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PRIMER CURSO
DE
ECUACIONES
EN
DERIVADAS
PARCIALES

IRENEO PERAL ALONSO
Catedr´tico de An´lisis Matem´tico
a
a
a
DEPARTAMENTO DE MATEMATICAS
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID

3
4
DEDICATORIA

A mi mujer, Magdalena,
y a mis hijas, Irene y Magdalena,
simplemente, porque las quiero y ellas son lo m´s importante para m´
a
ı.

Typeset by AMS-TEX
5
6
INDICE

Lista de s´
ımbolos
Pr´logo
o

9
11

´
Cap´
ıtulo 1 : los ejemplos clasicos de ecuaciones en
´
derivadas parciales de la f´
ısica matematica
Introducci´n.
o
15
§1.1 La divergencia. Una manera de medir variaciones.
17
§1.2 El teorema de la divergencia de Gauss.
24
§1.3 Ecuaciones de difusi´n:La ecuaci´n del calor.
o
o
33
§1.4 Ecuaciones estacionarias: Las ecuaciones de Laplace y de Poisson
38
§1.5 Ecuaci´n de la cuerda vibrante.
o
40
§1.6 Ecuaciones de Maxwell. La ecuaci´n de ondas.
o
42
§1.7 Ecuaciones de primer orden. Euler y las ecuaciones de la Mec´nica de Fluidos. 47
a
§1.8 Otros modelos f´
ısicos.
51
Ejercicios del Cap´
ıtulo 1.
53
Cap´
ıtulo 2: ecuaciones en derivadas parciales de primer orden:
el problema de cauchy
Introducci´n.
o
§2.1 Ecuaciones quasi lineales de primer orden
§2.2 Ecuaci´n general de primer orden.
o
§2.3 Clasificaci´n de ecuaciones en derivadas parciales de segundo orden.
o
§2.4 El teorema de Cauchy-Kovalevsky.
Ap´ndice al Cap´
e
ıtulo 2.
Problema de Cauchy para la ecuaci´n general de primer orden en RN .
o
Ejercicios del Cap´
ıtulo 2.

55
57
70
84
94
102
106

Cap´
ıtulo 3: problema de sturm-liouville. series e integrales de fourier.
´
´
metodo de separacion de variables.
Introducci´n.
o
113
§3.1 Problemas de contorno de segundo orden.
Teorema de la alternativa. Funci´n de Green.
o
118
§3.2 Problemas autoadjuntos: El problema de Sturm-Liouville. Autovalores.
132
§3.3 El problema de Dirichlet para la ecuaci´n de Laplace en el disco unidad de R2 .
o
Convergencia de series de Fourier.
153
7
§3.4 Problemas mixtos para la ecuaci´n del calor en una dimensi´n espacial.
o
o
§3.5 Problemas de contorno para la ecuaci´n de ondas: la cuerda vibrante.
o
§3.6 El problema de Dirichlet en el semiplano positivo.
La transformaci´n de Fourier.
o
Ejercicios del Cap´
ıtulo 3.
´
Cap´
ıtulo 4: la ecuacion de ondas en dimensiones espaciales uno dos
tres. el problema de Cauchy.
Introducci´n.
o
§4.1 La ecuaci´n de ondas en dimensi´n uno. F´rmula de D’Alambert.
o
o
o
§4.2 La ecuaci´n de ondas en dimensi´n espacial tres.
o
o
M´todo de las medias esf´ricas.
e
e
§4.3 El problema de Cauchy en dimensi´n espacial dos.
o
M´todo de descenso de Hadamard.
e
§4.4 La ecuaci´n de ondas no homog´nea.
o
e
§4.5 Energ´ y unicidad. Dependencia de la ecuaci´n de ondas de la dimensi´n.
ıa
o
o
Ejercicios del Cap´
ıtulo 4.

175
184
188
201
y
211
213
216
222
224
226
234

´
Cap´
ıtulo 5: la ecuacion de laplace. el problema de dirichlet.
Introducci´n.
o
§5.1 Representaci´n integral de funciones. Funci´n de Green.
o
o
§5.2 El problema de Dirichlet en una bola de RN .
§5.3 C´lculo de la funci´n de Green en dominios con simetr´
a
o
ıas
§5.4 Propiedades de las funciones arm´nicas.
o
§5.5 El problema de Dirichlet en dominios generales. M´todo de Perron.
e
§5.6 La ecuaci´n de Poisson.
o
Ejercicios al Cap´
ıtulo 5.

239
241
246
251
254
261
275
283

´
Cap´
ıtulo 6: la ecuacion del calor.
Introducci´n.
o
§6.1 N´cleo de Gauss. Construcci´n de soluciones.
u
o
§6.2 El principio del m´ximo. Resultados cl´sicos de unicidad.
a
a
§6.3 El problema de Cauchy no homog´neo.
e
§6.4 Temperaturas positivas.
Ejercicios del Cap´
ıtulo 6

291
293
299
303
312
319

Indice Alfab´tico
e

327

Bibliograf´
ıa

333

8
LISTA DE SIMBOLOS

R N´meros reales
u
RN Espacio eucl´
ıdeo N-dimensional
R3 Espacio eucl´
ıdeo 3-dimensional
R2 Espacio eucl´
ıdeo 2-dimensional
R2 Semiplano con segunda coordenada positiva
+
RN +1 Semiespacio con la ultima coordenada positiva
´
+
Q N´meros racionales
u
C N´meros complejos
u
N N´meros naturales
u
Z N´meros enteros
u
A × B Producto cartesiano de A y B.
C ∞ Funciones indefinidamente diferenciables
∞
C0 Funciones indefinidamente diferenciables y con soporte compacto.
C Funciones continuas
C 1 Funciones con primeras derivadas continuas
C 2 Funciones con segundas continuas
C 3 Funciones con terceras derivadas continuas
C k Funciones con k derivadas continuas
C α Funciones Holderianas
L2 Funciones de cuadrado integrable
Parte imaginaria
Parte real
, Producto escalar can´nico en RN .
o

9
10
PROLOGO

Cualquier texto sobre una materia cl´sica de las Matem´ticas es siempre producto
a
a
de un punto de vista personal del autor sobre la disciplina en cuesti´n. Este no es
o
una excepci´n.
o
Debo confesar que la organizaci´n de las lecciones que siguen a continuaci´n,
o
o
es como me hubiera gustado aprender ecuaciones en derivadas parciales por
primera vez. Y, no cabe duda, ´ste es mi gusto actual, el cual es seguramente distinto
e
de cuando escuch´ por primera vez hablar de esta vasta y apasionante parcela de las
e
Matem´ticas.
a
No deben esperarse contenidos originales en una materia tan cl´sica, ¡ser´ pelia
ıa
groso...!
He pretendido buscar los conocimientos que considero realmente b´sicos para un
a
estudiante motivado y curioso de las Matem´ticas, de su gestaci´n y de c´mo sirven
a
o
o
para describir algunos procesos naturales con singular finura.
Lo que yo considero b´sico puede resumirse en los siguientes puntos:
a
(1) Entender bien los resultados m´s elementales en los tres ejemplos cl´sicos de
a
a
´
´
las ecuaciones de la F´
ısica Matem´tica: ecuacion de ondas, ecuacion del
a
´
calor y ecuacion de Laplace.
(2) Conocer, siquiera someramente, las ecuaciones de primer orden, su interpretaci´n geom´trica y su uso para determinar los buenos problemas
o
e
para las ecuaciones de segundo orden.
´
´
(3) El metodo de separacion de variables, como origen de la disciplina, y
tema central del curso, es decir, manipular las series de Fourier para poder
leer en ellas propiedades de las soluciones. En este sentido, es util conocer los
´
problemas de Sturm-Liouville y sus autovalores.
(4) Convencer al lector de que la inversi´n de esfuerzo y tiempo que se hace en
o
los apartados anteriores es muy rentable.
Lo que se hace para los tres ejemplos m´s elementales se convierte en m´todos muy
a
e
generales que, con desarrollos t´cnicos m´s sofisticados, permiten estudiar las ecuae
a
ciones en derivadas parciales de segundo orden lineales e incluso algunos problemas
no lineales. Estos m´todos han sido el motor de buena parte de las Matem´ticas de
e
a
los dos ultimos siglos.
´
Me gusta enfatizar en este punto, pues recuerdo no sin cierto desasosiego, la impresi´n que me produc´ las ecuaciones en derivadas parciales al estudiarlas por
o
ıan
primera vez. Estudiar problema tras problema, ahora con valores iniciales, ahora con
11
valores de contorno, una ecuaci´n de este tipo, luego se la cambia un signo y su
o
comportamiento no se parece en nada... ¿ Verdad que parece un desastre?
Insisto, los ejemplos que estudiaremos en lo que sigue son paradigm´ticos. Y
a
tratar´ de dar cuenta de por qu´ lo son; no solo las ecuaciones, sino tambi´n, el tipo de
e
e
e
problema que para cada una se estudia. Intentar´ mostrar los hechos fundamentales
e
en cada caso, buscando el camino que, a mi juicio, tiene m´s proyecci´n y m´s uso
a
o
a
en desarrollos avanzados.
El origen de este texto est´ en la necesidad de tener una referencia de caracter
a
elemental, m´s o menos autocontenida, que me sirva a m´ mismo como gu´ de los
a
ı
ıa
cursos que he de dar. No obstante, es posible que sea de inter´s para alguien m´s que
e
a
tenga que dar un curso de introducci´n y para los estudiantes. De ah´ el esfuerzo, un
o
ı
poco masoquista, que he emprendido de ponerlo en AMSTEX. No puedo agradecer la
estupenda labor de mecanograf´ porque ser´ un autoagradecimiento injusto, ya que
ıa,
ıa
lo bien que queda no es m´rito m´ sino del TEX.
e
ıo,
No pienso dar indicaciones metodol´gicas, siempre me ha causado un cierto espanto
o
ense˜ar a ense˜ar. Pero s´ dir´ lo que vengo haciendo con el contenido del texto en
n
n
ı
e
un cuatrimestre de cuatro horas semanales de clase.
En las condiciones anteriores, el curso 1992-93, se cubrieron:
- El Cap´
ıtulo 1 esencialmente completo.
- El Cap´
ıtulo 2 salvo el teorema de Cauchy-Kovalevsky.
- Del Cap´
ıtulo 3 se suprimi´ la transformada de Fourier pero el resto se estudi´
o
o
con detalle.
- El Cap´
ıtulo 4 se estudi´ completo.
o
- Del Cap´
ıtulo 5 se estudi´ la parte m´s elemental, es decir, se omitieron, la
o
a
soluci´n del problema de Dirichlet en dominios generales por el m´todo de Perron, la
o
e
cual se explic´ sin demostraciones, y los resultados de teor´ del potencial elemental.
o
ıa
- Del Cap´
ıtulo 6 se obtuvieron las soluciones mediante la gaussiana, que se obtuvo
como soluci´n autosemejante, y se mostr´ unicidad de soluci´n acotada por aplicaci´n
o
o
o
o
del principio del m´ximo.
a
Tambi´n hice buena parte de los ejercicios propuestos. Todo esto es lo que yo
e
considero el Primer curso en Ecuaciones en Derivadas Parciales. El resto
es para los estudiantes mejores y les servir´ como paso intermedio para leer otros
a
textos m´s avanzados, tales como los que aparecen en las referencias.
a
Tuvimos el a˜o 1992-93 ¡370 estudiantes de E.D.P! Esta fue una raz´n m´s para
n
o
a
redactar estas lecciones. Quiero agradecer al peque˜o grupo, el m´s activo, de este
n
a
colectivo excesivo, su inter´s por las Matem´ticas, pues ello me hizo trabajar duro y
e
a
con ilusi´n en culminar la empresa de redactar este texto.
o
Es de justicia el reconocimiento a mis colegas del Departamento de Matem´ticas,
a
en especial a los que dedican su tiempo a las ”EDP”: Bernis, Esteban, Garc´ Azorero,
ıa
V´zquez y Walias, porque de sus comentarios y sugerencias aprendo continuamente.
a
Pero en general a todos los compa˜eros del Departamento les debo gratitud. A unos
n
por los ´nimos que me dieron, a otros por ”pasar de m´ y dejarme en paz.
a
ı”
12
Mi m´s profundo agradecimiento a Dimitri Yakubovich, con quien compart´ la
a
ı
ense˜anza de este curso, por la ayuda que me prest´. Sus correcciones y comenn
o
tarios han sido de utilidad para hacer legible este texto. Las conversaciones con Jes´s
u
Gonzalo, que ense˜´ el tercer grupo, siempre fueron interesantes para m´ por sus peno
ı
culiares y profundos puntos de vista. Tambi´n debo gratitud a A. de la Llave y M.
e
Walias por la lectura de las versiones previas, por sus severas cr´
ıticas, que han hecho
que disminuyan las erratas de manera exponencial.
Recibir´ con gratitud todo comentario, cr´
e
ıtica, apunte, sugerencia, chascarrillo,
etc., que los lectores tengais a bien hacer y que vayan en el camino de la mejora de
este curso.
Los s´
ımbolos m´s usados est´n recogidos tras el ´
a
a
ındice.
Se incluye una lista de referencias bibliogr´ficas de la que debo advertir que son
a
todos los que est´n pero, evidentemente, no est´n todos los que son. La selecci´n ha
a
a
o
sido hecha por gusto personal del autor y por aproximaci´n al nivel del texto. Algunas
o
de ellas ser´ la continuaci´n natural de estas lecciones.
ıan
o
Gracias, ´nimo y que la Divina Providencia nos conserve a todos el buen humor,
a
que buena falta nos hace.
Madrid, Oto˜o de 1993
n
Ireneo Peral Alonso

NOTA A LA EDICION ELECTRONICA.
He recibido gran n´mero de sugerencias y comentarios positivos al texto por parte
u
de colegas de diversas universidades espa˜olas. A todos mi agradecimiento. Me ha
n
alegrado saber que el esfuerzo realizado ha servido para algo y ha sido un acicate para
hacer una correcci´n de erratas exhaustiva.
o
Especial gratitud merecen los profesores Garc´ Azorero y Walias, de la Univerıa
sidad Aut´noma de Madrid, quienes generosamente me han hecho llegar las erratas
o
detectadas por ellos.
El final de existencias y la posterior descatalogaci´n del libro por parte de Pearson,
o
actual propietaria de Addison-Wesley, editora del libro conjuntamente con la Universidad Aut´noma de Madrid, y habi´ndome pedido acceso al libro numerosos colegas
o
e
de Iberoamerica, me han llevado a la decisi´n de poner el libro para libre acceso de
o
estudiantes y profesores de todo el mundo.
Aviso que no hay cambios en el contenido sobre la edici´n escrita. He tratado
o
solamente de corregir las numerosas erratas advertidas, aclarar alguna frase y a˜adir
n
media docena de nuevos ejercicios.
Madrid, Oto˜o de 2001
n
Ireneo Peral Alonso

13
14
CAPITULO 1

LOS EJEMPLOS CLASICOS
DE ECUACIONES EN DERIVADAS
PARCIALES DE LA FISICA
MATEMATICA

Introducci´n
o
Este cap´
ıtulo pretende motivar el privilegio que se concede a determinadas ecuaciones en derivadas parciales al estudiarlas de manera preferente.
Una buena raz´n para estudiar estos tipos de ecuaciones en derivadas parciales es
o
que, por una parte, son modelos muy aproximados de fen´menos f´
o
ısicos b´sicos y por
a
otra, que son el inicio de la teor´ de Ecuaciones en Derivadas Parciales, inicio com´n
ıa
u
con otras muchas disciplinas de la F´
ısica y de las Matem´ticas.
a
La mayor´ del contenido de este cap´
ıa
ıtulo fue generado a fines del siglo XVIII y
comienzos del XIX y lleva asociados los nombres de los matem´ticos m´s eminentes
a
a
de este periodo hist´rico. En esta ´poca puede apreciarse que las fronteras de las
o
e
Matem´ticas y de la F´
a
ısica Matem´tica eran a´n m´s difusas que en la actualidad y
a
u
a
los progresos en un ´rea lo eran en la otra.
a
Ecuaciones, m´todos y teoremas llevan los nombres de sus descubridores: Euler,
e
Bernouilli, Fourier, Gauss, Riemann, Green, Laplace, Poisson, Dirichlet y Lagrange,
entre otros, son los protagonistas de esta Historia.
15
16

Recomendamos la lectura de los cap´
ıtulos dedicados a Ecuaciones en Derivadas
Parciales del libro M. Kline, ”El Pensamiento Matem´tico desde los tiempos antiguos
a
a los modernos” Alianza Editorial, 1992, para que el lector ampl´ su perspectiva
ıe
hist´rica.
o

La lectura del presente cap´
ıtulo debe servir para observar el proceso de modelaci´n
o
de fen´menos f´
o
ısicos en ejemplos cl´sicos y no excesivamente complicados, mediante
a
ecuaciones. Por su importancia el estudio de estos ejemplos ha motivado la construcci´n de teor´ matem´ticas enteras.
o
ıas
a
Comenzaremos por elaborar la forma de medir ”variaciones de magnitudes” en
varias dimensiones: teorema de Gauss.
Una vez hecho este estudio se introducir´n los modelos que dan lugar a las tres
a
ecuaciones siguientes:
(1) ut = uxx , ecuaci´n del calor,
o
(2) utt = uxx , ecuaci´n de ondas,
o
(3) uxx + uyy = 0, ecuaci´n de Laplace.
o
A estos ejemplos y a variantes de ellos estar´ dirigida nuestra atenci´n en adelante.
a
o
Puede parecer poco ambicioso este proyecto, dedicar un curso a unos pocos ejemplos. Pero hay que decir que el estudio profundo de estos tres ejemplos tan sencillos
en apariencia, ha dado las ideas suficientes para poder abordar problemas mucho m´s
a
generales y complicados. Muchas ideas est´n en estos ejemplos y conocerlas bien
a
supone la posibilidad de explorar otros modelos m´s complicados de forma razonablea
mente asequible.
En esta direcci´n invitamos al lector a acompa˜arnos en este estudio y a observar
o
n
tambi´n lo poderoso que resulta el lenguaje matem´tico. Una misma ecuaci´n puede
e
a
o
describir realidades f´
ısicas diversas como se ver´ en las siguientes secciones.
a
17

1.1.- La divergencia.
Una manera de medir variaciones de magnitudes.
Se trata en esta secci´n de estudiar las tasas de cambio de magnitudes en m´s de
o
a
una dimensi´n, es decir, de buscar un sustituto razonable de la derivada, que es el
o
concepto esencial para estudiar variaciones de magnitudes unidimensionales.
Hay muchas posibilidades a priori de encontrar esta sustituci´n de la derivada,
o
pero veremos las que la F´
ısica Matem´tica ha tenido en cuenta por ser m´s naturales
a
a
y por tanto m´s utiles.
a ´
Para precisar las ideas consideremos el campo vectorial en R3
U (x, y, z) = u(x, y, z)e1 + v(x, y, z)e2 + w(x, y, z)e3
donde {e1 , e2 , e3 } es la base can´nica.
o
Para que resulte m´s intuitivo sup´ngase que U es, por ejemplo, el campo de
a
o
velocidades de un fluido, es decir, en cada punto (x, y, z) ∈ R3 se tiene el vector
velocidad U (x, y, z). Supongamos que Ω es una parte acotada de R3 . ¿C´mo cambia
o
el volumen de Ω al desplazarse por el flujo del fluido? ¿Hay giros rese˜ables en el
n
movimiento?
Estas cuestiones quedar´n claras despu´s de un an´lisis elemental de la situaci´n
a
e
a
o
mediante el teorema del valor medio. Para ello supondremos regularidad suficiente
en la funci´n U de R3 en R3 que define el campo; m´s concretamente supondremos
o
a
U ∈ C 1 (R3 ), es decir U y todas sus derivadas primeras son continuas.
Usando el Teorema de Taylor, escribimos entonces,
U (x + h) = U (x) + Jx U (x)h + o(|h|)

para

h → 0;

donde x = (x, y, z), h = (h1 , h2 , h3 ) y Jx U (x) es el jacobiano de U en el punto x. Si
|h| es peque˜o se puede tomar como valor aproximado de U (x + h) el t´rmino
n
e
(1.1.1)

U (x) + Jx U (x)h

El primer sumando representa una traslaci´n. Analizaremos a continuaci´n el segundo
o
o
sumando. Escrito en detalle el segundo sumando es,


ux
Jx U (x)h =  vx
wx

uy
vy
wy

 
uz
h1
vz   h2  ≡ Ah
wz
h3

Consideremos la parte sim´trica y antisim´trica de A, es decir,
e
e
D=

1
(A + At )
2

y

R=

1
(A − At )
2
18

respectivamente; donde At denota la matriz traspuesta de A. As´ pues, el valor
ı
aproximado de U (x + h) dado por (1.1.1) se puede expresar como
(1.1.2)

U (x) + Dh + Rh.

Adem´s
a


ux
D =  1 (uy + vx )
2
1
2 (uz + wx )

1
2 (uy

+ vx )
vy
1
2 (vz + wy )

1
2 (uz
1
2 (vz


+ wx )
+ wy ) 
wz

con lo que resulta
Traza(D) = ux + vy + wz .
La expresi´n ux + vy + wz se llama divergencia del campo U y se nota div U . Por
o
tanto,
Traza(D) = div U.
Si se hace un cambio de coordenadas ortogonal podemos transformar D en una
˜
matriz diagonal D. De esta forma,


d1
˜
D= 0
0

0
d2
0


0
0 
d3

˜
y se tiene que TrazaD = div U , ya que la traza es un invariante en el cambio de
coordenadas ortogonal.
Podemos interpretar el sumando Dh de (1.1.2) como sigue. Sea P0 un paralelep´
ıpedo
t
y P (t) la evoluci´n de P0 en el tiempo t, es decir, si h(t) = (h1 (t), h2 (t), h3 (t)) son
o
los lados de P (t) y h0 = (h01 , h02 , h03 )t los lados de P0 se verifica

 dh
(t) = Dh(t)
dt

h(0)
= h0
˜
Llamando hi , i = 1, 2, 3 los transformados de los hi por el cambio de coordenadas
ortogonal, resulta:
˜
dhi (t)
˜
= di hi (t),
i = 1, 2, 3
dt
y por tanto,
3

d
d ˜
˜
˜
˜
˜
˜
Vol(P (t)) = (h1 (t)h2 (t)h3 (t)) = (
di )(h1 (t)h2 (t)h3 (t)) = (div U )Vol(P (t))
dt
dt
i=1
19

As´ tenemos que la divergencia mide la tasa de cambio de volumen asociada al campo
ı,
U . El argumento expuesto se refiere a la aproximaci´n lineal del campo y da una idea
o
muy intuitiva de lo que significa la divergencia.
La siguiente proposici´n presupone alg´n conocimiento de las ecuaciones difereno
u
ciales ordinarias, como referencia a tales conocimientos pueden tomarse E.A. Coddington - N. Levinson, ” Theory of Ordinary Differential Equations”, Mc Graw Hill
1955 o, en espa˜ol, M.W. Hirsch - S. Smale, ”Ecuaciones diferenciales sistemas
n
din´micos y ´lgebra lineal”, Alianza Universidad, 1983, entre otros. A continuaci´n se
a
a
o
detalla formalmente la anterior interpretaci´n de la divergencia. No obstante, la idea
o
heur´
ıstica de qu´ ocurre con la aproximaci´n lineal es suficiente para seguir adelante.
e
o
Proposici´n.
o
Sea U un campo de vectores en R3 , y sea x(t, x0 ) la soluci´n del problema de
o
Cauchy

 dx (t, x ) = U (x(t, x ))
0
0
dt

x(0, x0 )
= x0
Para un t fijado se define la aplicaci´n Ψ : R3 −→ R3 por
o
x0 ∈ R3 −→ Ψ(x0 ) = x(t, x0 )
Para E ⊂ R3 medible, se denota por Ψ(E) su imagen mediante Ψ. Entonces, se tiene
t

dy =
Ψ(E)

exp(

div U (x(τ, x0 ))dτ )dx0

E

0

Demostraci´n.
o
Aplicando la f´rmula del cambio de variable se tiene
o
dy =
Ψ(E)

E

|detΨξ |dx

Pero seg´n el teorema de Peano de derivaci´n del flujo respecto al dato inicial se tiene
u
o
que Ψξ (ξ0 ) es la soluci´n del problema matricial,
o
y (t) = Ux (x(t, ξ0 ))y(t)
y(0) = I

donde I

es la matriz identidad 3 × 3

La f´rmula de Jacobi da la expresi´n para el determinante de una matriz soluci´n de
o
o
o
un sistema lineal; en nuestro caso se concluye que
t

det y(t) = exp(

TrazaUx (x(τ, ξ0 ))dτ ),
0
20

para ello basta sustituir en la expresi´n de la f´rmula del cambio de variable.
o
o
Por otra parte, y para completar nuestro estudio, consideramos la parte antisim´trica
e




1
1
0
0
−ξ3 ξ2
2 (uy − vx )
2 (uz − wx )
1
1
≡
0
ξ3
0
−ξ1 
R =  − 1 (uy − vx )
2
2 (vz − wy )
2
1
1
−ξ2 ξ1
0
− 2 (uz − wx ) − 2 (vz − wy )
0
y observamos que el vector ξ = (ξ1 , ξ2 , ξ3 ) es precisamente lo que se define como el
rotacional del campo U , es decir,
rotU = ξ.
Si se consideran las soluciones del sistema lineal con coeficientes constantes,
d
h(t) = Rh(t),
dt
m´dulo un cambio de coordenadas dado por una matriz P de cambio de base, resultan
o
ser


cos |ξ|t
sen |ξ|t 0
h(t) = P  − sen |ξ|t cos |ξ|t 0  P −1 h(0)
0
0
1
3

2
que representa una rotaci´n en R3 , donde |ξ| =
o
i=1 |ξi | . Se sugiere al lector como
ejercicio comprobar todos los extremos del c´lculo anterior. Salvo detalles bastante
a
elementales de algebra lineal se ha establecido el siguiente resultado:
”Un campo de vectores continuamente diferenciable en R3 se descompone localmente en una traslaci´n, una dilataci´n y un giro”.
o
o
Como se ve la divergencia aparece de manera natural cuando se intenta medir la
variaci´n de volumen que produce un campo; el rotacional da la parte del campo que
o
produce giros, de ah´ su nombre.
ı
Al final del cap´
ıtulo se proponen algunos ejercicios de c´lculo con la divergencia y
a
el rotacional.

Establecemos ahora dos resultados utiles de c´lculo vectorial y que son los primeros
´
a
ejemplos de como encontrar soluci´n de ecuaciones en derivadas parciales.
o
1.1.1. Teorema.
Sea F un campo de vectores en R3 , es decir,
F (x1 , x2 , x3 ) = (F1 (x1 , x2 , x3 ), F2 (x1 , x2 , x3 ), F3 (x1 , x2 , x3 ))
Suponemos que,
(1)
(2)

F ∈ C 1 (R3 ),
div F = 0.
21

Entonces existe G tal que F = rotG
Demostraci´n.
o
Para que se verifique el teorema se ha de tener

 F1 =G3x2 − G2x3

F2 =G1x3 − G3x1
(1.1.3)

 F =G
3
2x1 − G1x2 .
Elegimos, por ejemplo, G3 ≡ 0, con lo cual (1.1.3) se convierte en

 F1 = − G2x3

F2 =G1x3
(1.1.4)

 F =G
3
2x1 − G1x2 ,
que es un sistema aparentemente sobredeterminado pues hay dos inc´gnitas y tres
o
ecuaciones; es aqu´ donde entra en juego la condici´n 2), es decir, div F = 0. En
ı
o
efecto, de (1.1.4) resulta que
x3

(1.1.5)

G1 (x1 , x2 , x3 ) =

F2 (x1 , x2 , t)dt + α(x1 , x2 )
0

donde α es una funci´n regular a determinar. De igual manera se tiene que
o
x3

G2 (x1 , x2 , x3 ) = −

(1.1.6)

F1 (x1 , x2 , t)dt + β(x1 , x2 )
0

Para que se verifique la tercera ecuaci´n de (1.1.4) se ha de tener,
o
(1.1.7)
F3 (x1 , x2 , x3 ) =
x3

=−

x3

F1x1 (x1 , x2 , t)dt + βx1 (x1 , x2 ) −
0

F2x2 (x1 , x2 , t)dt − αx2 (x1 , x2 ) =
0

x3

F3x3 (x1 , x2 , t)dt + (βx1 (x1 , x2 ) − αx2 (x1 , x2 )) =

=
0

= F3 (x1 , x2 , x3 ) − F3 (x1 , x2 , 0) + (βx1 (x1 , x2 ) − αx2 (x1 , x2 ))
despu´s de haber aplicado que div F = 0. Pero de (1.1.7) resulta que
e
F3 (x1 , x2 , 0) = βx1 (x1 , x2 ) − αx2 (x1 , x2 ),
suponiendo, por ejemplo, β ≡ 0, se tiene
x2

α(x1 , x2 ) = −

F3 (x1 , s, 0)ds,
0
22

de manera que el campo G de componentes


 G1 (x1 , x2 , x3 ) =





x3

x2

F2 (x1 , x2 , t)dt −
0

 G2 (x1 , x2 , x3 ) = −





G3 (x1 , x2 , x3 ) =0,

F3 (x1 , s, 0)ds
0

x3

F1 (x1 , x2 , t)dt
0

es uno de los infinitos campos que satisfacen F = rotG

Observaci´n. En (1.1.3) tenemos un sistema de ecuaciones que involucran derivadas
o
parciales. Lo que hemos hecho en el teorema anterior es calcular soluciones de un
sistema de ecuaciones en derivadas parciales. Sirva como primer ejemplo de lo que se
trata en los cap´
ıtulos que siguen.
El resultado que se presenta a continuaci´n fue formulado por primera vez por el
o
eminente f´
ısico y matem´tico franco-italiano Lagrange.
a
Como es habitual en los textos de C´lculo el gradiente de una funci´n derivable f
a
o
ser´ denotado por f , y significa asociar a cada punto el vector cuyas coordenadas
a
son las derivadas parciales de f , es decir,
f (x1 , x2 , x3 ) = (

∂f
∂f
∂f
(x1 , x2 , x3 ),
(x1 , x2 , x3 ),
(x1 , x2 , x3 ))
∂x1
∂x2
∂x3

1.1.2. Teorema.
Sea F un campo de vectores de clase uno en R3 tal que rotF = 0.
Entonces existe f : R3 −→ R, f ∈ C 1 (R3 ) tal que f = F , es decir,
(1.1.8)

F1 = fx1 ,

F2 = fx2 ,

F3 = fx3

Demostraci´n.
o
De nuevo la condici´n rotF = 0 har´ que el sistema (1.1.8), que es sobredetermio
a
nado, sea compatible.
En efecto, que rotF = 0 significa
(1.1.9)

F1x2 = F2x1 ,

F1x3 = F3x1 ,

F3x2 = F2x3 .

