1. Museos de Terque
Apología Radical de las Cosas Viejas Año VII nº 76 Junio 2012
Inauguración de la “Cueva de Anica Dolores” en el Día de los Museos
El pasado día 18 de Mayo, los Museos de Terque celebra- En el lado opuesto, el espacio lo preside la mesa para co-
ron el Día Internacional de los Museos con la inauguración mer. Al fondo un armario alacena, recoge la vajilla de la
de la “Casa Cueva de Anica Dolores.” Ubicada en el Barrio casa, platos, tazones, En otra pared lateral, empotrados dos
de las Cuevas de Terque, en la ladera del Cerro de la Cruz. cocios, orzas con pitorros, utilizados para hacer la colada de
La cueva es un extraordinario ejemplo de la vivienda tro- la ropa con ceniza, antes de la llegada de la lejía.
glodítica de la Alpujarra. Terque reúne uno de los conjuntos
Desde aquí, se distribuyen el resto de los espacios de la
de cuevas históricas excavadas por el hombre más impor-
cueva con cuatro puertas: la primera se abre al dormitorio
tantes de Almería y Andalucía, -cerca de dos centenares.-
principal que se comunica con otra habitación al fondo
Las Cuevas de Terque son centenarias, ningún habitante
donde encontramos todavía el lagar con orzas enterradas
vivo del pueblo ha conocido a nadie que construyera una
donde se guardaba el vino.
cueva.
Otra pequeña puerta se abre a una habitación donde se
La Cueva recibe el nombre, en homenaje a su última pro-
guardaban los aperos de labranza. Otra, comunica con un
pietaria Anica Dolores Sánchez, esposa de José Viciana, y
segundo dormitorio con otra habitación contigua utilizada
cuyo hijo Antonio, actual propietario, ha cedido su uso.
de jaraiz.
La Cueva reúne muchos de los elementos característicos de
Por último, otra reducida puerta, por la que hay que pene-
este tipo de hábitat: delante de la cueva, una plazuela con
trar casi agachado da entrada a un segunda cocina con su
un porche que da entrada a la habitación principal, donde
rincón y una cuadra. A ésta también se accede por otra se-
encontramos, presidiendo, el rincón con su chimenea, y a
gunda puerta que da a la plazuela.
ambos lados varios nichos excavados utilizados de leñera y
vasares. A la izquierda del rincón, una puerta da entrada a Las puertas de madera, son las originales de la cueva, y al-
la despensa también con vasares de obra. Como curiosi- guna se cierra con el antiguo “palojo” o tranca. El suelo de
dad, su puerta, es la única con llave, lo que da idea de lo la cueva, en otro tiempo de cantos rodados, esta hoy cu-
importante que era conservar el tesoro de los alimentos que bierto por una capa de cemento. Otra característica más es
allí se guardaban, fuera de la glotonería de los niños de la de sus condiciones de habitabilidad es su temperatura, que
casa. El dicho “ Se ha llevado la llave de la despensa” se uti- suele oscilar entre los 16º y 19º ºC.
lizaba cuando moría el padre de familia.
3. 3
Historia del Vestido
de los Días de Fiesta 1955 Archivo de
“Me gustaba mucho, y nunca me deshice de el, ¡mira Escrituras Cotidianas
que habrá visto mudazas!, ¡total, como no comía…!
Era el vestido de los domingos, de los días de fiesta,
para el diario tenía el quita y pón. Este, no pasó nunca,
a esa categoría, ¡ quizá por los recuerdos que me tra- Los ojos de Valentino, 1932
ía!. Tenía 22 años, cuando llevando el vestido, conocí
a Pepe, mi novio. Una tarde paseando por la Feria al
“ Sr Dn. Francisco Sánchez
verme dijo: “me voy a acercar a esa morenilla”.
Compré la tela en la “Pajarita” en la Puerta de Purche- Muy señor mio: Si al leer estas letras va Vd. a creer que se
na, “Tela Salvaje” le decían. Me lo cosió en 1955, una trata de una señorita histérica o desmoralizada no continue
modista amiga mía, Julia. Era precioso de manga sisa, leyendo.
escote de barca, me llegaba un poco más abajo de la Quizas diga Vd. que no me conoce pues no he tenido la
rodilla.
suerte de haber cruzado con Vd. todavía ninguna palabra.
A mi padre nunca le gustó el vestido “¡A donde vas, a
lucirte, con esos brazos tan bonicos que tienes…!” Yo Yo soy una muchacha que está locamente enamorada de
estaba muy delgada tenía 60 cm. de cintura. Vd., yo lo veo mucho, pero por mas que me esfuerzo a que
note Vd. mi presencia no lo logro pues al cruzarme con Vd.
Trabajaba de aprendiz de sastra desde los 11 años, en desvía la mirada de esos ojos tan tan hermosos dignos del
la sastrería de Sebastián Serrano en la calle Santo
mejor astro de la pantalla con los cuales yo sueño,
Cristo. Siete pesetas a la semana. También servía de
modelo cuando se hacía una chaqueta de mujer “Ponte acompañado de ese rostro digno de seguir en la pantalla la
tú, Susana que tu tienes la espalda recta” me decían aureola que dejo el malogrado Valentino.
