Duclaz era un perro callejero que vivió en Bogotá durante 10 años. Tuvo una vida difícil después de que su madre muriera y sus hermanos fueran asesinados, pasando hambre y sufriendo maltrato. En sus últimos años de vejez ya no podía valerse por sí mismo, pero fue rescatado de una perrera que lo iba a matar y adoptado por un hombre compasivo que lo cuidó hasta el final de sus días.

1. Sebastián Quecán
Antiago Velez
Federico Joya

2. Duclaz:
Duclaz era un perro que vivía con su familia,
era un perro callejero, siendo uno de siete
hermanos.

3. Cachorro
De cachorro gozaba de todas las cosas que
puede adquirir un perro callejero, al principio
era muy querido y apreciado por las personas.

4. Cachorro
El se alimentaba de los desperdicios de un
restaurante ubicado en el centro de la ciudad
de Bogotá.

5. Cachorro
Duclaz empezó a madurar a volverse adulto, su
madre murió en una accidente y tuvo él mismo
que salir por su alimento, murieron 4 de sus
hermanos.

6. Cachorro
Después de algún tiempo empezó a alejarse de
sus hermanos, posiblemente se había cansado
de estar en un mismo lugar.

7. Juventud
Después de su partida , hacía lo que todo perro
hace: comer, dormir y muchas veces hacer
ejercicio. Recorría las calles del pueblo sólo y
sin ninguna compañía.

8. Juventud
Descansaba cerca de un súper mercado, donde
habían unas cajas y costales, además la mayoría
de veces encontraba comida (desperdicios).

9. Juventud
Vivió así durante 6 años. Su especie vive
aproximadamente 10 años , es decir ya había
acabado su juventud… había sufrido desprecios,
golpes y muchas cosas negativas.

10. Vejez
A partir de su octavo año de vida, ya era muy
pesado, para hacer lo que hacía antes… Así que
literalmente no hacía nada.

11. Vejez
El futuro de este perro ya no podía ser peor que
una muerte demasiado trágica. Posteriormente fue
capturado por una perrera que lo condenó a
muerte.

12. Final
A pesar de ser atrapado por la perrera , un
hombre vio su cruel captura decidiendo
adoptar al perro por el resto de vida que le
quedaba, así Duglaz terminó feliz.

13. Fin