1. Misterio de DiosProf. Juan CasasMilton Camargo15 de marzo de 2010.Informe de Lectura de: “Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país” <br />Al iniciar esta reflexión en torno al papel de la Iglesia en el mundo actual, se realizara esta visión desde la experiencia pastoral de Monseñor Romero, arzobispo de San Salvador, quién fue acecinado el 24 de marzo de 1980, por no quedarse callado ante las injusticias, al salir en defensa de los más pobres y denunciar las injusticas, sencillamente por estar convencido que el anuncio del Evangelio no es algo abstracto, sino que implica toda la vida, todo el ser, al conmoverse ante el dolor de los demás, ante la opresión ejercida por los poderosos, esto fue lo que vino a hacer Jesús en su anuncio profético, en la que se siente enviado por el Padre para brindar un voz d esperanza ante el pueblo olvidado y oprimido que solloza sin tener voz. Esto fue precisamente lo que llevo a Monseñor a imitar a Jesucristo y no quedarse callado y actuar ante la realidad de su pueblo en el salvador.<br />Es así como Monseñor en sus cartas pastorales realiza un análisis y reflexión de su pensamiento entorno a: 1. La crisis del país a la luz de puebla en la que analiza la situación del mundo que debe evangelizar la Iglesia y su misión, también cual es la base de las injusticias, qué ha llevado al deterioro de la situación política y la actitud del gobierno, analiza el fundamento económico e ideológico de la represión, la crisis interior de la iglesia. Frente a esto se afirmar que la Iglesia no es un refugio separado de la realidad existente en el mundo, sino que es una seguidora de aquel Jesús, que vivió, lucho y murió en medio de su pueblo, dando ejemplo a la humanidad para dar un cambio a ese mundo que está sumido en el egoísmo por unos pocos, que no se conmueven ante el dolor del otro, que no son capaces de escuchar su clamor y lo único que hacen es acrecentar su dolor, en defensa de estos sufrientes es que esta llamado el hombre a entregar la vida, en una acción misericordiosa ante el otro que sufre y suplica misericordia. <br />2. La contribución de la Iglesia al proceso de liberación de nuestro pueblo; aquí analiza la identidad de la iglesia y como se debe dar una evangelización integral con una sólida orientación doctrinal, en donde se busca denunciar el pecado (injusticias) con el fin de buscar el cambió, la conversión que implica todo el ser del hombre, pero para lograr esto se hace necesario develar las idolatrías vigentes en la sociedad para así, promover la liberación integral del hombre. Es liberación pide cambios profundos estructurales, en este proceso de liberación, se hace necesario acompañamiento de la Iglesia a este pueblo o dirigentes (profetas). Por esta razón es que la Iglesia es que debe estar al servicio del mundo, en la que los anunciadores del Reino deben estar preparados para todo tipo de persecuciones (político y social), pues “la Iglesia es como Jesús, para evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos, para buscar salvar lo que estaba perdido”.<br />3. Iluminación de algunos problemas concretos; en este análisis, monseñor Romero el problema de la violencia y presenta el camino a seguir para generar un cambio frente a esta realidad, además hace una aproximación al marxismo y el capitalismos y el peligro que representan para la sociedad, en especial para los más oprimidos, por ello la mejor forma de combatirlos es tomar la opción preferencial por el pobre. También hace alusión a la necesidad de entablar un diálogo nacional que evoque e invoque para poder dar una cambio o revisión real a las estructuras vigentes que oprimen al hombre.<br />4. La línea pastoral de puebla en la Arquidiócesis, este es el último punto que Monseñor sobre el que reflexiona, donde toma como punto de partida las preocupaciones de Puebla y la necesidad frente a estos interrogantes se plantea la necesidad de la adaptación de la evangelización al ambiente actual, en la que la opción preferencial sea por los pobres, para ello se requiere de una pastoral que trabaje en conjunto con objetivos comunes, por lo tanto se hace necesario la elaboración de una pastoral que se adapte a la realidad que involucre una pastoral de masas, de comunidades cristianas de base y de acompañamiento o seguimiento. Para lograr este tipo de pastoral es necesario que allá un espíritu de oración y discernimiento con claridad y firmeza en los valores evangélicos, finalmente que allá respeto por la diversidad de opciones y de carismas que el Espíritu va situando, es decir con una mentalidad abierta. <br />Así, frente a la reflexión de Monseñor Romero se puede ir concluyendo afirmando lo que dice el Vaticano II, en la que la esencia de la iglesia es estar al servicio en el mundo y su misión es la de salvarlo de la situación histórica que vive en la actualidad, en la que es necesario que se dé un cambio, la misión de la iglesia no puede ser solo un discurso, sino que debe ser una vivencia real, pues Jesús no solo predico sino que obro y a esto esta llamada la Iglesia, ella no puede ser una agente pasivo ante las injusticias en el mundo.