El documento describe los cambios en la arquitectura dominicana durante la era de Trujillo (1930-1961), incluyendo la introducción de materiales modernos y estilos como el Prairie Style. La modernidad se desarrolló primero en puertos como San Pedro de Macorís, donde arquitectos extranjeros como Antonín Nechodoma diseñaron en hormigón armado. Trujillo impulsó grandes proyectos de construcción en la capital, que pasó a llamarse Ciudad Trujillo, incluyendo el Parque Ramfis y el obelisco conmemorativo
2. 4.1
La situación de la República en 1930
Con el violento advenimiento del nuevo presidente Rafael Leonidas Trujillo Molina al poder –quien gober- Doble página anterior:
Tramo central del puente sobre el río
nó a sus anchas sirviéndose de los métodos y las estrategias más inverosímiles desde el 16 de agosto Higuamo, San Pedro de Macorís. 1934.
Foto Ricardo Briones.
de 1930 hasta el 30 de mayo de 1961, cuando fue ultimado– se establece un punto de inflexión funda-
Ayuntamiento de la Romana. c.1940.
mental en el devenir dominicano. Predecir los 31 años de su dominio absoluto sobre los destinos del país
José Antonio Caro Alvarez.
era sencillamente imposible. Intuir los caminos que habría de transitar la sociedad en su desarrollo eco- Foto Archivo CARALVA.
nómico, cultural y, consecuentemente, territorial, hubiera constituido un acto de profecía. Más allá de los Casa Armenteros en La Romana.
Tomás Auñón, c. 1945. Foto Ricardo Briones.
métodos y de las complicidades típicas de estos procesos tan frecuentes en la evolución democrática
Edificio de la Escuela Normal de Varones,
de la América Latina del momento, la realidad demuestra que la huella dejada por la llamada Era de Tru- 1942. Leo Pou Ricart.
Foto Archivo General de la Nación.
jillo en el territorio nacional es, hasta hoy en día, imborrable. El fenómeno de la modernidad, introducido
Monumento a la Paz de Trujillo en Santiago
tímidamente en el país pocas décadas antes a través de los puertos y las instalaciones para la agroin- de los Caballeros, 1944. Henry Gazón et alt.
dustria dispersas en sus hinterlands, hace su entrada en los centros urbanos y se consolida, principal- Foto Ricardo Briones.
mente, en la ciudad de Santo Domingo, la que cambiaría su nombre por el de Ciudad Trujillo en 1936.
Vista axial desde el sur del Parque Ramfis,
Este es un proceso paulatino que requiere de una detenida mirada, de una profunda revisión.
hoy Eugenio María de Hostos, en la avenida
El primer indicio de un cambio en el proceder arquitectónico dominicano colonial, aquella tradición evi- George Washington, Santo Domingo.
Guillermo González, 1937.
dente en los gruesos muros de tapia, ladrillo y piedra caliza, en los techos de vigas de caoba y de otras Foto Max Pou.
maderas preciosas cubiertos generalmente de tejas planas, de enlucidos blancos y luminosos patios, se
produce después de más de tres siglos y medio de ininterrumpida práctica constructiva, con la introduc-
ción de los materiales industrializados, hacia el 1865.
Pequeños y grandes edificios de maderas extrañas, estructuras de acero y chapas de lámina metálica,
forman empaques destinados para un medioambiente imaginado, importados para poner al servicio de
las nuevas líneas de ferrocarril, dedicados a instalar los ingenios de azúcar y para, a través de un singular
proceso de reproducción local, poblar las concentraciones urbanas vinculadas a los nuevos desarrollos in-
dustriales del país: Puerto Plata, Montecristi, Sánchez, San Pedro de Macorís, La Romana, Barahona.1
A inicios del siglo XX, se introduce el uso del hormigón armado en el importante puerto sureño de San Pe-
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |217
3. Mausoleo privado en el Cementerio dro de Macorís. Inmigrantes españoles, italianos, árabes, alemanes, negros angloantillanos libertos (local-
de Santo Domingo, inicios del siglo XX.
Foto Gustavo Luis Moré. mente llamados “cocolos”), actúan como proyectistas y obreros especializados, determinando un proceder
Inicios de la avenida Independencia, que finalmente alcanza a Santo Domingo, la vieja capital, en esos tiempos dedicada a extrapolar sus límites
hacia la década del 20, Santo Domingo.
más allá de las vetustas murallas hacia ensanches en los que se aplican, todavía con cierto pudor, los mo-
A la izquierda se observa el Cementerio
Municipal. Archivo DoCoMoMo Dominicano. delos eclécticos típicos de la época. El ensayo de extensión de extramuros de Ciudad Nueva sólo maquilló
Fachada sur Club de la Juventud en Santo estilísticamente las mismas alineaciones coloniales, en nuevos materiales. Es el momento en el que actúan
Domingo, c.1934. Juan de la Cruz Alfonseca.
Foto Archivo Marcos Blonda. figuras como Osvaldo Báez (1857-1936), Alfredo Scaroina, Andrés Gómez Pintado –quien realiza la primera
Casa familia Reid Cabral, originalmente casa en hormigón armado en la calle Mercedes esquina José Dolores Alfonseca hacia 1906–, Juan Bautis-
Tejera Álvarez, calle Cervantes, Gazcue.
En ella funcionó durante unos años
ta del Toro (1892-1953), Octavio Acevedo, Juan Alfonseca (1876-1965), Malla, Turull, Domenech, Flon Gau-
una de las pocas escuelas capitalinas, tier y muchos otros protagonistas del eclecticismo previamente reseñado en el capítulo anterior de esta obra.2
el Colegio Cervantes. Pedro de Castro, 1928.
Foto Ricardo Briones. Pocas figuras se destacan como la de Antonín Nechodoma (1877-1928), ese mítico checo que llega al
país después de un misterioso periplo e introduce el Prairie Style en el Caribe.3 Ejecuta obras de notable
vanguardia tanto en la República Dominicana como en Puerto Rico. Diestro en el uso de los nuevos ma-
teriales –el hormigón armado hace su entrada en el país en la primera década del nuevo siglo–, demues-
tra un primer asomo a esa modernidad incipiente, todavía desarraigada de los procesos sociales y cultu-
rales que en Europa y en los Estados Unidos se venían gestando desde siglos atrás. Esta especie de de-
fecto de nacimiento todavía acompaña a la arquitectura moderna en el Caribe y en gran medida en Amé-
rica Latina: la noción, si bien velada, de tratarse de un fenómeno de importación más que del resultado
de las posibilidades intelectuales y materiales del hombre como constructor de su propia cultura.
Ciertamente es en San Pedro de Macorís y en las demás ciudades portuarias del país donde nace la mo-
dernidad dominicana. En Macorís del Mar, un nutrido grupo de extranjeros dedicados a las artes de la
construcción, primordialmente el misterioso personaje de Nechodoma, representa el cambio. Éste hace
las obras de ingeniería del puerto, la torre del campanario de la Catedral, el desaparecido Matadero y el
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4. Ángulo noroeste del Hospital Padre Billini, edificio Municipal de Correos. En Santo Domingo trabaja en la primera restauración de la Catedral y en el Portal del Palacio Nacional de Santo Domingo. La frecuente e intensa relación con Puerto Rico deter-
Santo Domingo. c. 1925. Osvaldo Báez.
Foto Ricardo Briones. varias casas de destacada factura, obras relevantes para un recién llegado, ciertamente.4 Es la primera minó un flujo de autores, probablemente los más destacados del período inmediatamente anterior al ad-
Glorieta central del Parque Enriquillo, después vez que se bajan las alturas de los techos, que se construyen espacios flexibles –con límites inexisten- venimiento del presidente Trujillo. De Castro, como ya hemos señalado antes, diseña varias casas de ri-
de su restauración llevada a cabo por el ADN
tes o acomodables al uso–, se discrimina la estética del fenestramiento versus la masa del muro, se au- ca factura artesanal, en particular para la familia Freites, a lo largo de la avenida Independencia, uno de
en julio de 2008. Osvaldo Báez, 1930.
