Las combinaciones de medicamentos a dosis fijas pueden ser útiles para mejorar la adherencia al tratamiento de pacientes con enfermedades crónicas, pero también plantean algunos riesgos como la aparición de efectos adversos por interacciones entre fármacos o la dificultad de ajustar las dosis individuales. Por ello, su uso debe valorarse caso a caso teniendo en cuenta factores como la complejidad del tratamiento y las características de cada paciente.