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“Año de la Consolidación Económica y Social del Perú”<br />DISTRIBUCIÓN DE LA RENTACátedra:POLITICA ECONOMICACatedrático:Econ.  CARLOS INGARUCA MATOSAlumno:PAMPAS BLANCO, Elvia                                     RÍOS DE LA CRUZ, José Pepín                                    TRIGOS LAGO, Elizabet                                    VERGARAY ZENTENO, HelenESPEJO RODRIGUEZ, Miguel ÁngelRIVERA OLLERO, Carmen MaríaHUMBERTO Semestre:XHUANCAYO - PERÚ20101714500121920013144504662170ÍNDICE<br />ÍNDICE2<br />INTRODUCCIÓN 3<br />CAPÍTULO I<br />Marco teórico4<br />La enseñanza de los economistas clásicos<br />CAPITULO II<br />1.-Principios básicos delimitadores8<br />2.-La distribución de la Renta como objetivo de política económica 15<br />3.-La medición de la distribución de la renta 21<br />4.-Política de redistribución de la Renta30 <br />CAPÍTULO III<br />Caso Práctico <br />-EEUU45<br />-CHINA 53<br />-PERU59<br />RECOMENDACIONES67<br /> CONCLUSIONES69<br />BIBLIOGRAFÍA  70<br />INTRODUCCIÓN<br />Este trabajo de investigación, busca analizar y comprender el problema fundamental de la distribución de la renta, como un problema que no ha sido resuelto, un problema de carácter fundamental, que tiene como objetivo disminuir la brecha entre ricos y pobres, se comprende entonces que al encontrarnos en una economía mixta, es el estado a través de su políticas económicas las que deberían de por lo menos tratar de hacer que esta brecha sea menor a través de aplicación de políticas económicas adecuadas, se a comprobado que el sistema de libre mercado por sí solo no puede solucionar este problema, pues en la mayoría de casos ayuda a ampliar la brecha entre ricos y pobres haciendo que la distribución de la renta sea cada vez menos equitativa, se encuentra entonces con la disyuntiva de eficiencia y equidad, difícil de resolver, sabiendo que se busca el bienestar social el estado debe de intervenir adecuadamente teniendo la adecuada distribución de la renta como objetivo de la política económica.<br />Se sabe que A mayor PIB, más renta se puede distribuir entre las familias en países como el Perú la mayor parte de la población vive en pobreza y la riqueza se concentra en   manos de unos pocos. También en los países más desarrollados se pueden encontrar miles de personas con  una renta insuficiente.<br />Entre amabas situaciones existe una diferencia importante: mientras que en los países menos desarrollados la situación de pobreza es generalizada y afecta a la mayoría de la población, en los países más desarrollados existe una amplia clase media que participa del alto nivel de bienestar y los pobres representan un porcentaje muy inferior. Se tiene que tomar en cuenta que la distribución de la renta puede ser funcional, es decir en función de os factores que intervienen en la producción (capital y trabajo), o pueden ser personal, distribución territorial o espacial.<br />Porque observamos empíricamente que la distribución de la renta no es para nada justa (ricos y pobres), ni humana (pobreza extrema). La técnica que utilizamos en el trabajo es la recopilación de información secundaria (libros, datos estadísticos y periódicos). <br />La estructura del trabajo corresponde en tres capítulos: capítulo I el marco teórico, capítulo II el desarrollo del tema, capítulo III ejemplos  PERU, CHINA, y EEUU de distribución de la renta. el trabajo busca analizar así como el contenido teórico y problemática a cerca de la distribución de la renta , se trata de aportar con aportes de los integrantes de grupo de trabajo, con respecto a la reducción de la brecha entre ricos y pobres, y hacer que la distribución de la renta se mas adecuada, que sea a la vez eficiente y equitativo, a través de propuestas de algunas políticas económicas aplicables que dieron resultado en otros países y que podrían también tener efectos positivos en nuestro país.<br />Los alumnos<br />CAPITULO I<br />MARCO TEÓRICO<br />1.- LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA<br />La enseñanza de los economistas clásicos<br /> Concentraron sus esfuerzos en el análisis de la naturaleza de la producción y la distribución, distinguieron tres tipos básicos de actividad económica, en un contexto en  la que mercancía, es decir, el producto expresamente para el intercambio, se extendía progresivamente como forma predominante de la riqueza social:<br />Producción de objetos de uso social, que poseen propiedades objetivas capaces de satisfacer deseos y necesidades humanas<br />La distribución de dichos objetos de uso social entre los miembros de la sociedad<br />El consumo de los objetos de uso social distribuidos, consumo personal que constituye el fundamento ultimo de la producción de la sociedad. <br />Para los clásicos era evidente que las actividades laborales involucradas en la esfera de la distribución no incrementaban el acervo de la riqueza social, ya que su función se circunscribía a servir como mecanismo de transferencia entre la producción y el consumo, esta esfera constituían un coste para la sociedad en su conjunto, un apreté de la riqueza producida habría que sacrificar para garantizar su distribución.<br />-Adam Smith.- el trabajo improductivo, tomado de los fisiócratas, sitúa en un lugar central del sistema de la economía política, no debe de entenderse como trabajo innecesario, por que tan necesario es producir como distribuir lo producido, el trabajo de  produjo y el trabajo de la distribución son nítidamente distinguibles, por que desempeñan funciones distintas, aunque igualmente necesarias para la producción de la sociedad. Tampoco se trata de una distinción moral, relativa a la eficiencia social de las mercancías producidas, o de una distinción formal de los resultados del proceso de trabajo, como la existente entre bienes y servicios.<br />La importancia de esta distinción, a los efectos de la determinación de la renta, se pone de manifiesto cundo pone, mientras el trabajo productivo, produce, renta( al producir el producto cuya realización en el mercado la origina) el trabajo improductivo se limita a consumir una <br />El estudio de la distribución de la renta  se considera que , constituye un coste para la producción social.<br />-David Ricardo, pensaban que uno de los problemas  fundamentales de la ciencia de la economía política era el de la distribución de la riqueza entre las clases sociales que habían contribuido a producirla, como la producción  se hallaba sometida a leyes de orden natural, los economistas clásicos tendían analizar la distribución del producto social.<br />-Carlos Marx, llega a demostrar que al forma de modo de producción es determinante de la forma de distribución.<br />Los economistas neoclásicos.- se concentraron en la formalización armónica del proceso abstracto de asignación de recursos escasos entre fines alternativos,  al objeto de demostrar que, dado que el modo de producción del capital, la economía de mercado es internamente eficiente, porque responde a reglas optimas de asignación de los recursos. <br />Pareto.