De otro lado, de haber soluci´n de (1.1.8), se ha de verificar
o
x1

(1.1.10)

f (x1 , x2 , x3 ) =

F1 (s, x2 , x3 )ds + α(x2 , x3 )
0
23

Para que se verifique la segunda ecuaci´n en (1.1.8) hemos de tener
o
x1

F2 (x1 , x2 , x3 ) = fx2 (x1 , x2 , x3 ) =

F1x2 (s, x2 , x3 )ds + αx2 (x2 , x3 ) =
0

x1

F2x1 (s, x2 , x3 )ds + αx2 (x2 , x3 ) = F2 (x1 , x2 , x3 ) − F2 (0, x2 , x3 ) + αx2 (x2 , x3 )

=
0

despu´s de haber aplicado (1.1.9). Es decir,
e
x2

α(x2 , x3 ) =

F2 (0, t, x3 )dt + β(x3 ).
0

De esta forma se tiene que (1.1.10) da
x1

(1.1.11)

f (x1 , x2 , x3 ) =

x2

F1 (s, x2 , x3 )ds +

F2 (0, t, x3 )dt + β(x3 ),

0

0

que verifica las dos primeras ecuaciones de (1.1.8), cualquiera que sea β(x3 ).
Por ultimo determinaremos β para que se satisfaga la tercera ecuaci´n de (1.1.8).
´
o
Aplicando de nuevo (1.1.9) se tiene que,
F3 (x1 , x2 , x3 ) = fx3 (x1 , x2 , x3 ) =
x1

=

x2

F1x3 (s, x2 , x3 )ds +
0

F2x3 (0, t, x3 )dt + β (x3 ) =
0

x1

=

x2

F3x1 (s, x2 , x3 )ds +
0

F3x2 (0, t, x3 )dt + β (x3 ) =
0

= F3 (x1 , x2 , x3 ) − F3 (0, x2 , x3 ) + F3 (0, x2 , x3 ) − F3 (0, 0, x3 ) + β (x3 ),
de donde
β (x3 ) = F3 (0, 0, x3 ).
En resumen, tenemos como soluci´n
o
x1

f (x1 , x2 , x3 ) =

x2

F1 (s, x2 , x3 )ds +
0

donde K es una constante arbitraria.

x3

F2 (0, t, x3 )dt +
0

F3 (0, 0, u)du + K,
0
24

A la funci´n f obtenida en el teorema anterior, se le llama funci´n potencial para
o
o
el campo F .
De otra parte son muy f´ciles de comprobar las igualdades
a
(1)
div (rotG) = 0
(2)
rot( f ) = 0
que son los rec´
ıprocos de los teoremas anteriores.
Los campos gradientes de potenciales se suelen llamar campos conservativos. Se
justifica el nombre en el sentido que para el sistema din´mico dado por
a
(1.1.12)

mx (t) = − f (x(t))

se tiene la conservaci´n de energ´ en el tiempo. En efecto, si se considera la energ´
o
ıa
ıa
definida por
(1.1.13)

E(t) =

m
[x (t)]2 + f (x(t))
2

se verifica que
E(t) = E(0),
lo que se comprueba derivando respecto de t en (1.1.13) y utilizando (1.1.12).

1.2.- El teorema de la divergencia de Gauss.
En el apartado (1.1) hemos indicado como la divergencia mide la tasa de cambio
del volumen en el modelo del campo de velocidades de un fluido.
Gauss en uno de sus muchos y grandes teoremas estableci´ algo mucho m´s preciso
o
a
y que constituye el contenido de esta secci´n: el teorema de la divergencia.
o
Para una funci´n F definida en la recta real y con derivada continua, es bien
o
conocido que
b

(1.2.1)

F (b) − F (a) =

F (x)dx
a

La anterior afirmaci´n constituye el teorema fundamental del c´lculo. Tambi´n se
o
a
e
puede leer el resultado como sigue: La variaci´n total de F en [a, b] es igual a la
o
integral de la tasa de variaci´n, F (x).
o
En dimensi´n uno F (x) es la divergencia y entonces (1.2.1) expresa que la cantidad
o
de F que entra o sale, dependiendo del signo, es igual a la integral de la divergencia.
Con esta lectura del teorema fundamental del c´lculo se puede entrever la posibilidad
a
de extender (1.2.1) a m´s dimensiones.
a
25

Para fijar las ideas, sea n = 2 y consideremos
F : R2 −→ R2
funci´n continua y con derivadas primeras continuas.
o
Podemos escribir en coordenadas F (x, y) = (f1 (x, y), f2 (x, y)).
Sea R la regi´n
o
R = {(x, y) ∈ R2 : φ1 (x) < y < φ2 (x), x ∈ (a, b), φ1 (a) = φ2 (a), φ1 (b) = φ2 (b)},
donde se supone que φ1 y φ2 tienen derivada primera continua.
Calculemos ahora
(1.2.3)
R

∂f2
dydx =
∂y

b
a

φ2 (x)
φ1 (x)

b

∂f2
dydx =
∂y

(f2 (x, φ2 (x)) − f2 (x, φ1 (x)))dx.
a

Sea n la normal exterior de la frontera de ∂ R, es decir, si
n=
˜

(−φ2 (x), 1)

en

Γ2 = {(x, φ2 (x) : x ∈ [a, b]}

(φ1 (x), −1)

en

Γ1 = {(x, φ1 (x) : x ∈ [a, b]};

normalizando,
n=

n
˜
.
n
˜

Entonces si n = (n1 , n2 ), se tiene
(1.2.4)
f2 n2 dσ(x) =
∂R

f2 n2 dσ(x) +
Γ1

b

−

=
a

f2 n2 dσ(x) =
Γ2

f2 (x, φ1 (x))
( 1 + (φ1 )2 (x)dx) +
1 + (φ1 )2 (x)

b
a

f2 (x, φ2 (x))
( 1 + (φ2 )2 (x)dx) =
1 + (φ2 )2 (x)

b

(f2 (x, φ2 (x)) − f2 (x, φ1 (x)))dx

=
a

De (1.2.3) y (1.2.4) resulta
(1.2.5)
R

∂f2
dydx =
∂y

f2 n2 dσ
∂R

Supongamos que R tambi´n se puede expresar como
e
(1.2.6)
R = {(x, y) ∈ R2 : ψ1 (y) < x < ψ2 (y), y ∈ [c, d], ψ1 (c) = ψ2 (c), ψ1 (d) = ψ2 (d)}
26

C´lculos an´logos a los anteriores prueban que
a
a
(1.2.7)
R

∂f1
dxdy =
∂x

f1 n1 dσ
∂R

(basta repetir los c´lculos con la definici´n de R dada en (1.2.6) ).
a
o
Por tanto de (1.2.5) y de (1.2.7) se tiene
(1.2.8)

div F dxdy =
R

F , n dσ
∂R

donde , denota el producto escalar en R2 , n la normal y dσ el elemento de longitud
en ∂ R, frontera de R.
La idea intuitiva es que la variaci´n de F en R es igual a la cantidad de F que entra
o
o sale a trav´s de ∂ R. Esta es precisamente la observaci´n de Gauss, concordante
e
o
con la experiencia f´
ısica, y que es la versi´n del teorema de la divergencia en R2 . El
o
segundo t´rmino en (1.2.8), se llama flujo del campo F a trav´s de ∂ R.
e
e
Tanto el flujo como la divergencia tienen perfecto sentido en dimensiones mayores;
nos proponemos dar condiciones suficientes sobre los dominios R ⊂ Rn , de forma que
la expresi´n (1.2.8) sea v´lida.
o
a
El caso m´s sencillo para el que se tiene la igualdad (1.2.8) es el siguiente:
a
Consideremos F = (f1 , ..., fn ) campo de vectores en Rn y supongamos que
(1) fi tiene derivadas primeras continuas para i = 1, ..., n.
(2) Existe alguna bola B cerrada tal que fi (x) = 0 si x ∈ B, para i = 1, ..., n.
/
Entonces claramente se tiene que
(1.2.9)

div F dx = 0,
Rn

pues
Rn

∂fi (x)
dx =
∂xi

∞

(
Rn−1

−∞

∂fi (x)
dxi )d¯ = 0,
x
∂xi

dado que fi se anula fuera de una bola.
As´ (1.2.9) establece el teorema de la divergencia en este caso para el campo F en
ı
Rn . Tambi´n tenemos de manera obvia que en las hip´tesis anteriores si B ⊂ 2B,
e
o
F , n dσ = 0.
∂(2B)

La segunda observaci´n elemental que vamos a utilizar posteriormente para hacer
o
una demostraci´n con cierta generalidad, es la siguiente. Consideremos U ⊂ Rn−1
o
27

un abierto acotado y φ ∈ C 1 (U ), con φ(¯) > 0 cualquiera que sea x ∈ U . Llamamos
x
¯
S a la gr´fica de φ; es decir,
a
S = {(¯, φ(¯)) : x ∈ U }
x x
¯
Calculamos ν, normal a S con la componente νn (¯) > 0, resultando
x
ν = (−φx1 , ..., −φxn−1 , 1)

(1.2.10)

1
1

(1 + | φ|2 ) 2

.

Consideremos ahora el conjunto ”cil´
ındrico” C, definido por:
C = {(¯, xn ) ∈ U × R : 0 ≤ xn ≤ φ(¯)}.
x
x
Si se toma f con derivadas primeras continuas en C, tal que f (¯, 0) = 0, se tiene
x
(1.2.11)
C

∂f (x)
dx =
∂xn

f νn dσ,
S

donde dσ es el elemento de ´rea de S.
a
Probar (1.2.11) resulta inmediato del teorema fundamental del c´lculo, (1.2.1), y
a
de reinterpretar correctamente el resultado. En efecto,

(1.2.12)

C

∂f (x)
dx =
∂xn

φ(¯)
x
U

=

0

∂f (¯, xn )
x
dxn
∂xn

f (¯, φ(¯))
x x
U

Como
νn (¯) =
x

d¯ =
x

f (¯, φ(¯))d¯ =
x x x
U

1

1

1

(1 + | φ|2 ) 2
1
1

(1 + | φ|2 ) 2

(1 + | φ|2 ) 2 d¯
x

,

y por la definici´n de integral de superficie en S, (1.2.12) puede leerse como sigue
o
1

f (¯, φ(¯))νn (1 + | φ|2 ) 2 d¯ =
x x
x
U

f νn dσ,
S

lo que prueba (1.2.11).
Las dos observaciones anteriores van a permitir demostrar un teorema de la divergencia de tipo local en dominios con algunas condiciones que se precisar´n r´pidamente
a a
y que llamaremos ”regulares”, es decir, se probar´:
a
Dado un dominio regular, existen entornos de sus puntos, tales que la identidad
(1.2.8) se verifica para campos continuamente diferenciables soportados en dichos
entornos.
28

Soportado en un entorno significa que se hacen cero fuera de tal entorno. Se define
el soporte de una funci´n f como el cierre de los puntos tales que f (x) = 0, es decir,
o
sop (f ) = {x | f (x) = 0}.
Hay que explicar ahora lo que entenderemos por un dominio regular y lo que se
entiende por entorno de los puntos del dominio.
Dado D ⊂ Rn , diremos que es un dominio si es abierto y conexo; ∂ D denotar´ su
a
frontera.
1.2.1.Definici´n.
o
Un dominio acotado D ⊂ Rn se dice que es regular si para cada x0 ∈ ∂ D existe
un entorno U de x0 en Rn y una funci´n
o
ϕ : U −→ R
continuamente diferenciable, de forma que
(1) ϕ(x) ≡ 0 si x ∈ U ,
(2) ∂ D ∩ U = {x ∈ U |ϕ(x) = 0},
(3) D ∩ U = {x ∈ U |ϕ(x) < 0}.
Lo que establece la definici´n anterior es que un dominio regular tiene su frontera
o
definida localmente por ceros de funciones continuamente diferenciables, es decir, por
trozos de superficies diferenciables en Rn definidas impl´
ıcitamente.
Sea D un dominio regular y sea x ∈ ∂ D. Un vector normal a ∂ D en x viene
dado por n = ϕ(x), donde ϕ es una funci´n que define ∂ D en el entorno de x como
o
en la definici´n (1.2.1). Diremos que n es normal exterior a ∂ D en x si para δ > 0
o
suficientemente peque˜o y 0 < t < δ se verifican
n
x − tn ∈ D,
x + tn ∈ Rn − D.
Para terminar, denotaremos por ν(x) la normal exterior unitaria en x a ∂ D. Si D
es regular, entonces ν(x) es un campo continuo en ∂ D. Compruebe el lector este
extremo, pero sigamos ahora con la trama argumental del Teorema de la Divergencia,
cuyo episodio siguiente es la demostraci´n de la anunciada versi´n local. Como antes
o
o
se ha indicado, utilizaremos x, y para denotar el producto escalar en Rn .
1.2.2. Lema.
¯
Sea D dominio regular en Rn . Entonces dado x0 ∈ D = D ∪ ∂ D existe un entorno
U de x0 tal que para todo campo continuamente diferenciable, F , soportado en U , se
verifica
(1.2.13.)

div F (x)dx =
D

F , ν dσ
∂D
29

Demostraci´n.
o
Si x0 ∈ D, entonces podemos encontrar un r > 0 tal que
B(x0 , r) = {x ∈ Rn : |x − x0 | < r} ⊂ D.
Todo campo F continuamente diferenciable en D, soportado en B(x0 , r), extendi´ndole
e
por cero fuera de la bola, se convierte en un campo diferenciable y con soporte com˜
pacto, F en Rn . Por (1.2.9) para tal campo se tiene
˜
div F dx =
Rn

div F dx = 0 =
D

F , ν dσ
∂D

Es decir, si x0 ∈ D se tiene demostrado el lema.
Supongamos ahora que x0 ∈ ∂D. La estrategia es probar que fijada una direcci´n
o
coordenada, i = 1, ...n, se puede construir un entorno Ui de x0 en la topolog´ relativa
ıa
¯
a la de Rn en D, tal que si un campo F continuamente diferenciable en D, est´
a
soportado en Ui , entonces
(1.2.14)

Fi νi dσ =
∂D

D

∂Fi
dx
∂xi

siendo Fi la coordenada i-´sima de F y νi la correspondiente componente de la normal
e
exterior a ∂ D.
De esta forma considerando
n

U=

Ui
i=1

se tendr´ probado el lema.
a
Probaremos para i = n, trat´ndose de igual manera el resto de las coordenadas.
a
Una observaci´n adicional es necesaria. Si sometemos a giros y traslaciones al dominio
o
D los dos miembros en (1.2.14) son invariantes. Por tanto, podemos suponer que la
coordenada n-´sima de x0 es positiva y que νn (x0 ) > 0.
e
Como, por hip´tesis, D es regular existe W entorno de x0 y ϕ continuamente
o
diferenciable tal que ϕ(x0 ) = 0 y
∂ D ∩ W = {x ∈ W | ϕ(x) = 0},
D ∩ W = {x ∈ W | ϕ(x) < 0}.
Por el teorema de funciones ´
ımplicitas encontramos un abierto V ⊂ Rn−1 entorno de
x0 , proyecci´n de x0 sobre el hiperplano coordenado ortogonal al eje Oxn ; y existe
¯
o
ψ : V −→ R,
30

ψ ∈ C 1 ( V ) y tal que ϕ(¯, ψ(¯)) = 0 para x ∈ V . Haciendo V peque˜o si es preciso se
x
x
¯
n
tiene por continuidad que ψ(¯) > 0, x ∈ V dado que , por hip´tesis x0n = ψ(¯0 ) > 0.
x
¯
o
x
Para V elegido verificando lo anterior consideramos la parte de ∂ D dada por el grafo
de ψ, es decir,
S = {(¯, ψ(¯))| x ∈ V }
x
x ¯
Adem´s, como νn (x0 ) > 0, se tiene, en particular
a
∂ϕ(x0 )
> 0,
∂xn
y por tanto, existe δ > 0 tal que si |¯ − x0 | < δ, |x0n − xn | < δ, entonces
x ¯
∂ϕ(¯, xn )
x
> 0.
∂xn
Se toma δ suficientemente peque˜o para que B = {¯ : |¯ − x0 | < δ} ⊂ V . Llamemos
n
x x ¯
R = {(¯, xn ) : |¯ − x0 | < δ, |xn − x0n | < δ}
x
x ¯
y definamos el intervalo Ix = {xn : (¯, xn ) ∈ R}, entonces, en particular, la funci´n
x
o
¯
gx (xn ) = ϕ(¯, xn )
x
¯
es creciente en Ix . Adem´s, para cada x el intervalo Ix contiene el valor ψ(¯), que es
a
¯
x
¯
¯
donde ϕ(¯, ψ(¯)) = 0. Como ϕ(¯, ·) es creciente como funci´n de xn en Ix , resulta
x
x
x
o
¯
que
D ∩ R = {(¯, xn ) ∈ R : xn < ψ(¯)}.
x
x
Dicho de otra manera, D∩R est´ contenido en un conjunto cil´
a
ındrico como el utilizado
en (1.2.11) y as´ se prueba (1.2.14) para los campos continuamente diferenciables en
ı
D soportados en D ∩ R.
Queda ahora por globalizar el resultado y as´ obtener el teorema de Gauss.
ı
1.2.3. Teorema.
¯
Sea D dominio regular y F ∈ C 1 ( D) un campo de vectores. Entonces
F , ν dσ =
∂D

div F dx
D

Demostraci´n.
o
¯
Para cada x ∈ D = ∂ D ∪ D consideremos Ux el entorno de x que da el Lema
¯
(1.2.2). As´ {Ux : x ∈ D} es un cubrimiento por abiertos (en la topolog´ relativa)
ı
ıa
¯ por tanto, se puede obtener un subrecubrimiento finito {U1 , ..., Ur }
del compacto D;
¯
de D.
31

Supongamos que podemos construir una familia finita de funciones
∞ ¯
{φ1 , ..., φr }, φi ∈ C0 ( D), i = 1, ..., r

tales que
(1) φi ≥ 0,
(2) sop(φi ) ⊂ Ui (en particular φi = 0 fuera de Ui ),
r
¯
φi (x) = 1
si
x ∈ D.
(3)
i=1

Las familias de funciones regulares que verifican 1), 2) y 3) reciben el nombre de
particiones de la unidad subordinadas al recubrimiento {U1 , ..., Ur }.
¯
Sea F ∈ C 1 ( D) un campo; si consideramos la partici´n de la unidad {φ1 , ..., φr },
o
tenemos
r

(1.2.15)

r

φi (x)F (x) ≡

F (x) =

Fi (x).

i=1

i=1

Ahora Fi (x) = φi (x)F (x) est´ soportado en Uxi y por construcci´n se tiene:
a
o
div Fi (x)dx =

Fi , ν dσ.

D

∂D

Por tanto,
r

div Fi (x)dx =

div F (x)dx =
D

i=1

D

r

=

Fi , ν dσ =
i=1

∂D

F , ν dσ.
∂D

M´dulo la construcci´n de particiones de la unidad hemos probado el teorema.
o
o
Probar que existen particiones de la unidad exige un poco m´s de trabajo. Advera
timos, no obstante, que puede seguirse la lectura admitiendo este resultado.
Para conveniencia del lector ofrecemos la prueba justamente en el contexto que
necesitamos, aunque el resultado es cierto en un marco mucho m´s general.
a
1.2.4. Lema.
¯
Sea D ⊂ Rn un compacto. Sean {U1 , ..., Ur } abiertos de Rn tales que
r

¯
Ui ⊃ D.
i=1

Entonces existen φ1 , ..., φr ∈
(1) φi ≥ 0,
(2) sop(φi ) ⊂ Ui ,
r

φi (x) ≤ 1

(3)
i=1

si

∞
C0 ( Rn )

verificando

x ∈ Rn

y

r
i=1

φi (x) = 1

si

¯
x ∈ D.
32

Demostraci´n.
o
Sea {K1 , ..., Kr } familia de compactos verificando
(1) Ki ⊂ Ui , i = 1, ..., r;
r
¯
(2)
Ki ⊃ D.
i=1

La primera observaci´n es que se puede construir para cada i = 1, ..., r una funci´n
o
o
φi ∗ tal que 0 ≤ φ∗ (x) ≤ 1, x ∈ Rn , sop φ∗ ⊂ Ui y φ∗ (x) = 1 sobre un entorno de Ki .
i
i
i
En efecto, sea Vi abierto tal que
Ki ⊂ Vi ⊂ Ui
y sea
ρi = inf{|x − y| : x ∈ Ki , y ∈ Rn − Vi }.
ρi
y sea
Evidentemente ρi es positivo. Sea ε <
2
Ki (ε) = {y ∈ Rn : |x − y| ≤ ε, x ∈ Ki }.
De esta manera Ki (ε) ∩ (Rn − Vi ) = ∅ y Ki (ε) es compacto. Tomamos ahora la
funci´n
o

1
 exp
,
|x| < 1;
∗
(|x|2 − 1)
ψ (x) =

0,
|x| ≥ 1.

El soporte de ψ ∗ es exactamente la bola |x| ≤ 1 y adem´s ψ ∗ ≥ 0. Por otro lado,
a
la funci´n de una variable real
o

1
 exp
,
|s| < 1;
2 − 1)
(|s|
α(s) =

0,
|s| ≥ 1.

es indefinidamente derivable en R. (Compr´ebese este extremo). Como consecuencia
u
∞
ψ ∗ ∈ C0 ( Rn ).
Sea
c=
ψ ∗ (x)dx
Rn

1
y consideremos ψ(x) = ψ ∗ (x).
c
Definimos
x
ψδ (x) = δ −n ψ( )
δ
As´ se tiene
ı
∞
(1) ψδ ∈ C0 ( Rn ),
(2) ψδ ≥ 0 y sop(ψδ ) = {x : |x| ≤ δ},
(3)
ψδ (x)dx = 1.
Rn
33

En particular, si tomamos δ <

ρi
se tiene que
2

φ∗ (x) =
i

χKi (y)ψδ (x − y)dy
Rn

verifica la observaci´n hecha, siendo χKi = 1 si x ∈ Ki y χKi = 0 si x ∈ Ki .
o
/
Construida para cada i = 1, ..., r la funci´n φ∗ es claro que definiendo:
o i
(1) φ1 (x) = φ∗ (x)
1
(2) φi (x) = φ∗ (x)(1 − φ∗ (x))...(1 − φ∗ (x)) para 1 < i ≤ r;
1
i
i−1
verifican los requisitos 1), 2) y 3).
En efecto, es evidente que sop(φi ) ⊂ Ui , ya que sop(φi ) ⊂ sop(φ∗ ).
i
Adem´s
a
r

φi (x) = 1 − (1 − φ∗ (x))...(1 − φ∗ (x)),
1
r
i=1

por tanto,
r

0≤

φi (x) ≤ 1

si

x ∈ Rn

i=1

y
r

φi (x) = 1
i=1

sobre un entorno de D.

1.3.- Ecuaciones de difusi´n.
o
La ecuaci´n del calor.
o
Consideramos un medio f´
ısico cuya densidad es ρ(x) que est´ sometido a fuentes
a
de calor F (x, t). Aqu´ se tiene que (x, t) ∈ R3 × R, siendo x el espacio y t el tiempo.
ı
Denotaremos por u(x, t) la temperatura que hay en el instante t en el punto x.
Como es sabido el vector
∂u ∂u ∂u
u=
,
,
∂x1 ∂x2 ∂x3
est´ dirigido en el sentido de la temperatura creciente. De otro lado, las experiencias
a
m´s cotidianas muestran que el flujo de calor va de lo caliente a lo fr´ es decir, de
a
ıo;
mayor temperatura a menor temperatura. La ley de Fourier establece que el flujo
34

t´rmico es proporcional al gradiente de las temperaturas, por lo que dicho flujo puede
e
escribirse como
J = −κ(x) u,
κ(x) ≥ 0
donde κ(x) es una caracter´
ıstica del medio llamada conductividad t´rmica.
e
Se trata de encontrar un modelo que rija la difusi´n del calor en la hip´tesis de que
o
o
las variaciones de temperatura son moderadas. De esta forma es razonable postular
que las constantes f´
ısicas no dependen de la temperatura.
Es bien sabido que, por ejemplo, la densidad var´ con la temperatura, de manera
ıa
que para suponerla constante la variaci´n de la temperatura debe ser no muy grande.
o
Para altas temperaturas y grandes variaciones de la misma, la conductividad puede
depender de la temperatura y de sus variaciones, esta situaci´n queda excluida en
o
nuestro planteamiento inicial, es decir, tomamos como exacta la ley de Fourier que
lleva impl´
ıcita la independencia de la conductividad respecto a la temperatura.
Sea D un dominio dentro del medio f´
ısico, que supondremos regular, y sea ∂ D su
frontera.
La ley de Fourier implica que la cantidad de calor que se intercambia entre D y su
complementario a trav´s de su frontera ∂ D en el tiempo t es
e
Q1 =

κ u, ν dσ =
∂D

κ
∂D

∂u
dσ;
∂ν

donde ν designa la normal exterior y dσ el elemento de ´rea en ∂ D. Aplicando el
a
teorema de la divergencia se tiene
Q1 =

div (κ(x) u)dx.
D

Por otro lado las fuentes de calor generan en D una cantidad de calor
Q2 =

F (x, t)dx
D

en el instante t.
La variaci´n de la temperatura respecto al tiempo en cada punto x es dada por
o
∂u(x, t)
.
∂t
Por tanto, en un intervalo de ∆t segundos la variaci´n de la cantidad de calor en D
o
se puede aproximar por
t+∆t

Q3 =

(
t

c(x)ρ(x)
D

∂u(x, t)
dx)dt,
∂t
35

donde c(x) es el calor espec´
ıfico del medio.
Para que haya equilibrio debe ser
t+∆t

(Q1 + Q2 )dt = Q3 ,
t

de donde resulta que
t+∆t

[div (κ(x) u(x, t)) + F (x, t) − c(x)ρ(x)

(1.3.0)
t

D

∂u(x, t)
]dxdt = 0.
∂t

Como D y ∆t son arbitrarios, en los puntos de continuidad del integrando, se tiene
(1.3.1)

div (κ(x) u(x, t)) + F (x, t) − c(x)ρ(x)

∂u(x, t)
= 0,
∂t

que es la ecuaci´n del calor.
o
Obs´rvese que (1.3.1) se obtiene a partir de (1.3.0). En efecto, (1.3.0) se verifica en
e
particular para D = B(x, r) y ∆t = r, con r > 0 suficientemente peque˜o. Entonces
n
basta usar el siguiente resultado de c´lculo, esencialmente debido a Cauchy.
a
Proposici´n. Si f es una funci´n continua se verifica que
o
o
f (x0 ) = lim+
r→0

1
|Br (x0 )|

f (y)dy
Br (x0 )

donde |Br (x0 )| designa el volumen de la bola de radio r y centro x0 , Br (x0 ).
Proponemos al lector como ejercicio la prueba de esta proposici´n. (En este cono
texto es un sencillo ejercicio sobre continuidad).
Si suponemos que en (1.3.1) κ, ρ y c son constantes, con un cambio de escala en el
espacio y el tiempo se obtiene
3

(1.3.2)

ut −

uxi xi = F (x, t).
i=1

El primer problema que se plantea es si conocida la temperatura en el instante t = 0,
(1.3.3)

u(x, 0) = u0 (x),

se puede predecir la temperatura en el tiempo futuro, es decir, en t > 0. Esto significa
encontrar una funci´n u(x, t) tal que se verifique (1.3.2) para x ∈ R3 , t > 0 y (1.3.3)
o
si x ∈ R3 .
Este problema se denomina, problema de valor inicial o problema de Cauchy, en la
terminolog´ acu˜ada por J. Hadamard.
ıa
n
36

Se observar´ que en el problema de Cauchy se supone que el medio f´
a
ısico ocupa
todo el espacio y se estudia como evoluciona la temperatura en t > 0. En algunas
situaciones el problema de Cauchy es una buena aproximaci´n del fen´meno real.
o
o
Pero con frecuencia se tiene un medio f´
ısico ubicado en una regi´n acotada y
o
relacionada con el exterior a trav´s de su frontera. Dos ejemplos cl´sicos son:
e
a
(1) Suponer la temperatura fijada sobre la frontera.
(2) Suponer el medio con un flujo cal´rico prescrito a trav´s de la frontera.
o
e
En el primer caso tendr´
ıamos que si D es el dominio ocupado por el medio, las
ecuaciones de la conducci´n del calor ser´
o
ıan

3



uxi xi = F (x, t), x ∈ D, t > 0
 (1) ut −

i=1
(P1 )
 (2) u(x, 0) = u0 (x), x ∈ D




(3) u(x, t) = φ(x, t), x ∈ ∂ D, t > 0.