Foto Ricardo Briones. toriza a las cubiertas a tener vida propia, se independizan los volúmenes de un organismo anteriormen- los ejes que se extienden fuera de las murallas paralelos al mar Caribe, constituyéndose en el paradig-
Antigua imagen de la demolida Residencia te compacto, atado a las prerrogativas de un urbanismo de manzanas, calles y plazas. Tanto cambia la ma a seguir en el desarrollo de este “estilo” asumido por los arquitectos locales.
Freites, en la avenida Independencia,
Santo Domingo. c. 1928. Pedro de Castro. arquitectura como la noción de la propiedad urbana. La ciudad sobrepasa los límites de su cementerio Las obras ejecutadas por el gobierno norteamericano que ocupó el país de 1916 a 1924, trazan una ru-
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
extramuros, en la avenida Independencia, y se extiende hacia las sabanas costeras y en torno a los ca- ta precisa, no tanto en la definición de un proceder arquitectónico –identificable por su predilección en el
Portal principal del nuevo Cementerio
Municipal de Santo Domingo.
minos de salida de la capital hacia el Cibao y otras comarcas. El concepto de Ciudad Jardín –en reali- uso del ladrillo de arcilla como elemento constructivo y expresivo básico–, sino por el establecimiento de
c.1935. Fidel Sevillano. dad una adaptación local respecto a su origen inglés– entra, no mucho más tarde, por el ensanche Lu- la infraestructura territorial que encauzaría el desarrollo de la nación. La experiencia previa del Canal de
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
go y los otros ensanches capitalinos hoy englobados en el barrio de Gazcue. Habría que ver si en cierta Panamá, campo de ensayo de una nueva arquitectura apropiada al clima y a las exigencias ambientales
Casa familia Henríquez en el Ensanche
La Primavera, hoy Gazcue, Santo Domingo. manera, las instalaciones domésticas implantadas en algunos de los ingenios para la producción de ca- del Caribe húmedo, concretiza modelos de fresca presencia, inspirados en formas sencillas, casi plató-
c. 1930. Foto Ricardo Briones.
ña, los conocidos bateyes para extranjeros, no se adelantan en la introducción de este modelo de asen- nicas, y en la combinación inteligente de materiales locales e importados.8 La relación del caso paname-
Dibujo de la propuesta de Konstantin
Melnikoff para el concurso del Faro a Colón. tamiento. Por vez primera se aislan las casas de sus bordes, asumiendo mayores retiros y permitiendo ño con las otras intervenciones estadounidenses en el área del Caribe está aún por ser estudiada.
1929. Archivo DoCoMoMo Dominicano. así jardines frontales, laterales y traseros y una vida “nueva”, más sana y aireada, producto de la prime- Apenas un par de años antes del traumático cambio de mando acaecido en 1930, se lleva a cabo uno
ra modernidad, aún estrechamente vinculada a los preceptos de la vida poscolonial. Este barrio ejemplar de los concursos de arquitectura mundiales de mayor trascendencia para la República Dominicana. Se
resumió por décadas el trabajo de los más destacados autores de la escena local e internacional.5 trata del concurso, gestado décadas antes por Américo Lugo, para erigir un monumento a la memoria
Por San Pedro de Macorís ingresa Benigno Trueba (1887-1948), formado en Barcelona y autor de es- del Gran Almirante, en la ciudad de Santo Domingo. El premio a esta competencia, a la que asistieron
pectaculares edificios que cambian radicalmente el paisaje y la escala del centro histórico de Santo Do- arquitectos de la talla de Alvar Aalto, Konstantin Melnikoff, Tony Garnier, etc., recayó en un joven arqui-
mingo, quien comparte escenario con Pedro de Castro (1895-1936),6 ese boricua admirable que desa- tecto escocés, Joseph Lea Gleave (1907-1965), ganador entre 455 propuestas de 48 países, quien
rrolla preciosas casas en el estilo entonces llamado “mediterráneo”, hoy mejor identificado como neohis- eventualmente se traslada a Ciudad Trujillo a realizar los planos del proyecto y a dar inicio a esta faraó-
pánico o neocolonial por la historiografía latinoamericana.7 La abundante obra de Fidel Sevillano ha sido nica obra, que sería terminada en 1992, bajo circunstancias muy diferentes a las previstas originalmente
recientemente documentada, y ofrece proyectos de la relevancia del Edificio de Correos de Santiago, o durante la V Conferencia Internacional Americana, en 1923.9
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5. 4.2
Cambios políticos y fenómenos atmosféricos:
“...no descansará mi brazo...”
La década del 30 es fundamental en el desarrollo de la arquitectura dominicana. El 3 de septiembre de Obelisco conmemorativo al cambio de
nombre de Santo Domingo a Ciudad Trujillo,
1930, a menos de un mes de haber asumido el poder el dictador Trujillo Molina, se produce uno de los desde el Parque Ramfis. 1937. Trene Pérez.
Foto de Max Pou.
huracanes más devastadores que haya conocido la historia dominicana, el ciclón de San Zenón. Los
Planta general del Parque Ramfis, Santo
cuantiosos daños a propiedades y la pérdida de vidas humanas generan un cambio de actitud frente al
Domingo, 1937. Guillermo González.
uso de los materiales tradicionales y promueven la adopción del bloque de hormigón, originalmente al- Dibujo de Martínez, Mignucci y Rigau.
mohadillado o tipo “berruga”, en vez del entonces típico paramento de madera como unidad primordial
en la arquitectura dominicana, vigente hasta nuestros días. El mismo Trujillo recorre las calles de la ca-
pital y los asentamientos más impactados por el fenómeno y emprende un programa de saneamiento
y de obras públicas, que obtuvo resultados inmediatos. Para seguir una secuencia de hechos, según
el libro Obras de Trujillo,10 el Parque Enriquillo es inaugurado el día 18 de agosto. Ejecutado por Don
Osvaldo Báez, era, hasta su reciente remodelación, uno de los espacios públicos más distinguidos de
Santo Domingo. El 1ro. de noviembre se inaugura el Hospital para Niños y se ordena la pavimentación
de las calles de Santo Domingo y de Santiago. La primera gran obra inaugurada por Trujillo, iniciada en
su gestión, es la del puente sobre el Río Higuamo, el 18 de mayo de 1934, una hermosa estructura de
acero de sorprendente esbeltez que acercó San Pedro de Macorís –todavía el puerto más cosmopoli-
ta del sur– a la Capital del país, iniciando así, paradójicamente, un proceso de declinación que aún per-
siste en esa ciudad oriental. Las obras del puerto de Santo Domingo se firman con el ingeniero puerto-
riqueño Benítez Rexach en marzo de 1935, proyecto que cambiaría definitivamente la cara de la ciu-
dad, dotándola de una infraestructura de gran modernidad apta para el intercambio comercial, indus-
trial y posteriormente, turístico. El elenco de carreteras, puentes, drenajes, escuelas, hospitales y mu-
chas otras instalaciones para el servicio ciudadano, se multiplica casi geométricamente en estos prime-
ros años, hasta dar pie a una posibilidad nunca prevista: Trene Pérez, notable autor de la protomoder-
nidad, posteriormente ejecutado por el mismo régimen, construye el obelisco conmemorativo al cam-
bio de nombre. A partir de 1937, hasta 1961, Santo Domingo se llamó Ciudad Trujillo. Desde lo alto de
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |223
6. Aspecto de uno de los galpones este viril monumento se aprecia en algunas de las fotos y postales de la época el espectáculo relucien-
del nuevo puerto de Santo Domingo,
hacia 1938. Benítez Rexach. te del Parque Ramfis, ejecutado meses antes por el joven arquitecto Guillermo González, en apaisado
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
romance con el mar Caribe, dominando el predio donde fueron enterradas en fosa común las víctimas
Temprana vista del Parque Ramfis, hoy
no reclamadas del huracán de San Zenón. Ya un editorial del Listín Diario había escrito: “Inauguracio-
Eugenio María de Hostos, desde el tope
del obelisco. 1937. Archivo DoCoMoMo nes y no primeras piedras...”.
Dominicano.