- nos dice que es necesario y suficiente dar libertad al mecanismo del mercado y los precios, de manera que este pueda funcionar de acuerdo con sus propios principios auto – reguladores l los de la competencia perfecta para garantizar que la distribución sea optima del producto social, dadas las dotaciones iniciales de los factores productivos.<br />Keynes.- De acuerdo con los puntos de vistas mantenidos por Myrdal (la existencia de la pobreza es una restricción al crecimiento) y el propio J. M. Keynes, fijaría en su trascendental General Theory su posición acerca de la influencia de la distribución de la renta en el crecimiento económico (la política redistributiva en aras de la equidad tiene un elemento positivo sobre el crecimiento).<br />Algunos autores, sin embargo, entienden que existe una relación de complementariedad entre ambos objetivos. Entre los defensores de esta postura se encuentran autores de la talla de J. M. Keynes o G. Myrdal El economista inglés sostiene que las medidas de redistribución de la renta que mejoran la situación económica de las capas de población con menores rentas, estimulan el consumo y la inversión, los dos grandes componentes de la demanda agregada, siendo, por tanto, un medio favorable para impulsar el crecimiento. Por su parte, G. Myrdal centra sus argumentos en el lado de la oferta. En este sentido, señala que la falta de recursos de la población empobrecida conlleva una mala alimentación y unas deficientes condiciones de salud, vivienda, higiene y educación, lo que reduce la capacidad y posibilidades de trabajar intensivamente. Además, las desigualdades sociales generan conflictos y tensiones sociales, todo lo cual repercute en la producción.<br />De todas estas perspectivas, las que más han considerado los economistas son la distribución funcional y la personal, que constituyen el núcleo de las teorías de la distribución.<br />La distribución funcional de la renta.<br />La distribución funcional de la renta se ocupa del estudio de la distribución del producto obtenido entre los  factores trabajo y capital.<br />Su objetivo consiste en analizar cómo se distribuye el valor añadido bruto entre los trabajadores.<br />La primera aproximación a la distribución funcional de la renta se realiza a partir de una de las vías de estimación del PIB: la vía de la renta. El PIB se obtiene como suma de:<br />La remuneración de asalariados (RA). Es la masa salarial correspondiente a la totalidad de los asalariados e incluye los sueldos y salarios brutos y las cotizaciones a cargo de los empleadores.<br />Excedente bruto de explotación (EBE). Incluye conceptos muy heterogéneos. El EBE engloba las  rentas de la propiedad y de la empresa, los beneficios no distribuidos, los impuestos directos y las rentas mixtas.<br />·No todas las rentas de trabajo están incluidas en la RA, ni todas las que incluye el EBE son rentas de capital.<br />La dinámica de la distribución funcional de la renta.<br />La ratio RA / PIB es el producto del coste laboral unitario (CLU) por la tasa de asalarización.<br />El coste laboral unitario (CLU) pone en relación el coste de la fuerza de trabajo y la renta generada por cada trabajador, la productividad. De este modo se dispone de una medida del coste de la mano de obra por unidad de output. Un incremento del CLU se interpreta como un encarecimiento de la mano de obra.<br />La tasa de asalarización (TA) representa la proporción o el peso de los trabajadores por cuenta ajena (asalariados) en el empleo total. Esta proporción se ha incrementado a lo largo de las últimas décadas en casi todos los países desarrollados debido a los efectos del descenso del empleo agrario. En la agricultura todavía hoy predomina el empleo no asalariado, pues el trabajo de la familia campesina constituye la mayor parte del trabajo agrario. En España, casi 2/3 del empleo agrario corresponden a los titulares de las explotaciones. Se debe recordar que el nivel y la evolución de la tasa de asalarización están estrechamente relacionados con el peso del sector agrario, a su vez relacionado con el nivel de desarrollo.<br />-      Las diferencias salariales.<br />Existen diversas hipótesis explicativas de la determinación de las rentas del trabajo. El hecho de que en unas  ocupaciones los salarios superen a los pagados en otras, puede obedecer a la relación existente entre las  ofertas de trabajo y las demandas del trabajo. Es decir, cuanto más escasos, en términos relativos, sean los trabajadores con unas determinadas características, mayor será su remuneración. No obstante, las diferencias salariales, al margen de las demandas y de las ofertas de trabajo relativas a cada ocupación, pueden estar originadas por las existentes en cuanto al nivel de organización del sector y en cuanto a la fuerza de los sindicatos.<br />· Teoría del capital humano.<br />De acuerdo con la corriente neoclásica, los salarios reflejan los rendimientos de la inversión en formación realizada por cada individuo. Cuanto mayor es la inversión en formación (nivel de los estudios realizados),<br />mayor es el capital humano, lo que supone mayores habilidades, destrezas, conocimientos que permiten sostener a su vez niveles más altos de productividad que justificaría el pago de salarios superiores.<br />Sin embargo, en los mercados laborales se pueden observar con frecuencia individuos con niveles de cualificación similares que perciben remuneraciones muy diferentes. Esto pone en entredicho la capacidad explicativa de esta teoría.<br />· Teoría de la capacidad de pago.<br />Según esta teoría, los salarios superiores los pagan aquellas empresas con mayores beneficios. Por lo general existe una relación positiva entre la capacidad de pago de las empresas y el grado de concentración de los mercados. Sin embargo, en España, entre las PYMES y las multinacionales, esta teoría no se cumple.<br />· Salario de eficiencia.<br />Según este concepto, la productividad depende del salario, es decir, cuanto más elevados sean los salarios que paguen las empresas a sus trabajadores, más eficientes serán éstos en el desempeño de su actividad. En la medida que la calidad y la cantidad de trabajo aumenten, también lo hará la productividad.<br />EN  EL PERU<br />Adolfo Figueroa.- Ha demostrado que el Perú tiene una de las distribuciones del ingreso más desiguales de toda América Latina. El 1% más rico recibía el 31% del ingreso nacional. En el otro extremo, el tercio más pobre recibía el 5% del ingreso nacional.<br />Por otro lado se encargó de estimar los efectos redistributivos de las reformas que se dieron en el gobierno militar de los setenta, Velasco realizó varias reformas para disminuir la desigualdad, sin embargo el efecto redistributivos no fue muy significativo, no hubo redistribución como se esperaba para mejor de los campesinos.<br />Para Adolfo Figueroa,  la desigualdad en los países depende de su formación interna y las políticas que tenga: “El grado de desigualdad es una característica estructural de los países que nacieron menos desiguales se mantienen en ese nivel. La trayectoria de la desigualdad de los países depende de sus condiciones iníciales, es decir, la historia cuenta<br />“No existe un proceso que genere la producción y otro que genere la distribución. La producción no es independiente de la distribución y esta no es independiente del proceso económico. La producción de bienes y su distribución son endógenas y se determinan simultáneamente<br />Los pobres para poder incrementar sus ingresos y salir de la pobreza necesitan capital físico, capital humano, capital financiero de corto y largo plazo, adquisición de seguros para sus productos, todo lo cual, requiere financiamiento, “es decir, todos los factores que se necesitan pueden ser reducidos a uno solo: financiamiento”.<br />CAPITULO II<br />1.- PRINCIPIOS BÁSICOS DELIMITADORES. LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y LOS CRITERIOS DE DISTRIBUCIÓN<br />En los últimos tiempos se ha  producido un distanciamiento excesivo entre la economía y la ética que, como señala A. Sen, produce un doble daño<br />El descuido de la visión ética de la motivación.<br />El olvido del análisis de aspectos económicos relevantes para la consideración de cuestiones éticas.<br />Desde 1780 se llamó en Europa “libertad” todo lo que enardecía y entusiasmaba, como los griegos llamaron quot;