Llamaremos a (P1 ) problema mixto de valores iniciales y de valores de frontera de
tipo Dirichlet.
Evidentemente en el segundo caso si se tiene en cuenta que la densidad de flujo,
salvo constantes, viene dada por
∂u
¯
,
J = u, n =
∂n
con n normal a ∂ D, el problema resultante es

3



 (1) ut −
uxi xi = F (x, t), x ∈ D, t > 0



i=1
(P2 )
 (2) u(x, 0) = u0 (x), x ∈ D




 (3 ) ∂u(x, t) = ψ(x, t), x ∈ ∂ D, t > 0;

∂n
que es el problema mixto de valores iniciales y de frontera de tipo Neumann. En el
caso de que ψ ≡ 0 se trata de un sistema t´rmicamente aislado. Por supuesto con
e
estos modelos se pueden imaginar una infinidad de problemas variando las condiciones
en la frontera, tomando parte de la frontera con datos Dirichlet y parte con datos
Neumann e incluso suponiendo que D var´ con el tiempo. Al menos desde el punto
ıa
de vista matem´tico, la limitaci´n a dimensi´n tres es eliminable, pudi´ndose estudiar
a
o
o
e
la ecuaci´n del calor en dimensi´n n; es decir,
o
o
n

ut =

uxi xi + F (x, t).
i=1

Curiosamente modelos ecol´gicos de din´mica de poblaciones y modelos de reacciones
o
a
qu´
ımicas con difusi´n hacen que la ecuaci´n en dimensiones distintas de tres sea
o
o
interesante en las aplicaciones.
37

Comentarios.
1) En los modelos de reacci´n-difusi´n o de din´mica de poblaciones hay algunas obo
o
a
servaciones interesantes. En primer lugar como la inc´gnita aqu´ representa o bien
o
ı
una concentraci´n, o bien un n´mero de espec´
o
u
ımenes, es natural la condici´n unio
lateral u(x, t) ≥ 0 que, naturalmente, tambi´n hay que imponer si estudiamos el
e
comportamiento de temperaturas por la existencia del cero absoluto.
Afortunadamente con esta condici´n el modelo de la ecuaci´n del calor es como
o
o
funciona bien. Esto se explicar´ en su momento con detalle.
a
En los mismos modelos, las situaciones m´s reales corresponden al caso en que
a
la inc´gnita es vectorial, dando as´ lugar a sistemas de ecuaciones. Estos problemas
o
ı
quedan fuera del objetivo que nos proponemos en el estudio que se acomete en esta
obra.
Tambi´n aparecen ecuaciones de la forma
e
n

(1.3.4)

ut −

uxi xi = f (x, t, u,

u)

i=1

que no dependen linealmente de u y de u pues f es una funci´n no necesariamente
o
lineal.
2) Si se suponen grandes variaciones de temperatura la conductividad puede depender
de u en unos casos, y de u en otros. En el primer caso se tiene κ ≡ ϕ(u); por ejemplo,
si ϕ(u) = |u|m−1 , da lugar a la ecuaci´n
o
ut = div (|u|m−1 u).
Esta ecuaci´n adem´s de regir la difusi´n de calor a muy altas temperaturas, como
o
a
o
las originadas en reacciones termonucleares, da una buena aproximaci´n a la difusi´n
o
o
de gases en medios porosos.
En el segundo caso κ ≡ ϕ( u); si ϕ( u) = | u|p−2 est´ especialmente estudiado
a
por tener relaci´n con otros fen´menos. La ecuaci´n resultante es
o
o
o
ut = div (| u|p−2 u).

Estos ultimos ejemplos no lineales son mucho m´s complicados que el caso lineal con
´
a
coeficientes constantes (1.3.2), el cual no es en absoluto trivial, y no ser´n considerados
a
en este texto. Sin embargo, hemos querido mencionar estos temas como motivaci´n;
o
comprender bien el caso lineal con coeficientes constantes (1.3.2) permite comprender
el caso de coeficientes variables en bastantes casos interesantes por argumentos de
continuidad u otros. Los problemas no lineales m´s simples pueden ser mirados en
a
algunos casos como perturbaciones de problemas lineales.
En resumen, es una buena inversi´n estudiar la ecuaci´n lineal del calor.
o
o
38

Por ultimo, resaltamos lo anunciado en la introducci´n: una misma ecuaci´n puede
´
o
o
modelar fen´menos aparentemente diferentes.
o
Decimos aparentemente, pues la modelaci´n matem´tica nos permite hablar de un
o
a
unico fen´meno: la difusi´n.
´
o
o

1.4.- Ecuaciones estacionarias.
Las ecuaciones de Laplace y Poisson.
Es bien conocido que si f (z) es una funci´n an´litica en el plano complejo eno
a
tonces, llamando u(x, y) = f (x + iy), v(x, y) = f (x + iy), partes real e imaginaria,
respectivamente de f , se satisfacen las condiciones de Cauchy-Riemann; es decir,
ux =vy ,
−uy =vx .
Por consiguiente, se obtienen las ecuaciones
(1.4.0)

uxx + uyy =0,
vxx + vyy =0.

En este sentido se dice que u y v son funciones arm´nicas; es decir, son regulares y
o
verifican cada una la ecuaci´n de Laplace.
o
Como es habitual escribiremos la ecuaci´n de Laplace en R2 de la manera siguiente
o
∆u ≡

∂2u ∂2u
+ 2 = 0;
∂x2
∂y

y en general, en Rn
n

(1.4.1)

∆n u =
i=1

∂2u
= 0.
∂x2
i

Suprimiremos el sub´
ındice en el laplaciano ∆ cuando no haya lugar a confusi´n.
o
Las soluciones de la ecuaci´n de Laplace en Rn , n = 2, no tienen la relaci´n
o
o
con las funciones de variable compleja que tienen si n = 2. No obstante, como se
ver´ en el cap´
a
ıtulo correspondiente, tienen todas las propiedades importantes de las
funciones anal´
ıticas en el plano complejo, que es lo mismo que decir de sus partes real
e imaginaria, o sea, de las funciones arm´nicas de dos variables, a saber: propiedad
o
de la media, verificaci´n de los principios del m´ximo y de reflexi´n, etc.
o
a
o
Tambi´n llamaremos funciones arm´nicas a las soluciones regulares de (1.4.1)
e
o
Si en la ecuaci´n del calor (1.3.2) sin fuentes, F (x, t) = 0, buscamos soluciones
o
estacionarias; es decir, independientes del tiempo, entonces ut = 0 y de esta manera
39

resulta que tales soluciones verifican ∆u = 0. Es decir, la ecuaci´n de Laplace puede
o
ser interpretada como la ecuaci´n de una conducci´n de calor estacionaria. Si se
o
o
supone en (1.3.2) fuentes estacionarias, F (x, t) ≡ F (x) y, si se buscan soluciones
estacionarias como antes, la ecuaci´n que verificar´n es −∆u = F (x). Dicha ecuaci´n
o
a
o
es conocida como ecuaci´n de Poisson. Como se ve la ecuaci´n de Laplace es la
o
o
ecuaci´n homog´nea correspondiente a la ecuaci´n de Poisson.
o
e
o
Pero la ecuaci´n de Poisson se obtiene tambi´n en la electroest´tica cl´sica. Si
o
e
a
a
suponemos una distribuci´n de cargas el´ctricas ρ(x) en R3 , la ley de Gauss establece
o
e
que el campo el´ctrico E(x) satisface
e
div E(x) = 4πρ(x).
Por otra parte, la ley de Coulomb establece que el campo el´ctrico es un campo poe
tencial o campo gradiente, por lo que E = − u. Por ejemplo, el potencial para una
carga puntual es
c
u0 (x) =
.
|x|
Sustituyendo en la ley de Gauss obtenemos la ecuaci´n del potencial generado por la
o
distribuci´n de cargas ρ, que resulta ser
o
(1.4.2)

−∆u(x) = −div E(x) = 4πρ(x).

Si se supone ρ(x) ≥ 0 y se interpreta como una distribuci´n de masas, (1.4.2) es la
o
ecuaci´n del potencial gravitatorio de Newton.
o
La expresi´n ecuaci´n estacionaria queda clara desde el punto de vista f´
o
o
ısico con la
no dependencia del fen´meno respecto al tiempo; desde el punto de vista matem´tico
o
a
podr´
ıamos decir, al margen del significado espacial o temporal de las variables, que
en las ecuaciones de Poisson y de Laplace no hay ninguna variable singularizada, cosa
que en la ecuaci´n del calor es diferente: hay una variable respecto de la cual s´lo se
o
o
deriva una vez.
Traduciendo los problemas que hemos expuesto para la ecuaci´n del calor a la
o
ecuaci´n de Poisson en un dominio D ⊂ Rn , se tienen
o
(P1 )

∆u(x) = F (x),
u(x) = φ(x),

x∈D
x ∈ ∂ D;

que es el problema de Dirichlet y tambi´n el problema de Neumann,
e

x∈D
 ∆u(x) = F (x),
(P2 )
∂u(x)

= ψ(x),
x ∈ ∂ D;
∂n
40

siendo n la normal a ∂ D.
Mirada la ecuaci´n de Poisson como el caso estacionario de la ecuaci´n del calor,
o
o
(P1 ) y (P2 ) aparecen como los problemas naturales, pero se puede pensar leg´
ıtimamente
en proponer el problema:

(P3 )


 ∆u(x) = F (x),


∂u(x)
= ψ(x),
 ∂n


u(x) = φ(x),

x∈D
x∈∂D
x ∈ ∂ D;

que ser´ el candidato a problema de valores iniciales al tratarse de una ecuaci´n
ıa
o
de segundo orden (comp´rese con las ecuaciones diferenciales ordinarias de segundo
a
orden).
Veremos m´s adelante que el problema (P3 ) en general est´ sobredeterminado. Esto
a
a
significa que salvo que φ y ψ satisfagan una relaci´n de compatibilidad el problema
o
(P3 ) no tiene soluci´n. Sobre este hecho incidiremos en el cap´
o
ıtulo dedicado a la
ecuaci´n de Laplace y de Poisson. Sin embargo, el comentario anterior viene a avisar
o
que en las propias ecuaciones en derivadas parciales est´ encerrada informaci´n que
a
o
hay que desvelar, incluso para saber cu´l es el tipo de problema razonable para cada
a
ecuaci´n.
o

1.5.- Ecuaci´n de la cuerda vibrante.
o
El estudio de la vibraci´n de la cuerda de un viol´ es uno de los primeros problemas
o
ın
que se propusieron los f´
ısicos y matem´ticos de finales del siglo XVIII y comienzos
a
del XIX. Bernouilli, Dirichlet, Euler y Fourier contribuyeron a obtener m´todos de
e
soluci´n para el problema de la cuerda vibrante; tales m´todos han sentado las bases
o
e
para muchos desarrollos modernos de la teor´ de ecuaciones en derivadas parciales.
ıa
Algunos de ellos los estudiaremos en detalle en los cap´
ıtulos venideros. Ahora centraremos la atenci´n en obtener el modelo matem´tico de la vibraci´n de una cuerda.
o
a
o
Recomendamos al lector la lectura de los cap´
ıtulos 22 y 28 de la obra de M. Kline,
”El Pensamiento Matem´tico desde los tiempos antiguos a los modernos”, Alianza
a
Editorial 1992, donde encontrar´ la historia de ´ste problema y su proyecci´n en el
a
e
o
desarrollo de las Matem´ticas.
a
Comenzaremos por precisar lo que entenderemos como una cuerda, a saber:
Llamaremos cuerda a un medio cont´
ınuo unidimensional, el´stico y que no ofrece
a
resistencia a la flexi´n.
o
Supondremos la cuerda colocada en el plano Oxu, y que se la somete a vibraciones
transversales, pero dentro de dicho plano, respecto a su posici´n de equilibrio, que
o
suponemos coincidente con el eje Ox y ocupando precisamente el intervalo [0, l].
41

La magnitud del desplazamiento de la cuerda en el punto x y en el instante t la
designamos por u(x, t). Adem´s nos vamos a limitar a estudiar peque˜as vibraciones,
a
n
∂u(x0 , t0 )
2
, se tiene que (tan α) es muy peque˜o en
n
es decir, tales que si tan α =
∂x
2
relaci´n a tan α, de forma que los t´rminos en (tan α) no ser´n tenidos en cuenta en
o
e
a
la deducci´n.
o
La tensi´n en cada punto x y cada instante t se supone dirigida en la direcci´n de
o
o
la tangente a la cuerda en el punto x con m´dulo T (x, t). Esta hip´tesis es justamente
o
o
la falta de resistencia a la flexi´n. La longitud de un segmento (a, a + h) al deformarse
o
se convierte en
a+h
∂u
s=
1 + ( )2 dx h,
∂x
a
por la hip´tesis hecha sobre el tama˜o de las vibraciones. Esto quiere decir que la
o
n
cuerda en nuestras condiciones resulta aproximadamente inextensible. Por tanto el
m´dulo de la tensi´n, cuya variaci´n es proporcional al estiramiento seg´n la ley de
o
o
o
u
Hooke, resulta ser constante, |T (x, t)| ≡ To .
Sea F (x, t) la magnitud de la fuerza que es aplicada perpendicularmente al eje
Ox en el punto x y en el instante t; sea ρ(x) la funci´n densidad de la cuerda que,
o
razonablemente, se supone independiente del tiempo.
La ley del movimiento viene dada por la ley de Newton
Masa × Aceleraci´n = Fuerza.
o

(1.5.1)

Las fuerzas que act´an sobre un elemento [x, x + ∆x] son aproximadamente:
u
i) Las de tensi´n
o
T0 ( sen α(x + ∆x) − sen α(x)),
que aproximamos por
sen α =

tan α
1 + (tan α)2

tan α =

∂u
,
∂x

al suponer vibraciones peque˜as y despreciar el t´rmino (tan α)2 .
n
e
ii) Las fuerzas externas las aproximamos por
F (x, t)∆x,
lo cual es razonable con hip´tesis de continuidad sobre F .
o
Con estas consideraciones (1.5.1) se puede expresar por
(1.5.2)

T0 ( sen α(x + ∆x) − sen α(x)) + F (x, t)∆x = ρ(x)∆x

∂ 2 u(x, t)
,
∂t2
42

o bien, efectuando la sustituci´n de sen α por tan α como se indic´ antes,
o
o
(1.5.3)

T0
∆x

∂u(x + ∆x, t) ∂u(x, t)
−
∂x
∂x

+ F (x, t) = ρ(x)

∂ 2 u(x, t)
.
∂t2

Pasando al l´
ımite para ∆x → 0 resulta la ecuaci´n siguiente
o
(1.5.4)

T0

∂ 2 u(x, t)
∂ 2 u(x, t)
+ F (x, t) = ρ(x)
,
∂x2
∂t2

que rige el movimiento en las hip´tesis hechas. Las condiciones naturales para una
o
cuerda es que tenga los extremos fijos; es decir,
u(0, t) = 0 = u(l, t),

t∈R

As´ resulta el siguiente problema mixto de valor inicial y de contorno
ı

∂ 2 u(x, t)
 ∂ 2 u(x, t)
 T0
+ F (x, t) =ρ(x)
;



∂x2
∂t2



u(0, t) =u(l, t) = 0,
t ∈ R,
(1.5.5)

u(x, 0) =φ(x)
x ∈ [0, l],





∂u(x, 0)


=ψ(x),
x ∈ [0, l].
∂t
En relaci´n con lo dicho para la ecuaci´n del calor, la singularizaci´n de la variable
o
o
o
tiempo respecto al espacio en este caso viene definida por aparecer las derivadas con
distinto signo, lo cual, como veremos, hace que el problema (1.5.5) sea el correcto
para esta ecuaci´n.
o
Si en (1.5.4) se supone la densidad constante resulta, tras un cambio de escala, la
ecuaci´n
o
utt − uxx = F (x, t),
que es la llamada ecuaci´n de ondas en una dimensi´n de espacio. En la pr´xima
o
o
o
secci´n aparecer´ la ecuaci´n de ondas en m´s dimensiones en relaci´n con las ecuao
a
o
a
o
ciones de la Electrodin´mica de Maxwell.
a

1.6.- Ecuaciones de Maxwell.
La ecuaci´n de ondas.
o
Las ecuaciones del electromagnetismo son el resultado de la elaboraci´n de obo
servaciones y teor´ llevadas a t´rmino en las primeras d´cadas del siglo XIX, esıas
e
e
encialmente por Oersted, Faraday y Amp´re. La Electrost´tica, de la cual hemos
e
a
43

visto lo fundamental en el apartado (1.4), era bien conocida en tiempos de Maxwell,
quien formul´ sus ecuaciones hacia 1865, permiti´ndole identificar la luz como ondas
o
e
electromagn´ticas. A continuaci´n obtendremos las ecuaciones de Maxwell a partir
e
o
de la conservaci´n de energ´ y posteriormente las transformaremos en ecuaciones de
o
ıa
ondas.
Sea (x, t) ∈ R3 × R, denotando x el punto del espacio y t el instante de tiempo.
Sean
E(x, t) = (E1 (x, t), E2 (x, t), E3 (x, t))
y
H(x, t) = (H1 (x, t), H2 (x, t), H3 (x, t))
los campos el´ctrico y magn´tico, respectivamente.
e
e
Como parte de las ecuaciones de Maxwell se tienen la leyes de Gauss
(1.6.1.a)

div E(x, t) = ρ(x, t),

(1.6.1.b)

div H(x, t) = 0,

siendo ρ(x, t) la densidad de carga. La densidad de energ´ en (x, t) viene dada por:
ıa
i) EE = ε E, E , energ´ el´ctrica,
ıa e
ii) MH = µ H, H , energ´ magn´tica.
ıa
e
(Donde , es el producto escalar can´nico de Rn . )
o
Aqu´ ε y µ son constantes dependientes del medio f´
ı
ısico.
El flujo de energ´ a trav´s de la frontera, es dado en el instante t por
ıa
e
F=

1
4π

c E ∧ H, ν dS,

c > 0;

∂D

donde ∧ denota el producto vectorial en R3 y ν la normal exterior a la frontera de
D. Se supone que en el instante t la cantidad de energ´ el´ctrica que se transforma
ıa e
en calor es
C=
σ E, E dx, σ > 0.
D

El principio de conservaci´n de la energ´ establece entonces que
o
ıa
−

(1.6.2)

d
(EE + MH ) = F + C,
dt

o escrito en detalle:
(1.6.3) −

1 d
8π dt

(ε E, E + µ H, H )dx =
D

σ E, E dx +
D

1
4π

c E ∧ H, ν dS.
∂D
44

Por el teorema de la divergencia de Gauss podemos calcular la ultima integral en
´
(1.6.3)
1
1
c E ∧ H, ν dS =
cdiv (E ∧ H)dx
4π ∂D
4π D
y teniendo en cuenta la identidad
div (E ∧ H) = H, rot E − E, rot H ,
resulta
(1.6.4) 0 = −

1
4π

{ε Et , E +µ Ht , H +σ4π E, E +c[ H, rot E − E, rot H ]}dx.
D

Haciendo tender a cero el di´metro de D y suponiendo regularidad suficiente, se tiene
a
que para que se conserve la energ´ ha verificarse
ıa
(1.6.5) 0 = −

1
1
{ε Et , E +σ4π E, E −c E, rot H ]}− {µ Ht , H +c[ H, rot E },
4π
4π

pero la ley de Faraday establece que
(1.6.6)

µ
− Ht = rot E;
c

por tanto, el segundo sumando de (1.6.5) es nulo. De otra parte la modificaci´n hecha
o
por Maxwell a la ley de Amp´re establece que
e
(1.6.7)

ε
4πσ
rot H = Et +
E,
c
c

Como consecuencia, (1.6.5) se verifica donde se verifican (1.6.6) y (1.6.7).
Teniendo en cuenta (1.6.1), (1.6.6) y (1.6.7) se tienen las ecuaciones de Maxwell;
es decir, el sistema

(1.6.8)


= ρ(x, t);
 div E(x, t)



 div H(x, t) = 0;


µ
 − c Ht (x, t) = rot E(x, t);




ε
4πσ

 rot H(x, t)
= Et (x, t) +
E(x, t).
c
c

As´ resultan ocho ecuaciones con seis inc´gnitas, y es por lo que se dice que se trata de
ı
o
un problema sobredeterminado. Esto quiere decir que se debe pedir alguna condici´n
o
a los datos. Por ejemplo, si suponemos que ρ ≡ 0 y suponemos que div E(x, 0) = 0,
45

se tiene que tal ecuaci´n se verifica para todo tiempo. En efecto, llamando f (x, t) =
o
div E(x, t) y tomando divergencia en las ultima ecuaci´n se tiene
´
o
ε
4πσ
0 = div rot H = ft +
f;
c
c
de donde, integrando esta ecuaci´n lineal, se obtiene
o
0 ≡ f (x, 0)e−

4πσ
ε t

= f (x, t).

Consideraremos a partir de ahora que σ = 0 y que se ha hecho un rescale en las
variables de forma que todas las constantes de las ecuaciones de Maxwell resultantes
son la unidad. Por contra supondremos que hay una corriente J.
As´ las ecuaci´nes se transforman en
ı
o

 (1) − Ht (x, t) = rot E(x, t)


 (2) rot H(x, t) = E (x, t) + J(x, t)
t
(1.6.9)
 (3) div H(x, t) = 0



(4) div E(x, t) = ρ(x, t)
Transformaremos ahora las ecuaci´nes en ecuaci´nes de ondas.
o
o
Por el teorema (1.1.1) y verificarse (3) en (1.6.9), se tiene que existe un campo
vectorial A tal que rot A + f = H, para cualquier funci´n regular f . Sustituyendo
o
en (1) de (1.6.9) obtenemos
(1.6.10)

0 = rot E + Ht = rot (E + At ).

(Se ha tomado f ≡ 0).
Aplicando el teorema (1.1.2), como consecuencia de (1.6.10), obtenemos la existencia de φ ∈ C 2 ( R3 × R), tal que
E + At = − φ.

(1.6.11)

Sustituyendo en la ecuaci´n (2) de (1.6.9) se tiene
o
(1.6.12)

J = rot H − Et = rot (rot A) + (At +

φ)t .

No es dif´ establecer la identidad
ıcil
rot (rot A) =

(div A) − ∆A;

donde ∆ es el operador de Laplace introducido en la secci´n 1.4. (V´ase problema 1
o
e
(g)). Sustituyendo en (1.6.12) se tiene
(1.6.13)

∆A −

∂2A
= −J +
∂t2

(div A +

∂φ
).
∂t
46

Por tanto, en virtud de (1.6.11), (4) de (1.6.9) se convierte en
(1.6.14)

ρ = −∆φ −

∂(div A)
.
∂t

Las ecuaciones de Maxwell se han reducido a (1.6.13) y (1.6.14) junto con
(1.6.15)

rot A

=H

−E

= At +

φ.

Sean ahora A0 y φ0 verificando (1.6.15); si se toma f una funci´n regular arbitraria
o
y consideremos A = A0 + f y φ = φ0 − ft , entonces el par (A, φ) verifica tambi´n
e
(1.6.15). Esta libertad nos permite elegir f para que se verifique
(1.6.16)

div A +

∂φ
= 0;
∂t

en efecto, basta elegir f verificando
∆f − ftt = −(div A0 + φ0t ).
De esta forma las ecuaciones de Maxwell se han transformado en

2
 ∆A − ∂ A = J;



∂t2


∂2φ
(1.6.17)
∆φ − 2
= −ρ;

∂t




∂φ

div A +
= 0,
∂t
que son ecuaciones de ondas.
Obs´rvese que una vez obtenidos A y φ verificando (1.6.17), los campos vectoriales
e
E = −(At +

φ)

y
H = rot A
verifican (1.6.9).
Con las anteriores observaciones de Maxwell se obtiene que la ecuaci´n
o
(1.6.18)

utt − ∆x u = f (x, t),

(x, t) ∈ R3 × R

rige la propagaci´n de las ondas en el vac´ Es claro que es el mismo tipo de ecuaci´n
o
ıo.
o
obtenida para la vibraci´n de una cuerda, pero en un n´mero de dimensiones mayor.
o
u
47

Cuando se considera la propagaci´n de las ondas en un medio hay que modificar
o
la ecuaci´n con un t´rmino de rozamiento, resultando la ecuaci´n del telegrafista, es
o
e
o
decir,
(1.6.19)

utt − ∆x u + ut = f (x, t),

(x, t) ∈ R3 × R.

El t´rmino ut como veremos produce disipaci´n de energ´ por lo que la ecuaci´n
e
o
ıa
o
(1.6.19) es una buena aproximaci´n a la realidad de la propagaci´n de ondas de radio,
o
o
por ejemplo.
Cuando la F´
ısica se ocupa de la teor´ corpuscular de la luz la ecuaci´n que se
ıa
o
estudia es otra modificaci´n de la ecuaci´n de ondas conocida como ecuaci´n de
o
o
o
Klein-Gordon, m´s precisamente la ecuaci´n
a
o
(1.6.20)

utt − ∆x u + m2 u = f (x, t),

(x, t) ∈ R3 × R;

donde m representa la masa de las part´
ıculas.
La F´
ısica moderna se ha ocupado tambi´n de modelos que involucran a la ecuaci´n
e
o
(1.6.21)

utt − ∆x u + m2 u = F (u),

(x, t) ∈ R3 × R,

que tiene una dependencia no lineal en la incognita u. Este modelo es considerablemente m´s dif´ y se escapa del alcance de este texto. S´lo decir que seg´n los f´
a
ıcil
o
u
ısicos
la anterior ecuaci´n describe la interacci´n de una part´
o
o
ıcula con el campo creado por
ella misma.

1.7.- Ecuaciones de primer orden.
Euler y las ecuaciones de la Mec´nica de Fluidos.
a
Hacia 1739 Clairaut se ocup´ de ecuaciones en derivadas parciales de primer orden
o
en relaci´n con sus estudios sobre la forma de la Tierra. Son las ecuaciones de primer
o
orden m´s sencillas; es decir, ecuaciones de la forma,
a
ux = P,

uy = Q,

uz = R.

Como el lector advertir´, s´lo aparecen derivadas de primer orden, de ah´ el nombre
a o
ı
que se da a estas ecuaciones.
El teorema (1.1.2) da las condiciones para encontrar una funci´n u, que verifique la
o
ecuaci´n, es decir, tal que, u = (P, Q, R). Tal condici´n fu´ formulada por Lagrange
o
o
e
en t´rminos de las coordenadas del campo, es decir, concretamente
e
(1.7.1.)

Py = Qx ,

P z = Rx ,

Qz = Ry
48

que es como se conoce en los textos de ecuaciones diferenciales ordinarias el concepto
de diferencial exacta.
Entre los a˜os 1772 y 1779 Lagrange public´ una serie de trabajos ocup´ndose de
n
o
a
ecuaciones de la forma general
(1.7.2)

f (x, y, u, ux , uy ) = 0

que aparecen en Geometr´ y Optica Geom´trica.
ıa ´
e
Los trabajos de Lagrange, Charpit, Monge y Cauchy sobre ecuaciones del tipo
(1.7.2) constituyen la base de la teor´ que se estudiar´ en el cap´
ıa
a
ıtulo siguiente. El
resto de esta secci´n est´ dedicado a dar un modelo f´
o
a
ısico donde aparecen las ecuaciones de primer orden de una manera en absoluto trivial. Se trata de las ecuaciones
de Euler que rigen el movimiento de fluidos no viscosos.
Sea Ω ⊂ R3 una regi´n ocupada por un fluido en movimiento; se trata de dar un
o
modelo que describa tal movimiento.
Para establecer las ecuaciones del movimiento de un fluido no viscoso Euler tiene
en cuenta tres principios b´sicos de la F´
a
ısica, a saber:
I) Principio de conservaci´n de la masa.
o
II) Segunda ley de la Din´mica de Newton.
a
III) Principio de conservaci´n de la energ´
o
ıa.
A nivel macrosc´pico es razonable pensar que la densidad del fluido ρ(x, t) es una
o
funci´n continua del espacio y del tiempo. Dada una bola Q ⊂ Ω la masa de fluido
o
que encierra en el instante t es entonces
(1.7.3)

m(Q, t) =

ρ(x, t)dx.
Q

Si x(t) ∈ Ω designa la posici´n de una part´
o
ıcula en el instante t, supondremos que
dicha part´
ıcula describe una trayectoria bien definida y que, por tanto, la velocidad
u(x, t) de cada part´
ıcula en el instante t define un campo de vectores en Ω.
Para la obtenci´n de las ecuaciones supondremos que u y ρ tienen la regularidad
o
suficiente para que los c´lculos sean v´lidos.
a
a
La ley de conservaci´n de masa establece que la tasa de variaci´n de masa respecto
o
o
al tiempo es igual a la masa que entra menos la masa que sale. Tenemos la herramienta
perfecta para formular este principio: el teorema de la divergencia. En efecto, la tasa
de variaci´n de la masa respecto al tiempo en la bola Q es
o
dm
(Q, t) =
dt

(1.7.4)

Q

∂ρ
(x, t)dx,
∂t

y debe equilibrarse con el flujo a trav´s de la frontera de Q; es decir, con
e
(1.7.5)

−

ρ u, n dS = −
∂Q

div (ρu)dx,
Q
49

por el teorema de la divergencia. Como conclusi´n, de (1.7.4), y (1.7.5) se tiene
o
[
Q

∂ρ
+ div (ρu)]dx = 0.
∂t

Suponiendo que el integrando es continuo y haciendo tender el di´metro de Q a cero,
a
obtenemos la expresi´n diferencial de la conservaci´n de masa,
o
o
∂ρ
+ div (ρu) = 0,
∂t

(1.7.6)

que es conocida como ecuaci´n de la continuidad.
o
Sin hip´tesis de regularidad la ecuaci´n de la continuidad se escribe como
o
o
∂
∂t

ρdx +
Q

ρ u, n dσ = 0;
∂Q

que es la forma de ley de conservaci´n que, a menudo, aparece en F´
o
ısica. Desde
el punto de vista matem´tico esta formulaci´n da lugar a la necesidad de introducir
a
o
conceptos de soluci´n m´s generales que el cl´sico, seg´n el cual la soluci´n es derivable
o
a
a
u
o
y la ecuaci´n se satisface puntualmente.
o
Sea x(t) = (x1 (t), x2 (t), x3 (t)) la trayectoria seguida por una part´
ıcula del fluido.
Por tanto en t´rminos del campo de velocidades se tiene
e
(1.7.7)

dx(t)
= u(x(t), t).
dt

Podemos ahora obtener la aceleraci´n derivando en (1.7.7); es decir,
o
a(t) =

d2 x(t)
= u,
dt2

u + ut ;

donde el s´
ımbolo en el ultimo t´rmino se expresa en coordenadas de la manera que
´
e
sigue
3
∂ui
∂ui
ai (t) =
+
uj
,
i = 1, 2, 3.
∂t
∂xj
j=1
La segunda ley de Newton establece que
(1.7.8)

ρa = Fuerza.

