueron, en este orden sucesivo: primero con la Naturaleza circundante; luego con la Luna y más tarde con el Sol y los planetas. El influjo de la Luna obedece al hecho innegable de que forma parte de la Tierra ( no sólo desde el punto de vista estrictamente astronómico), sino contemplado desde la visión ingenua primitiva. Al respecto cuenta el divulgador científico británico Colin Wilson que la existencia de la Luna es la causa primordial del concepto geocentrista que desde el principio tuvo el hombre. Dice sobre este particular: “Isaac Asimov, catedrático de bioquímica y autor de novelas de ciencia - ficción, ha emitido una atractiva hipótesis sobre la Luna. Considera una desdicha que nuestro planeta la apresara. Como veía que giraba alrededor de nosotros, el hombre antiguo dedujo que el resto del Universo también lo hacía. Eso... le obligó a pensar que la Tierra era lo más importante del Cosmos y el ser humano, su señor, la criatura principal” . Y concluye Colin: aquí estamos...a fines del siglo XX, saqueando la naturaleza y destrozando el medio ambiente sólo porque creemos que el hombre es la medida de todas las cosas.” En realidad - como propone Asimov - , cuál hubiera sido la diferencia si Venus hubiera apresado nuestro satélite. Al observarlo -pues hubiera sido perfectamente visible- los antiguos hubieran comprendido que el lucero matutino y el vespertino eran uno sólo: y que, puesto que se mostraba primero en un lado de Venus y luego en otro, hubiesen colegido que giraba en torno al planeta. En consecuencia para Asimov, quien prosigue la argumentación: “Habría sido lógico efectuar la misma observación sobre Venus y su posición en relación con el Sol, y comprender que tanto tal planeta como Mercurio rotaban alrededor de él. Esto implica ...que los sumerios hubiesen reconocido que la propia Tierra era probablemente un satélite del Sol, y el Universo copernicano hubiera sido aceptado tres mil años antes. Y el hombre jamás se hubiese ufanado de su posición en el Universo, y no correría ahora el peligro de exterminarse.” Y termina Wilson: “Cito la argumentación de Asimov por parecerme un interesante ejemplo de actitud científica “racional”. Si se sigue esa lógica, para llevarla al campo de lo social cabe recordar que en la era moderna se ha propalado la idea de que el “principio masculino” está ligado al concepto día y éste al de orden que a su vez se representa por la luz del Sol. Por lo contrario el “principio femenino” se liga a la idea de noche y desorden y ambos se asocian a la escasa luz reflejada por la Luna. Pero en realidad las mitologías antiguas concebían ambos conceptos como complementarios y, por mistificaciones de orden filosófico primero, luego religioso y finalmente cultural y aún político, se fueron confundiendo y no es sino hasta hoy en día que la racionalidad (identificada con la masculinidad) a juicio de la antropóloga sueca Clara Sharrat, ha comenzado a ceder su hegemonía a la intuición (identificada con la feminidad), buscando su eje de equilibrio. Este cambio de paradigma, a juicio de Sharrat: ...“va a permitir un cuestionamiento de lo que se ha considerado “verdad científica”, pero en el fondo es sólo “confusión ideológica”. Así las cosas estos primeros estadios de la cosmología al ser replanteados, desde una visión nueva en donde las clásicas polaridades masculino - femenino - bueno - malo - Dios - Diosa - Naturaleza - Cultura, tienden a desaparecer o a nivelarse, y al ser revisadas desde la perspectiva del “enfoque de género”, es posible que depararán muchos cambios en las concepciones atribuidas a los antiguos y a sus conocimientos sobre el Cosmos. Dada la importancia de los mitos cosmológicos y creacionistas así como de los mitos teogónicos, en otras partes de esta obra se volverá sobre ellos. Mientras señalemos que en términos generales puede concluirse: a) Es altamente probable que se haya dado una mutua transculturación mitológica entre pueblos en contacto; pero no hay aún pruebas tan fidedignas como si ocurre con la etapa que se examina a continuación. b) Si no ha habido una mutua transculturación que justifique coincidencias, al menos es plausible la hipótesis de que hay un trasfondo fisiológico-intuitivo común que explicaría muchas coincidencias en la emoción que acompañó el esfuerzo de los antiguos por descifrar el entorno. Independientemente de cuál de estas posibilidad tenga mayores visos de realidad, lo cierto es que esos conocimientos antiguos mezcla de intuición y empirismo desembocan en un esfuerzo diferente que eclosiona en una ciudad mercantil de una isla griega, para dar nacimiento a las primeras elaboraciones propiamente científicas y para iniciar un cambio significativo: del anonimato en la creación del
  • 9. conocimiento, se pasa a una fase en que el esfuerzo cognoscitivo queda singularizado. A partir de ahora los progenitores de ideas recibirán el reconocimiento de la historia. b) Etapa de la Convergencia Cultural.- Esta segunda etapa del Primer Momento se caracteriza por el entrecruce cultural y el nacimiento de nuevas elaboraciones racionalistas, a partir del encuentro entre las ideas míticas y las mediciones empíricas (aportes de los pueblos orientales, caldeos, babilonios y egipcios) y el modo de pensar sobre este acervo religioso-cultural (aporte griego) que se inicia en Mileto. Y es necesario insistir en la contribución de una visión ética de la creación y por tanto de la Historia, esto es del papel del ser humano en la Tierra, que en Occidente aparece claramente asociada a la cosmovisión judaica-cristiana. Es necesario tratar brevemente con un ejemplo concreto, como se produce la convergencia, la transculturación y la síntesis resultante: la primera escuela filosófica griega se ubica en Mileto, que era la mayor ciudad griega de su época y el puerto donde se encontraban Oriente y Occidente; una ciudad rica, cuyos habitantes, emprendedores y con gran iniciativa, recorrían el mundo que conocían en busca de negocios. El mundo civilizado con el que los milesios entran en relación, ( Asia y Egipto), habían llegado a la cumbre de sus civilizaciones: sus ideas religiosas y sus conocimientos científicos se habían ido elaborando en el transcurso de los siglos, y se encontraban repletos de sabiduría y de creencias, que al ser retomadas, retocadas, repensadas y difundidas originarán el llamado “milagro griego”, que no es otro que la inauguración en esa latitud específica de una nueva forma de sacar conocimiento del entorno misterioso que rodea al ser humano y del propio devenir de las personas sobre el que se asienta - desde entonces - nuestro modo de conocimiento científico y lógico que originarán la filosofía y la ciencia accidentales. A grandes rasgos la filosofía es un intento de la razón por explicar las relaciones entre algo que se intuye como superior a lo fenoménico, algo que está más allá de los fenómenos físicos y tales fenómenos físicos. Si la naturaleza es una sucesión de fenómenos físicos, la filosofía buscará unirlos en una explicación que vaya aun más allá de estos y además tratará de encontrarles la causa que los produce y la razón de su existencia. La historia de todos los intentos de encontrar una explicación metafísica a la naturaleza, es la reiteración - desde diversos ángulos y en épocas diferentes- a escapar de la naturaleza, a develar su misterio y por lo tanto a encontrarle sentido a la vida. Pero esa develación la intentará el ser humano imaginando el mundo es lo que el piensa que es. La inteligencia debe zambullirse en el misterio -lo irracional e ignoto- para racionalizarlo; para perderle miedo (para superar la debilidad e insuficiencia del ser humano) y por lo tanto para encontrar una explicación válida de la causa de la existencia del Universo; así como de su razón de ser. La filosofía al igual que la religión en cierto sentido reconoce y acepta el misterio al tratar de explicarlo, uniendo datos empíricos y buscando el sentido oculto en ellos para develarlos.Pero si el milagro griego es el fruto del pensamiento, este es un fenómeno individual y no una empresa de un pueblo, como