1. Distribución y Principales Especies de Plantas Invasoras de Chile
La distribución de las plantas invasoras registrada en la nueva base de datos que
registró en Chile continental 743 especies, de las cuales 682 fueron obtenidas de
datos de los herbarios y 21 de literatura especializada nos enseña que la
dispersión y distribución de las especies invasoras a lo largo del territorio
nacional tiene estrecha relación con procesos naturales como el agua, el viento,
pero también, y esto es lo más relevante como país, que estas plantas se
concentran con mayor fuerza y violencia en las zonas donde la densidad
poblacional es más alta. La presencia del hombre y las actividades productivas
condicionan la distribución de las plantas invasoras. El estudio nos revela que en
Chile en la medida que es mayor la concentración humana mayor es la presencia de
plantas invasoras. Un 17 por ciento de las especies registradas se ubica en las áreas
más pobladas, superando en un 2 % a la presencia registrada en el área rural la
que bordea el 15% y dejando en tercer lugar la zona de las carreteras con un
12,4%.
Otro punto importante que arroja el estudio es que la distribución de las plantas
invasoras sigue el mismo patrón que las plantas nativas, concentrándose
mayoritariamente en la zona central, pero la diferencia es que las plantas invasoras
tienen muy poca presencia en las zonas extremas de Chile, cuestión que no ocurre
con las plantas nativas las que sí han sido recolectadas en las regiones más
extremas de nuestro país.
Este patrón de distribución entre las plantas nativas y las invasoras se repite a lo
largo de la gradiente longitudinal, aunque las nativas están presentes en mayor
número, excepto en las zonas más pobladas, donde la presencia de plantas
invasoras aumenta notoriamente.
Principales Especies Invasoras
Las principales especies invasoras de Chile provienen de Europa y América del
Norte y en menor medida de África y América del Sur. Según el estudio hay 361
géneros y 74 familias de plantas no nativas del país.
La gran mayoría de estas plantas pertenece a la familia de las Poaceae, Asteraceae,
Fabaceae y Brasicaceae.
Los géneros con mayor número de plantas invasoras en Chile son Trifolium,
Bromun, Poa, Cyperus, Polygonum y Euphorbias. Esta corresponden
mayoritariamente a hierbas anuales y perennes. Los arbustos y árboles, en tanto,
representan un número muy pequeño de especies invasoras.
Con respecto a la forma de vida el grupo con más presencia en Chile es el
Hemicritófitos, seguidos de Terófitas y Fitas geográficas.
Propuestas de Políticas Públicas Para Enfrentar Especies Invasoras
De acuerdo a lo leído, el primer paso para implementar políticas públicas para
enfrentar posibles crisis por la presencia de plantas invasoras es detectar en su
real dimensión el problema y para esto hay que invertir recursos materiales y
humanos en la recolección de datos reales y actualizados sobre la cantidad de
especies de plantas que han llegado a invadir nuestro país.
Esto debe hacerse con la mayor celeridad posible, ya que, según el estudio, el
2. fenómeno de las plantas invasoras es un proceso reciente, lo que nos obliga a
reaccionar lo antes posible, puesto que podemos estar frente a un proceso
creciente y de insospechadas dimensiones. Esto debido a que muchas de las
plantas que están irrumpiendo se encuentran todavía en las primeras etapas de la
invasión.
Para enfrentar el problema, Chile no puede esperar las reacciones de sus vecinos
de la región, puesto que en los países en desarrollo, como es en general América
del Sur, este proceso aún no es un tema de preocupación, ya que una visión
sesgada concentró el esfuerzo de los estudios en conocer las plantas nativas, sin
darse cuenta del peligro que implica la llegada de especies foráneas.
No obstante la escasa cantidad de estudios específicos sobre el tema, los herbarios
que existen en la actualidad, son una importante herramienta que se puede
utilizar, mientras se destinan recursos para investigaciones más detalladas sobre
el tema. Pese a que estos herbarios presentan una serie de deficiencias debido a la
disparidad de criterios y la intensidad y prolijidad en la recolección de datos, según
el estudio, deben ser utilizados para comenzar a dimensionar el problema.
Después de dar este primer paso que nos servirá para dimensionar en detalle y con
precisión científica la real amenaza de las plantas invasoras, hay que pasar lo antes
posible a una segunda etapa donde se deben implementar políticas públicas para
controlar las plantas que ya se han instalado y frenar la entrada de nuevas
especies.
A partir de los datos, el país debe implementar estrategias coherentes sostenibles
para el manejo de la tierra y así evitar la expansión de este fenómeno.
Si Chile sigue en el camino de ser pionero en este tipo de estudios en la región, esta
información recolectada y los planes derivados de ésta, serán un punto de partida
para que el resto de países sudamericanas comiencen a enfrentar el problema. Al
sumar a más países de la región las posibilidad de mantener a raya la invasión de
plantas aumentan significativamente con el trabajo coordinado, pero es necesario
que más naciones se sumen a este combate.
Coordinado con un plan gubernamental para recolectar información científica
sobre las variedades de plantas que están llegando a nuestro país y todas las
medidas que sean necesarias para controlar la invasión de plantas, las que han
aumentado de 700 de 743 especies solo desde el año 2000, se debe, además,
difundir esta amenaza ecológica entre la población chilena. Hay que aprovechar la
importancias mediática y popular que, como nunca antes en la historia de Chile,
han alcanzado los temas ecológicos en la población, más joven especialmente. Este
grupo de chilenos, está abierto a defender todos los temas que tengan relación con
el cuidado y respeto a los equilibrios ambientales, pero para eso necesita saber que
existe esta amenaza.
El hecho que las plantas invasoras se concentren con mayor fuerza y violencia
donde hay más cantidad de personas, obliga a los gobiernos que quieren combatir
el problema, a establecer alianzas con el ciudadano común y corriente, ya que éste
es parte fundamental de esta amenaza y es prioridad que lo sepa lo antes posibles.
Si el estado destina más que dinero, tiempo, para alertar de esta nueva amenaza y
educa a la gente para que no sea cómplice de la llegada de más plantas invasoras,
habrá un grupo que se sumará a esta campaña y con esto las posibilidades de éxito
aumentarán mucho más que sí el estado pretende resolver este problema, tan