Las fuerzas que se consideran son esencialmente de dos tipos:
(1) Fuerzas exteriones, como las gravitarorias, etc.; cuya densidad se supone dada
por un campo f (x, t).
(2) Tensiones internas.
50

En los fluidos perfectos, es decir, los no viscosos, estas ultimas fuerzas de tensi´n
´
o
interna se suponen que act´an de una manera muy particular. M´s concretamente, se
u
a
supone que existe una funci´n p(x, t), llamada presi´n, de forma que si se considera un
o
o
elemento de superficie S en el fluido y n su normal, las fuerzas de tensi´n a trav´s de
o
e
S tienen una densidad en el punto x y en el instante t igual a p(x, t)n. Lo que quiere
decir esta hip´tesis f´
o
ısica es que no hay componentes tangenciales en las fuerzas de
tensi´n interna. Es decir, la idea intuitiva que esto sugiere es que en un fluido perfecto
o
no se crear´ o destruir´ rotaciones sin la acci´n de fuerzas externas.
ıan
ıan
o
La contribuci´n de las tensiones internas a trav´s de la frontera de la bola Q ⊂ Ω
o
e
viene dada entonces por
S∂Q = −

pndS.
∂Q

As´ la proyecci´n de dicha fuerza en la direcci´n del vector unitario e ∈ R3 es
ı,
o
o
(1.7.9)

e, S∂Q = −

p e, n dS = −
∂Q

div (pe)dx = −
Q

p, e dx,
Q

tras haber aplicado el teorema de la divergencia.
Podemos, entonces, reformular (1.7.9) como
S∂Q = −

(1.7.10)

pdx.
Q

Con hip´tesis de regularidad, como siempre, hacemos tender el di´metro de Q a
o
a
cero y, por el teorema fundamental del c´lculo, (1.7.8) se convierte en
a
(1.7.11)

ρ(ut + u,

u) = − p + f ;

que son las ecuaciones de Euler.
La energ´ total del sistema E viene dada como la suma de la energ´ interna EI
ıa
ıa
y la energ´ cin´tica
ıa
e
ρ|u|2 dx.

EC =
Ω

Cuando se supone que la energ´ interna es constante, el principio de conservaci´n
ıa
o
de la energ´ implica que tambi´n la energ´ cin´tica es constante. En este caso se
ıa,
e
ıa
e
demuestra que las ecuaciones del movimiento son

(1.7.12)







ρ(ut + u,

u) = − p + f

div u = 0
ρ = a,

constante a lo largo de trayectorias.
51

La condici´n de contorno natural es que el fluido no se salga del dominio total donde
o
se experimenta, es decir, u, n = 0 en la frontera, ∂Ω, siendo n su normal.
Otra hip´tesis interesante es el caso en que la energ´ interna es
o
ıa
EI =

ρwdx,
Ω

donde w representa el trabajo realizado. En este caso se prueba que
(1.7.13)

w=

p
,
ρ

y este tipo de fuidos se llaman fluidos isentr´picos, que expresado de otra forma quiere
o
decir que p = p(ρ) o, lo que es lo mismo, se tienen ecuaciones de estado expl´
ıcitas.
Remitimos para m´s detalles al texto de A.J. Chorin - J.E. Marsden, ”A Mathea
matical Introduction to Fluid Mechanics”, Springer Verlag, 1990.
Para los fluidos viscosos se obtienen distintos tipos de modelos seg´n las hip´tesis
u
o
f´
ısicas que se usen. Los fluidos viscosos newtonianos se rigen por las ecuaciones de
Navier-Stokes que a˜aden a las de Euler un t´rmino de la forma ν∆u donde ν designa
n
e
la viscosidad. Se trata, por tanto, de ecuaciones de segundo orden a diferencia de las
de Euler.

1.8.- Otros modelos f´
ısicos.
En el desarrollo de la F´
ısica del siglo XX han aparecido otros modelos muy interesantes.
Para empezar, en muchos modelos se consideran ecuaciones no lineales. Animados
siempre por la b´squeda de una mayor aproximaci´n a la realidad o para explicar
u
o
fen´menos en condiciones m´s extremas, es necesario considerar modelos no lineales.
o
a
Es claro que si en la deducci´n de la ecuaci´n de la cuerda vibrante no se suponen
o
o
vibraciones peque˜as, no es realista despreciar los t´rminos de segundo orden. De
n
e
igual manera la ley de Fourier para temperaturas muy altas deja de ser adecuada;
pi´nsese en el calor que se produce en reacciones nucleares naturales y artificiales.
e
(V´ase la Secci´n 3).
e
o
Un ejemplo de este tipo de modelos no lineales menos conocido, pero no menos
bello, es el de las ecuaciones de equilibrio de estrellas politr´picas en condiciones isotero
mas, modelo introducido por Emden y Fowler a comienzos del siglo XX y estudiado
entre otros por el Premio Nobel de F´
ısica S. Chandrasekar.
Designaremos por ρ(r) la densidad, P la presi´n y T la temperatura, como funciones
o
del radio.
52

Se postula, de acuerdo con la experimentaci´n, que la presi´n satisface la identidad
o
o
(1.8.1)

P =

κ
1
ρT + aT 4 ;
Hµ
3

donde el primer sumando es la presi´n cin´tica y el segundo sumando la presi´n de
o
e
o
radiaci´n y siendo κ = constante de Boltzman, µ = peso molecular medio, H = masa
o
del prot´n y a = constante de Stefan-Boltzman.
o
La ley de la gravitaci´n de Newton establece que la tasa de variaci´n de la presi´n
o
o
o
es equilibrada por la fuerza de atracci´n gravitatoria, es decir,
o
−

(1.8.2)

dP
GM (r)ρ(r)
=
.
dr
r2
r

Aqu´ G es la constante universal de la gravitaci´n y M (r) = 4π 0 s2 ρ(s)ds es la
ı
o
masa.
Si en (1.8.1) se supone que T es constante, sustituyendo en (1.8.2) resulta
−

k dρ
GM (r)
=
ρ dr
r2

derivando una vez m´s se tiene
a
k d 2 d log ρ(r)
( (r
)) = −4πGρ.
r2 dr
dr
k
Haciendo el cambio de variable r = [ 4πG ]1/2 x y φ = log ρ−log λ se obtiene la ecuaci´n
o

−

1 d 2 dφ
(x
) = λeφ ,
x2 dx
dx

que es la ecuaci´n de Poisson para funciones radiales con un segundo t´rmino que
o
e
depende de la inc´gnita de forma no lineal. Es decir, m´s en general se puede escribir
o
a
−∆u = λeu .

Para terminar este apartado hacemos menci´n a otro modelo de la F´
o
ısica moderna.
La ecuaci´n de Schr¨dinger
o
o
i

2
∂ψ
= − ∆ψ + V (x)ψ,
∂t
m

que da la densidad de probabilidad de que la posici´n de una part´
o
ıcula de masa m se
encuentre en un elemento de volumen; siendo la constante de Plank. Esta ecuaci´n
o
es importante pues toda la Mec´nica Cu´ntica gira en torno a ella.
a
a
53

El n´mero de ecuaciones en derivadas parciales que el lector puede encontrar en la
u
literatura es enorme. Cada vez mayor, a la vez que es mayor el nivel de comprensi´n
o
que se alcanza de los distintos fen´menos que se estudian.
o
No obstante el estudio de las tres ecuaciones cl´sicas, ecuaci´n de Laplace,
a
o
ecuaci´n de ondas y ecuaci´n del calor, ser´ el unico objetivo de este curso.
o
o
a ´
Como se dec´ en la introducci´n esto ser´ suficiente para tener idea clara de las
ıa
o
a
dificultades de los problemas, de los m´todos de soluci´n y de las t´cnicas necesarias
e
o
e
para afrontar con ´xito empresas m´s ambiciosas en el campo de las Ecuaciones en
e
a
Derivadas Parciales.

EJERCICIOS DEL CAPITULO 1
1. Probar las siguientes igualdades para los campos u = (u1 , u2 , u3 ), v = (v1 , v2 , v3 )
y las funciones f y g:
a)
u, v = u, v + v, u + u ∧ rot v + v ∧ rot u.
b) div (f u) = f div u + u, f .
c) div (u ∧ v) = v, rot u − u, rot v .
d) div (rot u) = 0.
e) rot (f u) = f rot u + f ∧ u.
f) rot (u ∧ v) = udiv v − vdiv u − u, v + v, u.
g) rot (rot u) = (div u) − ∆u.
h) rot ( f ) = 0.
i) div ( f ∧ g) = 0.
2. Sea el campo de vectores F(x, y, z) = (ex+z , 0, −ex+z + 2y), estudiar si existe un
campo G tal que F = rot G. Calcular el flujo de F a trav´s de la esfera unidad
e
centrada en el origen.
3. Sea el campo
F(x, y, z) = (2xyz cos(x2 yz), x2 z cos(x2 yz), x2 y cos(x2 yz) + 2z)
Est´diese si es un campo conservativo.
u
4. Calcular el flujo de calor a trav´s de la superficie x2 + z 2 = 2,
e
sabiendo que la temperatura en cada punto es u(x, y, z) = 3x2 + 3z 2 .

0 ≤ y ≤ 2,
54

5. Comprobar el teorema de la divergencia para el campo F = (x, y) y la bola unidad
en R2 .
6. Calcular la integral de la componente normal del campo (2xy, −y 2 ) sobre la elipse
x2
y2
+ 2 = 1.
a2
b
7. La velocidad de un fluido en R3 viene dada por el campo
√
v(x, y, z) = (0, 0, y);
calcular el flujo a trav´s de la superficie x2 + z 2 = y,
e

0 ≤ y ≤ 1.
CAPITULO 2

ECUACIONES EN DERIVADAS
PARCIALES DE PRIMER ORDEN.
EL PROBLEMA DE CAUCHY.

Introducci´n
o
Este cap´
ıtulo est´ dedicado al estudio de las ecuaciones en derivadas parciales de
a
primer orden que se han motivado en la secci´n 1.7. Concretamente se estudiar´ el
o
a
problema de Cauchy o problema de valores iniciales, que plantearemos precisamente
en su lugar y momento adecuados.
Hay que decir que este tema cl´sico es de gran importancia para establecer resula
tados en ecuaciones m´s generales. Por ejemplo, el teorema de existencia de Cauchya
Kovalevsky para datos anal´
ıticos necesita de los resultados de este cap´
ıtulo como se
establecer´ en la ultima secci´n. Tambi´n ser´ necesario para clasificar las ecuaciones
a
´
o
e
a
en derivadas parciales seg´n tipos.
u
Por concreci´n se presentan todos los resultados en dimensi´n tres, empezando en
o
o
la secci´n 2.1 con el caso m´s simple de las ecuaciones quasi lineales. La secci´n 2.2
o
a
o
se dedicar´ a la ecuaci´n m´s general.
a
o
a
Las dos ultimas secciones se dedican a aplicar lo estudiado a la clasificaci´n de
´
o
las ecuaciones en derivadas parciales de segundo orden y a probar un caso particular
del teorema de Cauchy-Kovalevsky, respectivamente. Esta ultima secci´n puede ser
´
o
omitida en una primera lectura.
55
56

En un ap´ndice se expone el caso de la ecuaci´n general en dimensi´n cualquiera,
e
o
o
que puede prescindirse de ´l inicialmente pero que se incluye para satisfacer la cue
riosidad de los lectores con m´s motivaci´n matem´tica. Se cierra el cap´
a
o
a
ıtulo 2 con
una lista de problemas seleccionados.
Como referencias y lecturas complementarias pueden usarse los textos de F. John,
”Partial Differential Equations”, Cuarta Edici´n, Springer Verlag 1979 y R. Couranto
D. Hilbert, ”Methods of Mathematical Physics”, Volumen I John Wiley Classics Edition 1989.
57

2.1.- Ecuaciones quasi lineales de primer orden.
Consideraremos en esta secci´n ecuaciones de la forma
o
(2.1.1)

f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 = f (x1 , x2 , u)

Tales ecuaciones son llamadas quasi lineales, pues si bien dependen linealmente de las
derivadas (ux1 , ux2 ), es no lineal la depencia en u.
Ejemplos.
1.- La ecuaci´n
o
f1 (x1 , x2 )ux1 + f2 (x1 , x2 )ux2 = f (x1 , x2 )u
es lineal pues adem´s de ser quasi lineal la dependencia en u es lineal. A este caso
a
podr´n aplicarse en particular los resultados que se obtengan a continuaci´n.
a
o
2.- La ecuaci´n ut + a(u)ux = 0, donde las variables independientes son ahora t y x
o
u
puede escribirse tambi´n como ut + A(u)x = 0 siendo A(u) = 0 a(s)ds.
e
Empezaremos a precisar algunas condiciones sobre la ecuaci´n (2.1.1); en primer
o
lugar se supone que f1 , f2 , f est´n definidas en un abierto Ω ⊂ R3 . Supondremos as´
a
ı
mismo que:
1) f1 , f2 , f ∈ C 1 (Ω), es decir, son continuamente derivables en Ω.
2) |f1 (x1 , x2 , u)| + |f2 (x1 , x2 , u)| > 0, si (x1 , x2 , u) ∈ Ω
La hip´tesis 1) es una condici´n de regularidad suficiente; la hip´tesis 2) garantiza
o
o
o
que hay ecuaci´n en derivadas parciales en todo Ω.
o
2.1.1. Definici´n.
o
Por soluci´n de la ecuaci´n (2.1.1) entendemos una funci´n, φ, definida en un
o
o
o
abierto G ⊂ R2 ,
φ : G −→ R,
de manera que φ ∈ C 1 (G) y
(1) (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) ∈ Ω.
(2) Cualquiera que sea (x1 , x2 ) ∈ G se verifica
f1 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx1 (x1 , x2 )+f2 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx2 (x1 , x2 ) = f (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )).
Es claro que el concepto de soluci´n introducido por la definici´n anterior es de
o
o
caracter local. En otras palabras, se considera como soluci´n al par (G, φ), pudiendo
o
ser G el entorno de un punto.
Esta idea trae aparejada una dificultad obvia y es saber cuando dos soluciones
locales, φ1 y φ2 definidas en G1 y G2 , respectivamente, pueden considerarse de alguna
forma como un unico objeto. La idea es que φ1 y φ2 coincidan en G1 ∩ G2 . Podemos
´
interpretar de esta manera que φ1 y φ2 son restricciones de una misma soluci´n a
o
abiertos m´s peque˜os. Por tanto damos la definici´n
a
n
o
58

2.1.2. Definici´n.
o
Entenderemos que (G1 , φ1 ), (G2 , φ2 ), son una misma soluci´n de (2.1.1) si se
o
verifica que
φ1 |G1 ∩G2 = φ2 |G1 ∩G2
Recurriremos al significado geom´trico de la ecuaci´n para explorar como construir
e
o
soluciones. Como resultado de este estudio geom´trico apareceran los datos que son
e
admisibles para plantearnos un problema de valores iniciales.
Supongamos una soluci´n local de (2.1.1),
o
φ : G ⊂ R2 −→ R,
y sea su gr´fica
a
Σ = {(x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) | (x1 , x2 ) ∈ G}.
El vector normal a Σ es n = (φx1 , φx2 , −1). Si consideramos el campo dado por los
coeficientes de la ecuaci´n, es decir, F = (f1 , f2 , f ), que est´ definido en Ω, se tiene
o
a
que el ser φ soluci´n implica que
o
n, F = 0

en

Σ

En otras palabras F es tangente a Σ en todos sus puntos.
Por tanto, parece natural intentar construir las superficies soluci´n o gr´ficas de
o
a
soluciones, a partir de las curvas de campo asociadas al campo F, es decir, las curvas
tangentes a F en cada punto. Evidentemente hay que precisar como generar superficies
a partir de curvas, pero lo que es claro, es que las curvas tangentes a F son las
soluciones del sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias aut´nomo siguiente:
o

 x1 (t) = f1 (x1 , x2 , u)

x (t) = f2 (x1 , x2 , u)
(2.1.2a)
 2

u (t) = f (x1 , x2 , u)
A (2.1.2a) se le llama sistema caracter´
ıstico de la ecuaci´n (2.1.1). Las gr´ficas en R3
o
a
de las soluciones de (2.1.2a) se llaman curvas caracter´
ısticas.
Teniendo en cuenta que suponemos f1 , f2 , f ∈ C 1 (Ω), para cada dato inicial
(2.1.2b)

0 0
(x1 (0), x2 (0), u(0)) = (ξ1 , ξ2 , η 0 ) ∈ Ω

el problema de Cauchy planteado por (2.1.2a) y (2.1.2b) tiene soluci´n local unica en
o
´
virtud del teorema de existencia de Picard.
Adem´s, la dependencia de las soluciones con respecto a los datos iniciales es
a
diferenciable bajo nuestras hip´tesis. Este resultado se conoce habitualmente como
o
teorema de Peano.
59

El lector puede encontrar los detalles sobre los resultados anteriores en las referencias dadas en la secci´n 1.1 o en M. Guzm´n, ”Ecuaciones Diferenciales Ordinarias”,
o
a
Editorial Alhambra 1975.
Precisamos a continuaci´n qu´ entendemos por generar una superficie a partir de
o
e
las curvas caracter´
ısticas.
Si fijamos una curva γ : [0, 1] −→ R3 regular, γ ∈ C 1 ([0, 1]), y cuyas coordenadas
son
γ(s) = (α1 (s), α2 (s), β(s)),
podemos considerar la familia uniparam´trica de curvas soluciones de (2.1.2a) verifie
cando para cada s el dato inicial
(x1 (0), x2 (0), u(0)) = (α1 (s), α2 (s), β(s)),
que denotaremos por
(2.1.3)

Γ(t, s) = (X1 (t, s), X2 (t, s), Z(t, s))

Para s0 fijo el vector tangente a Γ(t, s0 ) es Γt (t, s0 ) y por tanto viene dado por el
segundo t´rmino del sistema caracter´
e
ıstico (2.1.2a), es decir, abreviadamente,
Γt (t, s0 ) ≡ F(Γ(t, s0 )) ≡ (f1 (Γ(t, s0 ), f2 (Γ(t, s0 )), f (Γ(t, s0 ))
Por otra parte para t = 0 tenemos que Γ(0, s) = γ(s) y as´ el vector tangente es
ı
γ (s) = (α1 (s), α2 (s), β (s))
En consecuencia para que Γ(t, s) sea la parametrizaci´n de una superficie regular,
o
es decir, con plano tangente en cada punto y que ´ste var´ con continuidad de punto
e
ıe
a punto, necesitamos que, al menos sobre la curva inicial, los dos vectores tangentes
calculados sean linealmente independientes. Algebraicamente esto quiere decir que el
rango de la matriz formada por las coordenadas de ambos vectores sea exactamente
dos, es decir,

(2.1.4)


f1 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α1 (s)
rango  f2 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α2 (s)  = 2
f (α1 (s), α2 (s), β(s)) β (s)


Si admitimos un argumento de continuidad basado en los citados resultados de
ecuaciones diferenciales ordinarias, tenemos la forma de generar soluciones param´e
tricamente, a costa de suponer la condici´n (2.1.4) sobre la curva γ.
o
Nos referiremos a la condici´n (2.1.4) como condici´n de transversalidad de la curva
o
o
γ y el campo que define la ecuaci´n (2.1.1) o, si se prefiere, al sistema caracter´
o
ıstico.
60

La mayor dificultad que habremos de resolver es probar que las funciones as´
ı
obtenidas definen una soluci´n de (2.1.1). Para ser m´s precisos, si pudiesemos
o
a
probar que la condici´n (2.1.4) implica que
o
x1 = X1 (t, s)
x2 = X2 (t, s)
tiene inversa local,
s = S(x1 , x2 )
t=

T (x1 , x2 )

todo quedar´ reducido a establecer que
ıa
u = Z(T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 )) = φ(x1 , x2 )
es una soluci´n de (2.1.1). Adem´s deberemos establecer si esta es la unica soluci´n
o
a
´
o
con el dato γ.
Antes de hacer un planteamiento formal de las anteriores ideas, las vamos a ensayar
en un ejemplo que nos permita hacer todos los c´lculos expl´
a
ıcita y sencillamente. Seguro que de esta manera entenderemos mejor lo que hemos razonado heur´
ısticamente.
Ejemplo 1.
Consideramos la ecuaci´n
o
a1 ux1 + a2 ux2 − b = 0
donde a1 , a2 , b ∈ R y |a1 | + |a2 | > 0. Como se ve se trata de una ecuaci´n lineal.
o
Evidentemente las curvas caracter´
ısticas son las rectas con vector de direcci´n
o
(a1 , a2 , b), es decir,

0
 x1 (t) = a1 t + ξ1

0
x2 (t) = a2 t + ξ2




u(t)

= bt + η 0 .

Tomando una curva γ(s) = (α1 (s), α2 (s), β(s)), transversal al vector (a1 , a2 , b),
det

a1
a2
α1 (s) α2 (s)

= 0,

entonces,
(2.1.5)

Γ(t, s) = (a1 t + α1 (s), a2 t + α2 (s), bt + β(s))

es la ecuaci´n param´trica de un cilindro de generatrices paralelas al vector (a1 , a2 , b).
o
e
61

Observaci´n. Un caso particular interesante, es cuando se tiene la ecuaci´n
o
o
ut + cux = 0
y se toma el dato u(0, x) = φ(x). La soluci´n resulta ser φ(x − ct) que es lo que
o
cuando se estudie la ecuaci´n de ondas se llamar´ una onda plana.
o
a
Tomemos en particular la curva γ(s) = (a2 s, −a1 s, s2 ). De acuerdo a la expresi´n
o
(2.1.5) se tiene, resolviendo el sistema lineal que resulta,

a x1 + a2 x2
t = 1 2
,

a + a2
1

2


 s = a2 x1 − a1 x2 .
a2 + a2
1
2

Sustituyendo en Z(t, s) = bt + s2 , resulta
u(x1 , x2 ) = b(

a1 x1 + a2 x2
a2 x1 − a1 x2 2
)+(
)
2 + a2
a1
a2 + a2
2
1
2

que directamente se puede comprobar es soluci´n de la ecuaci´n.
o
o
Tambi´n se verifica que u(a2 s, −a1 s) = s2 ; es decir, hemos determinado una sue
perficie soluci´n de la ecuaci´n que sobre la curva plana
o
o
γ ∗ (s) = (a2 s, −a1 s)
toma el valor s2 .
En el ejemplo 1 el resultado se ha conseguido porque hemos podido invertir expl´
ıcitamente
(t, s) en t´rminos de (x1 , x2 ) al tratarse de una expresi´n lineal.
e
o
En general el resultado de inversi´n lo dar´ el teorema de la funci´n inversa. Reo
a
o
mitimos al lector, por ejemplo, al texto de J.E. Marsden, ”Elementary Classical Analysis”, W.H. Freeman Co. 1974, para todos los detalles sobre este resultado b´sico del
a
An´lisis.
a
Precisamos a continuaci´n las hip´tesis que hemos conjeturado:
o
o
I) Hip´tesis sobre la ecuaci´n.
o
o
Las condiciones que se suponen sobre la ecuaci´n (2.1.1), es decir,
o
L[u] ≡ f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 − f (x1 , x2 , u) = 0,
son
(1) f1 , f2 , f ∈ C 1 (Ω), siendo Ω ⊂ R3 un dominio abierto, es decir, un subconjunto
abierto y conexo.
(2) |f1 | + |f2 | > 0, para cada (x1 , x2 , u) ∈ Ω.
62

II) Hip´tesis sobre la curva dato.
o
Sobre la curva dato se hacen las hip´tesis siguientes:
o
(1) γ ∈ C 1 (I), donde I ⊂ R es un intervalo, y γ(s) ∈ Ω para cada s ∈ I que lo
que quiere decir es que se trata de una aplicaci´n
o
γ : I −→ Ω ⊂ R3
(2) |α1 (s)| + |α2 (s)| > 0 sobre el intervalo I. Es claro que esta condici´n establece
o
que en ning´n punto la curva tiene tangente paralela al eje Ou.
u
(3) La condici´n de transversalidad (2.1.4) se postula tambi´n sobre las dos primeras
o
e
coordenadas, es decir se supone que
det

f1 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α1 (s)
f2 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α2 (s)

=0

para cada s ∈ I.
Es claro que las hip´tesis 2) y 3) se pueden hacer sobre otro par de coordenadas,
o
entonces se definir´ la coordenada restante como funci´n de ellas.
a
o
Planteamiento del problema de Cauchy. El problema de Cauchy, o problema
de valores iniciales, se plantea en los siguientes t´rminos
e
Problema.
Dada la ecuaci´n
o
L[u] ≡ f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 − f (x1 , x2 , u) = 0
y la curva dato
γ(s) = (α1 (s), α2 (s), β(s)),
encontrar una funci´n
o
φ : G ⊂ R2 −→ R,
φ ∈ C 1 (G), tal que:
i) (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) ∈ Ω si (x1 , x2 ) ∈ G,
ii) φ verifica la ecuaci´n, en el sentido que si (x1 , x2 ) ∈ G entonces
o
f1 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx1 (x1 , x2 ) + f2 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx2 (x1 , x2 ) =
= f (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))
iii) φ(α1 (s), α2 (s)) = β(s) para s ∈ I
63

La expresi´n problema de valores iniciales queda justificada porque buscamos una
o
funci´n soluci´n de la ecuaci´n tal que sobre la curva plana (α1 (s), α2 (s)) tome el valor
o
o
o
β(s). Es tanto como decir que la superficie soluci´n (gr´fica de la funci´n soluci´n)
o
a
o
o
contiene la curva tridimensional γ.
Como qued´ dicho anteriormente, el concepto de soluci´n que usamos es de caracter
o
o
local, es decir, se considera el par (G, φ). Por esta raz´n cuando se hable de unicidad,
o
habr´ que entenderlo como se precisa en la definici´n (2.1.2).
a
o
2.1.3. Teorema.
Consideremos el problema de Cauchy
(P )

f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 − f (x1 , x2 , u) = 0
u(α1 (s), α2 (s)) = β(s),

donde la ecuaci´n y el dato verifican las hip´tesis I) y II) anteriores.
o
o
Entonces, el problema (P) tiene una unica soluci´n local u, con derivadas primeras
´
o
continuas.
Demostraci´n.
o
1.- Existencia. Comenzamos probando la existencia de al menos una soluci´n local
o
regular, siguiendo los razonamientos geom´tricos anteriores. Para ello, consideramos
e
el problema de Cauchy para el sistema caracter´
ıstico

 dx1

 dt



dx2
 dt


 du


dt

= f1 (x1 , x2 , u)
= f2 (x1 , x2 , u)
= f (x1 , x2 , u),

con dato inicial para s fijo,

 x1 (0) = α1 (s)

x2 (0) = α2 (s)


u(0) = β(s).

El teorema de existencia y unicidad para ecuaciones diferenciales ordinarias establece,
que el problema de Cauchy anterior tiene una unica soluci´n,
´
o

(2.1.6)


 x1 = φ1 (t, α1 (s), α2 (s), β(s)) ≡ X1 (t, s)

x2 = φ2 (t, α1 (s), α2 (s), β(s)) ≡ X2 (t, s)


u = φ3 (t, α1 (s), α2 (s), β(s)) ≡ Z(t, s).
64

Adem´s en un entorno del punto (0, s) se tiene que la funci´n vectorial,
a
o
(t, s) −→ (X1 (t, s), X2 (t, s), Z(t, s))
definida por (2.1.6) es continuamente derivable, en virtud del teorema de Peano sobre
la regularidad de la soluci´n de una ecuaci´n diferencial ordinaria respecto a los datos
o
o
iniciales.
De esta manera la funci´n vectorial (2.1.6) define param´tricamente una supero
e
ficie C 1 (G(0, s)) donde G(0, s) es un entorno del punto (0, s), pues la condici´n de
o
transversalidad se escribe como sigue
X1s (0, s)
X1t (0, s)

X2s (0, s)
=
X2t (0, s)

α1 (s)
f1 (α1 (s), α2 (s), β(s))

α2 (s)
= 0.
f2 (α1 (s), α2 (s), β(s))

El teorema de la funci´n inversa implica, entonces, que en un entorno de (0, s) la
o
funci´n, (X1 (t, s), X2 (t, s)) tiene inversa continuamente derivable,
o
t=

T (x1 , x2 )

s = S(x1 , x2 ),
es decir,
x1 = X1 (T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 ))
x2 = X2 (T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 ))
y
0 = T (α1 (s), α2 (s))
s=

S(α1 (s), α2 (s)).