lo expone en la obra “Las Civilizaciones Antiguas” el historiador francés Jacques Pirenne lo que nos permite tener una visión apretada de este proceso inicial que ya no se refiere a elaboraciones mitológicas colectivas, como ocurre en la primera fase anterior, sino a aportes concretos y específicos , que pueden atribuirse a personas singularizadas. Este es el caso de Tales de Mileto, de origen fenicio, nacido en el último tercio del siglo VII, entre el año 640 y 630, quien era, como sus conciudadanos, un gran viajero y un hábil hombre de negocios. De un modo natural, sus viajes le condujeron a Sardes y a Egipto. Tenía un espíritu abierto y curioso. En Egipto estudió geometría y astronomía, tomando contacto con las ideas religiosas del país e investigó también las causas de las crecidas del Nilo. Se inició en Sardes en las concepciones de la génesis y la astrología babilónicas. Dotado de un espíritu enciclopédico, fue, a la vez, hombre de Estado, hombre de negocios, ingeniero, sabio y filósofo. Tales fue el fundador de la primera escuela filosófica griega. Su filosofía, como sus conocimientos científicos, procedía enteramente del pensamiento oriental sacado de las génesis babilónica y egipcia, estableciendo de este modo las bases de una visión física y científica del Universo. Indudablemente, los
  • 10. babilonios situaban ya a los elementos antes que a los dioses en la formación del mundo. Pero no habían desglosado de la teogonía sus primeras ideas sobre la génesis física del mundo. Esto es lo que hizo Tales, que no buscaba, como lo hacían los babilonios, el describir, sino explicar las causas de las cosas. Despojando a las ideas babilónicas de su carácter religioso, que para él no tenían valor alguno, llegó a la consideración de los elementos por sí mismos y a buscar la explicación física de una conclusión, ya formulada por los caldeos, y que adoptó íntegramente. Su concepción, según la cual el alma penetra el mundo enteramente, no es más que una transposición de una concepción religiosa egipcia, adoptada como base de su razonamiento. Pero mientras para los egipcios la materia es penetrada por el espíritu del mundo (que se manifiesta bajo su forma consciente y creadora en el dios Ra) para Tales el "aparato religioso" desaparece, y por primera vez la materia y el espíritu son considerados independientemente de la divinidad. No era preciso, por otra parte, exagerar en este sentido, pues al decir que “todo está lleno de dioses”, Tales unía su filosofía a la concepción panteísta egipcia. No ha llegado hasta nosotros obra alguna de Tales. Ni siquiera sabemos si llegó a escribir su doctrina, pero formó una escuela que fue luego dirigida por su discípulo Anaximandro. Al igual que Tales, Anaximandro (610 a.C.) estaba instruido en las teorías de astrología y meteorología de Babilonia. Enseñó en Grecia la división del día en doce horas y construyó en Esparta un cuadrante solar sobre los principios caldeos, pero inspirándose en mapas lydios confeccionados para cubrir las necesidades de las caravanas que iban hacia Babilonia y que no hacían más que recoger los conocimientos astronómicos de los babilonios, pero dándoles un cariz científico. Lo que buscaba, sin embargo, no era reunir elementos para predecir el futuro, como hacían los astrólogos caldeos, sino descubrir las relaciones entre la tierra y los astros. Concibió entonces - y esta es una idea nueva - la noción del infinito, del que hizo el principio de todas las cosas. El infinito adquiere, en su física, el lugar que ocupa el caos en el génesis egipcio. Para Anaximandro, quien dejó una obra: “Sobre la Naturaleza”, la materia es "un cuerpo infinito dotado de un movimiento eterno, bajo cuya acción se produce el nacimiento de los mundos. En su origen esta materia o sustancia primordial es un caos, una mezcla, que en sí no es uno de los elementos primordiales, pero del cual habrán de surgir estos. El infinito es, pues, un cuerpo ilimitado del que un día emergió la tierra". Transpuesta al plano físico, esta es, exactamente, la tesis egipcia del origen del mundo, del movimiento reemplazando al espíritu difuso que, en la cosmogonía egipcia, crea el movimiento. Según Anaximandro: "En el seno del caos, bajo la acción del movimiento, se separan los elementos opuestos, el calor y el frío, bajo el aspecto del fuego y del aire ( idea que todavía es egipcia) Se forma una esfera de llamas, como la corteza alrededor del árbol, en torno del aire circunterrestre. Esta esfera de llama se rompe y sus pedazos producen los astros. El aire central se divide a su vez en tierra, agua y aire". Así, la teoría evolucionista de Anaximandro sustituye al mito de la creación sucesiva. Asimismo, aplica la noción de la evolución a la aparición de los seres vivos, (idea tomada de Caldea). Los primeros seres vivos: Se desarrollaron en el agua primitiva. Primeramente fueron semejantes a peces y después se fueron adaptando progresivamente a las regiones desecadas, hasta que finalmente, hizo su aparición el Hombre". Estas ideas de Anaximandro son, casi sin modificación, el mito evolucionista formulado por los sumerios desde el tercer milenio. Anaximandro extrajo también una religión y una moral de la teoría física: Dios incorporado al infinito, y el dualismo entre el frío y el calor, asimilado al conflicto de los elementos contrarios, es decir, del bien y el mal, y también de la vida y la muerte. "Todo viene del infinito y todo vuelve a él" (ya que se nace de lo que existe, y también hacia lo que procede la corrupción, en la medida de lo necesario), pues los seres se pagan, unos a otros, las penas y reparaciones de sus injusticias siguiendo el orden del tiempo”. ...toda evolución acaba en disolución: los mundos vuelven al infinito y el cielo se inicia de nuevo". Anaximeno sucedió a Anaximandro, floreciendo, en el año 546, cuando Mileto fue conquistada por los persas. Sus obras, que se han perdido, estaban escritas en un lenguaje sencillo y sin pretensiones. Fiel a la idea del principio inicial, éste lo sitúa en el aire, que, según la concepción de Anaximandro, es infinito: "el aire, al dilatarse y comprimirse, produce todas las cosas. El fuego está constituido por aire ramificado y los
  • 11. vientos por la condensación de una parte del aire que se ve empujada por otro menos denso; el aire está, en principio, condensado, y son las nubes las que, por un progreso de esta condensación, se mudan en lluvia; y la condensación más completa del agua, da nacimiento a la tierra, y después, a las rocas". Por aire, principio primordial en movimiento incesante. Anaximeno de Mileto entiende el hálito o vapor que da aliento al cosmos. Todo procede del aire infinito y todo vuelve a él. De ese protoelemento derivan mundos, meteoros y seres orgánicos e inorgánicos. Distingue dos clases de fuerzas: la de condensación y la de dilatación o rarefacción. La primera provoca el enfriamiento; la segunda fuerza, el calentamiento. De la rarefacción del aire nace el fuego; de su condensación brotan los demás elementos, los meteoros y las piedras. La Tierra (una tabla o disco plano rodeado por agua, según Aecio) flota sobre la atmósfera y constituye el centro, a cuyo alrededor giran el sol y los planetas. Para Anaximeno el aire es una potencia viviente: es Dios. Y el alma del hombre no es más que un fragmento : “Nuestra alma al ser de aire, es, en cada uno de nosotros, un principio de la unión; igual que el aliento o el aire contiene el mundo en su conjunto”. No se puede evitar la evocación del “ka” egipcio, cuya unión con la materia asegura, en cada ser, su forma y su vida, y que, como el alma de Anaximeno, es un soplo que hace vivir al hombre, igual que vivifica al Universo. Esta asimilación es tanto más asombrosa cuanto que, para Anaximeno, el aire es un dios,dotado,por definición intrínseca de proporciones perfectas. Y dado que en los poemas homéricos (Iliada y Odisea) la palabra kosmos tenía un sentido de orden relacionado con acciones humanas (remeros bogando ,por ejemplo) ,servía tambien para indicar la proporcionalidad y la disposición armónicas, por lo que, a finales del siglo VI a.C., kosmos vino a significar –preferentemente- una disposición ordenada y permanente evidenciada en los fenómenos observables en la tierra ,el mar y el firmamento. Tal es el sentido que le da Anaxímeno, y así, la astronomía queda subsumida en la cosmología. c) Etapa de Síntesis.