La ética y la educación están relacionadas con formar un carácter a través de acciones virtuosas y con el conocimiento de lo correcto, lo bueno y lo justo. Ser ético implica que nuestro estar en el mundo no le quite lo suyo a los demás y que aprovechemos al máximo nuestra educación por aquellos que no tuvieron las mismas oportunidades.
2. 1ª definición (iluminismo) la Ética es:
El conocimiento de la moral.
La moral son costumbres, hábitos,
actos repetidos, reiterados.
Conocimiento de lo correcto, lo
bueno, lo justo, lo debido, lo
valioso.
Conocimiento de el criterio de
definición de lo correcto, lo bueno,
lo debido, lo justo, lo valioso.
3. La pregunta más importante, la pregunta existencial
¿Qué puedo conocer?
¿qué debo hacer?
¿qué puedo esperar?
¿qué es el hombre?
Una vida con sentido (el sentido de
la vida?
Que valga la pena de ser vivida
(plan, proyecto de vida)
Una buena vida (¿cuál es, cómo es,
qué es lo bueno?)
4. El ser humano es un ser incompleto que se hace a sí
mismo (con otros) “golpe a golpe, verso a verso” Serrat.
¿Cómo debo vivir, qué vida elegir?
´¿Qué puedo hacer?
Lo que hacemos determina lo que
somos… (y lo que somos determina
lo que hacemos?
Autonomía (ponernos nuestra
propia norma de acción)
Dignidad (capacidad de
transformarse o hacerse a sí
mismo)
Libertad (capacidad de querer y
elegir lo que se quiere).
5. Ser humano paradójico, es y no es al mismo tiempo
¿Eres o te haces?
¿qué es ser ser humano?
¿qué soy? ¿quién soy?
¿quién creo que soy?
¿soy quien digo ser o creo ser?
Si no soy aún, puedo ser lo que
sea…
¿qué quiero ser?
¿Quién quiero ser?
¿cómo lo logro?
6. En la adolescencia vamos definiendo nuestra
personalidad y lo que queremos ser
7. “Llega a ser lo que eres”. Píndaro.
La angustia existencial de la
libre elección.
¿Seré lo que el destino o la
inercia de mis circunstancias
quieran que sea?
¿Seré lo que mi indolencia o mi
persecución de la comodidad y
la indulgencia conmigo mismo
me hagan ser?
¿Seré lo que quiero y haré lo
necesario para serlo?
¿lo necesario o lo correcto?
8. Teleología: conocimiento de los fines.
¿Por lo menos sé qué no
quiero?
¿Cuál es mi finalidad, mis
metas, mis objetivos?
¿Cuáles son mis ilusiones, mis
sueños, mis fantasías?
¿Sé diferenciar entre fines,
objetivos y metas y entre estos
y los sueños, ilusiones y
fantasías?
¿Sé cómo lograr unos y otros?
9. “Allí donde se juntan tus talentos y las necesidades del
mundo, está tu vocación”. Aristóteles.
10. “Quien quiere los fines, quiere los medios”. Rousseau.
¿Qué debo hacer?
¿Qué debo hacer para qué?
¿Qué estoy dispuesto a hacer?
¿Qué no estoy dispuesto a
hacer?
¡Cómo puedo convertirme en
abogado?
¿Qué es ser abogado?
¿Cómo se es abogado?
11. ¿Soy como digo que soy, hago lo que debo hacer para serlo?
12. Deontología: el conocimiento de lo debido.
Axiología: conocimiento de lo valioso.
¿Mi fin es ser abogado?
¿Qué debo hacer para logarlo?
¿El fin justifica los medios?
¿o hay medios debidos y medios
indebidos?
¿medios íntegros y honestos y
medios deshonestos?
¿qué es ser abogado?
¿cómo se llega a ser abogado?
¿cuál es el ethos de la abogacía?
13. Digo que quiero algo pero no hago lo debido para
obtenerlo: incoherencia, ¿locura, estulticia, hipocresía?