Definimos
u(x1 , x2 ) = Z(T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 ))
y probaremos que es soluci´n del problema de Cauchy.
o
En efecto,
f1 ux1 + f2 ux2 = f1 (Zt Tx1 + Zs Sx1 ) + f2 (Zt Tx2 + Zs Sx2 ) =
(2.1.7)

= Zt (f1 Tx1 + f2 Tx2 ) + Zs (f1 Sx1 + f2 Sx2 )
= Zt (X1t Tx1 + X2t Tx2 ) + Zs (X1t Sx1 + X2t Sx2 )

donde se ha tenido en cuenta que (X1 , X2 ) es soluci´n del sistema caracter´
o
ıstico. De
otra parte, se observa que
X1t Tx1 + X2t Tx2 = 1
X1t Sx1 + X2t Sx2 = 0
pues son un t´rmino de la diagonal principal y otro fuera de ella respectivamente, de
e
la matriz producto de las matrices jacobianas de (X1 , X2 ) y (T, S) que son funciones
65

inversas. Si adem´s se tiene en cuenta que al ser Z la tercera componente del sistema
a
caracter´
ıstico, Zt = f , (2.1.7) se convierte en
f1 ux1 + f2 ux2 = f,
es decir, u es soluci´n de la ecuaci´n. Que verifica el dato se comprueba en la siguiente
o
o
cadena de identidades
u(α1 (s), α2 (s)) =Z(T (α1 (s), α2 (s)), S(α1 (s), α2 (s))) =
= Z(0, s) = β(s)
2.- Unicidad. La unicidad resulta como consecuencia del siguiente resultado.
2.1.4. Lema.
Sea S = {(x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) ∈ G × R} una superficie soluci´n y P un punto de S.
o
Si Γ(t) = (x1 (t), x2 (t), z(t)) es la caracter´
ıstica tal que P = Γ(0), entonces se verifica
que Γ(t) ∈ S para cada t tal que (x1 (t), x2 (t)) ∈ G.
Demostraci´n.
o
Basta considerar la funci´n U (t) = z(t) − φ(x1 (t), x2 (t)) y probar que puesto que
o
U (0) = 0, se verifica U (t) ≡ 0. Pero se tiene tras derivar que
U (t) = f (x1 (t), x2 (t), z(t)) − φx1 (x1 (t), x2 (t))x1 (t) − φx2 (x1 (t), x2 (t))x2 (t)
= f (x1 (t), x2 (t), U (t) + φ(x1 (t), x2 (t)))−
(2.1.8)

− φx1 (x1 (t), x2 (t))f1 (x1 (t), x2 (t), U (t) + φ(x1 (t), x2 (t)))−
− φx2 (x1 (t), x2 (t))f1 (x1 (t), x2 (t), U (t) + φ(x1 (t), x2 (t))) ≡
≡ F (t, U (t)),

ya que, evidentemente, z(t) = U (t) + φ(x1 (t), x2 (t)).
De (2.1.8) se tiene que U verifica
(P O)

U (t)

= F (t, U (t))

U (0)

= 0.