- Con la etapa que se inicia en la escuela filosófica de Mileto, la historia del pensamiento humano franquea una puerta del conocimiento abandonando el plano mítico y religioso, para abordar el desciframiento del misterio de la creación -la explicación del Universo- el plano racional. Quedan establecidos así, los primeros fundamentos de un método científico, que constituye la primera manifestación propia del genio de Grecia. En el momento en que los griegos se inician en los conocimientos científicos y en las creencias religiosas del Asia y de Egipto, estas llegan, después de treinta siglos de evolución a su apogeo. La génesis religiosa del mundo, la concepción del alma y de la vida futura y la moral han dado a la religión egipcia una tendencia señalada hacia el monoteísmo panteísta que sin llegar a concepciones filosóficas, ha planteado los problemas del origen y la finalidad del Universo y del hombre. Tanto en Egipto como en Caldea, se obtienen resultados considerables en aritmética, geometría, astronomía y medicina; pero, del mismo modo que las concepciones del origen del mundo no han abandonado el terreno de la intuición religiosa, el método, a través del que son obtenidas las conclusiones científicas, no ha rebasado el período del empirismo. El proceso de síntesis griega por un lado permite el nacimiento de la filosofía y ciencia; pero por otro lado sepulta el sentimiento de los pueblos que produjeron las ideas originales. Las conclusiones de los pensamientos caldeo y egipcio estaban rodeadas de una multitud de tradiciones sagradas, preciosa para los pueblos que las vivieron, pero incomprensibles para los griegos. Los griegos, que no se veían entorpecidos por tradición alguna, tomaron de los egipcios y caldeos las conclusiones de sus pensamientos religiosos y científicos, sin preocuparse del fárrago de sus antiguas creencias nacionales. Y cuando, a su vez, se plantean los grandes problemas, en que las religiones y las ciencias se debatían, buscando su resolución durante decenas de siglos, no tuvieron más que recoger los resultados que les aportaba la sabiduría que les acompañaba. Las ideas que presentaban un carácter sagrado para los egipcios y caldeos, no ofrecían para los griegos más que consideraciones científicas. La comparación de las conclusiones babilónicas y egipcias, rodeadas, unas y
  • 12. otras, de un inmenso prestigio, pero ofreciendo diferentes soluciones a los grandes problemas del futuro y del fin, había de orientar, necesariamente, su pensamiento por el camino de la indagación y de la crítica. Disponiendo los griegos de todos los medios puestos por la época a disposición de sus pensadores: escritura, técnica, obras teológicas, manuales de matemáticas, de astronomía y de medicina, adquirieron los más elevados conocimientos y, al mismo tiempo, los medios de compararlos y discutirlos, sin verse sometidos a ningún conformismo tradicional. Esta independencia de todo conformismo, se explica, en sí, por el carácter esencialmente comercial de las ciudades jónicas. Debe resaltarse que los pueblos desarrollados sobre la base de la evolución agrícola conocieron sólo progresos intelectuales lentos, debido a los conceptos de solidaridad impuesta por la tierra y por la familia, que entorpecen la independencia individual y generan una estabilidad de las concepciones intelectuales y de las formas sociales, poco favorables a la creación de nuevas actitudes del pensamiento. Por el contrario, el comercio marítimo ejerció sobre los milesios y los griegos de Asia, en general, una influencia que determinó su orientación intelectual. El comercio marítimo y la riqueza que le acompañó tuvieron por consecuencia que se produjera en las ciudades griegas una rica burguesía, el principio esencial de cuya organización jurídica fue el de la independencia individual. Los milesios puestos directamente en contacto con los pueblos extranjeros más civilizados de su tiempo, eran, no solo capaces de asimilar sus concepciones religiosas, científicas y artísticas, sino, asimismo, de escapar a su influencia y tomaron de los babilonios y egipcios no solamente sus conocimientos y creencias, sino que los “recapitularon” con su asombrosa libertad y su cuidado por hallar la verdad, virtudes que constituyen su aportación más considerable a la civilización antigua y así transformaron el empirismo en un método científico, y sometieron las ideas religiosas al examen de la razón, lo que les permitió crear los primeros sistemas filosóficos. En esta última etapa de síntesis, los milesios fueron innovadores, especialmente, en el plano filosófico y extrajeron de las teologías egipcia y asiática, las sencillas conclusiones que los orientales habían preparado y presentido, sin llegar a liberarlas. De acuerdo con Pirenne: “Gracias a la reconceptualización sufrida en Mileto, las ideas de Egipto y Caldea, que, desde siglos atrás, no llegaban a salir de los círculos del empirismo y la teología, en los que se habían formado, adquieren un nuevo impulso; se rompe la argolla del arcaísmo que mantenía encerrado el pensamiento oriental, despojándolo del lastre simbólico, bajo el que se ahogaba. Le priva de sus caracteres específicamente nacionales y, sustituyendo concepciones grandiosas, pero confusas por idea sencillas y coherentes, les da, bruscamente, el valor universal que los más grandes espíritus de la antigüedad - tales como Amenofis IV - trataron, vanamente, de hacer triunfar. En Mileto, intervino la influencia de los fenicios, que, con sus mercancías, introdujeron las ideas religiosas del Asia: el culto del gran dios de Biblos, Tamuz - Adonis, que es también un culto agrario. Este se añadirá al culto cretense, muy próximo, por otra parte, a las ideas asirias llegadas de Egipto. Los cultos tebanos de Dionisio y de Deméter fueron importados por los fenicios (y no serían otra cosa que la transposición de los cultos de Osiris y de Isis, que los fenicios había recibido de Egipto). Asimismo las teogonías babilónicas, que, a partir del reinado de Hammurabi, toman una forma definitiva y las ideas caldeo - sumerias sobre la vida de ultratumba y la adivinación, que ejercía una actividad indiscutible y secular, penetran también profundamente en la Grecia aquea”. Más tarde habrá de hacerlo igualmente el monoteísmo judaico - cristiano para producir otra síntesis. Las síntesis posteriores (el encuentro entre el pensamiento europeo y los pueblos que fueron conquistando en diversas latitudes en períodos muy separados en el tiempo), no llegarán -sin embargo- a causar los mismos impactos en el pensamiento occidental. Sin embargo para el filósofo norteamericano de la ciencia Marshall Clagett, quien difiere de Pirenne: ..."se dice sin razón, que la filosofía y la ciencia empezaron en las orillas jónicas de Asia Menor. Al menos, por ahí abren los manuales, que repiten, a modo de ritornelo, que ve un tránsito del mito a la razón. Expresión que se contradice con la acostumbrada afirmación inmediata de que los primeros sabios griegos acudían a Egipto para aprender. ¿Qué enseñaban allí? En los tres campos en que sobresalieron los griegos se habían