Vale la pena reseñar la actual situación de estos dos proyectos tan singulares de la temprana dictadu-
Hermosa vista aérea del conjunto original
del Hotel Jaragua. Santo Domingo, 1942. ra. El territorio costero del muelle de Santo Domingo es objeto de una transformación integral de par-
Guillermo González. Archivo OGM.
te de renombrados inversionistas privados, en una acción que comprometerá el futuro de ambas már-
genes de la desembocadura del Ozama. La vocación turística y de espacios dedicados al ocio pro-
meten convertir este espacio, hasta ahora residual o marginal a la actividad urbana del centro históri-
co, en un nuevo polo de atracción capaz, de ser correctamente articulado en su diseño, de potenciar
el creciente turismo nacional hacia espacios de naturaleza cultural. El Parque Ramfis, hoy conocido
como Eugenio María de Hostos, es el único –paradójicamente el más antiguo– proyecto de Guillermo
González que ha sido rescatado en su concepción espacial original. Ojalá una intervención municipal
que ya se anuncia sepa respetar este simbólico lugar, tan importante no sólo en términos arquitectó-
nicos, sino históricos.
Victor Garrido, poeta dominicano (1886-1972), escribió en “El obelisco de Ciudad Trujillo”: ... “Y cuando
herido por la muerte el día / el mundo se adormece en la armonía / que fluye de la bóveda estrellada, /
es el altivo y mudo centinela que en silencio de la noche vela / el sueño secular de la Primada”.11
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7. 4.3
El invariable retorno, 1930-1937: “Llega joven arquitecto”
En la República Dominicana, la gestión estadounidense crea las bases institucionales para el nuevo di- Vista del aspecto que ofrecía el conjunto
total del Hotel Jaragua y sus anexos,
seño a través de la Oficina de Ingenieros, posteriormente convertida en la Dirección de Obras Públicas. hacia 1960. Foto Max Pou.
Varios jóvenes dominicanos que debutan allí como dibujantes son protagonistas destacados: Octavio Plantas del bloque original del Hotel Jaragua.
1942. Guillermo González. Archivo
(Trene) Pérez Garrido (1905-1949), Mario Lluberes (1906-1967) y Alfredo González, entre otros. Pablo Pé-
DoCoMoMo Dominicano.
rez se gradúa a principios de siglo en el extranjero y trabaja en Santiago en proyectos vinculados a La
Tabacalera y en varias residencias privadas. Estos jóvenes autores participan activamente en la cultura
constructiva local por varias décadas, compartiendo la escena con una serie de nuevos profesionales
que poco a poco retornan al país, después de concluir sus estudios en el extranjero. Guillermo Gonzá-
lez (1900-1970) se diploma en 1930 en los EEUU; Humberto Ruiz Castillo (1895-1966), en 1931 en Pa-
rís; al igual que José Antonio Caro Álvarez (1910-1978), en 1932 y Juan Bautista del Toro, unos años an-
tes; Leo (1905-1976) y Marcial (1908-1965) Pou Ricart, en Bruselas, en 1933.12 Son ellos, entre otros,
quienes eventualmente configuran una Primera Generación de arquitectos pioneros en la introducción de
las nuevas formas del Movimiento Moderno.
Ante la falta de una facultad local propiamente dicha, la verdadera escuela de esta primera generación
se desarrolla en el extranjero. La sociedad dominicana, comparativamente atrasada en el desarrollo de
su cultura arquitectónica respecto, incluso, a otras naciones del Caribe, acude a la única opción de en-
viar a sus jóvenes, deseosos de formarse en esta disciplina, a otras ciudades, particularmente europeas.
La atracción por el universo de la floreciente modernidad franco y germano-centrista de inicios de siglo
no era aún eclipsada por las vanguardias norteamericanas, que muy pronto ocuparían la escena, a raíz
precisamente de la migración de muchos de sus más destacados protagonistas, antes de y durante la II
Guerra Mundial. La más notable excepción por el interés en llevar a cabo los estudios en Europa la cons-
tituye, paradójicamente, el que se convertiría, en menos de diez años de práctica profesional, en el pa-
radigma de la modernidad dominicana en la arquitectura: Guillermo González.
El predominio de los esquemas domésticos mediterráneos, introducidos por el gusto imperante entonces
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |227
8. en los EE.UU. en enclaves de origen hispánico, tales como La Florida, Texas y California,13 se hacía pre- Casa Dunsmore, hoy Martínez Bogaert, en la
calle César Nicolás Penson, Gazcue. c. 1955.
sente en las nuevas viviendas solariegas del Ensanche Lugo, Gazcue, La Primavera y en los demás desa- José Reyes y Miguel Soler. Foto Ricardo
Briones.
rrollos inmobiliarios de extramuros. Este gusto por el empaque neohispánico se mantiene a lo largo del si-
Estación de servicios en la avenida
glo, y es todavía hoy, transformado por la posmodernidad, un invariante en la escogencia estilística de mu- Independencia, Santo Domingo. c. 1948.
chos dominicanos. Los principales autores de esta estilización romántica son precisamente Trene Pérez y Foto Ricardo Briones.
Casa morisca en la calle Uruguay,
Mario Lluberes, antes de su transición a la modernidad, aunque es muy posible que la influencia más fuer-
Santo Domingo, diseñada para la
te haya sido el conjunto de obras del puertorriqueño Pedro de Castro en Santo Domingo y en Santiago.14 Sra. Julia Molina. c. 1940. Trene Pérez.
Foto Ricardo Briones.
Es necesario detenerse a comprender este singular estilo neocolonial, tan común a toda América Latina du-
Casa neohispánica de la familia Santoni
rante estas décadas, y particularmente generalizado en las Antillas hispánicas. Se introduce en la región en la calle José Joaquín Pérez, Gazcue.
c. 1946. Trene Pérez. Foto Ricardo Briones.
después del renombrado pabellón de California en la Feria Internacional Colombina de Chicago de 1893,
Alzado de su tesis para el Ayuntamiento
celebrando el IV Centenario del Descubrimiento de América, influenciado por la tradición de la arquitectura
de Santo Domingo. Yale University, c. 1930.
misionera de la región. También estuvo notablemente presente en la Exposición internacional de Panamá- Guillermo González. Archivo DoCoMoMo.
Pacific en San Diego, en 1915, como una consecuencia del predominio norteamericano en esos años del
New Deal, en los que los EE.UU. determinaron establecerse en el territorio con una marcada presencia tan-
to militar como comercial y, en consecuencia, cultural, sentando las bases de un fenómeno aún vigente.15
No hay mejor recuento sobre la historia de Gazcue que el contenido en una carta que recibí en 1987, escri-
ta por la Sra. Altagracia de Thomén.16 Me permito citar algunos párrafos con la certeza de que resultarán
relevantes para esta Historia: "En cuanto al nombre de Gazcue, ignoro qué cubriría esta denominación en
tiempos antiguos, pero al comienzo de este siglo se denominaba así la porción que hoy día ocupan la Em-
bajada Americana y la Plaza de la Cultura. Esto era propiedad de mi abuelo, Pedro A. Lluberes, quien lo ha-
bía comprado a Don Casimiro N. De Moya. Para nuestra familia este era uno de los “potreros” que compo-
nían la estancia familiar. Otros se llamaban “La Generala” (donde está hoy el Palacio de Gobierno), otro “Mis
amores” (no sé donde quedaba) y por último el núcleo de la propiedad llamado “La Aguedita”, nombre que
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9. Casa de la familia Herrera. c. 1925. Casa en la Moisés García, Gazcue, c. 1945
Estado actual, 2008. Mario Lluberes. (demolida). Trene Pérez. Foto Jochi Marichal.
Foto Ricardo Briones.
Casa en la César Nicolás Penson casi esquina
Residencia de la familia de la Maza Máximo Gómez, de estilo art deco. Aloja
en Moca, c.1947. Trene Pérez. desde el año 1981 al INSTRAW, después de
Archivo Marcelle Pérez Brown. su reciclaje realizado por Apolinar Fernández
De Castro. Foto Ricardo Briones.
Dibujo del portafolio de viaje a
Europa de Guillermo González, c.1930. Casa familia García Trujillo, calle César Nicolás
Archivo Omar Rancier. Penson, Gazcue. 1936. Mario Lluberes.
Restaurada para hospedar el Consejo
Villa Beliza, residencia de la familia Ricart
de la Magistratura. Foto Ricardo Briones.
en la avenida Bolívar, hoy ocupada por el
Cuerpo de Paz. c. 1950. Mario Lluberes. Dibujo del portafolio de viaje a
Foto Ricardo Briones. Europa de Guillermo González, c.1930.
Archivo Omar Rancier.