Como φ es una soluci´n de la ecuaci´n de (2.1.1), se comprueba que la funci´n V (t) ≡ 0
o
o
o
es soluci´n de (PO); basta sustituir la funci´n nula en (2.1.8).
o
o
La unicidad de soluci´n para ecuaciones diferenciales ordinarias implica que neceo
sariamente, entonces, U (t) ≡ 0.
Una lectura adecuada del lema anterior establece la unicidad para el problema de
Cauchy de la ecuaci´n de primer orden quasi lineal que estamos estudiando. A saber,
o
la existencia se obtiene construyendo la soluci´n con caracter´
o
ısticas y el lema (2.1.4)
prueba que si una caracter´
ıstica tiene un punto en com´n con una soluci´n, los tiene
u
o
todos.
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  • 1. PRIMER CURSO DE ECUACIONES EN DERIVADAS PARCIALES IRENEO PERAL ALONSO Catedr´tico de An´lisis Matem´tico a a a DEPARTAMENTO DE MATEMATICAS UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 3
  • 2. 4
  • 3. DEDICATORIA A mi mujer, Magdalena, y a mis hijas, Irene y Magdalena, simplemente, porque las quiero y ellas son lo m´s importante para m´ a ı. Typeset by AMS-TEX 5
  • 4. 6
  • 5. INDICE Lista de s´ ımbolos Pr´logo o 9 11 ´ Cap´ ıtulo 1 : los ejemplos clasicos de ecuaciones en ´ derivadas parciales de la f´ ısica matematica Introducci´n. o 15 §1.1 La divergencia. Una manera de medir variaciones. 17 §1.2 El teorema de la divergencia de Gauss. 24 §1.3 Ecuaciones de difusi´n:La ecuaci´n del calor. o o 33 §1.4 Ecuaciones estacionarias: Las ecuaciones de Laplace y de Poisson 38 §1.5 Ecuaci´n de la cuerda vibrante. o 40 §1.6 Ecuaciones de Maxwell. La ecuaci´n de ondas. o 42 §1.7 Ecuaciones de primer orden. Euler y las ecuaciones de la Mec´nica de Fluidos. 47 a §1.8 Otros modelos f´ ısicos. 51 Ejercicios del Cap´ ıtulo 1. 53 Cap´ ıtulo 2: ecuaciones en derivadas parciales de primer orden: el problema de cauchy Introducci´n. o §2.1 Ecuaciones quasi lineales de primer orden §2.2 Ecuaci´n general de primer orden. o §2.3 Clasificaci´n de ecuaciones en derivadas parciales de segundo orden. o §2.4 El teorema de Cauchy-Kovalevsky. Ap´ndice al Cap´ e ıtulo 2. Problema de Cauchy para la ecuaci´n general de primer orden en RN . o Ejercicios del Cap´ ıtulo 2. 55 57 70 84 94 102 106 Cap´ ıtulo 3: problema de sturm-liouville. series e integrales de fourier. ´ ´ metodo de separacion de variables. Introducci´n. o 113 §3.1 Problemas de contorno de segundo orden. Teorema de la alternativa. Funci´n de Green. o 118 §3.2 Problemas autoadjuntos: El problema de Sturm-Liouville. Autovalores. 132 §3.3 El problema de Dirichlet para la ecuaci´n de Laplace en el disco unidad de R2 . o Convergencia de series de Fourier. 153 7
  • 6. §3.4 Problemas mixtos para la ecuaci´n del calor en una dimensi´n espacial. o o §3.5 Problemas de contorno para la ecuaci´n de ondas: la cuerda vibrante. o §3.6 El problema de Dirichlet en el semiplano positivo. La transformaci´n de Fourier. o Ejercicios del Cap´ ıtulo 3. ´ Cap´ ıtulo 4: la ecuacion de ondas en dimensiones espaciales uno dos tres. el problema de Cauchy. Introducci´n. o §4.1 La ecuaci´n de ondas en dimensi´n uno. F´rmula de D’Alambert. o o o §4.2 La ecuaci´n de ondas en dimensi´n espacial tres. o o M´todo de las medias esf´ricas. e e §4.3 El problema de Cauchy en dimensi´n espacial dos. o M´todo de descenso de Hadamard. e §4.4 La ecuaci´n de ondas no homog´nea. o e §4.5 Energ´ y unicidad. Dependencia de la ecuaci´n de ondas de la dimensi´n. ıa o o Ejercicios del Cap´ ıtulo 4. 175 184 188 201 y 211 213 216 222 224 226 234 ´ Cap´ ıtulo 5: la ecuacion de laplace. el problema de dirichlet. Introducci´n. o §5.1 Representaci´n integral de funciones. Funci´n de Green. o o §5.2 El problema de Dirichlet en una bola de RN . §5.3 C´lculo de la funci´n de Green en dominios con simetr´ a o ıas §5.4 Propiedades de las funciones arm´nicas. o §5.5 El problema de Dirichlet en dominios generales. M´todo de Perron. e §5.6 La ecuaci´n de Poisson. o Ejercicios al Cap´ ıtulo 5. 239 241 246 251 254 261 275 283 ´ Cap´ ıtulo 6: la ecuacion del calor. Introducci´n. o §6.1 N´cleo de Gauss. Construcci´n de soluciones. u o §6.2 El principio del m´ximo. Resultados cl´sicos de unicidad. a a §6.3 El problema de Cauchy no homog´neo. e §6.4 Temperaturas positivas. Ejercicios del Cap´ ıtulo 6 291 293 299 303 312 319 Indice Alfab´tico e 327 Bibliograf´ ıa 333 8
  • 7. LISTA DE SIMBOLOS R N´meros reales u RN Espacio eucl´ ıdeo N-dimensional R3 Espacio eucl´ ıdeo 3-dimensional R2 Espacio eucl´ ıdeo 2-dimensional R2 Semiplano con segunda coordenada positiva + RN +1 Semiespacio con la ultima coordenada positiva ´ + Q N´meros racionales u C N´meros complejos u N N´meros naturales u Z N´meros enteros u A × B Producto cartesiano de A y B. C ∞ Funciones indefinidamente diferenciables ∞ C0 Funciones indefinidamente diferenciables y con soporte compacto. C Funciones continuas C 1 Funciones con primeras derivadas continuas C 2 Funciones con segundas continuas C 3 Funciones con terceras derivadas continuas C k Funciones con k derivadas continuas C α Funciones Holderianas L2 Funciones de cuadrado integrable Parte imaginaria Parte real , Producto escalar can´nico en RN . o 9
  • 8. 10
  • 9. PROLOGO Cualquier texto sobre una materia cl´sica de las Matem´ticas es siempre producto a a de un punto de vista personal del autor sobre la disciplina en cuesti´n. Este no es o una excepci´n. o Debo confesar que la organizaci´n de las lecciones que siguen a continuaci´n, o o es como me hubiera gustado aprender ecuaciones en derivadas parciales por primera vez. Y, no cabe duda, ´ste es mi gusto actual, el cual es seguramente distinto e de cuando escuch´ por primera vez hablar de esta vasta y apasionante parcela de las e Matem´ticas. a No deben esperarse contenidos originales en una materia tan cl´sica, ¡ser´ pelia ıa groso...! He pretendido buscar los conocimientos que considero realmente b´sicos para un a estudiante motivado y curioso de las Matem´ticas, de su gestaci´n y de c´mo sirven a o o para describir algunos procesos naturales con singular finura. Lo que yo considero b´sico puede resumirse en los siguientes puntos: a (1) Entender bien los resultados m´s elementales en los tres ejemplos cl´sicos de a a ´ ´ las ecuaciones de la F´ ısica Matem´tica: ecuacion de ondas, ecuacion del a ´ calor y ecuacion de Laplace. (2) Conocer, siquiera someramente, las ecuaciones de primer orden, su interpretaci´n geom´trica y su uso para determinar los buenos problemas o e para las ecuaciones de segundo orden. ´ ´ (3) El metodo de separacion de variables, como origen de la disciplina, y tema central del curso, es decir, manipular las series de Fourier para poder leer en ellas propiedades de las soluciones. En este sentido, es util conocer los ´ problemas de Sturm-Liouville y sus autovalores. (4) Convencer al lector de que la inversi´n de esfuerzo y tiempo que se hace en o los apartados anteriores es muy rentable. Lo que se hace para los tres ejemplos m´s elementales se convierte en m´todos muy a e generales que, con desarrollos t´cnicos m´s sofisticados, permiten estudiar las ecuae a ciones en derivadas parciales de segundo orden lineales e incluso algunos problemas no lineales. Estos m´todos han sido el motor de buena parte de las Matem´ticas de e a los dos ultimos siglos. ´ Me gusta enfatizar en este punto, pues recuerdo no sin cierto desasosiego, la impresi´n que me produc´ las ecuaciones en derivadas parciales al estudiarlas por o ıan primera vez. Estudiar problema tras problema, ahora con valores iniciales, ahora con 11
  • 10. valores de contorno, una ecuaci´n de este tipo, luego se la cambia un signo y su o comportamiento no se parece en nada... ¿ Verdad que parece un desastre? Insisto, los ejemplos que estudiaremos en lo que sigue son paradigm´ticos. Y a tratar´ de dar cuenta de por qu´ lo son; no solo las ecuaciones, sino tambi´n, el tipo de e e e problema que para cada una se estudia. Intentar´ mostrar los hechos fundamentales e en cada caso, buscando el camino que, a mi juicio, tiene m´s proyecci´n y m´s uso a o a en desarrollos avanzados. El origen de este texto est´ en la necesidad de tener una referencia de caracter a elemental, m´s o menos autocontenida, que me sirva a m´ mismo como gu´ de los a ı ıa cursos que he de dar. No obstante, es posible que sea de inter´s para alguien m´s que e a tenga que dar un curso de introducci´n y para los estudiantes. De ah´ el esfuerzo, un o ı poco masoquista, que he emprendido de ponerlo en AMSTEX. No puedo agradecer la estupenda labor de mecanograf´ porque ser´ un autoagradecimiento injusto, ya que ıa, ıa lo bien que queda no es m´rito m´ sino del TEX. e ıo, No pienso dar indicaciones metodol´gicas, siempre me ha causado un cierto espanto o ense˜ar a ense˜ar. Pero s´ dir´ lo que vengo haciendo con el contenido del texto en n n ı e un cuatrimestre de cuatro horas semanales de clase. En las condiciones anteriores, el curso 1992-93, se cubrieron: - El Cap´ ıtulo 1 esencialmente completo. - El Cap´ ıtulo 2 salvo el teorema de Cauchy-Kovalevsky. - Del Cap´ ıtulo 3 se suprimi´ la transformada de Fourier pero el resto se estudi´ o o con detalle. - El Cap´ ıtulo 4 se estudi´ completo. o - Del Cap´ ıtulo 5 se estudi´ la parte m´s elemental, es decir, se omitieron, la o a soluci´n del problema de Dirichlet en dominios generales por el m´todo de Perron, la o e cual se explic´ sin demostraciones, y los resultados de teor´ del potencial elemental. o ıa - Del Cap´ ıtulo 6 se obtuvieron las soluciones mediante la gaussiana, que se obtuvo como soluci´n autosemejante, y se mostr´ unicidad de soluci´n acotada por aplicaci´n o o o o del principio del m´ximo. a Tambi´n hice buena parte de los ejercicios propuestos. Todo esto es lo que yo e considero el Primer curso en Ecuaciones en Derivadas Parciales. El resto es para los estudiantes mejores y les servir´ como paso intermedio para leer otros a textos m´s avanzados, tales como los que aparecen en las referencias. a Tuvimos el a˜o 1992-93 ¡370 estudiantes de E.D.P! Esta fue una raz´n m´s para n o a redactar estas lecciones. Quiero agradecer al peque˜o grupo, el m´s activo, de este n a colectivo excesivo, su inter´s por las Matem´ticas, pues ello me hizo trabajar duro y e a con ilusi´n en culminar la empresa de redactar este texto. o Es de justicia el reconocimiento a mis colegas del Departamento de Matem´ticas, a en especial a los que dedican su tiempo a las ”EDP”: Bernis, Esteban, Garc´ Azorero, ıa V´zquez y Walias, porque de sus comentarios y sugerencias aprendo continuamente. a Pero en general a todos los compa˜eros del Departamento les debo gratitud. A unos n por los ´nimos que me dieron, a otros por ”pasar de m´ y dejarme en paz. a ı” 12
  • 11. Mi m´s profundo agradecimiento a Dimitri Yakubovich, con quien compart´ la a ı ense˜anza de este curso, por la ayuda que me prest´. Sus correcciones y comenn o tarios han sido de utilidad para hacer legible este texto. Las conversaciones con Jes´s u Gonzalo, que ense˜´ el tercer grupo, siempre fueron interesantes para m´ por sus peno ı culiares y profundos puntos de vista. Tambi´n debo gratitud a A. de la Llave y M. e Walias por la lectura de las versiones previas, por sus severas cr´ ıticas, que han hecho que disminuyan las erratas de manera exponencial. Recibir´ con gratitud todo comentario, cr´ e ıtica, apunte, sugerencia, chascarrillo, etc., que los lectores tengais a bien hacer y que vayan en el camino de la mejora de este curso. Los s´ ımbolos m´s usados est´n recogidos tras el ´ a a ındice. Se incluye una lista de referencias bibliogr´ficas de la que debo advertir que son a todos los que est´n pero, evidentemente, no est´n todos los que son. La selecci´n ha a a o sido hecha por gusto personal del autor y por aproximaci´n al nivel del texto. Algunas o de ellas ser´ la continuaci´n natural de estas lecciones. ıan o Gracias, ´nimo y que la Divina Providencia nos conserve a todos el buen humor, a que buena falta nos hace. Madrid, Oto˜o de 1993 n Ireneo Peral Alonso NOTA A LA EDICION ELECTRONICA. He recibido gran n´mero de sugerencias y comentarios positivos al texto por parte u de colegas de diversas universidades espa˜olas. A todos mi agradecimiento. Me ha n alegrado saber que el esfuerzo realizado ha servido para algo y ha sido un acicate para hacer una correcci´n de erratas exhaustiva. o Especial gratitud merecen los profesores Garc´ Azorero y Walias, de la Univerıa sidad Aut´noma de Madrid, quienes generosamente me han hecho llegar las erratas o detectadas por ellos. El final de existencias y la posterior descatalogaci´n del libro por parte de Pearson, o actual propietaria de Addison-Wesley, editora del libro conjuntamente con la Universidad Aut´noma de Madrid, y habi´ndome pedido acceso al libro numerosos colegas o e de Iberoamerica, me han llevado a la decisi´n de poner el libro para libre acceso de o estudiantes y profesores de todo el mundo. Aviso que no hay cambios en el contenido sobre la edici´n escrita. He tratado o solamente de corregir las numerosas erratas advertidas, aclarar alguna frase y a˜adir n media docena de nuevos ejercicios. Madrid, Oto˜o de 2001 n Ireneo Peral Alonso 13
  • 12. 14
  • 13. CAPITULO 1 LOS EJEMPLOS CLASICOS DE ECUACIONES EN DERIVADAS PARCIALES DE LA FISICA MATEMATICA Introducci´n o Este cap´ ıtulo pretende motivar el privilegio que se concede a determinadas ecuaciones en derivadas parciales al estudiarlas de manera preferente. Una buena raz´n para estudiar estos tipos de ecuaciones en derivadas parciales es o que, por una parte, son modelos muy aproximados de fen´menos f´ o ısicos b´sicos y por a otra, que son el inicio de la teor´ de Ecuaciones en Derivadas Parciales, inicio com´n ıa u con otras muchas disciplinas de la F´ ısica y de las Matem´ticas. a La mayor´ del contenido de este cap´ ıa ıtulo fue generado a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX y lleva asociados los nombres de los matem´ticos m´s eminentes a a de este periodo hist´rico. En esta ´poca puede apreciarse que las fronteras de las o e Matem´ticas y de la F´ a ısica Matem´tica eran a´n m´s difusas que en la actualidad y a u a los progresos en un ´rea lo eran en la otra. a Ecuaciones, m´todos y teoremas llevan los nombres de sus descubridores: Euler, e Bernouilli, Fourier, Gauss, Riemann, Green, Laplace, Poisson, Dirichlet y Lagrange, entre otros, son los protagonistas de esta Historia. 15
  • 14. 16 Recomendamos la lectura de los cap´ ıtulos dedicados a Ecuaciones en Derivadas Parciales del libro M. Kline, ”El Pensamiento Matem´tico desde los tiempos antiguos a a los modernos” Alianza Editorial, 1992, para que el lector ampl´ su perspectiva ıe hist´rica. o La lectura del presente cap´ ıtulo debe servir para observar el proceso de modelaci´n o de fen´menos f´ o ısicos en ejemplos cl´sicos y no excesivamente complicados, mediante a ecuaciones. Por su importancia el estudio de estos ejemplos ha motivado la construcci´n de teor´ matem´ticas enteras. o ıas a Comenzaremos por elaborar la forma de medir ”variaciones de magnitudes” en varias dimensiones: teorema de Gauss. Una vez hecho este estudio se introducir´n los modelos que dan lugar a las tres a ecuaciones siguientes: (1) ut = uxx , ecuaci´n del calor, o (2) utt = uxx , ecuaci´n de ondas, o (3) uxx + uyy = 0, ecuaci´n de Laplace. o A estos ejemplos y a variantes de ellos estar´ dirigida nuestra atenci´n en adelante. a o Puede parecer poco ambicioso este proyecto, dedicar un curso a unos pocos ejemplos. Pero hay que decir que el estudio profundo de estos tres ejemplos tan sencillos en apariencia, ha dado las ideas suficientes para poder abordar problemas mucho m´s a generales y complicados. Muchas ideas est´n en estos ejemplos y conocerlas bien a supone la posibilidad de explorar otros modelos m´s complicados de forma razonablea mente asequible. En esta direcci´n invitamos al lector a acompa˜arnos en este estudio y a observar o n tambi´n lo poderoso que resulta el lenguaje matem´tico. Una misma ecuaci´n puede e a o describir realidades f´ ısicas diversas como se ver´ en las siguientes secciones. a
  • 15. 17 1.1.- La divergencia. Una manera de medir variaciones de magnitudes. Se trata en esta secci´n de estudiar las tasas de cambio de magnitudes en m´s de o a una dimensi´n, es decir, de buscar un sustituto razonable de la derivada, que es el o concepto esencial para estudiar variaciones de magnitudes unidimensionales. Hay muchas posibilidades a priori de encontrar esta sustituci´n de la derivada, o pero veremos las que la F´ ısica Matem´tica ha tenido en cuenta por ser m´s naturales a a y por tanto m´s utiles. a ´ Para precisar las ideas consideremos el campo vectorial en R3 U (x, y, z) = u(x, y, z)e1 + v(x, y, z)e2 + w(x, y, z)e3 donde {e1 , e2 , e3 } es la base can´nica. o Para que resulte m´s intuitivo sup´ngase que U es, por ejemplo, el campo de a o velocidades de un fluido, es decir, en cada punto (x, y, z) ∈ R3 se tiene el vector velocidad U (x, y, z). Supongamos que Ω es una parte acotada de R3 . ¿C´mo cambia o el volumen de Ω al desplazarse por el flujo del fluido? ¿Hay giros rese˜ables en el n movimiento? Estas cuestiones quedar´n claras despu´s de un an´lisis elemental de la situaci´n a e a o mediante el teorema del valor medio. Para ello supondremos regularidad suficiente en la funci´n U de R3 en R3 que define el campo; m´s concretamente supondremos o a U ∈ C 1 (R3 ), es decir U y todas sus derivadas primeras son continuas. Usando el Teorema de Taylor, escribimos entonces, U (x + h) = U (x) + Jx U (x)h + o(|h|) para h → 0; donde x = (x, y, z), h = (h1 , h2 , h3 ) y Jx U (x) es el jacobiano de U en el punto x. Si |h| es peque˜o se puede tomar como valor aproximado de U (x + h) el t´rmino n e (1.1.1) U (x) + Jx U (x)h El primer sumando representa una traslaci´n. Analizaremos a continuaci´n el segundo o o sumando. Escrito en detalle el segundo sumando es,  ux Jx U (x)h =  vx wx uy vy wy   uz h1 vz   h2  ≡ Ah wz h3 Consideremos la parte sim´trica y antisim´trica de A, es decir, e e D= 1 (A + At ) 2 y R= 1 (A − At ) 2
  • 16. 18 respectivamente; donde At denota la matriz traspuesta de A. As´ pues, el valor ı aproximado de U (x + h) dado por (1.1.1) se puede expresar como (1.1.2) U (x) + Dh + Rh. Adem´s a  ux D =  1 (uy + vx ) 2 1 2 (uz + wx ) 1 2 (uy + vx ) vy 1 2 (vz + wy ) 1 2 (uz 1 2 (vz  + wx ) + wy )  wz con lo que resulta Traza(D) = ux + vy + wz . La expresi´n ux + vy + wz se llama divergencia del campo U y se nota div U . Por o tanto, Traza(D) = div U. Si se hace un cambio de coordenadas ortogonal podemos transformar D en una ˜ matriz diagonal D. De esta forma,  d1 ˜ D= 0 0 0 d2 0  0 0  d3 ˜ y se tiene que TrazaD = div U , ya que la traza es un invariante en el cambio de coordenadas ortogonal. Podemos interpretar el sumando Dh de (1.1.2) como sigue. Sea P0 un paralelep´ ıpedo t y P (t) la evoluci´n de P0 en el tiempo t, es decir, si h(t) = (h1 (t), h2 (t), h3 (t)) son o los lados de P (t) y h0 = (h01 , h02 , h03 )t los lados de P0 se verifica   dh (t) = Dh(t) dt  h(0) = h0 ˜ Llamando hi , i = 1, 2, 3 los transformados de los hi por el cambio de coordenadas ortogonal, resulta: ˜ dhi (t) ˜ = di hi (t), i = 1, 2, 3 dt y por tanto, 3 d d ˜ ˜ ˜ ˜ ˜ ˜ Vol(P (t)) = (h1 (t)h2 (t)h3 (t)) = ( di )(h1 (t)h2 (t)h3 (t)) = (div U )Vol(P (t)) dt dt i=1
  • 17. 19 As´ tenemos que la divergencia mide la tasa de cambio de volumen asociada al campo ı, U . El argumento expuesto se refiere a la aproximaci´n lineal del campo y da una idea o muy intuitiva de lo que significa la divergencia. La siguiente proposici´n presupone alg´n conocimiento de las ecuaciones difereno u ciales ordinarias, como referencia a tales conocimientos pueden tomarse E.A. Coddington - N. Levinson, ” Theory of Ordinary Differential Equations”, Mc Graw Hill 1955 o, en espa˜ol, M.W. Hirsch - S. Smale, ”Ecuaciones diferenciales sistemas n din´micos y ´lgebra lineal”, Alianza Universidad, 1983, entre otros. A continuaci´n se a a o detalla formalmente la anterior interpretaci´n de la divergencia. No obstante, la idea o heur´ ıstica de qu´ ocurre con la aproximaci´n lineal es suficiente para seguir adelante. e o Proposici´n. o Sea U un campo de vectores en R3 , y sea x(t, x0 ) la soluci´n del problema de o Cauchy   dx (t, x ) = U (x(t, x )) 0 0 dt  x(0, x0 ) = x0 Para un t fijado se define la aplicaci´n Ψ : R3 −→ R3 por o x0 ∈ R3 −→ Ψ(x0 ) = x(t, x0 ) Para E ⊂ R3 medible, se denota por Ψ(E) su imagen mediante Ψ. Entonces, se tiene t dy = Ψ(E) exp( div U (x(τ, x0 ))dτ )dx0 E 0 Demostraci´n. o Aplicando la f´rmula del cambio de variable se tiene o dy = Ψ(E) E |detΨξ |dx Pero seg´n el teorema de Peano de derivaci´n del flujo respecto al dato inicial se tiene u o que Ψξ (ξ0 ) es la soluci´n del problema matricial, o y (t) = Ux (x(t, ξ0 ))y(t) y(0) = I donde I es la matriz identidad 3 × 3 La f´rmula de Jacobi da la expresi´n para el determinante de una matriz soluci´n de o o o un sistema lineal; en nuestro caso se concluye que t det y(t) = exp( TrazaUx (x(τ, ξ0 ))dτ ), 0
  • 18. 20 para ello basta sustituir en la expresi´n de la f´rmula del cambio de variable. o o Por otra parte, y para completar nuestro estudio, consideramos la parte antisim´trica e     1 1 0 0 −ξ3 ξ2 2 (uy − vx ) 2 (uz − wx ) 1 1 ≡ 0 ξ3 0 −ξ1  R =  − 1 (uy − vx ) 2 2 (vz − wy ) 2 1 1 −ξ2 ξ1 0 − 2 (uz − wx ) − 2 (vz − wy ) 0 y observamos que el vector ξ = (ξ1 , ξ2 , ξ3 ) es precisamente lo que se define como el rotacional del campo U , es decir, rotU = ξ. Si se consideran las soluciones del sistema lineal con coeficientes constantes, d h(t) = Rh(t), dt m´dulo un cambio de coordenadas dado por una matriz P de cambio de base, resultan o ser   cos |ξ|t sen |ξ|t 0 h(t) = P  − sen |ξ|t cos |ξ|t 0  P −1 h(0) 0 0 1 3 2 que representa una rotaci´n en R3 , donde |ξ| = o i=1 |ξi | . Se sugiere al lector como ejercicio comprobar todos los extremos del c´lculo anterior. Salvo detalles bastante a elementales de algebra lineal se ha establecido el siguiente resultado: ”Un campo de vectores continuamente diferenciable en R3 se descompone localmente en una traslaci´n, una dilataci´n y un giro”. o o Como se ve la divergencia aparece de manera natural cuando se intenta medir la variaci´n de volumen que produce un campo; el rotacional da la parte del campo que o produce giros, de ah´ su nombre. ı Al final del cap´ ıtulo se proponen algunos ejercicios de c´lculo con la divergencia y a el rotacional. Establecemos ahora dos resultados utiles de c´lculo vectorial y que son los primeros ´ a ejemplos de como encontrar soluci´n de ecuaciones en derivadas parciales. o 1.1.1. Teorema. Sea F un campo de vectores en R3 , es decir, F (x1 , x2 , x3 ) = (F1 (x1 , x2 , x3 ), F2 (x1 , x2 , x3 ), F3 (x1 , x2 , x3 )) Suponemos que, (1) (2) F ∈ C 1 (R3 ), div F = 0.
  • 19. 21 Entonces existe G tal que F = rotG Demostraci´n. o Para que se verifique el teorema se ha de tener   F1 =G3x2 − G2x3  F2 =G1x3 − G3x1 (1.1.3)   F =G 3 2x1 − G1x2 . Elegimos, por ejemplo, G3 ≡ 0, con lo cual (1.1.3) se convierte en   F1 = − G2x3  F2 =G1x3 (1.1.4)   F =G 3 2x1 − G1x2 , que es un sistema aparentemente sobredeterminado pues hay dos inc´gnitas y tres o ecuaciones; es aqu´ donde entra en juego la condici´n 2), es decir, div F = 0. En ı o efecto, de (1.1.4) resulta que x3 (1.1.5) G1 (x1 , x2 , x3 ) = F2 (x1 , x2 , t)dt + α(x1 , x2 ) 0 donde α es una funci´n regular a determinar. De igual manera se tiene que o x3 G2 (x1 , x2 , x3 ) = − (1.1.6) F1 (x1 , x2 , t)dt + β(x1 , x2 ) 0 Para que se verifique la tercera ecuaci´n de (1.1.4) se ha de tener, o (1.1.7) F3 (x1 , x2 , x3 ) = x3 =− x3 F1x1 (x1 , x2 , t)dt + βx1 (x1 , x2 ) − 0 F2x2 (x1 , x2 , t)dt − αx2 (x1 , x2 ) = 0 x3 F3x3 (x1 , x2 , t)dt + (βx1 (x1 , x2 ) − αx2 (x1 , x2 )) = = 0 = F3 (x1 , x2 , x3 ) − F3 (x1 , x2 , 0) + (βx1 (x1 , x2 ) − αx2 (x1 , x2 )) despu´s de haber aplicado que div F = 0. Pero de (1.1.7) resulta que e F3 (x1 , x2 , 0) = βx1 (x1 , x2 ) − αx2 (x1 , x2 ), suponiendo, por ejemplo, β ≡ 0, se tiene x2 α(x1 , x2 ) = − F3 (x1 , s, 0)ds, 0
  • 20. 22 de manera que el campo G de componentes    G1 (x1 , x2 , x3 ) =     x3 x2 F2 (x1 , x2 , t)dt − 0  G2 (x1 , x2 , x3 ) = −      G3 (x1 , x2 , x3 ) =0, F3 (x1 , s, 0)ds 0 x3 F1 (x1 , x2 , t)dt 0 es uno de los infinitos campos que satisfacen F = rotG Observaci´n. En (1.1.3) tenemos un sistema de ecuaciones que involucran derivadas o parciales. Lo que hemos hecho en el teorema anterior es calcular soluciones de un sistema de ecuaciones en derivadas parciales. Sirva como primer ejemplo de lo que se trata en los cap´ ıtulos que siguen. El resultado que se presenta a continuaci´n fue formulado por primera vez por el o eminente f´ ısico y matem´tico franco-italiano Lagrange. a Como es habitual en los textos de C´lculo el gradiente de una funci´n derivable f a o ser´ denotado por f , y significa asociar a cada punto el vector cuyas coordenadas a son las derivadas parciales de f , es decir, f (x1 , x2 , x3 ) = ( ∂f ∂f ∂f (x1 , x2 , x3 ), (x1 , x2 , x3 ), (x1 , x2 , x3 )) ∂x1 ∂x2 ∂x3 1.1.2. Teorema. Sea F un campo de vectores de clase uno en R3 tal que rotF = 0. Entonces existe f : R3 −→ R, f ∈ C 1 (R3 ) tal que f = F , es decir, (1.1.8) F1 = fx1 , F2 = fx2 , F3 = fx3 Demostraci´n. o De nuevo la condici´n rotF = 0 har´ que el sistema (1.1.8), que es sobredetermio a nado, sea compatible. En efecto, que rotF = 0 significa (1.1.9) F1x2 = F2x1 , F1x3 = F3x1 , F3x2 = F2x3 . De otro lado, de haber soluci´n de (1.1.8), se ha de verificar o x1 (1.1.10) f (x1 , x2 , x3 ) = F1 (s, x2 , x3 )ds + α(x2 , x3 ) 0
  • 21. 23 Para que se verifique la segunda ecuaci´n en (1.1.8) hemos de tener o x1 F2 (x1 , x2 , x3 ) = fx2 (x1 , x2 , x3 ) = F1x2 (s, x2 , x3 )ds + αx2 (x2 , x3 ) = 0 x1 F2x1 (s, x2 , x3 )ds + αx2 (x2 , x3 ) = F2 (x1 , x2 , x3 ) − F2 (0, x2 , x3 ) + αx2 (x2 , x3 ) = 0 despu´s de haber aplicado (1.1.9). Es decir, e x2 α(x2 , x3 ) = F2 (0, t, x3 )dt + β(x3 ). 0 De esta forma se tiene que (1.1.10) da x1 (1.1.11) f (x1 , x2 , x3 ) = x2 F1 (s, x2 , x3 )ds + F2 (0, t, x3 )dt + β(x3 ), 0 0 que verifica las dos primeras ecuaciones de (1.1.8), cualquiera que sea β(x3 ). Por ultimo determinaremos β para que se satisfaga la tercera ecuaci´n de (1.1.8). ´ o Aplicando de nuevo (1.1.9) se tiene que, F3 (x1 , x2 , x3 ) = fx3 (x1 , x2 , x3 ) = x1 = x2 F1x3 (s, x2 , x3 )ds + 0 F2x3 (0, t, x3 )dt + β (x3 ) = 0 x1 = x2 F3x1 (s, x2 , x3 )ds + 0 F3x2 (0, t, x3 )dt + β (x3 ) = 0 = F3 (x1 , x2 , x3 ) − F3 (0, x2 , x3 ) + F3 (0, x2 , x3 ) − F3 (0, 0, x3 ) + β (x3 ), de donde β (x3 ) = F3 (0, 0, x3 ). En resumen, tenemos como soluci´n o x1 f (x1 , x2 , x3 ) = x2 F1 (s, x2 , x3 )ds + 0 donde K es una constante arbitraria. x3 F2 (0, t, x3 )dt + 0 F3 (0, 0, u)du + K, 0
  • 22. 24 A la funci´n f obtenida en el teorema anterior, se le llama funci´n potencial para o o el campo F . De otra parte son muy f´ciles de comprobar las igualdades a (1) div (rotG) = 0 (2) rot( f ) = 0 que son los rec´ ıprocos de los teoremas anteriores. Los campos gradientes de potenciales se suelen llamar campos conservativos. Se justifica el nombre en el sentido que para el sistema din´mico dado por a (1.1.12) mx (t) = − f (x(t)) se tiene la conservaci´n de energ´ en el tiempo. En efecto, si se considera la energ´ o ıa ıa definida por (1.1.13) E(t) = m [x (t)]2 + f (x(t)) 2 se verifica que E(t) = E(0), lo que se comprueba derivando respecto de t en (1.1.13) y utilizando (1.1.12). 1.2.- El teorema de la divergencia de Gauss. En el apartado (1.1) hemos indicado como la divergencia mide la tasa de cambio del volumen en el modelo del campo de velocidades de un fluido. Gauss en uno de sus muchos y grandes teoremas estableci´ algo mucho m´s preciso o a y que constituye el contenido de esta secci´n: el teorema de la divergencia. o Para una funci´n F definida en la recta real y con derivada continua, es bien o conocido que b (1.2.1) F (b) − F (a) = F (x)dx a La anterior afirmaci´n constituye el teorema fundamental del c´lculo. Tambi´n se o a e puede leer el resultado como sigue: La variaci´n total de F en [a, b] es igual a la o integral de la tasa de variaci´n, F (x). o En dimensi´n uno F (x) es la divergencia y entonces (1.2.1) expresa que la cantidad o de F que entra o sale, dependiendo del signo, es igual a la integral de la divergencia. Con esta lectura del teorema fundamental del c´lculo se puede entrever la posibilidad a de extender (1.2.1) a m´s dimensiones. a
  • 23. 25 Para fijar las ideas, sea n = 2 y consideremos F : R2 −→ R2 funci´n continua y con derivadas primeras continuas. o Podemos escribir en coordenadas F (x, y) = (f1 (x, y), f2 (x, y)). Sea R la regi´n o R = {(x, y) ∈ R2 : φ1 (x) < y < φ2 (x), x ∈ (a, b), φ1 (a) = φ2 (a), φ1 (b) = φ2 (b)}, donde se supone que φ1 y φ2 tienen derivada primera continua. Calculemos ahora (1.2.3) R ∂f2 dydx = ∂y b a φ2 (x) φ1 (x) b ∂f2 dydx = ∂y (f2 (x, φ2 (x)) − f2 (x, φ1 (x)))dx. a Sea n la normal exterior de la frontera de ∂ R, es decir, si n= ˜ (−φ2 (x), 1) en Γ2 = {(x, φ2 (x) : x ∈ [a, b]} (φ1 (x), −1) en Γ1 = {(x, φ1 (x) : x ∈ [a, b]}; normalizando, n= n ˜ . n ˜ Entonces si n = (n1 , n2 ), se tiene (1.2.4) f2 n2 dσ(x) = ∂R f2 n2 dσ(x) + Γ1 b − = a f2 n2 dσ(x) = Γ2 f2 (x, φ1 (x)) ( 1 + (φ1 )2 (x)dx) + 1 + (φ1 )2 (x) b a f2 (x, φ2 (x)) ( 1 + (φ2 )2 (x)dx) = 1 + (φ2 )2 (x) b (f2 (x, φ2 (x)) − f2 (x, φ1 (x)))dx = a De (1.2.3) y (1.2.4) resulta (1.2.5) R ∂f2 dydx = ∂y f2 n2 dσ ∂R Supongamos que R tambi´n se puede expresar como e (1.2.6) R = {(x, y) ∈ R2 : ψ1 (y) < x < ψ2 (y), y ∈ [c, d], ψ1 (c) = ψ2 (c), ψ1 (d) = ψ2 (d)}
  • 24. 26 C´lculos an´logos a los anteriores prueban que a a (1.2.7) R ∂f1 dxdy = ∂x f1 n1 dσ ∂R (basta repetir los c´lculos con la definici´n de R dada en (1.2.6) ). a o Por tanto de (1.2.5) y de (1.2.7) se tiene (1.2.8) div F dxdy = R F , n dσ ∂R donde , denota el producto escalar en R2 , n la normal y dσ el elemento de longitud en ∂ R, frontera de R. La idea intuitiva es que la variaci´n de F en R es igual a la cantidad de F que entra o o sale a trav´s de ∂ R. Esta es precisamente la observaci´n de Gauss, concordante e o con la experiencia f´ ısica, y que es la versi´n del teorema de la divergencia en R2 . El o segundo t´rmino en (1.2.8), se llama flujo del campo F a trav´s de ∂ R. e e Tanto el flujo como la divergencia tienen perfecto sentido en dimensiones mayores; nos proponemos dar condiciones suficientes sobre los dominios R ⊂ Rn , de forma que la expresi´n (1.2.8) sea v´lida. o a El caso m´s sencillo para el que se tiene la igualdad (1.2.8) es el siguiente: a Consideremos F = (f1 , ..., fn ) campo de vectores en Rn y supongamos que (1) fi tiene derivadas primeras continuas para i = 1, ..., n. (2) Existe alguna bola B cerrada tal que fi (x) = 0 si x ∈ B, para i = 1, ..., n. / Entonces claramente se tiene que (1.2.9) div F dx = 0, Rn pues Rn ∂fi (x) dx = ∂xi ∞ ( Rn−1 −∞ ∂fi (x) dxi )d¯ = 0, x ∂xi dado que fi se anula fuera de una bola. As´ (1.2.9) establece el teorema de la divergencia en este caso para el campo F en ı Rn . Tambi´n tenemos de manera obvia que en las hip´tesis anteriores si B ⊂ 2B, e o F , n dσ = 0. ∂(2B) La segunda observaci´n elemental que vamos a utilizar posteriormente para hacer o una demostraci´n con cierta generalidad, es la siguiente. Consideremos U ⊂ Rn−1 o