kalonquot;
 a las cosas más dispares con tal de que coincidiesen en su efecto alcohólico. <br />La aproximación a estos conceptos se realizará, en consecuencia, con el mayor rigor posible y buscando la vertiente económica del análisis conceptual.<br />Empezaremos por estudiar el significado económico de los términos libertad y justicia para realizar posteriormente el planteamiento entrelazado de los mismos.<br />a) Libertad. <br />El término libertad tiene connotaciones multívocas. Esta variedad de significados requiere, cuando menos, una aproximación delimitadora del concepto.<br />En primer lugar, hay que plantearse la frontera de posibilidades de los individuos que se puede manifestar, al menos, en tres vertientes:<br />Limitaciones físicas, por ejemplo, la imposibilidad de trasladarse a lugares muy alejados o poder visitar otros planetas.<br />Limitaciones sociales, legales; derecho a la propiedad privada, normas que regulan las conductas, o la existencia de jerarquías en organizaciones.<br />Limitaciones económicas. La escasez de recursos que pueden ser usados de forma alternativa. Corno ha señalado Boulding, la economía actúa como salvaguarda contra la imprudencia sobre la base del principio “quid pro quo”.<br />Estas limitaciones se enraízan en el principio de exclusión, en virtud del cual dos personas no pueden estar exactamente en el mismo sitio al mismo tiempo. En otros términos, la libertad de ambas plantea áreas de conflicto donde la mejora de una se produce en términos de deterioro de la otra.<br />Intentando un mayor acercamiento conceptual al término podemos considerar cuatro vertientes económicas del mismo.<br />Libre albedrío.<br />Esta primera concepción se basa en la posibilidad de elegir libremente lo que se prefiere. Por tanto, esta libertad de actuación puede traer consigo efectos nocivos para el individuo o la sociedad.<br />Libertad en ley moral.<br />Este concepto se refiere a la opción de escoger en el contexto del reconocí-' miento de la ley moral. Por tanto, el libre albedrío queda sometido a las consideraciones éticas establecidas.<br />Libertad de las necesidades.<br />En esta vertiente se considera que las libertades básicas se vinculan con la garantía de obtener unos niveles mínimos de alimentos, vestidos, vivienda.<br />En este terreno es donde las aproximaciones comunistas han ejercido mayor presión. La famosa expresión de Lenin de «libertad, ¿para qué?» o la apreciación de Karl Marx de que «los liberales van una sola vez en compañía de la libertad: el día de su entierro» parecen inscribirse en esta crítica a las libertades de que no se vinculen con las necesidades. En cualquier caso, el desarrollo del Estado del Bienestar en el siglo xx ha tenido estrechas conexiones con esta vertiente del concepto libertad.<br />Libertad de elección.<br />Esta visión de la libertad se vincula con la capacidad para elegir sin coacción. Se puede pensar, que un individuo está en libertad o es libre para actuar si no se ve coaccionado a hacerlo por alguien, sea éste un individuo o un grupo. Según Buchanan, puede llegar a plantearse la opción de la secesión, por ejemplo en la vertiente tributaria, y sólo la solidaridad comunitaria puede permitir el mantenimiento en la organización y la no retirada del sistema fiscal. Buchanan se está refiriendo al problema del establecimiento de irnos límites éticos al nivel absoluto de imposición.<br />b) Justicia y criterios de distribución.<br />A. Sen recuerda la apreciación de Dante sobre el infierno: El que entre, que abandone toda bondad» y la utiliza como referencia de introducción en la Economía, aunque no olvida el origen ético de la misma anteriormente citado.<br />La noción de justicia en el mundo económico se ha desenvuelto en una especie de vacío histórica y las pautas de legitimación se han basado en los resultados (establecimiento de modelos teleológicos de maximización del bienestar agregado) o en el procedimiento (modelo deontológico de consenso entre ciudadanos libres e iguales). La visión naturalista se vincula con los derechos de propiedad de los productores respecto a sus objetos.<br />La justicia se ha vinculado crecientemente con la equidad y la igualdad relativa, ya que la igualdad absoluta se ha convertido en una utopía. Boulding se preguntaba a este respecto si puede la utopía crear caracteres utópicos. ¿Qué medidas podrían promover el desarrollo de personas selectas, generosas, sensitivas y responsables?<br />Entre los criterios clásicos de distribución justa se pueden considerar los siguientes:<br />Distribuir a todos por partes iguales.<br />Esta concepción se aproxima a la vigente en la vertiente política de «cada persona, un voto». Sus mayores dificultades se vinculan con la desincentivación que supone para la producción y creación de riqueza, con lo que en realidad no termina de repercutir positivamente en los perceptores de rentas bajas. De hecho, se pueden fomentar situaciones de «distribución igualitaria de la pobreza».<br />Distribución según las necesidades.<br />En este caso debemos definir cuidadosamente lo que se entiende por necesidades dada la gran variedad de las mismas (piénsese, por ejemplo, en los libros para el erudito, el alcohol para el bebedor). Por otra parte, se requiere que alguien elabore un esquema de reparto y selección según necesidades. Puede ser la autoridad o bien se puede realizar una estimación mediante un proceso democrático representativo.<br />Adicionalmente, la existencia de necesidades variadas requiere que la distribución de la riqueza se base en algunas de las premisas siguientes:<br />Dejar a todos «igualmente» insatisfechos.<br />Reducción proporcional de la insatisfacción (en un 20 por 100, un 50 por 100...).<br />Establecer cánones de prioridad social. Gomo ejemplo se puede citar el caso del racionamiento, repartiendo mayor cupo de leche a niños, dando beneficios adicionales a los trabajadores de la industria pesada,...<br />Intentar que todas las personas obtengan la misma satisfacción total. Es decir, habría que repartir más riqueza a los que tengan menos necesidades.<br />Distribución según los merecimientos.