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10. Portal de ingreso o galería frontal de una aún se conserva, y que era el nombre de mi abuela. Esta porción la reservó mi abuelo para que edificaran maba una especie de sótanos. Allí salvaron sus vidas muchas personas cuando el huracán de San Zenón. Fachada sur de casa en la César Nicolás
casa en la calle Luisa Ozema de Pellerano Penson, Gazcue. Arq. José Antonio Caro.
del Ensanche Lugo. Foto Ricardo Briones. en ella sus hogares sus hijos (¡eran 14!). En tiempos pasados, las familias que habitaban el centro de San- Los materiales de construcción provenían en gran parte de la misma estancia: las paredes eran de tapia, Foto Ricardo Briones.
Fachada principal de la casa García Hatton to Domingo poseían también una estancia en las afueras para pasar los meses de calor. Principalmente se o sea de tierra y piedras comprimidas en encoframientos. Había canteras de piedra y de caliche, cuyas lo- Casa en la calle Rodriguez Objío, Gazcue.
en la César Nicolás Penson, Gazcue. Foto Ricardo Briones.
hallaban a lo largo de la hoy avenida Independencia. Las del lado sur tenían sus baños privados de mar, calizaciones aún hoy día se pueden apreciar. Aún pueden verse algunas de estas casas en la calle Doctor
Foto Ricardo Briones.
Conjunto de apartamentos en la avenida
Jardín frontal de casa en la calle Cervantes.
que consistían en casas abiertas al mar, protegidas por rejas de hierro para impedir la entrada de los tibu- Delgado y en la Pedro Lluberes. En ocasiones los adquirientes de solares los dividían en dos, de 12.5 de Bolivar, Gazcue. Arq. Teófilo Carbonel, c.1955.
Foto Ricardo Briones. rones. La “estancia” de mi abuelo no era un sitio de placer, sino una empresa que llamaríamos hoy “agroin- Foto Ricardo Briones.
frente y otras veces unían varios solares formando parcelas que luego revendían en porciones más peque-
dustrial” (...) En otros tiempos habían parcelas sembradas de caña de azúcar y hasta un ingenio primitivo ñas. Los desagües pluviales consistían en zanjas abiertas a ambos lados de las calles y se llegaba a las ca-
llamado “La Encarnación” donde estuvo después del aeropuerto del mismo nombre, luego llamado Gene- sas mediante puentecitos. La urbanización de mi abuelo era al norte de la hoy avenida Bolívar. El agrimen-
ral Andrews. Mi abuelo comenzó la urbanización de esos terrenos imitando lo que había visto en Santurce, sor que realizó el trabajo fue don Arístides García Mella, a quien mi abuelo pagó con tierras. Don Arístides
Puerto Rico, donde iba todos los años a los baños termales de Coamo. Creo que la primera calle que se construyó su casa en la calle que llamó Moisés García en honor a su padre. Al sur de la avenida Bolivar, al-
abrió fue la hoy Doctor Báez. Mi abuelo vendía solares de mil metros, los cuales tenían 25 metros de fren- rededor de la avenida Pasteur, estaban las tierras de don Enrique Henríquez, llamadas “La Primavera”. Al
te por 50 de fondo. Se exigía que las personas construyeran casas aisladas y dejando un jardín, cuyas di- ver don Enrique que mi abuelo tenía éxito en parcelar sus tierras, quiso hacer lo mismo y también buscó a
mensiones también se estipulaban. No se debían construir casas contiguas como en la parte colonial o en don Arístides García Mella. Como don Enrique y mi abuelo tenían diferencias políticas, él encargó a don
Ciudad Nueva. No se destinó ninguna porción para parque porque se entendía que toda la urbanización Arístides urbanizar su porción “de manera que mis calles no coincidan con las de Pedrito”. Es por esto que
sería un gran jardín. En algunas ocasiones mi abuelo vendía las viviendas ya construidas, las cuales eran las calles que van de sur a norte desde la avenida Independencia hacia la Bolívar no coinciden con las que
todas iguales, consistentes en una galería al frente; cuatro “cuartos” (sala, comedor y dos aposentos) y un parten de la avenida Bolívar hacia el norte. El Ensanche Lugo fue urbanizado mucho tiempo después y los
“martillo” que comprendía otro aposento, un cuarto de baño y la cocina. En la parte posterior otra galería solares y las casas que se construyeron allí eran más pequeños que los de Gazcue o La Primavera. Poco
enlazaba todas estas habitaciones. Había un aljibe (no había acueducto) y sobre el techo (que era de zinc) a poco se le fue dando el nombre de Gazcue a todos los ensanches al oeste del Parque Independencia y
habían tanques de metal, como los que se usan ahora para la basura, o tanques de concreto sobre la co- “vivir en Gazcue” era signo de poderío económico y social. Sin embargo, la entrada a la avenida Bolívar por
cina y el cuarto de baño para suplir agua a estas dependencias. El agua llegaba allí bien fuera por lluvia o mucho tiempo estaba afeada por un solar baldío donde se instalaban los circos, y por una tenería perte-
haciéndola subir de los aljibes mediante bombas de mano. En el patio posterior había una gran habitación neciente a la familia Polanco, dueña de esos terrenos. Luego estuvo allí la Santo Domingo Motors y por úl-
(cochera o garage), cuartos para el servicio y una letrina. El inodoro del cuarto de baño también descarga- timo la Ferretería Read”.
ba en una letrina, pues no había cloaca. Las casas eran construidas bien levantadas del suelo, lo que for- Mientras tanto, Guillermo González Sánchez, el más destacado de todos los autores modernos dominicanos,
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11. Escalera central en la residencia hoy ocupada acude a Columbia University mientras trabaja en el taller de Edward Durrell Stone y termina siendo el mejor
por la Embajada de España en Santo
Domingo. c. 1948. José Antonio Caro Álvarez. estudiante de su promoción en Yale University, premiado con un viaje de estudios al sur de España, donde
Foto Jochi Marichal.
entra en contacto con las raíces de la nueva arquitectura moderna española, entonces en gestación, y cono-
Apartamentos en la Leopoldo Navarro.
ce a su futura esposa. González había sido educado bajo el rigor de los cánones académicos del Beaux Arts,
c. 1948. José Antonio Caro Álvarez.
Archivo CARALVA. como se aprecia en su tesis de grado para un nuevo ayuntamiento en la ciudad de Santo Domingo y en los
Cuartel de Bomberos de Santo Domingo. virtuosos dibujos realizados en sus viajes de estudio.17 Su impronta en la cultura local es singularmente im-
1944. José Antonio Caro Álvarez y Guillermo
González. Archivo General de la Nación. portante, a todas luces prometeica. Su hermano Alfredo, quien funge como contratista principal de todos los
El Arq. José Antonio Caro Álvarez. proyectos de la empresa González & González, es también un diseñador capacitado de valor propio, aunque
Archivo CARALVA.
su imagen se haya visto empañada por la relevancia de su hermano Guillermo en los anales de la historia.
Paraninfo de la Facultad de Ciencias Médicas,
Universidad de Santo Domingo. 1944. José Antonio Caro Álvarez (1910-1978), probablemente el más prolífico y con mayor formación intelectual, re-
José Antonio Caro Álvarez. Foto Max Pou. gresa de Francia después de la Exposición Universal del 25 y deja establecida una secuencia generacional que
permanece hasta nuestros días –con la participación de sus hijos José Antonio –Tony– (1943) y Danilo Caro
Ginebra (1949) y su nieto Juan Cristóbal Caro Gómez (1971). Caro gana un premio por su diseño para un tea-
tro mientras permanecía en París.18 Su obra de gestión traspasa los límites de la arquitectura y el urbanismo
y abraza otras disciplinas como la arqueología, el arte. Fue promotor del Museo del Hombre Dominicano y jun-
to a sus hijos, diseñador, además de uno de los principales mecenas del arte y la cultura. Entre sus obras prin-
cipales se encuentran sus edificios para el campus de la Universidad de Santo Domingo (USD), las obras lle-
vadas a cabo para la celebración del Centenario de la República, el Palacio de la Policía Nacional, el Banco
Agrícola, la Maternidad Julia Molina, hoy Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y sus obras de fin del pe-
ríodo, –Banco Central de la República, Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos y Palacio de
Correos– interpretaciones contemporáneas de ese clasicismo tardío que vistió la dictadura en sus postrime-
rías. Para la Feria, en el 55, es encargado de la ejecución del Hospital Angelita para Niños, hoy Robert Reid,
utilizado como hotel de apoyo durante la realización del evento.
