Los atascos se producen por diversas causas como semáforos, accidentes o cambios en el tráfico, y cada conductor tarda más en arrancar que el de delante, lo que ralenta enormemente la circulación. Para minimizar los efectos de los atascos, se recomienda escuchar la información de tráfico, no cambiar de carril sin necesidad, ceder el paso al incorporarse, comprobar el nivel de combustible y apagar el motor en paradas largas. Lo más importante es mantener la calma y saber que se saldrá del atasco.
1. Consejos para afrontar los atascos
Todos nos hemos visto o nos vemos a diario envueltos en algún atasco. El sentimiento
de frustración que nos invade es grande y cada uno lo sobrelleva como puede. Hay
ciudades como Madrid o Barcelona donde este es un problema crónico a las horas
punta. Pero ¿Qué podemos hacer cuando el ir y volver del trabajo se convierte en un
suplicio?
Los atascos se producen por cualquier causa, puede ser un semáforo, una rotonda, un
carril cortado por obras u otros tipo de factores imprevisibles como un accidente, un
aguacero intenso o cualquier otra circunstancia que obligue a algunos vehículos a
reducir la velocidad, como la incorporación de vehículos a la vía o cambios frecuentes
de carril.
Según algunos estudios con la circulación detenida, se calcula que cada conductor
arranca un segundo más tarde que el que lo precede. Esto hará que en un kilómetro de
retención, el último coche arrancará dos minutos y medio más tarde que el primero. Si
es de 20 kilómetros hará falta casi una hora simplemente para que todos los coches se
pongan en marcha.
Dentro de un atasco, conviene tener en cuenta algunos consejos y seguir ciertas
pautas para minimizar sus efectos:
La información de tráfico en la radio puede servir de gran ayuda para evitar el atasco o
para buscar alternativas en caso de estar atrapado.
No cambiar injustificadamente de carril esto suele ralentizar aun más el tráfico.
En caso de incorporarse al tráfico desde otra vía, hay que ceder el paso al primero de la
fila que se incorpora. Es un comportamiento previsible que aporta fluidez.
Si se prevé una retención larga, es necesario comprobar que se cuenta con suficiente
combustible. En un atasco el coche gasta mucha gasolina al mantener tanto tiempo el
motor “al ralentí”. El consumo por kilómetro puede ser mayor en una gran congestión
que marchando a 120 km/h en una autopista.
Si las paradas son muy prolongadas, conviene parar el motor. Se calcula que es rentable
desconectar un motor moderno de inyección de gasolina si se va a estar parado más de
dos minutos.
Después de salir del atasco nunca se debe intentar recuperar el tiempo perdido. El día
podría completarse con una cuantiosa multa o, peor, con un accidente causado por el
nerviosismo. Mejor usar el móvil y avisar del retraso.
Después de todas estas observaciones, recuerda que lo importante es mantener la
tranquilidad y saber que más tarde o más temprano saldrá de allí. Así que tómese el
atasco con deportividad, encienda la radio y escuche su música favorita.