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MIRTHA LEGRAND
“No podrán decir que no les he dado mi vida.”.
La carrera de Rosa María Juana Martínez Suárez comenzó en Villa Cañás,
provincia de Santa Fe, el 23 de febrero de 1927. Junto con ella vino al mundo
su gemela, María Aurelia Paula Martínez Suárez, y había ya un hermano
mayor, José Antonio Martínez Suárez. Su padre murió en 1936. En 1939 y
1940, radicada la familia en Buenos Aires, las gemelas ganaron un concurso de
carnaval en Avda. de Mayo -en 1940 fue Rosa María-, lo que implicó una
aparición ante las cámaras en un vehículo Marshall, HAY QUE EDUCAR A
NINÍ (Luis César Amadori-1940). También había existido una conexión entre la
madre de las gemelas y Chas de Cruz. Los edulcorados artículos de internet
quieren que las hermanas hayan estudiado arte dramático, primero en Rosario
y luego en Buenos Aires. En verdad hubo clases de recitado y danzas
españolas. En la Academia Gaete se encontraron con Lolita Torres. La madre
de las gemelas consiguió que Ricardo Cerebello se convirtiera en
representante de las jóvenes promesas. Cerebello era un antiguo actor y
músico que venía trabajando en el medio desde fines de los años 20 en roles
ínfimos hasta que descubrió las ventajas del diez por ciento. La rebautizada
-por Cerebello- Mirtha Legrand comenzaría su largo romance con el espacio
audiovisual argentino. En un comienzo, los Mentasti y Amadori vieron la
posibilidad de envasarlas juntas. El realizador concibió, de este modo, SOÑAR
NO CUESTA NADA (1941). Casi simultáneamente y en LUMITON, la presencia
de la adolescente de 14 años había llamado la atención de Francisco Mugica,
quien la dirigió en LOS MARTES, ORQUÍDEAS (1941). Al parecer, Enrique
Serrano no la quería en una manufactura que le correspondía tanto a él como a
Juan Carlos Thorry. Las gemelas también habían pasado, según Mirtha,
raudamente por NOVIOS PARA LAS MUCHACHAS (Antonio Momplet-1941) y
tanto, que ni Silvana Roth ni Homero Cárpena ni el investigador las recuerdan
en esa manufactura. .
Tuvo tres hermanas en la película de Mugica: Zully Moreno, la mayor, Nury
Montsé, la más desenvuelta y Silvana Roth, la pérfida. Esta última recuerda
hoy día que “el rodaje fue divertido. Nosotras nos hallábamos en la época de
aprendizaje y la verdad es que mirar a aquellos característicos como Serrano,
Felisa Mary, Ana Arneodo y Juan Mangiante, observar de qué modo se movían
delante de la cámara, era una verdadera lección. Por supuesto, nadie sabía
que esa película iba a resultar tremendo éxito. Mirtha tenía pocos puntos de
contacto con el personaje. No era ninguna ingenua y ya resultaba altamente
competitiva”. La imagen Legrand, sin embargo, se impuso como la joven que
sueña con el Efraín de María -la novela de Jorge Isaacs- y lo encuentra en un
individuo bastante vulgar llamado Rosetto, a cargo de un impecable Juan
Carlos Thorry.
En aquellas películas había siempre una escena a la que podríamos
denominar el balcón de las flores. En la misma, la pareja estelar se entregaba
a los, en fin, efluvios amorosos. Mugica la usó aquí para que el impaciente
Rosetto se burlara de la niña que recita el poema sobre las flores y quiere
proseguir con el de las estrellas. A decir verdad, y mientras se esmera por el
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destino de su ropa alquilada, el tal Rosetto se muestra bastante impaciente con
la jovenzuela. Esta, a su vez, es objeto de burla de sus hermanas. Si las
intenciones de Mugica habían sido las de mostrar una de tantas comedias
amables a las que estaba acostumbrado, esta vez la presencia Legrand pudo
salirse del molde e imponer la moda de la ingenua.
Ese mismo año, María Duval haría lo propio en una manufactura mucho
más barata, CANCIÓN DE CUNA (Gregorio Martínez Sierra-1941). Años más
tarde, Delia Garcés diría que sólo había escuchado exclamaciones de sorpresa
en el cine argentino, ante la aparición en cuadro de Mirtha Legrand y de Pedro
López Lagar. Puede ser que tuviera razón. Para LUMITON, esta imagen
encarnaba a la adolescencia de la burguesía surgida en los años 30, asociada
a un país agroganadero -los reyes del durazno en lata-. Carecían de modales y
tampoco tenían un estilo propio, de manera que imitaron las figuras de la
revista El Hogar. En el caso de los estudios de Munro, la imagen anduvo
durante un lapso por los albañales de la cursilería. El poder de convicción de
María Duval trascendía el paupérrimo material que le brindaban. No era este el
caso Legrand.
Amadori no podía tomarse en serio el universo propuesto y SOÑAR NO
CUESTA NADA ofreció a las gemelas en lo que mejor sabía hacer este
realizador: la farsa. Que Legrand no tenía nada de ingenua y que, como dijo el
cámara y fotógrafo Pedro Marzialetti, “le descubrieron enseguida el lado pícaro”
puede rastrearse ya en esta manufactura de la SONO. Amadori le dio mucho
más metraje a Trencitas -la joven huérfana que se hace pasar por la
educadísima Silvia- y la rodeó con un elenco de valía: Francisco Álvarez,
Roberto Airaldi, Oscar Valicelli, Hilda Sour y Maruja Gil Quesada. La trayectoria
de la mejor farseuse que ha tenido el cine argentino comienza, precisamente,
en este vehículo donde Legrand es ya lo que no es y de ese modo se la vende
al público. Mostró, bajo la experta dirección de Amadori, una desenvoltura y un
alto grado de desfachatez que mitigaron el efecto de LOS MARTES,
ORQUÍDEAS. El realizador la seguiría viendo como una graciosa impostora
cuando catorce años después la dirigiera en el segundo episodio de EL AMOR
NUNCA MUERE. Y utilizando, además, el mismo código gestual.
Radio Splendid contrató a las gemelas y los memoriosos recordaban hasta
los años 60 de qué modo aullaban. La audición de marras se llamaba Mirtha y
Silvia: El club de la amistad. La madre y Cerebello no se habían decidido aún.
Aceptarían al sello que prometiera la seguridad de un contrato. La SONO se
quedó con Silvia y LUMITON con Mirtha, a quien contrataron por cinco años.
La niña María Aurelia Martínez, según rezan los créditos, estuvo en EFA en EL
MÁS INFELIZ DEL PUEBLO (J.L. Bayón Herrera-1941), pero en ese 1941 muy
ocupado no sabían aún cual sería su destino. Debieron cumplimentar para los
Mentasti CLARO DE LUNA (Luis César Amadori-1942), con toques de folletín y
menos exitosa que la primera aventura. No volverían a aparecer juntas hasta la
década del 60. Ella exigió, además, un puesto para su hermano en los estudios
de Munro. El problema es que en el segundo producto Mugica, EL VIAJE
(1942), un guión especialmente escrito por el dúo de LOS MARTES,
ORQUÍDEAS -Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari-, la ingenua se muere. “Creo
que el público no perdonó que lo desorientaran pensando que la enferma era la
3
madre”, admitió Aída Luz. “Resultaba un golpe bajo”. Por otra parte, es un
artefacto cuya estructura deja mucho que desear, con una puesta en escena en
exceso teatral y un muy maduro Roberto Airaldi como pretendiente. El público
lo había visto funcionar como su padre ficticio en la SONO.
En ADOLESCENCIA (Francisco Mugica-1942), su rol de Elvira estuvo por
completo subordinado al de Ángel Magaña, y Silvana Roth se encargó de
inyectar veneno como sólo ella sabía hacerlo. El problema es que el mundo de
los adolescentes masculinos tuvo mayor relieve y las jóvenes aparecieron
como aspirantes a amas de casa con un candidato seguro y de buen pasar.
ADOLESCENCIA puso al descubierto de manera cruda los mecanismos de no
pocas de las muchachas de la alta burguesía de aquellos años, sumidas en un
nirvana enfermizo, sin otra puerta de salida que un ventajoso casamiento.
Como si el tiempo no pasara, y con el objeto de demostrar que nuestros
sectores medios se mantenían imperturbables, Enrique Carreras volvió a filmar
este argumento con Palito Ortega-Evangeliza Salazar en 1966. Se llamó SU
PRIMERA NOVIA.
Donde dio muestras de haber progresado y mucho fue en EL ESPEJO
(Francisco Mugica-1943). Este producto, un verdadero texto-estrella, le
pertenece por entero y demostró que podía encargarse de llevar adelante un
argumento de los guionistas de siempre sin problemas. Frente a una hermosa y
experimentada Alicia Barrié -su hermana en la historia-, o con la obsesión
habitual por Roberto Airaldi, Legrand fue capaz de otorgar credibilidad a la
solterona que cría al sobrino -Jorge Salcedo-, fruto de amores clandestinos.
Mugica se preocupó bastante más por el relato, ubicado a fines del siglo XIX, y
obtuvo de ella un gran poder de persuasión. Luego, en cartel francés, cumplió
el deslucido rol de novia en SAFO, HISTORIA DE UNA PASIÓN (Carlos Hugo
Christensen-1943), el segmento menos interesante de esta película y rodado
de manera convencional.
Entonces sobrevino la catarata de roles pícaros, utilizando la terminología
de Marzialetti. De entre ellos, hay que advertir un serio fracaso como LA
CASTA SUSANA (Benito Perojo-1944), confeccionada por PAMPA FILM y en
un préstamo de LUMITON, sello con el que su madre mantenía verdaderas
batallas campales. A pesar de las críticas favorables, no fue aceptada por el
público en esta superproducción que contribuyó al hundimiento de PAMPA
FILM.
Pero en LA PEQUEÑA SEÑORA DE PÉREZ (Carlos Hugo Christensen1944), volvió a reverdecer laureles. César Tiempo y Julio Porter adaptaron una
comedia húngara -la ofrecieron como propia- y ella encarnó el sueño de no
pocas adolescentes de aquel momento: casarse con el profesor de quien se ha
enamorado. En la actualidad el verbo casarse podría ser reemplazado por otro
y el asunto no variaría mucho. Demostró en este vehículo su capacidad para la
reacción y un ritmo que distingue a todo buen comediante. Hasta el momento,
Paulina Singerman había sido el puntal de la comedia y continuaría siéndolo en
teatro. Además, el trono Singerman fue heredado por Malisa Zini. Legrand es,
como se dijo, una farseuse, variable digna de tenerse en cuenta. La farsa exige
de parte del actor una segura manera de mentir, creyendo y haciendo creer
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que dice la verdad. Mientras el comediante es consciente en todo momento y
absolutamente cerebral, quien se dedique a la farsa debe experimentar lo que
sucede a su alrededor, el caos que genera, como si fuera una víctima inocente
y, aunque sepa que no lo es, se autoengañe y contagie al auditorio. En este
aspecto, ella es única. Tanto la Academia como los Cronistas la distinguieron
como la mejor actriz del año por esta película.
MI NOVIA ES UN FANTASMA (Francisco Mugica-1944) volvió a ubicarla
como una impostora, reemplazando a la que sufre el accidente fatal -la hija de
su empleadora, Olga Casares Pearson, es la tonificante Nury Montsé- No
avanzaba: era la vieja fórmula de Amadori en SOÑAR NO CUESTA
NADA..Con la ayuda de la siempre guaranga Benita Puértolas logra aterrorizar
a Pepe Iglesias gracias a esta mucama que sueña con el cine y logra ver a
varios de los integrantes del elenco estable de LUMITON -desde Mecha Ortiz a
Pepe Arias-. Fue prestada a la SONO para un desatino llamado MARÍA
CELESTE (Julio Saraceni-1945), lo que aumentó sus iras y a esto se añadió la
nada amistosa relación con Pedro López Lagar, su compañero de fórmula en
este folletín sobre el barco perdido. Del mismo modo, LA SEÑORA DE PÉREZ
SE DIVORCIA (Carlos Hugo Christensen-1945) adquirió relevancia sólo por la
presencia de ella y de Thorry, además de Héctor Méndez, quien le dice al
médico la frase del año:
-

Llegás tarde a una fiesta que ya se ha terminado.

Es la frase del año por los subtextos: en primer término, los conflictos
políticos del país o, más concretamente, la llegada del peronismo, colocaban a
LUMITON en una posición delicada. En segundo lugar, las pullas que a estas
alturas estaba recibiendo Legrand –también Duval- por sus papeles iban
subiendo de tono. Su gemela se había retirado de circulación al casarse con un
militar. Ella esperaba hacerlo, pero dentro de la industria. “Siempre quiso a un
director por marido”, indicó Silvana Roth. “Primero se entusiasmó con
Christensen, pero tanto su madre como su hermano la disuadieron. Ya
sabíamos que Zully Moreno era pareja de Amadori, y que Susana Freyre le
había echado el ojo a Christensen, luego de que este también fuera rechazado
por María Duval”. Aquella frase del personaje de Héctor Méndez se iba
haciendo realidad, porque sus comedias eran cada vez más anodinas. Se la
estaba desaprovechando. Tal vez lo mejor del lote sea CINCO BESOS (Luis
Saslavsky-1946), en préstamo a la SONO, porque las dos de Luis Mottura no
rindieron en boletería: ni UN BESO EN LA NUCA ni TREINTA SEGUNDOS DE
AMOR, ambas rodadas en 1946, le sirvieron para otra cosa que para terminar
su contrato con el sello de Munro. En las tres, su pareja había sido Roberto
Escalada, alguien a quien no se recordará precisamente como comediante y
con quien estableció algo menos que tenue química.
Durante el rodaje de CINCO BESOS había conocido a Daniel Tinayre y se
casaron en mayo de 1946. Vendieron la exclusiva a Radiolandia y ella, por fin,
se desvinculó de LUMITON. Su resurrección vino de la mano de Carlos
Schlieper, quien volvió a emparejarla con Juan Carlos Thorry en EL RETRATO
(1947), ahora para EMELCO. Ya no volvería a Munro. Se había convertido,
nadie lo pone en duda, en una experta en relaciones públicas, a juzgar por su
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romance con la prensa y el público. Su natural simpatía la transformaba en una
figura mucho más próxima a la audiencia histórica que la mayoría de sus pares.
El espectador común le había disculpado sus tropiezos y el secreto resida, tal
vez, en lo siguiente: las historias que ella protagonizaba podían ser tontas, pero
ella no lo era. En última instancia no importaban, porque Legrand vendía
glamour. “Schlieper la vio siempre como una mujer de su casa, en primer
término, y luego como una actriz. Para él era una señora muy elegante y algo
despistada que tenía por objetivo el matrimonio”, comentó más tarde Nélida
Romero. “Era muy feliz cuando filmó EL RETRATO -estaba embarazada-, y
creo que es evidente que el clima que se desprende de la película es de una
total armonía”.
Contra lo que opinan muchos colegas y cierta gente de la industria, el
casamiento y la maternidad contribuyeron y en no poca medida a la
consolidación del símbolo Legrand de aquella época. La usina había
comprado a la muchacha rubia y de ojos claros pero no iba a seguir tolerándola
mientras recibiera LOS MARTES, ORQUÍDEAS. El imaginario por el que
deambulaba requería de una mujer a la Hollywood pero, eso sí, de vida
ordenada y límpida, siempre dispuesta a entregarse por entero a los
consumidores.
Su cartel había adquirido la suficiente importancia como para aparecer sola
antes del título en EL RETRATO. Clementina nieta se nos ofrece,
primeramente, como la resignada cónyuge que tolera las aventuras de su
marido, Raúl -Juan Carlos Thorry - y vive en un mundo de ensueño, el mismo
que había frecuentado en LUMITON y con igual pareja. Sus lloriqueos y su
ansiedad la ubican dentro del registro de aquella Electra de pacotilla.
Clementina abuela -Cleme-, la que desciende de EL RETRATO para
ayudarla, es una mujer completa. Hubo que subirle la edad, algo que no la
molestó en absoluto. En este segundo personaje estuvo como nunca y
demostró que, bien dirigida, era verdaderamente una maravilla. La acompañó
en su lucimiento un impecable Alberto Bello como el abuelo, con el que se
suceden los tropezones de rigor. Hay un plano antológico en el que ambos
recuerdan el pasado y que no es muy frecuente en Schlieper. Si esta vez el
realizador dejó paso a la nostalgia, no fue tanto por el guión de Emilio Villalba
Welsh y Alejandro Verbitsky, sino porque esta imagen necesitaba aún de la
pausa reflexiva. El resto del prolongado segmento Clementina nos ofrece a una
mujer chispeante que había dejado, por fin, de lado, al segmento de la
ingenua.
La secuencia en la que todos esperan a la que ofrece orchata y aparece
Cleme iconografiada a lo Verónica Lake-Tilda Thamar es de antología, así
como también el baile que le sucede a esta nueva mujer del atolondrado Don
Juan -corriendo detrás de Sara Olmos-. Legrand es rotunda en cuanto a su
semejanza con una contraparte hollywoodense. Hay que comprender esto de la
venta de glamour en aquel cine. Por otra parte, la burla al psicoanálisis -a
cargo de Héctor Calcaño como Ladislao Tomai, con diploma de la universidad
de Viena- algo hecho con altura en base a una epidemia de frutillas con crema,
surtió efecto. La primera Cleme es tan simple que, siguiendo el consejo de la
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publicidad, visita al dentista. Este le recomienda al terapeuta. Y este, a su vez,
le sugiere que, por la noche, “rece después”. Abriendo los ojos y con la
expresión de aquella ingenua que ya le conocíamos, pregunta:
-

¿Después de qué, doctor?