234|MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |235
12. 4.4
La modernidad del régimen y el 1er. Centenario de la República:
“Programa de obras”
Las primeras obras de la vanguardia racionalista se producen hacia 1937. Ya vimos como Guillermo Gon- Vista superior de las escaleras del
Edificio Copello, Santo Domingo. 1938.
zález rompe con la indiferencia típica del habitante capitalino hacia su costa y desarrolla el llamado Par- Guillermo González. Foto Onorio Montás.
que Ramfis en honor al hijo del Generalísimo Trujillo. Esta plaza pública apaisada, ganada por concurso,
El Arq. Guillermo González.
que se desliza suavemente hacia el mar Caribe, es hoy una de las pocas obras del primer modernismo Archivo Omar Rancier.
que ha sido rescatada íntegramente. Producto de su notable trabajo, González realiza, en 1938, los pro-
yectos para dos obras fundamentales: el edificio Copello, en el corazón del Centro Histórico, y el ante-
proyecto original para el Hotel Jaragua, el más relevante proyecto de toda su carrera. Ambos requieren
de una mirada detallada.
Será fácil reconocer que la calle El Conde, principal arteria comercial de la ciudad de Santo Domingo
era, hacia estos años y hasta fines de la década del 50, el espacio donde se ostentaban los principa-
les logros de la arquitectura en el país. Es dentro de este ambiente tan cargado de historia, que Gon-
zález actúa con su primer proyecto de envergadura.
El Copello mantiene la escala del conjunto histórico de la Ciudad Primada de América, no así su im-
postación estilística. Un edificio de esquina, raramente trabajada en la arquitectura colonial común de
su entorno inmediato, estratifica su curva fachada con bandas horizontales de ventanas continuas,
asumiendo recetas corbusianas en territorio americano colonial, retirando el primer piso comercial a
un plano que se protege con el voladizo de los 3 pisos superiores. El edificio se conserva admirable-
mente bien. Después de más de 60 años de abuso –fue la muy atacada sede del Gobierno Constitu-
cional durante la Guerra Civil de 1965, entre otras vicisitudes– conserva sus servicios sanitarios, sus
luminarias y su ascensor Otis original, funcionando razonablemente bien. Su esquema fue después in-
terpretado por J.A. Caro en El Palacio y La Ópera, y por Ruiz Castillo en el González Ramos. Es po-
sible que la primera versión haya sido la de Trueba en el edificio Cerame, atribuido a una firma nortea-
mericana de arquitectos. Así se establece la tipología de numerosos edificios de esquina ubicados en
contextos históricos del país.
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |237
13. Ángulo sureste del Edificio Copello, Página anterior:
Santo Domingo. 1938. Guillermo González. Planta y alzado del Edificio Copello, en
Foto Ricardo Briones. la calle El Conde de Santo Domingo. 1938.
Guillermo González. Archivo Enrique Penson.
Ángulo sureste del Edificio El Palacio,
Santo Domingo. c. 1945. José Antonio Caro Espectacular toma del conjunto formado por
Álvarez. Archivo CARALVA. el bloque original y su anexo de 1945 del
Hotel Jaragua, en Santo Domingo. Guillermo
Hospital de Maternidad La Altagracia,
González. Archivo OGM.
originalmente Julia Molina. 1944.
José Antonio Caro Álvarez. Archivo CARALVA.
En esta página:
Vista desde el sureste del conjunto del
Hotel Jaragua y anexos. En primer plano
los famosos bungalows frontales.
Guillermo González. Archivo OGM.
Vista noroeste del conjunto del Hotel Jaragua
y anexos. Guillermo González. Archivo OGM.
Interior del espacio social del Roof Garden
del Hotel Jaragua. Guillermo González.
Archivo OGM.
238|MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |239
14. El emblemático Hotel Jaragua fue perdido en el año 1985, a pesar de una feroz oposición ciudadana. Fue la casa Telefunken, por su asociación a formas del universo industrial europeo. Esta casa, también per- Fachada norte de la Casa Pichardo en la
avenida Independencia, Santo Domingo. 1940,
destruido para dar lugar, innecesariamente, a un hotel diseñado en los EE.UU., sin ninguna consideración dida, se encontraba en la avenida Independencia en uno de los lotes que hoy ocupa el enorme comple- demolida para dar cabida al Malecon Center.
Guillermo González. Archivo DoCoMoMo
por la cultura local. Al momento de la inauguración del edificio original, en el año 1942, constituyó la obra jo multiusos del Malecón Center. De una estructura volumétrica similar a la Schad, la residencia Pichar-
Dominicano.
de arquitectura más importante realizada por el gobierno dominicano en décadas.19 No sólo su esquema do ostentaba un aún mayor refinamiento minimalista, de longitud más acusada.
Edificio de apartamentos conocido como
planimétrico, ni su admirable solución de volúmenes sometidos a una sutil rotación orientada –de nuevo– Esta búsqueda de González no se alejaba, sin embargo, de su agudo sentido del contexto, tal y como El Jaraguita, en el Malecón de Santo
Domingo. 1945, poco antes de ser demolido
al mar Caribe, sino la tropicalidad pionera de sus espacios, la sofisticación de sus terminaciones y la con- demuestra en el año 52 cuando realiza una serie de 7 casas para el personal directivo del Ingenio Con- para dar pasó a un estacionamiento
del Hotel V Centenario. Guillermo González.
fortable dotación de sus servicios, le confieren la distinción de haber sido el primer hotel de categoría in- suelo, en San Pedro de Macorís, de exquisito apaisamiento y pertenencia a la llanura cañera de la región,
Foto Onorio Montás.
ternacional y absoluta modernidad realizado en la región, mucho antes que el Caribe Hilton de San Juan o toda otra serie de casas posteriores, algunas ya inexistentes como la Peynado, demolida para alojar al
Alzado y planta de la Casa Schad, Santo
de Puerto Rico, (de los maestros Toro, Ferrer y Torregrosa)20 y del muy alterado Panamá Hilton (del des- Templo de Los Mormones en la avenida Bolívar. Domingo. 1939, demolida. Guillermo
González. Archivo Enrique Penson.
tacado arquitecto Ricardo Bermúdez).21 Admirado por locales y por visitantes, el Hotel Jaragua se convir- Inmediatamente después de completar la primera etapa del Jaragua, González inicia un grupo de edifi-
Planta de la Casa Pichardo, 1940, demolida.
tió en el estandarte de la recién nacida modernidad dominicana. Richard Neutra, en su visita de 1945 al cios de apartamentos para la venta, de exitosa aceptación. En uno de ellos, el llamado Jaragüita (1945), Guillermo González. Archivo Enrique Penson.
país, elogió abiertamente los resultados. González se consagra, a partir de entonces, como el joven pro- localiza su estudio y desarrolla el resto de su carrera, frente a ese mar Caribe tan valorado en su obra. Fachada oeste de la Facultad de Odontología
de la Universidad de Santo Domingo. 1947.
digio que fue, y produce, en la rígida estructura del régimen trujillista, la primera brecha que cuestiona los Paralelamente, ejecuta varios hoteles para el estado (la ampliación y los bungalows del Hotel Jaragua Leo y Marcial Pou Ricart. Archivo DoCoMoMo
esquemas aplicados hasta entonces por autores afectos al régimen, tales como Henry Gazón Bona. (1945), el Hotel Paz (1955), siendo el más relevante el Hotel Hamaca (1951), en la Playa de Boca Chica, Dominicano.
Quizás el mejor ejemplo de este racionalismo blanco y purista al que nos referimos es un par de casas, un hermoso conjunto de hormigón literalmente afincado en el agua de la calmada playa. Otro de sus ho- Ángulo sureste de la Facultad de Ingeniería y
Arquitectura de la Universidad de Santo
ambas demolidas, ejecutadas por Guillermo González a fines de los años 30 y en los primeros años de teles es el Montaña, en la nueva carretera a Jarabacoa, donde utiliza recursos de la paleta puesta de mo- Domingo, 1955. José Antonio Caro Álvarez.