<br />Los méritos pueden basarse en los esfuerzos realizados vertiente subjetiva o en los resultados obtenidos vertiente objetiva. Si consideramos estos resultados deben tenerse en cuenta el talento y la capacidad humana. En este caso, la justicia se debe centrar en establecer igualdad en las condiciones de partida y en desarrollar un aparato de asistencia social, sobre la base de la solidaridad y la caridad, para cubrir las necesidades de los incapacitados (ancianos, enfermos,...).<br />Distribución según el trabajo realizado.<br />Esta visión supone una especificación del principio de merecimiento y tiene raíces intelectuales marxistas. En cualquier caso, esta distribución debe complementares con criterios de justicia para las actividades no productivas (artísticas...) y para cubrir las necesidades de los débiles (ancianos, enfermos,...).<br />Además de estos criterios clásicos, la acción de los gobiernos en materia de redistribución de la renta intenta introducir, a través de dos importantes principios, las modernas ideas sobre justicia y equidad. Son los principios de:<br />Equidad categórica.<br />El principio de equidad categórica responde a una concepción paternalista de la equidad fundamentada en la idea de que todos los individuos tienen derecho a consumir ciertas cantidades mínimas de determinados bienes. Desde el punto de vista de la redistribución personal de la renta, el principio de equidad categórica centra su atención en los grupos de más bajos ingresos (las decilas inferiores del Cuadro 12.2), tratando de garantizar estándares mínimos de bienestar a los sectores de la población más desfavorecidos y de evitar situaciones de pobreza extrema.<br />Equidad vertical.<br />A diferencia de la equidad categórica, el principio de equidad vertical alienta a la disminución de la desigualdad global entre todos los grupos o rangos de distribución personal de la renta. En el límite de la aplicación del principio de equidad vertical, cada decirla. se apropiaría de un 10 por 100 de la renta total, desapareciendo de hecho la clasificación entre decilas por tramos de renta (todas las rentas serían iguales) y llegándose a una situación de igualdad absoluta en términos de rentas.<br />c) Imbricación común de la libertad y justicia.<br />La aproximación a los elementos tangenciales de la libertad y la justicia, y de forma subliminal el progreso, permite distinguir entre las aportaciones utilitario-objetivas, basadas en el “naturalismo”, las consensuales, basadas en la argumentación y las de la teoría de la ciudadanía en donde el status y el derecho a ser miembros plenos de la sociedad son las bases del análisis.<br />El planteamiento de estas teorías no es lineal, existendo bifurcaciones y contradicciones intelectuales así como algunas señas específicas de identidad en las mismas. Sin embargo, esta clasificación parece operativa como forma de aproximación al problema y no como distinción que pretenda alcanzar una taxonomía cerrada. .<br />Doctrina utilitario objetivista.<br />Antes de entrar en el planteamiento utilitario de la justicia hay que hacer referencia a la importancia del enfoque naturalista basado en los derechos de propiedad.<br />Siguiendo a Silver podemos señalar los siguientes elementos básicos de esta (corriente de pensamiento: 1) los sentimientos constituyen una realidad objetiva ética; 2) los derechos de propiedad se basan en un complejo de sentimientos de aprobación respecto a un objeto, (que puede ser inmaterial como el ocio, la libertad...); 3) para tener derechos de propiedad se requiere que el individuo «i» tenga un sentimiento de legítima titulación del objeto «x» y que los otros individuos de la sociedad sientan que «i» es poseedor legítimo de «x» 3; 4) el ámbito de los derechos de propiedad incluye el derecho a utilizar los objetos en todos sus usos relevantes, a excluir a otros de su aprovechamiento, a beneficiarse de su utilización, a transformarlos físicamente y a cambiarlos o transmitirlos; 5) se trata de derechos naturales (moralmente básicos e independientes de acuerdos institucionales). La visión marxista se refiere a la «falsa conciencia» de sus poseedores; 6) se apoya en una forma de justicia sustantiva o no comparativa de dar a cada persona según su derecho y en una justicia comparativa basada en tratar similarmente los casos parecidos, y 7) se basa en un planteamiento endógeno —la regla de justicia se deriva de las preferencias de los individuos de la sociedad— y antecedentalista —la regla se orienta al proceso y no a los fines.<br />El planteamiento utilitario se basa también en las concepciones iusnaturalis-tas aunque su| enfoque resulta todavía más objetivo al basarse en la maximización del bienestar. La regla de elección social se basa en la ordenación social mediante una función de preferencias individuales (lo cual presenta de partida dos grandes problemas: la mensurabilidad cardinal y la agregación interpersonal).<br />La regla de la justicia económica se sustenta en la idea de que la mejor distribución de objetos (bienes, servicios,...) entre un grupo dado de individuos de una sociedad será aquella que maximice la utilidad social o el bienestar. Se puede afirmar que el fin la máxima utilidad social justifica los medios, con lo que el «déspota benevolente» 0 el gobernante puede prestar escasa atención a los derechos de propiedad.<br />De acuerdo con los antecedentes de Bentham y las posteriores aportaciones de la moderna economía del bienestar se puede elaborar una función de bienestar social basada en la suma de las utilidades individuales de los miembros de la sociedad.                                <br />Si hay «n» miembros en la sociedad, tenemos que:<br />U = Ui + U2 + ... + Un<br />En términos de dos personas, que compusieran hipotéticamente la población, se podrían elaborar curvas de posibilidades de utilidad como las que se refleja en la Figura. Siendo:<br />GVPC: Curva de posibilidades de utilidad (combinaciones de distribuciones eficientes de dos bienes de consumo X e Y entre los individuos A y B).<br />SIC: Mapa de curvas de indiferencia social. Cada curva de indiferencia social representa la combinación de la felicidad de A y de B que permite obtener un determinado nivel de bienestar social.<br />La suma total máxima de utilidad viene dada por el punto b donde GUPC es tangente a la curva SIC más alta que puede obtenerse. Este «punto de felicidad» determina la producción total de cada bien y el camino en que se distribuyen entre los dos individuos. En consecuencia, la bondad de un estado es función de la información sobre la utilidad relativa a este estado. Se trata de un enfoque consecuencialista, ya que la elección de acciones y motivaciones se determina por la bondad del estado social consiguiente.<br />Harsany ha intentado humanizar el utilitarismo adoptando una teoría en la que la maximización de la suma total de felicidad se desplaza desde la distribución específica de objetos (ley del utilitarismo) a las reglas o políticas para seleccionar la distribución de objetos (regla del utilitarismo).<br />La regla utilitarista tiene en cuenta las expectativas y efectos de los códigos morales alternativos, mientras que la ley utilitarista queda restringida a considerar las expectativas y los efectos incentivadores de las acciones individuales.