2. En el hinduismo
Según el Baghavad Gita se cree que el alma de la
persona que ha muerto está en un camino hacia el
siguiente nivel de existencia en ese tiempo. Desde la
perspectiva hinduista, toda la vida es una preparación
para la muerte y el más allá.
Kali, consorte de Shiva el dios de la destrucción, es la
diosa de la muerte, el tiempo y el cambio. Es
importante resaltar estos últimos dos atributos,
porque en la concepción hinduista, la muerte se ve como
una transición a otro estado existencial; el cuerpo
entonces es sólo una vasija que contiene el alma
transitoriamente.
La cremación es el método funerario preferido por los
hinduistas a fin de liberar al alma de su existencia
terrenal. Los hinduistas creen que el cuerpo astral
permanecerá mientras el cuerpo físico esté visible. Si el
cuerpo no se crema “el alma permanece cerca por
semanas o meses”.
3. En los Romanos
A partir del siglo III d.C Y en especial durante
la tardoantigüedad, con la extensión del
cristianismo, aparecerá una nueva creencia en
la existencia de una vida después de la muerte
y que no ofrecía una salvación individual como
en el paganismo, sino una salvación colectiva.
Durante los primeros siglos se cree que la
incineración fue lo más usual. Sin embargo a
comienzos del siglo V a.C era la inhumación la
forma más utilizada, pero a finales de la
República la incineración convivió con la
inhumación. Según Lucrecio, además de la
incineración y la inhumación, existía otro rito,
el embalsamiento , utilizado en Egipto
4. En los Hebreos
El hebreo auténtico no es un teólogo. Él no
extiende su concepción del origen hasta el
principio de una creación ex nihilo. Pero su fe
pragmática y coherente, que dimana de la
primera afirmación bíblica, es suficiente para
apartarlo de la idolatría y sus perversas
consecuencias, como el sacrificio humano o la
prostitución sagrada. Aunque la Biblia no
justifica la aparición de la vida, un creyente
como el salmista ve en ella un acto de amor
gratuito y de misericordia infinita. Dentro de
este espíritu, la aparición del hombre es
totalmente milagrosa. ¡El milagro es existir y
tomar conciencia de ello! En fin, esta creación
no es entendida como una degradación de lo
divino, sino como la base de una alteridad
total.
5. En el Medievo , en el Renacimiento y
en el Barroco
El hombre medieval concibe la vida
como un valle de lágrimas. La muerte
era considerada muchas veces como
la liberación del hombre.
El hombre renacentista concibe la
vida como una etapa en la que hay que
disfrutar antes de que llegue la
muerte.
Para el hombre del Barroco la vida
se convierte en pesimismo y
desengaño; el hombre ve el mundo
como un conjunto de falsas ilusiones