El impagable Héctor Calcaño -que volvería a repetir este papel en ARROZ
CON LECHE (1950)- mira hacia arriba, como pidiendo paciencia.
Su imagen como la segunda Cleme deleitó a la audiencia histórica que
hasta ese momento carecía de una farseuse de semejante calibre. Si la
Municipalidad la había distinguido como Mejor Actriz por LA SEÑORA DE
PÉREZ SE DIVORCIA, no se explica cómo pudieron saltearla a la hora de los
premios por EL RETRATO.
Para compensar el éxito se fue a ASOCIADOS a ser dirigida por Lucas
Demare en COMO TÚ LO SOÑASTE (1947) y en anómala compañía como la
de Francisco Petrone. Ese mismo año y pocos meses antes ASOCIADOS
había estrenado NUNCA TE DIRÉ ADIOS y Zully Moreno había intervenido en
ella. ¿Por qué no Mirtha Legrand? “Cuando ASOCIADOS dejó entrar a Joaquín
Lautaret y a esa gente en la producción ejecutiva, empezaron los grandes
proyectos con estrellas. En realidad, ya no nos diferenciábamos del resto de los
sellos”, admitió René Mugica. COMO TÚ LO SOÑASTE resulta hoy interesante
por varios motivos. En primer lugar y, como estructura, Demare consiguió un
melodrama ayudado por la fotografía de Francis Boeniger y una estupenda
iluminación. Además, la adaptación de UN DÍA DE OCTUBRE de George
Kaiser sirve para comprobar las contradicciones ideológicas de Homero Manzi,
autor del cinedrama. Nadie puede negar el esfuerzo de la puesta en escena,
incluso en el área actoral. Algunos secundarios sabían de qué iba la cosa
-Federico Mansilla como el mayordomo y la excelente y sobreactuada Juana
Sujo en el rol de Julieta, el cerebro que corre detrás del dinero-. Legrand fue
segunda en el reparto, a la derecha del cuadro, ya que a la izquierda figuraba
Petrone. Lo propio había ocurrido con la pareja Ángel Magaña-Zully Moreno.
Aunque Petrone tenga poder de convicción, es difícil imaginarlo como Juan
Marcos Marrien, proclive a la bohemia y a la música denominada clásica -es
concertista y catedrático-. No era un papel que lo estaba aguardando. Ella
aparece iconografiada de manera mucho menos convencional: teñida de
castaño oscuro -o usando una peluca-, con un vestuario de fines del siglo XIX.
Catalina vive un 14 de octubre, en su pueblo, una aventura que pone al
descubierto la psicosis. Cree haber tenido un hijo de Marrien, cuando en
verdad es Felipe -Sebastián Chiola-, el carnicero, el padre de la criatura. Hay
un segmento de este melodrama en el que ella baja por las escaleras en medio
del ensueño -Marrien le ha dicho la verdad- y, mediante la utilización de planos
inclinados que nos demuestran la locura, sale de la casa para caer y no
reaccionar hasta que vuelve a ver a su objeto erótico. Se la ayuda a tal punto
con iluminación difuminada, tenues barridos en la fotografía, que es casi
imposible reconocerla, lo que significa un elogio.
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Nadie puede negar que haya hecho lo máximo, porque se convierte en una
pieza más de la utilería y sirve a los propósitos de Demare. En este aspecto, no
se esfuerza tanto como Zully Moreno en NUNCA TE DIRÉ ADIOS. “Pero era
muy limitada. Cuando ve a Felipe y lo reconoce, hacia el final de la película y
llama a Juan Marcos, hubo que doblarla. Le pedimos a otra que pegara el grito,
porque ella no podía darlo”, admitió René Mugica. Lo dicho por este integrante
de ASOCIADOS puede ratificarse hoy día, ya que ella no alcanza a proyectar el
ensueño. Tanto el libro como la dirección intentan no ofrecernos la imagen de
una psicópata, sino la de una muchacha enamorada. Esto hace pedazos
cualquier intento de reivindicación de este film. Por una vez no vendió glamour
y es necesario poner de relieve su esfuerzo, que no resultó.
Existe un dilema en Argentina: todo actor que se precie debe volverse
dramático. ¿Por qué? La comedia ha sido siempre subvalorada y a tal punto
que la misma Legrand ha llegado a menospreciar muchos de sus excelentes
roles de farseuse. Luego de aquella explosión que se llamó DIOS SE LO
PAGUE (Luis César Amadori-1948), la SONO puso a disposición de la pareja
Legrand-Tinayre a Arturo de Córdova. Demostraban que la imagen Zubarry de
EL ÁNGEL DESNUDO (Carlos Hugo Christensen-1946) había borrado
definitivamente la categoría ingenua. Ella fue obligada a trabajar en un teatro
de baja estofa, en calidad de corista. El guión es lo de menos y lo que importa
es la técnica, tal como ocurre siempre con Tinayre. La manufactura se llamó
PASAPORTE A RÍO y ella se defendió como pudo, pero no logró ponerse a la
altura del actor mexicano.
Fue iconografiada con trajes ajustados y se la encorsetó de tal modo que
parece una caricatura de la época. Al contrario de lo que había ocurrido con
Schlieper, la protagonista de PASAPORTE A RÌO es un producto artificial, casi
una joven disfrazada que mantiene el idilio correspondiente con el médico de la
Marina Mercante -Francisco de Paula-. El resultado en boletería fue excelente,
pero si hoy día alguien recuerda a DIOS SE LO PAGUE, no está a su altura.
Los defensores de Tinayre continúan reivindicando este producto. Vista hoy, la
Nina Reyes de esta dama es lo más parecido que puede encontrarse a una
personalidad glamorosa a la manera de Hollywood: en este aspecto no tenía
iguales en el mundo latinoamericano ni español. No obstante, su registro
demuestra a las claras que no ha nacido para el melodrama -puede
confrontarse el momento en que sufre un ataque de histeria antes de que el
galán le propine sonora bofetada-. Por otra parte y en el hotelucho, cuando le
tira al Turco -Nathán Pinzón- los quinientos pesos, se equivoca de película.
-

¿Los tenía guardados en el colchón? – pregunta el Turco.

-

Se los hubieran comido las cucarachas – responde Nina.

“Ella tenía que machacar la frase con bronca”, admitió Pinzón. “El problema es
que no resultaba creíble porque en aquellos años era incapaz de dar la
agresividad que le correspondía a una mujer con bastante experiencia.
Además, a mí me causaba gracia que el asesino le hubiera regalado los
quinientos sin nada a cambio. Pero el público se tragó el anzuelo. Fue un éxito
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absoluto”. Del mismo modo, no le cedió cartel a de Córdova y ella figura en
primer término.
En 1949, y otra vez en EMELCO, apareció en la controvertida VIDALITA
(Luis Saslavksy-1949). “No la prohibieron pero la tiraron a la basura. Los
militares, tan llenos de testosterona, no pudieron admitir que hubiera un caso
de travestismo tan flagrante”, admitió años más tarde el director. “Y lo cierto es
que había sido un rodaje difícil y ella era la única que podía encarnar ese
papel”. Hay que tener buena voluntad o ceguera para creer que Legrand es un
hombre. Alguno de estos dos componentes debió invadir tanto al lunático
abuelo -Narciso Ibáñez Menta- como a los galanes de turno -Fernando Lamas
y Oscar Valicelli- para aceptar el trueque. Hoy día se aprecia la llegada de la
volanta la estancia y la famosa secuencia del malón. Ambas dan cuenta de la
puntillosa mano de Saslavsky y del equipo. Ha sido revalorizada y con justicia –
los rubros técnicos son impecables-. Ella siguió avanzando en calidad de
farseuse y el investigador cree que no se aplaude a Vidalita cuando entra a la
estancia sino a la estrella-símbolo Legrand.
Muy cuidadosa de su situación en la industria, la pareja intentó no
mezclarse en política. Según Saslavsky, “Tinayre intentó convencerme de que
podía interceder por mí ante las autoridades, pero yo le dije que no, que me X
iba”. Legrand no participaba en actos proselitistas, salvo en casos de extrema
necesidad. Ambos constituyen un ejemplo de que se podía vivir y trabajar en la
época y no morir en el intento. “Si hubo dos directores a los que jamás les faltó
celuloide, fueron Amadori y Tinayre”, sostuvo Silvana Roth. Si ella concedía
entrevistas a la prensa de manera constante, se cuidaba muy bien de aparecer
únicamente en los lugares indicados y se mostraba siempre cercana a su
público. Desde el vamos y con pericia innata había aprendido el valor de
venderse como una estrella que no tiene otra vida que la de ser una estrella.
Favorita de la prensa, siempre estaba dispuesta a que su texto se expandiera a
través de innumerables reportajes que la ofrecían en otros roles que ejercía en
su vida particular: el de madre y el de señora de Tinayre. Como símbolo
auténtico que era, vivía para un exterior siempre dispuesto a devorarla. Al
revés de la otra manufactura-símbolo, Zully Moreno, no estaba dispuesta a
alejarse de las luces que otorga el reconocimiento público. Si Moreno estaba
altamente comprometida por su relación con Apold y la SONO y, de hecho, se
mantenía alejada, Legrand supo desde siempre que una estrella debe
entregarse por entero a su público dispuesto siempre a consumirla. Las
conexiones políticas de Moreno -y su tendencia a la privacidad- la
exceptuaban de dar este paso.
Para ASOCIADOS y dirigida por Alberto de Zavalía protagonizó LA
DOCTORA QUIERE TANGOS (1949) con Mariano Mores, otro de sus éxitos
absolutos. Con anteojos y aparentando seriedad, es nada menos que el
cerebro en una familia compuesta por dos hermanas como la excéntrica María
Santos y una muy achispada Yeya Duciel. El guión del propio director y de
Román Viñoly Barreto la transforma, paulatinamente, de una rígida profesional
en una desatada -gracias al alcohol- mujer que termina destrozando el
alumbrado público en compañía de Mores. Zavalía se encargó de tomarle el
pelo a Saslavsky. En el momento en que ella va a ser descubierta en compañía
9
del músico, la exultante Yeya Duciel, en traje de baño, aparece delante de las
rígidas señoras del pueblo. Ante la pregunta de la doctora:
-

¿Qué has hecho?

la hermana menor responde:
-

Salvarte. ¿No viste HISTORIA DE UNA MALA MUJER?

Sin embargo, hasta muchos años más tarde la gente recordaba uno de los
peores hábitos de la señora Legrand: el vestuario. Al parecer, le habían tirado
todos los trapos del guardarropa encima. “Ella era y es muy vistosa”, indicó
Nélida Romero, “de manera que había que tener mucho cuidado en el
maquillaje y en la ropa. No necesitaba demasiado, porque aparecía recargada”.
Y luego, en la SONO, filmó a las órdenes de Tinayre el clásico de los
clásicos: LA VENDEDORA DE FANTASÍAS (1950). “Si yo trabajé varias veces
con Tinayre no fue tanto porque él me considerara un actor competente, sino
porque jamás hice sugerencia alguna. Seguía sus indicaciones al pie de la
letra”, admitió Homero Cárpena. “Ni se me pasó por la cabeza quejarme por la
voz que me pusieron en esa película”, se asombró Beba Bidart. “Me hubieran
armado un escándalo. Hay directores que nos respetan y debo mencionar a
Amadori en este sentido. No era el caso de Tinayre para quien, me lo imagino,
yo era una bataclana de cuarta categoría”. A su vez Nathan Pinzón da su visión
del rodaje: “Creo que Mirtha hacía a veces las cosas como se le antojaban para
contradecirlo y esto traía, indefectiblemente, serios problemas. Me pareció,
aunque a lo mejor me equivoco, que le gustaba sacarlo de las casillas”.
“En aquel momento, ella estaba en los cien mil pesos por película y un
director cobraba la cuarta parte. En cuanto pudo, Tinayre fue a porcentaje”,
reconoció luego el Dr. Juan Carlos Garate. “La rivalidad entre ella y Zully
Moreno, en fin, puede que la hubiera, pero luego se exageró mucho. Pasa que
cuando se filmaba LA VENDEDORA... los Amadori ya formaban parte del
directorio de la SONO”. Vale la pena extenderse sobre esta película porque con
los años hemos ido estudiando el famoso plano en el que Tinayre le hace decir
a la protagonista:
-

¿Acaso no soy la vendedora de fantasías?

Tal vez el interrogante que lanza la imagen a la audiencia histórica como
una interpelación estuviera ya en el guión de Alejandro Verbitsky y Emilio
Villalba Welsh, pero el realizador no la deslizó como una frase más sino que
intentó definir a Legrand mediante una pregunta retórica. La espléndida
fotografía de Alberto Etchebehere debe tenerse en cuenta en esta película que
batió records de boletería, y también el montaje de Jorge Garate. Alberto
Closas iba en ascenso y los eternos malvados -Cárpena, Pinzón, Bidart- se
autoparodiaron. El estupendo Alberto Bello es un plus que no puede dejarse de
lado.
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Tinayre reconoció luego el parentesco del artefacto con LA MUJER DEL
CUADRO (Fritz Lang-1944), pero eso no le quitaba el sueño. Ni a él ni a los
espectadores. Ella consiguió salirse de su casillero de farseuse para
convertirse en una comediante óptima. Su objetivo es otra vez el matrimonio,
con el inconveniente de que su candidato es policía y debe aclararse el robo de
un collar. En su papel de Marta, Legrand consigue una verdadera creación y,
tal vez, la mejor de su carrera. Martita, como le dice el señor don Jaime
-Alberto Bello- es una mujer convencional y sin muchas luces. Su novio
Roberto -Alberto Closas- se burla de ella:
-

No me vas a decir que ahora también piensas.

En LA VENDEDORA... hay un desfile de mujeres que son tontas -la
protagonista y su amiga Cholita, una muy sexy Haydée Larroca- o bien algo
putas -Olga Bernard, un papel habitual para Beba Bidart, y también otro lugar
común para aquella rubia llamada Diana de Córdoba-, además de brujas
siniestras -Pilar Gómez-. No importa lo que idearan los guionistas en
colaboración con el director, este brindaría su visión del mundo femenino. Lo
que ocurre con Legrand es que, como pasa con las comediantes de ley, es
evidente que, tras su frivolidad, oculta un cerebro que no deja de trabajar por lo
que ella cree justo. Y como se dijo de Judy Holliday en NACIDA AYER (George
Cukor-1950), se necesita una actriz inteligente para recrear con sagacidad una
idiota. .
Hay que observarla fingiéndose uno de los maniquíes de la tienda ante un
sereno borracho -Francisco Charmiello-, para darse cuenta de la soltura y del
desparpajo que había adquirido. De manera coherente, se le dedica una de las
mejores frases de este film singular. Cuando los empleados están acomodando
los maniquíes y uno advierte que ella puede no ser una muñeca, el otro le
responde que no se preocupe.
-

Mujeres así no existen en la vida real.

Es que su iconografía la transformaba en un símbolo de aquella
modernidad periférica de la que hacía gala el país por aquellos años. Ha sido
manufacturada a la Hollywood y, sin embargo, es auténticamente porteña. El
inconveniente con LA VENDEDORA... es que existen varios lugares donde
predomina un mal gusto propio de Tinayre, quien al revés de lo que pasaba con
Manuel Romero, no tiene mucha simpatía hacia estos empleados de comercio.
Desnuda a Haydée Larroca hasta donde puede al comienzo del film y logra que
Francisco Charmiello esté verdaderamente desagradable en la fiesta de
casamiento. Hoy día, la secuencia de la fiesta de bodas con el tartamudo
Garófalo -Miguel Ligero- y Cholita diciendo:
-

Desde hoy seré una madre ejemplar y una buena amante.

no resultan del agrado del investigador. Es evidente que el director se divertía
mucho más con el mundo de los caricaturescos ladrones, eternamente
encasillados en las zonas oscuras del lumpenaje.
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Para ASOCIADOS protagonizó otro Schlieper: ESPOSA ÚLTIMO MODELO
(1950), donde regresó como la tramposa María Fernanda, uno de sus brillantes
trabajos de farseuse. Cantando aquello de “Alfredo, mi querido Alfredo/ vamos
a la tumba, a morir los dos”, esta rica heredera estafa a un abogado naif -el tal
Alfredo es Ángel Magaña- en complicidad con su abuela y su nana -Felisa Mary
y Amalia Sánchez Ariño-. Hay que verla recorriendo el flamante cuarto de
costura mientras oculta las etiquetas del material recién comprado y
fingiéndose una perfecta ama de casa. “Puede no ser la mujer de EL
RETRATO, pero es otra muchacha que necesita pescar un marido”, indicó
Nélida Romero:”Es así como la veía Schlieper. De acuerdo con su particular
visión, la imagen Legrand carecía de otros objetivos en la vida”. Lo cierto es
que deleitó al público en compañía de Lucas Alegre -un Osvaldo Miranda que
nació comediante-. El ejército de sirvientes encabezados por Carlos Enríquez y
Nélida Romero nunca estuvo tan en evidencia. Ella, por su parte, dio muestras
de un despiste que es, más que nada, producto de la osadía y de la
desfachatez. Luego de dar un número a Alfredo, María Fernanda Alcántara
añade con la mejor de sus sonrisas:
-

Té.

-

¿Es una invitación?

-

No... Es Teléfonos del Estado.

