El documento discute varios temas relacionados con la formación profesional, incluyendo la complejidad de la formación, las representaciones sociales de las profesiones, y la configuración dinámica del campo profesional a través de las interacciones entre los sistemas simbólicos, las subjetividades y las prácticas. La formación profesional requiere considerar estas dimensiones contextualizadas e implica un proceso de transformación personal y social.
2. Formación profesional
• Complejidad y formación: Consideraciones
analíticas en la formación profesional.
• Miradas y cambios de ruta en la significación de
la formación.
• La formación profesional como categoría.
• Articulación entre objetividad y subjetividad
• Relación entre producción de saberes y
constitución del sujeto.
• Finura y lejanía en el encuentro entre mundos
de formación.
3. Las representaciones de la
profesión ante:
• Los saberes y conocimientos cotidianos sobre la
profesión;
• Las imágenes de lo cotidiano en el lugar de la
formación profesional;
• Las opiniones, vinculadas con el sistema de
creencias del individuo en relación con el espacio
de lo social
• Las actitudes, como guías de la acción concreta
del individuo y que están vinculadas con su esfera
afectiva consigo mismo y en relación con los
otros.
4. Apropiación teórica en la emergencia-desarrollo-
desplazamiento-sedimentación en la configuración del
campo profesional
• Presencias o ausencias de docentes que controlan y
ordenan la movilidad y la distribución de acciones para dar
lugar a nuevas configuraciones mediante la orientación
formativa.
• Presencia o ausencia de agentes institucionales en el lugar
de la práctica profesional que reordenan el territorio de
acuerdo a sus propósitos y sus radios de acción.
• Presencias o ausencias de profesionistas en formación que
gestan en conjunto con los docentes y los agentes
institucionales, las prácticas culturales de la profesión y se
constituyen en recursos culturales a disposición de todos
los actores que participan para gestar nuevas
configuraciones y cambiar el rumbo del sentido.
5. Prácticas
Sistemas
Subjetividades
simbólicos
Transformaciones
e interacciones
6. Configuración del campo
profesional
• Identificación de conceptos ordenadores (inicialmente como
variables libres y posteriormente mostrando funcionalidades,
contradicciones y discontinuidades).
• Campos parcialmente coherentes, con polisemia, capacidad de
jerarquización, niveles de conciencia, estratos fosilizados junto con
elementos particulares superficiales o ideológicos acerca de la
profesión.
• Transformaciones de sistemas simbólicos, imaginarios,
representaciones e imágenes debidas a las configuraciones y el
sentido dinámicamente articuladas con configuraciones nuevas de
subjetividad en diversos momentos de interacción entre los sujetos
involucrados en la formación, práctica e intervención profesional
pedagógica, dando movimiento para generar configuraciones de
configuraciones en rearticulación y producir cambio en la idea y la
misma conformación del campo profesional
7. “En el concepto de formación es donde más claramente se hace perceptible lo profundo
que es el cambio espiritual que nos permite sentirnos todavía en cierto modo
contemporáneos del siglo de Goethe, y por el contrario considerar la era barroca como
prehistoria”.
Gadamer (1999: 38)
8. • Nos traslada al lugar de la
experiencia, del tiempo,
del espacio y de la
espera, en una
proximidad que nos
separa y donde vivimos el
instante, en formas
intraducibles del tiempo
que nos somete a la
paciencia y la
impaciencia de la espera
en la promesa de lo-que-
ha-de-llegar.
9. • Tomando como referente el
planteamiento de Heidegger (1994)
que nos señala que pensar “es lo-
que-hay-que-considerar” en un
eterno retorno.
• Esta inversión es compleja, pues en
la cotidianidad pensar el eterno re-
torno nos lleva a señalar cómo
devolver en la repetición algo a
quien lo poseía. Si somos
poseedores, tendríamos que
plantear qué poseíamos y,
entonces, significa que hubo una
pérdida y pensar en lo que hemos
perdido hace necesario cobrar
conocimiento y volver la mirada
sobre nosotros mismos.
