1. LA CAPTURA DE ATAHUALPA
http://fichasdehistoria.blogspot.com/2009/04/la-captura-de-atahualpa.html
Francisco Pizarro llegó a Cajamarca el 15 de noviembre de 1532. Envió a Hernando de Soto al
campamento militar de Atahualpa en Pultumarca, quien entró en la cuidad el día siguiente. Después de
ser "requerido" por fray Vicente de Valverde, el inca fue apresado por los hombres de Pizarro, en medio
de una lucha con la población indígena que, se calcula, dejó unos dos mil muertos.
Atahualpa, desde sus aposentos cerca de Cajamarca, celebraba los contundentes triunfos de sus tropas en
la guerra contra su hermano Huáscar. Considerándose invencible, aquellos días de noviembre de 1532,
permitió que unos extranjeros barbudos, que llegaron por las costas de Tumbes, ingresaran a la sierra
norte y se entrevistaran con él: eran los españoles. En los Baños de Pultumarca, fue el primer encuentro
entre hispanos y el nuevo Inca. Hernando Pizarro convenció a Atahualpa para asistir a una comida y
entrevista con su hermano Francisco Pizarro, prometiendo devolver los bienes que habían tomado sin
autorización.
El 16 de noviembre de 1532 el Inca asistió a la plaza de Cajamarca acompañado por un impresionante
cortejo de 8 mil personas, pero sólo con 200 guerreros con porras y sogas para matar a los barbudos que
insolentemente se hacían pasar por enviados del dios Wiracocha y partidarios de Huáscar. Al atardecer de
aquel día, en la plaza, el sacerdote español Vicente Valverde le exigió al Inca su conversión a la religión
católica y sus sometimiento a la autoridad del Rey de España. Atahualpa rechazó aquel "requerimiento"
por lo que las fuerzas invasoras atacaron sorpresivamente con armas de fuego, caballos y espadas.
Ocurrió una horrenda masacre que ocasionó al menos 4000 muertos, en medio de la cual el Inca fue
secuestrado y llevado al Amaruhuasi, donde soportaría un cautiverio de ocho meses.
DE CAJAMARCA AL CUSCO
http://amautacuna.blogspot.com/2008/06/el-viaje-de-francisco-pizarro-de.html
El 26 de julio de 1533 los españoles habían estrangulado a Atahualpa en la plaza de Cajamarca, dos
semanas después emprendieron el viaje al Cusco, acompañados del nuevo inca, el joven huascarista
Túpac Huallpa.
Siguiendo la ruta del Capac Ñan, Francisco Pizarro y sus aliados huascaritas marcharon llevando prisionero
el general atahualpista Calcuchimac. Cuando llegaron a Jauja murió repentinamente Túpac Huallpa, los
cristianos culparon a Calcuchimac de haberlo envenenado y más tarde lo enviaron a la hoguera en
Jaquijahuana.
Cabe resaltar que en este recorrido fue muy importante la colaboración de diversas etnias rivales de los
cusqueños como los chachapoyas, cañaris y huancas. Sus curacas contribuyeron con soldados, cargadores
y provisiones con la esperanza de destruir el imperio incaico y recuperar su independencia.
En el tramo final del viaje los españoles y huascaristas combatieron juntos contra el general atahualpista
Quisquis y lo vencieron en la batalla de Vilcashuamán. Solo así pudieron ingresar al Cusco el 15 de
noviembre de 1533. Poco después se hizo una ceremonia encumbrando al joven Manco Inca como el
nuevo soberano del Tahuantinsuyo que empezaba a desmoronarse rápidamente.
2. FUNDACIÓN DE CIUDADES ESPAÑOLAS
http://www.educared.edu.pe/estudiantes/historia2/desestructuracion_3_a.htm
La necesidad de dar un nuevo orden al territorio conquistado y de establecer el poder formal de la Corona
española llevó a los conquistadores a fundar una gran cantidad de ciudades. Dentro del gran grupo de
ciudades fundadas se pueden distinguir dos tipos: las nuevas ciudades fundadas para españoles y las
reducciones.
Las ciudades de españoles, en las cuales habitaron tanto peninsulares, criollos, mestizos, indígenas e
indios, fueron estrictamente construidas teniendo en cuenta el trazado de damero o cuadricular. Este
trazado tiene origen en la antigua Grecia y su objetivo inmediato fue el de proveer orden y diferenciación
espacial, mientras que en un segundo nivel -más abstracto- opera como una representación social y
cultural de la civilización entendida como jerarquización del orden. La ciudad de Lima, fundada el 18 de
enero de 1535, responde a ese modelo.
En cambio, las reducciones de indios, que también contaron con el modelo de damero y que se
encuentran origen en la España de la reconquista, fueron el origen de transformaciones sociales y
culturales significativas. A partir de 1550 se establecieron las normas coloniales para trasladar a
poblaciones dispersas enteras, como era la costumbre tradicional andina, a nuevos poblados llamados
reducciones. En estos poblados se concentró indiscriminadamente la población de una o varias etnias con
la finalidad de dar orden y mejorar la administración de la población del nuevo reino, a la vez que
facilitaba los censos, las tasas tributarias, la recolección del mismo tributo, la organización de la mita
minera y la evangelización.
Las consecuencias fueron diversas. Los asentamientos andinos prehispánicos estuvieron ubicados cerca
de pacarinas (lugares de origen) y huacas, así como otros lugares sagrados, por lo cual el traslado a un
lugar ubicado con un fin administrativo colonial provocó el desarraigo de la población con su pasado
mítico, más aun si consideramos que durante el gobierno del virrey Toledo se quemaron muchos de estos
espacios sagrados. Otra consecuencia directa fue la pérdida de recursos como el agua y las tierras
cultivables, pues la geografía andina difiere mucho de la de Castilla, de donde se trajo el modelo. Además
el traslado de mano de obra a través de pisos ecológicos fue uno de los principales baluartes de la
complementariedad de recursos, modo que se vio también afectado por las reducciones. La falta de agua
y de tierras para cultivo provocó que en muchos casos las primeras tasas tributarias fueran
desproporcionadas, pues ellas se basaban en el volumen de productos que las etnias daban al Inca.
Una consecuencia más fue la reunión en una reducción de más de una etnia o de poblaciones no oriundas
trasladadas en tiempos del Tahuantinsuyo como mitimaes, lo cual trajo problemas culturales y conflictos
entre poblaciones.
Finalmente el fenómeno de la reducción trajo consigo la aparición de un nuevo rol en la sociedad colonial,
el del forastero, personaje que fugaba de las reducciones y que en la mayoría de los casos vendía su mano
de obra asalariada en las minas y en las haciendas de producción de coca.