  • 13. adelantado los egipcios: astronomía, historia natural y medicina. Tejieran o no teorías, sabemos que recopilaron numerosísimos datos tras hábil observación Y tal vez sea ese el tránsito auténtico, natural por lo demás: de los datos a la teoría". En abono a esta tesis la historia registra datos concretos debidos as la observación sistematica y rigurosa de la naturaleza .Por ejemplo, los egipcios llamaban a su divinidad Señor de la eternidad o Señor de los años. Además de su sentido directo, esos títulos tenían también un significado del papel que la deidad ejercía en el establecimiento de un calendario sistemático. Hasta el Viejo Reino se remonta la existencia del calendario civil de 365 días. (Usaron también dos calendarios lunares). Constaba de 12 meses de 30 días cada uno más cinco días epagoménicos. Cada cuatro meses formaban una estación. La primera se llamaba Akhet ("inundación") y comenzaba con la subida repentina del nivel del Nilo: la segunda, Peret ("emergencia"), anunciaba la emergencia del suelo y de la vida vegetal, la tercera, Shemu (descenso de las aguas), correspondía al tiempo de la cosecha. Cada mes se dividía en tres "semanas" de diez días (décadas). Esa "semana" de diez días dictaba el uso de 36 decanas (estrellas o grupos estelares) en los relojes estelares. La ascensión de Sirio señalaba el comienzo del año civil. Los astrónomos egipcios distinguían entre estrellas imperecederas, las circumpolares que no se ponen, y estrellas infatigables, que son las decanas y los planetas. Para los egipcios la noche se dividía en 12 horas, determinadas por las ascensiones heliacales de las decanas. La longitud de esas horas variaba con las estaciones. Todas las decanas que marcaban las horas caían en una banda al sur y paralela a la eclíptica. La combinación del alargamiento y acortamiento de la noche con los períodos de parpadeo matutino y vespertino y la oscilación del reloj estelar explica esa partición horaria de la noche.Para medir el transcurso del tiempo nocturno se emplearon relojes de agua; para medir las 12 horas diurnas, relojes solares (conocieron dos tipos generales de relojes de agua: de flujo hacia fuera y flujo hacia dentro). El espécimen más antiguo del prototipo con flujo hacia fuera pertenece al reinado de Amenhotep III (ca. 1391-1393 a.C.)La determinación de las horas diurnas se basaba en el movimiento del sol y en la proyección de su sombra. Había dos tipos de relojes solares. El primero era un instrumento para medir la longitud de la proyección de las sombras sobre el mismo. El segundo medía las horas por el cambio de dirección de la sombra proyectada por el curso diario del movimiento del sol.(22) 2.-PENSAMIENTO GRIEGO.- Al finalizar la conjunción de ideas procedentes de las tres etapas y procesos anteriores , comienza a hacer su eclosión y despliegue el Segundo Momento que se ubica en el siglo sexto antes de Nuestra Era en Jonia, pequeña isla a las orillas del Mar Egeo, momento en que el pensamiento humano adquiere nuevo impulso como si hubiese sido movido por una nueva energía, que ha sido atribuida - por unos - al uso de la razón; por otros a razones de carácter político y a la utilización de la tecnología, y por algunos al desarrollo del individualismo resultante de una economía floreciente. En coincidencia con lo que se suele afirmar acerca de la “eclosión de la razón” que se ubica en Grecia, refiere Charon que el jonio descubrió una nueva manera de contemplar y de explicarse el mundo; tal “mutación” de la forma de pensar afirma que “es debida a un uso sistematizado de la razón, con la cual se gesta la idea que el mundo no le ha sido dado completamente al hombre. sino que lo que le es dado es poder reflexionar sobre el mundo.” El pensamiento griego postulará, a partir de ahora, que la existencia, en su realidad, es comprensible y conquistable. No existe el misterio en el Universo, este es descifrable, porque no representa el diseño de algún poder superior. El orden y la belleza son ingredientes indispensables en esta concepción del Universo porque permiten categorizarlo y entenderlo, describir las normas y leyes que lo rigen. Según el pensamiento griego lo que existe es lo que se percibe, por lo tanto, el entendimiento total de la esencia del Universo entre dentro de las posibilidades del ser humano. Un segundo pilar de esta filosofía es la centralidad del hombre en el cosmos. De acuerdo con este prisma, el hombre puede conquistar y dominar el Universo que, a su vez, se rige por una serie de normas totalmente descifrables y entendibles, al punto que modernamente se afirma
  • 14. que la herejía griega no consistiría tanto en la multiplicidad de los dioses que adoraban sino en el esfuerzo por la deificación del hombre. A juicio de la mayoría de los autores clásicos, es gracias al “genio” de los griegos que las explicaciones asociadas a causas racionales, van a posibilitar comprender fenómenos naturales observados (antes atribuidos a circunstancias y explicaciones mágicas), entre las cuales la literatura registra - a modo de ejemplo - la extraña concepción mágico intuitiva de nacimiento y muerte cíclica del Universo, ahora nuevamente postulado por la Cosmología moderna. Sin embargo, manteniendo una visión diferente el exobiologo y astrónomo norteamericano Carl Sagan, manifiesta que es “ gracias a la diversidad política “ que se activa y prolifera la tecnología y se disemina el conocimiento en Jonia, lo que luego dará origen a la civilización griega y, a su juicio, no ocurrió así en China, Centroamérica, ni en la India, Egipto o Babilonia, sociedades con una singular cultura astronómica, pero con una gran concentración de poder político -y por ende- del conocimiento. Hoy día los criterios de pensadores diversos, entre ellos los que entrevistara el periodista francés Guy Sorman para su libro: “Los Verdaderos Pensadores de Nuestro Tiempo” coinciden en hacer planteamientos de “ruptura” sobre conceptos culturales estereotipados: por ejemplo, el de la superioridad del pensamiento greco - occidental. Pero, independientemente de que ahora se replantee la historia, lo cierto es que el pensamiento difundido por los griegos va a desarrollarse y perfeccionarse durante casi diecisiete siglos y se extrapolará - aunque de una manera muy disímil - a todas las latitudes del planeta y el hombre construirá gracias al uso del intelecto sometido a la necesidad de buscar explicaciones sobre mecanismos razonables, numerosos modelos del Universo, numerosas Cosmologías. Todos esos modelos tendrán en común el intento de relacionar las observaciones del mundo exterior con las deducciones lógicas ofrecidas por la razón. Los fundamentos de esta realidad se basan en el hecho que la información que sirve para relacionar ideas y convertir éstas en sistemas de pensamiento cerrado, provienen de regiones muy distantes de la Tierra y por lo tanto sólo es posible aplicar métodos deductivos ingeniosos. En la doctrina de Anaxágoras (500-428 a.C.) aparece por vez primera la idea de una mente suprema, que denominaría “Nous“, espíritu ordenador del mundo y principio de todo movimiento, de toda vida, de todo sentimiento, de toda percepción. Esta idea -que constituye su mayor aporte al pensamiento filosófico- fue el punto de partida para la elaboración filosófica de los grandes pensadores griegos posteriores. Anaxágoras sostuvo que la materia existe desde toda la eternidad, no en la forma de los llamados elementos: tierra, aire, fuego y agua, sino en la condición de “átomos” o, según la terminología moderna, de moléculas infinitamente numerosas y pequeñas y caóticas. Pero al estar presentes en una barra de oro, de hierro o de cobre este incalculable número de partículas semejantes de materia, aparecían ya ordenadas , no de forma accidental o resultado del ciego azar, sino como obra expresa del espíritu informador, o Nous ( que era poderoso por sí mismo e independiente de todo otro ser) . Nous, escribe una y otra vez ,Anaxágoras es el ser más puro y sutil; tiene plena conciencia de todas las cosas y su poder es ilimitado. En su libro “De la naturaleza“ le ubica al principio de todas las cosas, cuando dice : ...todas las cosas estaban confusas: después sobrevino el Nous y las separó, ordenándolas. Esta descripción de Anaxagoras nos recuerda que el mismo criterio es vertido en las Sagradas Escrituras, concretamente en Génesis Esta teoría del Nous, al que no atribuye personalidad, constituye un paso decisivo hacia el Teísmo, concepto que difiere del Deismo ,el cual es un aporte judaico ,porque además del atributo divino de Dios agrega el concepto de salvación . A partir de esta etapa del pensamiento griego comienza a darse una gran riqueza conceptual ,porque afloran ideas y modelos sobre el cosmos de muy variada naturaleza, como lo muestran los ejemplos clásicos que se incluyen a partir de ahora. a) Pitágoras (C. 571 - 497 a.C.), usualmente reconocido como el primer cosmólogo y por ello Padre de esta ciencia, introduce hacia el año 500 no sólo teorizaciones, sino que aplica mediciones, lo cual contradice la creencia usual de que los griegos fueron puros pensadores. Su planteamiento mantiene la idea de una Tierra