<br />Desde un planteamiento próximo al utilitarista, Posner señala que la distribución de bienes entre los individuos de una sociedad debe maximizar la riqueza total. En consecuencia, la cuestión de quién produce el objeto es moralmente irrelevante. Según este autor, el «omnisciente tirano» asignará bienes a los usuarios según su capacidad para darles mayor valor intentando economizar los recursos escasos.<br />Las críticas a los enfoques utilitaristas han sido amplias y quizá se puedan destacar los aspectos planteados por Sen que señala una dualidad en la concepción de la persona. Se refiere al aspecto del bienestar y al aspecto de agencia, que incluye la capacidad para establecer objetivos, valores y lealtades (motivaciones fuera del ámbito del bienestar). También señala que la métrica de la felicidad puede distorsionar el grado de privación de una manera específica y sesgada. En otros términos, Sen quiere explicitar que el bienestar incluye valoraciones y que resulta difícil la medición por la vía de la satisfacción del deseo.<br />RECUADRO 12.1.   TIPOLOGÍA DE BIENES DE RÁWLS                          Bienes primarios naturales (determinados por la lotería natural): salud, coeficiente de inteligencia, habilidad.Bienes sociales primarios (su existencia depende de cómo se articule la interacción social).• Libertades básicas (pensamiento, conciencia...)Libertad de movimientos y de elección de ocupación.Poderes y prerrogativas de cargos y posiciones de responsabilidad.Renta y riqueza.Bases sociales de la autoestima.<br />Teorías basadas en el consenso.<br />Entre las teorías consensuales destaca especialmente la aportación de Rawls, que se basa en el constructivismo kantiano (elección por parte de personas libres e iguales de un procedimiento razonable de. construcción cuyo resultado determina el contenido de los primeros principios de la justicia).<br />La teoría de la «justicia como equidad» de Rawls plantea los siguientes pun tos básicos:<br />La construcción de una sociedad justa mediante consenso y cooperación voluntaria. La justicia es el resultado de un acuerdo hipotético alcanzado con arreglo a un procedimiento en el que no estamos representados como individuos particulares, sino como personas morales, libres e iguales, en cuyas deliberaciones carecen de importancia las presiones institucionales e intereses empíricos.<br />Las instituciones básicas de una sociedad justa y libre están reguladas por dos principios:<br />Principio de igual libertad de ciudadanía.<br />Cada persona ha de tener igual derecho al más amplio sistema de iguales libertades básicas compatibles con un sistema similar de libertad para todos.<br />Principio de diferencia.<br />Las desigualdades económicas y sociales deben articularse de forma que redunden en mayor beneficio de los menos favorecidos [principio del masimin) y que estén adscritas a cargas y opciones accesibles a todos en condiciones de equitativa igualdad de oportunidades. (Nadie debe salir ganando por Ja suerte de la lotería natural que distribuye el talento y la capacidad o gracias1 al lugar que inicialmente ocupa en la sociedad sin dar a cambio beneficios compensatorios.)<br />A título de ejemplo se puede señalar que el principio del maximin puede admitir unas mayores expectativas de beneficio de los empresarios si con ello aumentan, en mayor medida, las perspectivas vitales de la clase trabajadora.<br />El beneficio de los menos favorecidos debe basarse en términos de un índice de bienes sociales primarios (véase Recuadro 12.1). En lo relativo a la regla de prioridad, el primer principio precede al segundo: la libertad sólo puede restringirse por mor de la libertad.<br />RECUADRO 12.2.    EL VELO DE LA IGNORANCIALas partes no tienen conocimiento alguno acerca a sus deseos y fines y, por tanto, de las funciones de elección que tienen en la sociedad. No conocen !as circunstancias sociales en que pueden encontrarse ni el arsenal de técnicas disponibles en su sociedad.Nadie debe beneficiarse de contingencias inmerecidas que tienen efectos profundos y duraderos, excepto en condiciones que favorezcan a las otras personas.<br />El contrato social se articula desde una posición original de igualdad con personas sometidas al velo de la ignorancia. Es decir, nadie conoce su posición en la sociedad ni siquiera el lugar que ocupa en la distribución de talentos y capacidades (véase Recuadro 12.2).<br />La teoría de la ciudadanía.<br />La revisión de la teoría de la ciudadanía plantea como premisa esencial la consideración de todas las personas como miembros plenos de la comunidad. En torno a este punto giran las ideas fundamentales de esta teoría que se resumen a continuación:<br />Favorecer la integración y restablecer la calidad de miembros de la comunidad a los excluidos, evitando políticas demasiado selectivas que estigmatizan a los beneficiarios.<br />Desarrollo de políticas y provisión de servicios que inspiren los sentimientos comunitarios de todos los ciudadanos. Se trata de fomentar el reconocimiento institucional de la solidaridad social.<br />Planteamiento de medidas preventivas para evitar la exclusión.<br />Los programas que se plantean a partir de estas ideas giran en torno a rentas mínimas, servicios sociales y de viviendas, educación y salud. Se pretende la aplicación de un principio de compensación por los perjuicios, costes e inseguridades sociales que sufren algunos miembros de la comunidad por participar en una sociedad industrial cambiante que permite que los citados costes recaigan sobre grupos concretos.<br />Desde esta posición teórica se rechazan los servicios de bienestar basados en el mercado por considerar que no es más eficiente ni ofrece más opciones a los ciudadanos.<br />Sus propuestas se centran, por tanto, en la defensa de los derechos al bienestar de .los ciudadanos, en función del principio de compensación ya citado, permitiendo la incorporación de los excluidos por mala suerte (orfandad, accidente, enfermedad) o por incapacidad (falta de talento, carencias educativas).<br />En el caso de responsabilidad personal (accidentes en actividades deportivas con riesgo, víctimas del tabaco o del alcohol) no hablan de derechos sino de la aplicación de los principios de caridad.<br />2.- LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA COMO OBJETIVO DE LA POLITICA ECONOMICA CONCEPTOS BÁSICOS Y CAUSAS DE LA DESIGUALDAD<br />La distribución de la renta puede analizarse desde cuatro perspectivas fundamentales: funcional, personal, espacial y sectorial.<br />      La distribución sectorial de la renta suele encuadrarse, desde el punto de vista teórico, dentro del estudio de las políticas de oferta en relación con los cambios estructurales, en el Producto interior Bruto (observándose, por ejemplo, el relativo declive del sector agropecuario y el crecimiento de la industria y de los servicios durante el siglo XX). La distribución espacial se refiere a las diferencias que pueden existir en los niveles (je renta desde la perspectiva territorial. siendo objeto específico de análisis por parte de la Economía regional. <br />    La distribución de la renta puede hacer referencia a múltiples aspectos:<br />Distribución funcional de la renta. Analiza cómo se distribuye la renta entre los factores trabajo y capital.