2. El sexto círculo Dante está dentro de los muros de la ciudad de Dite, en la mitología homónimo de Plutón, y acá vigilada por una multitud de diablos y por las Furias. Ellas son tres:Megera, Alecto y Tisifone, y son las diosas de la venganza, que personifican el remordimiento por un delito cumplido.
3. Está conformado por la ciudad de Dinte, rodeada de una laguna que encierra gran fetidad; su entrada resaltada por una gran puerta, hace parte de una muralla de hierro. El orgulloso hace verse y destacar, hombres como Filippo Argenti de gran fuerza, iracundo. Las puertas están abiertas para quienes mueren en pecado y se cerrarán después del juicio final, para los condenados a la eternidad. El orgulloso finge gloria e intenta que su memoria sea grande, su recuerdo magnificado, y como ha sido condenado lo que Dante llama su sombra, su espíritu está encerrado y furioso.
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5. CIRCULO 6 Aquí son castigados los herejes (entre los cuales los epicúreos, que negaron la supervivencia del alma) en sepulcros en llamas: la idea probablemente está tomada de la pena a la cual estaban castigados los herejes en los tribunales terrenales, es decir la hoguera, en cuanto el fuego era considerado símbolo de purificación y correspondía quizás a la falsa luz que ellos pretendian expandir con sus doctrinas. En el Infierno los seguidores de cada secta están juntos, en contraste a la discordia y a la división que en cambio llevaron en la Iglesia, mientras que el sepulcro alude a la negación de la inmortalidad del alma (aunque no todas las herejías la negaban).
6. La herejería Tras atravesar la puertas de Dite, se puede divisar el descanso de la Herejía. En ella, todo aquel que haya echo algo en contra de su religión sufre en el fuego eterno colgado de tumbas. La forma de estas tumbas son cruces invertidas y ardientes, los herejes están crucificados por la eternidad. Herejía es un concepto controversial o novedoso de un sistema de creencias, especialmente religiosas, que entra en conflicto con el dogma establecido.
7. Erinias En la mitología griega, las Erinias eran personificaciones femeninas de la venganza, que perseguían a los culpables de ciertos crímenes. También se les llamaba Euménides, antífrasis usada para evitar su ira cuando se pronunciaba su verdadero nombre. Según la tradición, este nombre se habría utilizado por primera vez tras la absolución de Orestes por el Areópago, y luego se usó para aludir al lado bueno de las Erinias. En Atenas se usaba también eufemísticamente la perífrasis, ‘venerables diosas’. También se aludía a ellas como ‘diosas ctónicas’, y se les aplicaba el epíteto Praxídiceas, ‘ejecutoras de las leyes’. Por último, en la mitología romana, se les conoce como Furias.
8. Según Hesíodo, las Erinias son hijas de la sangre derramada por Urano sobre Gea cuando su hijo Crono le castró, siendo pues divinidades ctónicas. Su número suele permanecer indeterminado, aunque Virgilio, inspirándose probablemente en una fuente alejandrina, nombraba tres
9. Megera: significado: «La celosa». Es una de las tres Erinias, diosas infernales del castigo y la venganza divina. Se considera que Megera es la más terrible de las tres Erinias, pues es ella la encargada de castigar todos aquellos delitos que se cometen contra la institución del matrimonio, especialmente los de la Infidelidad. Algunos suelen confundir a Megera con Megara, son dos personajes completamente diferentes; la segunda es una mujer mortal. Alecto: Alecto es la Erinia encargada de castigar los delitos morales (tales como la cólera, la ira, la soberbia, etcétera), sobre todo si son delitos contra los mismos hombres. Su función es muy parecida a la de Némesis, con la diferencia que esta última castiga los delitos morales contra los dioses. Tisífone: En la mitología griega, hay dos personajes llamados Tisífone: Tisífone, la Erinia Tisífone era la Erinia encargada de castigar los delitos cometidos por asesinato: parricidio, fratricidio y homicidio. Tisífone, hija de Alcmeón Tisífone era una hija de Alcmeón y Manto. Alcmeón dejó accidentalmente a sus hijos, Tisífone y Anfíloco, con Creonte. La esposa de éste vendió a Tisífone como esclava, envidiosa de su belleza, pero no se dio cuenta de que el comprador actuaba de parte de su padre. Cuando Alcmeón regresó, rescató a su hija y recuperó a su hijo.