  • 15. fija y el Universo girando a su alrededor para lo cual emplea ingeniosos métodos para explicar lo observable.(27) El concepto de “Universo discontinuo” que prevalece en Pitágoras es levemente superado por la atrevida teoría de Parménides en el año 450 a.C., en el fragmento III de su poema “Sobre la Naturaleza”, según el cual el problema de conocer está en la contraposición de “lo uno” y de “lo múltiple” y entre lo que se cree es “verdadero” y sólo es “apariencia”. (28) Para Pitágoras (quien no escribió nada pero cuyo pensamiento se deduce por el legado de sus discípulos) existe una correlación entre los números y los mecanismos de la Naturaleza, lo que determina que los lejanos soles y los cercanos planetas se muevan, fijados cada uno a su propia esfera, en órbitas que crean la “Armonía Celestial” resultado de las diferentes “notas musicales” que producen los astros en movimiento.(29) b) Un discípulo de Pitágoras, Filolao (fl.s. V. a.C.) imagina una Cosmología en que la Tierra se encuentra en el centro del cosmos pero no inmóvil, sino girando ésta, la Luna y los cinco planetas conocido en ese entonces; mientras que las estrellas se encontrarían inmóviles, puesto que no eran otra cosa que "agujeros que dejaban escapar el brillo de un fuego exterior." c) Para Heráclito de Ponto (fl.s. IV a.C.) en su Cosmogonía mezcla de ciencia, filosofía y astrología, como casi todo lo pensado por aquellas épocas, la Tierra está situada en el centro del mundo y da vueltas sobre su propio eje y los planetas Mercurio y Venus giran no alrededor de ésta, sino del Sol, pero aún éste, la Luna y los tres planetas restantes giran alrededor de la Tierra.Otro aspecto muy importante de parte de este filósofo es su visión cosmogónica en la que se le sitúa como precursor de las teorías relativistas modernas. Sobre este particular el especialista en filosofía presocrática, el español José Antonio Míguez advierte: “Los fragmentos más divulgados de Heráclito y las exposiciones sumarias ofrecidas en manuales de filosofía, nos dejan ver que, para el filósofo efesino, todo estaría expuesto a cambio y fluir incesantes. Bajo este aspecto se lo describe como el reverso de la doctrina eleata y como el más antiguo expositor de un “relativismo completo en lo lógico, ontológico y metafísico”. Sin embargo, esta doctrina tan exagerada del devenir no se deriva directamente de la lectura completa de los fragmentos. En gran parte ha contribuido a difundir esta interpretación lo que sobre Heráclito dice Platón en Cratilo. Por de pronto el concepto “todo fluye” como lema sintético del absoluto fluir no se encuentra en los fragmentos herácliteos; pero sí en el diálogo platónico mencionado: “la opinión de Heráclito” que todas las cosas fluyen y nada permanece”, y más adelante: “se supone que Heráclito enseñó que todas las cosas están en movimiento y que hasta el agua en que reposa, se las compara a la corriente de un río, y por lo que no se puede descender en las mismas aguas dos veces”. Según Míguez estos fragmentos de una manera más directa, han influido para que a Heráclito se lo considerara como el filósofo de la inconstancia del Ser y del Mundo.” Pero es necesario hacer una salvedad, valedera para la doctrina de Heráclito, porque: “ignoramos en qué forma se corresponden los diversos fragmentos. Son entregas de segunda mano, entresacados de contextos en lo que escritores de tendencias a veces opuestas lo mencionan en pro o en contra de alguna afirmación.” Esta valiosa advertencia del especialista español es también válida en el proceso de reconstruir el pensamiento de autores antiguos y conviene tenerla en mente porque muchas de las citas que hacemos aquí es posible que muestren esa misma característica. d) Aristarco de Samos (fl. 270 a.C.) es una voz solitaria que se adelanta al conocimiento de su época y en el año 275 anuncia la idea general de que todos los planetas (y la Luna incluida ) orbitan alrededor del Sol. Como la ciencia en la antigüedad suele ir desde el polo de deducir la verdad desprendiéndola de principios generales (método deductivo) o de establecerla con base en la observación de la que se extraen las deducciones (método inductivo), el desarrollo que llevaba la elaboración cosmológica cambia de rumbo definitivamente para favorecer el método deductivo cuando el pensamiento de Platón y más tarde de Aristóteles vuelven a colocar (por razones deductivas) la Tierra en el centro del Universo, como una teoría
  • 16. que habría de esperar más de quince siglos, para ser modificada a pesar de la genial intuición de Aristarco de Samos, que no prosperó. Como afirma el escritor científico venezolano Francisco A. Lugo: “La formulación de una teoría de carácter universal es siempre empresa que pone a prueba la penetración de los espíritus mejor templados. Las naturales limitaciones de la inteligencia humana y de la instrumentación científica, junto con la pobreza propia de los conocimientos adquiridos por la Humanidad y, sobre todo, el imperio que ejercen sobre el entendimiento los prejuicios seculares, hacen todavía la tarea más ardua y aventurada. Antes de haber sido considerada correcta y admirable, toda teoría de esta índole ha tenido que sufrir primero la indiferencia oficial o académica o los ataques de quienes, muy ilustres por cierto, han sostenido toda su vida lo contrario.” Discípulo de Estratón, Aristarco vivió y enseñó en Alejandría. Construyó su cosmología sobre la hipótesis heliocéntrica. La Tierra y los demás planetas giran en torno al Sol. ( Se han perdido los escritos donde exponía las ideas que recuperaría Copérnico en el Renacimiento) . Al centrar en el Sol la órbita anual que recorría la Tierra, reconoció que la ausencia de una paralaje observable para las estrellas fijas debe hacer su distancia inconmensurable, con comparación con el tamaño de la órbita de nuestro planeta. Los comentaristas suponen que Aristarco se apoyaría en la hipótesis heliocéntrica para explicar las peculiaridades del movimiento planetario (movimientos retrógrados periódicos) según se ven desde la Tierra. Aristarco admitió la rotación diaria de la Tierra sobre su eje, para así explicar el orto y ocaso diarios de los cuerpos celestes. La única obra escrita de Aristarco que ha sobrevivido no aborda el heliocentrismo, aunque sus disquisiciones sobre los tamaños y las distancias del Sol y la Luna es el primer tratado completo sobre cuestiones astronómicos que nos ha llegado de la Grecia clásica. Mientras la astronomía avanzaba con parsimoniosa lentitud, otra ciencia -la geometría- resolvió problemas difíciles y convirtió la disciplina en un sistema lógico. Aristarco procede con criterio geométrico y a partir de una serie de axiomas (la Luna posee su luz procedente del Sol; la Tierra se halla en el centro de la esfera de la Luna, etcétera) establece, mediante una combinación de astronomía y geometría, un elenco de proposiciones, de las que suelen destacarse las siguientes: las distancias relativas entre el Sol y la Luna desde la Tierra están en una razón inferior de 20:1, aunque mayor que 18:1: los diámetros del Sol y la Tierra se hallan en una razón inferior a 43:6, aunque mayor que 19:3; los diámetros de la Tierra y la Luna están en una razón inferior a 60:19 aunque mayor que 108:43 . Su razonamiento geométrico reviste especial interés en un tiempo en que no se habían establecido todavía los métodos trigonométricos de una manera sistemática ,ya que el sistema trigonométrico (expuesto por Ptolomeo en el Almagesto) se remonta a Hiparco de Rodas, 150 a.C. ,es decir más de un siglo después. 3.-COSMOLOGÍA ARISTOTÉLICA.