Este poema es una carta de agradecimiento a la tía Olga por siempre estar ahí para apoyar a su familia, especialmente a su hermana menor. A lo largo de los años, la tía Olga sirvió como un pilar para la familia, enseñando valores positivos y celebrando los logros de los demás. Aunque ahora está triste por su partida, el autor sabe que la tía Olga siempre los cuidará desde el cielo.