El documento destaca que si una persona se ha despertado hoy sin dolor, tiene más suerte que 500 millones de personas que sufren; si nunca ha conocido la guerra, el hambre o la prisión, tiene más suerte que 3 millones de personas en el planeta; y si puede practicar su religión sin persecución, es más rico que el 75% de la población mundial. Además, si tiene sus necesidades básicas cubiertas, forma parte del 10% más próspero del mundo.