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Psiquiatría trastorno paranoide de la personalidad
1. Trastorno paranoide de la personalidad (cie–10 f60.0) USP – FMH – Escuela de medicina Escuela de Medicina Tercer Año Autor:Quijano Rojas Roberto Darwin
2. Introducción Etimológicamente “paranoia” se remonta a Grecia donde la empleaban para aludir a cualquier trastorno mental. En el sentido de delirio se usó «paranoia» por el alemán S. G. Vogelen el siglo XVIII quien lo propuso para referirse a todos los delirios. El trastorno paranoide de la personalidad ha estado representado consistentemente en la literatura psiquiátrica descriptiva de este siglo. Fue descrito por Mayer, Koch, Kraepelin, Bleuer, Kretschmery Schneider bajo los epígrafes de «tipo pseudoquerulante» y de «psicópata fanático» (Millon, 1981). Este trastorno, sin embargo, ha recibido menos atención en la literatura psicoanalítica que la que han recibido otros muchos trastornos de la personalidad. Estudiando este trastorno hablaremos que es una entidad psicopatológica englobada dentro del grupo A de los trastornos de la personalidad, siendo este distinto a la esquizofrenia. En las perspectivas más actuales, la Asociación Americana de Psiquiatría en su DSM - IV separa la esquizofrenia de los estados paranoides introduciendo el concepto de trastornos delirantes. La diferencia principal de esta clasificación con el CIE - 10 es el criterio de duración, que es de 1 mes como mínimo para el DSM - IVy de 3 meses en la CIE - 10.
3. Subgrupos de los trastornos de la personalidad en relación con el resto de trastornos
45. Todos estos trastornos están caracterizados por un período de síntomas psicóticos persistentes (p. ej., ideas delirantes y alucinaciones). Para realizar un diagnóstico adicional de trastorno paranoide de la personalidad, el trastorno de la personalidad debe haberse manifestado antes de iniciarse los síntomas psicóticos y ha de persistir cuando los síntomas psicóticos estén en remisión.
61. El tratamiento de elección son los antipsicóticos; debido a la poca conciencia de la enfermedad no suelen ser buenos cumplidores (usar formas depot), y además, como los efectos secundarios les provocan recelo, es conveniente usar dosis moderadas e iniciar el tratamiento con dosis bajas.
62. Se consigue calmar las alteraciones de conducta, que son la principal causa de ingreso.
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64.
65. Fred F. Ferri. Ferri consultor clínico 2006-2007: Claves diagnosticas y tratamiento. España: ELSEVIER. 2006