- Antes de entrar a este Tercer Momento es necesario hacer una breve recapitulación. Durante los siglos transcurridos en el “Primer Momento” histórico examinado, es difícil conocer cuando hubo predominio de la deducción sobre la observación o viceversa y no conocemos tampoco cuánto y cómo se extrapolaron ambos métodos de su aplicación a las cosas de la vida diaria a aquellas que ocurrían en el “mundo exterior” - aunque la hipótesis más plausible(como la que sostiene el historiador Jacques Pirenne) es que se pasó de los datos empíricos y prácticos a las teorías creacionistas, y de estas a las explicaciones racionalistas. En este paso -sin embargo, si se ganó en "razón", se perdió la "emoción" que creó las mitologías y esto tendrá -posteriormente- secuelas, como veremos más adelante. Para conocer con más detalle lo ocurrido en el “Segundo Momento”, existe también una limitación: todo el conocimiento elaborado antes de Platón y Aristóteles pasaba por sus preferencias y animadversiones por lo cual hasta en la época moderna se ha comenzado a revalorizar el verdadero aporte del pensamiento de los “filósofos presocráticos”. Asimismo, la quema de la Biblioteca de Alejandría en el año 47 a.C., por primera vez por soldados de Julio Cesar; su quema, por segunda vez en 390 d.C. y en el año 640 d.C. - por tercera
  • 17. vez - hizo que se perdieran valiosos conocimientos que han debido irse reconstruyendo no sin serias dificultades. Por cierto que el Califa árabe Amir Ibn Al-Wathar que ordenó quemarla en la última ocasión lo hizo , según la leyenda que recoge Colin Wilson bajo esta sentencia: “Si los libros están de acuerdo con las enseñanzas del Corán son inútiles y si no, deben ser quemados”. Una situación similar se dio en América casi mil años después, con la quema de los códices mayas por parte de los cristianos. Fray Diego de Landa relata así la quema en la ciudad Maní de Yucatán: “Encontramos entre ellos un gran número de libros escritos en sus caracteres y dado que no contenían más que supersticiones y falsedades sobre el diablo, los quemamos todos, cosa que (los naturales) sintieron profundamente, ya que mostraron una enorme tristeza.” Y cabe agregar que contemporáneamente el temor, la superstición, las prohibiciones y la censura no son, por cierto, actitudes superadas todavía en la vida de ninguno de los pueblos que habitan nuestro planeta y particularmente en países cuyos líderes proceden como teócratas pese a que presuman de lo contrario. En el periodo anterior se sabe que Pitágoras buscaba un “Principio” que rigiese todos los fenómenos cosmológicos (predominio del ¿por qué?; pero que sus discípulos Filolao y Heráclito de Efeso no eran partidarios de esta metodología para acercarse al conocimiento y se fundamentan en la observación (predominio del ¿cómo?). a) A su vez, para Platón (428 - 347 a.C.) hay una preocupación por la búsqueda de un “Principio Universal” que explique el mundo, luego podrá - fundamentándose en este - explicarse todo lo observable. Este pensador señala que las trayectorias de los astros son el resultado de la “decisión divina” y dado que Dios es perfecto - ergo - las trayectorias y el movimiento deben serlo también. Esta concepción del "círculo perfecto" en el mundo científico occidental perdurará –como lo veremos- hasta el advenimiento de Kepler. En palabras de Platón, en su obra "El Timeo", la idea se expresa así, tajante: “El mundo es una esfera perfecta en el que los cuerpos cósmicos íntegros y perfectos se mueven con rapidez constante en órbitas circulares alrededor de la Tierra”. En el Momento, que se examina ahora, hay aún una yuxtaposición de criterios provenientes de épocas anteriores y de las ideas que prevalecerán en las figuras señeras propias de este período. Así, la discusión acerca de cual es la la sustancia primordial de que está hecho el Universo, oscilará de las ideas de Tales de Mileto, quien afirma que debe ser el agua; a Anaxímeno que ubica esa característica en el aire; y para Heráclito de Efeso),mas bien se trata del fuego y para Anaxágoras, por lo contrario es la tierra, por ser el material más cercano, corriente y abundante. b) A su vez, otra discusión de gran sentido cosmológico que ocupa a los pensadores es saber si como sostiene Parménides (c. 515 a.C.) que el cambio es meramente una ilusión, porque el mundo es uno, sin devenir, ni aparición ni desaparición; o si mas bien, como si afirma Empédocles (c. 490 a.C.): "...el “Uno” solo existió al principio del mundo, pero después se dividió en Dos (amor y odio). El segundo reinaba ahora, pero luego sería derrotado por el amor, con lo que el Uno retornaría como en el principio del Universo”. c) Aristóteles, mas centrado en aspectos concretos (384 - 322 a.C.) y en la misma línea de pensamiento de Platón, trabajaría para fundir todas estas teorías especulativas en una visión unitaria del Universo , que a la vez debería poder explicar ,de forma muy utilitaria los movimientos “retrógrados” de algunos planetas, los cuales no calzaban –definitivamente- con las ideas de órbitas circulares perfectas, reflejos de la divinidad creadora. Para Aristóteles, en un planteamiento científico que hace que muchos le consideren el Fundador de la Ciencia Astronómica , en el centro del Cosmos ordenado y racional (Universo) residía la Tierra estable, rodeada por una capa de agua (los mares), ceñida a su vez por otra de aire (la atmósfera), limitante con un círculo de fuego. En el mundo sublunar, había vida y muerte, generación y corrupción. Los cuerpos celestes, expresaban la inmutabilidad de su naturaleza "etérea" por la permanencia de sus movimientos circulares. Pero aunque los períodos ocasionales de movimiento retrógrado seguido por cinco planetas eran ejemplos
  • 18. arquetípicos de irregularidad, Platón había planteado la posibilidad de demostrar, no obstante, la regularidad de los movimientos planetarios. En un esfuerzo por ubicar dentro de una concepción racional mesurable los objetos celestiales la ciencia astronómica registra dos importantes adelantos de deducción observacional debidos a dos griegos: d) Eudoxo de Cnido (c. 408-355 a.C.), quien pergeña una solución, en la que el planeta procedía adelante y hacia atrás trazando una figura en ocho, una hipópeda. e) Y también Apolonio de Pérgamo, (262-190 a.C.) famoso por su dominio de la geometría de las cónicas, idea varios modelos: en uno, el planeta daba vueltas en torno a la Tierra, pero su centro no estaba en ésta, sino que recorría círculos excéntricos. En otro, el planeta se movía uniformemente en un círculo pequeño, en un epiciclo, cuyo centro se portaba en un círculo mayor, o deferente, centro en la Tierra. De tal manera, si la celeridad del movimiento del planeta por el epiciclo adelantaba la del epiciclo, por el deferente, se producía una retrogradación aparente. En todas estas representaciones del Cosmos la última esfera siempre es fija y es el “Primer Motor” que hace girar las ocho restantes en el orden decreciente: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno y las estrellas fijas. Por su parte la Tierra, (en el centro) está inmóvil rodeada de una capa de agua, que a su vez divide el Universo en dos planos: el “sub - lunar” en donde ocurre lo transitorio y lo malo y el “supra - lunar” en donde se encuentra lo inalterable, el no - devenir. Abajo queda lo temporal con cuatro elementos: tierra - aire - agua - fuego, en combinaciones de parejas de “contrarios” como en las teorías elaboradas por los chinos conocidas como “Ying - Yang” Estos cuatro elementos que se desplazan en líneas rectas, se trasforman continuamente uno en otro produciendo así el cambio: el devenir. Tales elementos limitantes e ilimitados, (auténticos pares naturales), no deben identificarse con formas y materias. Lo ilimitado define un continuo sin fronteras, mientras que los limitadores establecen lindes en su continuum. Para constituir el orden del mundo, estos principios, disímiles, requieren un tercero, la armonía, o el ajuste entre los dos antagónicos y este tercer factor se halla estrechamente ligado a la noción de número. Por lo contrario, en la otra región (la “etérea”) los cuatro elementos no existen porque son reemplazados por el “éter” dotado de un movimiento curvo perfecto: el círculo. f) Muchos astrónomos historiadores de la ciencia, entre ellos Giorgio Abetti, Frank P. Dickson y Margherithe Hack, coinciden en afirmar que a escasos diez años de la muerte de Aristóteles, como un destello solitario que se extinguió de la misma manera - hecho que se repetirá a lo largo de la historia -sólo una voz se levantaría para señalar la equivocada concepción de Platón y de Aristóteles, cuando el pensador Aristarco de Samos (310 a. C.