La Plaza de Armas del Cusco ha sido testigo de los eventos históricos más importantes del imperio inca y de la colonización española. Llamada originalmente Huacaypata por los incas, fue el centro ceremonial y administrativo del Tahuantinsuyo. Aunque ha presenciado períodos de prosperidad y crisis a lo largo de más de mil años, la plaza sigue siendo el corazón de Cusco.
1. Huacaypata, el viejo corazón
del Cusco
La Plaza de Armas del Cusco, como ningún otro lugar del Perú y quizás de
América, es un testigo privilegiado, de los más importantes acontecimientos
históricos del mundo Andino. La vieja Huacaypata -así era llamada por los
Incas- será por siempre el "ombligo" del Tawantinsuyo, ese fabuloso imperio
gobernado por los hijos predilectos del Sol.
Si por algún artilugio o hechizo mágico, la Plaza de Armas del Cusco
se convirtiera en un ser humano, no nos cabe la menor duda de que
sería un incontenible narrador -o narradora- de fantásticas historias.
Un personaje único de edad indescifrable. Y es que nadie sabe su
antigüedad, pero es probable que tenga más de mil años de
existencia. Después de ser durante siglos un silencioso testigo de
importantes sucesos, la Plaza de Armas tendría una infinidad de
relatos con que obsequiarnos. Y de paso, nos confirmaría, si es cierta
la leyenda de que fue trazada por el mítico Manco Cápac, quien la
eligió como el simbólico centro del imperio, que su padre el Sol le
había ordenado fundar
Nos contaría, también, que en el tiempo de los incas era llamada
Huacaypata, palabra quechua de cuyo significado exacto no estamos
seguros, pues, mientras que algunos la traducen "plaza de guerrero"
otros lo hacen como "plaza de lamentos". Dos acepciones para este
entrañable escenario andino, lugar de ceremonias religiosas y
2. militares en el tiempo de los "hijos del sol".
en sus palabras, no podría evitar traslucir cierto tono de vanidad y
orgullo -y motivos no han de faltarle- pues era el "ombligo" desde
donde partían los caminos que llegaban a los cuatro suyos, las
divisiones territoriales del inmenso imperio. Del poderoso
Tawantinsuyo. Las interrogantes no serían pocas; las respuestas no
serían breves. Quisiéramos que nos relate el Inti Raymi, la fastuosa
celebración en honor al dios Sol; o los detalles de esa fiesta inca, en la
que se sacaban en procesión las momias de los antepasados.
3. Tiempos prósperos para los herederos de una cultura, que años más
tarde conocería la espalda de la suerte. La desgracia se personificaría
en unos hombres de extraño aspecto, que venían de tierras lejanas.
¿Qué sintió cuándo Francisco Pizarro gritó a viva voz la conquista del
Cusco?. Era el 23 de marzo de 15344 y el conquistador fundaba una
ciudad española en el ombligo del mundo inca. Después se
levantarían sobre los cimientos de los palacios y templos de piedra,
las iglesias y casonas coloniales que existen hasta hoy. Y el
Huacaypata, el simbólico centro del Tawantinsuyo, alrededor del cual
Pachacutec, Huiracocha y Huayna Capac,Plaza de Armas, con esa
bella arquería de piedra que aún se conserva. Volvía a nacer, pero
ahora tenía un rostro mestizo, igual al de los nuevos hijos de estas
tierras.
Nos contaría tal vez en tono lento -así suele expresarse la
sabiduría- como presenció el cambio que se operaba en la "capital
Arqueológica de América". Diría que los españoles no se atrevieron a
destruir del todo esa maravilla arquitectónica que era el Cusco,
produciéndose una fusión de estilos.
4. Prueba de ello: se edificó sobre el Qorincancha o Templo del Sol la
iglesia de Santo Domingo; en el Acllahuasi o casa de las Vírgenes del
Sol la iglesia de Santa Catalina; y en el Suntur Wasi la Catedral,
aunque está sería trasladada, posteriormente, al Palacio del Inca
Huiracocha</b. Y es que la Plaza de Armas fue testigo de los
cambios. Cusco tomaba un nuevo cariz, el de un evidente sincretismo,
una perfecta fusión de dos culturas: la andina y la occidental. Lo que
hace de ella una ciudad única en el mundo,
como la lluvia que humedece sus veredas y jardines, cuando el cielo
andino se pone llorar, con esas lágrimas gruesas que sólo saben caer
de los párpados de sus nubes borrascosas..
No se puede dejar de conversar con Huacaypata,Perú y quizás de
América, que ha sido escenario de los acontecimientos históricos más
significativos. Algunos crueles como la ejecución de Túpac Amaru II y
de toda su familia, por atreverse a luchar contra la opresión española
en 1780.
5. La plaza ha sabido sobrevivir, para recordarnos las grandezas y
desgracias del pasado. Hoy, sigue siendo el corazón de la ciudad,
aunque ya no se escuchan los terribles lamentos de antaño; estos,
han sido reemplazados por las reposadas y alegres voces en
diferentes idiomas -además del español y el quechua- de los cientos
de visitantes, que pasean, se divierten y son subyugados por sus
"ciudadela perdida dos Incas" Machu Picchu é o ponto final desta fantástica
aventura..
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