Archivo CARALVA.
la década del 40. Se trata de las casas para las familias Schad (1939) y Pichardo (1940), ambas en San- da por Auñón, aunque sin el acierto de éste, como se verá en el capítulo siguiente. Uno de los pocos
to Domingo. La primera estuvo localizada en la parcela que hoy ocupa el Museo de Historia Natural, en ejemplos remanentes de este período de gran actividad para González y su hermano Alfredo –quien en
el lindero sur de la Plaza de la Cultura. Esta residencia de dos niveles, conformada por unos paralelepí- realidad, como sabemos, ejercía las funciones de contratista general en las obras, a la par de algunas in-
pedos blancos resueltos en barra y acotados por una terraza abierta, fue por largo tiempo olvidada has- cursiones como proyectista– es el edificio de apartamentos González, en la calle Pasteur. Este elegante
ta reaparecer en el ámbito crítico local, en la excelente recopilación documental del Ing. Enrique Penson bloque se apropia del barrio de Gazcue con una escala magistralmente manejada, reduciendo el impac-
Paulus, Arquitectura Dominicana 1906-1950, de reciente aparición.22 González realiza en 1940 una de to de esta gran masa por medio de la típica horizontalización de los vanos y una solución urbana senci-
sus obras más paradigmáticas, la Residencia Pichardo. De absoluto y blanco racionalismo, fue llamada lla pero admirable.
240|MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |241
15. Bloque principal del Colegio Santo Domingo, El año de 1944 dio ocasión a la celebración del 1er. Centenario de la fundación de la República Domini-
en la avenida Bolívar, Santo Domingo,
hacia 1950. Humberto Ruiz Castillo. Archivo cana. El presidente Trujillo y sus intelectuales desarrollan un memorable plan de edificaciones públicas y
DoCoMoMo Dominicano.
de eventos, nunca antes vistos en el país. Se dicta la Ley 675, del 31 de agosto de 1944, publicada en
Fachada sur del Hospital para Tuberculosos
la Gaceta Oficial N.6138, que incorpora un “Plan General de Urbanización y Embellecimiento de las Ciu-
Dr. Martos, en la avenida John F. Kennedy,
antes avenida San Martín, Santo Domingo. dades de la República”, vigente por largos años.23
1944, demolido. Leo y Marcial Pou Ricart.
Archivo DoCoMoMo Dominicano. El Hotel Jaragua fue en realidad la cabeza de serie –si bien la más sobresaliente– de un grupo de hote-
Residencia García Recio, en la calle les del Estado, ejecutados para promover el turismo interno en todo el país. Esta iniciativa produjo du-
Dr. Delgado esquina México, Santo Domingo.
rante dos décadas obras tales como los hoteles de San Cristóbal, San Juan, Barahona, Jarabacoa,
c. 1945. Humberto Ruiz Castillo.
Foto Luis Nova, Archivo AAA. Constanza, Santiago, Higüey, Boca Chica, y de nuevo en Ciudad Trujillo con el Hotel Paz (hoy Santo Do-
mingo Norte), etc., muchos de ellos asignados a destacados profesionales dominicanos. De esta forma
se inicia el catálogo del patrimonio dominicano en el área de la hotelería pública, tan maltratado e igno-
rado en los tiempos actuales.
La realidad es que la gran cantidad de proyectos se llevan a cabo dentro del nuevo estilo producido por
los cánones del Movimiento Moderno. Los hermanos Pou diseñan las Escuelas Normales, los hospitales
Dr. Martos y Marión; Caro hace, junto a González, el Cuartel de Bomberos, el Casino de la Playa de Güi-
bia y el Hipódromo Perla Antillana. El nuevo campus para la Universidad de Santo Domingo es proyec-
tado por González, Caro y José Ramón Báez Lopez-Penha, en un esquema axial sumamente funcional
y de modernidad ambivalente. De este conjunto urbano singular sobresale el edifico para la Facultad de
Medicina (1944), uno de los más soberbios edificios modernos dominicanos, ejecutado admirablemente
por José Antonio Caro, quien proyecta posteriormente, en 1955, la Facultad de Ingeniería y Arquitectu-
ra. En este primer gran proyecto urbano emprendido por el Estado, participan también los hermanos
Marcial y Leo Pou Ricart y uno de los autores y profesores universitarios más renombrados, Humberto
Ruiz Castillo, entre otros. Una investigación reciente arroja imágenes de gran modernidad.24
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16. Esquina sureste del Edificio Saviñón, en la He aquí la contradicción: Mientras los arquitectos formados académicamente se entregaban al más co- la Dirección de Edificaciones, Leo Pou realiza importantes obras, tales como el Hospital Morgan, las Secre-
calle El Conde, Santo Domingo. c.1945.
Octavio y Gloria Iglesias Molina. rrecto y vanguardista estilo moderno, entendiéndolo como la tendencia arquitectónica capaz de emble- tarías de Agricultura y otros edificios públicos originalmente ubicados detrás del Palacio Nacional y el com-
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
matizar con más fuerza los reales adelantos que demostraba el Estado trujillista en torno al 1er. Cente- plejo para el Instituto Saleciano de San Cristóbal. Sus casas obedecen a esta misma fórmula. Muchas de
Estudio de la fachada principal del edifico
para Radio Tevisión Dominicana. c.1947.
nario, otros, también apoyados por el mismo sistema, actuaban dentro de una estilización clasicista ab- ellas, si no todas, hoy han sido transformadas o destruidas, sobre todo aquellas localizadas en Gazcue,
Octavio y Gloria Iglesias Molina. solutamente reaccionaria a los adelantos internacionales del momento. Esta dualidad, esta especie de campo de ensayo fundamental para estos jóvenes autores del momento. El edificio del Congreso Nacional
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
esquizofrenia proyectual, se mantiene a lo largo de dos décadas y define, de cierta manera, la bipolari- en La Feria de la Paz, es atribuido a Leo Pou, actuando en colaboración con González.
Instituto para Señoritas Salomé Ureña de
Henríquez, calle Padre Billini, Santo Domingo. dad de la arquitectura del período. Este hecho, común en otras dictaduras latinoamericanas, se expre- Humberto Ruiz Castillo fue ante todo un profesor de excelsas cualidades y exigente rigor. Su abundan-
c. 1944. Marcial Pou Ricart.
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
sa en obras tales como el Teatro San Martín del ortodoxo moderno Mario Roberto Álvarez y por otro la- te obra –iniciada algunos años antes que la de sus coetáneos– incorpora el Art Deco a la arquitectura
Hospital Morgan, Santo Domingo. c. 1947. do, la Fundación Eva Perón, de riguroso academicismo, en el Buenos Aires de Perón; en el Brasil, du- dominicana más que la de cualquier otro arquitecto, evidenciándose en sus primeras, como su residen-
Leo Pou Ricart. Archivo DoCoMoMo rante el gobierno de Getulio Vargas se construyen paralelamente el Ministerio de Educación y Salud de cia en la calle Santiago casi esquina Danae, en la hermosa Casa Recio de la Dr. Delgado esquina Méxi-
Dominicano.
Lucio Costa y su equipo, y el Ministerio de Hacienda, en estilos opuestos; en Caracas se construyen al co (1934) y en múltiples proyectos realizados dentro de su labor como arquitecto diocesiano, como la
Casa De Mondesert, Santo Domingo.
c. 1934. Humberto Ruiz Castillo. mismo tiempo la Ciudad Universitaria de Carlos Raúl Villanueva, máxima expresión de la modernidad ve- Iglesia de San Juan Bosco (1939) y la impresionante Iglesia de Moca (1956). Una de sus obras más res-
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
nezolana y la axial y académica Escuela Militar, de Luis Malaussena. petadas, recientemente restaurada, es la del Alma Mater de la Universidad de Santo Domingo (1955),
Edificio conocido como La Metralla,
en la Calle de las Mercedes, Santo Domingo. Los Pou Ricart obtienen sus diplomas en Bélgica y realizan, antes de emigrar a la Florida a finales de la dé- aparentemente realizada junto al arquitecto francés André Dunoyer de Segonzac, quien se encontraba a
c. 1948. Humberto Ruiz Castillo.