Digo que quiero ser abogado
pero:
No estudio todos los días, plagio
los trabajos, copio en los
exámenes, no asisto a clases, no
respeto el espíritu universitario…
Digo que quiero ser abogado
pero…
No soy justo, no respeto a los
demás, no respeto la ley, no me
interesa el servicio a los demás…
14. La Educación humaniza, dignifica y libera.
No sólo introyecta conocimientos.
Engrandece, cambia juicios y
actitudes.
Aumenta la consciencia.
Dignifica, humaniza, libera.
El derecho procura darle a cada
quien lo suyo y lo suyo de cada
quien es la dignidad, la libertad, su
humanidad.
La educación jurídica educa para
hacer abogados, profesionistas que
coadyuven a darle a cada quien su
dignidad.
15. 2ª definición de Ética: formarse un carácter humano a través
de actos virtuosos.
Ética es: carácter formado a través
de nuestras acciones. Carácter y
costumbre.
Nos hacemos a nosotros mismos
(los demás coadyuvan más o menos
en la medida en que soy más o
menos consciente de mi
autoformación).
Si no hago nada para ser abogado,
no seré abogado, aunque obtenga
un título.
Si me educo como abogado, actúo
conforme a los principios de la
abogacía, seré abogado.
17. ¿La educación es un derecho o un privilegio?
117,029 aspirantes…
11,600 admitidos (9.0%)
25,000 pase reglamentado…
DERECHO:
8,807 aplicaron…
549 seleccionados!
1. Falta de oportunidades y educación
de calidad en básica y media…
2. Oportunidad y mérito y aún así son
rechazados…
3. Tienen las oportunidades pero hay
IRRESOPONSABILIDAD!
18. 3ª Definición de Ética: la justicia de mi estar en el mundo con
los otros.
¿Mi estar en el mundo le quita lo
suyo a otros?
Por ejemplo:
Hay personas que no tienen acceso
al agua ¿si derrocho el vital líquido,
n o estoy siendo poco ético?
El medio ambiente digno es un
derecho humano ¿si tiro mi colilla
de cigarro al suelo, no violento el
derecho de los demás?
19. “Por mi raza hablará el espíritu”.
Gané por mis méritos mi
lugar en la UNAM pero…
¿Si no aprovecho la
educación que me pagan
todos los mexicanos, no
les estoy quitando lo
suyo, no le estoy
quitando su lugar a
alguien que sí podría
aprovecharlo mejor que
yo?
20. ¡Bienvenida generación 2016-1!
Seamos dignos del lugar que
tenemos en la Facultad.
Seamos conductos del espíritu y que
hable a través de nosotros en todos
nuestros actos.
Aprovechemos al 100% una
educación de excelencia por los que
no pudieron estar aquí.
Seamos universitarios!
Gracias.
mmoralesl@derecho.unam.mx
Notas do Editor
1. La ética se ha definido en la tradición iluminista como el conocimiento de la moral o de las costumbres, el conocimiento de la corrección, bondad, justicia, debitud o valía de los actos y lo que hay que hacer para logar que dichos actos tengan esas cualidades y no sus contrarias; por lo tanto, también es el conocimiento de lo que sean esas cualidades.
2. Las preguntas que en algún momento de una u otra manera más consciente o menos conscientemente se formula o debiera formularse todo ser humano son básicamente éstas, ya enunciadas por un famoso filósofo (Kant): ¿qué puedo conocer?; ¿qué debo hacer?; ¿qué puedo esperar?; y ¿qué es el hombre? La primera corresponde a la epistemología, la segunda a la ética, la tercera a la religión y la cuarta a la antropología. Si bien las cuatro preguntas están íntimamente relacionadas, creo que la más importante en términos existenciales es la segunda, la pregunta por la ética y las demás se relacionan con ella para ayudarnos a vivir una vida con sentido, una vida que valga la pena de ser vivida aquí y ahora.
3. El ser humano tiene un grave problema existencial. Su vida no está resuelta de antemano ni tiene un programa cerrado en donde estén gravadas todas las directrices con las cuales conducir su vida. En este sentido es un ser incompleto que se completa a través de su existencia con la acumulación de sus actos. Así, lo que hagamos o dejemos de hacer y las cualidades que tengan esos actos calificados de “buenos” o “malos” según algún parámetro o criterio, determinarán lo que seamos. Esto es la libertad y la autonomía, la fundamental dignidad de la persona de hacerse a sí misma “golpe a golpe, verso a verso” como dijo el poeta catalán (Serrat).
