9. En segundo lugar, si la política se constituye en la antítesis amigo-enemigo la unidad política no puede ser universal. Y todo Estado lo es siempre en contraposición de otro Estado. Por eso Schmitt está convencido que cuando un Estado combate a su enemigo político por ejemplo “la humanidad”, la suya no es una guerra de la humanidad sino la guerra de un Estado que trata de imponer su concepto de humanidad a otro Estado, que tendría un ideal de humanidad diferente.