cada del 50, un numeroso catálogo de proyectos singularmente modernos. Son en realidad los autores más la sazón en el país para llevar a cabo su proyecto ganado por concurso internacional para la Basílica de
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
cercanos a ese racionalismo europeo de testeros semicirculares, fenestramientos horizontalizados rítmica- Nuestra Señora de la Altagracia, en Higüey.25 De su autoría es también el moderno y coherente plantel
Alzado y plantas de la casa De Mondesert,
Santo Domingo. c. 1934. Humberto Ruiz mente interrumpidos por partesoles y blanca volumetría, lenguaje hoy identificado con la temprana moder- para el Colegio Santo Domingo, en la avenida Bolívar y la casa del Dr. Balaguer en la avenida Máximo
Castillo. Foto Luis Nova, Archivo AAA.
nidad internacional, tan común en La Habana, San Juan, Bogotá, Buenos Aires y otras ciudades de la re- Gómez y la construcción de la Nunciatura Apostólica en la César Nicolás Penson, diseñada en Roma a
gión en aquellos años previos al desarrollo de una estética de raigambre local. El Instituto de Señoritas Sa- la manera de la típica “palazzina” ecléctica romana.
lomé Ureña, enclavado en el pleno Centro Histórico de Santo Domingo colonial, es construido en 1942 si- También afiliados a la corriente Art Deco fueron los ingenieros y arquitectos Gloria y “Tribito” Iglesias Mo-
multáneamente a la Escuela Normal de Varones, el Hospital Antituberculoso Dr. Martos (hoy Campus I de lina, autores de proyectos de gran escala para el Palacio de Telecomunicaciones, el elegante edificio de
la UNPHU, recientemente demolido para dar paso a una cadena internacional de mueblería) y el Hospital R. Esteva y Cía., en la Calle El Conde –originalmente comisionado como sede de la Lotería Nacional– y
Marión, modelo original de diseño frecuente en otros países del área. Desde su cargo como arquitecto en el Palacio de Radio Televisión Dominicana.
244|MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |245
17. 4.5
Los inmigrantes del 39: la tranformación del arte dominicano.
“Toreando submarinos”
El cambio hacia la modernidad se produce tímidamente en el universo doméstico, con una sobresalien- Vista frontal de la Casa Ricart en Jarabacoa.
1943. Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
te excepción. En 1939, la Guerra Civil española nos lega artistas de enorme trascendencia, resultado de Foto Gustavo Moré.
esa forzada migración que tanto enriqueció el universo latinoamericano, desde el Caribe hasta la Pata- Alzado frontal de la Casa Nadal, en Jarabacoa.
1941. Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
gonia, como ha sido reconocido en varias obras recientes de sobresaliente academia. Baste recordar la
Archivo Enrique Penson.
abundante obra del Ing. Félix Candela en México como ejemplo destacado, tanto en la tipología indus- Boceto de Auñón para un comercio en la calle
trial como en la religiosa. Palo Hincado, Santo Domingo, c.1946.
Archivo Docomomo.
La República Dominicana atrajo a un grupo de autores sumamente representativos de esta avanzada, no
sólo en la arquitectura, sino también en las letras y en las artes plásticas. Dos de los más renombrados
son sin dudas el arquitecto catalán Tomás Auñón (1909-?) y el Ing. madrileño Joaquín Ortiz García, quie-
nes llegan “toreando submarinos”. Según el libro Arquitecturas del exilio español (2007, ver bibliografía),
Auñón “… participa en la retirada de Cataluña y pasa sus primeros meses de exilio en el campo de con-
centración de Saint-Cyprien, del que sale gracias al apoyo del Comité Nacional Británico de Ayuda a Es-
paña. A mediados de año se ubica en Perpignan. Llega a República Dominicana el 11 de enero de 1940,
en el buque Cuba, procedente de Burdeos. Ese mismo año realiza la remodelación del Café Ariete en
Santo Domingo (..) En 1945 se traslada a México, trabajando en la realización de sets y decorados en la
industria cinematográfica. Ese mismo año se asocia con Oscar Coll Alas, quien también viene de Repú-
blica Dominicana. A partir de (...) 1962 su figura se desvanece, sin haber sido posible encontrar mayo-
res datos sobre el final de su carrera y de su vida”.26 Aislados por sus ideas de izquierda en las monta-
ñas de Jarabacoa, estos autores junto a varios artesanos más, conforman un equipo y producen el di-
seño y la ejecución de un grupo de fascinantes casas, usando materiales del lugar, en ese entonces des-
vinculados del resto del país. Todavía hoy, a pesar de las inevitables transformaciones que han sufrido
varias de estas estructuras, sorprenden sus exquisitos e ingeniosos herrajes, mobiliarios y artefactos in-
tegrados magistralmente al espacio arquitectónico. De un gusto nórdico, más cercano a Aalto que a la
tradición del Modernisme catalán –gusto que durante muchos años representó, de alguna manera, la es-
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |247
18. Casa García en la calle Pasteur, Gazcue, tética a seguir en la arquitectura típica de este enclave turístico en la Cordillera Central–, las casas Na-
Santo Domingo. c. 1945 Tomás Auñón y
Joaquín Ortiz. Foto Gustavo Luis Moré. dal, Barceló, Ricart, Armenteros, Ocaña y algunas 5 casas más, inauguran en el país un vocabulario iné-
Edificio Santos en la calle Pina, Ciudad Nueva, dito de estructuras en mampostería de ladrillo, paramentos de piedra de río, madera oscura y formas
Santo Domingo, c.1945. Tomás Auñón y
modernas, que le confirió a Auñón su salvoconducto para eventualmente trasladarse a Santo Domingo
Joaquín Ortíz. Foto Ricardo Briones.
Casa Molinari. Calle Benito Monción esquina
y producir un itinerario de las más extraordinarias casas privadas en el sector de Gazcue y, notablemen-
Santiago, Gazcue, Santo Domingo. 1943. te, el Monumento Trujillo-Hull, mejor conocido como el “Obelisco Hembra”, que rememora el saldo de la
Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
Foto cortesia familia Molinari. deuda externa del país con los EE.UU. También ejecuta el edifico para el Instituto Escuela (1943), cole-
Alzados y planta de la Casa Molinari.1943. gio de gran renombre para toda la sociedad capitalina de antaño, enclavado en el flamante barrio de La
Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
Archivo Enrique Penson.
Primavera, hoy asimilado por la denominación generalizada del Polígono de Gazcue.
Casa Armenteros, Jarabacoa. 1943. Tomás La paleta cambia con el cambio del contexto rural jarabacoense al urbano de Ciudad Trujillo y con la dis-
Auñón y Joaquín Ortiz. Foto Eduardo Guzmán.
ponibilidad de materiales industriales. La forma se libera, los espacios se llenan de luz en, por ejemplo,
las perdidas Casa Molinari o la Benítez Rexach. La Molinari, demolida para hacer espacio a un desarro-
llo inmobiliario, era a nuestro juicio, la más lograda de todas, con sus arcadas y su escalera compensa-
da de escultural virtuosismo. Se establece el gusto por galerías con arcadas de medio punto, como en
la Casa García, en la calle Santiago –tema iniciado en la Casa Armenteros de Jarabacoa–; parabólicas
como en la Pol, la Vitienes y la Molinari, o rebajadas. Varios jóvenes arquitectos del período heredan el
leitmotiv de las arcadas de amplia luz, recurso que perdura por décadas.
En el ámbito de Ciudad Nueva, está el extraordinario edificio Santos, en la calle Pina, caracterizado por
sus 4 niveles destinados a usos diversos –comercio y oficinas en los dos primeros y apartamentos en los
dos superiores– que posee una de las fachadas de mayor gracia en su entorno, a la par de un ático re-
tranqueado respecto a sus linderos, de luminosa espacialidad. La obra de Auñón, poco divulgada, se
realiza en apenas 6 años de práctica antes de su migración definitiva a México y constituye uno de los
capítulos más relevantes de la modernidad regional.27
248|MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |249
19. 4.6
La aplicación del modelo trujillista de equipamiento público
Henry Gazón Bona (1909-1982) regresa de París hacia 1930 y al poco tiempo se personifica como el Estatua de Rafael Leonidas Trujillo,
hoy inexistente, en el plinto frente al
autor más cercano al régimen hasta su “caída en desgracia” en 1954, justo al entregar la monumen- Monumento a la Paz de Trujillo, Santiago.
