5. Realiza:
Esta publicación es una producción de Socialinnova (Consultores de Comunicación e
Innovación Social SL) con la cofinanciación de la Consejería de Presidencia de la
Junta de Andalucía.
Autores:
Jaume Albaigès. Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universitat Politècnica de
Catalunya y ejerce como consultor tecnológico para diferentes organizaciones.
Alfonso Carlos Morales Gutiérrez. Profesor titular de Organización y Administración
de Empresas y Recursos Humanos en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresa-
riales-ETEA adscrita a la Universidad de Córdoba.
Ana Rosa del Águila Obra. Doctora en Administración de Empresas y Profesora Titu-
lar de la Universidad de Málaga. Investigadora miembro del grupo de investigación E-
business en España (SEJ 356).
Antonio Padilla Meléndez. Doctor en Administración de Empresas por la Universidad
de Málaga y Profesor Titular de Universidad de Málaga. Investigador miembro del
grupo de investigación E-business en España (SEJ 356).
Juan Manuel de la Nuez. Consejero Delegado de la Agencia SCPF del proyecto “Esto
solo lo arreglamos entre todos”.
Agustín Bel Vignal. Diplomado en Magisterio y experto Universitario en Teleformación
Nuevas Tecnologías para el aprendizaje a través de
Internet. Universidad de Sevilla.
Miguel A. García Salguero. Periodista y consultor experto en comunicación e innova-
ción social. Experto en Internet y e-commerce por la Universidad de Alcalá de Henares.
Investigador miembro del grupo de investigación E-business en España (SEJ 356).
Edita:
Socialinnova (Consultores de Comunicación e Innovación Social SL)
Avda. Italia, 1 Bl. H 1º A - 41012 Sevilla
info@socialinnova.es - www.socialinnova.es
Tel. 671 991 311 - Fax: 955 290 101
Impresión:
Módulo Gráfico Servicios Integrales de Impresión SLL
Calle Sociología, 26 - 41015 Sevilla
Tel. 954 975 800
info@modulografico.com
6. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
Indice
Introducción ........................................................... 7
Claves para comprender la innovación social.
Alfonso Carlos Morales Gutiérrez .......................................... 13
Innovación Social & Inclusión Social en Europa.
Miguel A. García Salguero ................................................ 41
La innovación en el tercer sector.
Jaume Albaigès ......................................................... 51
La innovación social en la Unión Europea.
Análisis de las aportaciones de las Sociedades Laborales
Andaluzas a través de un estudio de casos.
Ana Rosa del Aguila Obra - Antonio Padilla Meléndez ........................ 57
Hacia la educación 2.0: Redes Sociales y Educación.
Agustín Bel Vignal ....................................................... 71
Estosololoarreglamosentretodos.org.
Juan Manuel de la Nuez ................................................. 97
Andalucía Compromiso Digital.
Proyecto de Innovación Social............................................. 105
5
7.
8. Introducción
Introducción
“Europa necesita impulsar su capacidad de creatividad e innovación, por motivos tanto socia-
les como económicos. El Consejo Europeo ha reconocido en repetidas ocasiones que la in-
novación es fundamental para la capacidad de Europa de responder efectivamente a los
desafíos y oportunidades de la globalización, lo que requiere que se potencien las aptitudes
creativas básicas de toda la población. En particular, se necesitan aptitudes y competencias
que permitan a las personas percibir el cambio como una oportunidad y estar abiertas a nue-
vas ideas que promuevan la innovación y la participación activa en una sociedad culturalmente
diversa y basada en el conocimiento”.
DECISIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO
relativa al Año Europeo de la Creatividad y la Innovación 2009
Con el lema “Imaginar. Crear. Innovar” la Comisión Europea declaraba el año 2009 como el
Año Europeo de la Creatividad y la Innovación, cuyo objetivo era promover los planteamientos
creativos e innovadores en diferentes sectores de la actividad humana y contribuir a que la
Unión Europea esté mejor equipada para los desafíos futuros en un mundo globalizado.
Poniendo de relieve la creatividad y la innovación, la UE aspira a conformar el futuro de Europa
en el contexto de la competencia global estimulando el potencial creativo e innovador que
todos tenemos. La UE ha ofrecido durante 2009 un marco para concienciar sobre los asuntos
tratados y promover un debate político sobre cómo aumentar el potencial creativo e innovador
de Europa. Y al igual que ocurriera con Años Europeos anteriores, las medidas han incluido
7
9. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
campañas de promoción, actos e iniciativas a escala europea, nacional, regional y local.
Por su parte, la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía establecía durante
2009 un programa de ayudas para la realización de actividades informativas, divulgativas y
de formación relacionadas con la Unión Europea. Tal y como aparece en el preámbulo de la
propia orden el objetivo de la misma es favorecer la participación activa de la ciudadanía en
el proceso de integración europea a través de la promoción de la reflexión y del debate sobre
los diferentes aspectos de la misma y el fortalecimiento de la información sobre la Unión Eu-
ropea como elementos facilitadores de su integración, así como la profundización en el cono-
cimiento de la estrategia de la Unión Europea ante los nuevos retos planteados por la
globalización y la integración, mediante el análisis de las políticas comunitarias y la informa-
ción, divulgación y formación sobre el contexto normativo europeo en el que se desarrollan
dichas políticas.
En dicha orden se establecía como prioridad el desarrollo de proyectos relacionados con el
Año Europeo de la Creatividad y la Innovación a través de actuaciones de divulgación, infor-
mación y formación a la ciudadanía andaluza, actuaciones que permitieran respaldar los es-
fuerzos de los Estados miembros para promover la creatividad por medio del aprendizaje
permanente, como motor de la innovación y como factor clave del desarrollo.
Es en este contexto en el que se engloba este proyecto, liderado por la empresa SOCIALIN-
NOVA (Consultores de Comunicación e Innovación Social SL), que ha contado con la cofi-
nanciación de la Consejería de Presidencia y la colaboración de investigadores y expertos en
Innovación Social, dando lugar a una publicación de referencia en este ámbito no sólo por la
calidad de sus autores, sino también por la diversidad de sus contenidos. “La innovación social,
motor de desarrollo de Europa” pretende despertar la curiosidad, hacer una llamada de aten-
ción, provocar en el lector el interés por la innovación social, el emprendimiento ciudadano y
colectivo, la democracia participativa, la posibilidad de ofrecer respuestas diferentes a viejos
problemas o innovadoras y creativas respuestas a novedosas necesidades sociales, cultura-
les, sanitarias, educativas que se dan en un mundo globalizado que reclama diferentes formas
de hacer las cosas.
La innovación es un fenómeno social, que implica a personas, organizaciones y a la sociedad
en su conjunto. Las personas son el eje central del proyecto Socialinnova y también de esta
publicación y es por ello que su lectura persigue contribuir a proporcionar un cambio cultural
que potencie valores vinculados a la educación y la formación, a la igualdad de género, a la
inclusión y a la diversidad, a la participación, a la calidad del empleo, a la responsabilidad so-
8
10. Introducción
cial de las organizaciones, y otros como la creatividad, el compromiso y el espíritu emprende-
dor.
Arrojar un poco de luz al concepto de la innovación social y establecer las claves para com-
prender que es la innovación social es el objetivo del primer capítulo, elaborado por Alfonso
Carlos Morales Gutiérrez, Profesor titular de Organización y Administración de Empresas y
Recursos Humanos en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales-ETEA adscrita
a la Universidad de Córdoba. Carlos Morales es investigador de la Fundación ETEA para el
Desarrollo y la Cooperación y experto en materias que giran en torno a las organizaciones no
lucrativas, el cooperativismo, la economía social y la innovación social.
La Innovación social & Inclusión social en Europa es el título del segundo capítulo, realizado
por Miguel A. García Salguero, periodista, investigador y experto consultor en proyectos de
comunicación, innovación social y proyectos de cooperación al desarrollo. En este capítulo,
el autor trata de esbozar la importancia de la necesidad de despertar una actitud creativa, par-
ticipativa e innovadora en el Tercer Sector y en la ciudadanía europea como elemento trans-
formador a la hora de generar y desarrollar políticas de inclusión social.
La necesidad de que las entidades del Tercer Sector se sumen a esta iniciativa de cambio, a
ese movimiento transformador que reclama el trabajo en red y la utilización de herramientas
tecnológicas innovadoras es el objetivo del tercer capítulo. “La innovación en el tercer sector”
es un artículo elaborado por Jaume Albaigès, autor del blog TecnolONGia (http://www.tecno-
longia.org) sobre el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en el
ámbito de las organizaciones no lucrativas. Es Ingeniero de Telecomunicaciones por la Uni-
versitat Politècnica de Catalunya y ejerce como consultor tecnológico para diferentes organi-
zaciones. Ha desempeñado cargos directivos en diversas entidades y actualmente es miembro
de la Junta Directiva del Observatorio del Tercer Sector.
La innovación social también se puede aplicar (y así debiera ocurrir) a la política y a la eco-
nomía, y por ende a las empresas. Las empresas también influyen en el desarrollo social y
local de nuestros pueblos y ciudades, y también influyen en la construcción o destrucción de
un territorio o de una sociedad igualitaria y democrática. Las empresas de economía social, y
en concreto las sociedades laborales, han demostrado una forma diferente de hacer empresa
y han demostrado que la innovación en los procesos de gestión contribuyen a generar em-
presas competitivas sin necesidad de dejar de lado a las personas como centro de la empresa.
En este cuarto capítulo, “La innovación social en la Unión Europea. Análisis de las aportacio-
nes de las Sociedades Laborales Andaluzas a través de un estudio de casos”, Ana Rosa del
9
11. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
Aguila Obra y Antonio Padilla Meléndez, Doctores en Administración de Empresas y Profeso-
res Titulares de la Universidad de Málaga exponen los resultados de un estudio sobre la in-
novación en la gestión de las sociedades laborales andaluzas.
La innovación educativa implica acciones vinculadas con actitudes y procesos de investigación
para la solución de problemas que comportan un cambio en la práctica educativa. Nuevos sis-
temas educativos y nuevas herramientas tecnológicas a disposición del profesorado y alum-
nado invitan a pensar en nuevas formas de educar, de enseñar, de participar, de aprender.
Hacia la educación 2.0: Redes Sociales y Educación es la reflexión, en torno a este tema de
actualidad, que nos proporciona Agustín Bel Vignal, diplomado en Magisterio y experto en e-
learning por la Universidad de Sevilla y consultor experto en proyectos de innovación social y
desarrollo tecnológico.
Hace unos meses Jaime, un profesional del marketing, creyó que había que hacer algo para
darle la vuelta a la situación de desánimo que la crisis ha provocado en todos nosotros. Creyó
que para arreglar la situación lo primero que había que conseguir era recuperar la confianza.
Y se puso en marcha. Hizo lo que sabe hacer: redactó un plan de marketing. Lo compartió y
perfeccionó con Susana, su mujer.