El asunto, como siempre, es la marcación de Schlieper para las líneas, algo
que resulta muy evidente en el caso de Miranda, como el poco divertido
administrador Lucas Alegre. “Es curioso pero la gente piensa que cuando
hacíamos aquellas comedias nos reíamos a mandíbula batiente. No, nada de
eso. El clima era muy bueno, pero no había carcajadas sino, a veces, sonrisas
entre los integrantes del equipo. Cuando hubo explosiones de hilaridad como
ocurrió en DETECTIVE (1954), Schlieper se dio cuenta de que se trataba de
un fracaso”, explicó Nélida Romero
La obra de teatro de Tito Insausti y Arnaldo Malfati había sido, poco antes,
un suceso para Paulina Singerman, aunque Schlieper y Ariel Cortazzo la
adaptaron a la medida de Legrand, en una estafadora sin precedentes y con un
metraje considerable para el tartamudo enamorado que es el pobre Alfredo, un
Ángel Magaña que demostró tener con ella la misma química que llegaba
desde la ya lejana ADOLESCENCIA. No se trata, sin embargo, de un Schlieper
demasiado sutil y esa pareja que encarnan Ángel Walk y Olga Casares
Pearson arruina el segmento que se les concediera.
Muy segura de si misma, se volvió dramática. En ASOCIADOS rodó EL
PENDIENTE (León Klimovsky-1951). Se trata de la adaptación de un cuento de
William Irish y Mario Soffici, que trabajó como supervisor, la calificó de
“desatino, porque nadie sabía qué hacer con esa pareja tan fuera de lugar. Ella
no daba la víctima de ningún chantajista y José Cibrián siempre fue alguien que
podía estar muy bien en comedias, pero que en los dramas debía figurar muy
en segundo lugar. Yo lo admití en EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA
BESTIA por recomendación de Tita Merello. A él y a Ana María Campoy”. Más
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allá de los reparos de Soffici, hoy día es poco lo que puede rescatarse de esta
película en donde ella no dejó de abrir la boca en gesto de asombro perpetuo y
Cibrián fingió estar serio. Los juicios de Soffici no son compartidos por algunos
investigadores.
Ahora iba antes del título, en solitario. EL PENDIENTE fue sólo un
preanuncio de lo que vendría. Hemos pensado más de una vez que las
carreras argentinas de Mirtha Legrand y Zully Moreno llegan hasta 1950, o bien
que el cine sufrió por esa época un quiebre considerable. En la SONO la
recibió Amadori para LA DE LOS OJOS COLOR DEL TIEMPO (1952), un
verdadero desastre pergeñado por el propio realizador en base a añeja e
intrascendente novela. O bien, se trata de un guión que guarda cierto
parentesco con EL SECRETO DETRÁS DE LA PUERTA/THE SECRET
BEYOND THE DOOR (Fritz Lang-1948). Como la institutriz que llega a una
casa parecida a un manicomio, no dejó de portarse como una comediante. El
neurótico Mauricio -CarlosThompson-, la desfigurada Zoe Ducós y la atosigada
Antonia Herrero son hoy figuras risibles. En verdad, la audiencia histórica se rió
bastante con este folletín de casi dos horas de duración -110 minutos-. Ella
aparece en una fiesta luego de uno de los ataques de Mauricio y con su mejor
sonrisa, pregunta:
-

¿No hay un poco de música para mí?

Esto provocaba carcajadas en la gente, que no era muy respetuosa. Se
explotó aquí el cambiante color de los ojos de la imagen Legrand, pero nadie
salió bien parado de esta aventura. No se trataba, precisamente, de Jane Eyre
según Charlotte Brontë. Un lamentable y equivocado texto-estrella. Que las
conexiones políticas marchaban viento en popa lo demuestra el hecho de que
la Academia le hubiera concedido el premio a la Mejor Actriz por este fiasco.
Como se sabe, las sugerencias de Amadori en aquella Academia eran, en la
práctica, órdenes.
Se fue a España, contratada por Benito Perojo y allí rodó la que fue la única
película en colores en la que trabajó: DOÑA FRANCISQUITA (1952), una
espectacular versión de la zarzuela de Federico Romero y Guillermo
Fernández Shaw, con impecable fotografía de Antonio López Ballesteros -quien
se había encargado también de María Félix en LA CORONA NEGRA (Luis
Saslavsky-1950)-. López Ballesteros es uno de los precursores del color en
España y su trabajo en esta película fue muy alabado. Ella, por su parte, tuvo el
gusto de ser dirigida por el internacional Ladislao Vajda y en los afiches
aparecía sólo su cara y encabezando el reparto con Armando Calvo. En el
elenco se distinguían los nombres de la agresivamente sexy Emma Penella y
del inefable José Isbert -el de la voz cascada-. La película demostró de qué
manera se podía rodar un musical trabajando en dos niveles: si por una parte
se asiste a la zarzuela, por la otra se establece una competencia feroz en los
ensayos finales de la misma. Legrand fue doblada en las canciones aunque
impuso su gracia, a pesar de ser una figura decorativa, ya que así fue utilizada.
No sabemos cuál fue el destino de esta película en Buenos Aires, aunque se
distribuyó en el interior con un serio inconveniente: para apreciarla, al
espectador común debía gustarle la zarzuela, hecho infrecuente en quienes no
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poseen ascendientes hispanos o están interesados en la música popular.
Llama la atención que ella no haya hablado en exceso de esta aventura
española que figura hoy en la bibliografía dedicada a Ladislao Vajda.
De regreso al país tomó un TREN INTERNACIONAL (Daniel Tinayre-1954)
en compañía del novio de LA VENDEDORA DE FANTASÍAS, Alberto Closas,
con un gran reparto que incluía a Gloria Guzmán, Diana Ingro, Herminia Franco
–que intenta ahuyentar el sopor con dos canciones- y, entre otros, a Florindo
Ferrario. Se trataba de una superproducción donde Tinayre arriesgó dinero y
perdió. Se había formado un nuevo sello, CINEMATOGRÁFICA CINCO,
constituido por este director, Hugo del Carril, Lucas Demare, Luis César
Amadori y Mario Soffici, pero no era TREN INTERNCIONAL una manera de
prosperar. El tratamiento cinematográfico de ciertas mujeres a las que Tinayre
imagina como putas -Gloria Guzmán, Diana Ingro- estuvo muy en evidencia.
Con un difícil rodaje en plena cordillera -se trata del tren que iba a Chile-, en
Valparaíso y Viña del Mar, el guión del mismo Tinayre y de Arturo S. Mom
carecía del interés necesario. Si DOÑA FRANCISQUITA había sido poco
frecuentada, TREN INTERNACIONAL se estrelló contra el aburrimiento de la
audiencia histórica. Luego de esto, no le quedaba otra alternativa que aceptar
la propuesta de Eduardo Bedoya para ASOCIADOS. Bajo la dirección de Luis
César Amadori, intervino en el segundo episodio de EL AMOR NUNCA
MUERE (1955).
El descalabro generalizado de la industria y la situación política que
atravesaba el país parecieron no afectarla. Por esta época y vestida de manera
poco sobria aparecía en las revistas afirmando que su actriz favorita era
Eleanor Parker. Su relación con la prensa continuó siendo un idilio interminable
y era una de las caras más sonrientes en el Festival de Mar del Plata, edición
1954. Del brazo de Raúl Alejandro Apold, fue una buena anfitriona para con
las delegaciones extranjeras. Era una imagen absolutamente democrática y al
alcance de todos. Para ella, mostrarse era vivir. Su existencia estaba ratificada
por el entorno. Y se la identificaba con la comedia; al menos el espectador
común lo hacía. Por otra parte, era una de esas figuras a las que se le
perdonaban los fracasos, porque sobrevivía como un epítome de la elegancia y
del buen gusto para no pocos sectores de la pequeño burguesía del país. Su
casa de Martínez, su mansión en Punta del Este, sus dos hijos -a Daniel se
había agregado Marcela- y su marido constituían un universo que las revistas
trasegaban para lectoras jamás cansadas de leer siempre más de lo mismo. Y,
era evidente, el símbolo se desvivía por su público viviendo eternamente en un
texto-estrella que excedía con creces el hipertexto ficcional.
A la hora de envasar a las actrices de mayor renombre, y luego de barajar
posibilidades, se llegó a la conclusión de que Legrand, Zully Moreno y Tita
Merello eran las indicadas para una manufactura vendedora. Sobrevino el
problema del cartel, pero se arregló casi de inmediato: aparecerían según el
orden de los episodios, de tal modo que en la secuencia cero el orden es Zully
Moreno, Mirtha Legrand y Tita Merello. Si a estas alturas Amadori, ya se ha
dicho, no dirigía sino que simplemente fotografiaba, es evidente que tomó el
segundo episodio del famoso medallón como un regalo para esta chispeante
personalidad, en pareja con un nuevo galán, Alfredo Alcón. ”Yo había querido
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incluirlo en el elenco de ELLOS NOS HICIERON ASÍ”, indicó Mario Soffici.
“Pero me había parecido muy duro, con poca flexibilidad ante la cámara.
Seguramente me equivoqué, porque en cuanto lo vieron en pantalla las
mujeres enloquecieron”. Y lo mismo le ocurrió a Legrand, que mantuvo con él
una amistad que dura hasta el presente.
Fueron rodeados por gente muy ducha en la comedia como Héctor Méndez,
Florindo Ferrario y Herminia Franco, todos ellos hábiles embaucadores,
además de un actor bueno-para-todo como Enrique Chaico. La huérfana
Virginia o Vincha se convierte por unas horas en una falsa multimillonaria con
el objetivo de que los estafadores logren hacer entrar en el negocio de un
flamante invento -el cine- a otros filibusteros tan hábiles como ellos. En estas
cuestiones de plata y engaño, nadie ha superado jamás a Amadori. Si la
interpelación en ESPOSA ÙLTIMO MODELO corría por cuenta de ella
mediante el guiño al público, aquí el realizador se hace cargo de la misma
mediante ese cartel que dice Cinematógrafo al final del episodio, y en donde la
tercera de las novedades ofrecidas es Historias de amor. Se le hizo ver a la
audiencia que estaba en el cine. Ella volvió a comportarse como una farseuse
de primer agua, con el gesto aquel de su mano que indica el comienzo de una
frase:
-

Tengo un alto así de...

No puede concluirla debido a las indicaciones de Héctor Méndez. En lugar de
“ropa”, brinda una de sus mejores sonrisas y señala “documentos para firmar”.
En el balcón de las flores -el sitio donde se lucían aquellas parejas-, tanto ella
como Alcón -un falso noble contratado para la farsa, al igual que Virginiaconsiguen vivir su momento de romance. El vals de la banda sonora, propiedad
de la SONO, venía de otras películas y seguiría estando ahí. Cuando al
amanecer el joven va a cambiar su smoking alquilado y se reencuentra con la
huérfana, nos quedamos con la sensación de que el realizador está
homenajeando a aquellas historias de amor que hoy día parecen tontas y que,
sin embargo, entretuvieron a varias generaciones.
Rodó para ASOCIADOS y otra vez en pareja con Alcón LA PÍCARA
SOÑADORA (Ernesto Arancibia), estrenada recién en 1956 y demolida con
toda justicia por la crítica. Este argumento de Abel Santa Cruz es tan insípido
que pasaría años más tarde a la TV protagonizado por Evangelina Salazar.
Como se comprueba, los refritos continuaban alimentando cabecitas huecas.
Luego, el silencio obligado. Tanto ella como Tinayre estaban asociados al viejo
cine y a las fábricas, de modo que tuvieron que aguardar a que pasara la
tormenta. Ella eligió la TV y con Ángel Magaña dio Lecciones sobre la felicidad
conyugal por el viejo Canal 7. Luego y con Mariano Mores protagonizó M AMA
A M, un ciclo que tuvo muy buena repercusión. Desdichadamente, su destino
como farseuse pareció haber terminado con el final de los estudios.
Algunos de los negocios emprendidos por Tinayre a partir de EN LA
ARDIENTE OSCURIDAD (1959) la tuvieron como protagonista al frente de
repartos multiestelares. Leonardo Favio, en el elenco de ciegos, puede decir en
el libro escrito por Adriana Schettini Pasen y vean, la vida de Leonardo Favio,
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“Tinayre la hacía llorar mucho”. Lo cierto es que si las manufacturas producidas
para la venta eran sólidos negocios, algo no funcionaba entre ellos. El mundo
de los ciegos, según el hispano Antonio Buero Vallejo, representó una
millonada en boletería y lo propio ocurrió con LA PATOTA (Daniel Tinayre1960). En el balance, ella no resulta creíble como actriz dramática y lo admite
Por otra parte, todo hace suponeXX que el guionista Eduardo Borrás tenía
doble XXXX personalidad: el que había trabajado para Hugo del Carril no era el
mismo que lo hacía para Daniel Tinayre. ¿O era bipolar? En fin.
Estuvo mucho mejor en la breve secuencia que Fernando Ayala ubicó en la
ficción dentro de la ficción: con Duilio Marzio y en SÁBADO A LA NOCHE,
CINE (1960), pudo ser admirada por Gilda Lousek, Domingo Alzugaray y la
audiencia histórica. Ayala tuvo mucho cuidado en devolverle a la imagen
aquella frescura puramente cinematográfica que él le había conocido cuando
ingresara a LUMITON, durante la filmación de EL VIAJE.
Luego de lo cual rodó BAJO UN MISMO ROSTRO (Daniel Tinayre-1962),
un fracaso tan grande que provocó la histeria del realizador y la humillación
tanto de ella como de la gemela, Silvia Legrand, que volvía a trabajar con su
hermana. Mirtha es aquí la prostituta Inés Després y su hermanita Sor
Elizabeth. El anecdotario de estos negocios en el fuera campo detrás de la
cámara puede leerse en las revistas de la época. Lo que no se le puede negar
a Tinayre es aquel anuncio que le hiciera a Jorge Miguel Couselo: “Ahora me
voy a dedicar a hacer plata”. Esto es, precisamente, lo que consiguió con LA
CIGARRA NO ES UN BICHO (1963), un producto que reunió a uno de los
elencos más importantes de todos los tiempos. Ella volvió a unirse a Ángel
Magaña, encerrados ambos en la habitación del hotel alojamiento y
destrozándose mutuamente con una sobredosis de frustración. Una idea que
sólo pudo habérsele ocurrido a Tinayre.
Pero la suerte de Legrand estaba sellada: en cine representaba el pasado y
se había convertido en una antigüedad. No obstante, y contra los consejos de
sus allegados, Fernando Ayala la utilizó CON GUSTO A RABIA (1965), donde
volvió a trabajar con Alfredo Alcón en el rol de una mujer mayor -le lleva
apenas tres años- que mantiene un affaire con el terrorista. Ella admitió que la
verían “menos Mirtha que nunca”. A tal efecto y para el rol de Ana –casada con
Jorge Barreiro-, aumentó unos kilos y lució amplios deshabillés. El argumento
de Luis Pico Estrada tomó como punto de partida el asalto al Policlínico
Bancario. Es, nadie lo duda, una película de gran presupuesto que se convierte
en un folletín gracias al adulterio de la protagonista y su relación con el joven
desorientado. La novia del susodicho es Marcela López Rey y hay algunos
nombres ilustres en el reparto -Ricardo Trigo-, además de una mujer que se
parece sospechosamente a Mónica Mihanovich. Ella se había esforzado y tenía
esperanzas en la aventura, pero no resultó. Por el contrario, fue destrozada por
la crítica e ignorada por el público.
Decidió no volver al cine, al menos hasta el presente. Hubo proyectos por el
camino. Así, se dice que debió interpretar el rol central de ROSAURA A LAS
DIEZ (Mario Soffici-1958) y que rechazó el papel. “No tengo idea de eso”,
indicó el director. “Yo cité a Elida Gay Palmer, Beatriz Taibo y Susana Campos.
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Elida llegó a teñirse de rubio, aunque yo no le había asegurado nada y Beatriz
nunca me lo perdonó. A la que vi con toda claridad en el papel fue a Susana.
Puede haber ocurrido que, a mis espaldas, los Mentasti hubieran iniciado
negociaciones con ella y con Ibáñez Menta para el rol de Camilo Canegato.
Naturalmente, de haber aceptado, hubiese tenido que dirigirla, algo que no hice
en mi vida. De todos modos, yo fui también productor de la película y tenía
derecho a elegir actores. Es una excelente comediante pero no la visualizo en
el drama.” Luego, y durante largo tiempo, también se habló de otros proyectos
tales como BODAS DE CRISTAL (Rodolfo Costamagna-1975), que finalmente
protagonizó Susana Campos con Alberto Closas.
Una incursión de Tinayre en Canal 13 con las gemelas, Carola y Carolina,
las hermanas viceversa, terminó en medio de un escándalo y este investigador
tuvo oportunidad de verla, con peluca, tratando de cantar La morocha en uno
de los habituales circos televisivos. Fue por esos años en que se integró a un
espectáculo llamado Buenos Aires de seda y percal, con Mariano Mores y Niní
Marshall. De amplia repercusiónXXX popular, fue más que vapuleado por la
crítica. En teatro había comenzado en 1957 con cierta repercusiónXXX
ofreciendo La luna es azul, de Hugh Herbert. Hubo también una temporada
teatral con el mexicano Manolo Fábregas en el Odeón -la eterna
Divorciémonos de Sardou-.
Quien comenzara como emblema de la ingenua y se convirtiera en
símbolo de la burguesía argentina y sus diversos avatares parecía destinada a
perderse. No obstante, la característica de los símbolos es su renuncia a la
desaparición o, al menos, aquello que encarnan se encuentra fuertemente
enquistado en la sociedad. La usina del imaginario colectivo persistía con el
bovarismo y, por lo tanto, también esta imagen. La cuestión era prolongar el
texto-estrella en otros espacios. La habilidad camaleónica de los sectores que
ella representa no se había agotado ni se agotaría nunca.
En 1968 y en uno de esos programas monstruos de la época se ofrecía El
juego de los matrimonios. Competían Abel Santa Cruz y Elcira Olivera Garcés
contra ella y Daniel Tinayre. Terminaron empatando en cuanto a recuerdos. El
programa ómnibus iba por Canal 9 y, en un aparte, Alejandro Romay le
propuso regresar a la TV. Ella se mostró reacia; sostuvo que no le interesaba
conducir entretenimientos y fue allí donde se concibió la idea de los almuerzos.
Esta audición, copiada luego en América Latina, siguió a lo largo de los años
interrumpida únicamente por avatares políticos, como el regreso del peronismo
en 1973 o la asunción de los radicales en 1983. Entre 1976 y 1983 fue una de
las mimadas de la TV argentina.
No se aburriría, de todos modos. Los monumentales éxitos de Daniel Tinayre
en teatro son ya antológicos -El proceso de Mary Duggan, 40 kilates, etc-. Ella
le había tomado gusto a los escenarios y no desaprovechaba las
oportunidades. Desde 1965 no volvió al cine. En el balance final, es
verdaderamente una pena que su imagen de farseuse no sea recordada como
se merece. Su larga carrera televisiva, cuarenta años de programa, la mala
memoria del postmodernismo y ella misma se han encargado de borrar a la
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platinada heroína de las comedias. Al investigador no le interesan tanto sus
comienzos, sino lo que sobrevino a partir de EL RETRATO.
Concedemos que en EL ESPEJO se encuentra realmente bien o que LA
PEQUEÑA SEÑORA DE PÉREZ es un logro. Su registro de farseuse, la única
que hemos tenido, puede rastrearse en VIDALITA, ESPOSA ÚLTIMO
MODELO y EL AMOR NUNCA MUERE. En cuanto a su capacidad para la
comedia, sigue siendo imbatible como LA VENDEDORA DE FANTASÍAS.
Si bien obtuvo sus galardones, no ha sido lo suficientemente reconocida en
cine, tal vez porque la comedia se consideró siempre un género menor. Ella
misma, somos testigos, se siente disminuida frente a lo conseguido por Amelia
Bence en cine. Si nos ponemos exigentes, la imagen llega hasta 1950 con LA
VENDEDORA DE FANTASÍAS y ESPOSA ÚLTIMO MODELO. Luego, y hasta
el episodio de EL AMOR NUNCA MUERE, nadie supo muy bien cómo utilizarla.
Ferozmente competitiva y cuando la gente de su generación ha muerto o se ha
retirado, ella tiene necesidad del público como si se tratara de una adicción. El
largo romance que se iniciara en 1940 sigue en pie y por eso mismo es capaz
de declarar frente a una cámara de televisión:
-

No podrán decir que no lo les he dado mi vida.