- 230 a. C) expresa que “el centro de las trayectorias orbitales planetarias es el Sol y no la Tierra “.Su temeraria afirmación le vale ser acusado de impiedad y condenado a muerte, porque era creencia general y artículo de fe que la Tierra fuese el centro del Universo, alrededor de la cual se movían el Sol y los cinco planetas en aquel entonces conocidos. Esta doctrina geocéntrica se afirmaba - generalmente -que tuvo su comienzo en la Escuela de Pitágoras en Crotona y fue sostenida, con algunas variantes, por todos los filósofos de la época, hasta Demócrito (c 460 a.C.) Antes de él, sin embargo, estos historiadores han comprobado por razones científicas y no por causas de tradición histórica, que en efecto , Heráclito de Efeso, de la Escuela Pitagórica, ya había adelantado la hipótesis según la cual dos astros por lo menos: Venus y Mercurio, giraban no alrededor de la Tierra, sino alrededor del Sol. g) Otro ejemplo relacionado con el avance en la medición astronómica aparece en la obra principal perdida “Megadiacosmos”, de Demócrito ( 460 a. C. - 370 a. C.) discípulo de Leucipo y continuador de su idea “atómica” ,quien al estudiar el movimiento de los astros, pone en ridículo la opinión de Anaxágoras ( descubridor de la causa de los eclipses) pero quien argumentaba que el Sol tenía el tamaño del Peloponeso. Demócrito sostiene con argumentos científicos mediante el uso de las paralajes (tal como se utilizan hoy) que el Sol se encuentra a una inmensa distancia de la Tierra y su volumen es millares de veces mayor al de la Tierra. Al parecer los conocimientos de Demócrito deben ser atribuidos a Leucipo, (fl.c.s.V.a.C.) conocido como padre del “atomismo”, quien es un ser legendario para unos; pero si existió o no sus
  • 19. enseñanzas al ser pasadas a Demócrito se encuentran recogidas en cinco obras, divulgadas por Lucrecio (96 - 55 a.C.), al ser incluidas en su obra magistral “De Natura Rerum”. También Diógenes Laercio, según relata Teofrasto, recoge las ideas de los “atomistas”, cuya versión, debida al teólogo francés Claude Tresmontant se lee así : “....Dice que el todo es infinito, y que en parte está lleno y en parte vacío. Estas partes (lo pleno y lo vacío) son los elementos, según dice él mismo. De ellos nacen y en ellos se resuelven innumerables mundos. Los mundos se forman de la siguiente manera: un gran número de cuerpos presentando toda clase de figuras, revolotean a consecuencia de su “separación del infinito” en un “vacío inmenso”, y, reunidos conjuntamente, producen un solo torbellino, cuando entran en colisión los unos con los otros, circulando y girando de todos los modos posibles, los que son semejantes se separan de los que no lo son y se unen a sus semejantes. De este modo nació la tierra, de resultas de haber sido llevadas hacia el centro cosas que luego permanecieron allí. Por su parte el cosmólogo inglés Paul Davies, condensa la cita así: "...de la observación de materiales de la naturaleza es fácil concluir que la materia no es continua sino que consiste en pequeñísimas partículas invisibles dispuestas en el espacio vacío que queda en los intersticios de su estructura”. Para la escuela atomista, partiendo del caos original, los átomos, en número infinito, en un espacio infinito, se zarandean, tropiezan, se asocian, constituyendo el mundo y todo lo que contiene. La “multiplicidad” de los átomos materiales, igual que el concepto del “ser” de Parménides, es increada, imperecedera y eterna; pero en lugar de partir del Uno, se parte de una multiplicidad infinita. En esto precisamente la filosofía de los atomistas se opone a las ideas de Anaxágoras, y luego a las de Platón y Aristóteles porque piensan que se puede pasar del Caos original al orden del Cosmos sin necesidad de “un principio inteligente organizador” (Dios). A juicio de Tresmontant , en las ideas que se agitan sobre la materia se encuentra el anticipo de una lucha entre concepciones materialista y concepciones espirituales . Anaxágoras juzgaba necesario reconocer la existencia y la acción de una inteligencia, y , en lo que se puede considerar un anticipo de ordenar el conocimiento como un reflejo del orden dado , coincide con Platón en su cosmogonía cuando pide al Demiurgo, alma del mundo, que ordene el caos original, poniendo su mira en el mundo inteligible de las ideas. Y todo el análisis aristotélico, que conduce a reconocer la existencia de Dios, parte del hecho de que precisamente la multiplicidad material no basta para darse así misma su propia organización e información. El principio de información(Dios) es distinto de la materia informada. El principio de información es el acto, y forzosamente tiene que ser primero. No se puede pasar del caos original al orden del mundo en virtud de las propiedades del caos. Por lo contrario ,en una visión materialista , el atomismo de Leucipo y de Demócrito se caracteriza por rechazar la idea de una información, de un pensamiento organizador inmanente, porque los átomos múltiples, en número infinito, en un espacio infinito, bastan, en un tiempo infinito, para explicar la génesis y la constitución de infinitos mundos. Para cerrar este Momento debe recordarse que el choque entre concepciones metafísicas que caracterizó los primeros siglos de historia en Occidente tienen su arraigo en las particularidades culturales del pensamiento griego y el pensamiento judaico-cristiano que los primeros influenciaron para helenizarlo. El pensamiento griego afirma que la existencia es comprensible y conquistable. No existe el misterio, este es descifrable y representa el diseño de algún poder superior. El judaísmo también muestra al hombre como el centro del Universo, pero con una diferencia sustancial respecto al helenismo: tanto el Universo como el hombre tienen que responder ante la Voluntad Suprema de Dios. En el concepto griego, el hombre es Todopoderoso, el orgullo forma parte de su naturaleza. en el judaísmo, la humildad y el recogimiento frente a Dios Todopoderoso son un resultado inevitable de su concepción religiosa, ya que el vasto y complejo Universo -aunque potencialmente comprensible- por ser el resultado de la creación Divina, viene a ser una demostración del poderío infinito de Dios. Cuando se inician los choques entre concepciones materialistas y espiritualistas que afectarian el pensamiento en Occidente asistimos también a un proceso de repliegue económico y por tanto cultural, de los pueblos asiáticos, lo que les llevó a dejar para su uso personal las ideas y los planteamientos cargados de