Cuando estuvo listo lo presentaron a las Cámaras de Comercio, y como también estaban pen-
sando lo mismo que pensamos todos, se entusiasmaron con el proyecto y decidieron contár-
selo a algunas de las empresas más importantes del país para buscar su apoyo. Esas
compañías no lo dudaron, y decidieron apoyar la iniciativa de forma anónima y desinteresada.
Como resultado de este apoyo, se creó la Fundación Confianza y nació la iniciativa Estosolo-
loarreglamosentretodos.org. Juan Manuel de la Nuez, consejero delegado y responsable en
la agencia SCPF del proyecto “esto solo lo arreglamos entre todos” reflexiona en un artículo
sobre esta iniciativa.
La publicación finaliza con la presentación de una experiencia exitosa en el ámbito de la in-
novación social en Andalucía. Andalucía Compromiso Digital es un proyecto solidario promo-
vido por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía que tiene
como objetivo acercar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) a toda la
sociedad andaluza, y especialmente a aquellos colectivos más vulnerables a través de la par-
ticipación solidaria del voluntariado. Se trata de mostrar a todos, especialmente a quienes aún
no se han atrevido a acercarse a estas tecnologías, qué beneficios pueden aportarnos en
nuestra vida diaria, en el trabajo, en el tiempo de ocio, para nuestro desarrollo personal, ha-
ciendo nuestra día a día un poco más fácil.
10
12. Introducción
Confiamos que la lectura de este libro resulte amena, pero sobre todo inspiradora, creativa e
imaginativa y ayude a despertar iniciativas, a emprender proyectos nuevos, a compartir ideas
y participar en el desarrollo de una sociedad europea innovadora cuyo fin sea la mejora de la
calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas.
11
13.
14. Claves para comprender la innovación social
Claves para comprender
la innovación social
Alfonso Carlos Morales Gutiérrez
Facultad de CC. Empresariales (ETEA).
Centro adscrito a la Universidad de Córdoba.
1. ¿QUÉ ES LA INNOVACIÓN SOCIAL?
No existe un concepto unívo de innovación social. Como sucede con muchos términos existen
diversas aproximaciones, coincidentes en algunos aspectos y en otros no, que enfatizan de-
terminados rasgos, en función de la disciplina desde la que uno se aproxime (Chambon et al,
1982). La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) define la innovación
social como nuevos procesos, prácticas, métodos o sistemas para llevar a cabo procesos
tradicionales o tareas nuevas que se hacen con participación de la comunidad y los benefi-
ciarios. Estos se transforman en actores de su propio desarrollo, fortaleciendo así el senti-
miento de ciudadanía”. Para otros, también incluiría aquellas iniciativas originales que mejoran
la eficacia de la acción pública. Muchos identifican la innovación social con las aplicaciones
sociales de la innovación tecnológica e incluso la parte ésta que corresponde a la participación
y la gestión del talento humano.
Para nosotros una innovación social consistiría en una acción endógena o intervención exó-
gena (surgida desde las personas necesitadas o desde las que quieren ayudar) de desarrollo
social (que mejora el bienestar y/o la cohesión social) que a través de un cambio original/no-
vedoso (se produce una situación diferente a la preexistente) en la prestación de un servicio
o en la producción de un bien (admite diferentes formas de manifestación intangibles y/o tan-
gibles) logra unos resultados (existen indicadores objetivables del cambio producido) gene-
ralmente a través de un sistema en red (adquieren mayor protagonismo las relaciones
interorganizativas más que las intraorganizativas) y que tiene potencial de ser reproducible
(tiende a su difusión ilimitada en lugar de su reproducción restringida o controlada).
13
15. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
En este trabajo proponemos algunas claves que nos pueden ayudar a comprender mejor el
alcance de este concepto emergente. En primer lugar, analizamos los factores del entorno
que han propiciado su popularidad creciente. Seguidamente destacaremos -a partir de ciertos
denominadores comunes de experiencias innovadoras como del análisis que hemos realizado
desde diversas aproximaciones teóricas- algunos de sus rasgos más significativos. En un ter-
cer momento, señalaremos algunas pautas que pueden propiciar la innovación social. Por úl-
timo abordaremos algunas estrategias que pueden ayudar a la generación de un marco
propicio para el desarrollo de este fenómeno.
2.¿POR QUÉ EMERGE EL CONCEPTO DE INNOVACIÓN SOCIAL?
Puede ser interesante para comprender por qué la innovación social tiene cada vez mayor in-
terés establecer algunas tendencias que impulsan la concreción y el desarrollo del fenómeno
de la innovación social, tal y como lo hemos definido. Estas tendencias se perciben en agentes
clave tales como el Estado, la empresa, el Tercer Sector y la sociedad en general.
2.1. Cambios en el modelo de Estado
Los cimientos del Estado del Bienestar en la Unión Europea durante las últimas décadas han
sido sacudidos por profundas transformaciones. Esta situación ha generado una crisis de con-
fianza en las instituciones tradicionales del sistema que fueron capaces de dar respuesta ade-
cuada a muchos desafíos económicos y sociales. Las opciones neoliberales –que enfatizan
el protagonismo del mercado en detrimento del Estado- o las opciones más sociales –que en-
fatizan la función protectora del sector público- siguen formulando sus propuestas en un difícil
equilibrio en donde están en juego tanto su eficacia –buenos servicios- como su eficiencia –
cuál es el tamaño ideal del Estado y cuánto se necesita para soportarlo-. Los próximos años
son clave: la Estrategia de Lisboa fue en fracaso y se precisa un Modelo Social Europeo to-
davía implícito en la Estrategia 2020.
Ante esta situación el sistema organizativo de la Administración tiene que adaptarse a los nue-
vos cambios sociales, incorporar las nuevas técnicas de gestión, utilizar los nuevos instru-
mentos y las nuevas estrategias de actuación y estar abierto a la innovación. Entre los focos
de atención destacan la Evaluación de Políticas Públicas y la configuración híbrida de los sis-
temas organizativos: quiénes son –en su caso- los aliados para cumplir los objetivos públicos
y cómo se incorporan, implican y controlan en la acción pública.
14
16. Claves para comprender la innovación social
2.2. Cambios en el modelo empresarial
Ya sea por necesidades de legitimación (el daño de los intereses privados que tanto daño han
hecho a la sociedad), demanda social o moda (imitar lo que hacen otras), las empresas -de
toda índole- comienzan a plantearse dentro de su acción no sólo el impacto económico de
sus actuaciones sino la responsabilidad de las mismas de cara a la sociedad que las acoge.
Cuando este planteamiento lo ponen en acción surge la necesidad no sólo de hacer algo so-
cial, sino también de hacer algo eficaz y diferente. En palabras de Pérez Bueno (2009) “La
empresa deja de ser un ámbito de decisiones único, ligado a la propiedad o a la dirección,
para pasar a ser un centro multifocal, en el que los grupos de interés se revelan como contra-
partes y se erigen en copartícipes. La llamada Responsabilidad Social Empresarial será un
ámbito propicio para la expansión de las organizaciones sociales, que estimulará nuevas for-
mas de relación e intervención, cuyo alcance real dependerá del enfoque que se dé a este
emergente espacio”.
Las iniciativas sociales a nivel empresarial están comúnmente limitadas por el dinero que pue-
den destinar a la causa social sin poner en riesgo la viabilidad de la empresa. Sin embargo al-
gunos autores señalan que las empresas que trasladan sus actividades sociales a las
estrategias prioritarias del negocio podrán (Mutis y Ricart, 2008) desarrollar un nuevo modelo
de negocio que atienda efectiva y rentablemente a los mercados de renta baja e incluso in-
crementar sus capacidades competitivas.En definitiva, profundizar en estos modelos de ne-
gocio “de orientación social” puede brindar fuentes de innovación: cómo dichos modelos
proporcionan valor a sus clientes en la denominada BDP (base de la pirámide, Prahalad y
Hart, 2002) y cuanto valor capturan en el proceso de servirlos, basados en la co-creación –
generación colaborativa- y las redes estratégicas. La colaboración y el funcionamiento en red
resultan fundamentales para diseñar e implantar iniciativas empresariales que puedan au-
mentar la presencia de negocios rentables en la BDP, cooperen significativamente en la re-
ducción de pobreza, sean medioambientalmente responsables, e incluso incrementen su
competitividad.
Pero no sólo las grandes empresas se alinean con “lo social” por intereses de mercado tam-
bién van emergiendo otro tipo de emprendedores sociales (Dees et al, 2002; Dees y Anderson,
2006; Elkington y Hartigan, 2008). Como indica Bernstein (2008) para el caso de los micro-
créditos: El más famoso emprendedor social puede que sea Muhammad Yunnus, el fundador
del Banco Grameen. Como Jobs, Yunnus tomó un producto "el crédito" -que fue en principio
algo exclusivo (como los primeros PCs) y lo llevó a una audiencia de masas. De este modo,
su banco ayudó a democratizar el acceso al capital de forma similar a como Apple Computer
15
17. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
democratizó el acceso a la información.El efecto es similar: más posibilidades de elección y
la libre determinación en manos de más personas en todo el mundo. Otros casos conocidos
son Michael Young (Open University), el Abate Pierre (Traperos de Emaús), Vicente Ferrer
(Fundación Vicente Ferrer) o Anita Roddick (The Body Shop) (Morales Gutiérrez, 2007). La
filantropía empresarial, la cooperación al desarrollo, los organismos estatales y multilaterales,
entre otros, ven en las y los emprendedores sociales un referente, actualmente en pleno auge
ya que a través de estas iniciativas son resueltos o paliados muchos problemas a la vez.
2.3. Cambios en la sociedad
La ciudadanía, o la sociedad civil, ha ido asumiendo cada vez más protagonismo en este juego
multidimensional de causalidades. La desconfianza social hacia el Estado y la empresa se ha
canalizado hacia otro universo corporativo más independiente de opciones partidistas, de in-
tereses económicos y más cercanos a los problemas de las y los necesitados. Surgen –o am-
plían su capacidad- nuevos actores y nuevas esferas de acción.
Un caso especial serían los ‘prosumidores’ (Alvin Toffler): aquellos consumidores que producen
bienes o servicios por los cuales no obtienen un ingreso pero que a la postre generan un im-
pacto en la economía. El grupo de las y los ‘prosumidores’ es vasto, en él figuran desde las
madres de familia y las trabajadoras voluntarias – en su mayoría mujeres - hasta las y los lí-
deres vecinales y los bloggers o los cibervoluntarios, entre otros. Todas estas personas reali-
zan alguna actividad no remunerada que genera un beneficio a otras personas o a ellas
mismas, ya sea un almuerzo, un trabajo social, mejoras al vecindario o una página personal
en internet. “Es un fenómeno en el que los consumidores crean valor económico por sí mismos
y posteriormente transfieren ese valor a la gran economía monetaria”, explica Toffler. La apor-
tación (no monetaria) de los ‘prosumidores’ a la economía aún no ha sido medida por los eco-
nomistas, pero se prevé que ésta aumentará significativamente en los próximos años conforme
las personas tengan un mayor acceso a las nuevas tecnologías de comunicación e informa-
ción.
