El documento explica que los objetivos de la investigación deben ser sencillos, precisos y claros para poder alcanzarse. Existen objetivos generales, que expresan una intención global de largo plazo, y objetivos específicos, que establecen intenciones más concretas y medibles que ayudan a alcanzar los objetivos generales. Los objetivos deben estar claramente expresados para evitar confusiones y tener sentido con la problemática que se investiga.