10. • La formación como fenómeno
complejo, nos lleva a reflexionar
sobre lo-que-hay-que-considerar
en lo que se desborda en los
límites de las lógicas que operan en
los espacios significantes que se
encuentran en el mundo cultural
del ser-humano para poder
comprender esa realidad, pero
también la escritura desde el
momento de la inscripción en
donde se hace la selección, donde
inicia la borradura, la censura y la
exclusión, en la finitud y el silencio
de lo no dicho.…
11. • Así, cobran una crucial
importancia esas tensiones,
fracturas, continuidades y
discontinuidades, productos
del devenir histórico,
presentes en las imágenes
sociales, en la dinámica de
las decisiones políticas de
los sujetos, en los
imaginarios que imbrican la
trama de las organizaciones
educativas e
institucionales…
12. • Práctica en donde el
profesional en formación
está dispuesto a
problematizar, explicitar, y
modificar las formas en que
ha construido su identidad
personal en relación con su
trabajo profesional, es decir,
formar-se como profesional,
un sujeto capaz de
examinar y re-examinar,
regular y modificar, tanto su
propia práctica como a sí
mismo…
14. • El lugar de la formación en el terreno de lo profesional demanda entonces, tener
en cuenta la subjetividad de las tramas que gesta y estar contextualizados en el
contexto, inscribir una huella o marca en el espacio y tiempo de los vínculos
humanos en la trans-formación-del-mundo.
15. • Reconocer, además, que
la formación da lugar a
alcances y límites en la
intermediación de los
anhelos y utopías de los
otros y de sí mismos
como seres humanos
capaces de producir
mundo, capaces de
formar-territorio y
espacialidad.
16. • Pues en el acto educativo se juegan
encuentros, reencuentros y
desencuentros; responsabilidades,
decisiones y sospecha frente a ellas;
insatisfacciones, gozos, y sufrimientos;
nominaciones, elecciones y selecciones;
integración, inclusión y exclusión;
visibilidad e invisibilidad y borramiento;
superficies de inscripción, exterioridad
e interioridad; enajenación,
recuperación y retorno a sí mismo...por
medio de una especie de metamorfosis
en la que se gestan perpetuas
mudanzas e inscriben la subjetividad de
los procesos sociales en el mundo de
vida.
17. • De ese modo la responsabilidad
debe ser una experiencia
política en un sujeto
trascendental en el sentido
político que se cuestiona por
qué y ante quién es responsable
sin actitud mesiánica, puesto
que el mesianismo se gesta en
el momento en que abrimos la
boca porque no hay lenguaje
sin la dimensión performativa
de la promesa y por eso cuando
abrimos la boca ya estamos en
la promesa por el grado de
verdad que emitimos con
nuestro juicio de valor.
18. “la formación implica un trabajo del ser
humano sobre él mismo, sobre sus
representaciones y sus conductas, viene a
evocarse como el advenimiento ineludible
de un orden de cosas” (Ferry, 1990:45),
19. • La formación como categoría y
como problema requiere un
análisis en sus prácticas,
orientaciones y el horizonte del
sentido como marcos
orientadores de la actividad
docente desde la precariedad
de la finura y la lejanía que
permitan reinterpretar los
escenarios de la formación
dando un rodeo metodológico
para acceder al registro de la
memoria, lugar donde circulan
saberes y prácticas socio-
profesionales.
20. • Interesante apreciación, que no sólo devela el
importante contenido temporal del concepto de
formación, sino también de la inmensa relación
que éste presenta con lo humano, pues pensar un
ser humano en formación implica reflexionar la
apuesta por la transformación, es decir, un
sentido cambiante que emerge en la tensión de-
ser y no-ser, lo no-inmediato, lo extraño, algo
perteneciente al recuerdo, la memoria que se
comprende en falta permanente (no-ser), por eso
su búsqueda anhelante en la proximidad
inmediata de su propia presencia.