4. Lo anterior nos muestra la radical paradoja humana: somos y no somos, somos y nos hacemos. La pregunta antropológica ¿qué es el hombre? Es infinitamente abstracta y de manera muy probable, completamente ajena a los jóvenes que comienzan una licenciatura como la carrera de derecho. Pero la cosa cambia cuando se formula en primera persona ¿qué soy? El ser humano no sólo es un qué, no sólo es una cosa o fenómeno, también es un quién, un algo y un alguien, que conoce de sí mismo y puede responder de sí. La pregunta fundamental de la vida es ¿quién soy?
5. Y el período fundamental de la vida para formular esta pregunta con mayor insistencia es la adolescencia y primera juventud, cuando, justamente, nuestra personalidad está formando las que probablemente serán sus características más sólidas y permanentes. Y si el ser humano es un ser que no es y que debe ser, que debe desarrollarse en el tiempo y hacer las elecciones vida que lo determinarán, más vale que esté consciente de ello.
6. Decía otro poeta, éste heleno (Píndaro), “hombre, llega a ser lo que eres”; esta frase resume la paradoja de la existencia humana. Y es esta existencia incompleta la que nos puede llevar a la angustia existencial de no saber quiénes somos ni cómo debemos actuar ni cómo asumir las consecuencias de nuestros actos. La distancia que va entre ser y llegar a ser, está significada por las preguntas ¿Quién soy? y ¿quién quiero ser? Sí nuestra formación como personas está determinada por la constancia de los actos que realizamos y estos por las elecciones que hacemos, el ¿quién quiero ser? es una cuestión relacionada con la libre elección ¿cómo elijo, qué debo elegir? ¿qué quiero?
7. Dicen que en el período crucial de nuestras vidas en donde las consecuencias de nuestras elecciones están íntimamente relacionadas con la formación de nuestro carácter y comienzan a sumarse a nuestra propia cuenta, si no sabemos lo que queremos, por lo menos debemos saber qué no queremos ¿qué no quiero para mi vida, qué si quiero? ¿cuál es mi finalidad mis sueños, ilusiones metas, mis objetivos? ¿qué quiero hacer el resto de mi vida? Esta es una cuestión de una rama de la ética que lleva el nombre de teleología.
8. Esta cuestión teleológica de saber qué y quién quiero ser, y saber qué y quién soy en este momento, saber dónde estoy “parado”, realmente muy pocas personas la tienen resuelta con toda claridad. Lo normal es que sea un proceso asaltado de más o menos dudas y más o menos inseguridades, relacionadas con la mayor o menor consciencia de sí y del mundo, del entorno en que estamos plantados. Para reducir la incertidumbre, muchas veces ayuda la vocación, ese “llamado” casi intuitivo sobre lo que queremos hacer y que determinará nuestro ser. Si tenemos claro lo que queremos hacer ya vamos de gane en saber qué queremos ser.
9. El día de hoy, Ustedes están aquí porque han elegido ser abogados. Una vez que hemos tomado este tipo de decisiones vitales, debemos elegir también los medios para lograrlas y debemos estar dispuestos a implementarlos, a llevar a cabo lo necesario para cumplir con nuestra meta y transformarnos en eso que hemos elegido: quien quiere los fines, quiere los medios (Rousseau). Eso comienza a responder la pregunta ¿qué debo hacer? ¿qué debo hacer para qué? Para convertirme en abogado, para ser abogado.
10. La integridad de una persona es la distancia que va entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace, y a esa coherencia que sólo es reconocida por sus manifestaciones externas le llamamos honestidad. Es decir, la honestidad es el reconocimiento externo de nuestra integridad, de nuestra coherencia. Es difícil que los demás sepan qué estamos pensando a menos que se los externemos, que nos abramos a ellos en la comunicación. Inclusive podemos pensar cosas que traicionen nuestros principios –afortunadamente nadie puede meterse en nuestra mente-, pero lo más importante es, por esa exterioridad, la coherencia entre el decir y el hacer.
