2. Los chifladitos
Se trata, en realidad, de uno de los sketches del programa
Chespirito. Pero Los chifladitos se han ganado el cariño del
público hasta formar una Santísima Trinidad Chespiritesca junto
con El chavo y El Chapulín.
3. Los chifladitos
Cuando Alfredo Casero, Peter Capusotto y otros brujos se hallaban
todavía en pañales, ya Chespirito y sus secuaces hacían humor
absurdo. ¿Y qué mejor manera de encarnar el absurdo que a
través de dos personajes cuya lógica se ha desquiciado?
4. Los chifladitos
Los chifladitos nos recuerdan un poco las palabras de Jorge Luis
Borges respecto a Saki: “Con una suer te de pudor, Saki da un
tono de trivialidad a relatos cuya íntima trama es amarga y
cruel. Esa delicadeza, esa levedad, esa ausencia de énfasis
puede recordar las deliciosas comedias de Wilde ”.
5. Los chifladitos
¿Pues no hay en Los chifladitos, después de todo, la tragedia de dos
almas rotas, de dos destinos truncos por no se sabe bien qué,
condenados a repetir eternamente rituales sin sentido?
6. Los chifladitos
Uno de los leit-motiv, el “dígame licenciado”, ¿es sólo un juego de
palabras o es la íntima confesión de un fracaso o de un sueño
trunco? ¿Qué significa la “chiripiolca”?
7. Los chifladitos
Por otro lado, siempre mueve a risa la implacable lógica del
demente, ajena a toda convención lingüística o cultural (- Señor
Barriga: “Discúlpeme, don Chaparrón, pero los negocios son los
negocios” - Chaparrón: “Sí, y las alcachofas son las alcachofas”).
8. Los chifladitos
En resumen, Los chifladitos, tal vez la más amarga de las
creaciones del genial Chespirito, merece un lugar especial en la
historia de nuestra comedia.