Agradecidos, al menos en materia cinematográfica y, a la hora del balance,
en las comedias mencionadas. De aquel modernismo periférico, Legrand pasó,
sin sobresaltos al cambalache postmodernista de la TV. En medio de una
creciente inseguridad, tanto ella en calidad de símbolo y Graciela Borges
como emblema son las únicas de las antiguas damas que lograron habitar los
arrabales de los diversos postmodernismos en el mundo de la imagen en
movimiento. Para finalizar, se ha convertido en lo que siempre fue: una señora
de su casa, tal y como la visualizara Carlos Schlieper, según lo declarado por
Nélida Romero. La diferencia estriba en que su casa es la televisión y en que
este medio es una continuidad del texto-estrella, no ya un hipertexto ficcional
sino apenas un hipotexto poco sutilmente manipulado y manipulador.
Nada, como a cualquiera de estas damas, le ha sido fácil. Sin embargo, su
público quiere creer en una imagen sonriente, generosa, democrática. Ella les
da el gusto. Además, como en sus comienzos, volvió por breve lapso a la radio.
El idilio de esta farseuse con su audiencia estuvo a punto de culminar con un
cargo público -que ella rechazó-. Sólo le falta la columna de rigor en cualquier
suplemento dominical, aún cuando antes haya que ponerse de acuerdo sobre
la cifra. Es que, en cierto modo, su vida estaba escrita de antemano, cuando
aceptó convertirse en Mirtha Legrand. Es a ella a quien Rosa María Juana
Martínez Suárez le ha dado vida, y también le ha entregado la vida. El 28 de
diciembre -día de los inocentes- y en compañía de su hermano, el realizador
José Martínez Suárez, estuvo en la inauguración del complejo Tita Merello. La
sala principal lleva su nombre. Irradiaba la misma alegría que en el Festival de
Mar del Plata, edición 1954. Su cordial relación con el por entonces presidente
Carlos Saúl Ménem puso de relieve que el tiempo había pasado pero que el
emblema seguía siendo alimentado por la usina.
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FILMOGRAFÍA EN ARGENTINA
1940
Hay que educar a Niní – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G René
Garzón, Amadori, Tito Davison y Niní Marshall. F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Raúl
Soldi. Mtj: Nicolás Proserpio y Jorge Garate.
Intérpretes: Niní Marshall, Francisco Álvarez, Nury Montsé; Mecha López, Elvira Quiroga, Héctor
Calcagno, José Ruzzo, Edna Norrell, Carlos Lagrotta, Baby Correa. ssff: Mirtha y Silvia Legrand
1941
Novios para las muchachas – Producción SAN MIGUEL: D. Antonio Momplet. G: René Garzón según
la obra teatral de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero Las de Caín. F: Adolfo W. Slazy. M: Jean Gilbert.
E: Jorge Arancibia y Carlos Ferrarotti. Mtj: Ulrico Stern.
Intérpretes: Tito Lusiardo, Amelia Bence, Felisa Mary, Nélida Bilbao, Paquita Vehil, Silvana Roth, Pablo
Palitos, Homero Cárpena, Raimundo Pastore, Adrián Cúneo. ssff: Mirtha y Silvia Legrand.
NOTA: Ni Silvana Roth ni Homero Cárpena recuerdan a las mellizas durante el rodaje.
Los martes, orquídeas – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Francisco Oyarzábal, según
argumento de Sixto Pondal Ríos y Nicolás Olivari. F: Alfredo Traverso. M: Francisco Balaguer. E:
Ricardo J. Connord. Mtj: no figura en la secuencia cero. Tal vez el propio Mugica.
Intérpretes: Enrique Serrano, Juan Carlos Thorry, Nury Montsé, Felisa Mary, Mirtha Legrand, Ana
Arneodo, Silvana Roth, Zully Moreno, Juan Mangiante, Horacio Priani. ssff: Jorge Salcedo.
Soñar no cuesta nada – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G: Gabriel
Peña, seudónimo de Amadori. F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Ricardo Rodríguez Remy y
José Luis Ocampo. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Francisco Álvarez, Mirtha y Silvia Legrand, Roberto Airaldi, Oscar Valicelli, Maruja Gil
Quesada, Hilda Sour, Julio Renato, Haydée Larroca.
1942
Adolescencia – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F:
José María Beltrán. M: Enrique Delfino (Delfy). E: Ricardo J. Connord. Mtj: Juan Soffici.
Intérpretes: Ángel Magaña, Mirtha Legrand, Rufino Córdoba, Felisa Mary, Silvana Roth, Ana Arneodo,
Ricardo Passano (h), Pola Alonso, Tilda Thamar, Alfredo Jordán.
El viaje – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F:
Alfredo Traverso. M: Jean Gilbert. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Airaldi, Aída Luz, Silvana Roth, Ana Arneodo, Tito Gómez, María
Esther Buschiazzo, Enrique Salvador, Carlos Bertoldi, Carlos Castro.
Claro de luna – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G: Gabriel Peña
(seudónimo de Amadori). F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Raúl Soldi. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha y Silvia Legrand, Roberto Airaldi, Miguel Gómez Bao, Mauricio (Maurice) Jouvet,
Julio Renato, Enrique Chaico, Blanca Vidal, Carmen Giménez, Elina Colomer.
1943
El espejo – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F:
Alfredo Traverso. M: Bert Rosé. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Nelo Melli.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Airaldi, Alicia Barrié, Tito Gómez, Ana Arneodo, Rafael Frontaura,
María Santos, Tilda Thamar, Martín Zabalúa, Jorge Salcedo.
Safo, historia de una pasión – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo
y Julio Porter según la novela de Alphonse Daudet F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo
J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: (según orden de aparición) Roberto Escalada, Ilde Pirovano, Elisa Labardén, Elisardo
Santalla, Miguel Gómez Bao, Ricardo Canales, Mecha Ortiz, Nicolás Fregues, Mirtha Legrand,
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Guillermo Battaglia, Herminia Mancini, Eduardo Cuitiño. “Lumiton S.A. agradece a la actriz Mirtha
Legrand la gentileza de haber aceptado interpretar el breve papel de Irene”. O. Zubarry (extra).
1944
La pequeña señora de Pérez – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César
Tiempo y Julio Porter según obra de Stephan Bekeffi. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E:
Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Felisa Mary, Miguel Gómez Bao, Tito Gómez,
Marianita Martí, Felisa Mary, Cirilo Etulain, María Luisa Notar. Olga Zubarry (extra)
Mi novia es un fantasma – Producción LUMTION – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y
Carlos Olivari. F: Alfredo Traverso. M: Bert Rosé. E: Rodríguez Remy y Ricardo J. Connord. Mtj:
Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Pepe Iglesias, Nury Montsé, Benita Puértolas, Lalo Malcolm, Olga Casares
Pearson, Domingo Mania, José Paonesa. Cameos de Mecha Ortiz y, entre otros, Pepe Arias.
La casta Susana – Producción PAMPA FILM – D: Benito Perojo. G: Juan Carlos Muello según Le fils a
papa de Anthony Mars y M. Devallieres y la opereta de Jean Gilbert. F: Pablo Tabernero. M: Jean Gilbert
con arreglos de Paul Misraky. E: Gregorio López Naguil y Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Kurt Land.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Alberto Bello, Héctor Calcaño, María Santos,
Raimundo Pastore, Homero Cárpena, Tilda Thamar.
1945
María Celeste – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Julio Saraceni. G: Alejandro Casona
según su obra teatral El misterio del María Celeste. F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Juan
J. Renard. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Pedro López Lagar, Mirtha Legrand, Eduardo Cuitiño, Ilde Pirovano, Luis Otero, Alberto
Terrones, Tito Alonso, Pepito Petray, Adriana Alcock.
La señora de Pérez se divorcia – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César
Tiempo según obra teatral de V. Sardou Divorçons adaptada por F. Oyarzábal. F: Alfredo Traverso. M:
George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Felisa Mary, Miguel Gómez Bao, Héctor Méndez, Tito
Gómez, María Luisa Notar, Teresa Pintos, Tilda Thamar, Rita Juárez.
1946
Cinco besos – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis Saslavsky. G: Ariel Cortazzo y
Saslavsky. F: Alberto Etchebehere. M: Rodolfo Sciammarella. E: Raúl Soldi. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Escalada, Elena Lucena, Lalo Maura, Benita Puértolas, Ana Nieves,
Iris Martorell, Warly Ceriani.
Un beso en la nuca – Producción LUMITON – D: Luis Mottura. G: Julio Porter según obra de Aldo De
Benedetti. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord y Francisco Guglielmino.
Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Escalada, Pedro Quartucci, María Esther Podestá, Yeya Duciel,
Manuel Díaz.
1947
Treinta segundos de amor – Producción LUMITON – D: Luis Mottura. G: Julio Porter según obra de
Aldo de Benedetti. F: Hugo Chiesa. M: George Andreani. E: Ricardo Connord y Álvaro Durañona y
Vedia. Mtj: Antonio Rampoldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Escalada, Felisa Mary, Miguel Gómez Bao, Marianita Martí, María
Esther Podestá, Pablo Acciardi, Amadora Gerbolés.
20
El retrato – Producción EMELCO – D: Carlos Schlieper. G: Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba
Welsh. F: Humberto Peruzzi. M: Bert Rosé. E: Juan Jacoby Renard y Álvaro Durañona y Vedia. Mtj:
Gerardo Rinaldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Héctor Calcaño, Sara Olmos, Osvaldo Miranda, María
Santos, Carlos Enríquez, Alberto de Mendoza y la participación especial de Alberto Bello.
Como tú lo soñaste – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Lucas Demare. G:
Homero Manzi según Un día de octubre de George Kaiser. F: Francis Boeniger. M: Lucio Demare y Juan
Ehlert. E: Germán Gelpi. Mtj: Atilio Rinaldi.
Intérpretes: Francisco Petrone, Mirtha Legrand, Sebastián Chiola, Juana Sujo, Guillermo Battaglia,
Federico Mansilla, Enrique Chaico, José María Gutiérrez.
1948
Pasaporte a Río – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: César Tiempo y
Tinayre según argumento de Luis Saslavsky. F: Antonio Merayo. M: Guillermo Cases y Juan Ehlert. E:
Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Arturo de Córdova, Francisco de Paula, Eduardo Cuitiño, Pedro Maratea,
Zoe Ducós, Nathán Pinzón, Domingo Sapelli, Alfredo Jordán, Toni Muñoz, Mecha López.
1949
Vidalita – Producción EMELCO – D: Luis Saslavsky. G: Saslavsky y Ariel Cortazzo. F: Pablo
Tabernero. M: Alejandro Gutiérrez del Barrio, Luis Gianneo, Juan Ehlert y Sebastián Piana. E: Álvaro
Durañona y Vedia. Mtj: Gerardo Rinaldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Narciso Ibáñez Menta, Fernando Lamas, Oscar Valicelli, Analía Gadé,
Milagros de la Vega, Leticia Scury, Lucía Barause, Pilar Gómez, Amalia Sánchez Ariño.
La doctora quiere tangos – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Alberto de
Zavalía. G: Román Viñoly Barreto y Rodolfo Domínguez (seudónimo de Zavalía). F: Antonio Merayo.
M: Mariano Mores. E. Raúl Soldi. Mtj: José Serra.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Mariano Mores, Felisa Mary, María Santos, Diana Maggi, Claudio Martino,
Gloria Ferrandiz, Osvaldo Martín y la actuación especial de Yeya Duciel.
1950
La vendedora de fantasías – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Tinayre,
Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh. F: Alberto Etchebehere. M: Víctor Schlichter. E: Gori
Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Alberto Closas, Francisco Charmiello, Homero Cárpena, Nathán Pinzón,
Beba Bidart, Haydée Larroca, Diana de Córdoba, Pilar Gómez y la actuación especial de Alberto Bello.
Esposa último modelo – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Carlos Schlieper.
G: Schlieper y Ariel Cortazzo según obra teatral de Tito Insausti y Arnaldo Malfati. F: Francis Boeniger.
M: Víctor Schlichter. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli.. Mje: Atilio y Raúl Rinaldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Ángel Magaña, Felisa Mary, Amalia Sánchez Ariño, Osvaldo Miranda,
Nélida Romero, Carlos Enríquez, Ángel Walk, Olga Casares Pearson, Aurelia Ferrer.
1951
El pendiente – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: León Klimovsky
supervisado por Mario Soffici. G: Ulyses Petit de Murat y Samuel Eichelbaum según cuento The earring
de William Irish. F: Francis Boeniger. M: Julián Bautista. E: Mario Vanarelli y Germán Gelpi. Mtj:
Ricardo Rodríguez Nistal y Atilio Rinaldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, José Cibrián, Héctor Calcaño, Raúl del Valle, Pina Castro, María Esther
Buschiazzo, Carmen Giménez y la colaboración especial de Francisco de Paula.
1952
21
La de los ojos color del tiempo – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G:
Gabriel Peña (seudónimo de Amadori) según la novela de Guy de Chantepleure Lil, la de los ojos color
del tiempo. F: Antonio Merayo. M: Juan Ehlert. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Carlos Thompson, Ricardo Galache, Antonia Herrero, Diana Myriam Jones
y la colaboración especial de Zoe Ducós.
1954
Tren internacional – Producción Daniel Tinayre para CINEMATOGRÁFICA CINCO – D: Daniel
Tinayre. G: Tinayre y Arturo S. Mom. F: Humberto Peruzzi. M: Víctor Schlichter. E: Álvaro Durañona y
Vedia. Mtj: Nicolás Proserpio.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Alberto Closas, Florindo Ferrario, Herminia Franco, Diana Ingro, Enrique
Chaico, Tomás Simari, Adolfo Linvel, Olga Casares Pearson, Cayetano Biondo y la actuación especial de
Gloria Guzmán.
1955
El amor nunca muere – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Luis César
Amadori. G: del segundo episodio, Luis Martín de San Vicente (seudónimo de Amadori). F: Francis
Boeniger. M: Tito Ribero. E: Mario Vanarelli y Germán Gelpi. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez
Nistal.
Intérpretes del segundo episodio: Mirtha Legrand, Alfredo Alcón, Enrique Chaico, Héctor Mèndez,
Herminia Franco, Florindo Ferrario, José de Ángelis.
1956
La pícara soñadora – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Ernesto Arancibia.
G: Abel Santa Cruz. F: Francis Boeniger. M: Tito Ribero. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli. Mtj: Atilio
Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal
Intérpretes: Mirtha Legrand, Alfredo Alcón, Amalia Sánchez Ariño, Ricardo Galache, Violeta Antier,
Blanca Tapia, Emilio Gaete.
1959
En la ardiente oscuridad – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Eduardo
Borrás según obra teatral de Antonio Buero Vallejos. F: Alberto Etchebehere. M: Juan Carlos Paz. E:
Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Lautaro Murúa, Duilio Marzio, Luisa Vehil, Élida Gay Palmer, María Vaner,
Leonardo Favio, Ignacio Quirós, Osvaldo Terranova, Enrique Kossi, Alberto Rinaldi.
1960
La patota – Producción Daniel Tinayre y Eduardo Borrás para ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel
Tinayre. G: Eduardo Borrás. F: Antonio Merayo. M: Lucio Milena. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli.
Mtj: Jorge Garate.
Intérpretes: Mirtha Legrand, José Cibrián, Milagros de la Vega, Ignacio Quirós, María Esther Buschiazzo,
Florén Delbene, Silvia Nolasco, Ovidio Fuentes y las actuaciones especiales de Walter Vidarte, Luis
Medina Castro y Alberto Argibay.
Sábado a la noche, cine – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – G: Rodolfo M. Tabeada y
Fernando Ayala según argumento de David Viñas y Ayala. F: Aníbal González Paz. M: Astor Piazzolla.
E: Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal.
Intérpretes: Mirtha Legrand y Duilio Marzio actúan en la película dentro de la película.
1962
Bajo un mismo rostro – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Silvina
Bullrich sobre novela de Guy des Cars Las hijas de la alegría. F: Alberto Etchebehere. M: Lucio Milena.
E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
22
Intérpretes: Mirtha y Silvia Legrand, Jorge Mistral, Ernesto Bianco, Mecha Ortiz, Wolf Rubinsky,
Haydée Larroca, Maurice Jouvet, Noemí Laserre, Cayetano Biondo y la actuación de Ana Luisa Peluffo.
NOTA: Luego de mantener una feroz pelea con Daniel Tinayre, Jorge Mistral se marchó y tuvo que
doblar su voz Fernando Siro.
1963
La cigarra no es un bicho – Producción DANIEL TINAYRE y EDUARDO BORRÁS – D: Daniel
Tinayre. Guión: Eduardo Borrás sobre novela homónima de Dante Sierra. F: Alberto Etchebehere. M:
Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate
Intérpretes (por orden alfabético): María Antinea, Amelia Bence, José Cibrián, Elsa Daniel, Narciso
Ibáñez Menta, Mirtha Legrand, Ángel Magaña, Malvina Pastorino, Luis Sandrini, Enrique Serrano.
1965
Con gusto a rabia – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – D: Fernando Ayala. G: Luis Pico
Estrada, Ayala, Carlos Itzcovich y Jorgelina Aráoz (Sara Gallardo) según argumento de Pico Estrada. F:
Alberto Etchebehere. M: Astor Piazzolla. E: Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Alfredo Alcón, Marcela López Rey, Jorge Barreiro, Maurice Jouvet,
Mónica Mihanovich, Margarita Palacios, Horacio Nicolai y la actuación especial de Ricardo Trigo.

