Ciencia y sociedad los problemas de la comunicación
1. Ciencia y Sociedad: los problemas de la comunicación
Sismología en Costa Rica
Walter Farah Calderón
walterfarah@yahoo.com
18/3/2013
Los años en que los científicos eran enviados a la hoguera quedaron atrás pero un nuevo
instrumento, el de los pronunciamientos de funcionarios municipales, ocupa su lugar. Ocurre en
Costa Rica, con la investigación genética, donde un grupo de municipios han prohibido la
investigación transgénica de productos agrícolas y con la investigación sismológica, ultimátum
incluido, a propósito del terremoto de Nicoya, el pasado 5 de setiembre de 2012.
Una Brecha Sísmica, teóricamente, es un segmento activo de placas tectónicas, sin liberación por
varios años de grandes cantidades de energía, por lo que es considerado como posible sitio para la
ocurrencia de terremotos de gran magnitud. En la Península de Nicoya, los registros muestran un
ciclo de sismos de gran magnitud, una actividad sismológicamente baja durante los períodos
antisísmicos y evidencias que indican su rápido desplazamiento, suficiente para ser considerada
como lo que hoy se conoce como la Brecha Sísmica de Nicoya.
Era de esperar, de acuerdo a la definición, los datos acumulados y al ciclo de recurrencia, ocurriera
un terremoto de gran magnitud, superior a 7 grados, desde finales del siglo pasado. El terremoto
del 5 de setiembre de 2012 fue de 7.6., afectando el modelo de análisis de esta zona sísmica, al
menos aumentando el período de recurrencia de los grandes sismos pero mostrando que, en
efecto, la Península de Nicoya debe ser considerada como una brecha sísmica.
El acierto científico del grupo de investigadores del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de
Costa Rica, en la Universidad Nacional (OVSICORI/UNA), así como del resto de los científicos
nacionales e internacionales involucrados en su estudio, una de las zonas mejor estudiadas en este
país, radica en haber recolectado información suficiente para identificar y definir previamente una
zona específica como brecha sísmica, tener un evento de características similares al previsto y
contar con la posibilidad de recolectar datos en tiempo real, antes, durante y después de él.
Una de las dificultades para reconocer la importancia de esa labor es que su objeto de estudio
remite a la geología, la tectónica y la sismología, donde los períodos de tiempo son tan largos que
puede ocurrir que solo los propios especialistas comprendan la importancia de sus hallazgos. El
aporte de Protti y compañeros quedará registrado en los estudios de la sismología que, de a
poquitos, nos acercan a su santo grial, tan lejos aún: predecir la ocurrencia de un terremoto.
En cualquier caso, el Terremoto de Nicoya solo liberó un porcentaje de toda la energía
almacenada esperada, por lo que un evento de gran magnitud previsto en el actual ciclo sísmico,
de acuerdo al modelo utilizado, seguirá siendo una posibilidad.
La reacción de las autoridades locales fue inesperada, a lo mejor por sus propias falsas
expectativas. Desde que unos años antes del 5 de setiembre los investigadores habían divulgado
los resultados de sus investigaciones de aquella zona como sísmica y en particular de la posibilidad
de un terremoto de gran magnitud, dado que estaríamos en el límite estimado de los períodos de
recurrencia, aproximadamente uno cada 50 años, se fue extendiendo, alimentado por la noticia
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2. diaria, un sentimiento de inevitabilidad expresado en el “se viene, en cualquier momento”. En el
imaginario popular, el terremoto del 5 de setiembre cumplió aquella expectativa, por lo que,
supusieron, el peligro había desaparecido y nuevamente la zona, turística, podría promoverse ya
sin peligro sísmico alguno.
Así, cuando el Dr. Protti anunció que de los resultados obtenidos no podría descartarse un nuevo
terremoto de gran magnitud, un empresario de la zona acudió a su Gobierno Local, la
Municipalidad de Nicoya, que aprobó, el 7 de enero de 2013, un acuerdo mediante el cual se
censura puesto que, se supone, atentaría contra la tranquilidad y desarrollo de la zona.
No son innecesarias sino incorrectas, las preocupaciones que tienen las autoridades de aquella
zona. Como consecuencia, el Acuerdo Municipal navega en la ilusión. De no ser así, sabrían que
apoyar un voto de censura al Dr. Protti es una actitud injusta y de mal gusto. Que demandar a la
sismología “aciertos” y “precisiones” es casi imposible. Que exigir “proporcionalidad para brindar
criterios acertados” es incomprensible para la ciencia. Que darle un plazo de 45 días a cualquier
persona para que responda, sin precisar a qué, peor aún, a un sismólogo, es inútil y que solicitar al
Ovsicori “desvincular de los estudios científicos sobre movimientos sísmicos del Cantón de Nicoya
al señor Protti”, es decir, desvincularse de quien más puede ayudarlos, es una cura peor que la
supuesta enfermedad.
En el medio de todo el asunto, la cuestión de fondo, es decir, los problemas de comunicación
entre los científicos y el resto de la sociedad, la responsabilidad de los primeros para entender de
ellos y el creciente papel de los medios de comunicación en esa mediación.
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