1. INÉS FERNÁNDEZ QUETGLAS
LA REVOLUCIÓN DIGITAL
Nos encontramos en plena revolución digital. Los adelantos en cuanto a tecnología se
refiere, se suceden a pasos agigantados.
Tanto la telefonía móvil como internet han supuesto un gran cambio, pero uno más
revolucionario está a punto de llegar y de cambiar nuestra forma de relacionarnos y
comunicarnos. Nuestra adaptación a estas nuevas tecnologías es tan rápida, que no nos da tiempo
ni a darnos cuenta de los cambios que se producen a nuestro alrededor hasta que ya están
totalmente establecidos.
De entre todas las tecnologías, el móvil ha sido la que más repercusión ha tenido en la
sociedad. Sin embargo, se puede apreciar que su uso ha cambiado con el tiempo:
1. en sus inicios se adquiría para estar localizable
2. luego aparecieron los mensajes cortos
3. más tarde, las llamadas perdidas (sobretodo entre los más jóvenes, ya que no tenían coste
alguno).
La implantación del móvil en la vida cotidiana ha tenido repercusión en prácticamente
todos los sectores de población (desde los más jóvenes hasta los más ancianos), ya que nos da
más percepción de libertad que un teléfono fijo además de la sensación de estar permanentemente
conectados. Pero todas estas sensaciones no son producto de una sola tecnología. A ello ha
contribuído, sobretodo, internet.
Hemos entrado en la sociedad de la información, y ello, está cambiando los hábitos de vida
de la población. Dicho cambio ha supuesto que, tanto la comunicación personal como la
transmisión de datos, se hayan vuelto accesibles para cualquier ciudadano desde casi cualquier
punto del planeta.
Hasta hace poco convivían la voz (telefonía móvil) y los datos (internet), aunque se movían
por caminos separados. Parecía ciencia- ficción pero, sin darnos cuenta, se ha ido consolidando
tanto en el hogar como en el mercado laboral. Es la llamada 2ª revolución digital.
El siguiente paso debería haber sido la 3ª generación de móviles que permitiera el
intercambio, además de voz y datos, de imágenes. Pero se encontró con que la tecnología aún no
estaba adaptada.
Este parón tecnológico ha impulsado otra nueva tecnología, el Wi- Fi, que permite transferir
grandes ficheros de datos a una velocidad muy alta, cómodamente y a bajo precio, ya que no
necesita licencia. Aunque también tiene sus contras, como son la discontinuidad y la encriptación
( verdaderas tentaciones para los hackers). Aún así, el crecimiento en el uso del Wi- Fi en los
últimos años ha sido extraordinario, debido a que permite navegar por internet sin hilos y de
manera gratuita o a un precio irrisorio. Debido a su bajo coste, podemos encontrarnos dos
opiniones enfrentadas:
1. por un lado están los expertos que vaticinan el fin de las grandes compañías telefónicas
2. y por otro lado los que creen, que dichas compañías, asumirán totalmente el control.
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Encontramos en este punto a los defensores de un Internet libre y gratuito, que opinan que,
gracias al Wi- Fi, se podría reducir la “brecha tecnológica” respecto a los países en vías de
desarrollo.
Hay quien cree que estas dos tecnologías están enfrentadas y quien, por el contrario, cree
que son complementarias. En todo caso, nos encontramos ante un final incierto por diversos
motivos:
1. por la incertidumbre que existe a que las autoridades públicas permitan el desarrollo de
una red de comunicaciones sin licencia,
2. por la existencia de otra nueva tecnología llamada WiMax capaz de ampliar la cobertura
Wi- Fi
3. por el estudio, por parte de los experto, de la tecnología 3G.
Vemos, por lo tanto, que la era inalámbrica es una realidad. Los datos viajan sin necesidad
de cables y los aparatos “hablan” entre sí gracias a la tecnología Bluetooth. La revolución digital
es algo más que la simple transmisión de datos. Vemos, por tanto, que la segunda revolución
tecnológica es ya una realidad...
REFLEXIONES...
