El documento explica que las tendencias se pueden detectar a través de la observación y análisis de cambios en la sociedad, como los estilos de vida, la tecnología y las preocupaciones sociales. Las tendencias pasan por diferentes fases, desde emergentes hasta maduras y en declive, y afectan los productos que las empresas deciden manufacturar. Existen diferentes fuentes para identificar tendencias como revistas, ferias y estudios de tendencias especializados.
1. Tendencias y la observación de la realidad
Silvia Rodríguez Vives
A la hora de plantear nuevos productos que manufacturar en nuestra empresa nos
surgen infinidad de cuestiones a tener en cuenta, tanto relativas su futura producción, coste de
fabricación, modo en el que se va a comercializar, canales de distribución, etc. Cómo no,
también nos deberíamos preguntar: ¿a quién se dirige nuestro producto?, ¿qué necesita,
quiere o está dispuesto a comprar nuestro futuro consumidor?, y entonces ¿qué características
estéticas, formales, funcionales tiene que tener nuestro producto para que se adecue a nuestro
usuario objetivo?
Estas respuestas parecen estar fuera de nuestro alcance, y en el momento en el que nos las
planteamos desearíamos disponer de artilugios que nos transportaran al futuro para echar un
vistazo, o de una bola de cristal donde poder vislumbrarlo.
Sin embargo, no necesitamos adivinarlo mientras tengamos la capacidad de observar y
analizar la realidad. Existen ciertas pautas y señales que nos permiten ver cómo evoluciona el
consumidor, cuáles son sus gustos y sus actitudes, en definitiva cuál es su estilo de vida y
cómo cambia. También podemos observar cómo surgen y se desarrollan corrientes estéticas,
tanto en arte, arquitectura, hábitat y diseño, y cómo florecen nuevas inquietudes sociales que,
como la búsqueda de lo sostenible, se van extendiendo hasta alcanzar a amplios colectivos. En
ocasiones, son los avances tecnológicos los responsables de cambios de hábitos y de nuestras
formas de relacionarnos. Y es que existe en la sociedad una imperiosa necesidad de
renovación que se da en todos los ámbitos de nuestra vida.
Todos estos cambios en la sociedad y en nuestro entorno, todas las inquietudes humanas se
reflejan y necesitan ser reflejadas en lo que nos rodea, desde nuestras formas de relacionarnos
y habitar hasta los productos que utilizamos en nuestra vida cotidiana. Existe una continua
retroalimentación entre los hábitos que generan objetos y los que crean hábitos. Ello influye de
manera directa o indirecta, pero siempre determinante, en el producto que fabricamos y
viceversa, es decir, desde los objetos que fabricamos podemos actuar activamente en las
transformaciones de la vida cotidiana, esto se hace más evidente con la introducción de la
tecnología.
En este sentido, la introducción y respuesta masiva de la telefonía móvil ha supuesto un
cambio de hábito en la comunicación de una gran parte de la sociedad. Otro ejemplo consiste
en la cada vez más insistente y necesaria apelación que desde el ámbito social se está
haciendo a la conciencia y responsabilidad del ser humano en cuanto a sus acciones que
afectan al medio en el que vivimos. Ello ha repercutido de manera decisiva en la generación de
una serie de empresas y productos que dan respuesta a este clamor, desde la bio-arquitectura
hasta los productos reciclables / reciclados y la alimentación biológica, posteriormente han sido
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2. Tendencias y la observación de la realidad
los gobiernos los que han asumido esta responsabilidad de un modo más activo traduciéndola
en legislación y acciones promotoras de protección del medio e investigación de energías
renovables, etc.
Entonces, ¿cómo se generan las tendencias? Estas se pueden generar desde cualquier
ámbito, desde los avances tecnológicos hasta los cambios sociales, desde las nuevas estéticas
y expresiones del arte o la arquitectura hasta las propuestas de producto provenientes de
empresas.
Por ello, vemos que es posible, a partir de la observación y el análisis de la realidad (arte,
arquitectura y diseño, evolución de los estilos de vida, cambios sociales y de consumo,
avances tecnológicos, moda, etc.) determinar cómo ésta va a evolucionar, y además mientras
tanto obtendremos otro dato muy importante: cómo es esta realidad en este preciso momento.
De éste análisis se pueden determinar las tendencias en los ámbitos que nos interesen y
actuar en consecuencia.
