Este documento proporciona información sobre las dosis recomendadas de furosemida para diferentes indicaciones como edema, edema pulmonar agudo, hipertensión e infantes y niños. Para edema, la dosis inicial recomendada es de 20 a 40 mg por vía intravenosa o intramuscular y puede aumentarse a 20 mg cada 2 horas. Para edema pulmonar agudo, la dosis inicial es de 40 mg intravenosa y puede aumentarse a 80 mg si no hay respuesta en 1 hora. En infantes y niños la dosis inicial es de 1 mg/kg por vía intravenosa
1. Dosis de la furosemida
FUROSEMIDA Inyectable:
Adultos: La terapia parenteral con FUROSEMIDA para inyección solamente se
debe usar en los pacientes que no pueden tomar medicamentos orales, o en
situaciones de urgencia, y se debe reemplazar con la terapia oral tan pronto como
sea práctico.
Edema: La dosis usual de FUROSEMIDA es de 20 a 40 mg, administrada como
una dosis única, inyectada intramuscular o intravenosamente. La dosis
intravenosa se debe administrar lentamente (1 a 2 minutos). Ordinariamente
ocurre una diuresis rápida. Si se requiere, se puede administrar otra dosis de la
misma manera dos horas después, o se puede aumentar la dosis. La dosis se
puede aumentar en 20 mg, y se debe dejar transcurrir por lo menos 2 horas
después
de la última dosis, hasta que se obtenga el efecto diurético deseado.
Posteriormente esta dosis única determinada individualmente, se debe administrar
una o dos veces al día.
Se debe individualizar la terapia de acuerdo con la respuesta del paciente para
lograr la respuesta terapéutica máxima, y determinar la dosis mínima necesaria
para mantener esa respuesta. Se requiere de una supervisión médica rigurosa.
Si el médico decide usar la terapia parenteral con dosis alta, FUROSEMIDA se
debe agregar a una solución de cloruro de sodio USP, solución de Ringer de
lactosa USP, o dextrosa (5%) para inyección USP, después de ajustar el pH por
arriba de 5.5, y administrarse como una infusión intravenosa controlada a una
velocidad no mayor de 4 mg/min. Se debe tener cuidado de asegurar que el pH de
la solución preparada para infusión se encuentre en el intervalo entre débilmente
alcalino a neutro. No se deben administrar en la misma infusión soluciones ácidas,
incluyendo otros medicamentos parenterales (por ejemplo, labetalol,
ciprofloxacina, amrinona y milrinona), debido a que pueden causar la precipitación
de FUROSEMIDA. Además, FUROSEMIDA para inyección no se debe agregar a
una línea intravenosa con flujo continuo que contiene alguno de estos productos
ácidos.
Edema pulmonar agudo: La dosis usual inicial de FUROSEMIDA es de 40 mg,
inyectada lentamente por vía intravenosa durante 1 a 2 minutos. Si no ocurre una
respuesta satisfactoria en 1 hora, se puede aumentar la dosis a 80 mg, inyectada
lentamente por vía intravenosa (durante 1 a 2 minutos).
Si es necesario, al mismo tiempo se puede administrar terapia adicional (por
ejemplo, digitálicos y oxígeno).
2. Infantes y niños: La terapia parenteral solamente se debe usar en pacientes que
no pueden tomar medicamentos orales o en situaciones de emergencia, y se debe
reemplazar con la terapia oral tan pronto como sea práctico. La dosis usual inicial
de FUROSEMIDA para inyección (intravenosa o intramuscular) en infantes y niños
es de 1 mg/kg de peso corporal, y se debe administrar lentamente bajo
supervisión médica rigurosa.
Si la respuesta diurética a la dosis inicial no es satisfactoria, la dosis se puede
aumentar en 1 mg/kg después de 2 horas de la última dosis, hasta que se obtenga
el efecto diurético deseado. No se recomiendan dosis mayores de 6 mg/kg de
peso corporal.
FUROSEMIDA para inyección se debe inspeccionar visualmente antes de la
administración para detectar material en forma de partículas y decoloración. No se
use si la solución está decolorada.
FUROSEMIDA Tabletas:
Edema: Para lograr la respuesta terapéutica máxima y determinar la dosis mínima
necesaria para mantener esa respuesta, la terapia se debe individualizar de
acuerdo con la respuesta del paciente.
Adultos: La dosis usual inicial de FUROSEMIDA es de 20 a 80 mg, administrada
como una dosis única.
Ordinariamente ocurre una diuresis rápida. Si se requiere, la misma dosis se
puede administrar 6 a 8 horas después o se puede aumentar la dosis. La dosis se
puede aumentar en 20 ó 40 mg y se deben dejar transcurrir 6 a 8 horas después
de la última dosis, hasta que se obtenga el efecto diurético deseado.
Posteriormente, la dosis única determinada individualmente se debe administrar
una o dos veces al día (por ejemplo, a las 8 a.m. y a las 2 p.m.).
La dosis de FUROSEMIDA se puede aumentar con precaución hasta 600 mg/día
en pacientes con estados edematosos clínicamente severos.
El edema se puede movilizar con más eficiencia y seguridad administrando
FUROSEMIDA durante 2 a 4 días consecutivos cada semana. Cuando se
administran dosis mayores de 80 mg/día durante periodos prolongados, es
particularmente recomendable una cuidadosa observación clínica y vigilancia de
laboratorio.
Pacientes pediátricos: La dosis usual inicial de FUROSEMIDA en pacientes
pediátricos es de 2 mg/kg de peso corporal, administrada como una dosis única. Si
la respuesta diurética no es satisfactoria después de la dosis inicial, la dosis se
puede aumentar en 1 ó 2 mg/kg después de 6 a 8 horas de la dosis previa. No se
recomiendan dosis mayores de 6 mg/kg de peso corporal. Para la terapia de
3. mantenimiento en pacientes pediátricos, la dosis se debe ajustar al nivel mínimo
efectivo.
Hipertensión: La terapia se debe individualizar de acuerdo con la respuesta del
paciente, para lograr una respuesta terapéutica máxima y determinar la dosis
mínima necesaria para mantener la respuesta terapéutica.
Adultos: La dosis usual inicial de FUROSEMIDA para la hipertensión es de
80 mg, usualmente dividida en 40 mg dos veces al día.
Posteriormente, la dosis se debe ajustar de acuerdo con la respuesta. Si la
respuesta no es satisfactoria se recomiendan agregar otros agentes hipertensivos.
Cuando FUROSEMIDA se use con otros fármacos hipertensivos, especialmente
durante la terapia inicial, se deben vigilar cuidadosamente los cambios en la
presión sanguínea. Para evitar una caída excesiva de la presión sanguínea, la
dosis de los otros fármacos se deben disminuir en por lo menos 50% cuando se
agrega FUROSEMIDA al régimen de tratamiento.
Cuando la presión sanguínea decae como consecuencia del efecto potenciador de
FUROSEMIDA, puede ser necesaria la disminución de la dosis o inclusive la
suspensión de los otros fármacos antihipertensores.