Es cierto que la tecnología avanza a pasos agigantados y que los estamos asumiendo casi
sin darnos cuenta cambiando, muchas veces, nuestros hábitos. Y, estoy de acuerdo en que, el que
más ha repercutido en la sociedad hasta el día de hoy, ha sido el uso del teléfono móvil. Ha sido,
a mi parecer, el que más alcance ha tenido (¿quién no sabe hoy día lo que es un teléfono móvil?),
aunque seguido muy de cerca por internet.
Les vaticinaron una corta vida a determinados aparatos debido a la aparición de internet
(como los videojuegos, las cámaras fotográficas...). Pero, al contrario de lo que se creía, yo creo
que han sabido fusionarse con estas nuevas tecnologías y han salido reforzados. Hay en el
mercado cámaras fotográficas con sensores de movimiento integrados capaces de reconocer si la
persona a la que se va a fotografiar ríe, llora o está triste; capaces de mandar las imágenes
(gracias a internet) a una impresora o a un teléfono móvil. Y, ¿quién no ha oído hablar de las
consolas con las que puedes jugar con un mando de manera inalámbrica o gracias a sensores que
reconocen tus movimientos?
Aunque es cierto que hay otros avances de los que habla el artículo que, aunque aún nos
suenan un poco a ciencia- ficción ya están en marcha (aunque sea al alcance de unos pocos
debido a su alto precio). Hablo de la domótica, que no deja de ser más que la aplicación de las
nuevas tecnologías a la vida cotidiana (a la vivienda). Gracias a ella, quizás en un futuro sea
cierto que todos podremos abrir la puerta de casa sin las llaves o controlar cualquier aparato
eléctrico desde cualquier lugar del planeta mediante el móvil y gracias a internet.
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Actualmente, han surgido empresas nuevas (como movion) que se dedican a localizaciones
por medio de GPS para lo cual sólo necesitas necesitas tener un móvil y estar “conectado” para
así poder tener localizada tu mercancía. Usan termógrafos para controlar la temperatura de dicha
mercancía, que les avisa si se rompe la cadena del frío..... (www.movion.es). O empresas que han
dotado a los ordenadores de sensores para que personas con movilidad reducida (como los
enfermos de esclerosis lateral amiotrófica o esclerosis múltiple) puedan usar las nuevas
tecnologías a través de, por ejemplo, el movimiento de los ojos.
Y, ¿qué decir de la tecnología táctil? ¿Quién habría creído hace 10 años que sólo con pasar
un dedo por la pantalla del móvil, tablet, cajeros automáticos... podríamos llevar a cabo diversas
operaciones? Sacar dinero de los cajeros automáticos, llamar sin necesidad de usar el teclado,
dibujar en la pantalla del dispositivo... Y actualmente está tan implantada en la sociedad que hasta
los niños pequeños la usan.
Creo que estas tecnologías (telefonía móvil, tecnología táctil e internet) se han
complementado y que seguirán haciéndolo en un futuro (basta ver que todos los teléfonos de
nueva generación son táctiles y tienen conexión a internet). Nadie se habría podido imaginar la
gran repercusión que han tenido, tienen y tendrán las nuevas tecnologías en nuestra vida cotidiana
(tanto personal como laboral). Y creo que toda tecnología es buena siempre y cuando se le dé un
uso correcto. Veamos como ejemplo de ello las nuevas “Google Glass”, que permiten clases
magistrales a gente de cualquier punto del planeta (véase el artículo publicado en La Opinión de
Murcia http://www.laopiniondemurcia.es/municipios/2013/10/27/nuevas-gafas-google-cirugiasale/508550.html). Pero eso forma parte de otro debate...
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Y sí, internet debería ser gratuito para que llegara a un sector de población mayor. Pero,
¿salvaría eso la “brecha tecnológica” existente entre los países desarrollados y los que están en
vías de desarrollo? No lo creo. Quizás sí ayudaría a que esta se hiciera más pequeña y que la
información llegara a mucha más gente. Pero creo que las nuevas tecnologías (aunque ahora son
mucho más accesibles que hace unos años) van ligadas a la riqueza de un país; al poder político y
económico.
Y, si bien es cierto que la información es poder, es más poderoso el conocimiento, el saber
usar la información de la que disponemos. Y eso, por ahora, seguirá estando en manos de unos
pocos...
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