FILMOGRAFÍA EN ESPAÑA
1952
Doña Francisquita – Producción Benito Perojo para CIFESA – D. Ladislao Vajda. G: José Luis Colina,
José Santugini y Vajda según la zarzuela homónima de Fernández Shaw y Federico Romero.F: Antonio
López Ballesteros (Cinefotocolor). M: Amadeo Vives. E: Sigfrido Burman. Mtj: Antonio Ramírez de
Loaysa.
Intérpretes: Mirtha Legrand, Armando Calvo, Emma Penella, José Isbert, Antonio Casal, Julia Lagos,
Antonio Riquelme, Jesús Tordesillas.

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Mirtha Legrand

  • 1. 1 MIRTHA LEGRAND “No podrán decir que no les he dado mi vida.”. La carrera de Rosa María Juana Martínez Suárez comenzó en Villa Cañás, provincia de Santa Fe, el 23 de febrero de 1927. Junto con ella vino al mundo su gemela, María Aurelia Paula Martínez Suárez, y había ya un hermano mayor, José Antonio Martínez Suárez. Su padre murió en 1936. En 1939 y 1940, radicada la familia en Buenos Aires, las gemelas ganaron un concurso de carnaval en Avda. de Mayo -en 1940 fue Rosa María-, lo que implicó una aparición ante las cámaras en un vehículo Marshall, HAY QUE EDUCAR A NINÍ (Luis César Amadori-1940). También había existido una conexión entre la madre de las gemelas y Chas de Cruz. Los edulcorados artículos de internet quieren que las hermanas hayan estudiado arte dramático, primero en Rosario y luego en Buenos Aires. En verdad hubo clases de recitado y danzas españolas. En la Academia Gaete se encontraron con Lolita Torres. La madre de las gemelas consiguió que Ricardo Cerebello se convirtiera en representante de las jóvenes promesas. Cerebello era un antiguo actor y músico que venía trabajando en el medio desde fines de los años 20 en roles ínfimos hasta que descubrió las ventajas del diez por ciento. La rebautizada -por Cerebello- Mirtha Legrand comenzaría su largo romance con el espacio audiovisual argentino. En un comienzo, los Mentasti y Amadori vieron la posibilidad de envasarlas juntas. El realizador concibió, de este modo, SOÑAR NO CUESTA NADA (1941). Casi simultáneamente y en LUMITON, la presencia de la adolescente de 14 años había llamado la atención de Francisco Mugica, quien la dirigió en LOS MARTES, ORQUÍDEAS (1941). Al parecer, Enrique Serrano no la quería en una manufactura que le correspondía tanto a él como a Juan Carlos Thorry. Las gemelas también habían pasado, según Mirtha, raudamente por NOVIOS PARA LAS MUCHACHAS (Antonio Momplet-1941) y tanto, que ni Silvana Roth ni Homero Cárpena ni el investigador las recuerdan en esa manufactura. . Tuvo tres hermanas en la película de Mugica: Zully Moreno, la mayor, Nury Montsé, la más desenvuelta y Silvana Roth, la pérfida. Esta última recuerda hoy día que “el rodaje fue divertido. Nosotras nos hallábamos en la época de aprendizaje y la verdad es que mirar a aquellos característicos como Serrano, Felisa Mary, Ana Arneodo y Juan Mangiante, observar de qué modo se movían delante de la cámara, era una verdadera lección. Por supuesto, nadie sabía que esa película iba a resultar tremendo éxito. Mirtha tenía pocos puntos de contacto con el personaje. No era ninguna ingenua y ya resultaba altamente competitiva”. La imagen Legrand, sin embargo, se impuso como la joven que sueña con el Efraín de María -la novela de Jorge Isaacs- y lo encuentra en un individuo bastante vulgar llamado Rosetto, a cargo de un impecable Juan Carlos Thorry. En aquellas películas había siempre una escena a la que podríamos denominar el balcón de las flores. En la misma, la pareja estelar se entregaba a los, en fin, efluvios amorosos. Mugica la usó aquí para que el impaciente Rosetto se burlara de la niña que recita el poema sobre las flores y quiere proseguir con el de las estrellas. A decir verdad, y mientras se esmera por el
  • 2. 2 destino de su ropa alquilada, el tal Rosetto se muestra bastante impaciente con la jovenzuela. Esta, a su vez, es objeto de burla de sus hermanas. Si las intenciones de Mugica habían sido las de mostrar una de tantas comedias amables a las que estaba acostumbrado, esta vez la presencia Legrand pudo salirse del molde e imponer la moda de la ingenua. Ese mismo año, María Duval haría lo propio en una manufactura mucho más barata, CANCIÓN DE CUNA (Gregorio Martínez Sierra-1941). Años más tarde, Delia Garcés diría que sólo había escuchado exclamaciones de sorpresa en el cine argentino, ante la aparición en cuadro de Mirtha Legrand y de Pedro López Lagar. Puede ser que tuviera razón. Para LUMITON, esta imagen encarnaba a la adolescencia de la burguesía surgida en los años 30, asociada a un país agroganadero -los reyes del durazno en lata-. Carecían de modales y tampoco tenían un estilo propio, de manera que imitaron las figuras de la revista El Hogar. En el caso de los estudios de Munro, la imagen anduvo durante un lapso por los albañales de la cursilería. El poder de convicción de María Duval trascendía el paupérrimo material que le brindaban. No era este el caso Legrand. Amadori no podía tomarse en serio el universo propuesto y SOÑAR NO CUESTA NADA ofreció a las gemelas en lo que mejor sabía hacer este realizador: la farsa. Que Legrand no tenía nada de ingenua y que, como dijo el cámara y fotógrafo Pedro Marzialetti, “le descubrieron enseguida el lado pícaro” puede rastrearse ya en esta manufactura de la SONO. Amadori le dio mucho más metraje a Trencitas -la joven huérfana que se hace pasar por la educadísima Silvia- y la rodeó con un elenco de valía: Francisco Álvarez, Roberto Airaldi, Oscar Valicelli, Hilda Sour y Maruja Gil Quesada. La trayectoria de la mejor farseuse que ha tenido el cine argentino comienza, precisamente, en este vehículo donde Legrand es ya lo que no es y de ese modo se la vende al público. Mostró, bajo la experta dirección de Amadori, una desenvoltura y un alto grado de desfachatez que mitigaron el efecto de LOS MARTES, ORQUÍDEAS. El realizador la seguiría viendo como una graciosa impostora cuando catorce años después la dirigiera en el segundo episodio de EL AMOR NUNCA MUERE. Y utilizando, además, el mismo código gestual. Radio Splendid contrató a las gemelas y los memoriosos recordaban hasta los años 60 de qué modo aullaban. La audición de marras se llamaba Mirtha y Silvia: El club de la amistad. La madre y Cerebello no se habían decidido aún. Aceptarían al sello que prometiera la seguridad de un contrato. La SONO se quedó con Silvia y LUMITON con Mirtha, a quien contrataron por cinco años. La niña María Aurelia Martínez, según rezan los créditos, estuvo en EFA en EL MÁS INFELIZ DEL PUEBLO (J.L. Bayón Herrera-1941), pero en ese 1941 muy ocupado no sabían aún cual sería su destino. Debieron cumplimentar para los Mentasti CLARO DE LUNA (Luis César Amadori-1942), con toques de folletín y menos exitosa que la primera aventura. No volverían a aparecer juntas hasta la década del 60. Ella exigió, además, un puesto para su hermano en los estudios de Munro. El problema es que en el segundo producto Mugica, EL VIAJE (1942), un guión especialmente escrito por el dúo de LOS MARTES, ORQUÍDEAS -Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari-, la ingenua se muere. “Creo que el público no perdonó que lo desorientaran pensando que la enferma era la
  • 3. 3 madre”, admitió Aída Luz. “Resultaba un golpe bajo”. Por otra parte, es un artefacto cuya estructura deja mucho que desear, con una puesta en escena en exceso teatral y un muy maduro Roberto Airaldi como pretendiente. El público lo había visto funcionar como su padre ficticio en la SONO. En ADOLESCENCIA (Francisco Mugica-1942), su rol de Elvira estuvo por completo subordinado al de Ángel Magaña, y Silvana Roth se encargó de inyectar veneno como sólo ella sabía hacerlo. El problema es que el mundo de los adolescentes masculinos tuvo mayor relieve y las jóvenes aparecieron como aspirantes a amas de casa con un candidato seguro y de buen pasar. ADOLESCENCIA puso al descubierto de manera cruda los mecanismos de no pocas de las muchachas de la alta burguesía de aquellos años, sumidas en un nirvana enfermizo, sin otra puerta de salida que un ventajoso casamiento. Como si el tiempo no pasara, y con el objeto de demostrar que nuestros sectores medios se mantenían imperturbables, Enrique Carreras volvió a filmar este argumento con Palito Ortega-Evangeliza Salazar en 1966. Se llamó SU PRIMERA NOVIA. Donde dio muestras de haber progresado y mucho fue en EL ESPEJO (Francisco Mugica-1943). Este producto, un verdadero texto-estrella, le pertenece por entero y demostró que podía encargarse de llevar adelante un argumento de los guionistas de siempre sin problemas. Frente a una hermosa y experimentada Alicia Barrié -su hermana en la historia-, o con la obsesión habitual por Roberto Airaldi, Legrand fue capaz de otorgar credibilidad a la solterona que cría al sobrino -Jorge Salcedo-, fruto de amores clandestinos. Mugica se preocupó bastante más por el relato, ubicado a fines del siglo XIX, y obtuvo de ella un gran poder de persuasión. Luego, en cartel francés, cumplió el deslucido rol de novia en SAFO, HISTORIA DE UNA PASIÓN (Carlos Hugo Christensen-1943), el segmento menos interesante de esta película y rodado de manera convencional. Entonces sobrevino la catarata de roles pícaros, utilizando la terminología de Marzialetti. De entre ellos, hay que advertir un serio fracaso como LA CASTA SUSANA (Benito Perojo-1944), confeccionada por PAMPA FILM y en un préstamo de LUMITON, sello con el que su madre mantenía verdaderas batallas campales. A pesar de las críticas favorables, no fue aceptada por el público en esta superproducción que contribuyó al hundimiento de PAMPA FILM. Pero en LA PEQUEÑA SEÑORA DE PÉREZ (Carlos Hugo Christensen1944), volvió a reverdecer laureles. César Tiempo y Julio Porter adaptaron una comedia húngara -la ofrecieron como propia- y ella encarnó el sueño de no pocas adolescentes de aquel momento: casarse con el profesor de quien se ha enamorado. En la actualidad el verbo casarse podría ser reemplazado por otro y el asunto no variaría mucho. Demostró en este vehículo su capacidad para la reacción y un ritmo que distingue a todo buen comediante. Hasta el momento, Paulina Singerman había sido el puntal de la comedia y continuaría siéndolo en teatro. Además, el trono Singerman fue heredado por Malisa Zini. Legrand es, como se dijo, una farseuse, variable digna de tenerse en cuenta. La farsa exige de parte del actor una segura manera de mentir, creyendo y haciendo creer
  • 4. 4 que dice la verdad. Mientras el comediante es consciente en todo momento y absolutamente cerebral, quien se dedique a la farsa debe experimentar lo que sucede a su alrededor, el caos que genera, como si fuera una víctima inocente y, aunque sepa que no lo es, se autoengañe y contagie al auditorio. En este aspecto, ella es única. Tanto la Academia como los Cronistas la distinguieron como la mejor actriz del año por esta película. MI NOVIA ES UN FANTASMA (Francisco Mugica-1944) volvió a ubicarla como una impostora, reemplazando a la que sufre el accidente fatal -la hija de su empleadora, Olga Casares Pearson, es la tonificante Nury Montsé- No avanzaba: era la vieja fórmula de Amadori en SOÑAR NO CUESTA NADA..Con la ayuda de la siempre guaranga Benita Puértolas logra aterrorizar a Pepe Iglesias gracias a esta mucama que sueña con el cine y logra ver a varios de los integrantes del elenco estable de LUMITON -desde Mecha Ortiz a Pepe Arias-. Fue prestada a la SONO para un desatino llamado MARÍA CELESTE (Julio Saraceni-1945), lo que aumentó sus iras y a esto se añadió la nada amistosa relación con Pedro López Lagar, su compañero de fórmula en este folletín sobre el barco perdido. Del mismo modo, LA SEÑORA DE PÉREZ SE DIVORCIA (Carlos Hugo Christensen-1945) adquirió relevancia sólo por la presencia de ella y de Thorry, además de Héctor Méndez, quien le dice al médico la frase del año: - Llegás tarde a una fiesta que ya se ha terminado. Es la frase del año por los subtextos: en primer término, los conflictos políticos del país o, más concretamente, la llegada del peronismo, colocaban a LUMITON en una posición delicada. En segundo lugar, las pullas que a estas alturas estaba recibiendo Legrand –también Duval- por sus papeles iban subiendo de tono. Su gemela se había retirado de circulación al casarse con un militar. Ella esperaba hacerlo, pero dentro de la industria. “Siempre quiso a un director por marido”, indicó Silvana Roth. “Primero se entusiasmó con Christensen, pero tanto su madre como su hermano la disuadieron. Ya sabíamos que Zully Moreno era pareja de Amadori, y que Susana Freyre le había echado el ojo a Christensen, luego de que este también fuera rechazado por María Duval”. Aquella frase del personaje de Héctor Méndez se iba haciendo realidad, porque sus comedias eran cada vez más anodinas. Se la estaba desaprovechando. Tal vez lo mejor del lote sea CINCO BESOS (Luis Saslavsky-1946), en préstamo a la SONO, porque las dos de Luis Mottura no rindieron en boletería: ni UN BESO EN LA NUCA ni TREINTA SEGUNDOS DE AMOR, ambas rodadas en 1946, le sirvieron para otra cosa que para terminar su contrato con el sello de Munro. En las tres, su pareja había sido Roberto Escalada, alguien a quien no se recordará precisamente como comediante y con quien estableció algo menos que tenue química. Durante el rodaje de CINCO BESOS había conocido a Daniel Tinayre y se casaron en mayo de 1946. Vendieron la exclusiva a Radiolandia y ella, por fin, se desvinculó de LUMITON. Su resurrección vino de la mano de Carlos Schlieper, quien volvió a emparejarla con Juan Carlos Thorry en EL RETRATO (1947), ahora para EMELCO. Ya no volvería a Munro. Se había convertido, nadie lo pone en duda, en una experta en relaciones públicas, a juzgar por su
  • 5. 5 romance con la prensa y el público. Su natural simpatía la transformaba en una figura mucho más próxima a la audiencia histórica que la mayoría de sus pares. El espectador común le había disculpado sus tropiezos y el secreto resida, tal vez, en lo siguiente: las historias que ella protagonizaba podían ser tontas, pero ella no lo era. En última instancia no importaban, porque Legrand vendía glamour. “Schlieper la vio siempre como una mujer de su casa, en primer término, y luego como una actriz. Para él era una señora muy elegante y algo despistada que tenía por objetivo el matrimonio”, comentó más tarde Nélida Romero. “Era muy feliz cuando filmó EL RETRATO -estaba embarazada-, y creo que es evidente que el clima que se desprende de la película es de una total armonía”. Contra lo que opinan muchos colegas y cierta gente de la industria, el casamiento y la maternidad contribuyeron y en no poca medida a la consolidación del símbolo Legrand de aquella época. La usina había comprado a la muchacha rubia y de ojos claros pero no iba a seguir tolerándola mientras recibiera LOS MARTES, ORQUÍDEAS. El imaginario por el que deambulaba requería de una mujer a la Hollywood pero, eso sí, de vida ordenada y límpida, siempre dispuesta a entregarse por entero a los consumidores. Su cartel había adquirido la suficiente importancia como para aparecer sola antes del título en EL RETRATO. Clementina nieta se nos ofrece, primeramente, como la resignada cónyuge que tolera las aventuras de su marido, Raúl -Juan Carlos Thorry - y vive en un mundo de ensueño, el mismo que había frecuentado en LUMITON y con igual pareja. Sus lloriqueos y su ansiedad la ubican dentro del registro de aquella Electra de pacotilla. Clementina abuela -Cleme-, la que desciende de EL RETRATO para ayudarla, es una mujer completa. Hubo que subirle la edad, algo que no la molestó en absoluto. En este segundo personaje estuvo como nunca y demostró que, bien dirigida, era verdaderamente una maravilla. La acompañó en su lucimiento un impecable Alberto Bello como el abuelo, con el que se suceden los tropezones de rigor. Hay un plano antológico en el que ambos recuerdan el pasado y que no es muy frecuente en Schlieper. Si esta vez el realizador dejó paso a la nostalgia, no fue tanto por el guión de Emilio Villalba Welsh y Alejandro Verbitsky, sino porque esta imagen necesitaba aún de la pausa reflexiva. El resto del prolongado segmento Clementina nos ofrece a una mujer chispeante que había dejado, por fin, de lado, al segmento de la ingenua. La secuencia en la que todos esperan a la que ofrece orchata y aparece Cleme iconografiada a lo Verónica Lake-Tilda Thamar es de antología, así como también el baile que le sucede a esta nueva mujer del atolondrado Don Juan -corriendo detrás de Sara Olmos-. Legrand es rotunda en cuanto a su semejanza con una contraparte hollywoodense. Hay que comprender esto de la venta de glamour en aquel cine. Por otra parte, la burla al psicoanálisis -a cargo de Héctor Calcaño como Ladislao Tomai, con diploma de la universidad de Viena- algo hecho con altura en base a una epidemia de frutillas con crema, surtió efecto. La primera Cleme es tan simple que, siguiendo el consejo de la
