El documento propone que los venezolanos dediquen un minuto cada noche a las 8 pm a orar en forma colectiva por la paz del mundo, de Venezuela y los países vecinos, siguiendo el ejemplo de un grupo en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial cuyas oraciones nocturnas tuvieron un efecto asombroso al terminar los bombardeos. La oración se presenta como el capital más poderoso.