1. PRIMERA IGLESIA BAUTISTA DE BARQUISIMETO 08-04-12
ELABORADO POR: REV. JUAN ANTONIO GUÉDEZ CORTI, PASTOR.
EL CENTRO DE LA PREDICACIÓN CRISTIANA
(LOS NO DE LA MUERTE Y LOS SI DE LA RESURRECCIÓN)
LUCAS 23 Y 24 (23:44-24:9)
INTRODUCCIÓN: El centro de la predicación del Evangelio consiste en el hecho del
nacimiento de Jesucristo, quien siendo Dios se hizo hombre; murió en la cruz por nuestros
pecados, resucitó al tercer día para nuestra salvación, ascendió al cielo sentándose a la
diestra del Padre y volverá otra vez para establecer juicio a las naciones.
Fil.2:5-11 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que
se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un
nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla
de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
PROPOSICIÓN: En esta oportunidad compartiré con ustedes lo que Jesús no hizo durante
su crucifixión y muerte; y lo que si hizo en su resurrección.
I.- JESUCRISTO MURIÓ POR NUESTROS PECADOS. CAP.23. LOS “NO” DE LA
MUERTE DE CRISTO.
1. JESÚS NO PRESENTA DEFENSA (23.1-25)
a. El juicio judío se enfocó en la cuestión religiosa (blasfemia); pero cuando los judíos
enviaron a Jesús a Pilato, enfatizaron la cuestión política («pervierte al pueblo»).
b. Pilato envió a Jesús a Herodes, puesto que Jesús venía de la jurisdicción de Herodes
(tercer intento para deshacerse de Él). Herodes había querido por mucho tiempo conocer a
Jesús (9.7–9), esperando verle hacer algún milagro; pero cuando finalmente se encontraron,
Jesús ni dijo ni hizo nada. Al matar a Juan el Bautista, Herodes había silenciado la voz de
Dios. Nuestro Señor soportó gran humillación de manos de sus enemigos, pero lo soportó
todo con valentía.
Is.53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero;
y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”
1ª Pd.2:21-23 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22el cual no hizo pecado, ni se
halló engaño en su boca; 23quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando
padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;”
c. El trabajo del gobernador romano era procurar que se hiciera justicia y, sin embargo,
Pilato cedió a la presión de la multitud ¡después de afirmar tres veces que Jesús era
inocente!
d. Jesús «dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato»,
1ª Tim.6:13 “Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que
dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14que guardes el
mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,”
Pilato no quiso aceptar la verdad. Jn.18:33-39 “…¿Eres tú el Rey de los judíos?...
36Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis
2. servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de
aquí. 37Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy
rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la
verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 38Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?”
2. JESÚS NO PIDIÓ SIMPATÍA (23.26-32)
a. Se exigía que el criminal condenado llevara la cruz al lugar de ejecución. Jesús lo
hizo así al principio de la jornada (Jn 19.17), pero no pudo continuar, probablemente
debido a la debilidad resultante de todo lo que había sufrido aquella noche. Los soldados,
queriendo acelerar la ejecución, obligaron a Simón a que llevara la cruz por Él (Mt 5.41).
Fue una experiencia humillante para este judío de Cirene que había venido a Jerusalén para
la fiesta (Hch 2.10), pero tal vez le condujo a la conversión de él y su familia (Mc 15.21;
Ro 16.13). Simón Pedro había ofrecido ir a prisión y muerte con Jesús (Lc 22.33), pero fue
otro Simón el que fue con Jesús al Calvario.
b. Algunas personas que amaban a Jesús lamentaban su tortura, pero Él les advirtió que
no lloraran por Él. Demasiado a menudo en nuestra predicación y enseñanza enfatizamos
tanto los aspectos físicos de los sufrimientos de nuestro Señor que nos olvidamos de la
agonía espiritual que soportó en la cruz por la separación con su Padre.
c. Al mirar hacia el futuro Jesús veía su gloria (Heb 12.2), pero juicio para la nación
judía. Demasiada «devoción religiosa» es sólo emoción sentimental superficial y pasajera.
Jesús quería que hagamos nuestra «la participación de sus padecimientos» (Flp 3.10) y no
que tratemos de duplicar las sensaciones de sus sufrimientos.
3. JESÚS NO MANIFESTÓ RESENTIMIENTO (23.33-49)
a. La crucifixión es tal vez la más humillante y dolorosa forma de ejecución jamás
encontrada, y sin embargo Jesús no ofreció resistencia ni manifestó resentimiento. Incluso
oró por los responsables de su muerte (23:34 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen.”). Su oración no obtuvo automáticamente perdón personal para
sus enemigos, pero sí contuvo la ira de Dios por casi cuarenta años, dándole así tiempo
a la nación para que se arrepintiera. Es triste, pero no recibieron la Palabra y hasta
cometieron otro asesinato cuando apedrearon a Esteban (Hch 7).
b. Cumplimiento profético.
- A Jesús lo crucificaron entre dos criminales e intercedió por los transgresores
para dar cumplimiento a Isaías 53:12 “Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los
fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con
los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”
- La burla dio cumplimiento al Salmo 22:6–8 “Mas yo soy gusano, y no hombre;
Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7Todos los que me ven me escarnecen;
Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele,
puesto que en él se complacía.”
- La bebida que le ofrecieron, el Salmo 69:21 “Me pusieron además hiel por comida,
Y en mi sed me dieron a beber vinagre.”
- La luz y las tinieblas nos recuerdan el Salmo 22:1 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi
clamor?”
- El grito en el versículo 46 dio cumplimiento al Salmo 31:5 “En tu mano encomiendo
mi espíritu;…”
c. Lucas es el único escritor que registra la conversación entre Jesús y el ladrón.
3. - ¿Cómo sabía el ladrón que Jesús tenía un reino? Probablemente por el
letrero que habían colocado sobre su cabeza (23.38 “Había también sobre él un
título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS
JUDÍOS.”). INRI “Jesús Nazareno Rey de los Judios”
- ¿Cómo supo que Jesús podía salvarlo? Oyó a los burladores gritar: «¡Salvó a
otros!» (v. 35). Incluso la ira del hombre puede alabar a Dios. Nuestro Señor, en
su compasión, sacó a un ladrón de su pecado y le dio la salvación, y lo hizo en
un instante. Pero nunca debemos usar a este ladrón como una excusa para
retrasar la decisión por Cristo, porque lo más probable es que él se salvó en
su primera oportunidad. No tenemos evidencia de que haya conocido antes a
Jesús.
d. El hecho de que Jesús entregó su espíritu demuestra que estaba en pleno control de la
situación
- La palabra «encomiendo» en 23:46 significa «deposito, lo entrego para que se
guarde con seguridad».
- Jn 10:17–18 “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a
tomar. 18Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla,
y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”.
- Pablo la usó en 1 Timoteo 1.18 y 2 Timoteo 2.2, y Pedro en 1 Pedro 4.19. Esta
afirmación, citada del Salmo 31.5, la usaban los niños judíos como oración al acostarse.
4. JESÚS NO SUFRIÓ DESHONRA (23.50-56)
a. La sepultura de nuestro Señor dio cumplimiento a Is.53:12 “Por tanto, yo le daré
parte con los grandes,...”
- Los criminales condenados perdían todo derecho a un entierro decente, pero
Dios tenía a José de Arimatea y a Nicodemo (Jn.19:38–42) listos para cuidar del
cuerpo de Cristo. Uno tenía la tumba y el otro las especies preparadas,
- Fue colocado en un sepulcro nuevo en un huerto cerca del lugar de crucifixión.
- ¡Qué servicio realizaron y qué precio deben haber pagado cuando los demás
miembros del concilio se enteraron de lo que habían hecho!
b. Es importante para el evangelio que sepamos con certeza que Jesús en realidad
murió y fue sepultado, porque su resurrección depende de la realidad de su muerte y
sepultura (1 Co 15.1–11).
II.- JESUCRISTO RESUCITÓ PARA NUESTRA SALVACIÓN. CAP.24. LOS SI DE
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO.
1. SU RESURRECCIÓN GENERÓ CONFUSIÓN (24.1-12)
a. Las mujeres que se habían quedado cerca de la cruz y visto la sepultura fueron las
primeras en ir de nuevo a la tumba cuando el sabbat terminó (23.55–56). Estaban
preocupadas respecto a cómo abrir la tumba (Mt 16.1–3), para descubrir después que la
tumba no sólo estaba abierta, ¡sino vacía! ¡El cuerpo de Jesús no estaba allí! Un ángel había
venido y rodado la piedra (Mt 28.2). Al entrar en la tumba, las mujeres vieron a dos ángeles
(Marcos menciona sólo a uno; véase Mc 16.5), quienes les dijeron que Jesús estaba vivo y
había resucitado de entre los muertos. Si hubieran recordado sus palabras se hubieran
ahorrado mucho sufrimiento (9.22; Mt 17.9, 22–23; 20.17–19; Jn 2.19–22).
b. Las primeras embajadoras del mensaje de la resurrección fueron las devotas mujeres
que fueron fieles a Jesús. Dieron el mensaje a los once apóstoles, ¡los cuales no lo
creyeron! ¿Pensaron los apóstoles que las mujeres estaban engañadas o delirando?
4. c. Pedro y Juan corrieron a examinar la evidencia (v. 12; Jn 20.1–18), pero esto los dejó
perplejos. ¡Qué diferente hubiera sido si los creyentes hubieran sólo recordado y creído en
sus promesas!.
d. ¿Cómo sería la confusión generada entre los líderes religiosos, los soldados romanos
y el pueblo en general? Lc.24:18 “…¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has
sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?...”
2. SU RESURRECCIÓN TRAJO COMUNIÓN (24.13-32)
a. Cleofas y su compañero eran dos hombres desilusionados; porque con la muerte de
Jesús se esfumaron todas sus esperanzas acerca de Israel (nótense v. 21; y 1.68; 2.30–32,
38; 21.28, 31). Emaús se encontraba como a trece kilómetros al noroeste de Jerusalén, y
ellos iban de regreso a casa para decidir qué hacer después. Mientras caminaban,
conversaban respecto a los sucesos recientes y comentaban qué podrían significar esos
acontecimientos.
b. Hicieron lo mejor que pudieron con el limitado conocimiento que poseían, pero les
faltaba la clave que hubiera abierto las Escrituras proféticas: que el Mesías debía sufrir y
morir antes de que pudiera entrar a su gloria. Esta era la clave que Jesús les proveyó
mientras caminaban y conversaban en el camino.
c. Estos dos hombres eran «tardos [lentos] de corazón para creer todo lo que los
profetas han dicho» (v. 25). Creyeron las promesas respecto a la gloria del Mesías, pero no
podía aceptar las profecías respecto a su sufrimiento (1 P 1.8–12). Jesús les abrió los ojos y
los corazones para que comprendieran todas las Escrituras, y esto alentó sus corazones (v.
32).
d. Vieron al Mesías en la Palabra; pero, ¡no se dieron cuenta de que caminaba con ellos!
No fue sino hasta que Jesús bendijo su sencilla comida que Él se les reveló personalmente.
¡Qué revelación! ¡Los transformó de peregrinos desalentados en testigos entusiastas!