  • 6. 6 publicidad, visita al dentista. Este le recomienda al terapeuta. Y este, a su vez, le sugiere que, por la noche, “rece después”. Abriendo los ojos y con la expresión de aquella ingenua que ya le conocíamos, pregunta: - ¿Después de qué, doctor? El impagable Héctor Calcaño -que volvería a repetir este papel en ARROZ CON LECHE (1950)- mira hacia arriba, como pidiendo paciencia. Su imagen como la segunda Cleme deleitó a la audiencia histórica que hasta ese momento carecía de una farseuse de semejante calibre. Si la Municipalidad la había distinguido como Mejor Actriz por LA SEÑORA DE PÉREZ SE DIVORCIA, no se explica cómo pudieron saltearla a la hora de los premios por EL RETRATO. Para compensar el éxito se fue a ASOCIADOS a ser dirigida por Lucas Demare en COMO TÚ LO SOÑASTE (1947) y en anómala compañía como la de Francisco Petrone. Ese mismo año y pocos meses antes ASOCIADOS había estrenado NUNCA TE DIRÉ ADIOS y Zully Moreno había intervenido en ella. ¿Por qué no Mirtha Legrand? “Cuando ASOCIADOS dejó entrar a Joaquín Lautaret y a esa gente en la producción ejecutiva, empezaron los grandes proyectos con estrellas. En realidad, ya no nos diferenciábamos del resto de los sellos”, admitió René Mugica. COMO TÚ LO SOÑASTE resulta hoy interesante por varios motivos. En primer lugar y, como estructura, Demare consiguió un melodrama ayudado por la fotografía de Francis Boeniger y una estupenda iluminación. Además, la adaptación de UN DÍA DE OCTUBRE de George Kaiser sirve para comprobar las contradicciones ideológicas de Homero Manzi, autor del cinedrama. Nadie puede negar el esfuerzo de la puesta en escena, incluso en el área actoral. Algunos secundarios sabían de qué iba la cosa -Federico Mansilla como el mayordomo y la excelente y sobreactuada Juana Sujo en el rol de Julieta, el cerebro que corre detrás del dinero-. Legrand fue segunda en el reparto, a la derecha del cuadro, ya que a la izquierda figuraba Petrone. Lo propio había ocurrido con la pareja Ángel Magaña-Zully Moreno. Aunque Petrone tenga poder de convicción, es difícil imaginarlo como Juan Marcos Marrien, proclive a la bohemia y a la música denominada clásica -es concertista y catedrático-. No era un papel que lo estaba aguardando. Ella aparece iconografiada de manera mucho menos convencional: teñida de castaño oscuro -o usando una peluca-, con un vestuario de fines del siglo XIX. Catalina vive un 14 de octubre, en su pueblo, una aventura que pone al descubierto la psicosis. Cree haber tenido un hijo de Marrien, cuando en verdad es Felipe -Sebastián Chiola-, el carnicero, el padre de la criatura. Hay un segmento de este melodrama en el que ella baja por las escaleras en medio del ensueño -Marrien le ha dicho la verdad- y, mediante la utilización de planos inclinados que nos demuestran la locura, sale de la casa para caer y no reaccionar hasta que vuelve a ver a su objeto erótico. Se la ayuda a tal punto con iluminación difuminada, tenues barridos en la fotografía, que es casi imposible reconocerla, lo que significa un elogio.
  • 7. 7 Nadie puede negar que haya hecho lo máximo, porque se convierte en una pieza más de la utilería y sirve a los propósitos de Demare. En este aspecto, no se esfuerza tanto como Zully Moreno en NUNCA TE DIRÉ ADIOS. “Pero era muy limitada. Cuando ve a Felipe y lo reconoce, hacia el final de la película y llama a Juan Marcos, hubo que doblarla. Le pedimos a otra que pegara el grito, porque ella no podía darlo”, admitió René Mugica. Lo dicho por este integrante de ASOCIADOS puede ratificarse hoy día, ya que ella no alcanza a proyectar el ensueño. Tanto el libro como la dirección intentan no ofrecernos la imagen de una psicópata, sino la de una muchacha enamorada. Esto hace pedazos cualquier intento de reivindicación de este film. Por una vez no vendió glamour y es necesario poner de relieve su esfuerzo, que no resultó. Existe un dilema en Argentina: todo actor que se precie debe volverse dramático. ¿Por qué? La comedia ha sido siempre subvalorada y a tal punto que la misma Legrand ha llegado a menospreciar muchos de sus excelentes roles de farseuse. Luego de aquella explosión que se llamó DIOS SE LO PAGUE (Luis César Amadori-1948), la SONO puso a disposición de la pareja Legrand-Tinayre a Arturo de Córdova. Demostraban que la imagen Zubarry de EL ÁNGEL DESNUDO (Carlos Hugo Christensen-1946) había borrado definitivamente la categoría ingenua. Ella fue obligada a trabajar en un teatro de baja estofa, en calidad de corista. El guión es lo de menos y lo que importa es la técnica, tal como ocurre siempre con Tinayre. La manufactura se llamó PASAPORTE A RÍO y ella se defendió como pudo, pero no logró ponerse a la altura del actor mexicano. Fue iconografiada con trajes ajustados y se la encorsetó de tal modo que parece una caricatura de la época. Al contrario de lo que había ocurrido con Schlieper, la protagonista de PASAPORTE A RÌO es un producto artificial, casi una joven disfrazada que mantiene el idilio correspondiente con el médico de la Marina Mercante -Francisco de Paula-. El resultado en boletería fue excelente, pero si hoy día alguien recuerda a DIOS SE LO PAGUE, no está a su altura. Los defensores de Tinayre continúan reivindicando este producto. Vista hoy, la Nina Reyes de esta dama es lo más parecido que puede encontrarse a una personalidad glamorosa a la manera de Hollywood: en este aspecto no tenía iguales en el mundo latinoamericano ni español. No obstante, su registro demuestra a las claras que no ha nacido para el melodrama -puede confrontarse el momento en que sufre un ataque de histeria antes de que el galán le propine sonora bofetada-. Por otra parte y en el hotelucho, cuando le tira al Turco -Nathán Pinzón- los quinientos pesos, se equivoca de película. - ¿Los tenía guardados en el colchón? – pregunta el Turco. - Se los hubieran comido las cucarachas – responde Nina. “Ella tenía que machacar la frase con bronca”, admitió Pinzón. “El problema es que no resultaba creíble porque en aquellos años era incapaz de dar la agresividad que le correspondía a una mujer con bastante experiencia. Además, a mí me causaba gracia que el asesino le hubiera regalado los quinientos sin nada a cambio. Pero el público se tragó el anzuelo. Fue un éxito
  • 8. 8 absoluto”. Del mismo modo, no le cedió cartel a de Córdova y ella figura en primer término. En 1949, y otra vez en EMELCO, apareció en la controvertida VIDALITA (Luis Saslavksy-1949). “No la prohibieron pero la tiraron a la basura. Los militares, tan llenos de testosterona, no pudieron admitir que hubiera un caso de travestismo tan flagrante”, admitió años más tarde el director. “Y lo cierto es que había sido un rodaje difícil y ella era la única que podía encarnar ese papel”. Hay que tener buena voluntad o ceguera para creer que Legrand es un hombre. Alguno de estos dos componentes debió invadir tanto al lunático abuelo -Narciso Ibáñez Menta- como a los galanes de turno -Fernando Lamas y Oscar Valicelli- para aceptar el trueque. Hoy día se aprecia la llegada de la volanta la estancia y la famosa secuencia del malón. Ambas dan cuenta de la puntillosa mano de Saslavsky y del equipo. Ha sido revalorizada y con justicia – los rubros técnicos son impecables-. Ella siguió avanzando en calidad de farseuse y el investigador cree que no se aplaude a Vidalita cuando entra a la estancia sino a la estrella-símbolo Legrand. Muy cuidadosa de su situación en la industria, la pareja intentó no mezclarse en política. Según Saslavsky, “Tinayre intentó convencerme de que podía interceder por mí ante las autoridades, pero yo le dije que no, que me X iba”. Legrand no participaba en actos proselitistas, salvo en casos de extrema necesidad. Ambos constituyen un ejemplo de que se podía vivir y trabajar en la época y no morir en el intento. “Si hubo dos directores a los que jamás les faltó celuloide, fueron Amadori y Tinayre”, sostuvo Silvana Roth. Si ella concedía entrevistas a la prensa de manera constante, se cuidaba muy bien de aparecer únicamente en los lugares indicados y se mostraba siempre cercana a su público. Desde el vamos y con pericia innata había aprendido el valor de venderse como una estrella que no tiene otra vida que la de ser una estrella. Favorita de la prensa, siempre estaba dispuesta a que su texto se expandiera a través de innumerables reportajes que la ofrecían en otros roles que ejercía en su vida particular: el de madre y el de señora de Tinayre. Como símbolo auténtico que era, vivía para un exterior siempre dispuesto a devorarla. Al revés de la otra manufactura-símbolo, Zully Moreno, no estaba dispuesta a alejarse de las luces que otorga el reconocimiento público. Si Moreno estaba altamente comprometida por su relación con Apold y la SONO y, de hecho, se mantenía alejada, Legrand supo desde siempre que una estrella debe entregarse por entero a su público dispuesto siempre a consumirla. Las conexiones políticas de Moreno -y su tendencia a la privacidad- la exceptuaban de dar este paso. Para ASOCIADOS y dirigida por Alberto de Zavalía protagonizó LA DOCTORA QUIERE TANGOS (1949) con Mariano Mores, otro de sus éxitos absolutos. Con anteojos y aparentando seriedad, es nada menos que el cerebro en una familia compuesta por dos hermanas como la excéntrica María Santos y una muy achispada Yeya Duciel. El guión del propio director y de Román Viñoly Barreto la transforma, paulatinamente, de una rígida profesional en una desatada -gracias al alcohol- mujer que termina destrozando el alumbrado público en compañía de Mores. Zavalía se encargó de tomarle el pelo a Saslavsky. En el momento en que ella va a ser descubierta en compañía
  • 9. 9 del músico, la exultante Yeya Duciel, en traje de baño, aparece delante de las rígidas señoras del pueblo. Ante la pregunta de la doctora: - ¿Qué has hecho? la hermana menor responde: - Salvarte. ¿No viste HISTORIA DE UNA MALA MUJER? Sin embargo, hasta muchos años más tarde la gente recordaba uno de los peores hábitos de la señora Legrand: el vestuario. Al parecer, le habían tirado todos los trapos del guardarropa encima. “Ella era y es muy vistosa”, indicó Nélida Romero, “de manera que había que tener mucho cuidado en el maquillaje y en la ropa. No necesitaba demasiado, porque aparecía recargada”. Y luego, en la SONO, filmó a las órdenes de Tinayre el clásico de los clásicos: LA VENDEDORA DE FANTASÍAS (1950). “Si yo trabajé varias veces con Tinayre no fue tanto porque él me considerara un actor competente, sino porque jamás hice sugerencia alguna. Seguía sus indicaciones al pie de la letra”, admitió Homero Cárpena. “Ni se me pasó por la cabeza quejarme por la voz que me pusieron en esa película”, se asombró Beba Bidart. “Me hubieran armado un escándalo. Hay directores que nos respetan y debo mencionar a Amadori en este sentido. No era el caso de Tinayre para quien, me lo imagino, yo era una bataclana de cuarta categoría”. A su vez Nathan Pinzón da su visión del rodaje: “Creo que Mirtha hacía a veces las cosas como se le antojaban para contradecirlo y esto traía, indefectiblemente, serios problemas. Me pareció, aunque a lo mejor me equivoco, que le gustaba sacarlo de las casillas”. “En aquel momento, ella estaba en los cien mil pesos por película y un director cobraba la cuarta parte. En cuanto pudo, Tinayre fue a porcentaje”, reconoció luego el Dr. Juan Carlos Garate. “La rivalidad entre ella y Zully Moreno, en fin, puede que la hubiera, pero luego se exageró mucho. Pasa que cuando se filmaba LA VENDEDORA... los Amadori ya formaban parte del directorio de la SONO”. Vale la pena extenderse sobre esta película porque con los años hemos ido estudiando el famoso plano en el que Tinayre le hace decir a la protagonista: - ¿Acaso no soy la vendedora de fantasías? Tal vez el interrogante que lanza la imagen a la audiencia histórica como una interpelación estuviera ya en el guión de Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh, pero el realizador no la deslizó como una frase más sino que intentó definir a Legrand mediante una pregunta retórica. La espléndida fotografía de Alberto Etchebehere debe tenerse en cuenta en esta película que batió records de boletería, y también el montaje de Jorge Garate. Alberto Closas iba en ascenso y los eternos malvados -Cárpena, Pinzón, Bidart- se autoparodiaron. El estupendo Alberto Bello es un plus que no puede dejarse de lado.
  • 10. 10 Tinayre reconoció luego el parentesco del artefacto con LA MUJER DEL CUADRO (Fritz Lang-1944), pero eso no le quitaba el sueño. Ni a él ni a los espectadores. Ella consiguió salirse de su casillero de farseuse para convertirse en una comediante óptima. Su objetivo es otra vez el matrimonio, con el inconveniente de que su candidato es policía y debe aclararse el robo de un collar. En su papel de Marta, Legrand consigue una verdadera creación y, tal vez, la mejor de su carrera. Martita, como le dice el señor don Jaime -Alberto Bello- es una mujer convencional y sin muchas luces. Su novio Roberto -Alberto Closas- se burla de ella: - No me vas a decir que ahora también piensas. En LA VENDEDORA... hay un desfile de mujeres que son tontas -la protagonista y su amiga Cholita, una muy sexy Haydée Larroca- o bien algo putas -Olga Bernard, un papel habitual para Beba Bidart, y también otro lugar común para aquella rubia llamada Diana de Córdoba-, además de brujas siniestras -Pilar Gómez-. No importa lo que idearan los guionistas en colaboración con el director, este brindaría su visión del mundo femenino. Lo que ocurre con Legrand es que, como pasa con las comediantes de ley, es evidente que, tras su frivolidad, oculta un cerebro que no deja de trabajar por lo que ella cree justo. Y como se dijo de Judy Holliday en NACIDA AYER (George Cukor-1950), se necesita una actriz inteligente para recrear con sagacidad una idiota. . Hay que observarla fingiéndose uno de los maniquíes de la tienda ante un sereno borracho -Francisco Charmiello-, para darse cuenta de la soltura y del desparpajo que había adquirido. De manera coherente, se le dedica una de las mejores frases de este film singular. Cuando los empleados están acomodando los maniquíes y uno advierte que ella puede no ser una muñeca, el otro le responde que no se preocupe. - Mujeres así no existen en la vida real. Es que su iconografía la transformaba en un símbolo de aquella modernidad periférica de la que hacía gala el país por aquellos años. Ha sido manufacturada a la Hollywood y, sin embargo, es auténticamente porteña. El inconveniente con LA VENDEDORA... es que existen varios lugares donde predomina un mal gusto propio de Tinayre, quien al revés de lo que pasaba con Manuel Romero, no tiene mucha simpatía hacia estos empleados de comercio. Desnuda a Haydée Larroca hasta donde puede al comienzo del film y logra que Francisco Charmiello esté verdaderamente desagradable en la fiesta de casamiento. Hoy día, la secuencia de la fiesta de bodas con el tartamudo Garófalo -Miguel Ligero- y Cholita diciendo: - Desde hoy seré una madre ejemplar y una buena amante. no resultan del agrado del investigador. Es evidente que el director se divertía mucho más con el mundo de los caricaturescos ladrones, eternamente encasillados en las zonas oscuras del lumpenaje.
  • 11. 11 Para ASOCIADOS protagonizó otro Schlieper: ESPOSA ÚLTIMO MODELO (1950), donde regresó como la tramposa María Fernanda, uno de sus brillantes trabajos de farseuse. Cantando aquello de “Alfredo, mi querido Alfredo/ vamos a la tumba, a morir los dos”, esta rica heredera estafa a un abogado naif -el tal Alfredo es Ángel Magaña- en complicidad con su abuela y su nana -Felisa Mary y Amalia Sánchez Ariño-. Hay que verla recorriendo el flamante cuarto de costura mientras oculta las etiquetas del material recién comprado y fingiéndose una perfecta ama de casa. “Puede no ser la mujer de EL RETRATO, pero es otra muchacha que necesita pescar un marido”, indicó Nélida Romero:”Es así como la veía Schlieper. De acuerdo con su particular visión, la imagen Legrand carecía de otros objetivos en la vida”. Lo cierto es que deleitó al público en compañía de Lucas Alegre -un Osvaldo Miranda que nació comediante-. El ejército de sirvientes encabezados por Carlos Enríquez y Nélida Romero nunca estuvo tan en evidencia. Ella, por su parte, dio muestras de un despiste que es, más que nada, producto de la osadía y de la desfachatez. Luego de dar un número a Alfredo, María Fernanda Alcántara añade con la mejor de sus sonrisas: - Té. - ¿Es una invitación? - No... Es Teléfonos del Estado. El asunto, como siempre, es la marcación de Schlieper para las líneas, algo que resulta muy evidente en el caso de Miranda, como el poco divertido administrador Lucas Alegre. “Es curioso pero la gente piensa que cuando hacíamos aquellas comedias nos reíamos a mandíbula batiente. No, nada de eso. El clima era muy bueno, pero no había carcajadas sino, a veces, sonrisas entre los integrantes del equipo. Cuando hubo explosiones de hilaridad como ocurrió en DETECTIVE (1954), Schlieper se dio cuenta de que se trataba de un fracaso”, explicó Nélida Romero La obra de teatro de Tito Insausti y Arnaldo Malfati había sido, poco antes, un suceso para Paulina Singerman, aunque Schlieper y Ariel Cortazzo la adaptaron a la medida de Legrand, en una estafadora sin precedentes y con un metraje considerable para el tartamudo enamorado que es el pobre Alfredo, un Ángel Magaña que demostró tener con ella la misma química que llegaba desde la ya lejana ADOLESCENCIA. No se trata, sin embargo, de un Schlieper demasiado sutil y esa pareja que encarnan Ángel Walk y Olga Casares Pearson arruina el segmento que se les concediera. Muy segura de si misma, se volvió dramática. En ASOCIADOS rodó EL PENDIENTE (León Klimovsky-1951). Se trata de la adaptación de un cuento de William Irish y Mario Soffici, que trabajó como supervisor, la calificó de “desatino, porque nadie sabía qué hacer con esa pareja tan fuera de lugar. Ella no daba la víctima de ningún chantajista y José Cibrián siempre fue alguien que podía estar muy bien en comedias, pero que en los dramas debía figurar muy en segundo lugar. Yo lo admití en EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE Y LA BESTIA por recomendación de Tita Merello. A él y a Ana María Campoy”. Más
