2. LAS VACASIONES DONDE MI ABUELA BERTA.
Éramos muy felices cuando se acercaban las
vacaciones para ir a la finca de mi abuela.
Todo sucedió misteriosamente a la afueras de la
ciudad de Santa Marta. Donde la brisa y el mar
son las mejores amigas.
Para un suave paisaje y queriendo arrancar
nuestro cabello.
3. En Pozo Colorado en donde vivía mi abuela
donde el terreno es colorado solo se ven cerro y
los cactus.
Una vez no fuimos en el mes de junio si no en el
mes de noviembre.
Ese día llegamos cantando y riendo.
Mis primos, hermanos y mi tía llegamos a las
seis de la tarde y la oscuridad nos abrazaba y a lo
lejos se escuchaba el cacareo de la gallineta.
Los pelos de la piel se me erizaron cuando
escuche aquel cacareo.
Mi abuela preparaba los mechones que
alumbrarían aquel lugar, la brisa venteaba
aquellas llamas (uff, uff) como sonido de bruja.
Dormimos en unas hamacas colgamos los
alimentos en vigas del techo para que los
animales no se lo comieran.
4. Escuchamos un grito como ultratumba afuera de
la casa. Eran los perros, tape mis oídos y solo
vimos la luz de la luna brillar.
Mi abuela solo dijo
-recuerde estamos en el mes de los muertos.
Sentíamos que la hamaca la mesian, y tocaban la
puerta. Y nos dio miedo, y orábamos.
Amaneció salimos a jugar de repente de la tierra
se levantaba. Ere una tinaja.
Luego sentíamos una risa ¡jajajajaja!, luego
escuchamos una voz que decía alejasen de esta
tierra. Era un indio. Salimos corriendo hacia a mi
abuela mi abuela pregunto ¿Qué pasa? Y no
podíamos hablar.
Mi abuela nos llevó inmediatamente al pueblo y
trajo un sacerdote.
Hizo un exorcismo y mi abuela se puso muy
nerviosa.
5. Y el sacerdote dijo.
-este lugar esta maldito porque era un
cementerio de los indígena.
-tienen que salir de aquí o pueden morir.
Y seguirán viendo cosas y no la dejaran en paz
hasta que no tumben su casa.
Mi abuela no hiso caso y siguió viviendo hasta
que murió sola.
Y la hallaron tirada en el piso como un golpe en
la cabeza.
Nosotros nunca volvimos a esas tierras hasta
que se perdieron.
FIN.