  • 20. hondo idealismo y espiritualismo. Así la India, China, Japón, y luego otros países emergentes a su rededor que influenciarían fuertemente, por medio del Hinduismo, Budismo y Confucionismo , guardarán sus ideas originales para su utilización interna , y si acaso trascenderán como meditaciones ,pero luego ,al ser redescubiertas muchos siglos más tarde , vendrán a influenciar la filosofía de la existencia del ser humano en el siglo XX y luego a la física entrando el Tercer Milenio. 4.-COSMOLOGÍA TOLOMEICA.- Estamos en el Cuarto Momento y para mantener vigente la explicación cosmológica según el modelo geocéntrico es preciso recurrir a muchas elucubraciones matemáticas y artilugios mecánicos (hoy día se las homologaría a “ayudas audiovisuales” para la docencia) ya que Calipo (fl.s.III a.C. ) utilizaba un modelo que contenía hasta cincuenta y cuatro esferas concéntricas girando alrededor de la Tierra, en que si bien ya los movimientos en sí no eran circulares se deducían de otros estrictamente circulares, respetando así el axioma primordial conocido también como “dogma cosmológico”. Pero esta concepción de origen divino chocaba con la observación astronómica visual que se calificaban entonces como “anomalías observacionales ” de lo que se suponía movimientos circulares perfectos. Así sucedía con la Luna y los planetas, por lo que el modelo cosmológico aristotélico dejaba un plano al descubierto ( que por cierto ya se conocía bien desde la época en que, primero Platón y luego Aristóteles ,su discípulo lo enunciara). a) Dado que los modelos de Aristóteles, Eudoxo de Cnido, Apolonio de Pergamo, Calipo y todas las variantes de sus ideas, estaban en contradicción de las observaciones astronómicas corresponde a Hiparco de Nicea (190? - 120 a.C.), considerado el más grande astrónomo de la Antigüedad inventar varios instrumentos para hacer mediciones que le permitieran medir la distancia entre el Sol y la Luna; calcular el paralaje lunar; elaborar el primer mapa del cielo conocido (cada punto definido según sus propias coordenadas de longitud y latitud celestes) y establecer el efecto de precesión de la equinoccios. La labor observacional de Hiparco va a permitir a la astronomía - y por ende a la Cosmología- experimentar un profundo cambio cuando sus observaciones y deducciones son recogidas en la obra “La Sintaxis”, del astrónomo, matemático y geógrafo griego Claudio Tolomeo de Alejandría (entre 100 - 200 a.C.) Este importante documento , traducido por los árabes como “La Mayor Obra” o “Almagesto”, convierte a Tolomeo en el primer sintetizador y divulgador de la astronomía, porque fundamentándose en Hiparco, reitera su aceptación del axioma del círculo; pero en vez de imaginar los planetas sujetos a esferas sólidas,los visualiza unidos a ruedas y divulga un sistema cósmico formado por treinta y nueve ruedas ( o epiciclos) para describir cuarenta y ocho constelaciones con lo que logra así - en muy buena medida - dar una solución "aceptable" a lo observable. b) La obra de Tolomeo es la primera síntesis de astronomía teórica y manual práctico para el cálculo de las efemérides, porque muestra cómo convertir datos observacionales en parámetros numéricos para su modelos planetarios, y con éstos permite construir tablas a partir de las cuales calcular las posiciones del Sol, la Luna , los planetas y los eclipses. Además, calcula la posición de los planetas con respecto a la eclíptica, esto es, la trayectoria del Sol a través del zodíaco. Recurre con tal fin a mecanismos geométricos, para lo cual arranca de un viejo problema, planteado ya por Platón y Aristóteles : explicar las idas y venidas de los planetas y justificar el movimiento retrógrado de algunos de ellos. Colocada una a la par de la otra, la teoría cosmológica de Aristarco de Samos es más cercana a los conocimientos contemporáneos pero su duración fue brevísima y la teoría de Tolomeo (quien se lleva la gloria que correspondía a Hiparco) - pese a ser un retroceso respecto al planteamiento de Aristarco, prevalecerá hasta la aparición de Copérnico en la época del Renacimiento en Europa. Es preciso reconocer que desde que Einstein formula el principio de la relatividad los entendidos han bajado el tono de la crítica a Tolomeo, pues es relativo si la Tierra gira alrededor del Sol y, por otra parte, este astrónomo tenía - como sucedió en la Antigüedad - al Sol como algo más que un punto de referencia y ese concepto prevalece hasta Newton.
  • 21. c) Los árabes que invaden Europa y el Asia , con miras a ejercer una dominación basada en la fuerza, muestran, sin embargo, un suavizamiento de sus costumbres cuando entran en contacto con los conocimientos acumulados por los griegos y particularmente deben a Tolomeo el haberse formado intelectualmente en los campos de la matemática y la geometría armonizando la teoría con la observación . Así hicieron una valiosísima contribución , entre ellos, los astrónomos : Alfragno, Albumazar, Albatenius y Azarquiel , cuando el Almagesto penetra en España y su texto se vierte al latín impactando a Europa en ese entonces sumida en el Obscurantismo . De España el conocimiento pasa posteriormente a América al producirse la colonización del Continente. Al último de esos astrónomos Azarquiel se deben las primeras tablas astronómicas publicadas cerca de 1.100 d.C. en la ciudad de Toledo. 5.-ESCOLASTICISMO.- Estamos en el Quinto Momento. Después de Tolomeo vendría en Occidente y se proyectaría al resto del mundo (al menos en el “conocido” en ese entonces por el oficialismo occidental) una época que mezclará en la Cosmología los métodos de la observación y la deducción, pero claramente enmarcadas en una concepción religiosa. Es como si en verdad se hubiese producido del siglo II al siglo IX de Nuestra Era la convicción que de nada servía observar la naturaleza, pues el conocimiento verdadero debía encontrarse en dos fuentes: a) el escudriñar dentro de uno mismo b) esta introspección ser reforzada por el conocimiento de los libros sagrados (concretamente la Biblia). Así, durante la época conocida como Oscurantismo, Edad Media o período anterior al llamado Renacimiento Europeo se produce a una involución del conocimiento cosmológico, para los detractores de la Iglesia ,la época es ignominiosa. Para historiadores cristianos ,por lo contrario: no se da una involución sino una purificación en el pensamiento. a) Tal es el caso de la cosmogonía debida al romano de Numidia, Aurelio Agustín de Hipona (354-430), conocido como San Agustín, gran conocedor del pensamiento de los griegos ilustres, quien en su obra “Las Confesiones”, llama la atención acerca de que el saber del hombre no esta modelado sobre lo absoluto, sino que éste siempre es relativo respecto al hombre y a los mecanismos de su pensamiento. Así, por ejemplo, un objeto nunca es blanco o negro, sino que “puede ser blanco o negro de acuerdo con ciertas condiciones". Y esto - colige - “es tanto o más cierto, cuando se trata de reflexionar sobre asuntos de mayor trascendencia como son los problemas de la vida, la muerte, Dios y el Universo.” Según Charon la visión escolástica funciona de esta manera : “San Agustín, quien afirma que el “mundo fue hecho con tiempo”, no “en el tiempo”, introduce un novedoso concepto del tema, rechaza las axiomas y privilegia el conocimiento que se logra en el recogimiento, intuitivamente con lo que denomina lo “informulado” y rechaza - de plano - la esfericidad de la Tierra para buscar consejo y conocimiento en la Biblia, con lo que, deja paso a su imaginación que “busca protección, seguridad y no elucubraciones ni especulaciones que son el nido de inquietudes y desesperanzas”. Imagina, entonces, la tierra plana, con el firmamento rodeado de agua por arriba y por debajo. Las meditaciones filosóficas de San Agustín vendrán a ser invalidadas por la cosmología contemporánea; y para la época este retroceso en la búsqueda de una Cosmología científica sufre aún más cuando el Monje Cosmas, dos siglos después de San Agustín, asentado de plano en una formulación neo - cosmogónica, tira por la borda el conocimiento cosmológico en su obra titulada: “Contra aquellos que deseando practicar el Cristianismo, creen e imaginan como los paganos, que el Cielo es esférico” en la que asegura que el mundo es rectangular (dos veces más ancho que largo), en su medio se encuentra la Tierra, una isla plana y cerca de ella otra Tierra, (el Paraíso), donde habitaba antes el Hombre". Además expresa que: “el Universo está cerrado por paredes verticales y las estrellas se ocultan a los ojos de los hombres porque los ángeles empujan cada noche una gran montaña colocada en uno de los extremos de la Tierra”. En la historia de la humanidad se registra la exégesis como la interpretación de textos religiosos. En el caso de la Biblia si bien se dan casos “extremos” de irracionalidad como la interpretación debida al monje Cosmas, también priva el uso de la inteligencia al respecto de los frutos del intelecto y el sentimiento, los dos focos alrededor de los cuales se desarrollan dos facetas o expresiones del judeo - cristianismo. Estas no