  • 12. 12 allá de los reparos de Soffici, hoy día es poco lo que puede rescatarse de esta película en donde ella no dejó de abrir la boca en gesto de asombro perpetuo y Cibrián fingió estar serio. Los juicios de Soffici no son compartidos por algunos investigadores. Ahora iba antes del título, en solitario. EL PENDIENTE fue sólo un preanuncio de lo que vendría. Hemos pensado más de una vez que las carreras argentinas de Mirtha Legrand y Zully Moreno llegan hasta 1950, o bien que el cine sufrió por esa época un quiebre considerable. En la SONO la recibió Amadori para LA DE LOS OJOS COLOR DEL TIEMPO (1952), un verdadero desastre pergeñado por el propio realizador en base a añeja e intrascendente novela. O bien, se trata de un guión que guarda cierto parentesco con EL SECRETO DETRÁS DE LA PUERTA/THE SECRET BEYOND THE DOOR (Fritz Lang-1948). Como la institutriz que llega a una casa parecida a un manicomio, no dejó de portarse como una comediante. El neurótico Mauricio -CarlosThompson-, la desfigurada Zoe Ducós y la atosigada Antonia Herrero son hoy figuras risibles. En verdad, la audiencia histórica se rió bastante con este folletín de casi dos horas de duración -110 minutos-. Ella aparece en una fiesta luego de uno de los ataques de Mauricio y con su mejor sonrisa, pregunta: - ¿No hay un poco de música para mí? Esto provocaba carcajadas en la gente, que no era muy respetuosa. Se explotó aquí el cambiante color de los ojos de la imagen Legrand, pero nadie salió bien parado de esta aventura. No se trataba, precisamente, de Jane Eyre según Charlotte Brontë. Un lamentable y equivocado texto-estrella. Que las conexiones políticas marchaban viento en popa lo demuestra el hecho de que la Academia le hubiera concedido el premio a la Mejor Actriz por este fiasco. Como se sabe, las sugerencias de Amadori en aquella Academia eran, en la práctica, órdenes. Se fue a España, contratada por Benito Perojo y allí rodó la que fue la única película en colores en la que trabajó: DOÑA FRANCISQUITA (1952), una espectacular versión de la zarzuela de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, con impecable fotografía de Antonio López Ballesteros -quien se había encargado también de María Félix en LA CORONA NEGRA (Luis Saslavsky-1950)-. López Ballesteros es uno de los precursores del color en España y su trabajo en esta película fue muy alabado. Ella, por su parte, tuvo el gusto de ser dirigida por el internacional Ladislao Vajda y en los afiches aparecía sólo su cara y encabezando el reparto con Armando Calvo. En el elenco se distinguían los nombres de la agresivamente sexy Emma Penella y del inefable José Isbert -el de la voz cascada-. La película demostró de qué manera se podía rodar un musical trabajando en dos niveles: si por una parte se asiste a la zarzuela, por la otra se establece una competencia feroz en los ensayos finales de la misma. Legrand fue doblada en las canciones aunque impuso su gracia, a pesar de ser una figura decorativa, ya que así fue utilizada. No sabemos cuál fue el destino de esta película en Buenos Aires, aunque se distribuyó en el interior con un serio inconveniente: para apreciarla, al espectador común debía gustarle la zarzuela, hecho infrecuente en quienes no
  • 13. 13 poseen ascendientes hispanos o están interesados en la música popular. Llama la atención que ella no haya hablado en exceso de esta aventura española que figura hoy en la bibliografía dedicada a Ladislao Vajda. De regreso al país tomó un TREN INTERNACIONAL (Daniel Tinayre-1954) en compañía del novio de LA VENDEDORA DE FANTASÍAS, Alberto Closas, con un gran reparto que incluía a Gloria Guzmán, Diana Ingro, Herminia Franco –que intenta ahuyentar el sopor con dos canciones- y, entre otros, a Florindo Ferrario. Se trataba de una superproducción donde Tinayre arriesgó dinero y perdió. Se había formado un nuevo sello, CINEMATOGRÁFICA CINCO, constituido por este director, Hugo del Carril, Lucas Demare, Luis César Amadori y Mario Soffici, pero no era TREN INTERNCIONAL una manera de prosperar. El tratamiento cinematográfico de ciertas mujeres a las que Tinayre imagina como putas -Gloria Guzmán, Diana Ingro- estuvo muy en evidencia. Con un difícil rodaje en plena cordillera -se trata del tren que iba a Chile-, en Valparaíso y Viña del Mar, el guión del mismo Tinayre y de Arturo S. Mom carecía del interés necesario. Si DOÑA FRANCISQUITA había sido poco frecuentada, TREN INTERNACIONAL se estrelló contra el aburrimiento de la audiencia histórica. Luego de esto, no le quedaba otra alternativa que aceptar la propuesta de Eduardo Bedoya para ASOCIADOS. Bajo la dirección de Luis César Amadori, intervino en el segundo episodio de EL AMOR NUNCA MUERE (1955). El descalabro generalizado de la industria y la situación política que atravesaba el país parecieron no afectarla. Por esta época y vestida de manera poco sobria aparecía en las revistas afirmando que su actriz favorita era Eleanor Parker. Su relación con la prensa continuó siendo un idilio interminable y era una de las caras más sonrientes en el Festival de Mar del Plata, edición 1954. Del brazo de Raúl Alejandro Apold, fue una buena anfitriona para con las delegaciones extranjeras. Era una imagen absolutamente democrática y al alcance de todos. Para ella, mostrarse era vivir. Su existencia estaba ratificada por el entorno. Y se la identificaba con la comedia; al menos el espectador común lo hacía. Por otra parte, era una de esas figuras a las que se le perdonaban los fracasos, porque sobrevivía como un epítome de la elegancia y del buen gusto para no pocos sectores de la pequeño burguesía del país. Su casa de Martínez, su mansión en Punta del Este, sus dos hijos -a Daniel se había agregado Marcela- y su marido constituían un universo que las revistas trasegaban para lectoras jamás cansadas de leer siempre más de lo mismo. Y, era evidente, el símbolo se desvivía por su público viviendo eternamente en un texto-estrella que excedía con creces el hipertexto ficcional. A la hora de envasar a las actrices de mayor renombre, y luego de barajar posibilidades, se llegó a la conclusión de que Legrand, Zully Moreno y Tita Merello eran las indicadas para una manufactura vendedora. Sobrevino el problema del cartel, pero se arregló casi de inmediato: aparecerían según el orden de los episodios, de tal modo que en la secuencia cero el orden es Zully Moreno, Mirtha Legrand y Tita Merello. Si a estas alturas Amadori, ya se ha dicho, no dirigía sino que simplemente fotografiaba, es evidente que tomó el segundo episodio del famoso medallón como un regalo para esta chispeante personalidad, en pareja con un nuevo galán, Alfredo Alcón. ”Yo había querido
  • 14. 14 incluirlo en el elenco de ELLOS NOS HICIERON ASÍ”, indicó Mario Soffici. “Pero me había parecido muy duro, con poca flexibilidad ante la cámara. Seguramente me equivoqué, porque en cuanto lo vieron en pantalla las mujeres enloquecieron”. Y lo mismo le ocurrió a Legrand, que mantuvo con él una amistad que dura hasta el presente. Fueron rodeados por gente muy ducha en la comedia como Héctor Méndez, Florindo Ferrario y Herminia Franco, todos ellos hábiles embaucadores, además de un actor bueno-para-todo como Enrique Chaico. La huérfana Virginia o Vincha se convierte por unas horas en una falsa multimillonaria con el objetivo de que los estafadores logren hacer entrar en el negocio de un flamante invento -el cine- a otros filibusteros tan hábiles como ellos. En estas cuestiones de plata y engaño, nadie ha superado jamás a Amadori. Si la interpelación en ESPOSA ÙLTIMO MODELO corría por cuenta de ella mediante el guiño al público, aquí el realizador se hace cargo de la misma mediante ese cartel que dice Cinematógrafo al final del episodio, y en donde la tercera de las novedades ofrecidas es Historias de amor. Se le hizo ver a la audiencia que estaba en el cine. Ella volvió a comportarse como una farseuse de primer agua, con el gesto aquel de su mano que indica el comienzo de una frase: - Tengo un alto así de... No puede concluirla debido a las indicaciones de Héctor Méndez. En lugar de “ropa”, brinda una de sus mejores sonrisas y señala “documentos para firmar”. En el balcón de las flores -el sitio donde se lucían aquellas parejas-, tanto ella como Alcón -un falso noble contratado para la farsa, al igual que Virginiaconsiguen vivir su momento de romance. El vals de la banda sonora, propiedad de la SONO, venía de otras películas y seguiría estando ahí. Cuando al amanecer el joven va a cambiar su smoking alquilado y se reencuentra con la huérfana, nos quedamos con la sensación de que el realizador está homenajeando a aquellas historias de amor que hoy día parecen tontas y que, sin embargo, entretuvieron a varias generaciones. Rodó para ASOCIADOS y otra vez en pareja con Alcón LA PÍCARA SOÑADORA (Ernesto Arancibia), estrenada recién en 1956 y demolida con toda justicia por la crítica. Este argumento de Abel Santa Cruz es tan insípido que pasaría años más tarde a la TV protagonizado por Evangelina Salazar. Como se comprueba, los refritos continuaban alimentando cabecitas huecas. Luego, el silencio obligado. Tanto ella como Tinayre estaban asociados al viejo cine y a las fábricas, de modo que tuvieron que aguardar a que pasara la tormenta. Ella eligió la TV y con Ángel Magaña dio Lecciones sobre la felicidad conyugal por el viejo Canal 7. Luego y con Mariano Mores protagonizó M AMA A M, un ciclo que tuvo muy buena repercusión. Desdichadamente, su destino como farseuse pareció haber terminado con el final de los estudios. Algunos de los negocios emprendidos por Tinayre a partir de EN LA ARDIENTE OSCURIDAD (1959) la tuvieron como protagonista al frente de repartos multiestelares. Leonardo Favio, en el elenco de ciegos, puede decir en el libro escrito por Adriana Schettini Pasen y vean, la vida de Leonardo Favio,
  • 15. 15 “Tinayre la hacía llorar mucho”. Lo cierto es que si las manufacturas producidas para la venta eran sólidos negocios, algo no funcionaba entre ellos. El mundo de los ciegos, según el hispano Antonio Buero Vallejo, representó una millonada en boletería y lo propio ocurrió con LA PATOTA (Daniel Tinayre1960). En el balance, ella no resulta creíble como actriz dramática y lo admite Por otra parte, todo hace suponeXX que el guionista Eduardo Borrás tenía doble XXXX personalidad: el que había trabajado para Hugo del Carril no era el mismo que lo hacía para Daniel Tinayre. ¿O era bipolar? En fin. Estuvo mucho mejor en la breve secuencia que Fernando Ayala ubicó en la ficción dentro de la ficción: con Duilio Marzio y en SÁBADO A LA NOCHE, CINE (1960), pudo ser admirada por Gilda Lousek, Domingo Alzugaray y la audiencia histórica. Ayala tuvo mucho cuidado en devolverle a la imagen aquella frescura puramente cinematográfica que él le había conocido cuando ingresara a LUMITON, durante la filmación de EL VIAJE. Luego de lo cual rodó BAJO UN MISMO ROSTRO (Daniel Tinayre-1962), un fracaso tan grande que provocó la histeria del realizador y la humillación tanto de ella como de la gemela, Silvia Legrand, que volvía a trabajar con su hermana. Mirtha es aquí la prostituta Inés Després y su hermanita Sor Elizabeth. El anecdotario de estos negocios en el fuera campo detrás de la cámara puede leerse en las revistas de la época. Lo que no se le puede negar a Tinayre es aquel anuncio que le hiciera a Jorge Miguel Couselo: “Ahora me voy a dedicar a hacer plata”. Esto es, precisamente, lo que consiguió con LA CIGARRA NO ES UN BICHO (1963), un producto que reunió a uno de los elencos más importantes de todos los tiempos. Ella volvió a unirse a Ángel Magaña, encerrados ambos en la habitación del hotel alojamiento y destrozándose mutuamente con una sobredosis de frustración. Una idea que sólo pudo habérsele ocurrido a Tinayre. Pero la suerte de Legrand estaba sellada: en cine representaba el pasado y se había convertido en una antigüedad. No obstante, y contra los consejos de sus allegados, Fernando Ayala la utilizó CON GUSTO A RABIA (1965), donde volvió a trabajar con Alfredo Alcón en el rol de una mujer mayor -le lleva apenas tres años- que mantiene un affaire con el terrorista. Ella admitió que la verían “menos Mirtha que nunca”. A tal efecto y para el rol de Ana –casada con Jorge Barreiro-, aumentó unos kilos y lució amplios deshabillés. El argumento de Luis Pico Estrada tomó como punto de partida el asalto al Policlínico Bancario. Es, nadie lo duda, una película de gran presupuesto que se convierte en un folletín gracias al adulterio de la protagonista y su relación con el joven desorientado. La novia del susodicho es Marcela López Rey y hay algunos nombres ilustres en el reparto -Ricardo Trigo-, además de una mujer que se parece sospechosamente a Mónica Mihanovich. Ella se había esforzado y tenía esperanzas en la aventura, pero no resultó. Por el contrario, fue destrozada por la crítica e ignorada por el público. Decidió no volver al cine, al menos hasta el presente. Hubo proyectos por el camino. Así, se dice que debió interpretar el rol central de ROSAURA A LAS DIEZ (Mario Soffici-1958) y que rechazó el papel. “No tengo idea de eso”, indicó el director. “Yo cité a Elida Gay Palmer, Beatriz Taibo y Susana Campos.
  • 16. 16 Elida llegó a teñirse de rubio, aunque yo no le había asegurado nada y Beatriz nunca me lo perdonó. A la que vi con toda claridad en el papel fue a Susana. Puede haber ocurrido que, a mis espaldas, los Mentasti hubieran iniciado negociaciones con ella y con Ibáñez Menta para el rol de Camilo Canegato. Naturalmente, de haber aceptado, hubiese tenido que dirigirla, algo que no hice en mi vida. De todos modos, yo fui también productor de la película y tenía derecho a elegir actores. Es una excelente comediante pero no la visualizo en el drama.” Luego, y durante largo tiempo, también se habló de otros proyectos tales como BODAS DE CRISTAL (Rodolfo Costamagna-1975), que finalmente protagonizó Susana Campos con Alberto Closas. Una incursión de Tinayre en Canal 13 con las gemelas, Carola y Carolina, las hermanas viceversa, terminó en medio de un escándalo y este investigador tuvo oportunidad de verla, con peluca, tratando de cantar La morocha en uno de los habituales circos televisivos. Fue por esos años en que se integró a un espectáculo llamado Buenos Aires de seda y percal, con Mariano Mores y Niní Marshall. De amplia repercusiónXXX popular, fue más que vapuleado por la crítica. En teatro había comenzado en 1957 con cierta repercusiónXXX ofreciendo La luna es azul, de Hugh Herbert. Hubo también una temporada teatral con el mexicano Manolo Fábregas en el Odeón -la eterna Divorciémonos de Sardou-. Quien comenzara como emblema de la ingenua y se convirtiera en símbolo de la burguesía argentina y sus diversos avatares parecía destinada a perderse. No obstante, la característica de los símbolos es su renuncia a la desaparición o, al menos, aquello que encarnan se encuentra fuertemente enquistado en la sociedad. La usina del imaginario colectivo persistía con el bovarismo y, por lo tanto, también esta imagen. La cuestión era prolongar el texto-estrella en otros espacios. La habilidad camaleónica de los sectores que ella representa no se había agotado ni se agotaría nunca. En 1968 y en uno de esos programas monstruos de la época se ofrecía El juego de los matrimonios. Competían Abel Santa Cruz y Elcira Olivera Garcés contra ella y Daniel Tinayre. Terminaron empatando en cuanto a recuerdos. El programa ómnibus iba por Canal 9 y, en un aparte, Alejandro Romay le propuso regresar a la TV. Ella se mostró reacia; sostuvo que no le interesaba conducir entretenimientos y fue allí donde se concibió la idea de los almuerzos. Esta audición, copiada luego en América Latina, siguió a lo largo de los años interrumpida únicamente por avatares políticos, como el regreso del peronismo en 1973 o la asunción de los radicales en 1983. Entre 1976 y 1983 fue una de las mimadas de la TV argentina. No se aburriría, de todos modos. Los monumentales éxitos de Daniel Tinayre en teatro son ya antológicos -El proceso de Mary Duggan, 40 kilates, etc-. Ella le había tomado gusto a los escenarios y no desaprovechaba las oportunidades. Desde 1965 no volvió al cine. En el balance final, es verdaderamente una pena que su imagen de farseuse no sea recordada como se merece. Su larga carrera televisiva, cuarenta años de programa, la mala memoria del postmodernismo y ella misma se han encargado de borrar a la