11. ¿Quiero ser abogado? ¿ese es mi telos, mi finalidad, qué debo hacer para lograrlo? Ese es mi deontos. Existe así una deontología de la educación, de cualquier profesión y por tanto, también de la profesión jurídica. Saber cuáles son las acciones debidas a realizar para conseguir la meta de ser abogado pasa también necesariamente por saber los criterios para distinguir lo debido de lo indebido, los axios o valores que sirven de medida para la calidad de la acción; y también debemos saber cuál es el espíritu o el ser de la profesión jurídica. En estas tareas nos guían la teleología, como el conocimiento de los fines, la deontología como el conocimiento de los deberes, la axiología como conocimiento de los valores y la ética como el conocimiento del espíritu o ethos u ontos del ser o alguna modalidad del ser humano como lo es el ser abogado.
12. El ser, los fines, los valores, los deberes de la profesión de abogado están íntimamente relacionados, son dimensiones del mismo fenómeno o conjunto de actividades y no partes separables de la misma. La dignidad, la libertad, como lo suyo de las personas, la justicia como ese discernimiento de lo que es lo suyo de las personas y la persona misma como ser concreto que encarna dichos valores, las condiciones de posibilidad del desarrollo pleno, del florecimiento humano, ese es el corazón de nuestra profesión. ¿Qué debo hacer para hacerlos míos? ¿qué estoy dispuesto a hacer?
13. La coherencia en el plano ético, en el plano de la praxis o de la acción, se manifiesta con el reconocimiento que llamamos honestidad –los otros nos reconocen como honestos-. Sí digo que quiero ser abogado y reconozco que para serlo debo de querer los fines y valores de la abogacía y que debo seguir un plan que transforme mis juicios y actitudes y mediante el cual aprehenda los conocimientos de la profesión para formarme un carácter o personalidad de abogado, pero no hago lo condecente al respecto –digo que quiero ser abogado, pero no estudio todos los días, copio en los exámenes, no asisto a clases, vengo a la facultad a jugar, no respeto el espíritu universitario ni a mis profesores ni a mis compañeros, etcétera- estoy siendo incoherente. La incoherencia en psicología se le llama locura, si es consciente se le llama estulticia y en ética se le llama hipocresía.
14. La educación no es sólo la introyección de un conjunto de conocimientos por muy íntima que se haga esa introyección; incluye también habilidades y aptitudes y, más profundamente, un profundo cambio de juicios y actitudes que transformen a la persona, que permitan su desarrollo pleno, que eleven su nivel de consciencia y, sobre todo, que lo hagan cada vez más humano y menos inhumano. La educación debe hacernos más dignos y más libres, la educación por definición es liberadora o es simple instrucción. Y esto empata muy bien con el estudio del derecho y el ejercicio de la profesión jurídica, pues los abogados resolvemos pacíficamente conflictos que limitan, o de plano coartan la libertad de las personas, que les apartan de los suyo.
Otra definición de ética, más acercada a sus etimologías –pues son por lo menos dos-, carácter y costumbre, sería la que la muestra como el conocimiento y la actividad de formarse un carácter a través de actos conscientes reiterados con constancia y dirigidos a ese fin de formarse una personalidad definida. El carácter se forma por la costumbre y terminamos siendo lo que hacemos. En este sentido cada uno de nosotros puede ser su propia obra de arte, o su propia creación monstruosa.
A lo primero debe coadyuvar la educación –a hacer de nosotros mismos una obra de arte- y de ahí lo revelador de las siguientes palabras: “Ten cuidado con tus pensamientos porque se convertirán en palabras, ten cuidado con tus palabras porque serán tus acciones, ten cuidado con tus acciones pues se volverán tus hábitos; ten cuidado con tus hábitos pues forjarán tu carácter; ten cuidado con tu carácter pues determinará tu destino” (Shantideva).