  • 25. 27 un abierto acotado y φ ∈ C 1 (U ), con φ(¯) > 0 cualquiera que sea x ∈ U . Llamamos x ¯ S a la gr´fica de φ; es decir, a S = {(¯, φ(¯)) : x ∈ U } x x ¯ Calculamos ν, normal a S con la componente νn (¯) > 0, resultando x ν = (−φx1 , ..., −φxn−1 , 1) (1.2.10) 1 1 (1 + | φ|2 ) 2 . Consideremos ahora el conjunto ”cil´ ındrico” C, definido por: C = {(¯, xn ) ∈ U × R : 0 ≤ xn ≤ φ(¯)}. x x Si se toma f con derivadas primeras continuas en C, tal que f (¯, 0) = 0, se tiene x (1.2.11) C ∂f (x) dx = ∂xn f νn dσ, S donde dσ es el elemento de ´rea de S. a Probar (1.2.11) resulta inmediato del teorema fundamental del c´lculo, (1.2.1), y a de reinterpretar correctamente el resultado. En efecto, (1.2.12) C ∂f (x) dx = ∂xn φ(¯) x U = 0 ∂f (¯, xn ) x dxn ∂xn f (¯, φ(¯)) x x U Como νn (¯) = x d¯ = x f (¯, φ(¯))d¯ = x x x U 1 1 1 (1 + | φ|2 ) 2 1 1 (1 + | φ|2 ) 2 (1 + | φ|2 ) 2 d¯ x , y por la definici´n de integral de superficie en S, (1.2.12) puede leerse como sigue o 1 f (¯, φ(¯))νn (1 + | φ|2 ) 2 d¯ = x x x U f νn dσ, S lo que prueba (1.2.11). Las dos observaciones anteriores van a permitir demostrar un teorema de la divergencia de tipo local en dominios con algunas condiciones que se precisar´n r´pidamente a a y que llamaremos ”regulares”, es decir, se probar´: a Dado un dominio regular, existen entornos de sus puntos, tales que la identidad (1.2.8) se verifica para campos continuamente diferenciables soportados en dichos entornos.
  • 26. 28 Soportado en un entorno significa que se hacen cero fuera de tal entorno. Se define el soporte de una funci´n f como el cierre de los puntos tales que f (x) = 0, es decir, o sop (f ) = {x | f (x) = 0}. Hay que explicar ahora lo que entenderemos por un dominio regular y lo que se entiende por entorno de los puntos del dominio. Dado D ⊂ Rn , diremos que es un dominio si es abierto y conexo; ∂ D denotar´ su a frontera. 1.2.1.Definici´n. o Un dominio acotado D ⊂ Rn se dice que es regular si para cada x0 ∈ ∂ D existe un entorno U de x0 en Rn y una funci´n o ϕ : U −→ R continuamente diferenciable, de forma que (1) ϕ(x) ≡ 0 si x ∈ U , (2) ∂ D ∩ U = {x ∈ U |ϕ(x) = 0}, (3) D ∩ U = {x ∈ U |ϕ(x) < 0}. Lo que establece la definici´n anterior es que un dominio regular tiene su frontera o definida localmente por ceros de funciones continuamente diferenciables, es decir, por trozos de superficies diferenciables en Rn definidas impl´ ıcitamente. Sea D un dominio regular y sea x ∈ ∂ D. Un vector normal a ∂ D en x viene dado por n = ϕ(x), donde ϕ es una funci´n que define ∂ D en el entorno de x como o en la definici´n (1.2.1). Diremos que n es normal exterior a ∂ D en x si para δ > 0 o suficientemente peque˜o y 0 < t < δ se verifican n x − tn ∈ D, x + tn ∈ Rn − D. Para terminar, denotaremos por ν(x) la normal exterior unitaria en x a ∂ D. Si D es regular, entonces ν(x) es un campo continuo en ∂ D. Compruebe el lector este extremo, pero sigamos ahora con la trama argumental del Teorema de la Divergencia, cuyo episodio siguiente es la demostraci´n de la anunciada versi´n local. Como antes o o se ha indicado, utilizaremos x, y para denotar el producto escalar en Rn . 1.2.2. Lema. ¯ Sea D dominio regular en Rn . Entonces dado x0 ∈ D = D ∪ ∂ D existe un entorno U de x0 tal que para todo campo continuamente diferenciable, F , soportado en U , se verifica (1.2.13.) div F (x)dx = D F , ν dσ ∂D
  • 27. 29 Demostraci´n. o Si x0 ∈ D, entonces podemos encontrar un r > 0 tal que B(x0 , r) = {x ∈ Rn : |x − x0 | < r} ⊂ D. Todo campo F continuamente diferenciable en D, soportado en B(x0 , r), extendi´ndole e por cero fuera de la bola, se convierte en un campo diferenciable y con soporte com˜ pacto, F en Rn . Por (1.2.9) para tal campo se tiene ˜ div F dx = Rn div F dx = 0 = D F , ν dσ ∂D Es decir, si x0 ∈ D se tiene demostrado el lema. Supongamos ahora que x0 ∈ ∂D. La estrategia es probar que fijada una direcci´n o coordenada, i = 1, ...n, se puede construir un entorno Ui de x0 en la topolog´ relativa ıa ¯ a la de Rn en D, tal que si un campo F continuamente diferenciable en D, est´ a soportado en Ui , entonces (1.2.14) Fi νi dσ = ∂D D ∂Fi dx ∂xi siendo Fi la coordenada i-´sima de F y νi la correspondiente componente de la normal e exterior a ∂ D. De esta forma considerando n U= Ui i=1 se tendr´ probado el lema. a Probaremos para i = n, trat´ndose de igual manera el resto de las coordenadas. a Una observaci´n adicional es necesaria. Si sometemos a giros y traslaciones al dominio o D los dos miembros en (1.2.14) son invariantes. Por tanto, podemos suponer que la coordenada n-´sima de x0 es positiva y que νn (x0 ) > 0. e Como, por hip´tesis, D es regular existe W entorno de x0 y ϕ continuamente o diferenciable tal que ϕ(x0 ) = 0 y ∂ D ∩ W = {x ∈ W | ϕ(x) = 0}, D ∩ W = {x ∈ W | ϕ(x) < 0}. Por el teorema de funciones ´ ımplicitas encontramos un abierto V ⊂ Rn−1 entorno de x0 , proyecci´n de x0 sobre el hiperplano coordenado ortogonal al eje Oxn ; y existe ¯ o ψ : V −→ R,
  • 28. 30 ψ ∈ C 1 ( V ) y tal que ϕ(¯, ψ(¯)) = 0 para x ∈ V . Haciendo V peque˜o si es preciso se x x ¯ n tiene por continuidad que ψ(¯) > 0, x ∈ V dado que , por hip´tesis x0n = ψ(¯0 ) > 0. x ¯ o x Para V elegido verificando lo anterior consideramos la parte de ∂ D dada por el grafo de ψ, es decir, S = {(¯, ψ(¯))| x ∈ V } x x ¯ Adem´s, como νn (x0 ) > 0, se tiene, en particular a ∂ϕ(x0 ) > 0, ∂xn y por tanto, existe δ > 0 tal que si |¯ − x0 | < δ, |x0n − xn | < δ, entonces x ¯ ∂ϕ(¯, xn ) x > 0. ∂xn Se toma δ suficientemente peque˜o para que B = {¯ : |¯ − x0 | < δ} ⊂ V . Llamemos n x x ¯ R = {(¯, xn ) : |¯ − x0 | < δ, |xn − x0n | < δ} x x ¯ y definamos el intervalo Ix = {xn : (¯, xn ) ∈ R}, entonces, en particular, la funci´n x o ¯ gx (xn ) = ϕ(¯, xn ) x ¯ es creciente en Ix . Adem´s, para cada x el intervalo Ix contiene el valor ψ(¯), que es a ¯ x ¯ ¯ donde ϕ(¯, ψ(¯)) = 0. Como ϕ(¯, ·) es creciente como funci´n de xn en Ix , resulta x x x o ¯ que D ∩ R = {(¯, xn ) ∈ R : xn < ψ(¯)}. x x Dicho de otra manera, D∩R est´ contenido en un conjunto cil´ a ındrico como el utilizado en (1.2.11) y as´ se prueba (1.2.14) para los campos continuamente diferenciables en ı D soportados en D ∩ R. Queda ahora por globalizar el resultado y as´ obtener el teorema de Gauss. ı 1.2.3. Teorema. ¯ Sea D dominio regular y F ∈ C 1 ( D) un campo de vectores. Entonces F , ν dσ = ∂D div F dx D Demostraci´n. o ¯ Para cada x ∈ D = ∂ D ∪ D consideremos Ux el entorno de x que da el Lema ¯ (1.2.2). As´ {Ux : x ∈ D} es un cubrimiento por abiertos (en la topolog´ relativa) ı ıa ¯ por tanto, se puede obtener un subrecubrimiento finito {U1 , ..., Ur } del compacto D; ¯ de D.
  • 29. 31 Supongamos que podemos construir una familia finita de funciones ∞ ¯ {φ1 , ..., φr }, φi ∈ C0 ( D), i = 1, ..., r tales que (1) φi ≥ 0, (2) sop(φi ) ⊂ Ui (en particular φi = 0 fuera de Ui ), r ¯ φi (x) = 1 si x ∈ D. (3) i=1 Las familias de funciones regulares que verifican 1), 2) y 3) reciben el nombre de particiones de la unidad subordinadas al recubrimiento {U1 , ..., Ur }. ¯ Sea F ∈ C 1 ( D) un campo; si consideramos la partici´n de la unidad {φ1 , ..., φr }, o tenemos r (1.2.15) r φi (x)F (x) ≡ F (x) = Fi (x). i=1 i=1 Ahora Fi (x) = φi (x)F (x) est´ soportado en Uxi y por construcci´n se tiene: a o div Fi (x)dx = Fi , ν dσ. D ∂D Por tanto, r div Fi (x)dx = div F (x)dx = D i=1 D r = Fi , ν dσ = i=1 ∂D F , ν dσ. ∂D M´dulo la construcci´n de particiones de la unidad hemos probado el teorema. o o Probar que existen particiones de la unidad exige un poco m´s de trabajo. Advera timos, no obstante, que puede seguirse la lectura admitiendo este resultado. Para conveniencia del lector ofrecemos la prueba justamente en el contexto que necesitamos, aunque el resultado es cierto en un marco mucho m´s general. a 1.2.4. Lema. ¯ Sea D ⊂ Rn un compacto. Sean {U1 , ..., Ur } abiertos de Rn tales que r ¯ Ui ⊃ D. i=1 Entonces existen φ1 , ..., φr ∈ (1) φi ≥ 0, (2) sop(φi ) ⊂ Ui , r φi (x) ≤ 1 (3) i=1 si ∞ C0 ( Rn ) verificando x ∈ Rn y r i=1 φi (x) = 1 si ¯ x ∈ D.
  • 30. 32 Demostraci´n. o Sea {K1 , ..., Kr } familia de compactos verificando (1) Ki ⊂ Ui , i = 1, ..., r; r ¯ (2) Ki ⊃ D. i=1 La primera observaci´n es que se puede construir para cada i = 1, ..., r una funci´n o o φi ∗ tal que 0 ≤ φ∗ (x) ≤ 1, x ∈ Rn , sop φ∗ ⊂ Ui y φ∗ (x) = 1 sobre un entorno de Ki . i i i En efecto, sea Vi abierto tal que Ki ⊂ Vi ⊂ Ui y sea ρi = inf{|x − y| : x ∈ Ki , y ∈ Rn − Vi }. ρi y sea Evidentemente ρi es positivo. Sea ε < 2 Ki (ε) = {y ∈ Rn : |x − y| ≤ ε, x ∈ Ki }. De esta manera Ki (ε) ∩ (Rn − Vi ) = ∅ y Ki (ε) es compacto. Tomamos ahora la funci´n o  1  exp , |x| < 1; ∗ (|x|2 − 1) ψ (x) =  0, |x| ≥ 1. El soporte de ψ ∗ es exactamente la bola |x| ≤ 1 y adem´s ψ ∗ ≥ 0. Por otro lado, a la funci´n de una variable real o  1  exp , |s| < 1; 2 − 1) (|s| α(s) =  0, |s| ≥ 1. es indefinidamente derivable en R. (Compr´ebese este extremo). Como consecuencia u ∞ ψ ∗ ∈ C0 ( Rn ). Sea c= ψ ∗ (x)dx Rn 1 y consideremos ψ(x) = ψ ∗ (x). c Definimos x ψδ (x) = δ −n ψ( ) δ As´ se tiene ı ∞ (1) ψδ ∈ C0 ( Rn ), (2) ψδ ≥ 0 y sop(ψδ ) = {x : |x| ≤ δ}, (3) ψδ (x)dx = 1. Rn
  • 31. 33 En particular, si tomamos δ < ρi se tiene que 2 φ∗ (x) = i χKi (y)ψδ (x − y)dy Rn verifica la observaci´n hecha, siendo χKi = 1 si x ∈ Ki y χKi = 0 si x ∈ Ki . o / Construida para cada i = 1, ..., r la funci´n φ∗ es claro que definiendo: o i (1) φ1 (x) = φ∗ (x) 1 (2) φi (x) = φ∗ (x)(1 − φ∗ (x))...(1 − φ∗ (x)) para 1 < i ≤ r; 1 i i−1 verifican los requisitos 1), 2) y 3). En efecto, es evidente que sop(φi ) ⊂ Ui , ya que sop(φi ) ⊂ sop(φ∗ ). i Adem´s a r φi (x) = 1 − (1 − φ∗ (x))...(1 − φ∗ (x)), 1 r i=1 por tanto, r 0≤ φi (x) ≤ 1 si x ∈ Rn i=1 y r φi (x) = 1 i=1 sobre un entorno de D. 1.3.- Ecuaciones de difusi´n. o La ecuaci´n del calor. o Consideramos un medio f´ ısico cuya densidad es ρ(x) que est´ sometido a fuentes a de calor F (x, t). Aqu´ se tiene que (x, t) ∈ R3 × R, siendo x el espacio y t el tiempo. ı Denotaremos por u(x, t) la temperatura que hay en el instante t en el punto x. Como es sabido el vector ∂u ∂u ∂u u= , , ∂x1 ∂x2 ∂x3 est´ dirigido en el sentido de la temperatura creciente. De otro lado, las experiencias a m´s cotidianas muestran que el flujo de calor va de lo caliente a lo fr´ es decir, de a ıo; mayor temperatura a menor temperatura. La ley de Fourier establece que el flujo
  • 32. 34 t´rmico es proporcional al gradiente de las temperaturas, por lo que dicho flujo puede e escribirse como J = −κ(x) u, κ(x) ≥ 0 donde κ(x) es una caracter´ ıstica del medio llamada conductividad t´rmica. e Se trata de encontrar un modelo que rija la difusi´n del calor en la hip´tesis de que o o las variaciones de temperatura son moderadas. De esta forma es razonable postular que las constantes f´ ısicas no dependen de la temperatura. Es bien sabido que, por ejemplo, la densidad var´ con la temperatura, de manera ıa que para suponerla constante la variaci´n de la temperatura debe ser no muy grande. o Para altas temperaturas y grandes variaciones de la misma, la conductividad puede depender de la temperatura y de sus variaciones, esta situaci´n queda excluida en o nuestro planteamiento inicial, es decir, tomamos como exacta la ley de Fourier que lleva impl´ ıcita la independencia de la conductividad respecto a la temperatura. Sea D un dominio dentro del medio f´ ısico, que supondremos regular, y sea ∂ D su frontera. La ley de Fourier implica que la cantidad de calor que se intercambia entre D y su complementario a trav´s de su frontera ∂ D en el tiempo t es e Q1 = κ u, ν dσ = ∂D κ ∂D ∂u dσ; ∂ν donde ν designa la normal exterior y dσ el elemento de ´rea en ∂ D. Aplicando el a teorema de la divergencia se tiene Q1 = div (κ(x) u)dx. D Por otro lado las fuentes de calor generan en D una cantidad de calor Q2 = F (x, t)dx D en el instante t. La variaci´n de la temperatura respecto al tiempo en cada punto x es dada por o ∂u(x, t) . ∂t Por tanto, en un intervalo de ∆t segundos la variaci´n de la cantidad de calor en D o se puede aproximar por t+∆t Q3 = ( t c(x)ρ(x) D ∂u(x, t) dx)dt, ∂t
  • 33. 35 donde c(x) es el calor espec´ ıfico del medio. Para que haya equilibrio debe ser t+∆t (Q1 + Q2 )dt = Q3 , t de donde resulta que t+∆t [div (κ(x) u(x, t)) + F (x, t) − c(x)ρ(x) (1.3.0) t D ∂u(x, t) ]dxdt = 0. ∂t Como D y ∆t son arbitrarios, en los puntos de continuidad del integrando, se tiene (1.3.1) div (κ(x) u(x, t)) + F (x, t) − c(x)ρ(x) ∂u(x, t) = 0, ∂t que es la ecuaci´n del calor. o Obs´rvese que (1.3.1) se obtiene a partir de (1.3.0). En efecto, (1.3.0) se verifica en e particular para D = B(x, r) y ∆t = r, con r > 0 suficientemente peque˜o. Entonces n basta usar el siguiente resultado de c´lculo, esencialmente debido a Cauchy. a Proposici´n. Si f es una funci´n continua se verifica que o o f (x0 ) = lim+ r→0 1 |Br (x0 )| f (y)dy Br (x0 ) donde |Br (x0 )| designa el volumen de la bola de radio r y centro x0 , Br (x0 ). Proponemos al lector como ejercicio la prueba de esta proposici´n. (En este cono texto es un sencillo ejercicio sobre continuidad). Si suponemos que en (1.3.1) κ, ρ y c son constantes, con un cambio de escala en el espacio y el tiempo se obtiene 3 (1.3.2) ut − uxi xi = F (x, t). i=1 El primer problema que se plantea es si conocida la temperatura en el instante t = 0, (1.3.3) u(x, 0) = u0 (x), se puede predecir la temperatura en el tiempo futuro, es decir, en t > 0. Esto significa encontrar una funci´n u(x, t) tal que se verifique (1.3.2) para x ∈ R3 , t > 0 y (1.3.3) o si x ∈ R3 . Este problema se denomina, problema de valor inicial o problema de Cauchy, en la terminolog´ acu˜ada por J. Hadamard. ıa n
  • 34. 36 Se observar´ que en el problema de Cauchy se supone que el medio f´ a ısico ocupa todo el espacio y se estudia como evoluciona la temperatura en t > 0. En algunas situaciones el problema de Cauchy es una buena aproximaci´n del fen´meno real. o o Pero con frecuencia se tiene un medio f´ ısico ubicado en una regi´n acotada y o relacionada con el exterior a trav´s de su frontera. Dos ejemplos cl´sicos son: e a (1) Suponer la temperatura fijada sobre la frontera. (2) Suponer el medio con un flujo cal´rico prescrito a trav´s de la frontera. o e En el primer caso tendr´ ıamos que si D es el dominio ocupado por el medio, las ecuaciones de la conducci´n del calor ser´ o ıan  3    uxi xi = F (x, t), x ∈ D, t > 0  (1) ut −  i=1 (P1 )  (2) u(x, 0) = u0 (x), x ∈ D     (3) u(x, t) = φ(x, t), x ∈ ∂ D, t > 0. Llamaremos a (P1 ) problema mixto de valores iniciales y de valores de frontera de tipo Dirichlet. Evidentemente en el segundo caso si se tiene en cuenta que la densidad de flujo, salvo constantes, viene dada por ∂u ¯ , J = u, n = ∂n con n normal a ∂ D, el problema resultante es  3     (1) ut − uxi xi = F (x, t), x ∈ D, t > 0    i=1 (P2 )  (2) u(x, 0) = u0 (x), x ∈ D      (3 ) ∂u(x, t) = ψ(x, t), x ∈ ∂ D, t > 0;  ∂n que es el problema mixto de valores iniciales y de frontera de tipo Neumann. En el caso de que ψ ≡ 0 se trata de un sistema t´rmicamente aislado. Por supuesto con e estos modelos se pueden imaginar una infinidad de problemas variando las condiciones en la frontera, tomando parte de la frontera con datos Dirichlet y parte con datos Neumann e incluso suponiendo que D var´ con el tiempo. Al menos desde el punto ıa de vista matem´tico, la limitaci´n a dimensi´n tres es eliminable, pudi´ndose estudiar a o o e la ecuaci´n del calor en dimensi´n n; es decir, o o n ut = uxi xi + F (x, t). i=1 Curiosamente modelos ecol´gicos de din´mica de poblaciones y modelos de reacciones o a qu´ ımicas con difusi´n hacen que la ecuaci´n en dimensiones distintas de tres sea o o interesante en las aplicaciones.
  • 35. 37 Comentarios. 1) En los modelos de reacci´n-difusi´n o de din´mica de poblaciones hay algunas obo o a servaciones interesantes. En primer lugar como la inc´gnita aqu´ representa o bien o ı una concentraci´n, o bien un n´mero de espec´ o u ımenes, es natural la condici´n unio lateral u(x, t) ≥ 0 que, naturalmente, tambi´n hay que imponer si estudiamos el e comportamiento de temperaturas por la existencia del cero absoluto. Afortunadamente con esta condici´n el modelo de la ecuaci´n del calor es como o o funciona bien. Esto se explicar´ en su momento con detalle. a En los mismos modelos, las situaciones m´s reales corresponden al caso en que a la inc´gnita es vectorial, dando as´ lugar a sistemas de ecuaciones. Estos problemas o ı quedan fuera del objetivo que nos proponemos en el estudio que se acomete en esta obra. Tambi´n aparecen ecuaciones de la forma e n (1.3.4) ut − uxi xi = f (x, t, u, u) i=1 que no dependen linealmente de u y de u pues f es una funci´n no necesariamente o lineal. 2) Si se suponen grandes variaciones de temperatura la conductividad puede depender de u en unos casos, y de u en otros. En el primer caso se tiene κ ≡ ϕ(u); por ejemplo, si ϕ(u) = |u|m−1 , da lugar a la ecuaci´n o ut = div (|u|m−1 u). Esta ecuaci´n adem´s de regir la difusi´n de calor a muy altas temperaturas, como o a o las originadas en reacciones termonucleares, da una buena aproximaci´n a la difusi´n o o de gases en medios porosos. En el segundo caso κ ≡ ϕ( u); si ϕ( u) = | u|p−2 est´ especialmente estudiado a por tener relaci´n con otros fen´menos. La ecuaci´n resultante es o o o ut = div (| u|p−2 u). Estos ultimos ejemplos no lineales son mucho m´s complicados que el caso lineal con ´ a coeficientes constantes (1.3.2), el cual no es en absoluto trivial, y no ser´n considerados a en este texto. Sin embargo, hemos querido mencionar estos temas como motivaci´n; o comprender bien el caso lineal con coeficientes constantes (1.3.2) permite comprender el caso de coeficientes variables en bastantes casos interesantes por argumentos de continuidad u otros. Los problemas no lineales m´s simples pueden ser mirados en a algunos casos como perturbaciones de problemas lineales. En resumen, es una buena inversi´n estudiar la ecuaci´n lineal del calor. o o
  • 36. 38 Por ultimo, resaltamos lo anunciado en la introducci´n: una misma ecuaci´n puede ´ o o modelar fen´menos aparentemente diferentes. o Decimos aparentemente, pues la modelaci´n matem´tica nos permite hablar de un o a unico fen´meno: la difusi´n. ´ o o 1.4.- Ecuaciones estacionarias. Las ecuaciones de Laplace y Poisson. Es bien conocido que si f (z) es una funci´n an´litica en el plano complejo eno a tonces, llamando u(x, y) = f (x + iy), v(x, y) = f (x + iy), partes real e imaginaria, respectivamente de f , se satisfacen las condiciones de Cauchy-Riemann; es decir, ux =vy , −uy =vx . Por consiguiente, se obtienen las ecuaciones (1.4.0) uxx + uyy =0, vxx + vyy =0. En este sentido se dice que u y v son funciones arm´nicas; es decir, son regulares y o verifican cada una la ecuaci´n de Laplace. o Como es habitual escribiremos la ecuaci´n de Laplace en R2 de la manera siguiente o ∆u ≡ ∂2u ∂2u + 2 = 0; ∂x2 ∂y y en general, en Rn n (1.4.1) ∆n u = i=1 ∂2u = 0. ∂x2 i Suprimiremos el sub´ ındice en el laplaciano ∆ cuando no haya lugar a confusi´n. o Las soluciones de la ecuaci´n de Laplace en Rn , n = 2, no tienen la relaci´n o o con las funciones de variable compleja que tienen si n = 2. No obstante, como se ver´ en el cap´ a ıtulo correspondiente, tienen todas las propiedades importantes de las funciones anal´ ıticas en el plano complejo, que es lo mismo que decir de sus partes real e imaginaria, o sea, de las funciones arm´nicas de dos variables, a saber: propiedad o de la media, verificaci´n de los principios del m´ximo y de reflexi´n, etc. o a o Tambi´n llamaremos funciones arm´nicas a las soluciones regulares de (1.4.1) e o Si en la ecuaci´n del calor (1.3.2) sin fuentes, F (x, t) = 0, buscamos soluciones o estacionarias; es decir, independientes del tiempo, entonces ut = 0 y de esta manera
  • 37. 39 resulta que tales soluciones verifican ∆u = 0. Es decir, la ecuaci´n de Laplace puede o ser interpretada como la ecuaci´n de una conducci´n de calor estacionaria. Si se o o supone en (1.3.2) fuentes estacionarias, F (x, t) ≡ F (x) y, si se buscan soluciones estacionarias como antes, la ecuaci´n que verificar´n es −∆u = F (x). Dicha ecuaci´n o a o es conocida como ecuaci´n de Poisson. Como se ve la ecuaci´n de Laplace es la o o ecuaci´n homog´nea correspondiente a la ecuaci´n de Poisson. o e o Pero la ecuaci´n de Poisson se obtiene tambi´n en la electroest´tica cl´sica. Si o e a a suponemos una distribuci´n de cargas el´ctricas ρ(x) en R3 , la ley de Gauss establece o e que el campo el´ctrico E(x) satisface e div E(x) = 4πρ(x). Por otra parte, la ley de Coulomb establece que el campo el´ctrico es un campo poe tencial o campo gradiente, por lo que E = − u. Por ejemplo, el potencial para una carga puntual es c u0 (x) = . |x| Sustituyendo en la ley de Gauss obtenemos la ecuaci´n del potencial generado por la o distribuci´n de cargas ρ, que resulta ser o (1.4.2) −∆u(x) = −div E(x) = 4πρ(x). Si se supone ρ(x) ≥ 0 y se interpreta como una distribuci´n de masas, (1.4.2) es la o ecuaci´n del potencial gravitatorio de Newton. o La expresi´n ecuaci´n estacionaria queda clara desde el punto de vista f´ o o ısico con la no dependencia del fen´meno respecto al tiempo; desde el punto de vista matem´tico o a podr´ ıamos decir, al margen del significado espacial o temporal de las variables, que en las ecuaciones de Poisson y de Laplace no hay ninguna variable singularizada, cosa que en la ecuaci´n del calor es diferente: hay una variable respecto de la cual s´lo se o o deriva una vez. Traduciendo los problemas que hemos expuesto para la ecuaci´n del calor a la o ecuaci´n de Poisson en un dominio D ⊂ Rn , se tienen o (P1 ) ∆u(x) = F (x), u(x) = φ(x), x∈D x ∈ ∂ D; que es el problema de Dirichlet y tambi´n el problema de Neumann, e  x∈D  ∆u(x) = F (x), (P2 ) ∂u(x)  = ψ(x), x ∈ ∂ D; ∂n
  • 38. 40 siendo n la normal a ∂ D. Mirada la ecuaci´n de Poisson como el caso estacionario de la ecuaci´n del calor, o o (P1 ) y (P2 ) aparecen como los problemas naturales, pero se puede pensar leg´ ıtimamente en proponer el problema: (P3 )   ∆u(x) = F (x),   ∂u(x) = ψ(x),  ∂n   u(x) = φ(x), x∈D x∈∂D x ∈ ∂ D; que ser´ el candidato a problema de valores iniciales al tratarse de una ecuaci´n ıa o de segundo orden (comp´rese con las ecuaciones diferenciales ordinarias de segundo a orden). Veremos m´s adelante que el problema (P3 ) en general est´ sobredeterminado. Esto a a significa que salvo que φ y ψ satisfagan una relaci´n de compatibilidad el problema o (P3 ) no tiene soluci´n. Sobre este hecho incidiremos en el cap´ o ıtulo dedicado a la ecuaci´n de Laplace y de Poisson. Sin embargo, el comentario anterior viene a avisar o que en las propias ecuaciones en derivadas parciales est´ encerrada informaci´n que a o hay que desvelar, incluso para saber cu´l es el tipo de problema razonable para cada a ecuaci´n. o 1.5.- Ecuaci´n de la cuerda vibrante. o El estudio de la vibraci´n de la cuerda de un viol´ es uno de los primeros problemas o ın que se propusieron los f´ ısicos y matem´ticos de finales del siglo XVIII y comienzos a del XIX. Bernouilli, Dirichlet, Euler y Fourier contribuyeron a obtener m´todos de e soluci´n para el problema de la cuerda vibrante; tales m´todos han sentado las bases o e para muchos desarrollos modernos de la teor´ de ecuaciones en derivadas parciales. ıa Algunos de ellos los estudiaremos en detalle en los cap´ ıtulos venideros. Ahora centraremos la atenci´n en obtener el modelo matem´tico de la vibraci´n de una cuerda. o a o Recomendamos al lector la lectura de los cap´ ıtulos 22 y 28 de la obra de M. Kline, ”El Pensamiento Matem´tico desde los tiempos antiguos a los modernos”, Alianza a Editorial 1992, donde encontrar´ la historia de ´ste problema y su proyecci´n en el a e o desarrollo de las Matem´ticas. a Comenzaremos por precisar lo que entenderemos como una cuerda, a saber: Llamaremos cuerda a un medio cont´ ınuo unidimensional, el´stico y que no ofrece a resistencia a la flexi´n. o Supondremos la cuerda colocada en el plano Oxu, y que se la somete a vibraciones transversales, pero dentro de dicho plano, respecto a su posici´n de equilibrio, que o suponemos coincidente con el eje Ox y ocupando precisamente el intervalo [0, l].
  • 39. 41 La magnitud del desplazamiento de la cuerda en el punto x y en el instante t la designamos por u(x, t). Adem´s nos vamos a limitar a estudiar peque˜as vibraciones, a n ∂u(x0 , t0 ) 2 , se tiene que (tan α) es muy peque˜o en n es decir, tales que si tan α = ∂x 2 relaci´n a tan α, de forma que los t´rminos en (tan α) no ser´n tenidos en cuenta en o e a la deducci´n. o La tensi´n en cada punto x y cada instante t se supone dirigida en la direcci´n de o o la tangente a la cuerda en el punto x con m´dulo T (x, t). Esta hip´tesis es justamente o o la falta de resistencia a la flexi´n. La longitud de un segmento (a, a + h) al deformarse o se convierte en a+h ∂u s= 1 + ( )2 dx h, ∂x a por la hip´tesis hecha sobre el tama˜o de las vibraciones. Esto quiere decir que la o n cuerda en nuestras condiciones resulta aproximadamente inextensible. Por tanto el m´dulo de la tensi´n, cuya variaci´n es proporcional al estiramiento seg´n la ley de o o o u Hooke, resulta ser constante, |T (x, t)| ≡ To . Sea F (x, t) la magnitud de la fuerza que es aplicada perpendicularmente al eje Ox en el punto x y en el instante t; sea ρ(x) la funci´n densidad de la cuerda que, o razonablemente, se supone independiente del tiempo. La ley del movimiento viene dada por la ley de Newton Masa × Aceleraci´n = Fuerza. o (1.5.1) Las fuerzas que act´an sobre un elemento [x, x + ∆x] son aproximadamente: u i) Las de tensi´n o T0 ( sen α(x + ∆x) − sen α(x)), que aproximamos por sen α = tan α 1 + (tan α)2 tan α = ∂u , ∂x al suponer vibraciones peque˜as y despreciar el t´rmino (tan α)2 . n e ii) Las fuerzas externas las aproximamos por F (x, t)∆x, lo cual es razonable con hip´tesis de continuidad sobre F . o Con estas consideraciones (1.5.1) se puede expresar por (1.5.2) T0 ( sen α(x + ∆x) − sen α(x)) + F (x, t)∆x = ρ(x)∆x ∂ 2 u(x, t) , ∂t2
  • 40. 42 o bien, efectuando la sustituci´n de sen α por tan α como se indic´ antes, o o (1.5.3) T0 ∆x ∂u(x + ∆x, t) ∂u(x, t) − ∂x ∂x + F (x, t) = ρ(x) ∂ 2 u(x, t) . ∂t2 Pasando al l´ ımite para ∆x → 0 resulta la ecuaci´n siguiente o (1.5.4) T0 ∂ 2 u(x, t) ∂ 2 u(x, t) + F (x, t) = ρ(x) , ∂x2 ∂t2 que rige el movimiento en las hip´tesis hechas. Las condiciones naturales para una o cuerda es que tenga los extremos fijos; es decir, u(0, t) = 0 = u(l, t), t∈R As´ resulta el siguiente problema mixto de valor inicial y de contorno ı  ∂ 2 u(x, t)  ∂ 2 u(x, t)  T0 + F (x, t) =ρ(x) ;    ∂x2 ∂t2    u(0, t) =u(l, t) = 0, t ∈ R, (1.5.5)  u(x, 0) =φ(x) x ∈ [0, l],      ∂u(x, 0)   =ψ(x), x ∈ [0, l]. ∂t En relaci´n con lo dicho para la ecuaci´n del calor, la singularizaci´n de la variable o o o tiempo respecto al espacio en este caso viene definida por aparecer las derivadas con distinto signo, lo cual, como veremos, hace que el problema (1.5.5) sea el correcto para esta ecuaci´n. o Si en (1.5.4) se supone la densidad constante resulta, tras un cambio de escala, la ecuaci´n o utt − uxx = F (x, t), que es la llamada ecuaci´n de ondas en una dimensi´n de espacio. En la pr´xima o o o secci´n aparecer´ la ecuaci´n de ondas en m´s dimensiones en relaci´n con las ecuao a o a o ciones de la Electrodin´mica de Maxwell. a 1.6.- Ecuaciones de Maxwell. La ecuaci´n de ondas. o Las ecuaciones del electromagnetismo son el resultado de la elaboraci´n de obo servaciones y teor´ llevadas a t´rmino en las primeras d´cadas del siglo XIX, esıas e e encialmente por Oersted, Faraday y Amp´re. La Electrost´tica, de la cual hemos e a
  • 41. 43 visto lo fundamental en el apartado (1.4), era bien conocida en tiempos de Maxwell, quien formul´ sus ecuaciones hacia 1865, permiti´ndole identificar la luz como ondas o e electromagn´ticas. A continuaci´n obtendremos las ecuaciones de Maxwell a partir e o de la conservaci´n de energ´ y posteriormente las transformaremos en ecuaciones de o ıa ondas. Sea (x, t) ∈ R3 × R, denotando x el punto del espacio y t el instante de tiempo. Sean E(x, t) = (E1 (x, t), E2 (x, t), E3 (x, t)) y H(x, t) = (H1 (x, t), H2 (x, t), H3 (x, t)) los campos el´ctrico y magn´tico, respectivamente. e e Como parte de las ecuaciones de Maxwell se tienen la leyes de Gauss (1.6.1.a) div E(x, t) = ρ(x, t), (1.6.1.b) div H(x, t) = 0, siendo ρ(x, t) la densidad de carga. La densidad de energ´ en (x, t) viene dada por: ıa i) EE = ε E, E , energ´ el´ctrica, ıa e ii) MH = µ H, H , energ´ magn´tica. ıa e (Donde , es el producto escalar can´nico de Rn . ) o Aqu´ ε y µ son constantes dependientes del medio f´ ı ısico. El flujo de energ´ a trav´s de la frontera, es dado en el instante t por ıa e F= 1 4π c E ∧ H, ν dS, c > 0; ∂D donde ∧ denota el producto vectorial en R3 y ν la normal exterior a la frontera de D. Se supone que en el instante t la cantidad de energ´ el´ctrica que se transforma ıa e en calor es C= σ E, E dx, σ > 0. D El principio de conservaci´n de la energ´ establece entonces que o ıa − (1.6.2) d (EE + MH ) = F + C, dt o escrito en detalle: (1.6.3) − 1 d 8π dt (ε E, E + µ H, H )dx = D σ E, E dx + D 1 4π c E ∧ H, ν dS. ∂D
  • 42. 44 Por el teorema de la divergencia de Gauss podemos calcular la ultima integral en ´ (1.6.3) 1 1 c E ∧ H, ν dS = cdiv (E ∧ H)dx 4π ∂D 4π D y teniendo en cuenta la identidad div (E ∧ H) = H, rot E − E, rot H , resulta (1.6.4) 0 = − 1 4π {ε Et , E +µ Ht , H +σ4π E, E +c[ H, rot E − E, rot H ]}dx. D Haciendo tender a cero el di´metro de D y suponiendo regularidad suficiente, se tiene a que para que se conserve la energ´ ha verificarse ıa (1.6.5) 0 = − 1 1 {ε Et , E +σ4π E, E −c E, rot H ]}− {µ Ht , H +c[ H, rot E }, 4π 4π pero la ley de Faraday establece que (1.6.6) µ − Ht = rot E; c por tanto, el segundo sumando de (1.6.5) es nulo. De otra parte la modificaci´n hecha o por Maxwell a la ley de Amp´re establece que e (1.6.7) ε 4πσ rot H = Et + E, c c Como consecuencia, (1.6.5) se verifica donde se verifican (1.6.6) y (1.6.7). Teniendo en cuenta (1.6.1), (1.6.6) y (1.6.7) se tienen las ecuaciones de Maxwell; es decir, el sistema (1.6.8)  = ρ(x, t);  div E(x, t)     div H(x, t) = 0;   µ  − c Ht (x, t) = rot E(x, t);     ε 4πσ   rot H(x, t) = Et (x, t) + E(x, t). c c As´ resultan ocho ecuaciones con seis inc´gnitas, y es por lo que se dice que se trata de ı o un problema sobredeterminado. Esto quiere decir que se debe pedir alguna condici´n o a los datos. Por ejemplo, si suponemos que ρ ≡ 0 y suponemos que div E(x, 0) = 0,
  • 43. 45 se tiene que tal ecuaci´n se verifica para todo tiempo. En efecto, llamando f (x, t) = o div E(x, t) y tomando divergencia en las ultima ecuaci´n se tiene ´ o ε 4πσ 0 = div rot H = ft + f; c c de donde, integrando esta ecuaci´n lineal, se obtiene o 0 ≡ f (x, 0)e− 4πσ ε t = f (x, t). Consideraremos a partir de ahora que σ = 0 y que se ha hecho un rescale en las variables de forma que todas las constantes de las ecuaciones de Maxwell resultantes son la unidad. Por contra supondremos que hay una corriente J. As´ las ecuaci´nes se transforman en ı o   (1) − Ht (x, t) = rot E(x, t)    (2) rot H(x, t) = E (x, t) + J(x, t) t (1.6.9)  (3) div H(x, t) = 0    (4) div E(x, t) = ρ(x, t) Transformaremos ahora las ecuaci´nes en ecuaci´nes de ondas. o o Por el teorema (1.1.1) y verificarse (3) en (1.6.9), se tiene que existe un campo vectorial A tal que rot A + f = H, para cualquier funci´n regular f . Sustituyendo o en (1) de (1.6.9) obtenemos (1.6.10) 0 = rot E + Ht = rot (E + At ). (Se ha tomado f ≡ 0). Aplicando el teorema (1.1.2), como consecuencia de (1.6.10), obtenemos la existencia de φ ∈ C 2 ( R3 × R), tal que E + At = − φ. (1.6.11) Sustituyendo en la ecuaci´n (2) de (1.6.9) se tiene o (1.6.12) J = rot H − Et = rot (rot A) + (At + φ)t . No es dif´ establecer la identidad ıcil rot (rot A) = (div A) − ∆A; donde ∆ es el operador de Laplace introducido en la secci´n 1.4. (V´ase problema 1 o e (g)). Sustituyendo en (1.6.12) se tiene (1.6.13) ∆A − ∂2A = −J + ∂t2 (div A + ∂φ ). ∂t