  • 17. 17 platinada heroína de las comedias. Al investigador no le interesan tanto sus comienzos, sino lo que sobrevino a partir de EL RETRATO. Concedemos que en EL ESPEJO se encuentra realmente bien o que LA PEQUEÑA SEÑORA DE PÉREZ es un logro. Su registro de farseuse, la única que hemos tenido, puede rastrearse en VIDALITA, ESPOSA ÚLTIMO MODELO y EL AMOR NUNCA MUERE. En cuanto a su capacidad para la comedia, sigue siendo imbatible como LA VENDEDORA DE FANTASÍAS. Si bien obtuvo sus galardones, no ha sido lo suficientemente reconocida en cine, tal vez porque la comedia se consideró siempre un género menor. Ella misma, somos testigos, se siente disminuida frente a lo conseguido por Amelia Bence en cine. Si nos ponemos exigentes, la imagen llega hasta 1950 con LA VENDEDORA DE FANTASÍAS y ESPOSA ÚLTIMO MODELO. Luego, y hasta el episodio de EL AMOR NUNCA MUERE, nadie supo muy bien cómo utilizarla. Ferozmente competitiva y cuando la gente de su generación ha muerto o se ha retirado, ella tiene necesidad del público como si se tratara de una adicción. El largo romance que se iniciara en 1940 sigue en pie y por eso mismo es capaz de declarar frente a una cámara de televisión: - No podrán decir que no lo les he dado mi vida. Agradecidos, al menos en materia cinematográfica y, a la hora del balance, en las comedias mencionadas. De aquel modernismo periférico, Legrand pasó, sin sobresaltos al cambalache postmodernista de la TV. En medio de una creciente inseguridad, tanto ella en calidad de símbolo y Graciela Borges como emblema son las únicas de las antiguas damas que lograron habitar los arrabales de los diversos postmodernismos en el mundo de la imagen en movimiento. Para finalizar, se ha convertido en lo que siempre fue: una señora de su casa, tal y como la visualizara Carlos Schlieper, según lo declarado por Nélida Romero. La diferencia estriba en que su casa es la televisión y en que este medio es una continuidad del texto-estrella, no ya un hipertexto ficcional sino apenas un hipotexto poco sutilmente manipulado y manipulador. Nada, como a cualquiera de estas damas, le ha sido fácil. Sin embargo, su público quiere creer en una imagen sonriente, generosa, democrática. Ella les da el gusto. Además, como en sus comienzos, volvió por breve lapso a la radio. El idilio de esta farseuse con su audiencia estuvo a punto de culminar con un cargo público -que ella rechazó-. Sólo le falta la columna de rigor en cualquier suplemento dominical, aún cuando antes haya que ponerse de acuerdo sobre la cifra. Es que, en cierto modo, su vida estaba escrita de antemano, cuando aceptó convertirse en Mirtha Legrand. Es a ella a quien Rosa María Juana Martínez Suárez le ha dado vida, y también le ha entregado la vida. El 28 de diciembre -día de los inocentes- y en compañía de su hermano, el realizador José Martínez Suárez, estuvo en la inauguración del complejo Tita Merello. La sala principal lleva su nombre. Irradiaba la misma alegría que en el Festival de Mar del Plata, edición 1954. Su cordial relación con el por entonces presidente Carlos Saúl Ménem puso de relieve que el tiempo había pasado pero que el emblema seguía siendo alimentado por la usina.
  • 18. 18 FILMOGRAFÍA EN ARGENTINA 1940 Hay que educar a Niní – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G René Garzón, Amadori, Tito Davison y Niní Marshall. F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Raúl Soldi. Mtj: Nicolás Proserpio y Jorge Garate. Intérpretes: Niní Marshall, Francisco Álvarez, Nury Montsé; Mecha López, Elvira Quiroga, Héctor Calcagno, José Ruzzo, Edna Norrell, Carlos Lagrotta, Baby Correa. ssff: Mirtha y Silvia Legrand 1941 Novios para las muchachas – Producción SAN MIGUEL: D. Antonio Momplet. G: René Garzón según la obra teatral de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero Las de Caín. F: Adolfo W. Slazy. M: Jean Gilbert. E: Jorge Arancibia y Carlos Ferrarotti. Mtj: Ulrico Stern. Intérpretes: Tito Lusiardo, Amelia Bence, Felisa Mary, Nélida Bilbao, Paquita Vehil, Silvana Roth, Pablo Palitos, Homero Cárpena, Raimundo Pastore, Adrián Cúneo. ssff: Mirtha y Silvia Legrand. NOTA: Ni Silvana Roth ni Homero Cárpena recuerdan a las mellizas durante el rodaje. Los martes, orquídeas – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Francisco Oyarzábal, según argumento de Sixto Pondal Ríos y Nicolás Olivari. F: Alfredo Traverso. M: Francisco Balaguer. E: Ricardo J. Connord. Mtj: no figura en la secuencia cero. Tal vez el propio Mugica. Intérpretes: Enrique Serrano, Juan Carlos Thorry, Nury Montsé, Felisa Mary, Mirtha Legrand, Ana Arneodo, Silvana Roth, Zully Moreno, Juan Mangiante, Horacio Priani. ssff: Jorge Salcedo. Soñar no cuesta nada – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G: Gabriel Peña, seudónimo de Amadori. F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Ricardo Rodríguez Remy y José Luis Ocampo. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Francisco Álvarez, Mirtha y Silvia Legrand, Roberto Airaldi, Oscar Valicelli, Maruja Gil Quesada, Hilda Sour, Julio Renato, Haydée Larroca. 1942 Adolescencia – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: José María Beltrán. M: Enrique Delfino (Delfy). E: Ricardo J. Connord. Mtj: Juan Soffici. Intérpretes: Ángel Magaña, Mirtha Legrand, Rufino Córdoba, Felisa Mary, Silvana Roth, Ana Arneodo, Ricardo Passano (h), Pola Alonso, Tilda Thamar, Alfredo Jordán. El viaje – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: Alfredo Traverso. M: Jean Gilbert. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Airaldi, Aída Luz, Silvana Roth, Ana Arneodo, Tito Gómez, María Esther Buschiazzo, Enrique Salvador, Carlos Bertoldi, Carlos Castro. Claro de luna – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G: Gabriel Peña (seudónimo de Amadori). F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Raúl Soldi. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha y Silvia Legrand, Roberto Airaldi, Miguel Gómez Bao, Mauricio (Maurice) Jouvet, Julio Renato, Enrique Chaico, Blanca Vidal, Carmen Giménez, Elina Colomer. 1943 El espejo – Producción LUMITON – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: Alfredo Traverso. M: Bert Rosé. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Nelo Melli. Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Airaldi, Alicia Barrié, Tito Gómez, Ana Arneodo, Rafael Frontaura, María Santos, Tilda Thamar, Martín Zabalúa, Jorge Salcedo. Safo, historia de una pasión – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo y Julio Porter según la novela de Alphonse Daudet F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: (según orden de aparición) Roberto Escalada, Ilde Pirovano, Elisa Labardén, Elisardo Santalla, Miguel Gómez Bao, Ricardo Canales, Mecha Ortiz, Nicolás Fregues, Mirtha Legrand,
  • 19. 19 Guillermo Battaglia, Herminia Mancini, Eduardo Cuitiño. “Lumiton S.A. agradece a la actriz Mirtha Legrand la gentileza de haber aceptado interpretar el breve papel de Irene”. O. Zubarry (extra). 1944 La pequeña señora de Pérez – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo y Julio Porter según obra de Stephan Bekeffi. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Felisa Mary, Miguel Gómez Bao, Tito Gómez, Marianita Martí, Felisa Mary, Cirilo Etulain, María Luisa Notar. Olga Zubarry (extra) Mi novia es un fantasma – Producción LUMTION – D: Francisco Mugica. G: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. F: Alfredo Traverso. M: Bert Rosé. E: Rodríguez Remy y Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Pepe Iglesias, Nury Montsé, Benita Puértolas, Lalo Malcolm, Olga Casares Pearson, Domingo Mania, José Paonesa. Cameos de Mecha Ortiz y, entre otros, Pepe Arias. La casta Susana – Producción PAMPA FILM – D: Benito Perojo. G: Juan Carlos Muello según Le fils a papa de Anthony Mars y M. Devallieres y la opereta de Jean Gilbert. F: Pablo Tabernero. M: Jean Gilbert con arreglos de Paul Misraky. E: Gregorio López Naguil y Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Kurt Land. Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Alberto Bello, Héctor Calcaño, María Santos, Raimundo Pastore, Homero Cárpena, Tilda Thamar. 1945 María Celeste – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Julio Saraceni. G: Alejandro Casona según su obra teatral El misterio del María Celeste. F: Alberto Etchebehere. M: Mario Maurano. E: Juan J. Renard. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Pedro López Lagar, Mirtha Legrand, Eduardo Cuitiño, Ilde Pirovano, Luis Otero, Alberto Terrones, Tito Alonso, Pepito Petray, Adriana Alcock. La señora de Pérez se divorcia – Producción LUMITON – D: Carlos Hugo Christensen. G: César Tiempo según obra teatral de V. Sardou Divorçons adaptada por F. Oyarzábal. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Felisa Mary, Miguel Gómez Bao, Héctor Méndez, Tito Gómez, María Luisa Notar, Teresa Pintos, Tilda Thamar, Rita Juárez. 1946 Cinco besos – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis Saslavsky. G: Ariel Cortazzo y Saslavsky. F: Alberto Etchebehere. M: Rodolfo Sciammarella. E: Raúl Soldi. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Escalada, Elena Lucena, Lalo Maura, Benita Puértolas, Ana Nieves, Iris Martorell, Warly Ceriani. Un beso en la nuca – Producción LUMITON – D: Luis Mottura. G: Julio Porter según obra de Aldo De Benedetti. F: Alfredo Traverso. M: George Andreani. E: Ricardo J. Connord y Francisco Guglielmino. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Escalada, Pedro Quartucci, María Esther Podestá, Yeya Duciel, Manuel Díaz. 1947 Treinta segundos de amor – Producción LUMITON – D: Luis Mottura. G: Julio Porter según obra de Aldo de Benedetti. F: Hugo Chiesa. M: George Andreani. E: Ricardo Connord y Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Antonio Rampoldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Roberto Escalada, Felisa Mary, Miguel Gómez Bao, Marianita Martí, María Esther Podestá, Pablo Acciardi, Amadora Gerbolés.
  • 20. 20 El retrato – Producción EMELCO – D: Carlos Schlieper. G: Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh. F: Humberto Peruzzi. M: Bert Rosé. E: Juan Jacoby Renard y Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Gerardo Rinaldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Juan Carlos Thorry, Héctor Calcaño, Sara Olmos, Osvaldo Miranda, María Santos, Carlos Enríquez, Alberto de Mendoza y la participación especial de Alberto Bello. Como tú lo soñaste – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Lucas Demare. G: Homero Manzi según Un día de octubre de George Kaiser. F: Francis Boeniger. M: Lucio Demare y Juan Ehlert. E: Germán Gelpi. Mtj: Atilio Rinaldi. Intérpretes: Francisco Petrone, Mirtha Legrand, Sebastián Chiola, Juana Sujo, Guillermo Battaglia, Federico Mansilla, Enrique Chaico, José María Gutiérrez. 1948 Pasaporte a Río – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: César Tiempo y Tinayre según argumento de Luis Saslavsky. F: Antonio Merayo. M: Guillermo Cases y Juan Ehlert. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha Legrand, Arturo de Córdova, Francisco de Paula, Eduardo Cuitiño, Pedro Maratea, Zoe Ducós, Nathán Pinzón, Domingo Sapelli, Alfredo Jordán, Toni Muñoz, Mecha López. 1949 Vidalita – Producción EMELCO – D: Luis Saslavsky. G: Saslavsky y Ariel Cortazzo. F: Pablo Tabernero. M: Alejandro Gutiérrez del Barrio, Luis Gianneo, Juan Ehlert y Sebastián Piana. E: Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Gerardo Rinaldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Narciso Ibáñez Menta, Fernando Lamas, Oscar Valicelli, Analía Gadé, Milagros de la Vega, Leticia Scury, Lucía Barause, Pilar Gómez, Amalia Sánchez Ariño. La doctora quiere tangos – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Alberto de Zavalía. G: Román Viñoly Barreto y Rodolfo Domínguez (seudónimo de Zavalía). F: Antonio Merayo. M: Mariano Mores. E. Raúl Soldi. Mtj: José Serra. Intérpretes: Mirtha Legrand, Mariano Mores, Felisa Mary, María Santos, Diana Maggi, Claudio Martino, Gloria Ferrandiz, Osvaldo Martín y la actuación especial de Yeya Duciel. 1950 La vendedora de fantasías – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Tinayre, Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh. F: Alberto Etchebehere. M: Víctor Schlichter. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha Legrand, Alberto Closas, Francisco Charmiello, Homero Cárpena, Nathán Pinzón, Beba Bidart, Haydée Larroca, Diana de Córdoba, Pilar Gómez y la actuación especial de Alberto Bello. Esposa último modelo – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Carlos Schlieper. G: Schlieper y Ariel Cortazzo según obra teatral de Tito Insausti y Arnaldo Malfati. F: Francis Boeniger. M: Víctor Schlichter. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli.. Mje: Atilio y Raúl Rinaldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Ángel Magaña, Felisa Mary, Amalia Sánchez Ariño, Osvaldo Miranda, Nélida Romero, Carlos Enríquez, Ángel Walk, Olga Casares Pearson, Aurelia Ferrer. 1951 El pendiente – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: León Klimovsky supervisado por Mario Soffici. G: Ulyses Petit de Murat y Samuel Eichelbaum según cuento The earring de William Irish. F: Francis Boeniger. M: Julián Bautista. E: Mario Vanarelli y Germán Gelpi. Mtj: Ricardo Rodríguez Nistal y Atilio Rinaldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, José Cibrián, Héctor Calcaño, Raúl del Valle, Pina Castro, María Esther Buschiazzo, Carmen Giménez y la colaboración especial de Francisco de Paula. 1952
  • 21. 21 La de los ojos color del tiempo – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Luis César Amadori. G: Gabriel Peña (seudónimo de Amadori) según la novela de Guy de Chantepleure Lil, la de los ojos color del tiempo. F: Antonio Merayo. M: Juan Ehlert. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha Legrand, Carlos Thompson, Ricardo Galache, Antonia Herrero, Diana Myriam Jones y la colaboración especial de Zoe Ducós. 1954 Tren internacional – Producción Daniel Tinayre para CINEMATOGRÁFICA CINCO – D: Daniel Tinayre. G: Tinayre y Arturo S. Mom. F: Humberto Peruzzi. M: Víctor Schlichter. E: Álvaro Durañona y Vedia. Mtj: Nicolás Proserpio. Intérpretes: Mirtha Legrand, Alberto Closas, Florindo Ferrario, Herminia Franco, Diana Ingro, Enrique Chaico, Tomás Simari, Adolfo Linvel, Olga Casares Pearson, Cayetano Biondo y la actuación especial de Gloria Guzmán. 1955 El amor nunca muere – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Luis César Amadori. G: del segundo episodio, Luis Martín de San Vicente (seudónimo de Amadori). F: Francis Boeniger. M: Tito Ribero. E: Mario Vanarelli y Germán Gelpi. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal. Intérpretes del segundo episodio: Mirtha Legrand, Alfredo Alcón, Enrique Chaico, Héctor Mèndez, Herminia Franco, Florindo Ferrario, José de Ángelis. 1956 La pícara soñadora – Producción ARTISTAS ARGENTINOS ASOCIADOS – D: Ernesto Arancibia. G: Abel Santa Cruz. F: Francis Boeniger. M: Tito Ribero. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal Intérpretes: Mirtha Legrand, Alfredo Alcón, Amalia Sánchez Ariño, Ricardo Galache, Violeta Antier, Blanca Tapia, Emilio Gaete. 1959 En la ardiente oscuridad – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Eduardo Borrás según obra teatral de Antonio Buero Vallejos. F: Alberto Etchebehere. M: Juan Carlos Paz. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha Legrand, Lautaro Murúa, Duilio Marzio, Luisa Vehil, Élida Gay Palmer, María Vaner, Leonardo Favio, Ignacio Quirós, Osvaldo Terranova, Enrique Kossi, Alberto Rinaldi. 1960 La patota – Producción Daniel Tinayre y Eduardo Borrás para ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Eduardo Borrás. F: Antonio Merayo. M: Lucio Milena. E: Germán Gelpi y Mario Vanarelli. Mtj: Jorge Garate. Intérpretes: Mirtha Legrand, José Cibrián, Milagros de la Vega, Ignacio Quirós, María Esther Buschiazzo, Florén Delbene, Silvia Nolasco, Ovidio Fuentes y las actuaciones especiales de Walter Vidarte, Luis Medina Castro y Alberto Argibay. Sábado a la noche, cine – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – G: Rodolfo M. Tabeada y Fernando Ayala según argumento de David Viñas y Ayala. F: Aníbal González Paz. M: Astor Piazzolla. E: Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi y Ricardo Rodríguez Nistal. Intérpretes: Mirtha Legrand y Duilio Marzio actúan en la película dentro de la película. 1962 Bajo un mismo rostro – Producción ARGENTINA SONO FILM – D: Daniel Tinayre. G: Silvina Bullrich sobre novela de Guy des Cars Las hijas de la alegría. F: Alberto Etchebehere. M: Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate.
  • 22. 22 Intérpretes: Mirtha y Silvia Legrand, Jorge Mistral, Ernesto Bianco, Mecha Ortiz, Wolf Rubinsky, Haydée Larroca, Maurice Jouvet, Noemí Laserre, Cayetano Biondo y la actuación de Ana Luisa Peluffo. NOTA: Luego de mantener una feroz pelea con Daniel Tinayre, Jorge Mistral se marchó y tuvo que doblar su voz Fernando Siro. 1963 La cigarra no es un bicho – Producción DANIEL TINAYRE y EDUARDO BORRÁS – D: Daniel Tinayre. Guión: Eduardo Borrás sobre novela homónima de Dante Sierra. F: Alberto Etchebehere. M: Lucio Milena. E: Gori Muñoz. Mtj: Jorge Garate Intérpretes (por orden alfabético): María Antinea, Amelia Bence, José Cibrián, Elsa Daniel, Narciso Ibáñez Menta, Mirtha Legrand, Ángel Magaña, Malvina Pastorino, Luis Sandrini, Enrique Serrano. 1965 Con gusto a rabia – Producción ARIES CINEMATOGRÁFICA – D: Fernando Ayala. G: Luis Pico Estrada, Ayala, Carlos Itzcovich y Jorgelina Aráoz (Sara Gallardo) según argumento de Pico Estrada. F: Alberto Etchebehere. M: Astor Piazzolla. E: Mario Vanarelli. Mtj: Atilio Rinaldi. Intérpretes: Mirtha Legrand, Alfredo Alcón, Marcela López Rey, Jorge Barreiro, Maurice Jouvet, Mónica Mihanovich, Margarita Palacios, Horacio Nicolai y la actuación especial de Ricardo Trigo. FILMOGRAFÍA EN ESPAÑA 1952 Doña Francisquita – Producción Benito Perojo para CIFESA – D. Ladislao Vajda. G: José Luis Colina, José Santugini y Vajda según la zarzuela homónima de Fernández Shaw y Federico Romero.F: Antonio López Ballesteros (Cinefotocolor). M: Amadeo Vives. E: Sigfrido Burman. Mtj: Antonio Ramírez de Loaysa. Intérpretes: Mirtha Legrand, Armando Calvo, Emma Penella, José Isbert, Antonio Casal, Julia Lagos, Antonio Riquelme, Jesús Tordesillas. - .