17. Es muy cierto que la educación es un derecho, un derecho humano, pues, como he adelantado, constituye el medio fundamental por el que el ser humano se desarrolla como tal, como humano, se humaniza, y florece, alcanza la plenitud y una vida útil y feliz. Lo mismo con la educación jurídica que permite a la persona que la elije sentirse útil, coadyuvar a la realización de la justicia y la estabilidad social y ser un miembro útil de su comunidad. Pero como todo derecho, conlleva obligaciones, la primerísima de ellas, estudiar todos los días, con todo lo que ello implica: Abogado que no estudia cada día, cada día es menos abogado (parafraseando el primer mandamiento del abogado según E. Cotoure) ¿qué paradoja tan terrible se presentaría si, quien aun no siendo abogado y estando en estas aulas para formarse como tal, no estudiase para serlo? Saldría debiendo.
18. Cierto repito, que la educación es un derecho humano, pero no deja de ser un privilegio en este país de desigualdades e injusticias groseras. Ustedes tiene hoy el privilegio, cierto que por sus propios méritos, pues aprobaron el examen de admisión u obtuvieron el promedio para entrar por pase reglamentado, de estar en la UNAM: de 117029 aspirantes a 100 carreras en tres modalidades, sólo ingresaron 11600, el 9.0%, más cerca de 25 mil por pase reglamentado (Madrazo, 2015, ¿rechazados o reprobados?, El financiero http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/rechazados-o-reprobados.html). Para derecho 8807 jóvenes aplicaron y fueron seleccionados 549 (Olivares, 2015, UNAM: sin cupo para licenciaturas, 117mil aspirantes: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/03/29/obtiene-ingreso-a-licenciatura-de-la-unam-el-8-9-de-aspirantes-9608.html).
19. Hay por lo menos dos posibilidades: primero, la educación básica, y media lleva décadas sufriendo los embates del neoliberalismo, en estas condiciones son pocos los estudiantes que logran tener una educación de calidad, así, la falta de oportunidades hace que lleguen a examen de admisión jóvenes mal preparados, son reprobados, no es su responsabilidad; segundo, aspirantes que, aun habiendo tenido todas las oportunidades y toda la responsabilidad y entusiasmo para estudiar y prepararse para el examen, terminan siendo rechazados simple y sencillamente porque no hay lugar para todos, no es su responsabilidad, es responsabilidad del sistema es cruel e injusto, tanto como en el primer caso; tercero, jóvenes que, aun teniendo todas las oportunidades para tener una preparación de calidad, simplemente son irresponsables, no estudian y son reprobados, definitivamente sí es su responsabilidad.
20. Existe una tercera definición de ética que, en lo personal, me parece la más adecuada. La ética no es sólo la pregunta por el sentido de la vida, es fundamentalmente la pregunta por la justicia de mi ser y estar en el mundo, por mi disposición respecto del otro ¿mi lugar en el mundo, mi disposición, mis juicios, mis actitudes, mis acciones, le quitan lo suyo a otro? Por ejemplo ¿el agua que dejo correr en el grifo con displicencia, no es el agua que le falta a otro, no se la estoy robando literalmente? ¿la colilla de cigarro que tiro indolente en el suelo (en el “barra de abogados”) y que contamina el suelo y el agua (una colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua y 2 kilos de tierra), no viola los derechos de otros? (http://www.legacyforhealth.org/our-issues/cigarettes-and-the-environment/detengamos-la-contaminacion-toxica/).
OJO pausa rápida y cambio.
21. Todos Ustedes han ganado un lugar en la UNAM, es su derecho y su privilegio. Pero no es una cuestión de un sólo acto, el acto de haber aprobado el examen, ahora se les ha convertido en una responsabilidad y una obligación de por vida, hacer suyo el lema universitario, el código de ética de la facultad y la ética del abogado. Todos los días de su carrera como estudiantes de derecho deben de ganarse el lugar que tienen en el aula y deben preguntarse si no están cometiendo una injusticia y están ocupando ilegítimamente el lugar de otro estudiante que sí aprovecharía las clases, que sí estudiaría todos los días, que sí lucharía por la justicia, un estudiante por el que sí hablaría el espíritu, la libertad. Asegúrense de que ese estudiante sean Ustedes mismos con coherencia, honestidad y honradez, asegúrense de que el espíritu, la dignidad, la justicia, la libertad, hable por Ustedes, no sólo en sus palabras sino en sus actos.