La formación de la conciencia moral en la infancia y la importancia de las normas
1. Durante su primera infancia el niño está centrado en sí
mismo, quiere todo de inmediato sin importarle ni los
demás ni lo que le conviene. En este momento de la vida
las normas sólo tienen sentido como algo externo dado
por los padres para regular, por un lado, la convivencia
con los demás y por el otro, lo que le conviene al niño. De
esta manera comienza a aprender estos límites por sí
solo, a distinguir lo que debe y no debe hacer.
Las razones que mueven a un niño a actuar
correctamente, no son propiamente morales. Los motivos
para cumplir con las reglas son: el miedo al castigo, a la
sanción, o el temor a perder algún privilegio o a que los
adultos se pongan bravos. Poco a poco irá entendiendo o
asimilando razones.
2. El surgimiento, en el niño, de una conciencia de las normas, se podrá
observar cuando da razones como por ejemplo que no hace algo por respeto
a los demás, que algo no es de él y por eso no lo debe tomar, porque no
quiere hacer daño a otro y otras razones de este estilo.
Es obvia la extraordinaria importancia que tienen los padres en la formación
de esta conciencia del por qué de las acciones, que va desde la apropiación
de las simples normas de convivencia y de conveniencia, hasta la de las
normas de contenido más específicamente basadas en valores morales.
Para darnos cuenta de esto es importante reflexionar sobre nuestra propia
historia personal, y reconstruir los aspectos significativos de este complejo
proceso que nos sirven para iluminar nuestros criterios actuales como
padres frente a nuestros hijos.
3. Elementos para la Discusión
Las siguientes preguntas los llevan a
reflexionar sobre las relaciones que cada uno
vivió de niño con sus padres en el proceso de
construcción de las normas.
1.- ¿Qué situaciones “sacaban de quicio” a
mis padres en su relación conmigo?
-¿Qué hace mi hijo para llevarme a perder la
paciencia con él?
4. Elementos para la reflexión
Sobre la necesidad de establecer normas
Si el echo de ser sujetos sociales, y de estar siempre en vías de
formación y crecimiento, hace necesario que cumplamos
ciertos requisitos que nos permitan la convivencia, con mayor
razón los niños que están indicando este proceso.
Así las normas son necesarias porque:
• Son límites que organizan las acciones en la forma de comer,
de comportarse, de relacionarse con los demás.
• Canalizan la energía del principio del placer.
• Establecen los principios de convivencia del niño con el grupo
familiar, y con el de sus compañeros.
• Ayudan en el proceso de independencia y autonomía.
• Posibilitan el crecimiento personal.
• Permite que el niño se reconozca como persona única y
distinta, al actuar como debe por conciencia propia y no por
que lo obligan.
Facilitan el disfrute de la vida.
5. Aceptación de las normas
Los niños y adolecentes aceptan las normas cuando:
• Provienen de quien se a ganado la autoridad a
través del afecto, la justicia y la confianza.
• Se transmiten con seguridad, claridad, y
congruencia.
• Son comprensibles y están de acuerdo con sus
necesidades.
• Permiten el intercambio de puntos de vista,
desarrollando en el niño y el adolescente la
capacidad de ponerse en el lugar del otro, de
analizar y cuestionar, sin que por ello falte firmeza
y seguridad en la transmisión de la norma.
• Aumenta la conciencia de la libertad al saber que
hacen las cosas que se deben hacer por decisión
propia.
6. Carácter obligatorio de las normas
Una de las características básicas de las normas
es que han sido dadas para ser cumplidas
obligatoriamente; se debe prever un correctivo, en
caso de incumplimiento y como consecuencia de la
ruptura de un acuerdo o compromiso aceptado
previa y mutuamente.
Por ejemplo: una familia puede existir la norma de
que los niños solo pueden salir a jugar después de
haber echo las tareas y la sanción, en caso de
incumplimiento es la de no salir a jugar al día
siguiente. De esta manera el niño entiende que el
incumplimiento de una norma trae consigo una
consecuencia, que es el correctivo.
7. Es fundamental que el niño o adolecente
conozca claramente cuales son las
consecuencias de sus actos; que lo que se
quiere corregir es una falta, y que por ello no
disminuye el afecto hacia el; esto aumenta la
confianza hacia sus padres y hacia si mismo.
De esta manera es clave transmitir el espíritu
de la norma, ya que si el niño o adolecente no
la entiende, ni le ve su beneficio, ni la
interioriza, ni la cumple. La razón de ser de
la norma, es pues, la convivencia para el
sujeto y para el grupo.
8. Las normas son positivas
-No violentan.
cuando:
-Permiten la posibilidad de corregir y acertar.
-Se comunican y se explican con claridad.
-Permiten el desarrollo de la organización y la
autonomía.
Las normas son sabias cuando:
-Son justas y comprensibles.
-Se asimilan como algo propio, de conveniencia
para la persona.
Las normas son eficaces cuando:
-Se comprenden y en consecuencia se
interiorizan.
9. El Principio de autoridad
Un sano principio implica un criterio que sea capaz de imponerse
en un momento dado por el bien del niño o del adolecente.
La autoridad exige obediencia, pero no por esto debe
confundírsela con alguna forma de poder o violencia. Toda
forma sana de autoridad, para obtener obediencia, debe
excluir cualquier forma de fuerza o coacción externa.
Por esto se puede decir que la autoridad falla cuando hay
necesidad de la fuerza, como ene l caso del autoritarismo, que
es la ausencia de autoridad. Puede derivarse de lo dicho que
la autoridad se gana.
Exige, en el caso de los padres y maestros, que se hagan
respetables, es decir dignos de respeto por parte de sus hijos
o alumnos para no tener que imponer sus autoridad a la
fuerza, o mejor, para que no tenga que recurrir a la fuerza
porque pierde su autoridad.
10. REFLEXIONEMOS
Cuando establecemos normas para nuestros hijos o
alumnos…
• ¿En función de qué lo hacemos?
• ¿Para evitarnos molestias?
• ¿Para inculcar hábitos de comportamiento social?
• ¿Para inculcar en ellos valores morales?
Cuando un niño renuncia a su mal comportamiento y
obedece…
• ¿A cambio de qué lo hace?
• ¿Le ofrecemos alternativas?
• ¿Son esas alternativas consecuentes con lo que
11. RECORDEMOS
La norma es una restricción que organiza el
proceso de socialización en el niño.
Esta debe producirse antes de la
individualización, así como el ejercicio de la
libertad no puede comenzar antes de que se
hayan impuesto y aceptado ciertas
restricciones, porque…
“Se puede vivir de muchos modos pero hay
modos que no dejan vivir”.
F. Savater., Ética para Amador.
12. Es muy difícil establecer en que momento
el niño entiende una norma, lo que sí es
claro es que el niño nace sin hábitos de
organización, ni normatividad para la
socialización.
Para que los buenos hábitos, y los usos
para la convivencia con otros se
generen en un principio, es necesario la
constricción externa; porque a los
niños siempre se les deben decir las
razones de las acciones y de los
limites, habrá momentos en que el niño
necesita que le marquen el punto
hasta donde puede llegar. Esto debe
hacerse con sabiduría y prudencia por
parte de los padres o maestros, de tal