El documento argumenta que los inmigrantes indocumentados (llamados "intrusos") no tienen derecho a vivir ilegalmente en los Estados Unidos y violan las leyes de inmigración. Defiende que quienes apoyan el cumplimiento de las leyes de inmigración no son antiinmigrantes. También critica a los medios de comunicación hispanos y a algunos abogados de inmigración por defender a los inmigrantes indocumentados y llamar antiinmigrantes a quienes se oponen a la inmigración i
1. LOS INTRUSOS
Tenemos el derecho y el deber de proteger nuestras fronteras.
Si no conoces la razón por la cual necesitamos hacerlo,pregúntalealos
“nativos”que les sucedió,cuandofueron invadidos porIntrusos.
Para iniciar este artículo, debemos aclararel correcto significado de la pala-
braIntruso.
Según el diccionario, Intruso se aplica a la persona que se ha emplazado en
un lugar, sin derecho o autorización, por lo cual utilizaremos dicha palabra,
para denominar a quienes, sin derecho o autorización, se han ubicadoen los
Estados Unidos de Norteamérica, y con una desfachatez inaudita reclaman
derechos que la ley no les otorga.
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2. Me llama mucho la atención que últimamente, buscando que los Intrusos
contribuyan a incrementar el volumen de sus “ratings”, muchos medios de
comunicación de habla hispana; radial, escrita y televisiva, han desatado una
feroz campaña, en la cual tildan de xenofóbicos y anti inmigrantes a cuantos
se oponen al asentamiento en territorio de los Estaos Unidos,de personas
que sin derecho ni autorización, burlándose de nuestras leyes de inmigra-
ción, se han ubicado en territorio norteamericano, en su gran mayoría por
su frontera sur.
En primer lugar, en este generoso País fundado por inmigrantes, no conozco
una sola persona u entidad que seaanti inmigrante, especialmente los que
hemos ingresadolegalmente, cumpliendo todas las leyes y requisitos esta-
blecidos.
En otras palabras, quienes deseamos que se cumplan las leyes, no somos
anti inmigrantes, sino anti-Intrusos que estamos definitivamente en favor
de la inmigración, siempre y cuando sea lícita, ordenada yLEGAL.
No creo que ninguna persona en sus cabales,permitiría que cualquier des-
conocido se introdujera en su casa sin permisoy pretendiera vivir en ella sin
su autorización.
Si los auto proclamados voceros de losIntrusos, estiman lo contrario, por
favor publiquen en los medios que respaldan sus opiniones las direcciones
de sus hogares,para que muchos desamparados puedan tomar refugio en
ellas,naturalmente, sin ser molestados o expelidos.
El Sr. Felipe Calderón, Presidente de México, reclama con venencia, que
tenemos la obligación de ofrecerles a sus Intrusos conciudadanos, el benefi-
cio de vivir en nuestro País, pero sin embargo en el suyo, donde existe una
criminalidad fuera de control, y una corrupción rampante en todas las esfe-
ras oficiales, se expulsa, persigue, maltrata, veja, roba, viola y asesina, a los
ciudadanos de otras naciones que osen penetrar su país, y sus leyes son las
más anti inmigrantes de todo el planeta.
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3. El Sr. Calderón culpa también a los Estados Unidos por la extrema violencia,
crimen y tráfico de drogas en su nación, aduciendo con falacia que si en el
nuestro no se consumieran drogas, en el suyo no habría tráfico de ellas ni
crimen organizado. En otras palabras, nosotros somos los culpables de to-
dos los problemas que él no quiere, puede,ni sabe resolver en su propiopaís.
En el caso de los Intrusos que vienen al nuestro, ya sea cruzando fronteras
subrepticiamente o por otros medios ilegales, como utilizando visas de turis-
tas, o haciéndose invitar por familiares o conocidos con el único propósito
de quedarse, no tienen el más mínimo derecho a hacerlo, para una vez de-
ntro, disfrutar de los trabajos y beneficios reservados para los ciudadanos y
residentes legales.
También existenalgunos abogados de inmigración que nos llaman“anti inmi-
grantes”, pero su único objetivo es obtener honorarios de los Intrusos, no
preocupándoles la situación de otros “inmigrantes”, que sufren grandes pe-
nurias, como los cubanos ubicados en el Ecuador.
Los más perjudicados son quienes obedeciendo las leyes de Inmigración, es-
peran pacientemente sus visas legales, y cuando arribanno encuentran tra-
bajo, porque éstos están ocupados porIntrusos.
Los “voceros de la ilegalidad” aducen que los Intrusos contribuyen al pro-
greso de la Nación, pagando impuestos al efectuar sus compras, pero en
realidad, una substancial parte de sus salarios son remitidos a familiares en
sus países, creando una enorme fuga de divisas, que van a engrosar las ar-
cas, no de nuestras comunidades, (que serían revertidos en servicios que
ellos mismos disfrutan), sino los de sus países de origen.
Esos voceros de la ilegalidad claman por una ley que les permita a los viola-
dores trabajar ypermanecer en el país, lo cual no sería otra cosa que una
Amnistía, no teniendo en cuenta, que en el pasado ya se les dio la oportuni-
dad a otrosIntrusos de legalizar su estado inmigratorio.
Hay que preguntarse, ¿Cuántas veces, vamos a pasar por ese proceso?
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4. Tan culpables como los Intrusos, son los empleadores,que los contratan pa-
ra explotarlos, sobre los cuales debe caer todo el peso de la ley, en primer
lugar por contratar ilegalmente personas que carecen de todo derecho a
trabajar en nuestro país, y en segundo lugar, por esquilmarlos, pagándoles
salarios miserables, por debajo del mínimo establecido.
A todo lo anterior hay que añadir que muchos de esos Intrusos pertenecen a
las rampantes pandillas de narcotraficantes al sur de nuestra frontera.
Otra forma de Intrusiónproviene de los chinos,que ahogan nuestra econom-
ía con mercancías baratas y de pésima calidad, fabricadas en su país por
mano de obra esclava, lo cual ha eliminado la casi totalidad de nuestra pro-
ducción nacional de bienes de consumo, creando un enorme desempleo en
nuestra nación. Como si eso fuera poco, nos prestan el dinero obtenido,
endeudándonos y comprometiendo el futuro de muchas generaciones veni-
deras.
También, nuestros peores enemigos, los terroristas Islámicos se beneficiar-
ían, infiltrando nuestro suelo si no cerramoscompletamente nuestras fron-
teras, y expulsamos de nuestro país a todos losIntrusos.
Los que hemos venido a formar parte de esta gran Nación por vías líci-
tas,estamos en la obligación delevantar nuestras voces, para que no contin-
úe esa campaña de aviesa desinformación que nos tilda de xenofóbicos so-
lamente por desear que las leyes se cumplan, impidiendo que esta gran Na-
ción, que nos ha dado tantas oportunidades sea destruida por INTRUSOS.
Richard F. De La Rosa
Richard F. De la Rosa se adjudica y reserva todos los derechos de autor.
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