Ahora bien, en muchas ocasiones se habla de tendencias de una manera muy vana, muy
general, suponiendo que todos conocemos su significado exacto, o al menos que todos nos
referimos al mismo. Esta suposición hace que en muchas ocasiones varios interlocutores no
terminen de entenderse. Entonces, ¿qué es tendencia?
Definimos tendencia como una serie de pautas comunes (estéticas, formales, funcionales y
conceptuales) que identifican a uno o múltiples ámbitos y que tienen propensión a evolucionar
en el tiempo, es decir, no es un hecho puntual, sino con trascendencia en el tiempo. Para poder
comprender una tendencia tenemos que conocer las causas que la impulsan, a qué grupo
social identifica, cuáles son las características que la describen y en qué momento se
encuentra, es decir, si es incipiente o ya está asumida.
Esto es, una tendencia no es un hecho meramente anecdótico o aislado, quizás en un
principio lo pueda ser, pero es más bien la evolución de ciertas pautas y conceptos. Haremos
referencia al neo-minimalismo, esta vez fue la arquitectura la que se encargó de recuperar esta
tendencia a principios de los años 90 y en especial arquitectos como Jon Pawson fueron los
que la trasladaron a ámbitos cotidianos, generando interiores para la moda, mobiliario e incluso
introduciéndose a elementos de baño. A partir de entonces se ha ido asumiendo esta estética
que se corresponde a los muebles de líneas depuradas donde el blanco y la madera natural
protagonizan los ambientes, así como la piedra natural y el cemento gris. La tendencia general
sería el neo-minimalismo al que nos hemos referido, el cual por supuesto evoluciona, pero
mantiene unas pautas y unos conceptos de base, como lo son la austeridad y la eliminación de
lo superfluo, la honestidad de los materiales y el acercamiento a lo natural. Lo puntual, como el
hecho de que el mobiliario utilice la madera de wenge, se considera un reflejo y una
consecuencia de la propia tendencia, un reflejo que irá evolucionando en el tiempo, con el paso
del mismo se irán introduciendo otro tipo de maderas u otros materiales también considerados
honestos.
Por otro lado, las tendencias tienen un ciclo de vida y unas fases, la duración de las mismas
dependerá en gran medida de la evolución de las causas y factores que las han impulsado.
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3. Tendencias y la observación de la realidad
Así, nos encontramos con una tendencia emergente cuando se empieza a vislumbrar un
conjunto de objetos y expresiones que la representan, pero que resultan minoritarios y
exclusivos a un pequeño rango de la población ávido de novedades (es el concepto de
tendencia más extendido). Llega un momento en el que esta tendencia se va haciendo cada
vez más mayoritaria, se extiende a otros ámbitos, a más consumidores y a más productores,
ahora se encontraría en una fase madura. Llegará el declive de esta tendencia cuando aquello
que la causó ya no se encuentre tan presente, se vaya difuminando y al fin ya no tenga interés.
El caso que nos ha ocupado antes, el neo-minimalismo, era algo exclusivo en sus comienzos
cuando sólo se reflejaba en la arquitectura, una vez llegó al interiorismo, sobretodo de tiendas
de alta costura, esta estética comenzó a trascender y generalizarse. El mobiliario se simplificó y
depuró, el blanco y el gris se tomó como base para los ambientes exentos de decoración, y
cada vez más fabricantes de mobiliario, y junto a ellos los de objetos de decoración y
recubrimientos, asumieron esta estética que ya era fuertemente demandada por un consumidor
ávido de cambios que se identificaba con los principios que transmite.
Cabe señalar que el conocimiento de las tendencias, si bien no supone una fórmula mágica
para que un producto tenga éxito, pues ello depende de muchas más variables (su
comunicación y distribución, por ejemplo), sí constituye una herramienta indispensable para
que este producto cumpla el objetivo que se había establecido para él desde la empresa. Este
conocimiento nos acerca a las respuestas que nos planteábamos porque nos dan una
información muy valiosa en cuanto a nuestros consumidores, sus gustos, las diversas estéticas
y conceptos del momento, y sobretodo nos ayudan a elegir en qué contexto queremos situar
nuestro producto.
