2. Apreciar los procesos alcanzados por los alumnos, en términos de conducta adquirida de acuerdo con los patrones deseables formulados en los estándares. Determinar el grado de eficiencia de los planes, programas, políticas docentes e instrumentos pedagógicos empleados en la enseñanza para introducir los cambios o ajustes convenientes.
3. Estimular las aptitudes y analizar los intereses del estudiante hacia diversas actividades del saber. Desarrollar en el alumno la capacidad de autocritica para conocer y analizar de manera adecuada sus potencialidades y limitaciones en su proceso de formación.
4. Contribuir a forjar la personalidad del educando mediante la participación activa en su propio aprendizaje y desarrollo de su responsabilidad personal. Promover la capacidad creadora y crítica del estudiante desde una perspectiva ética, analítica, constructiva y argumentativa.
5. Favorecer el proceso de interacción entre el educador y el educando, y, la participación de estos en los procesos de evaluación del desarrollo humano integral. La evaluación como una de las metas fundamentales proporcionar toda información básica que permita un acertado conocimiento sobre el grado de formación