Henry Gazón et al, 1944. Foto Max Pou.
tal residencia diseñada y construida para el dictador con recursos de sus adláteres en el Cerro, San
Alzado y plantas de la residencia conocida
Cristóbal, la provincia natal de Trujillo. Esta obra última ejemplifica el ecléctico gusto de su autor, en
como Casa Vapor. Calle Francia esquina
realidad más cortesano –músico, astrónomo, decía su tarjeta de presentación– que arquitecto. Reali- Dr. Delgado, Gazcue, Santo Domingo. 1945.
Henry Gazón. Archivo Enrique Penson.
za para muchas instituciones públicas sus edificios: liceos, estaciones de policía, escuelas secunda-
rias, iglesias, monumentos conmemorativos y todos los edificios para el Partido Dominicano. La ciu-
dad de San Cristóbal posee una larga ruta de edificios públicos de Gazón: el Hotel, la Iglesia –donde
fue llevado el cadáver de Trujillo antes de su periplo hacia París–, el Partido Dominicano, el Liceo Mu-
sical, la Escuela y muchos otros espacios públicos más. Su Monumento a la Paz de Trujillo, en San-
tiago de los Caballeros, sigue siendo hoy, una de las huellas indelebles de esa ciudad mediterránea en
la geografía dominicana. Un símbolo representativo, más ícono que edificación, como su incierto des-
tino ha comprobado, al no responder a un programa funcional que le sostenga en el tiempo. Proba-
blemente el único programa de infraestructura militar que ha llevado a cabo el país en la frontera con
Haití se debe a Gazón, quien ejecuta los puestos de mando fronterizos en Elías Piña y otras localida-
des, además de múltiples fortalezas en Ciudad Trujillo y en las principales ciudades. Entre sus obras
memorables se encuentra la primera, su renombrada y hoy lamentablemente maltratada Casa Vapor,
de 1936, “...cuyas airosas líneas marineras campeaban sobre un apacible mar de grama. Con su proa
al oriente, la rara nave oteaba el horizonte”, escribió Gimbernard sobre ésta.28
En una de sus notas documentadas en el Centro de Inventario de Bienes Culturales, Nerva Fondeur nos
cuenta: “La ‘casa vapor’ ubicada en terrenos propiedad de su padre Louis Gazón, llegó a recibir más de
7,913 firmas de visitantes nacionales y extranjeros, apareciendo reseñada en abril de 1939 en el periódi-
co The Sunday Star de Washington en la sección titulada ‘Strange as it seems’ bajo la firma de John Hix.
En 1939 se reúne en ésta el ‘Comité Pro Asociación de Ingenieros y Arquitectos’ eligiendo una directiva
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |251
20. Puesto de vigilancia militar en la frontera Foto de época de la Casa Vapor.
con Haití. c. 1938. Henry Gazón. Calle Francia esquina Dr. Delgado, Gazcue,
Archivo DoCoMoMo Dominicano. Santo Domingo. 1945. Henry Gazón.
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
Edificio sede del Partido Dominicano
en Santiago de los Caballeros c. 1950. Escorzo sureste del edificio para el Partido
Henry Gazón. Foto OGM. Dominicano en el Ensanche La Fe, Santo
Domingo. c. 1950. Henry Gazón. Foto OGM.
Iglesia de San Cristóbal realizada por Gazón
en un eclecticismo barroco alucinante. Otra de las múltiples edificaciones erigidas
Foto Ricardo Briones. en todo el país para las sedes del Partido
Dominicano. Henry Gazón. Archivo OGM.
Henry Gazón Bona. Foto Archivo DoCoMoMo
Dominicano/ Estudio prospéctico del edificio
para el Partido Dominicano en el ensanche
Edificio sede del Partido Dominicano en la
La Fe, Santo Domingo. c. 1950.
avenida George Washington, Santo Domingo,
Henry Gazón. Foto OGM.
actual sede de la Secretaría de Estado de
Cultura. c. 1945. Henry Gazón. Foto OGM.
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21. Palacio de Justicia, Ciudad Nueva, provisional integrada por Eduardo Soler, Rafael Bonelly, Marcial Pou, Humberto Ruiz Castillo, Mario Llube- manual de diseño urbano de 68 páginas de sorprendente actualidad. Pero es, sin lugar a dudas, el eru- Interior del Mercado Modelo de la ciudad de
Santo Domingo. 1944. Mario Lluberes. Santo Domingo. Henry Gazón y José Ramón
Archivo DoCoMoMo Dominicano. res, Leo Pou Ricart, Juan de la Cruz Alfonseca y José Antonio Caro, entre otros. Años después la edifica- dito estudio de Erwin Walter Palm (1910-1988), sobre Los Monumentos Coloniales de La Española,31 Báez Lopéz Penha. c.1944. Foto Max Pou.
Parque en San Cristóbal, ciudad natal del ción fue denominada ‘Victoria”. publicado en 1955 por la Universidad de Santo Domingo (USD) después de haber ensayado con múlti- En primer plano, el arco que domina la
Presidente Trujillo, dotada de toda suerte entrada principal a San Juan de la Maguana.
Otras obras también notables de Gazón, hechas en colaboración con otros profesionales, son el moder- ples artículos previos este importantísimo tema, el más autorizado estudio sobre la arquitectura colonial
de equipamientos públicos. Henry Gazón. Al fondo, el edificio del ayuntamiento.
Archivo DoCoMoMo Dominicano. no Matadero Municipal y el Mercado Modelo de la avenida Mella, estructura de hormigón armado ele- dominicana producido hasta el momento. La consulta frecuente de estos dos tomos de docto análisis y Autor no identificado.
Foto Ricardo Briones.
Planta del Palacio de Justicia, Ciudad Nueva, gantemente abovedada inspirada en tipologías francesas propias del momento, en asociación con el Ing. densa academia es inevitable hasta el día de hoy.
Santo Domingo. 1944. Mario Lluberes. El profesor Erwin Walter Palm y el arquitecto
Archivo Enrique Penson. José Ramón –Moncito– Báez López-Penha (1909-1995). El Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, construido hacia 1944, fue diseñado por Mario Lluberes pa- Eugenio Pérez Montás, en una de sus visitas
a Santo Domingo en 1974.
Gazón, quien logró sostener una de las oficinas profesionales más grandes del país, tiene el mérito de ra el Ing. Rogers dentro de ese estilo academicista, despojado de toda ornamentación, excepto
Archivo Pérez Montás.
haber publicado, si bien casi clandestinamente ya que fue retirado de las prensas antes de su distribu- aquella motivada por los mensajes simbólicos del régimen. Esta obra de Lluberes, que contó con la
ción, el único volumen dedicado a reseñar las obras –en realidad sus obras– ejecutadas durante el man- ayuda de Guillermo González, según se evidencia en su firma calzada en una de las perspectivas pu-
dato de Trujillo. Este singular libro, proscrito por el régimen por razones desconocidas, explica los ele- blicadas en el album de 1937, contrasta con su moderna obra para el edificio Buenaventura, situa-
mentos característicos de la arquitectura de Trujillo, el motivo de su estilización, y sintetiza, a grandes ras- do a apenas dos cuadras de distancia, en la avenida Independencia entre las calles Danae y la Dr.
gos, la visión que sobre El Jefe y su programa de gobierno, poseían Gazón y probablemente muchos de Delgado.
sus colaboradores cercanos. Del epílogo del insólito libro de Gazón se extrae esta cita: “Y así, sin recu-
rrir a exotismos desdicentes de nuestro medio, ni buscar en el África francesa por razones de similitud
climática su inspiración, se ha decidido por lo más apropiado: por un neoclásico propio, de sencilla ins-
piración que ofrece esta doble ventaja: a) La persistencia de las líneas por encima de los caprichos y vai-
venes de las modas y corrientes al uso. b) La flexibilidad que el neoclásico ofrece para expresar filosófi-
camente la raíz de nuestra cultura que, como nuestra raza, proviene de la imposición de una, de adita-
mentos ajenos y de la extinción de otra”.29
La Arquitectura Dominicana en la Era de Trujillo, album n.1 es una excepción a esa resistencia literaria
común en los arquitectos de la época. Sólo otro arquitecto practicante produce un libro de texto sobre
Urbanismo30 de particular calidad. José Antonio Caro escribe en formato mimeo y publica en 1942 este
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