<br />Distribución personal de la renta. Tiene lugar entre los individuos y las familias, independientemente del origen de los ingresos.<br />Distribución territorial o espacial de la renta. Estudia cómo se distribuye la renta en el espacio o en el territorio.<br />De todas estas perspectivas, las que más han considerado los economistas son la distribución funcional y la personal, que constituyen el núcleo de las teorías de la distribución<br />2.1.-Distribución funcional de la renta<br />La distribución funcional de la renta se ocupa del estudio de la distribución del producto obtenido entre los factores trabajo y capital.<br />Su objetivo consiste en analizar cómo se distribuye el valor añadido bruto entre los trabajadores.<br />La primera aproximación a la distribución funcional de la renta se realiza a partir de una de las vías de estimación del PIB: la vía de la renta. El PIB se obtiene como suma de:<br />La remuneración de asalariados (RA). Es la masa salarial correspondiente a la totalidad de los asalariados e incluye los sueldos y salarios brutos y las cotizaciones a cargo de los empleadores.<br />Excedente bruto de explotación (EBE). Incluye conceptos muy heterogéneos. El EBE engloba las rentas de la propiedad y de la empresa, los beneficios no distribuidos, los impuestos directos y las rentas mixtas.<br />No todas las rentas de trabajo están incluidas en la RA, ni todas las que incluye el EBE son rentas de capital.<br />2.1.1  La dinámica de la distribución funcional de la renta.<br />La ratio RA / PIB es el producto del coste laboral unitario (CLU) por la tasa de asalarización.<br />El coste laboral unitario (CLU) pone en relación el coste de la fuerza de trabajo y la renta generada por cada trabajador, la productividad. De este modo se dispone de una medida del coste de la mano de obra por unidad de output. Un incremento del CLU se interpreta como un encarecimiento de la mano de obra.<br />La tasa de asalarización (TA) representa la proporción o el peso de los trabajadores por cuenta ajena (asalariados) en el empleo total. Esta proporción se ha incrementado a lo largo de las últimas décadas en casi todos los países desarrollados debido a los efectos del descenso del empleo agrario. En la agricultura todavía hoy predomina el empleo no asalariado, pues el trabajo de la familia campesina constituye la mayor parte del trabajo agrario. En España, casi 2/3 del empleo agrario corresponden a los titulares de las explotaciones. Se debe recordar que el nivel y la evolución de la tasa de asalarización están estrechamente relacionados con el peso del sector agrario, a su vez relacionado con el nivel de desarrollo.<br />No obstante, todavía a finales de los años 90 la tasa de asalarización de nuestra economía se situaba por debajo de la media europea.<br />2.1.2.-  Las diferencias salariales.<br />Existen diversas hipótesis explicativas de la determinación de las rentas del trabajo. El hecho de que en unas ocupaciones los salarios superen a los pagados en otras, puede obedecer a la relación existente entre las ofertas de trabajo y las demandas del trabajo. Es decir, cuanto más escasos, en términos relativos, sean los trabajadores con unas determinadas características, mayor será su remuneración. No obstante, las diferencias salariales, al margen de las demandas y de las ofertas de trabajo relativas a cada ocupación, pueden estar originadas por las existentes en cuanto al nivel de organización del sector y en cuanto a la fuerza de los sindicatos.<br />· Teoría del capital humano.<br />De acuerdo con la corriente neoclásica, los salarios reflejan los rendimientos de la inversión en formación realizada por cada individuo. Cuanto mayor es la inversión en formación (nivel de los estudios realizados), mayor es el capital humano, lo que supone mayores habilidades, destrezas, conocimientos que permiten sostener a su vez niveles más altos de productividad que justificaría el pago de salarios superiores.<br />Sin embargo, en los mercados laborales se pueden observar con frecuencia individuos con niveles de cualificación similares que perciben remuneraciones muy diferentes. Esto pone en entredicho la capacidad explicativa de esta teoría.<br />· Teoría de la capacidad de pago.<br />Según esta teoría, los salarios superiores los pagan aquellas empresas con mayores beneficios. Por lo general existe una relación positiva entre la capacidad de pago de las empresas y el grado de concentración de los mercados. Sin embargo, en España, entre las PYMES y las multinacionales, esta teoría no se cumple.<br />· Salario de eficiencia.<br />Según este concepto, la productividad depende del salario, es decir, cuanto más elevados sean los salarios que paguen las empresas a sus trabajadores, más eficientes serán éstos en el desempeño de su actividad. En la medida que la calidad y la cantidad de trabajo aumenten, también lo hará la productividad.<br />La distribución funcional (o factorial) muestra cómo se reparte la renta generada en una economía entre todos y cada uno de los factores de producción.<br />Los factores generalmente considerados son el trabajo y el capital, aun cuando también deben tenerse en cuenta las rentas mixtas (como las rentas consolidadas de los comerciantes, dentistas, abogados, agricultores...) y las rentas obtenidas por el sector público (que comprende las procedentes de la propiedad y la actividad empresarial de las Administraciones Públicas, los impuestos sobre sociedades y empresas, deducidos los intereses pagados por la Deuda Pública).<br />La distribución funcional de la renta fue estudiada por los autores clásicos, que normalmente sólo distinguían entre terratenientes, capitalistas y trabajadores. David Ricardo estableció la distinción entre rentas de la tierra, beneficios y salarios, considerando que la renta de la tierra y los beneficios se obtenían residualmente y que la distribución del producto se basaba en la cantidad y fertilidad de las tierras, la tecnología aplicada y el volumen del fondo de salarios y el número de trabajadores.<br />Dentro de las teorías post-ricardianas, el principio de la productividad marginal plantea que la distribución de la renta entre los diversos factores de producción se realiza en función de su contribución marginal a la obtención del producto final. Posteriormente, se han desarrollado un gran número de teorías y trabajos empíricos sobre las participaciones relativas en la distribución funcional de la renta. Entre los elementos determinantes más estudiados se pueden citar las variaciones en la cantidad de factores, la elasticidad de sustitución entre los mismos y las modificaciones tecnológicas.<br />2.-Distribución personal de la renta y causas de la desigualdad.<br />La distribución personal se refiere al reparto  entre los individuos o las familias de la sociedad una vez descontados los impuestos y cuotas sociales y añadidas las transferencias económicas que se realicen a los hogares por los poderes públicos (pensiones y subvenciones). El estudio de la distribución personal de la renta es independiente del sector en el que se produzcan, de la región de la cual provengan o del factor productivo que remunere. Desde esta óptica, la atención se centra en la dispersión de las rentas de los hogares con respecto a su valor medio.