Dirigir nuestro nuevo producto a un sector amplio de consumidores supondrá situarse dentro
de una tendencia madura y asumida (que aún tiene una continuidad en el tiempo), si por el
contrario queremos estar en lo que se plantea como tendencia emergente e incluso generarla
tendremos que ser conscientes de que habremos de dirigirnos a un tipo concreto de
consumidor, y por lo tanto a unos canales de distribución diferentes a los masivos, quizás no
tenga tanta repercusión económica para nuestra empresa, pero a cambio podríamos ganar en
imagen. En todo caso, el producto no acaba cuando sale de fábrica, comienzan allí otras
etapas de su vida, su comunicación y su distribución, las cuales deben ser acordes con la
propia empresa, con el producto y con el consumidor al que se dirige.
Hemos hablado de qué son las tendencias, cómo se generan y evolucionan, pero ¿cómo se
detectan? Hemos comentado que a partir de la observación de la realidad, desde luego, pero
no sólo contamos con esto, también con nuestra capacidad de análisis e interpretación.
Ahora bien, existen muchos niveles de profundidad de esta observación, los coolhunters o
cazadores de tendencias detectan las señales débiles o lo más nuevo (lo que hemos
considerado como reflejo de las tendencias emergentes), no analizan profundamente esta
información (¿por qué surge, tiene continuidad, se enlaza con algún otro hecho?) sino que dan
pistas puntuales que necesitan ser interpretadas. Se trata de una información muy válida y muy
accesible que a cambio necesita de un análisis exhaustivo. Existen numerosas páginas web
que tratan así la información, www.no-garlic-please.com , www.thecoolhunter.net , etc.
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4. Tendencias y la observación de la realidad
En otro nivel que trata de interpretar esta vorágine de información se sitúan empresas que se
dedican exclusivamente al estudio y análisis de tendencias, con más o menos rigurosidad y
fiabilidad tanto en la observación como en el análisis y sus resultados se dirigen casi siempre a
diseñadores, aunque algunos se enfocan a gerencia y marketing. Son más numerosos los
estudios de tendencias que se refieren a moda, pero también se realizan a nivel de interiorismo
y caracterizan cada vez más al consumidor. Algunos de estos gabinetes realizan
investigaciones ad hoc y ofrecen asesoramiento en cuanto a nuevos productos y estrategia de
producto de la empresa. Nos encontramos con empresas como www.trendstop.com , www.de
signboom.com
,
www.flylosophy.com
, Mode information, Promostyl o Future Concept Lab.
En este sentido, desde ITC, junto a AIDIMA y AITEX y gracias al apoyo del IMPIVA ,
proponemos el Observatorio de Tendencias del Hábitat, que entrará en funcionamiento durante
el año 2006 y el cual proporcionará a las empresas de la Comunidad Valenciana información
sobre las tendencias actuales del hábitat, tanto a nivel de producto, interiorismo como de
comunicación y distribución del mismo. Éste caracterizará tanto las causas de la tendencia, sus
pautas, su momento y el consumidor que se identifica con la misma.
En cuanto a publicaciones, las hay de carácter muy diverso y existen una enorme cantidad de
ellas, desde las publicaciones periódicas como Neo2, Alter Ego, Vanidad o BEople entre otras
que tratan de lo más avanzado en cultura, moda y sociedad hasta la edición de publicaciones
de estudios sociales referentes a tendencia. Entre tanto se encuentran revistas como
Intramuros, Frame, Domus o Creative que nos ponen al día del interiorismo, arquitectura,
diseño y comunicación más contemporánea y un gran repertorio de ediciones temáticas y
monográficas que tratan estos temas en profundidad.
Otra de las fuentes que nos pueden llevar a hacernos una idea de las tendencias en el
hábitat es la asistencia a ferias dedicadas a los diversos sectores que sean de nuestro interés,
en el caso del hábitat, salones como 100% Design en Londres y el Salón Satélite de Milán
toman el pulso a lo más avanzado en cuanto a diseño.
Puede resultar masiva la información que nos puede llegar sobre tendencias, por lo tanto
resulta muy importante tener la capacidad de seleccionar aquella o aquellas que se adecuen
más a nuestras necesidades y además sean fiables. Por ello es importante mantener la
capacidad crítica a través del contraste con varias fuentes, ya sean primarias, como son las
publicaciones periódicas o la asistencia a ferias, o secundarias como la consulta de informes
específicos con la información ya analizada.
Año 2007
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