<br />La Iglesia está llamada a la encarnación en el mundo como lo hizo Cristo, que al venir asume toda la realidad humana en todas sus dimensiones y ante todo empieza a obrar con acciones concretas ante los pobres, aquellos que han perdido su esperanza y su dignidad, Jesús les da esperanza, le recupera su dignidad, los hace sentir personas, denuncia lo que hay que denunciar, se conmueve ante el dolor del otro, siente misericordia, llama a todas a la conversión a un cambio, tiene claro un proyecto, un sueño y cree que es posible en el mundo. Este espíritu es al que esta llamada la Iglesia a renovar evocándolo y invocando nuevamente una esperanza para la humanidad sufriente a causa de unos pocos que poseen el poder y están sumidos en su egoísmo, a ellos también está dirigido el mensaje de Cristo.<br />En este anunció a los pobres de la buena nueva que hace la Iglesia a nuestra realidad, la conversión pues “la esperanza que predicamos por los pobres es para devolverles su dignidad y para animarles a que ellos mismos sean autores de su propio destino”. El reino de Dios debe convertirse en algo real, por lo menos se debe dar al interior de nuestro ser, para así poder anunciarlo y comunicarlo a todos, sin distinciones en especial se debe suscitar en el “reino de los pobres” en el que la iglesia sea la voz de los sin voz, de los aplastados de la violación de sus derechos así como lo recuerdan el profeta Amos e Isaías que “ no son voces ajenas de hace muchos siglos”, esta voces son reales y siguen más vigentes que nunca, muchas de las cuales han sido calladas, otras escondidas detrás de las estructuras de la sociedad que se ha construido, en la que unos pocos poseen el poder y lo enajenan en contra de los más débiles. <br />Finalmente se puede concluir diciendo que Monseñor hoy nos recuerda la acción de Jesús y la misión de la Iglesia, se nos hace la invitación a que nos compadezcamos de la muchedumbre que anda como ovejas sin pastor, a que entremos en acción y los orientemos y defendamos aunque ello nos lleve a entrar en conflicto con los poderosos e incluso ello nos acarree la muerte. Las voces de los pobres siguen clamando que para que alguien las ayude, las escucha y las libere y Dios sigue llamando a hombres dispuesto a entregar su vida por esta causa, por su reino, hombre que no teman decir la verdad cuando tenga que decirse, hombres que viven una relación filial con Dios, que poseen valores claros y cimentados, capaces de leer los signos de los tiempos y de ser profetas en su pueblos, comunidades, hombres que experimentan el amor y misericordia en sus vidas. <br />Relación con la clase: <br />En la actualidad el hombre clama por un cambio real en el mundo, en sus estructuras, necesita una conversión, pero esta no se puede dar simplemente a partir de discursos abstractos que muchas veces por su misma complejidad parece inalcanzables, hoy el mundo más que verdades reclama sentidos, acciones reales y concretas que impliquen la realidad del hombre en todo su ser. <br />Hoy el mundo pide personas como Jesús que convencieron a sus seguidores y dieron una conversión a sus vidas, porque lo que él predicaba lo vivía, su lógica evangélica no era el problema de la verdad, sino de sentido, pues la teoría no da sentido, el sentido y el cambio lo generan las experiencias de la vida que dan razón de ser a la vitalidad del hombre, esto es lo que quiso monseñor Romero, más que discursos, fue una vivencia del Evangelio, que lo llevo a desear un nuevo sentido para su pueblo, una esperanza, un cambio, una trasformación en la que la voz de los oprimidos sea escuchada y la dignidad de la persona se recobre en un reino el que habite la alegría, la solidaridad, la paz, la justicia, finalmente este era el deseo de Jesús y sigue siendo. En esta expansión de este reino de Dios siguen habiendo personas estregadas y dispuestas a entregar su vida en defensa de los más pobres como lo hizo Monseñor Romero. <br /> <br />