  • 44. 46 Por tanto, en virtud de (1.6.11), (4) de (1.6.9) se convierte en (1.6.14) ρ = −∆φ − ∂(div A) . ∂t Las ecuaciones de Maxwell se han reducido a (1.6.13) y (1.6.14) junto con (1.6.15) rot A =H −E = At + φ. Sean ahora A0 y φ0 verificando (1.6.15); si se toma f una funci´n regular arbitraria o y consideremos A = A0 + f y φ = φ0 − ft , entonces el par (A, φ) verifica tambi´n e (1.6.15). Esta libertad nos permite elegir f para que se verifique (1.6.16) div A + ∂φ = 0; ∂t en efecto, basta elegir f verificando ∆f − ftt = −(div A0 + φ0t ). De esta forma las ecuaciones de Maxwell se han transformado en  2  ∆A − ∂ A = J;    ∂t2   ∂2φ (1.6.17) ∆φ − 2 = −ρ;  ∂t     ∂φ  div A + = 0, ∂t que son ecuaciones de ondas. Obs´rvese que una vez obtenidos A y φ verificando (1.6.17), los campos vectoriales e E = −(At + φ) y H = rot A verifican (1.6.9). Con las anteriores observaciones de Maxwell se obtiene que la ecuaci´n o (1.6.18) utt − ∆x u = f (x, t), (x, t) ∈ R3 × R rige la propagaci´n de las ondas en el vac´ Es claro que es el mismo tipo de ecuaci´n o ıo. o obtenida para la vibraci´n de una cuerda, pero en un n´mero de dimensiones mayor. o u
  • 45. 47 Cuando se considera la propagaci´n de las ondas en un medio hay que modificar o la ecuaci´n con un t´rmino de rozamiento, resultando la ecuaci´n del telegrafista, es o e o decir, (1.6.19) utt − ∆x u + ut = f (x, t), (x, t) ∈ R3 × R. El t´rmino ut como veremos produce disipaci´n de energ´ por lo que la ecuaci´n e o ıa o (1.6.19) es una buena aproximaci´n a la realidad de la propagaci´n de ondas de radio, o o por ejemplo. Cuando la F´ ısica se ocupa de la teor´ corpuscular de la luz la ecuaci´n que se ıa o estudia es otra modificaci´n de la ecuaci´n de ondas conocida como ecuaci´n de o o o Klein-Gordon, m´s precisamente la ecuaci´n a o (1.6.20) utt − ∆x u + m2 u = f (x, t), (x, t) ∈ R3 × R; donde m representa la masa de las part´ ıculas. La F´ ısica moderna se ha ocupado tambi´n de modelos que involucran a la ecuaci´n e o (1.6.21) utt − ∆x u + m2 u = F (u), (x, t) ∈ R3 × R, que tiene una dependencia no lineal en la incognita u. Este modelo es considerablemente m´s dif´ y se escapa del alcance de este texto. S´lo decir que seg´n los f´ a ıcil o u ısicos la anterior ecuaci´n describe la interacci´n de una part´ o o ıcula con el campo creado por ella misma. 1.7.- Ecuaciones de primer orden. Euler y las ecuaciones de la Mec´nica de Fluidos. a Hacia 1739 Clairaut se ocup´ de ecuaciones en derivadas parciales de primer orden o en relaci´n con sus estudios sobre la forma de la Tierra. Son las ecuaciones de primer o orden m´s sencillas; es decir, ecuaciones de la forma, a ux = P, uy = Q, uz = R. Como el lector advertir´, s´lo aparecen derivadas de primer orden, de ah´ el nombre a o ı que se da a estas ecuaciones. El teorema (1.1.2) da las condiciones para encontrar una funci´n u, que verifique la o ecuaci´n, es decir, tal que, u = (P, Q, R). Tal condici´n fu´ formulada por Lagrange o o e en t´rminos de las coordenadas del campo, es decir, concretamente e (1.7.1.) Py = Qx , P z = Rx , Qz = Ry
  • 46. 48 que es como se conoce en los textos de ecuaciones diferenciales ordinarias el concepto de diferencial exacta. Entre los a˜os 1772 y 1779 Lagrange public´ una serie de trabajos ocup´ndose de n o a ecuaciones de la forma general (1.7.2) f (x, y, u, ux , uy ) = 0 que aparecen en Geometr´ y Optica Geom´trica. ıa ´ e Los trabajos de Lagrange, Charpit, Monge y Cauchy sobre ecuaciones del tipo (1.7.2) constituyen la base de la teor´ que se estudiar´ en el cap´ ıa a ıtulo siguiente. El resto de esta secci´n est´ dedicado a dar un modelo f´ o a ısico donde aparecen las ecuaciones de primer orden de una manera en absoluto trivial. Se trata de las ecuaciones de Euler que rigen el movimiento de fluidos no viscosos. Sea Ω ⊂ R3 una regi´n ocupada por un fluido en movimiento; se trata de dar un o modelo que describa tal movimiento. Para establecer las ecuaciones del movimiento de un fluido no viscoso Euler tiene en cuenta tres principios b´sicos de la F´ a ısica, a saber: I) Principio de conservaci´n de la masa. o II) Segunda ley de la Din´mica de Newton. a III) Principio de conservaci´n de la energ´ o ıa. A nivel macrosc´pico es razonable pensar que la densidad del fluido ρ(x, t) es una o funci´n continua del espacio y del tiempo. Dada una bola Q ⊂ Ω la masa de fluido o que encierra en el instante t es entonces (1.7.3) m(Q, t) = ρ(x, t)dx. Q Si x(t) ∈ Ω designa la posici´n de una part´ o ıcula en el instante t, supondremos que dicha part´ ıcula describe una trayectoria bien definida y que, por tanto, la velocidad u(x, t) de cada part´ ıcula en el instante t define un campo de vectores en Ω. Para la obtenci´n de las ecuaciones supondremos que u y ρ tienen la regularidad o suficiente para que los c´lculos sean v´lidos. a a La ley de conservaci´n de masa establece que la tasa de variaci´n de masa respecto o o al tiempo es igual a la masa que entra menos la masa que sale. Tenemos la herramienta perfecta para formular este principio: el teorema de la divergencia. En efecto, la tasa de variaci´n de la masa respecto al tiempo en la bola Q es o dm (Q, t) = dt (1.7.4) Q ∂ρ (x, t)dx, ∂t y debe equilibrarse con el flujo a trav´s de la frontera de Q; es decir, con e (1.7.5) − ρ u, n dS = − ∂Q div (ρu)dx, Q
  • 47. 49 por el teorema de la divergencia. Como conclusi´n, de (1.7.4), y (1.7.5) se tiene o [ Q ∂ρ + div (ρu)]dx = 0. ∂t Suponiendo que el integrando es continuo y haciendo tender el di´metro de Q a cero, a obtenemos la expresi´n diferencial de la conservaci´n de masa, o o ∂ρ + div (ρu) = 0, ∂t (1.7.6) que es conocida como ecuaci´n de la continuidad. o Sin hip´tesis de regularidad la ecuaci´n de la continuidad se escribe como o o ∂ ∂t ρdx + Q ρ u, n dσ = 0; ∂Q que es la forma de ley de conservaci´n que, a menudo, aparece en F´ o ısica. Desde el punto de vista matem´tico esta formulaci´n da lugar a la necesidad de introducir a o conceptos de soluci´n m´s generales que el cl´sico, seg´n el cual la soluci´n es derivable o a a u o y la ecuaci´n se satisface puntualmente. o Sea x(t) = (x1 (t), x2 (t), x3 (t)) la trayectoria seguida por una part´ ıcula del fluido. Por tanto en t´rminos del campo de velocidades se tiene e (1.7.7) dx(t) = u(x(t), t). dt Podemos ahora obtener la aceleraci´n derivando en (1.7.7); es decir, o a(t) = d2 x(t) = u, dt2 u + ut ; donde el s´ ımbolo en el ultimo t´rmino se expresa en coordenadas de la manera que ´ e sigue 3 ∂ui ∂ui ai (t) = + uj , i = 1, 2, 3. ∂t ∂xj j=1 La segunda ley de Newton establece que (1.7.8) ρa = Fuerza. Las fuerzas que se consideran son esencialmente de dos tipos: (1) Fuerzas exteriones, como las gravitarorias, etc.; cuya densidad se supone dada por un campo f (x, t). (2) Tensiones internas.
  • 48. 50 En los fluidos perfectos, es decir, los no viscosos, estas ultimas fuerzas de tensi´n ´ o interna se suponen que act´an de una manera muy particular. M´s concretamente, se u a supone que existe una funci´n p(x, t), llamada presi´n, de forma que si se considera un o o elemento de superficie S en el fluido y n su normal, las fuerzas de tensi´n a trav´s de o e S tienen una densidad en el punto x y en el instante t igual a p(x, t)n. Lo que quiere decir esta hip´tesis f´ o ısica es que no hay componentes tangenciales en las fuerzas de tensi´n interna. Es decir, la idea intuitiva que esto sugiere es que en un fluido perfecto o no se crear´ o destruir´ rotaciones sin la acci´n de fuerzas externas. ıan ıan o La contribuci´n de las tensiones internas a trav´s de la frontera de la bola Q ⊂ Ω o e viene dada entonces por S∂Q = − pndS. ∂Q As´ la proyecci´n de dicha fuerza en la direcci´n del vector unitario e ∈ R3 es ı, o o (1.7.9) e, S∂Q = − p e, n dS = − ∂Q div (pe)dx = − Q p, e dx, Q tras haber aplicado el teorema de la divergencia. Podemos, entonces, reformular (1.7.9) como S∂Q = − (1.7.10) pdx. Q Con hip´tesis de regularidad, como siempre, hacemos tender el di´metro de Q a o a cero y, por el teorema fundamental del c´lculo, (1.7.8) se convierte en a (1.7.11) ρ(ut + u, u) = − p + f ; que son las ecuaciones de Euler. La energ´ total del sistema E viene dada como la suma de la energ´ interna EI ıa ıa y la energ´ cin´tica ıa e ρ|u|2 dx. EC = Ω Cuando se supone que la energ´ interna es constante, el principio de conservaci´n ıa o de la energ´ implica que tambi´n la energ´ cin´tica es constante. En este caso se ıa, e ıa e demuestra que las ecuaciones del movimiento son (1.7.12)      ρ(ut + u, u) = − p + f div u = 0 ρ = a, constante a lo largo de trayectorias.
  • 49. 51 La condici´n de contorno natural es que el fluido no se salga del dominio total donde o se experimenta, es decir, u, n = 0 en la frontera, ∂Ω, siendo n su normal. Otra hip´tesis interesante es el caso en que la energ´ interna es o ıa EI = ρwdx, Ω donde w representa el trabajo realizado. En este caso se prueba que (1.7.13) w= p , ρ y este tipo de fuidos se llaman fluidos isentr´picos, que expresado de otra forma quiere o decir que p = p(ρ) o, lo que es lo mismo, se tienen ecuaciones de estado expl´ ıcitas. Remitimos para m´s detalles al texto de A.J. Chorin - J.E. Marsden, ”A Mathea matical Introduction to Fluid Mechanics”, Springer Verlag, 1990. Para los fluidos viscosos se obtienen distintos tipos de modelos seg´n las hip´tesis u o f´ ısicas que se usen. Los fluidos viscosos newtonianos se rigen por las ecuaciones de Navier-Stokes que a˜aden a las de Euler un t´rmino de la forma ν∆u donde ν designa n e la viscosidad. Se trata, por tanto, de ecuaciones de segundo orden a diferencia de las de Euler. 1.8.- Otros modelos f´ ısicos. En el desarrollo de la F´ ısica del siglo XX han aparecido otros modelos muy interesantes. Para empezar, en muchos modelos se consideran ecuaciones no lineales. Animados siempre por la b´squeda de una mayor aproximaci´n a la realidad o para explicar u o fen´menos en condiciones m´s extremas, es necesario considerar modelos no lineales. o a Es claro que si en la deducci´n de la ecuaci´n de la cuerda vibrante no se suponen o o vibraciones peque˜as, no es realista despreciar los t´rminos de segundo orden. De n e igual manera la ley de Fourier para temperaturas muy altas deja de ser adecuada; pi´nsese en el calor que se produce en reacciones nucleares naturales y artificiales. e (V´ase la Secci´n 3). e o Un ejemplo de este tipo de modelos no lineales menos conocido, pero no menos bello, es el de las ecuaciones de equilibrio de estrellas politr´picas en condiciones isotero mas, modelo introducido por Emden y Fowler a comienzos del siglo XX y estudiado entre otros por el Premio Nobel de F´ ısica S. Chandrasekar. Designaremos por ρ(r) la densidad, P la presi´n y T la temperatura, como funciones o del radio.
  • 50. 52 Se postula, de acuerdo con la experimentaci´n, que la presi´n satisface la identidad o o (1.8.1) P = κ 1 ρT + aT 4 ; Hµ 3 donde el primer sumando es la presi´n cin´tica y el segundo sumando la presi´n de o e o radiaci´n y siendo κ = constante de Boltzman, µ = peso molecular medio, H = masa o del prot´n y a = constante de Stefan-Boltzman. o La ley de la gravitaci´n de Newton establece que la tasa de variaci´n de la presi´n o o o es equilibrada por la fuerza de atracci´n gravitatoria, es decir, o − (1.8.2) dP GM (r)ρ(r) = . dr r2 r Aqu´ G es la constante universal de la gravitaci´n y M (r) = 4π 0 s2 ρ(s)ds es la ı o masa. Si en (1.8.1) se supone que T es constante, sustituyendo en (1.8.2) resulta − k dρ GM (r) = ρ dr r2 derivando una vez m´s se tiene a k d 2 d log ρ(r) ( (r )) = −4πGρ. r2 dr dr k Haciendo el cambio de variable r = [ 4πG ]1/2 x y φ = log ρ−log λ se obtiene la ecuaci´n o − 1 d 2 dφ (x ) = λeφ , x2 dx dx que es la ecuaci´n de Poisson para funciones radiales con un segundo t´rmino que o e depende de la inc´gnita de forma no lineal. Es decir, m´s en general se puede escribir o a −∆u = λeu . Para terminar este apartado hacemos menci´n a otro modelo de la F´ o ısica moderna. La ecuaci´n de Schr¨dinger o o i 2 ∂ψ = − ∆ψ + V (x)ψ, ∂t m que da la densidad de probabilidad de que la posici´n de una part´ o ıcula de masa m se encuentre en un elemento de volumen; siendo la constante de Plank. Esta ecuaci´n o es importante pues toda la Mec´nica Cu´ntica gira en torno a ella. a a
  • 51. 53 El n´mero de ecuaciones en derivadas parciales que el lector puede encontrar en la u literatura es enorme. Cada vez mayor, a la vez que es mayor el nivel de comprensi´n o que se alcanza de los distintos fen´menos que se estudian. o No obstante el estudio de las tres ecuaciones cl´sicas, ecuaci´n de Laplace, a o ecuaci´n de ondas y ecuaci´n del calor, ser´ el unico objetivo de este curso. o o a ´ Como se dec´ en la introducci´n esto ser´ suficiente para tener idea clara de las ıa o a dificultades de los problemas, de los m´todos de soluci´n y de las t´cnicas necesarias e o e para afrontar con ´xito empresas m´s ambiciosas en el campo de las Ecuaciones en e a Derivadas Parciales. EJERCICIOS DEL CAPITULO 1 1. Probar las siguientes igualdades para los campos u = (u1 , u2 , u3 ), v = (v1 , v2 , v3 ) y las funciones f y g: a) u, v = u, v + v, u + u ∧ rot v + v ∧ rot u. b) div (f u) = f div u + u, f . c) div (u ∧ v) = v, rot u − u, rot v . d) div (rot u) = 0. e) rot (f u) = f rot u + f ∧ u. f) rot (u ∧ v) = udiv v − vdiv u − u, v + v, u. g) rot (rot u) = (div u) − ∆u. h) rot ( f ) = 0. i) div ( f ∧ g) = 0. 2. Sea el campo de vectores F(x, y, z) = (ex+z , 0, −ex+z + 2y), estudiar si existe un campo G tal que F = rot G. Calcular el flujo de F a trav´s de la esfera unidad e centrada en el origen. 3. Sea el campo F(x, y, z) = (2xyz cos(x2 yz), x2 z cos(x2 yz), x2 y cos(x2 yz) + 2z) Est´diese si es un campo conservativo. u 4. Calcular el flujo de calor a trav´s de la superficie x2 + z 2 = 2, e sabiendo que la temperatura en cada punto es u(x, y, z) = 3x2 + 3z 2 . 0 ≤ y ≤ 2,
  • 52. 54 5. Comprobar el teorema de la divergencia para el campo F = (x, y) y la bola unidad en R2 . 6. Calcular la integral de la componente normal del campo (2xy, −y 2 ) sobre la elipse x2 y2 + 2 = 1. a2 b 7. La velocidad de un fluido en R3 viene dada por el campo √ v(x, y, z) = (0, 0, y); calcular el flujo a trav´s de la superficie x2 + z 2 = y, e 0 ≤ y ≤ 1.
  • 53. CAPITULO 2 ECUACIONES EN DERIVADAS PARCIALES DE PRIMER ORDEN. EL PROBLEMA DE CAUCHY. Introducci´n o Este cap´ ıtulo est´ dedicado al estudio de las ecuaciones en derivadas parciales de a primer orden que se han motivado en la secci´n 1.7. Concretamente se estudiar´ el o a problema de Cauchy o problema de valores iniciales, que plantearemos precisamente en su lugar y momento adecuados. Hay que decir que este tema cl´sico es de gran importancia para establecer resula tados en ecuaciones m´s generales. Por ejemplo, el teorema de existencia de Cauchya Kovalevsky para datos anal´ ıticos necesita de los resultados de este cap´ ıtulo como se establecer´ en la ultima secci´n. Tambi´n ser´ necesario para clasificar las ecuaciones a ´ o e a en derivadas parciales seg´n tipos. u Por concreci´n se presentan todos los resultados en dimensi´n tres, empezando en o o la secci´n 2.1 con el caso m´s simple de las ecuaciones quasi lineales. La secci´n 2.2 o a o se dedicar´ a la ecuaci´n m´s general. a o a Las dos ultimas secciones se dedican a aplicar lo estudiado a la clasificaci´n de ´ o las ecuaciones en derivadas parciales de segundo orden y a probar un caso particular del teorema de Cauchy-Kovalevsky, respectivamente. Esta ultima secci´n puede ser ´ o omitida en una primera lectura. 55
  • 54. 56 En un ap´ndice se expone el caso de la ecuaci´n general en dimensi´n cualquiera, e o o que puede prescindirse de ´l inicialmente pero que se incluye para satisfacer la cue riosidad de los lectores con m´s motivaci´n matem´tica. Se cierra el cap´ a o a ıtulo 2 con una lista de problemas seleccionados. Como referencias y lecturas complementarias pueden usarse los textos de F. John, ”Partial Differential Equations”, Cuarta Edici´n, Springer Verlag 1979 y R. Couranto D. Hilbert, ”Methods of Mathematical Physics”, Volumen I John Wiley Classics Edition 1989.
  • 55. 57 2.1.- Ecuaciones quasi lineales de primer orden. Consideraremos en esta secci´n ecuaciones de la forma o (2.1.1) f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 = f (x1 , x2 , u) Tales ecuaciones son llamadas quasi lineales, pues si bien dependen linealmente de las derivadas (ux1 , ux2 ), es no lineal la depencia en u. Ejemplos. 1.- La ecuaci´n o f1 (x1 , x2 )ux1 + f2 (x1 , x2 )ux2 = f (x1 , x2 )u es lineal pues adem´s de ser quasi lineal la dependencia en u es lineal. A este caso a podr´n aplicarse en particular los resultados que se obtengan a continuaci´n. a o 2.- La ecuaci´n ut + a(u)ux = 0, donde las variables independientes son ahora t y x o u puede escribirse tambi´n como ut + A(u)x = 0 siendo A(u) = 0 a(s)ds. e Empezaremos a precisar algunas condiciones sobre la ecuaci´n (2.1.1); en primer o lugar se supone que f1 , f2 , f est´n definidas en un abierto Ω ⊂ R3 . Supondremos as´ a ı mismo que: 1) f1 , f2 , f ∈ C 1 (Ω), es decir, son continuamente derivables en Ω. 2) |f1 (x1 , x2 , u)| + |f2 (x1 , x2 , u)| > 0, si (x1 , x2 , u) ∈ Ω La hip´tesis 1) es una condici´n de regularidad suficiente; la hip´tesis 2) garantiza o o o que hay ecuaci´n en derivadas parciales en todo Ω. o 2.1.1. Definici´n. o Por soluci´n de la ecuaci´n (2.1.1) entendemos una funci´n, φ, definida en un o o o abierto G ⊂ R2 , φ : G −→ R, de manera que φ ∈ C 1 (G) y (1) (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) ∈ Ω. (2) Cualquiera que sea (x1 , x2 ) ∈ G se verifica f1 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx1 (x1 , x2 )+f2 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx2 (x1 , x2 ) = f (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )). Es claro que el concepto de soluci´n introducido por la definici´n anterior es de o o caracter local. En otras palabras, se considera como soluci´n al par (G, φ), pudiendo o ser G el entorno de un punto. Esta idea trae aparejada una dificultad obvia y es saber cuando dos soluciones locales, φ1 y φ2 definidas en G1 y G2 , respectivamente, pueden considerarse de alguna forma como un unico objeto. La idea es que φ1 y φ2 coincidan en G1 ∩ G2 . Podemos ´ interpretar de esta manera que φ1 y φ2 son restricciones de una misma soluci´n a o abiertos m´s peque˜os. Por tanto damos la definici´n a n o
  • 56. 58 2.1.2. Definici´n. o Entenderemos que (G1 , φ1 ), (G2 , φ2 ), son una misma soluci´n de (2.1.1) si se o verifica que φ1 |G1 ∩G2 = φ2 |G1 ∩G2 Recurriremos al significado geom´trico de la ecuaci´n para explorar como construir e o soluciones. Como resultado de este estudio geom´trico apareceran los datos que son e admisibles para plantearnos un problema de valores iniciales. Supongamos una soluci´n local de (2.1.1), o φ : G ⊂ R2 −→ R, y sea su gr´fica a Σ = {(x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) | (x1 , x2 ) ∈ G}. El vector normal a Σ es n = (φx1 , φx2 , −1). Si consideramos el campo dado por los coeficientes de la ecuaci´n, es decir, F = (f1 , f2 , f ), que est´ definido en Ω, se tiene o a que el ser φ soluci´n implica que o n, F = 0 en Σ En otras palabras F es tangente a Σ en todos sus puntos. Por tanto, parece natural intentar construir las superficies soluci´n o gr´ficas de o a soluciones, a partir de las curvas de campo asociadas al campo F, es decir, las curvas tangentes a F en cada punto. Evidentemente hay que precisar como generar superficies a partir de curvas, pero lo que es claro, es que las curvas tangentes a F son las soluciones del sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias aut´nomo siguiente: o   x1 (t) = f1 (x1 , x2 , u)  x (t) = f2 (x1 , x2 , u) (2.1.2a)  2  u (t) = f (x1 , x2 , u) A (2.1.2a) se le llama sistema caracter´ ıstico de la ecuaci´n (2.1.1). Las gr´ficas en R3 o a de las soluciones de (2.1.2a) se llaman curvas caracter´ ısticas. Teniendo en cuenta que suponemos f1 , f2 , f ∈ C 1 (Ω), para cada dato inicial (2.1.2b) 0 0 (x1 (0), x2 (0), u(0)) = (ξ1 , ξ2 , η 0 ) ∈ Ω el problema de Cauchy planteado por (2.1.2a) y (2.1.2b) tiene soluci´n local unica en o ´ virtud del teorema de existencia de Picard. Adem´s, la dependencia de las soluciones con respecto a los datos iniciales es a diferenciable bajo nuestras hip´tesis. Este resultado se conoce habitualmente como o teorema de Peano.
  • 57. 59 El lector puede encontrar los detalles sobre los resultados anteriores en las referencias dadas en la secci´n 1.1 o en M. Guzm´n, ”Ecuaciones Diferenciales Ordinarias”, o a Editorial Alhambra 1975. Precisamos a continuaci´n qu´ entendemos por generar una superficie a partir de o e las curvas caracter´ ısticas. Si fijamos una curva γ : [0, 1] −→ R3 regular, γ ∈ C 1 ([0, 1]), y cuyas coordenadas son γ(s) = (α1 (s), α2 (s), β(s)), podemos considerar la familia uniparam´trica de curvas soluciones de (2.1.2a) verifie cando para cada s el dato inicial (x1 (0), x2 (0), u(0)) = (α1 (s), α2 (s), β(s)), que denotaremos por (2.1.3) Γ(t, s) = (X1 (t, s), X2 (t, s), Z(t, s)) Para s0 fijo el vector tangente a Γ(t, s0 ) es Γt (t, s0 ) y por tanto viene dado por el segundo t´rmino del sistema caracter´ e ıstico (2.1.2a), es decir, abreviadamente, Γt (t, s0 ) ≡ F(Γ(t, s0 )) ≡ (f1 (Γ(t, s0 ), f2 (Γ(t, s0 )), f (Γ(t, s0 )) Por otra parte para t = 0 tenemos que Γ(0, s) = γ(s) y as´ el vector tangente es ı γ (s) = (α1 (s), α2 (s), β (s)) En consecuencia para que Γ(t, s) sea la parametrizaci´n de una superficie regular, o es decir, con plano tangente en cada punto y que ´ste var´ con continuidad de punto e ıe a punto, necesitamos que, al menos sobre la curva inicial, los dos vectores tangentes calculados sean linealmente independientes. Algebraicamente esto quiere decir que el rango de la matriz formada por las coordenadas de ambos vectores sea exactamente dos, es decir, (2.1.4)  f1 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α1 (s) rango  f2 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α2 (s)  = 2 f (α1 (s), α2 (s), β(s)) β (s)  Si admitimos un argumento de continuidad basado en los citados resultados de ecuaciones diferenciales ordinarias, tenemos la forma de generar soluciones param´e tricamente, a costa de suponer la condici´n (2.1.4) sobre la curva γ. o Nos referiremos a la condici´n (2.1.4) como condici´n de transversalidad de la curva o o γ y el campo que define la ecuaci´n (2.1.1) o, si se prefiere, al sistema caracter´ o ıstico.
  • 58. 60 La mayor dificultad que habremos de resolver es probar que las funciones as´ ı obtenidas definen una soluci´n de (2.1.1). Para ser m´s precisos, si pudiesemos o a probar que la condici´n (2.1.4) implica que o x1 = X1 (t, s) x2 = X2 (t, s) tiene inversa local, s = S(x1 , x2 ) t= T (x1 , x2 ) todo quedar´ reducido a establecer que ıa u = Z(T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 )) = φ(x1 , x2 ) es una soluci´n de (2.1.1). Adem´s deberemos establecer si esta es la unica soluci´n o a ´ o con el dato γ. Antes de hacer un planteamiento formal de las anteriores ideas, las vamos a ensayar en un ejemplo que nos permita hacer todos los c´lculos expl´ a ıcita y sencillamente. Seguro que de esta manera entenderemos mejor lo que hemos razonado heur´ ısticamente. Ejemplo 1. Consideramos la ecuaci´n o a1 ux1 + a2 ux2 − b = 0 donde a1 , a2 , b ∈ R y |a1 | + |a2 | > 0. Como se ve se trata de una ecuaci´n lineal. o Evidentemente las curvas caracter´ ısticas son las rectas con vector de direcci´n o (a1 , a2 , b), es decir,  0  x1 (t) = a1 t + ξ1  0 x2 (t) = a2 t + ξ2   u(t) = bt + η 0 . Tomando una curva γ(s) = (α1 (s), α2 (s), β(s)), transversal al vector (a1 , a2 , b), det a1 a2 α1 (s) α2 (s) = 0, entonces, (2.1.5) Γ(t, s) = (a1 t + α1 (s), a2 t + α2 (s), bt + β(s)) es la ecuaci´n param´trica de un cilindro de generatrices paralelas al vector (a1 , a2 , b). o e
  • 59. 61 Observaci´n. Un caso particular interesante, es cuando se tiene la ecuaci´n o o ut + cux = 0 y se toma el dato u(0, x) = φ(x). La soluci´n resulta ser φ(x − ct) que es lo que o cuando se estudie la ecuaci´n de ondas se llamar´ una onda plana. o a Tomemos en particular la curva γ(s) = (a2 s, −a1 s, s2 ). De acuerdo a la expresi´n o (2.1.5) se tiene, resolviendo el sistema lineal que resulta,  a x1 + a2 x2 t = 1 2 ,  a + a2 1 2   s = a2 x1 − a1 x2 . a2 + a2 1 2 Sustituyendo en Z(t, s) = bt + s2 , resulta u(x1 , x2 ) = b( a1 x1 + a2 x2 a2 x1 − a1 x2 2 )+( ) 2 + a2 a1 a2 + a2 2 1 2 que directamente se puede comprobar es soluci´n de la ecuaci´n. o o Tambi´n se verifica que u(a2 s, −a1 s) = s2 ; es decir, hemos determinado una sue perficie soluci´n de la ecuaci´n que sobre la curva plana o o γ ∗ (s) = (a2 s, −a1 s) toma el valor s2 . En el ejemplo 1 el resultado se ha conseguido porque hemos podido invertir expl´ ıcitamente (t, s) en t´rminos de (x1 , x2 ) al tratarse de una expresi´n lineal. e o En general el resultado de inversi´n lo dar´ el teorema de la funci´n inversa. Reo a o mitimos al lector, por ejemplo, al texto de J.E. Marsden, ”Elementary Classical Analysis”, W.H. Freeman Co. 1974, para todos los detalles sobre este resultado b´sico del a An´lisis. a Precisamos a continuaci´n las hip´tesis que hemos conjeturado: o o I) Hip´tesis sobre la ecuaci´n. o o Las condiciones que se suponen sobre la ecuaci´n (2.1.1), es decir, o L[u] ≡ f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 − f (x1 , x2 , u) = 0, son (1) f1 , f2 , f ∈ C 1 (Ω), siendo Ω ⊂ R3 un dominio abierto, es decir, un subconjunto abierto y conexo. (2) |f1 | + |f2 | > 0, para cada (x1 , x2 , u) ∈ Ω.
  • 60. 62 II) Hip´tesis sobre la curva dato. o Sobre la curva dato se hacen las hip´tesis siguientes: o (1) γ ∈ C 1 (I), donde I ⊂ R es un intervalo, y γ(s) ∈ Ω para cada s ∈ I que lo que quiere decir es que se trata de una aplicaci´n o γ : I −→ Ω ⊂ R3 (2) |α1 (s)| + |α2 (s)| > 0 sobre el intervalo I. Es claro que esta condici´n establece o que en ning´n punto la curva tiene tangente paralela al eje Ou. u (3) La condici´n de transversalidad (2.1.4) se postula tambi´n sobre las dos primeras o e coordenadas, es decir se supone que det f1 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α1 (s) f2 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α2 (s) =0 para cada s ∈ I. Es claro que las hip´tesis 2) y 3) se pueden hacer sobre otro par de coordenadas, o entonces se definir´ la coordenada restante como funci´n de ellas. a o Planteamiento del problema de Cauchy. El problema de Cauchy, o problema de valores iniciales, se plantea en los siguientes t´rminos e Problema. Dada la ecuaci´n o L[u] ≡ f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 − f (x1 , x2 , u) = 0 y la curva dato γ(s) = (α1 (s), α2 (s), β(s)), encontrar una funci´n o φ : G ⊂ R2 −→ R, φ ∈ C 1 (G), tal que: i) (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) ∈ Ω si (x1 , x2 ) ∈ G, ii) φ verifica la ecuaci´n, en el sentido que si (x1 , x2 ) ∈ G entonces o f1 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx1 (x1 , x2 ) + f2 (x1 , x2 , φ(x1 , x2 ))φx2 (x1 , x2 ) = = f (x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) iii) φ(α1 (s), α2 (s)) = β(s) para s ∈ I
  • 61. 63 La expresi´n problema de valores iniciales queda justificada porque buscamos una o funci´n soluci´n de la ecuaci´n tal que sobre la curva plana (α1 (s), α2 (s)) tome el valor o o o β(s). Es tanto como decir que la superficie soluci´n (gr´fica de la funci´n soluci´n) o a o o contiene la curva tridimensional γ. Como qued´ dicho anteriormente, el concepto de soluci´n que usamos es de caracter o o local, es decir, se considera el par (G, φ). Por esta raz´n cuando se hable de unicidad, o habr´ que entenderlo como se precisa en la definici´n (2.1.2). a o 2.1.3. Teorema. Consideremos el problema de Cauchy (P ) f1 (x1 , x2 , u)ux1 + f2 (x1 , x2 , u)ux2 − f (x1 , x2 , u) = 0 u(α1 (s), α2 (s)) = β(s), donde la ecuaci´n y el dato verifican las hip´tesis I) y II) anteriores. o o Entonces, el problema (P) tiene una unica soluci´n local u, con derivadas primeras ´ o continuas. Demostraci´n. o 1.- Existencia. Comenzamos probando la existencia de al menos una soluci´n local o regular, siguiendo los razonamientos geom´tricos anteriores. Para ello, consideramos e el problema de Cauchy para el sistema caracter´ ıstico   dx1   dt    dx2  dt    du   dt = f1 (x1 , x2 , u) = f2 (x1 , x2 , u) = f (x1 , x2 , u), con dato inicial para s fijo,   x1 (0) = α1 (s)  x2 (0) = α2 (s)   u(0) = β(s). El teorema de existencia y unicidad para ecuaciones diferenciales ordinarias establece, que el problema de Cauchy anterior tiene una unica soluci´n, ´ o (2.1.6)   x1 = φ1 (t, α1 (s), α2 (s), β(s)) ≡ X1 (t, s)  x2 = φ2 (t, α1 (s), α2 (s), β(s)) ≡ X2 (t, s)   u = φ3 (t, α1 (s), α2 (s), β(s)) ≡ Z(t, s).
  • 62. 64 Adem´s en un entorno del punto (0, s) se tiene que la funci´n vectorial, a o (t, s) −→ (X1 (t, s), X2 (t, s), Z(t, s)) definida por (2.1.6) es continuamente derivable, en virtud del teorema de Peano sobre la regularidad de la soluci´n de una ecuaci´n diferencial ordinaria respecto a los datos o o iniciales. De esta manera la funci´n vectorial (2.1.6) define param´tricamente una supero e ficie C 1 (G(0, s)) donde G(0, s) es un entorno del punto (0, s), pues la condici´n de o transversalidad se escribe como sigue X1s (0, s) X1t (0, s) X2s (0, s) = X2t (0, s) α1 (s) f1 (α1 (s), α2 (s), β(s)) α2 (s) = 0. f2 (α1 (s), α2 (s), β(s)) El teorema de la funci´n inversa implica, entonces, que en un entorno de (0, s) la o funci´n, (X1 (t, s), X2 (t, s)) tiene inversa continuamente derivable, o t= T (x1 , x2 ) s = S(x1 , x2 ), es decir, x1 = X1 (T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 )) x2 = X2 (T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 )) y 0 = T (α1 (s), α2 (s)) s= S(α1 (s), α2 (s)). Definimos u(x1 , x2 ) = Z(T (x1 , x2 ), S(x1 , x2 )) y probaremos que es soluci´n del problema de Cauchy. o En efecto, f1 ux1 + f2 ux2 = f1 (Zt Tx1 + Zs Sx1 ) + f2 (Zt Tx2 + Zs Sx2 ) = (2.1.7) = Zt (f1 Tx1 + f2 Tx2 ) + Zs (f1 Sx1 + f2 Sx2 ) = Zt (X1t Tx1 + X2t Tx2 ) + Zs (X1t Sx1 + X2t Sx2 ) donde se ha tenido en cuenta que (X1 , X2 ) es soluci´n del sistema caracter´ o ıstico. De otra parte, se observa que X1t Tx1 + X2t Tx2 = 1 X1t Sx1 + X2t Sx2 = 0 pues son un t´rmino de la diagonal principal y otro fuera de ella respectivamente, de e la matriz producto de las matrices jacobianas de (X1 , X2 ) y (T, S) que son funciones
  • 63. 65 inversas. Si adem´s se tiene en cuenta que al ser Z la tercera componente del sistema a caracter´ ıstico, Zt = f , (2.1.7) se convierte en f1 ux1 + f2 ux2 = f, es decir, u es soluci´n de la ecuaci´n. Que verifica el dato se comprueba en la siguiente o o cadena de identidades u(α1 (s), α2 (s)) =Z(T (α1 (s), α2 (s)), S(α1 (s), α2 (s))) = = Z(0, s) = β(s) 2.- Unicidad. La unicidad resulta como consecuencia del siguiente resultado. 2.1.4. Lema. Sea S = {(x1 , x2 , φ(x1 , x2 )) ∈ G × R} una superficie soluci´n y P un punto de S. o Si Γ(t) = (x1 (t), x2 (t), z(t)) es la caracter´ ıstica tal que P = Γ(0), entonces se verifica que Γ(t) ∈ S para cada t tal que (x1 (t), x2 (t)) ∈ G. Demostraci´n. o Basta considerar la funci´n U (t) = z(t) − φ(x1 (t), x2 (t)) y probar que puesto que o U (0) = 0, se verifica U (t) ≡ 0. Pero se tiene tras derivar que U (t) = f (x1 (t), x2 (t), z(t)) − φx1 (x1 (t), x2 (t))x1 (t) − φx2 (x1 (t), x2 (t))x2 (t) = f (x1 (t), x2 (t), U (t) + φ(x1 (t), x2 (t)))− (2.1.8) − φx1 (x1 (t), x2 (t))f1 (x1 (t), x2 (t), U (t) + φ(x1 (t), x2 (t)))− − φx2 (x1 (t), x2 (t))f1 (x1 (t), x2 (t), U (t) + φ(x1 (t), x2 (t))) ≡ ≡ F (t, U (t)), ya que, evidentemente, z(t) = U (t) + φ(x1 (t), x2 (t)). De (2.1.8) se tiene que U verifica (P O) U (t) = F (t, U (t)) U (0) = 0. Como φ es una soluci´n de la ecuaci´n de (2.1.1), se comprueba que la funci´n V (t) ≡ 0 o o o es soluci´n de (PO); basta sustituir la funci´n nula en (2.1.8). o o La unicidad de soluci´n para ecuaciones diferenciales ordinarias implica que neceo sariamente, entonces, U (t) ≡ 0. Una lectura adecuada del lema anterior establece la unicidad para el problema de Cauchy de la ecuaci´n de primer orden quasi lineal que estamos estudiando. A saber, o la existencia se obtiene construyendo la soluci´n con caracter´ o ısticas y el lema (2.1.4) prueba que si una caracter´ ıstica tiene un punto en com´n con una soluci´n, los tiene u o todos.