Junto a estos fenómenos, la economía aplicada ha prestado también cierto interés por los fe-
nómenos de desarrollo comunitario (Moulaert y Nussbaumer, 2005) para avanzar hacia las
regiones socialmente innovadoras. Estos autores consideran a la comunidad como alternativa
a la visión individualista que genera el mercado en el terreno de la organización social. El con-
cepto central en el proceso de construcción del paradigma de desarrollo comunitario podría
ser la innovación social.
16
18. Claves para comprender la innovación social
2.4. Cambios en el Tercer Sector
También la sociedad civil organizada –Tercer Sector- ha ido ganando protagonismo mientras
surgen –o amplían su capacidad- nuevos actores y nuevas esferas de acción. En primer lugar,
las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están impulsando un nuevo
concepto de sociedad. Las posibilidades económicas, técnicas y sociales que las TIC permiten
están haciendo habitual e indispensable su uso al impregnar cada vez más ámbitos de nuestra
vida cotidiana. Pero la velocidad de este proceso está generando asimetrías y desigualdades
como la conocida brecha digital (digital divide). Frente a esa fractura se propone la e-Inclusión
como el necesario acceso a las TIC de todos los y las ciudadanas, especialmente el de los
colectivos menos favorecidos económica y socialmente cuya situación agrava este proceso.
En el marco de esta labor son necesarias iniciativas –algunas innovadoras- que permitan co-
nocer y manejar estos nuevos escenarios de protagonismo tecnológico. Además de estas
nuevas respuestas institucionales, las nuevas tecnologías ofrecen posibilidades de mejorar
todas las organizaciones a todos los niveles lo que conduce a un desafío para incorporar lo
necesario en la medida que redunde en el buen gobierno y en la misión institucional.
En segundo lugar, la supervivencia de las empresas en muchos sectores -sobre todo en aque-
llos de naturaleza hipercompetitiva (informática, electrodomésticos, automoción,...)- se en-
cuentra ligada, como hemos insinuado en otros apartados, a su capacidad innovadora. El
sector social no tiene todavía una presión apremiante de ese calado –necesidad de desarrollar
productos/servicios nuevos a precios cada vez más bajos- pero sí es cierto que está notando
algunos indicios ante los cuáles tiene que reaccionar de alguna manera. Si los fondos públicos
no son ilimitados y surgen nuevos agentes –potencialmente competitivos- que ofrecen otras
formas alternativas para afrontar las causas sociales las consecuencias pueden ser diversas:
la colaboración entre entidades o cierto ambiente de competitividad y hostilidad. Como indica
Pérez Bueno (2009): “La adquisición de conductas y maneras de actuar propias de las enti-
dades puramente privadas, en aras al objetivo de la máxima eficacia, y la existencia de un
mercado limitado y siempre escaso –de financiación, si nos atenemos a la captación de fon-
dos, o de presión, si nos referimos a los elementos de poder que serán susceptibles de recibir
presión, por ejemplo-, desatará una extrema competencia entre las mismas entidades del ter-
cer sector, que tendrán que operar en esferas crecientemente más exiguas”.
Además los donantes tienen cada vez más opciones para desarrollar sus inquietudes sociales
y solidarias y los fondos privados –grandes donantes- son muy selectivos a la hora de decan-
tarse en colaborar con las instituciones del tercer sector. Como señala Bruel (2009): “Las en-
tidades tendremos que optar por un formato más y más asociativo donde el factor
17
19. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
diferenciador será la capacidad de movilización de voluntariado, y la creación de redes socia-
les que aporten valor añadido y proximidad a lo que realicemos o crear respuestas muy es-
pecializadas que nos hagan atractivos a los intereses de las administraciones públicas”.
Siguiendo el famoso paralelismo del citado Alvin Toffler, si hoy asistimos posiblemente a que
la transparencia es la segunda ola de regeneración de las instituciones sociales (Compasión
y cálculo, 1998), la tercera ola sería seguramente la innovación. En efecto, la innovación
como eje de funcionamiento estratégico de las organizaciones sociales puede ser un revulsivo
y regenerador (en la medida que cree valor para los principales stakeholders) no sólo a nivel
externo -por los nuevos servicios- sino también a nivel interno -por las nuevas capacidades
que genera (que denominaremos componente ad-intra).
Pero el Tercer sector no sólo tiene una función de servicio: existe un papel reivindicativo. No
obstante esta denuncia tendría que realizarla, a veces, ante uno de sus principales “financia-
dores” (el Estado). Pérez Bueno (2009) señala que este dilema se traslada a nivel interno ya
que “por una parte, está la inclinación, visible hoy día, hacia la profesionalización de la gestión,
pareja a un debilitamiento del carácter voluntario de estas organizaciones. Al tiempo, la voca-
ción reivindicativa, de denuncia de situaciones ingratas y de demanda de transformación so-
cial, originaria en muchas de las organizaciones del tercer sector, cederá ante la vocación
gestora, de gestión y prestación de servicios, que se impondrá paulatina pero firmemente.
Esto creará –las está creando ya- tensiones en el seno de las propia entidades sociales, que
se debatirán, a veces estérilmente, entre una u otra vocación”. ¿Tendrá esta dinámica algún
efecto o relación con la innovación social? Posiblemente sí. Una entidad del Tercer Sector
que se enfoque hacia la innovación social puede ser el aglutinante que oriente los esfuerzos
hacia la razón de ser de la organización –sus destinatarios- en lugar de situar el debate en
cuestiones internas y estériles.
3. ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES RASGOS DE UNA INNOVACIÓN SOCIAL?
3.1. Denominadores comunes de un fenómeno heterogéneo
Las innovaciones sociales reconocidas como tales son muy diversas (Cuadro 1) pero ¿en qué
nos fundamos para denominar a un fenómeno como innovador a nivel social? A continuación
proponemos algunas condiciones necesarias –aunque aisladamente insuficientes- para iden-
tificar un fenómeno como innovación social.
18
20. Claves para comprender la innovación social
Cuadro nº 1 Algunas innovaciones sociales
Tipo de Características
Innovación Ejemplos
innovación de la innovación
Instituciones que Vinculación de
aglutinan a voluntarios Médicos Sin profesiones y
de naturaleza profesional Fronteras cooperación
Organizativa “Sin Fronteras” internacional
Sistema de intercambio Banco de Tiempo Sistema de trueque
alternativo al mercado estandarizado
Banco Pequeños créditos con
Financiera Microcréditos Grameen Kiva política de género y
poca burocracia
Actividad comercial
Fair Trade con límites de abusos
Comercial Comercio Justo The Body Shop de intermediarios y
beneficiando a los
productores de origen
Traperos de
Emaús, Inserción laboral y
Medioambiental Reciclaje Green Works preservación del
(Clifford y Dixon, medio ambiente
2005)
Sekem Explotación de
Agricultura Ecológica (Mahir, Seelos, recursos endógenos
2003) y desarrollo local
Metodológica Experiencia de Colaboración
(a nivel de Presupuestos Porto Alegre público-privada para
gestión pública) participativos (Novy y Leubolt, la actuación local
2005)
Torneo internacional
Lúdica deportivo para personas Homeless Mecanismo de
en riesgo de exclusión Worl Cup integración social
Concienciación y
Mass Media Prensa social La Farola y otras medio de obtención
de fondos
Fuente: Elaboración propia.
19
21. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
3.2. Originalidad
La innovación social ha de ser original y sorprendente, no tanto por su complejidad técnica,
sino por su eficacia: capacidad para resolver problemas con poca burocracia. De hecho suelen
ser experiencias paradigmáticas abordadas por su “novedad” desde diversas disciplinas (so-
ciología, economía, empresa, trabajo social,…). Pensemos en el caso del Banco Grameen -
entidad fundada por Yunnus, Nobel de la Paz 2006 – y los microcréditos. La originalidad estriba
en la generación de un banco para pobres –aunque podríamos remontarnos a los montepíos
y a las casas de empeño que a su vez derivaron en cajas de ahorros- que a través del empo-
deramiento de la mujer genera capacidades y capital social.
3.3. Intangibilidad
La definición general expuesta en el Manual de Oslo, compartida por la OCDE y EUROSTAT,
señala que las innovaciones “comprenden los nuevos productos y procesos así como las mo-
dificaciones tecnológicas importantes de los mismos. Una innovación –en el ámbito econó-
mico- se considera como tal cuando es introducida en el mercado (innovaciones de productos)
o utilizada en un proceso de producción (innovaciones de procesos) –lógicamente para reducir
costes o mejorar la calidad-. En ellas intervienen toda clase de actividades científicas, tecno-
lógicas, de organización, financieras y comerciales”.
La teoría de la innovación, por tanto, ha manejado tradicionalmente dos tipos de innovación:
la de producto y la de proceso -ya sea externa (nuevos servicios añadidos al producto) o in-
terna (organizativa). Obviamente las empresas, organizaciones no lucrativas y administracio-
nes públicas que pertenecen o actúan en el sector servicios también innovan en sus
“productos-servicios” (los que prestan y ofrecen a sus clientes) y en sus procesos (actividades
internas y/o externas que los hacen más eficientes y eficaces).
La innovación social podría encuadrarse tanto en el ámbito de innovación de productos-ser-
vicios como de procesos con una elevada participación de activos intangibles, comprendiendo
acciones (iniciativas, proyectos, instrumentos,…) que de forma original mejoran el bienestar
social y/o cohesión social y plantean, en definitiva, la no resignación ante situaciones como la
exclusión, el hambre y la pobreza, el cambio climático… como “un mal menor inevitable” de
las sociedades avanzadas (cuadro nº 2).
20
22. Claves para comprender la innovación social
Cuadro nº 2 Innovación económico-tecnológica e innovación social
Tipo de innovación INNOVACIÓN ECONÓMICA INNOVACIÓN SOCIAL
Utilización de Intensiva en Intensiva en
Factores CAPITAL FINANCIERO CAPITAL INTELECTUAL
(humano y relacional)
Cubrir necesidades
ORIENTACIÓN Crear situaciones monopolísti- amplias de grupos
BÁSICA cas (producto único) que sociales a bajo coste
genere altas rentabilidades con gran impacto
Muy baja. Cuanto más se
NECESIDADES DE Alta para garantizar el extiendan más cumplen su
PROTECCIÓN esfuerzo inversor y dilatar la fin. Riesgo de fracaso por
situación monopolista utilización “nominal” sin
know-how
Creciente a nivel Creciente a nivel
COMPLEJIDAD tecnológico relacional
Fuente: Morales Gutiérrez (2008).
Insistimos en la dimensión predominantemente intangible: una idea se transforma en una po-
lítica o un servicio público nuevo, una institución o un proceso social nuevo que satisfaga ne-
cesidades de las y los ciudadanos o mejore la eficacia de la acción de gobierno a cualquier
nivel. En el caso del microcrédito se reformula la tradicional práctica bancaria y demuestra
que el control social puede obtener mejores resultados que los tradicionales sistemas de ga-
rantía.
3.4. Replicabilidad
Las innovaciones sociales tienden por su esencia a su difusión y a su expansión. Desde esa
perspectiva son innovaciones abiertas. No pretenden la generación de ventajas sobre com-
petidores. No tienen que ser protegidas por patentes. Además del impacto local, también
puede hablarse de cierto dinamismo glocal. Manuel Castells (1999) hace referencia al con-
cepto glocalización, entendida como la articulación entre lo global y lo local, como una noción
21
23. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
que hoy se aplica tanto a la economía como a la cultura.
La glocalización supone destacar el ámbito urbano y el papel gestor-coordinador-promotor de
los gobiernos locales para la implantación de políticas que tienen en cuenta unos referentes
globales y que se posicionan respecto a ellos. Si tuviésemos que elegir un lema para este
concepto no sería otro que el utilizado por las corporaciones globales: “piensa globalmente,
actúa localmente”. Precisamente éste ha sido el paradigma de uno de los fenómenos orga-
nizativos más expandidos en las últimas décadas: las franquicias. Una idea “general” simple,
que funciona en ciertas circunstancias –grandes superficies- en determinados contextos “lo-
cales” y que requiere de competencias –marketing, publicidad,…- que deben ser gestionadas
a nivel global (franquiciadores) y otras que necesitan conocimientos idiosincrásicos para su
adaptación a determinadas circunstancias locales.
También encontramos este rasgo en el caso de los microcréditos. Este referente y su gene-
ralización en otros contextos culturales diferentes en los valores –pero comunes en la po-
breza- condujo en cierta manera a que incluso la ONU aprobara una resolución (52/194)
titulada "Función del microcrédito en la erradicación de la pobreza" en su Asamblea General
de 18 de diciembre de 1997.Por tanto, la experiencia acumulada de los microcréditos en Ban-
gladesh y su “efecto mariposa” que alcanza a medio centenar de países (desde Bolivia a Zam-
bia, pasando por Kosovo) en donde se ha desarrollado, han permitido ir afinando las
metodologías de identificación de riesgos, evaluación de capacidades, seguimiento, innova-
ción en sistemas de garantía no tradicionales, que finalmente han vencido las resistencias a
su implantación en países del “primer mundo” como Estados Unidos o Canadá, y en el entorno
europeo: Francia (ADIE), Gran Bretaña (PYBT), Irlanda (First Step), Portugal (RIM) o Finlandia
(Eko-Osuuspankki) y, también España (Acción Solidaria contra el Paro, por citar alguno, o la
experiencia de BBK Solidarioa articulada con diversas entidades y redes sociales).
El desarrollo de la innovación social requiere, por tanto, un pensamiento estratégico “bipolar”
que subyace como hemos dicho en muchas corporaciones y que implica tanto una conside-
rable economía de escalas y de especialización como, a su vez, capacidad de adaptación y
riesgo. Un dinamismo, en definitiva, que puede dotar a la innovación social de una escala pla-
netaria.
3.5. Eficacia social
La innovación social está vinculada a la satisfacción de las necesidades humanas básicas
(Moulaert y Ailenei, 2005). Esta acepción es cercana al concepto de desarrollo humano pro-
22
24. Claves para comprender la innovación social
puesto por el PNUD siguiendo la filosofía de Amartya Sen. La innovación social resuelve pro-
blemas, logra resultados. Por ejemplo el caso del Banco Grameen su desarrollo actual puede
entreverse en las siguientes cifras: más de un millar de sucursales en 41.000 pueblos de Ban-
gladesh, 2,5 millones de prestatarias y, sorprendentemente, a pesar de los recursos escasos
de éstos, una tasa de devolución del 98,45%.
Pero estos logros son el resultado de otro logro especialmente relevante en la innovación so-
cial: la generación de capital social. El capital social, en su acepción socioeconómica, se con-
sidera hoy día como una de las herramientas conceptuales más importantes para explicar las
dinámicas de desarrollo. Como señala Moyano (2001) fueron los economistas neoclásicos los
que pusieron de manifiesto la importancia del capital humano considerando que sin dicho ele-
mento, los demás factores -trabajo, tierra y capital- tendrían poca utilidad para el desarrollo
económico. Pero fueron los que trabajan en la nueva sociología económica (Swedberg, 1991,
Swedberg y Smelser, 1994) en su intento de explicar el comportamiento económico de los in-
dividuos, los que dieron contenido a dicho concepto englobando, no sólo las personas, sino
también las normas y las redes sociales que contribuyen a la generación de acciones colec-
tivas en beneficio de la propia comunidad.
Woolcock (1998) incorpora a los recursos que ayudan a los grupos sociales a superar los di-
lemas estáticos de la acción colectiva -los problemas de cooperación-, los que surgen cuando
el éxito de una determinada acción colectiva en pro del desarrollo influye de tal modo en las
relaciones de comunidad, que resulta necesario que éstas se coordinen para garantizar que
el desarrollo siga teniendo éxito en el futuro (dilemas dinámicos) (Moyano, 2001).
Por ejemplo, la implantación de los microcréditos requiere –y genera- una red de entidades
que colaboran en un fin común: el apoyo al microemprendedor excluido de los cauces tradi-
cionales. Cuando estudiamos este proceso (Morales, 2002), colaboraban, en el caso de la
Línea del ICO, 32 entidades financieras en donde podían solicitarse esta línea de financiación
(servicios financieros), y más de un centenar de Instituciones de Asistencia Social. Estas en-
tidades se responsabilizaban de facilitar el acompañamiento a los emprendedores en la defi-
nición de su actividad, validar la viabilidad de los proyectos y, cuando el microcrédito había
sido concedido, realizar labores de seguimiento y asesoramiento técnico de las iniciativas fi-
nanciadas. En el caso de la red Xesmic generada por la Fundación un Sol Mon, el volumen
de entidades colaboradas sobrepasaba las cincuenta (ayuntamientos, consultoras empresa-
riales y entidades de acción social).
La innovación social requiere, por tanto, unos niveles adecuados de capital social tanto de
23
25. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
cooperación a nivel micro, es decir, de acción colectiva implicada en la iniciativa -nivel elevado
de relaciones intracomunitarias- como de cooperación entre instituciones públicas (con credi-
bilidad y eficiencia) y una ciudadanía articulada y organizada a nivel macro. Pero estos requi-
sitos iniciales van desarrollándose y generando nuevas formas de organización de la acción
colectiva por medio de la institucionalización formal e informal -modelos de gobernanza (Ans-
hell y Gash, 2008) afectando a las relaciones sociales y a la satisfacción de las necesidades
básicas que aquellas dejan al descubierto.
La innovación social se convierte así en una innovacion en los procesos de manifestación de
necesidades, en las formas de cooperación, en la comunicación y en una gobernanza ade-
cuada facilitadora de dichos procesos (Zurbano, 2008). Esta primacía de la gobernanza (Cua-
dro nº 3) descansa también en su dimensión territorial ya que la generación de redes de
cooperación entre agentes participantes en los procesos de innovación requiere de vínculos
de proximidad para una mayor fluidez y confianza entre ellos (Morgan, 2005). Este enfoque
territorial ha recibido una especial atención desde instituciones comunitarias. De hecho el pri-
mer proyecto a gran escala que aborda la innovación a nivel territorial y un tratamiento amplio
y profundo de modelos alternativos de innovación local (ALMOLIN) ha sido SINGOCOM (Eu-
ropean Commission Framework 5 project (2002-2004). Social Innovation, Governance, and
Community Building.
Cuadro nº 3 Rasgos diferenciales de la “nueva” innovación social
PROCESOS TRADICIONALES PROCESOS DE
DE CAMBIO SOCIAL INNOVACION SOCIAL
SUJETO Comunidad Red Social
GLOCAL
IMPACTO Local (Limitado) (Muy amplio y
potencialmente ilimitado)
MODELO DE Centralizada Multinivel
GOBERNANZA
Fuente: Elaboración propia a partir de Alvord et al. (2002), Gerommetta et al.,
(2005), Dal Fiori (2007) y Morales (2008)
24
26. Claves para comprender la innovación social
4. ¿CÓMO GENERAR INNOVACIONES SOCIALES?
Pueden distinguirse al menos cuatro tipo de procesos que facilitan la innovación social: men-
tales, instrumentales, actitudinales y sociales (Figura 1). Seguidamente describiremos el con-
tenido de cada uno de ellos.
Figura 1 Procesos Mentales
Creatividad + Pensamiento divergente
Perspectiva sistémica
Procesos Instrumentales Procesos Actitudinales
Isomorfismo organizacional Apertura + Tolerancia
Red Valentía + Riesgo
Territorio Empatía
Nuevas tecnologías
Procesos Sociales
Multidisciplinariedad + diversidad
Integración
Fuente: Morales Gutiérrez, 2009
4.1. Procesos mentales
a)Creatividad y pensamiento divergente
Una de las cuestiones clave para innovar es “tener” o “construir” esa capacidad. Pensamos
que a veces surge –como un chispazo- en un contexto o en un colectivo determinado, pero
también consideramos que es posible aprenderla, desarrollarla, ejercitarla,...en definitiva, que
es posible construirla.
La definición del problema o la necesidad, el análisis de sus causas e interrelaciones, la bús-
queda de soluciones y alternativas...constituyen un proceso en donde la creatividad emerge
como un elemento esencial para que el resultado sea eso, una innovación. Pero, la creatividad
es, por su naturaleza, un esfuerzo multidisciplinar que sólo puede prosperar una vez asentada
25
27. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
la capacidad metafórica,….requiere una apertura constante de espíritu y confianza en las
ideas y opiniones de los demás (Punset, 2008).
La capacidad metafórica permite la transmisión de pensamiento y la asociación (un elemento
importante a la hora de ver analogías entre realidades instrumentalmente independientes). El
pensamiento divergente (lateral en la terminología del gurú Edward de Bono) requiere "papel
en blanco"…la curiosidad, los planteamientos del tipo “…y si…”. Los divergentes "distraen"
pero también "ilustran" nuevos enfoques a la hora de abordar los problemas...la metáfora entra
en juego.
El desarrollo de la creatividad social (Montañés, Rodriguez-Villasante y Martín, 2001) a través
del aprendizaje y la práctica de determinadas metodologías (investigación-acción, análisis de
redes,…) puede ser un elemento para el impulso de la innovación en el desarrollo local.
b) Visión global o perspectiva sistémica
Dicen que los astronautas, cuando contemplan la tierra desde el espacio, durante la primera
semana miran sólo su propio país; durante la segunda semana se identifican con su conti-
nente, y que al partir de la tercera semana, sienten que pertenecen a un único planeta. Tal
vez en ellos se dé de forma condensada un proceso de aprendizaje, de generación de una
nueva visión, que consiste en una progresiva ampliación del horizonte que contempla lo global.
Ciertamente existe cierta ceguera de sistemas (Oshry, 1998), zonas oscuras que impiden la
visión de la totalidad de una determinada realidad (social, organizativa, o personal).
Estos “ángulos muertos” de nuestras apreciaciones y opiniones se manifiestan en diversos
ámbitos: espacial (vemos parte del sistema pero no el todo, lo que nos está sucediendo pero
no lo que ocurre en la otra parte); temporal (vemos el presente pero no el pasado, sabemos
que experimentamos ahora pero no las causas históricas); relacional (no nos vemos a nosotros
mismos en la relación y cuál es nuestro rol y el de los demás); y por último, una ceguera de
procesos (no vemos el sistema en otro de orden superior).
Salir de esta “ceguera” en cualquiera de sus manifestaciones, para ir desvelando la realidad
de “lo social” y sus interconexiones no siempre es fácil. Requiere cierto grado de consciencia
de la incompetencia y de cierta voluntad para ver más allá… Necesitamos la experiencia de
una mirada “social” como la de los astronautas que nos lleve a la imprescindible humildad
para actuar eficazmente, dada la insuficiencia de perspectivas individuales, y la consciencia
de la riqueza que implica ampliar nuestro conocimiento de lo que otros ven. La visión sistémica,
26
28. Claves para comprender la innovación social
holística, que requiere el verdadero aprendizaje...las conexiones directas e indirectas entre
realidades aparentemente inconexas...
4.2. Procesos actitudinales
a) Apertura y tolerancia
Esta forma de procesar la información requiere una apertura constante de espíritu.... Se trata
de un talante, de una actitud favorecedora, de nuevas visiones, de nuevos enfoques, de otras
perspectivas,... La apertura es también capacidad de recibir no sólo lo nuevo, sino también
de corregir y reestructurar nuestras concepciones "estáticas" y "defensivamente" inamovibles.
b) Valentía y riesgo
¿Cuánto dejamos de hacer por el miedo? ¿qué estamos dispuestos a arriesgar por cambiar
las cosas? ¿qué pasa si fracasamos?... El miedo es uno de los principales obstáculos para el
aprendizaje, para el cambio, para la innovación.
c) Empatía
Ponerse en lugar del otro es un competencia intrapersonal muy importante para percibir las
necesidades y el valor percibido por los stakeholders. A veces es muy difícil (es imposible) si-
tuarse en esas coordenadas cuando nos referimos a determinados colectivos: personas en
situación de exclusión, dependencia...etc.
4.3. Procesos sociales
a) Multidisciplinariedad y diversidad
La riqueza de la diversidad...así se habla hoy para reforzar lo positivo de una sociedad. En
efecto, la diversidad cultural, académica, cultural, generacional, potencia la generación de
ideas cuando dicha diversidad es canalizada adecuadamente hacía un resultado común (re-
solver esa necesidad apremiante, en el caso de la innovación social).
b) Integración
27
29. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
La yuxtaposición no es suficiente. Se requiere trabajo en equipo ...se pueden tener todos los
ingredientes para "algo" pero hay que ponerlos de la forma adecuada, en el orden correcto y
en la proporción justa. Mientras la innovación tecnológica requiere el desarrollo de ventajas
competitivas y de un ambiente hostil, la innovación social se fundamenta en la generación de
solidaridades y de confianza.
La integración es la estrategia para superar algunas barreras que impiden la circulación del
conocimiento y las oportunidades como por ejemplo:
- Las fronteras de “intereses” (lo público y lo privado). Las exigencias de las y los ciudadanos
(votantes, en definitiva), la universalización de los servicios, las demandas de calidad están
urgiendo que estas fronteras se vayan rompiendo cada vez más con la creación de entidades
públicas más flexibles (Agencias públicas, e-administración,…), con la estrecha colaboración
y buenas prácticas entre administraciones públicas y entidades sociales,...
- Las fronteras de “nivel” (centralización versus descentralización). Todavía existe cierta inercia
cultural a que me den las cosas resueltas, a exigir soluciones (en lugar de implicarse en dise-
ñarlas)...No se pueden recibir soluciones nuevas sino existen nuevas aportaciones y… ¿quién
está aportando las soluciones?: ¿los partidos políticos (con sus intereses)?, ¿los expertos
(con sus teorías)?, ¿las empresas (con su obsesión por los beneficios)?, ¿la ciudadanía? ¿por
qué no todos juntos? La cosa se complica cuando contemplamos estas barreras a nivel de
gobernanza (la Unión Europea, los estados, las ciudades...) y se requiere la colaboración es-
trecha para la puesta en valor de los territorios (pero sobre todo de las personas que allí viven).
4.4. Procesos instrumentales
a) Posibilidades del isomorfismo empresarial
A pesar de las diferencias ya apuntadas entre la innovación tecnológica y la innovación social
existen obviamente aspectos comunes. Los instrumentos utilizados para la el fomento y des-
arrollo de la innovación empresarial pueden ser un banco de sugerencias a explotar y expe-
rimentar.
De la misma forma que las sociedades avanzadas se preocupan del I+D+i como elemento de
competitividad a nivel económico y refuerzan este sistema de innovación con todos los agentes
implicados, no existe el mismo nivel de inquietud para generar el sistema potenciador de las
28
30. Claves para comprender la innovación social
innovaciones sociales necesarias para paliar los problemas de los colectivos más necesitados.
¿Podría pensarse en la creación de “centros de innovación social”? ¿Cuál sería la oficina de
transferencia de la investigación social a nivel universitario? Al igual que las patentes ¿cuáles
serían los indicadores de innovaciones sociales derivadas de la investigación –referentes de
prestigio universitario- que podrían utilizarse para medir los avances en estos ámbitos?
b) Trabajo en red (sistema organizativo reticular)
Diversos autores –como Rothwell (1991)- preconizan que los procesos de innovación de última
generación son aquellos fundados en la integración de sistemas y redes de cooperación, y
por tanto en el que los elementos relacionales –como condición necesaria no suficiente- tienen
un papel clave para su desarrollo. De hecho una parte sustancial de las investigaciones dedi-
cadas a interpretar las transformaciones socioeconómicas y territoriales asociadas a la nueva
fase del desarrollo capitalista incorporan como referentes centrales a los procesos de innova-
ción y al espacio de interacción conformado por flujos y redes.
Se consolida así la idea de que el esfuerzo innovador - que propicia la generación e incorpo-
ración de conocimientos para dar respuesta a los retos y problemas a los que las sociedades
deben hacer frente - resulta un factor clave que permite no sólo a las empresas sino también
a los distintos ámbitos territoriales, insertarse con una mejor posición en un espacio abstracto
de redes que interactúan en un lugar concreto (Aydalot, 1986; Maillat, 1995; Veltz, 1998).
c) La importancia del territorio
Pero, a diferencia de etapas anteriores en las que la atención se centraba en las innovaciones
empresariales de carácter tecnológico, considerando al territorio como mero soporte en el que
discurrían los acontecimientos, se entiende ahora que es precisamente la predisposición para
incorporar conocimiento— la que, al permitir utilizar racionalmente los recursos patrimoniales
existentes en cada ámbito (físico-ambientales, humanos, económicos, sociales, culturales...),
es capaz de crear un entorno que propicia el desarrollo.
Junto a la innovación, el contexto se convierte así en un importante recurso y en elemento
activo que contribuye a la generación de ventajas, no sólo comparativas sino también compe-
titivas.Se produce, en consecuencia, una revalorización del papel ejercido por las redes y el
territorio en los procesos socioeconómicos (Camagni, 1991) llegándose a señalar que el pa-
trimonio territorial es un recurso cultural y económico (Ortega Valcárcel, 1998).
29
31. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
El entorno contribuye, pues, a provocar el dinamismo socioeconómico y, en la lógica global
de las redes, permite comportarse a determinados espacios como ganadores o emergentes.
Entre ellos destacan los sistemas productivos locales, distritos industriales y medios innova-
dores (Caravaca et al, 2002).
Alvord et al. (2002) identifica tres clases principales de innovación social. La primera, la cons-
trucción de capacidad local, se refiere a la posibilidad de mejorar las condiciones locales re-
forzando las capacidades infrautilizadas. La segunda clase consiste en difundir un conjunto
de innovaciones consistente en la recombinación de productos, recursos y procesos para ob-
tener fórmulas que se adapten mejor a las especificidades locales. La tercera es la creación
de un movimiento que dote de voz a grupos marginados (Perrini y Vurro, 2005).
Por tanto, lo local, y territorial, asume un especial protagonismo. Se habla incluso de territorios
innovadores o territorios inteligentes, entendiendo como tales aquéllos que son capaces de
crear unas condiciones favorables a la innovación y al aprendizaje colectivo.
Ello les permite poner en valor de una forma racional sus propios bienes, contribuyendo con
ello a potenciar los procesos de desarrollo territorial (Florida, 1995; Crevoisier, 2001). En este
contexto, no puede extrañar que se hayan intensificado los estudios teóricos sobre las ventajas
competitivas asociadas a las dinámicas de proximidad (Gilly y Torre, 2000.), a los medios in-
novadores y redes de innovación (Aydalot, 1986; Camagni,1991; Maillat, 1995; Vázquez Bar-
quero, 1999), y a los territorios o ciudades inteligentes (Florida, 1995).
d) Las nuevas tecnologías en general y las posibilidades de la WEB 2.0 en particular
Los procesos de cambio social o las iniciativas para transformar una realidad social precaria
han estado, y siguen estando, presentes a lo largo de la historia y en muchos lugares del pla-
neta.Salvador Giner (2009) ha resaltado recientemente en su visión del porvenir de la sociedad
civil el papel de las nuevas tecnologías como intensificador de la mundialización: Las mismas
innovaciones técnicas y comunicaciones que hoy permiten la expansión reticular de las insti-
tuciones dominantes fomentan la expansión de sus contrincantes en el campo de la sociedad
civil, o de la esfera cívica. Como lo permiten en el campo, trágico, de quienes se oponen a
entrambos: la economía criminal, por ejemplo. La intensificación de la mundialización refuerza
simultáneamente todos estos procesos.
Sin duda las TIC juegan un papel fundamental para explicar este “cambio de paradigma” a la
hora de entender las diferencias entre estos dos enfoques lo mismo que ocurrió con el con-
30
32. Claves para comprender la innovación social
cepto de Nueva Economía. No sólo los sistemas de información tradicionales o el software
puede ayudar a desarrollo de la innovación social. La Web 2.0 constituye un nuevo paradigma
en el uso de internet como plataforma colaborativa e intercambio (blogs, podcats, twitters,…)
que posibilita la construcción y mantenimiento de redes sociales: uno de los principales activos
desde el que surge la innovación social.
En sentido estricto, ciertas innovaciones sociales –como las peer to peer charities - llevan in-
crustadas estos procesos de desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación
junto con la finalidad social utilizando como sustrato de acción las redes sociales.
5. ¿CÓMO PUEDE FOMENTARSE LA INNOVACIÓN SOCIAL?
5.1. Potenciar la innovación social como lugar de encuentro multinstitucional para todos
aquellos agentes preocupados
La innovación social puede convertirse en el punto de encuentro de agentes preocupados por
el cambio. Frente a posturas extremadamente radicales que invitan a la confrontación y al ais-
lamiento o frente a la resignación ante la imposibilidad de actuar en un sistema en donde la
tecnología y los recursos económicos imponen sus leyes. La integración, la imitación, el trabajo
conjunto, y la cooperación entre entidades en torno a proyectos disminuye el nivel de riesgo
para afrontar nuevas actividades y, en todo caso, favorece el aprendizaje institucional y “de-
bilita” las barreras interorganizativas.
Existe cierta necesidad de compartir e interrelacionar experiencias. Una de las vías para in-
vertir en capital relacional es propiciar lugares de encuentro. Los lugares de encuentro para
las instituciones implicadas en la innovación social pueden ser múltiples y compatibles:
FOROS (centrados en el encuentro); FERIAS (centrados en la exposición) de convocatoria
periódica, con énfasis en las organizaciones y con inversión baja; PLATAFORMAS (de con-
1. Se trata de auténticos "mercados solidarios" para canalizar microdonaciones (microgiving) donde proyectos que
resuelven necesidades en distintos lugares del planeta buscan "donantes" o "padrinos" a lo largo y ancho del planeta
(Morales Gutiérrez, 2009b). Se trata de todo un fenómeno de desintermediación que, aunque no hace desaparecer
el papel de las ONGs, las recoloca hacia un papel de mayor protagonismo en los lugares en donde se necesita la
ayuda. Además de Kiva (ejemplo nº 4), un referente es Global Giving http://www.blogger.com/www.globalgiving.com/.
El Centro de Innovación Social de la Universidad de Stanford ha realizado varios seminarios proponiendo este modelo
e incluso tiene un blog a través de su revista: http://blog.globalgiving.com/tag/stanford-social-innovation-review/. En
España tenemos el caso reciente de http://apadrinaunproyecto.com/.
31
33. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
vocatoria permanente, con énfasis en las personas a nivel individual, sin necesidad de im-
plantación territorial y con inversión baja); PARQUES, CENTROS o HUBS (con vocación de
permanencia, implantación territorial y con un nivel de desarrollo organizativo y un nivel de
inversión en recursos elevado). En aquellos donde los niveles de encuentro fuesen más per-
manentes habría que articular los mecanismos para que, por ejemplo, los centros no funcio-
naran como “torres de marfil” sino como dispositivos con enlaces en la realidad social y con
las organizaciones que actúan en el terreno.
5.2. Reconocer y detectar las experiencias más innovadoras.
No sólo las experiencias difundidas son innovadoras. Existen muchos agentes y experiencias
de innovación social de las que no se tiene conciencia de su novedad y alcance . Posiblemente
merece la pena que algunas de ellas sean reconocidas y promovidas. Esto requiere una labor
de sondeo más o menos permanente. Los observatorios sociales pueden prestar mayor aten-
ción a estos fenómenos. Los centros de investigación deberían analizarlos y estudiar su al-
cance.
5.3. Estimular o incentivar lo innovador en las convocatorias publicas y privadas
Lo que no se evalúa, se devalúa. Hablar de innovación social y no incentivarla en los meca-
nismos de fomento y promoción de la acción social es un contrasentido. El mensaje transmitido
cuando se implementan mecanismos para su valorización es obvio y claramente captado por
todas las instituciones implicadas.Como ya indicábamos la innovación social no sólo mejora
el bienestar social, también puede posibilitar el cambio y regenerar a las organizaciones so-
ciales.
5.4. Promover la investigación de la innovación social y la posible generación de un
“ecosistema”
La Universidad puede generar dinámicas para la investigación, transferencia y desarrollo de
proyectos de esta índole que impliquen la solución de problemas sociales . Por tanto las ins-
2. En este sentido puede verse nuestro blog sobre Innovación Social “Cerillas en la Oscuridad”: http://cerillasen-
laoscuridad.blogspot.com/
32
34. Claves para comprender la innovación social
tituciones universitarias deberían estar conectadas en este proceso. Las titulaciones de So-
ciología (Trabajo Social) y Empresa (RSC, empresas sociales) han de estar trabajando con-
juntamente en proyectos de interés social. Pero lo importante es la generación del ecosistema:
el resultante de las sinergias de un esfuerzo inversor a nivel público y privado, una actividad
investigadora relevante, unos servicios de apoyo a la gestión y a la transferencia de conoci-
miento, y por último, una potenciación de los recursos humanos implicados.
BIBLIOGRAFIA
ALVORD, S.H., BROWN, L. D., LETTS, C.W. (2002): Social Entrepreneurship and Social
Transformation: An Exploratory Study. The Hauser Center for Non-profit Organizations y The
Kenedy School for Govermment Harvard University.
ANSHELL, C. y GASH, A. (2008): "Collaborative Governance in Theory and Practice". Journal
of Public Administration Research and Theory, Vol. 18, Issue 4, pp. 543-571.
AYDALOT, P. (1986): Milieux innovateurs en Europe, París, GREMI.
BORNSTEIN, D. (2004): How To Change the World: Social Entrepreneurs and the Power of
New Ideas, Oxford University Press, Oxford.
BRUEL I CARRERAS, A. (2009) Tendencias de cambio estratégico en el tercer sector social.
Revista Española del Tercer Sector, Nº 10, (http://www.fundacionluisvives.org/rets/10/).
CAMAGNI, R. (ed.) (1991): Innovation networks. Spatial perspectives, London, GREMI-Bel-
haven Press.
CARAVACA, I., GONZÁLEZ, G., MÉNDEZ, R., SILVA, R. (2002): Innovación y territorio. Aná-
lisis comparado de sistemas productivos locales en Andalucía, Sevilla, Consejería de Econo-
mía y Hacienda, Junta de Andalucía.
3. Una de las experiencias premiadas en el penúltimo certamen del CEPAL en torno a la innovación social celebrado
en Medellín (Colombia) y que ha asumido un papel protagonista en la reconstrucción del país después del terremoto
ha sido la iniciativa Un Techo Para Chile (UTPC). Esta institución nació en 1997, promovida por un grupo de estu-
diantes universitarios impactados por la dura realidad de quienes viven en extrema pobreza en Chile. Los fundadores
convocaron a universitarios de distintas carreras a participar de la construcción de 350 viviendas de emergencia, co-
nocidas en Chile como "mediaguas", en Curanilahue, región del Bio Bio.
33
35. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
CASTELLS, M. (1999): La era de la información: economía, sociedad y cultura. México. Siglo
XXI.
CLIFFORD, A. M., DIXON, S.E.A. (2005) “Green-works: un modelo de negocio que combina
la iniciativa emprendedora social con la mejora del medio ambiente”. Iniciativa emprendedora,
nº 48, pp. 69-79.
CONSEJO DE EUROPA (1999): Sueños e identidades. Una aportación al debate sobre cultura
y desarrollo en Europa, Barcelona, Interarts.
CHAMBON, J. L., DAVID, A. y DEVEVEY, J. M. (1982): Les Innovations Sociales, París, Pres-
ses Universitaires de France.
CREVOISIER, O. (2001): «L’aproche par les milieux innovateurs: état des lieux et perspecti-
ves» Revue d’Economie Régionales et Urbaine, nº 1, pp. 135-166.
DAL FIORE, F. (2007): “Communities Versus Networks: The Implications on Innovation and
Social Change”, American Behavioral Scientist, Vol. 50, nº 7, pp. 857-866.
DEES, J. G, ANDERSON, B. B., y WEI-SKILLERN, J. (2002): Pathways to Social Impact: Stra-
tegies for Scaling Out Successful Social Innovations, CASE Working Paper Series No. 3, Duke
University.
DEES, J. G. y ANDERSON, B. B. (2006): “Framing a Theory of Social Entrepreneurship: Buil-
ding on Two Schools of Practice and Thought in Research on Social Entrepreneurship: Un-
derstanding and Contributing to an Emerging Field”, ARNOVA , CASE , Duke University.
DRAYTON, B. (2006): Everyone a Change maker Social Entrepreneurship’s Ultimate Goal,
Innovations (Winter Edition), MIT Press.
DURNSTON, J. (1999): «Construyendo capital social comunitario» Revista de la CEPAL, nº
69, Santiago de Chile.
ELKINGTON, J. y HARTIGAN, P. (2008): The Power of Unreasonable People: How Social En-
trepreneurs Create Markets That Change the World, Harvad Business Press.
FLORIDA, R. (1995): «Towards the learning regions» Futures, vol. 27, nº5, pp. 527-536.
34
36. Claves para comprender la innovación social
GAROFOLI, G. (1986): «Areas de especialización productiva y pequeña empresa en Europa»
Documents d’Analisí Geografica, nº 8-9, pp. 143-172.
GEROMETTA, J., HAUSSERMANN, H. y LONGO, G. (2005): “Social Innovation and Civil So-
ciety in Urban Governance: Strategies for an Inclusive City”, Urban Studies, Vol. 42, nº 11, pp.
2007-2021.
GERSHUNY, J (1983): Social Innovation and the Division of Labour, USA, Oxford University
Press.
GILLY, J. P. y TORRE, A. (dirs.) (2000): Dinamiques de proximité, París, L’Harmatan.
GINER, S. (2009): El destino de la sociedad civil. Revista Española del Tercer Sector, Nº 10
(http://www.fundacionluisvives.org/rets/10/).
LÉVESQUE, B. (2005): Innovations et transformations sociales dans le développement éco-
nomique et le développement social : approches théoriques et politiques publiques , Cahier
de recherche du CRISES, UQAM, Montréal.
(http://www.crises.uqam.ca/cahiers/ET0507.pdf).
LOPEZ NOVO, J. P. y PEREZ DÍAZ, V. (2009): El reto de las élites filantrópicas en España.
Revista Española del Tercer Sector, Nº 10. (http://www.fundacionluisvives.org/rets/10/).
MAILLAT, D. (1995): «Les millieux innovateurs». Sciences Humaines, nº 8, pp. 41-42.
MONTAÑES SERRRANO, M y RODRIGUEZ-VILLASANTE, T. MARTÍN GUTIÉRREZ, P.
(2001): Prácticas locales de creatividad social. El viejo topo. Madrid
MORALES GUTIÉRREZ, A. C. (2004): «El microcrédito y la exclusión financiera », Revista
especializada en Formación y Empleo de los Colectivos en Riesgo de Exclusión (REDSI)
www.redsirevista.cebs-es.org, nº1, marzo, pp. 1-7.
MORALES GUTIÉRREZ, A. C. (2007): Anita Rodick: liderazgo e innovacion social, Revista
de Economía Social. Sociedad Cooperativa. Nº 56, pp. 32-36.
MORALES GUTIÉRREZ, A. C. (2008): “Innovación social: un proceso emergente en las diná-
micas de desarrollo”. Revista de Fomento Social, nº 63, pp.411-444.
35
37. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
MORALES GUTIÉRREZ, A. C. (2009a) "Innovación social y servicios sociales" Zerbitzuan.
Revista de Servicios Sociales. Junio, 45, pp.151-178.
MORALES GUTIÉRREZ, A. C. (2009b), Innovación "abierta" en el Tercer Sector: el modelo
organizativo 2.0, Revista Española del Tercer Sector, SEP-DIC; (13), pp.17-37
MORGAN, K. (2005): “Ciudades-Región en Europa: innovación, aprendizaje y nueva gober-
nanza territorial”. Ekonomiaz, nº58, pp.176-196.
MOULAERT, F. y SEKIA, F. (2003): “Territorial Innovation Models: a Critical Survey”, Regional
Studies, 37(3), pp. 289-302.
MOULAERT , F. et al. (2005): “Towards Alternative Model(s) of Local Innovation”. Urban Stu-
dies, Vol. 42, nº 11, pp. 1969-1990.
MOULAERT, F. y AILENEI, O. (2005): “Social economy, Third Sector and Solidarity Relations:
A Conceptual Synthesis from History to Present”. Urban Studies, Vol. 42, nº11, pp. 2037-2053.
MOULAERT, F. y NUSSBAUMER, J. (2005): “La región social. Más allá de la dinámica terri-
torial de la economía del aprendizaje”. Ekonomiaz, nº58, pp. 96-128.
MOULAERT, F.; MARTINELLI, F. y SWYNGEDOUW, E. (eds.) (2005): “Social Innovation in
the Governance of Urban Communities: a Multidisciplinary Perspective”. U. Studies, Vol.42.
MOYANO, E. (2001): “El concepto de capital social y su utilidad para el análisis de las diná-
micas de desarrollo”, Revista Fomento Social, nº 56, págs. 35-63.
MULGAN, G. (2006): “The Process of Social Innovation”, Innovations, Spring, MIT Press,
pp.145-62.
MULGAN, G., TUCKER, S. RUSHANARA ALI, SANDERS, B. (2007): Social Innovation: what
it is, why it matters and how it can be accelerated, The Young Foundation.
MUMFORD, M. D. (2002): “Social Innovation: Ten Cases from Benjamin Franklin”, Creativity
Research Journal, 14(2), 253-266
MUTIS, J. y RICART, J. (2008): Innovación en modelos de negocio: la base de la pirámide
36
38. Claves para comprender la innovación social
como campo de experimentación. Universia Business Review, pp. 10-27.
NOVY, A. y LEUBOLT, B. (2005): “Participatory Budgeting in Porto Alegre: Social Innovation
and the Dialectical Relationship of State and Civil Society”, Urban Studies, Vol. 42, nº 11, 2023-
2036
ORTEGA VALCÁRCEL, J. (1998): «El Patrimonio Territorial como recurso cultural y econó-
mico» Ciudades, 4. Territorio y Patrimonio, Valladolid, Instituto de Urbanística de la Universidad
de Valladolid.
OSHRY, B. (1998): Seeing Sistems.
PERÉZ BUENO, L. C. (2009): Tendencias de cambio del Tercer Sector en Europa y en España.
Revista Española del Tercer Sector, Nº 10, (http://www.fundacionluisvives.org/rets/10/)
PÉREZ YRUELA, M. (2007): “El retorno de la Sociología”, Revista Española de Sociología,
nº 7, pp.13-26.
PERRINI, F. y VURRO, C. (2005): “Teoría y práctica en la innovación y el cambio social”, Ini-
ciativa emprendedora, nº 48, pp. 8-21.
PRAHALAD, C. K y HART, S. L. (2002): “The fortune at the bottom of the pyramid”, Strategy
+ Business, nº 26, pp. 54-67.
PRAHALAD, C.K y RAMASWANY, V. (2004): The future of competition: co-creating unique
value with customers. Harvard Business School Pub: Boston, USA.
PUNSET, E. (2008): Viaje al amor. Destino. Barcelona.
RODDICK, A. (1994): “Reponse to Business in a New Age”, Harvard Business Review, mayo
junio, pp. 144 146.
ROTHWELL, R. (1991): “External networking and innovation in small and medium-sized ma-
nufacturing firms in Europe”. Technovation. Vol. 11 Nº 2. Elsevier Science Publishers Ltd.
VÁZQUEZ BARQUERO, A. (1999): Desarrollo, redes e innovación, Madrid,
Editorial Pirámide.
37
39. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
VELTZ, P. (1998): Mundialización, ciudades y territorios, Barcelona, Ariel.
ZURBANO IRIZAR, M. (2008): “Gobernanza e innovación social. El caso de las políticas pú-
blicas en materia de ciencia y tecnología de Euskadi”. CIRIEC-ESPAÑA, nº 60, pp.73-94.
38
40.
41.
42. Innovación social & Inclusión Social en Europa
Innovación social & Inclusión Social
en Europa
Miguel A. García Salguero.
Periodista y consultor experto en comunicación, innovación
social y proyectos de cooperación al desarrollo.
1.- La innovación social, un reto europeo
Más de 100.000 ciudadanos procedentes de 120 países han votado a través de la página web
www.reto2030.eu qué retos de la ciencia y la innovación deberían estar solucionados en el
año 2030, gracias a la Agencia Ciudadana de Ciencia e Innovación, una iniciativa innovadora
de participación y sensibilización ciudadana organizada por el Ministerio de Ciencia e Innova-
ción a través de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) en el marco
de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea.
Desde el pasado 22 de abril y hasta el 26 de mayo, los ciudadanos han tenido la oportunidad
de votar por su reto preferido entre los propuestos por catorce personalidades europeas, como
Jane Goodall, Norman Foster, Ignacio Cirac o Margarita Salas. Almacenar la electricidad de
forma más eficiente, desarrollar órganos artificiales para reemplazar órganos dañados y robots
que faciliten nuestras vidas son los tres retos —propuestos respectivamente por la economista
Paulina Beato, el doctor Rafael Matesanz y el científico Javier Tejada— que han sido más vo-
tados.
Esta iniciativa pone de manifiesto una vez más la importancia de la participación ciudadana
en la construcción de una sociedad europea moderna, en la preocupación ciudadana de los
problemas, necesidades y retos que deben afrontarse en los años venideros, y si bien supone
una iniciativa que favorece la intervención de la sociedad civil, resulta una propuesta algo tí-
mida, que también refleja que la elaboración y puesta en marcha de propuestas innovadoras
en torno a la participación de la ciudadanía en las políticas de la Unión Europea es un claro
reto pendiente para Europa.
41
43. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
Para lograr la movilización y motivación de la sociedad europea en su conjunto es preciso su-
perar el enfoque empresarial y tecnológico del concepto de innovación. Según el propio dic-
cionario de la Real Academia Española, “la innovación es la creación o modificación de un
producto, y su introducción en un mercado. Un aspecto esencial de la innovación es su apli-
cación exitosa de forma comercial”. La propia definición académica del término nos lleva a
establecer una relación entre innovación y el ámbito empresarial o comercial, tecnológico o
incluso científico. Pero, ¿que ocurre si al término Innovación le añadimos palabras como “so-
cial”, “educativa”, “cultural”, “ciudadana”…? Sucede que probablemente aún confundamos
más a la población, dado que la innovación social, la innovación ciudadana o la innovación
educativa son términos quizás aún ambiguos y poco utilizados por la sociedad en general.
En este trabajo vamos a utilizar el concepto de Innovación como la aplicación de nuevas ideas,
conceptos, productos, servicios, metodologías y prácticas, que contribuyan a obtener una
mejor calidad de vida de la ciudadanía. En el ámbito empresarial se indica que un elemento
esencial de la innovación es su aplicación exitosa de forma comercial, en el ámbito social
debe entenderse que lo más importante de una innovación es que su aplicación redunde en
lograr mayor eficacia en los resultados y beneficios de la ciudadanía para conseguir mejorar
la calidad de vida de la población.
La innovación exige conocimiento y equilibrio para transportar las ideas, del campo imaginario
y de la creatividad, al campo de la realidad. Innovar proviene del latín innovare, que significa
acto o efecto de innovar, tornarse nuevo o renovar, introducir una novedad.
En la Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al Año Europeo de la Creatividad
y la Innovación 2009 se establecía que “Europa necesita impulsar su capacidad de creatividad
e innovación, por motivos tanto sociales como económicos. El Consejo Europeo ha reconocido
en repetidas ocasiones que la innovación es fundamental para la capacidad de Europa de
responder efectivamente a los desafíos y posibilidades de la globalización”.
La capacidad de innovar en el ámbito social está estrechamente vinculada al conocimiento y
a la capacidad de dar respuesta a las necesidades sociales y ciudadanas, a imaginar y plan-
tear soluciones como un atributo personal o de un grupo de personas basado en aptitudes y
valores culturales e interpersonales. El conocimiento y por tanto, las personas, con sus prin-
cipios, valores, ideas, y su capacidad de poner en práctica dichas ideas se convierten así en
el eje central de la innovación social.
La Comunicación de la Comisión Europea sobre Una estrategia amplia de innovación para la
42
44. Innovación social & Inclusión Social en Europa
UE, señala también que «Sin la educación como política de base, la innovación seguirá sin
tener apoyo”. La educación y el aprendizaje permanente en el caso de los adultos, se configura
como otro elemento clave en el desarrollo de la innovación social. Pero además, la innovación
social implica necesariamente otros factores, como la participación ciudadana, la capacidad
de replicar y de compartir las buenas prácticas y las experiencias exitosas, también las expe-
riencias negativas, y el compromiso de los diversos actores y agentes que intervienen en cada
iniciativa.
Sin tratar de ofrecer aquí una definición sobre innovación social, y con la única intención de
aportar una breve reflexión que favorezca el debate y el análisis crítico y público de la inno-
vación y lo social en el entorno europeo, destaco algunos elementos claves que debieran
darse en toda innovación social:
- Innovar debe entenderse en el ámbito social como una manera diferente de hacer las cosas,
crear e imaginar nuevas respuestas a nuevas o viejas demandas. La innovación social nece-
sita ser útil y satisfacer una demanda social, mejorando lo ya existente.
- Qué el objetivo central de cualquier proceso de innovación social resida en la mejora de la
calidad de vida de las personas.
- Que sean las propias personas como portadoras del conocimiento necesario para su aplica-
ción real y como benefactoras de la propia innovación el eje central de la innovación social.
- Que favorezca la participación ciudadana de forma activa y promueva la implicación y com-
promiso de la sociedad y de sus diferentes actores.
- Que se replique, se difunda y se comparta para su aplicación en otros lugares, con otros ac-
tores…
No existe una única definición de innovación social, de la misma manera que se debe entender
que pueden darse múltiples iniciativas que resulten innovadoras en determinados territorios y
en otros no, o que vayan destinadas a un colectivo y no resulten tan innovadoras como para
otros, es por ello que cada iniciativa de innovación social debe incluir forzosamente la adap-
tación al medio y a los colectivos a los que se dirige, la participación activa de la ciudadanía
en la identificación de las necesidades y en el propio desarrollo y el compromiso participativo
de los actores y agentes que intervienen e influyen en el marco de cada iniciativa.
43
45. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
Debemos ser conscientes de que la mayor parte de las innovaciones, en el campo social, son
el resultado de la difusión y adaptación creativa de innovaciones que han tenido lugar en otros
ámbitos o en otros proyectos. Los proyectos de innovación social rara vez son ideas comple-
tamente originales, lo verdaderamente original e innovador puede residir en la capacidad en-
dógena de adaptar y aplicar diversos conocimientos a un problema particular bien identificado.
Aunque la intención y el fin de un proyecto innovador sea resolver necesidades particulares
de colectivos específicos radicados en territorios concretos, quizás el mayor logro de esa ini-
ciativa social sea que pueda seguir aplicándose y ofreciendo soluciones y respuestas a un
mayor número de personas situadas en lugares totalmente distintos, pero con necesidades
muy similares.
Y es quizás en este ámbito en el que la innovación social sigue siendo un reto para la Unión
Europea y los países que la conforman, no en el hecho de que en el marco de los países que
pertenecen a la UE no se desarrollen iniciativas innovadoras, que si que las hay, sino en la di-
fusión y réplica de todas y cada una de esas iniciativas cuyo éxito se ha demostrado y que
están contribuyendo a dar respuestas a las demandas sociales.
2.- La socialización de la innovación
"La innovación es social porque impacta a la sociedad, genéricamente hablando, es decir,
satisface necesidades de grupos humanos, soluciona con su participación, problemas que
inciden en el mejoramiento de su situación, condición y calidad de vida, o al menos crea las
condiciones favorables para el logro de estos propósitos."
José Lázaro Hernández Gil
En la Comunicación "Una estrategia amplia de innovación para la Unión Europea" (2006) la
Comisión Europea considera que la innovación "debe formar parte de los valores sociales de
base y que los ciudadanos no deben temerla, sino más bien comprender que beneficia al con-
junto de la sociedad". Y añadiría que no solo deben comprender y participar de sus resultados,
sino interiorizar la innovación y la creatividad como factor clave de desarrollo. Es lo que po-
dríamos denominar como "apropiación social" de la innovación o socialización de la innova-
ción.
Eso sí, para socializar la innovación, para hacer que la ciudadanía incorpore la innovación, la
creatividad a sus propios valores sociales y no la teman es necesario que se provoque un
44
46. Innovación social & Inclusión Social en Europa
cambio cultural y se ponga a disposición de la ciudadanía la información y las herramientas
necesarias para que esto pueda darse. Hasta ahora existe mucha confusión y ambigüedad
no solo acerca del propio término “innovación” más allá del concepto empresarial o tecnoló-
gico, sino también en su propia aplicación, quizás debido a un uso indiscriminado de este con-
cepto, que empieza a perder cierto valor.
En las empresas, en las organizaciones, en las propias administraciones públicas e incluso
en la propia sociedad existe una necesidad de crear e imaginar procesos revolucionarios que
provoquen cambios y permitan hacer las cosas de manera diferente, y más aún en el actual
periodo en crisis, donde parece que lo único que se tiene claro es que las cosas deben ser di-
ferentes. Ahora bien, no basta solo con inculcar la idea de que todos tenemos que ser creati-
vos. Se hace preciso una transformación cultural.
La apropiación social de la innovación implica replantearnos las estrategias sobre innovación.
Un claro ejemplo de esto la encontramos en los objetivos a alcanzar por España en su Estra-
tegia Estatal de Innovación (E2I), que se concreta en la necesidad de movilizar del orden de
6.000 millones de euros adicionales en actividad investigadora privada (1,9% del PIB); en du-
plicar el perímetro de empresas que hacen innovación, incorporando 40.000 empresas más;
y en obtener una balanza de pagos tecnológica competitiva que reduzca el saldo actual esti-
mado de 20.000 millones negativos, hacia cotas próximas al cero.
Se trata de un objetivo fundamental para avanzar en el proceso de la innovación, si bien de
poco nos serviría convertirnos en el noveno país del mundo más innovador, si su aplicación
práctica, si su desarrollo no implica a la sociedad española. Podríamos hablar entonces que
España sería el noveno país que más presupuesto moviliza para algunos aspectos relaciona-
dos con la innovación, pero no podríamos decir que la sociedad española sea una sociedad
innovadora.
Una sociedad que se apropia e integra la innovación, la creatividad, como factor de desarrollo
cultural y que pasa a formar parte de su propia identidad y de sus valores necesita que la in-
novación sea una estrategia transversal, aplicada a todos y cada uno de los aspectos de la
vida, desde el ámbito científico y de investigación, al ámbito empresarial, pasando por la edu-
cación, la cultura o lo social, y es que si la innovación no se socializa, no hay sistema de in-
novación posible.
Hagamos una breve reflexión. ¿Dónde se encuentran físicamente los espacios públicos de la
innovación e investigación?. Generalmente en los Parques Tecnológicos, es decir, en las afue-
45
47. La innovación social, motor de desarrollo de Europa
ras de las ciudades donde si llegan las empresas pero no tanto los ciudadanos. No se trata
sólo de crear espacios de innovación e investigación para los profesionales actuales, sino que
su actividad debe empapar a la sociedad.
En Andalucía hace unos años se creó el Instituto de Innovación para el Bienestar Ciudadano,
centro que nace con el ambicioso y noble objetivo de mejorar la calidad de vida y bienestar
de todas las personas, utilizando una metodología que sitúa a las personas en el centro del
proceso innovador. Sin embargo, el centro se encuentra ubicado en el Parque Tecnológico de
Andalucía (PTA), a varios kilómetros de la ciudad de Málaga y alejado de la propia ciudadanía.
Claro que tendrá su justificación y su explicación lógica el que se encuentre ubicado en este
espacio, pero me pregunto si no sería más oportuno que el Instituto de Innovación para el
Bienestar Ciudadano estuviera en el entorno de los ciudadanos. Si alejamos la innovación de
los centros de las ciudades y por tanto de la sociedad, y no promocionamos su utilidad difícil-
mente podremos construir un discurso de acercamiento a la cultura del cambio.
Replantear las estrategias sobre innovación implica necesariamente plantear también cual
debe ser el papel de la ciudadanía en este proceso si lo que se persigue es generar un cambio
cultural. ¿Debe la sociedad participar de forma activa en la construcción de una cultura inno-
vadora? O por el contrario, ¿debe dejarse llevar y asumir los valores de la innovación como
un factor clave de desarrollo? ¿La innovación actual favorece el empoderamiento de la ciuda-
danía y por ende, un mayor compromiso social? O, por el contrario, ¿es la innovación el medio
para la pasividad de la ciudadanía?. A este respecto son muy pocos los estudios y trabajos
específicos que ofrecen datos acerca de la opinión y percepción de la ciudadanía europea
respecto a la innovación.
Los últimos informes del Eurobarómetro donde se miden y analizan las tendencias y actitudes
de los europeos acerca de la innovación reflejan que pese a los esfuerzos realizados por las
Instituciones Europeas para fomentar una cultura de innovación en los ciudadanos, parece
que no se han obtenido los resultados esperados. Del análisis de los datos del Eurobarómetro
se puede deducir que los europeos, en general, poseen una débil cultura orientada a la inno-
vación, si bien es cierto que existen grandes diferencias entre países. Los datos muestran im-
portantes contradicciones y presentan dificultades para su interpretación, y lo que es peor
dificultades acerca de cómo debe abordarse este problema de manera global.
Si se trata de generar un cambio cultural hacia la creatividad y la innovación, con una actitud
proactiva de la ciudadanía, y la asunción del riesgo necesario para garantizar el éxito, se hace
necesario el empoderamiento de la ciudadanía como actor principal en el proceso de la inno-
46
48. Innovación social & Inclusión Social en Europa
vación. La sociedad cumple un doble papel en el proceso de innovación, uno desde el punto
de vista de creador y consumidor de las innovaciones y otro como miembro e integrante de
una sociedad con una cultura determinada.
No olvidemos que en la ciudadanía, se encuentra el conocimiento en forma de información,
valores, actitudes, experiencias y habilidades y la innovación social o ciudadana se está con-
virtiendo en un motor de enriquecimiento personal, de avance social, de desarrollo urbano y
de crecimiento económico.
3.- Innovación ciudadana e inclusión social
«Un hambriento dará más valor a cómo utilizar una caña de pescar que a la entrega de un
pescado, porque una vez que se haya comido el pescado, nuevamente tendrá hambre.»
Dicho popular
Desde la Unión Europea se ha definido la inclusión social como un proceso que asegura que
aquellas personas en riesgo de pobreza y de exclusión social aumenten las oportunidades y
los recursos necesarios para participar completamente en la vida económica, social y cultural,
así como gozar de unas condiciones de vida y de bienestar que se consideran normales en
la sociedad en la que viven. La lucha contra la pobreza y la exclusión social es uno de los
compromisos más firmes de la Unión Europea y sus Estados miembros, y muestra de ello es
que 2010 es el Año Europeo de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social.
La participación de los ciudadanos en la vida política de Europa es una de las cuestiones que
la Unión Europea está intentando impulsar desde el año 2005 con la aprobación del Plan D,
Democracia, Diálogo y Debate. Crear una sociedad inclusiva y compartir la responsabilidad
con los ciudadanos es una de las claves de la nueva sociedad europea.
La innovación social y la participación ciudadana deben entenderse como sistemas que favo-
recen los procesos de inclusión y desarrollo social, ahora bien, la capacidad de la sociedad
para intervenir y dar respuesta a las necesidades sociales tienden a ser proporcionalmente
similar a la capacidad innovadora de esta. Es decir que si en el caso de Europa, los procesos
de innovación social son aún débiles, débiles serán también las respuestas que se puedan
aportar a las demandas sociales, y por tanto a la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
De ahí la necesidad de fomentar la innovación social, la participación ciudadana, el empode-
47