1. NIÑOS AUTISTAS
El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por graves déficits del desarrollo,
permanente y profundo. Afecta la socialización, la comunicación, la imaginación, la
planificación y la reciprocidad emocional, y evidencia conductas repetitivas o inusuales.
Los síntomas:en general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las
estereotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad, generalmente las manos).
Con el tiempo, la frecuencia de estos trastornos aumenta (las actuales tasas de incidencia
son de alrededor 60 casos por cada 10.000 niños); debido a este aumento, la vigilancia y
evaluación de estrategias para la identificación temprana, podría permitir un tratamiento
precoz y una mejora de los resultados.
El bebé autista puede pasar desapercibido hasta el cuarto mes de vida; a partir de ahí, la
evolución lingüística queda estancada, no hay reciprocidad con el interlocutor, ni aparecen
las primeras conductas de comunicación intencionadas (miradas, echar los brazos,
señalar...).
Las características:
Lenguaje nulo, limitado o lo tenía y dejó de hablar.
Ecolalia, repite lo mismo o lo que oye (frases o palabras).
Parece sordo, no se inmuta con los sonidos.
Obsesión por los objetos, por ejemplo, le gusta traer en la mano un montón
de lápices o cepillos sin razón alguna.
No tiene interés por los juguetes o no los usa adecuadamente.
Apila los objetos o tiende a ponerlos en línea.
No ve a los ojos, evita cualquier contacto visual.
No juega ni socializa con los demás niños.
No responde a su nombre.
Muestra total desinterés por su entorno, no está pendiente.
No obedece ni sigue instrucciones.
Pide las cosas tomando la mano de alguien y dirigiéndola a lo que desea.
Evita el contacto físico.
No le gusta que lo toquen o carguen.
Aleteo de manos (como si intentara volar) en forma rítmica y constante.
Gira o se mece sobre sí mismo.
Se queda quieto observando un punto como si estuviera hipnotizado.
Camina de puntitas (como ballet).
No soporta ciertos sonidos o luces (por ejemplo, la licuadora o el
microondas).
Hiperactivo (muy inquieto) o extremo pasivo (demasiado quieto).
Agresividad y/o auto agresividad (se golpea a sí mismo).
Obsesión por el orden y la rutina, no soporta los cambios.
2. Se enoja mucho y hace rabietas sin razón aparente o porque no obtuvo
algo.
Se ríe sin razón aparente (como si viera fantasmas).
Comportamiento repetitivo, es decir, tiende a repetir un patrón una y otra
vez en forma constante.
Posibles Causas
La mayoría de los investigadores están absolutamente convencidos de que la causa es
biológica y no psicológica. Bernard Rimland, en su libro " Autismo Infantil" (1965) ya citaba
las siguientes evidencias del origen biológico en contra de la idea de que los padres son
los causantes del autismo de los hijos:
• Algunos niños claramente autistas nacen en familias cuyos padres no se pueden
encuadrar en el supuesto perfil de personalidad de "padres de autistas".
• Otros padres que sí tienen ese perfil supuestamente patógeno tienen casi
invariablemente hijos normales y no autistas.
• Con muy pocas excepciones, los hermanos de autistas son normales.
• Los niños autistas tienen comportamiento inusuales "desde su nacimiento"
• Hay una incidencia constante de 3 o 4 niños por cada niña autista
• Prácticamente en todos los casos de gemelos monocogóticos que de los que se
tiene constancia bibliográfica, el autismo afecta a ambos niños.
• En niños con daños cerebrales orgánicos constatados, pueden reproducirse
parcialmente o totalmente los síntomas típicos del autismo.
• La sintomatología es específica y muy diferenciada.
• No existe una graduación continua de casos desde la normalidad al autismo
profundo.
Existe todavía una controversia sobre las diferencias neurológicas entre los cerebros de
los autistas y los del resto de la población. Sin embargo, se aprecian evidencias obtenidas
con autopsias, scanners PET (Tomografía por Emisión de Positrones) y MRI (Resonancia
Magnética) de que hay cambios celulares sutiles en los cerebros de autistas. La
incidencia creciente de crisis epilépticas (20-30% desarrollan crisis en la adolescencia)
también apunta a la existencia de diferencias neurológicas.
Las relaciones del niño autista con su entorno y su ambiente social.
Algunos estudios relacionan el autismo con una falta de afectividad en la infancia. En
ocasiones, se ha relacionado el autismo con una educación sostenida por padres
distantes, fríos y demasiado intelectuales.
Deficiencias y anormalidades cognitivas.
Parece existir alguna base neurológica en el desarrollo de esta enfermedad, aunque no
está demostrada.
3. Procesos bioquímicos básicos.
Se ha encontrado un exceso de secreción de serotonina en las plaquetas de los autistas.
¿Existe tratamiento?
La educación especial es el tratamiento fundamental y puede darse en la escuela
específica o bien en dedicación muy individualizada ("Maternage"). Se puede recurrir a la
psicoterapia, aunque los resultados son escasos debido a que el déficit cognitivo y del
lenguaje dificultan la terapéutica. El apoyo familiar es de gran utilidad. Los padres deben
saber que la alteración autista no es un trastorno afectivo relacionado con la crianza. Es
recomendable buscar y mantener contactos con asociaciones para padres de niños
autistas. Hay que considerar también el tratamiento farmacológico, que deberá estar
indicado por un médico especialista.
¿Se puede curar el autismo?
El autismo no tiene curación. Es un síndrome que definió en 1943 un psiquiatra de origen
austriaco llamado Leo Kanner. Hoy en día, 50 años después, aún no se conocen las
causas que originan esa grave dificultad para relacionarse. Se calcula que unos 350 niños
en la Comunidad de Madrid conviven con el síndrome.