La educación debe centrarse en desarrollar la capacidad de pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas de los estudiantes. Los sistemas educativos deben promover la colaboración, la curiosidad y el aprendizaje continuo a lo largo de la vida. Un enfoque equilibrado que combine el aprendizaje académico con el desarrollo personal ayudará a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial.