8. "Si el Señor
quiere un
edificio como el
Museo
Nacional, lo
primero será
saber cómo es
el Museo...”
9. • Una hormiguita, ustedes ya saben, es demasiado
pequeña
para abarcar de una ojeada el gran edificio. ¿Cómo
hacer? Sus patitas y sus antenas, una hormiguita
no tiene otra cosa. Había que utilizarlas en
cumplimiento del mandato de Dios.
Allá se fue a recorrer palmo a palmo, moldura por
moldura la fachada del enorme caserón, hasta
tener perfectamente clara en la memoria una
"fotografía" infinitamente reducida, del aspecto
exterior del Museo. Tardó en ello ocho meses.
10. "Ahora los planos", se dijo ilusionada la
hormiguita. Y a movilizar otra vez
antenas y patitas para recorrer por dentro
y por fuera, toda la planta del edificio y
quedarse con un planito, a escala
infinitesimal, dentro de su negra
cabecita.
Esta vez tardó casi tres años en la
empresa.
11. • El problema siguiente era encontrar el
terreno apropiado: un terreno que midiera
exactamente los millones de pasitos de
hormiguita al cuadrado que eran necesarios
para realizar sus planos. Fue difícil. Un año
entero recorrió terrenos hasta dar con uno
que le sirviera.
12. Pero ya estaba ahí. La hormiguita negra podía
comenzar. Y empezó, sí señor.
Primero trazando una línea que dibujara sobre el
terreno los trazos generales de la construcción. A
veces el viento demasiado fuerte, a veces los
paseantes despreocupados, la obligaban a
rehacer una parte del dibujo... pero al final sintió
que su esfuerzo iba a ser recompensado, podía
empezar a excavar los cimientos.
13. Y a ello se puso llena de entusiasmo. Esta tarea
le pareció más fácil, más afín con su oficio de
construir hormigueros: con sus patitas aflojaba
terrones diminutos y los depositaba fuera de los
límites de su "plano". Pronto una serie de
montículos iban marcando el avance de los
trabajos.
14. Habían transcurrido cinco años
• y llevaba ya
excavada una
zanja de unos diez
centímetros,
cuando la
hormiguita volvió
a oír la voz de
Dios:
15. “Hormiguita”, llamó EL
• “Aquí estoy Señor”, respondió ella, como la
primera vez.
- “Hormiguita te pedí que me construyeras
un edificio parecido al Museo Nacional”.
- “Sí Señor”, informó la hormiguita: “ya
aprendí la fachada, saqué los
planos, encontré el terreno, y estoy
empezando a cavar los cimientos……”
16. Entonces Dios sonrió y dijo:
• “Hormiguita,
estoy
contento de
ti. Yo haré lo
demás.”
17. Cual es la enseñanza de esta
fabula ?
• Hermano , tomando este texto debemos
reflexionar sobre lo hermoso que es servir a
Dios ,en obediencia y ponernos a su
disposición y EMPRENDER la tarea que
nos encomendó , avocándonos y
activándonos en “EL HACER “ y confiar
definidamente en su Divina Providencia