Con mi vestido, paseé los domingos de mi noviazgo, Yo se que Vd. acedera a acudir el lunes a las una y cuarto a
tres años y medio. Solo me dejaban salir, de cinco a la salida del metro de Bilbao.
ocho y medía, tanto en invierno como en verano.
De ser fea no me hubiese atrevido a esto, pues creo tener
¡Mucho me tenía que querer para aguantar esto!. Nos
teníamos que salir del cine a media película para no físico y tipo suficiente para enamorar o gustar a cualquier
llegar tarde. Así que paseábamos por el Parque, o nos hombre por exigente que sea.
tomábamos una cerveza en la “Flor de la Mancha”. Esperando aceda a este ruego que tan ardorosamente le
Cuando venia a mi casa, nunca estábamos solos, siem- pide una mujer enamorada.
pre bajo la atenta mirada de mi madrastra. Mi padre,
Luz Esquiroz.
nunca me dejó salir a despedirlo, no fuera a darme un
beso. “ P.D. Ire con una conocida de Vd. Adiós.”
Recuerdos y vestido de Susana Páris Rubio. (Almería
1933- ). Colección Museo Etnográfico de Terque
Carta de Luz
Esquiroz a
Francisco Sánchez
Yebra, natural de
Alhabia (Almería)
y estudiante de
farmacia en
Madrid.
En la imagen
Francisco Sánchez
Yebra junto a su
hermana Ana – de
pie-y una amiga
en 1933.
4. Museo Etnográfico - Museo Provincial de la Uva del Barco - Cueva de San José – Cueva de Anica Dolores
Viaje al Tiempo detenido
El tiempo detenido nos lleva a Terque, a los primeros años del siglo XX. En primer plano tres hombres cortan cañas. Enmarcado la es-
cena, un paisaje de Terque, con la Torre de la Iglesia y la Casa de los Caballitos destacando en el caserío. Los cañaverales abundaban
en los márgenes de ramblas, cauces o del río, donde servían a su vez como defensa natural de los pagos ante las avenidas. Las cañas
eran cortadas en invierno, cuando estaban ya curadas y utilizadas en multitud de aprovechamientos. En la albañilería sirvieron en la
construcción de las techumbres, “encañar los techos” . En la agricultura parralera, las cañas se utilizaron para levantar “cañizos”, que
unas veces hacían de cortavientos y otras para cerrar la entrada a extraños. Para colocar el hisopo con la flor para dar el engarpe, o
para hacer los llamados “manchos” manojos de cañas que atadas hacían las veces de puntales en el parral. .También para guiar la parra
en su primer año hasta el alambrado. Para las tomateras o para hacer en el verano improvisadas “chozas”, donde dormir y vigilar los
frutales. En las casas, las cañas eran siempre imprescindibles en los techos de las despensas para colgar y alejar a los animales de los
embutidos, o de la fruta que se consumiría en invierno, racimos de uva, melones, granadas. Para abrir el marrano en la matanza, para
hacer “chambaos” donde secar al sol, los higos o tomates, o “zarzos” de caña para colocar los quesos. Con ellas, se hacían “mosqueros”
con que espantar a las abundantes moscas o “canutos” con los que avivar el fuego en el rincón. Las cepas de las cañas se utilizaban co-
mo leña. La caña rajada, fue muy utilizada para trabajar multitud de piezas de cestería o en la fabricación de “polleros”. Las cañas tam-
bién se utilizaban para construir el armazón de las colmenas o los “zarzos” donde se criaban los gusanos de seda. En las antiguas tien-
das, para las “tarjas”, canutos de caña,. donde se marcaban simultáneamente entre el comprador y vendedor las compras que se hacían
a débito. También los niños de Terque las utilizaron para hacer variados juguetes como “pitos”, “zancos”, “carriulos”, “escopetas” o el
armazón de las cometas. Incluso el telo de la caña se utilizaba como hemostático natural para cortar las hemorragias. Con ellas también
se construía el armazón de “la zorra”, que se quemaba en las fiestas o para llevar y repartir los roscos del Día de la Cruz. La fotografía
fue tomada por los Hermanos Paniagua, aficionados a la fotografía, se conserva en un positivo en papel fotográfico de 8 x 11cm.
Nuestros Visitantes Libro de Visitas
Museo Etnográfico 2398 “ Pocas experiencias me han acercado tanto a apreciar como
Cueva de San José 2149 la madre tierra es capaz de acoger y apoyar al ser humano
como entrar en la casa de Anica Dolores.”
Museo Provincial de la Uva del Barco 2001
Agustín Sánchez Hita. Etnólogo
Cueva de Anica Dolores 326
¿Cuándo visitar los Museos de Terque?
Horario: Sábados, Domingos y Festivos de 12 a 14 horas.
Fuera de este horario puede concertar una visita guiada
en el teléfono 950 64 33 00.