3. LA RESURRECCIÓN ES UN EVENTO CONFIRMABLE. (24.33-45)
a. Entusiasmados por las buenas nuevas, los dos hombres se apresuraron a regresar a
Jerusalén, tan solo para enterarse de que Jesús le había aparecido a otros y a Pedro
(1 Co 15.5; Mc 16.7). No sabemos cuándo fue esta reunión en ese primer día de
resurrección, pero trajo a Pedro de regreso a la comunión con su Señor.
Posteriormente Jesús restauró a Pedro a su discipulado (Jn 21).
b. Entonces Jesús mismo se apareció en el aposento alto, sin que importara que las
puertas estuvieran cerradas (Jn 20.19–25). En lugar de darle la bienvenida y
regocijarse, los creyentes quedaron aterrorizados, temerosos y atribulados, de
modo que Jesús les aseguró que era Él y que estaba vivo. Las heridas (no
«cicatrices») en sus manos y pies (Sal 22.16) y su costado (Jn 20.20) eran suficiente
identificación. Al comer un poco de pescado y de miel probó que no era un
fantasma. Su cuerpo de resurrección tenía carne y huesos (v. 39), y sin embargo
podía aparecer y desvanecerse, e incluso atravesar puertas sólidas cerradas.
c. Durante esa reunión Jesús confirmo a sus discípulos.
- Les dio su paz (v. 36),
- Les aseguró su presencia real y les dio una nueva comprensión de las Escrituras (v.
45).
- Durante sus años junto a ellos, Él les había enseñado mucho de la Palabra; pero
ahora les dio una perspectiva de lo que el AT decía sobre Él y su ministerio
redentor.
5. d. Es interesante notar que en el discurso de Pedro en Pentecostés no demostró que
Jesús hubiese resucitado. Solamente lo declaró porque la resurrección había sido un hecho
público y notorio. (Hch.2)
4. JESÚS RESUCITADO LES DA UNA COMISIÓN A SUS DISCÍPULOS (24.46-53)
a. Pero los discípulos no conservarían para ellos mismos el conocimiento de la Palabra.
Comenzando en Jerusalén.
- Serían predicadores (v.47) “heraldos de un mensaje” Mr.16:15 “Y les dijo: Id por
todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”
- Testigos (que contaban una experiencia) de lo que el Señor había hecho por ellos y les
había dicho. Hch 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra.”
b. Pero, ¿cómo podía este pequeño grupo esperar siquiera alcanzar el mundo entero con
el mensaje de redención? Solamente mediante el poder del Espíritu Santo. La iglesia
primitiva no poseía los recursos financieros y técnicos que tenemos hoy en día, y sin
embargo realizaron su trabajo.
c. Lucas terminó su Evangelio en el punto en que empieza su segundo libro, Hechos de
los apóstoles: la ascensión de Cristo y la espera de la venida del Espíritu Santo.
d. Si Jesús no se hubiera ido al cielo, el Espíritu no hubiera podido venir (Jn 16.7–15).
Jn.16:7 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no
me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”
e. También el Evangelio de Lucas empieza en el templo (1.8ss) y termina en el templo.
Empieza con María y Elisabet regocijándose y termina con todos los creyentes
regocijándose. Antes de que se convirtieran en testigos llenos del poder del Espíritu, los
creyentes fueron adoradores gozosos; lo cual es un buen ejemplo para que nosotros
sigamos. ¡Qué obediencia la de los discípulos! Hicieron exactamente lo que el Señor les
dijo que hicieran: Aguardaron en Jerusalén la venida del Espíritu Santo hasta que
fueron investidos del poder de Dios para ser testigos a todas las naciones.
CONCLUSIÓN:
RESUMEN O RECAPITULACIÓN: En esta oportunidad he compartido con ustedes el
centro del Evangelio, la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y he nombrado
algunas cosas que Jesús no hizo durante su crucifixión y muerte; y algunas cosas que si
hizo en su resurrección.
APLICACIÓN:
DEMOSTRACIÓN:
PERSUACIÓN:
INVITACIÓN: