1. ‘CAMACOL’ ‘FELAP’
Sr. Noly Manuel López.
DIRECTOR DE RELACIONES INTERNACIONALES DEDIRECTOR DE RELACIONES INTERNACIONALES DE ‘‘ARGOS IS-INTERNACIONALARGOS IS-INTERNACIONAL’’
‘El gran poder mundial no ha encontrado aún el arma para destruir los sueños. Mientras no la encuentre,
seguiremos soñando, es decir, seguiremos triunfando’...
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Economía: La política de EE.UU.
intensifica los conflictos monetarios y comerciales
ECONOMIA… ARGOS: OCTUBRE 23 DE 2010…
XBarry Grey
WSWS/Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Después de la polémica reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que tuvo lugar el
9 y 10 de octubre en Washington, el descenso hacia una guerra monetaria y comercial
global se ha acelerado, y EE.UU. juega el papel de instigador en jefe.
EE.UU. alienta deliberadamente una venta de dólares en los mercados monetarios
internacionales a fin de hacer subir las tasas de cambio relativas de sus principales
rivales comerciales, aumentando así el precio efectivo de sus exportaciones a EE.UU.
mientras rebaja los precios de exportaciones estadounidenses a sus mercados.
2. Aunque es responsable en gran parte del creciente desorden financiero, Washington
acusa a China, en particular, de poner en peligro la recuperación económica global al
negarse a aumentar con más rapidez la tasa de cambio de su moneda, el renminbi
(también conocido como yuan). Al actuar para reducir el valor del dólar, el gobierno de
EE.UU. y la Junta de la Reserva Federal presionan cada vez más a los chinos para que
revalúen, ignorando las advertencias de Pekín de que un aumento rápido de su moneda
dañará sus industrias de exportación, provocando despidos masivos e intranquilidad
social.
La política proteccionista del dólar barato tiene también una importante función política
interior. Apunta a desviar hacia China y los “extranjeros” en general la creciente cólera
pública por la negativa de proveer puestos de trabajo o una ayuda seria a los
desocupados del gobierno de Obama y del Congreso. Uno de sus partidarios más
entusiastas es la burocracia sindical.
El informe del Departamento de Comercio de EE.UU. del jueves de que el déficit comercial
de EE.UU. se amplió en casi un 9% en agosto, sobre todo debido a un déficit récord de
28.000 millones de dólares con China, será utilizado para justificar más presión de guerra
comercial contra China.
La política de EE.UU. y el crecimiento de las tensiones internacionales se pusieron en
evidencia en la reunión del FMI en Washington. El secretario del Tesoro de EE.UU.,
Timothy Geithner, declaró que la moneda china estaba subvalorada y exigió que el FMI
adopte una línea más dura contra países con superávit, como China, que no revalúan sus
divisas, para que acepten una reducción de sus exportaciones.
El gobernador del banco central de China, Zhou Xiaochuan, adujo que las expectativas de
que la Reserva Federal de EE.UU. lanzará aún más dólares a los mercados a través del
‘relajamiento cuantitativo’ [quantitative easing] complican los desequilibrios e inundan las
economías emergentes con la afluencia desestabilizadora de capitales.
Ante el desacuerdo de los representantes de la primera y segunda economías del mundo
por su tamaño, el FMI no logró ningún acuerdo sobre la crisis monetaria. Aliados de
Washington como Alemania y Japón indicaron su apoyo para una revaluación del
renminbi, pero se negaron rotundamente a alinearse tras una ofensiva diplomática contra
Pekín dirigida por EE.UU.
Esto, de hecho, postergó la confrontación entre EE.UU. y China hasta la próxima cumbre
del G20 de las principales economías, que tendrá lugar el 11 y 12 de noviembre en Seúl,
Corea del Sur.
En la semana siguiente tuvo lugar una escalada de la política de dólar barato de
Washington, cuando la Junta de la Reserva Federal dio más indicaciones de que se
propone reanudar el equivalente electrónico de la impresión de cientos de miles de
millones de dólares, el llamado ‘relajamiento cuantitativo’, posiblemente en su próxima
reunión de determinación política el 2 y 3 de noviembre. Aunque lo hace en nombre del
estímulo de la creación de puestos de trabajo, el principal efecto de una renovación de las
compras por la Reserva Federal de valores del Tesoro de EE.UU. será el aumento del
suministro de crédito virtualmente gratuito a los principales bancos y corporaciones de
EE.UU. y alimentará un mayor aumento de los beneficios bursátiles y corporativos.
Desde agosto, cuando la Reserva Federal tomó los primeros pasos hacia una reanudación
a gran escala de las compras de deuda, el índice bursátil Dow Jones ha subido más de un
10% a pesar de continuas reducciones en las nóminas estadounidenses.
3. El viernes, en un discurso muy esperado en el Banco de la Reserva Federal de Boston, el
presidente de la Reserva, Ben Bernanke, dio a entender que está de acuerdo con una
reanudación anticipada del relajamiento cuantitativo. Hablando del Comité Federal de
Mercado Abierto (FOMC), que determina la política de la Reserva Federal, dijo:
“Considerando los objetivos del Comité, parece –si no ocurre ningún imprevisto– que se
justifica que se tome una acción adicional”.
Bernanke tomó el paso, extremadamente inusual, de declarar que el actual índice de
inflación es demasiado bajo y dejó en claro que la futura política de la Reserva Federal
será aumentar la tasa de inflación a cerca de un 2% mediante estímulos monetarios. “Por
lo tanto, en efecto,” dijo, “la inflación se mueve a niveles que son demasiado bajos en
relación con los que el Comité considera como más consistentes con el doble mandato a
largo plazo de la Reserva Federal [mantener la estabilidad de los precios y limitar el
desempleo].” [Énfasis de Bernanke],
El llamado a una política monetaria inflacionaria no es impulsado, como Bernanke
quisiera que crea el público, por un deseo de reducir significativamente la tasa de
desempleo. La Reserva Federal no declararía que la inflación es demasiado baja a menos
que confiara en que la continuación del alto desempleo permitirá que el gran capital
continúe en su esfuerzo por reducir los salarios e impedirá una recuperación de los
salarios.
Al pronunciar su discurso, Bernanke era muy consciente de que hablar simplemente de
relajamiento cuantitativo y de una política de reflación provocaría una nueva venta de
dólares estadounidenses. En este caso, la nueva caída del dólar, que comenzó después
de la reunión del FMI, se aceleró el viernes.
Sobre una base ponderada de comercio, el dólar cayó 0,7% a un nuevo punto bajo para el
año después del discurso de Bernanke, y el dólar australiano alcanzó la paridad por
primera vez desde que entró en flotación libre en 1983. El dólar estadounidense también
cayó a su paridad con el dólar canadiense.
Además, el dólar bajó a un nuevo punto bajo frente al franco suizo. Virtualmente todas las
divisas asiáticas aumentaron frente al dólar, el oro llegó a un nuevo récord, y otras
materias primas como la plata, el cobre y el trigo mantuvieron su espiral ascendiente.
El dólar está ahora en su nivel más bajo en los últimos 15 años contra el yen y a su nivel
más bajo en nueve meses contra el euro.
El Wall Street Journal on Saturday publicó un mordaz editorial en el que resumió sin
ambages las implicaciones para la guerra monetaria y comercial del discurso de
Bernanke. Comenzó diciendo: “En medio de la derrota del dólar en los años setenta, el
secretario del Tesoro, John Connally, hizo la famosa declaración a un grupo de inquietos
europeos de que el dólar ‘es nuestra moneda, pero vuestro problema’. Si se lee entre
líneas, es más o menos lo que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo
ayer al justificar el ulterior relajamiento monetario de la Fed.”
El editorial siguió diciendo: “En un discurso de casi 4.000 palabras, el jefe de la Reserva
Federal no mencionó ni una sola vez el valor del dólar. Nunca mencionó tipos de cambio,
a pesar de la confusión en los mercados monetarios del mundo al caer el dólar en
anticipación de más relajamiento de la Fed… El mensaje del presidente es que la Fed está
totalmente concentrada en la economía interior de EE.UU. y que imprimirá tantos dólares
como sean necesarios para reactivarla. El resto del mundo se las tiene que arreglar por su
propia cuenta y puede ajustar sus políticas como diferentes países lo consideren
conveniente. Si otras monedas se disparan respecto al dólar, es el problema de algún
otro.”
4. En la misma semana, el columnista del Financial Times, Martin Wolf publicó un artículo en
el que también subrayó la esencia unilateralista y nacionalista de la política de EE.UU. “En
resumen”, escribió Wolf, “los responsables políticos de EE.UU. harán todo lo que sea
necesario para evitar la deflación. Por cierto, la Reserva Federal seguirá adelante hasta
que EE.UU. haya sido satisfactoriamente reactivado. Lo que ese esfuerzo signifique para
el resto del mundo no es su problema…
“En lugar de cooperación en el ajuste de los tipos de cambio y las cuentas externas,
EE.UU. quiere imponer su voluntad, mediante la imprenta… En el peor momento de la
crisis, los dirigentes se mantuvieron unidos. Ahora la Reserva Federal quiere colgarlos
separadamente.”
El Financial Times on Friday presentó una cierta indicación de creciente enojo dentro de
Europa por la política monetaria de EE.UU., y citó a un “importante responsable político
europeo” que calificó la política de la Reserva Federal de “irresponsable”. El artículo citó
al ministro ruso de finanzas, Alexei Kudrin, quien dijo que un motivo para la inquietud por
la tasa de cambio “es la política monetaria estimulante de algunos países desarrollados,
sobre todo EE.UU., que tratan de resolver de esta manera sus problemas estructurales.”
Después del discurso de Bernanke del viernes, el gobierno de Obama anunció dos nuevos
pasos en su confrontación con China. El Departamento del Tesoro retardó la publicación
de su evaluación semestral de las políticas monetarias de las principales contrapartes
comerciales de EE.UU., diciendo que retendrá la declaración hasta después de la cumbre
del G20 del próximo mes en Seúl.
El gobierno está bajo presión de destacados legisladores demócratas, respaldados por
los sindicatos, para que declare en la evaluación monetaria que China es un manipulador
de divisas, una acción que podría conducir a aranceles y tributos de represalia contra
importaciones chinas. Sin embargo, el gobierno se ha opuesto a una acción tan
abiertamente hostil que, además, se adelantaría a discusiones del G20 sobre el tema
monetario. Prefiere formar una coalición de Estados europeos y asiáticos contra China.
Al mismo tiempo, sin embargo, en gran parte para calmar a halcones proteccionistas del
Partido Demócrata, el representante comercial de EE.UU. anunció que lanzará una
investigación de una demanda presentada por los Trabajadores Siderúrgicos Unidos en la
que acusan a China de subsidios injustos e ilegales a su industria de energía verde.
Impacto global de la política monetaria de EE.UU.
La política de dólar barato de Washington aumenta la presión sobre los principales países
con superávit –China, Alemania y Japón– así como sobre las economías emergentes de
Asia y Latinoamérica para que reaccionen devaluando sus propias monedas a fin de
compensar la ventaja comercial de rivales con divisas en caída, ante todo EE.UU.
Es el panorama clásico de devaluaciones competitivas y de políticas de “empobrece a tu
vecino” que caracterizaron la Gran Depresión de los años treinta y produjeron una
fractura del mercado mundial en bloques comerciales y monetarios hostiles, que
terminaron por llevar a la Segunda Guerra Mundial.
Todas las principales potencias y naciones de ascenso económico renunciaron
solemnemente a este modo de actuar en reuniones internacionales después del estallido
de la crisis financiera en septiembre de 2008. Ha tardado menos de dos años para que
esta tan alabada coordinación global se derrumbara en amenazas mutuas y una guerra
económica abierta.