<br />Los principales determinantes de la distribución personal de la renta son la herencia (material, genética o cultural), la inversión realizada en acumulación de factores (capital físico y humano, experiencia...), las diferencias en la retribución del trabajo y otros factores sociales.<br />El análisis de las causas de la desigualdad en la distribución de la renta ha dado lugar a una amplia literatura que se resume en el Cuadro 12.1, donde se recogen algunas de las principales teorías sobre este tema. Además de estas teorías, y con intención de mejorarlas y adaptarlas a la realidad, se han elaborado diversos modelos que consideran en sus análisis otros factores, tales como la inversión en capital humano, la herencia, factores estocásticos, etc.     <br />                     <br />TEORÍAS    Cuadro 12.2PRINCIPALES IDEAS PLANTEADAS1. Teoría estocástica.El azar y los sucesos aleatorios son los principales determinantes de la distribución de la renta.2. Cualidades personales.Análisis de las discrepancias entre habilidades y capitales de las personas. Estudio del medio ambiente hogareño. Estudio de la formación y de la inversión en capital humano como factores clave en la distribución de la renta.3. Teoría del ciclo vital.Establece una relación paralela entre el ciclo vital humano y las ganancias obtenidas durante el mismo. Las ganancias de los individuos aumentan con la edad cronológica, hasta un punto próximo a la jubilación en que la tendencia invierte su signo. Los elementos básicos condicionantes de este proceso son la experiencia y las elecciones individuales en gustos, formación laboral, riesgos...4. Procesos de elección,     4.1. Elección individual.4.2.  Elección colectiva.La incertidumbre y la capacidad de asumir riesgos determina las diferencias de rentas, así como el sistema impositivo y el régimen de propiedad vigente. Adicionalmente considera otros factores, tales como la intensidad de la competencia, la habilidad y el azar.Plantea la existencia de acuerdos contractuales entre los miembros de una sociedad (recuérdese los planteamientos utilitaristas y consensuales estudiados en el Apartado 12.1).<br />FUENTE: POLITICA ECONOMICA. JUAN CUADRADO ROURA. PAG.296<br />La medición de las diferencias de ingresos a nivel personal (o por hogares) puede llevarse a cabo mediante algunos indicadores y técnicas que examinaremos en el próximo epígrafe. Pero, ¿cuáles son las raíces de la desigual distribución de rentas entre distintos individuos (familias) en el contexto de las economías de mercado? El tema merece algunos comentarios adicionales que centraremos en las dos grandes fuentes de ingresos personales; las rentas provenientes del trabajo personal y de la propiedad.<br />Una parte muy importante de los ingresos familiares procede del trabajo Personal. Pero las retribuciones del trabajo muestran en todos los países una amplia dispersión que obedece a distintas razones.<br />Las diferencias personales en términos de capacidad y de cualificaciones para el trabajo constituyen, sin duda, una de ellas, aunque no la única. Estas diferencias personales pueden responder a dos tipos de causas que deben ser distinguidas:<br />Las de carácter Biológico - hereditario (en las que también deben incluirse las resultantes del entorno social) como el coeficiente de inteligencia, la fuerza, la estatura, etc.<br />Las resultantes de la formación e inversión en capital humano.<br />La evidencia empírica de distintos países no permite fundamentar la desigualdad en razones de tipo biológico. La dispersión de las rentas es mucho mayor que la dispersión de las características personales citadas en a). Por el contrario, la evidencia parece indicar que los ingresos percibidos a lo largo de la vida profesional están muy relacionados con el nivel de educación. Los ingresos que normalmente pueden obtener los graduados universitarios superan ampliamente los costes que implica adquirir las cualificaciones necesarias, mientras que las personas sin apenas cualificación suelen tener siempre bajas retribuciones y escasas posibilidades de mejoras en su trabajo. Aun así, a igualdad de esfuerzo y costes, persisten las diferencias entre profesiones. <br />Otra fuente de desigualdades es la intensidad en el trabajo, la cual varía mucho entre individuos. Quienes trabajan sólo lo necesario para satisfacer sus necesidades y disfrutar del tiempo libre accederán a niveles de ingresos menores que quienes, a igualdad del resto de las variables, sacrifican horas de ocio y de descanso. Obviamente, las diferencias de renta motivadas por esfuerzos desiguales no pueden ser consideradas el resultado de una desigualdad de oportunidades.<br />Además de los factores mencionados, el azar, la discriminación (por razones de sexo, raciales,...) y la exclusión de algunas ocupaciones, pueden jugar un importante papel en las diferencias provenientes del trabajo personal.<br />La desigual distribución de la riqueza condiciona las diferencias en cuanto a las rentas de la propiedad. La acumulación de riqueza (capital) permite obtener rentas que ahondan la desigualdad en la distribución personal. ¿Cuáles son los orígenes de esta acumulación?<br />Resulta inevitable mencionar, en primer lugar, la herencia. Muchos propietarios han obtenido sus bienes de esta forma, transfiriéndose los mismos de una generación a otra.<br />En segundo lugar debe citarse la acumulación originada en el ahorro de los individuos durante su vida de trabajo. Las teorías del ciclo vital de los ingresos y el ahorro explican diversos comportamientos de esta naturaleza.<br />Finalmente, según otras corrientes de análisis, la riqueza actual no es más que la retribución de quienes, en su momento, decidieron asumir riesgos extraordinarios, normalmente en contextos de elevada incertidumbre. El mercado retribuye la asunción de riesgos cuando éstos son coronados por el éxito.<br />Determinar el peso o la ponderación de cada uno de estos factores, u otros que pudiesen haber sido omitidos de un listado tentativo como el que recoge el Cuadro 12.1, es, nuevamente, materia de estudios empíricos. Las diferencias por países son, en este sentido, muy notables y se derivan de los antecedentes históricos, de las normas legales que han regido y rigen la sociedad, del propio funcionamiento del mercado (véase Recuadro 12.3) y, por supuesto, de otros factores sociales y culturales.<br />RECUADRO 12.3.   EL MERCADO Y LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTARecuérdese que los mercados competitivos son especialmente idóneos para resolver los problemas del qué y del cómo, es decir, las cuestiones relacionadas con la asignación de los recursos entre los sectores y la elección de la mejor técnica para producir una mercancía. Pero los mercados no tienen ningún talento especial para hallar la mejor solución a la cuestión del para quién... La teoría de la distribución se refiere a la forma en que están distribuidas la renta y la riqueza en una economía, a la asignación inicial de los factores de produccion (tierra, trabajo y capital) y a los precios que reciben estos factores en los mercados. Los principales conceptos estudiados son la renta (el flujo de salarios, sueldos, rendimientos de la propiedad y. transferencias recibidas durante un periodo) y la riqueza (el stock neto de activos poseídos en un momento dado de! tiempo).P. Samuelson y W. Nordhaus Economía. 13.quot;
 edición. McGraw-Hill. Madrid 1990. pp. 757.<br />3.- La distribución territorial de la renta.<br />Hace referencia al modo en que la renta se reparte entre las unidades territoriales que forman una región.<br />En la valoración de la distribución territorial, como en la personal, también está presente el principio de equidad. Un desarrollo económico que implique crecientes desigualdades regionales constituye un elemento desvertebrador.<br />El sector público puede influir, a través de las políticas regionales, en la vertebración del territorio, lo cual significa dotarlo de una mayor cohesión mejorando su organización y estructuras internas.<br />· Factores que facilitan la convergencia.<br />Si los rendimientos marginales de las inversiones son decrecientes, cuanto más capitalizada esté una economía menor será el impacto, en términos de crecimiento, de las inversiones adicionales. Por el contrario, en economías poco dotadas de capital las inversiones tienen un impacto muy superior.<br />La mayor capacidad de crecimiento de los países o regiones atrasadas respecto a las áreas más desarrolladas, radica en que la existencia de significativos desfases entre la tecnología utilizada y la disponible, es decir, la existencia de una brecha o retraso tecnológico permite crecer más rápidamente.<br />3. LA MEDICIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA <br />La Curva de Lorenz:<br />Lorenz propuso esta curva en 1905 con el fin de comparar y analizar desigualdades de riqueza en un país en diferentes épocas, o en diferentes países durante la misma época. Esta curva ha sido usada principalmente como una conveniente herramienta gráfica para representar el tamaño de la distribución del ingreso y riqueza.<br />Es un medio de representación gráfica de la desigualdad en la distribución de la renta personal o familiar, aunque como técnica puede utilizarse para representar otras formas o tipos de desigualdad. Los valores que configuran el perfil de la curva son los porcentajes de renta acumulados por los percentiles de población que estemos considerando.<br />La igualdad absoluta viene dada por la diagonal del diagrama representado en la siguiente Figura. La desigualdad absoluta (99 personas de cada 100 no disponen de renta que es acaparada por el restante miembro de la sociedad) se representa por la línea discontinua en ángulo recto. Cualquier distribución real de la renta debe encontrarse entre ambos extremos.<br />Cuanto más alejada está la curva de Lorenz de la línea de equidistribución, mayor será la concentración de la renta. La distribución real de la renta (después de considerar los impuestos y las transferencias) se muestra mediante la curva que se halla por debajo de la de igualdad absoluta (el área sombreada señala la desigualdad de las rentas). <br />Curva de Lorenz<br />Una forma de presentar las diferencias estadísticas en la distribución de la renta consiste en definir decilas de ingresos (la primera decila agrupa al 10 por 100 de la familias (individuos) con menores ingresos, la segunda decila al 10 por 100 con unos ingresos superiores al grupo anterior, y así sucesivamente) y la participación de la renta total que le corresponde a cada una de ellas.<br />Coeficiente de Gini: <br />Indicador de la desigualdad distributiva basado en las curvas de Lorenz. La medición se realeza a través de la relación entre el área de concentración (área comprendida entre la línea de igualdad absoluta y la curva de Lorenz real) y el área total que está por debajo de la línea de equidistribución.<br />El índice de Gini tendrá valores comprendidos entre 0 y 1:<br />0: distribución completamente igualitaria.<br />1: distribución de máxima desigualdad.<br />Indicadores de pobreza: <br />La tasa de pobreza es el porcentaje de familias o individuos cuyos niveles de renta se sitúan por debajo de una cifra establecida como umbral. La pobreza se caracteriza por la insuficiencia de los ingresos para cubrir las necesidades básicas de las familias, aunque su definición siempre relativa y discutible. De hecho, el umbral de pobreza debe modificarse periódicamente para tener en cuenta la inflación y la propia concepción de la pobreza en términos de satisfacción de necesidades. La medición usual de la pobreza se realiza en términos relativos, utilizándose como límite un porcentaje de la renta media de la población. Así, por ejemplo, pueden considerarse pobres a individuos o familias cuyos ingresos los estén por debajo del 50 por 100 de la renta media de la población. En cualquier caso, el concepto de pobreza no puede flexibilizarse excesivamente puesto que si consideraremos pobres al 10 por 100 de la población de un país con ingresos más reducidos siempre habría pobreza y nunca se podría erradicar, aunque aumentase sensiblemente la prosperidad social de todos los miembros de esa sociedad, incluidos los que seguirían siendo considerados como los más pobres. <br />Los indicadores a los que antes se ha hecho referencia curva de Lorenz, coeficiente de Gini, son de suma utilidad para cuantificar el grado de desigualdad vertical existente en la distribución de los ingresos. Los indicadores de pobreza, por contra, permiten aproximarse cuantitativamente a la idea de equidad categórica. A estos efectos, el índice más utilizado es:<br />Donde:<br /> =Renta del individuo i.<br />Z =Nivel de renta que define el umbral de pobreza. Son considerados pobres los individuos cuya renta es inferior a dicho umbral. <br />Ν=Población total. <br />Q=Número de pobres. Individuos cuyas rentas son inferiores al umbral Z. <br />=Medida de aversión a la pobreza. Cuanto mayor sea 0, mayor es el peso que se concede a los pobres en peor situación. <br />=Índice de pobreza, dado el parámetro <br />El parámetro puede tomar valores entre cero e infinito. Cuanto mayor sea su valor significará que se le otorga mayor importancia a la distancia que existe entre las  rentas y  Z . Para ejemplificar esto se analizan a continuación tres casos típicos del índice para valores de iguales a 0,1 e infinito.<br />En tal caso el indicador asume la forma:<br />No es más que un recuento de los considerados como pobres: el porcentaje de individuos cuya renta es menor a Z sobre el total de la población. Su valor máximo es igual a 1 cuando =  (todos los individuos de la población están por debajo del umbral de pobreza Z ), y el valor mínimo es cero (no existen pobres). En todo caso, no se le otorga ninguna importancia al hecho de que las rentas de los pobres puedan estar más o menos alejadas de Z.<br />Cuando = 1, una forma ilustrativa de expresar el índice es:<br />Donde la primera expresión entre llaves es el porcentaje de pobres, y la segunda es la distancia media de las rentas de los pobres con respecto al umbral de pobreza, medida en porcentaje. Obsérvese que la segunda parte de la expresión tiende a cero cuando tienden a Z (es decir, cuando las rentas de los pobres están cerca del umbral), haciendo que el porcentaje de pobres pierda relevancia. No importará que haya muchos pobres si éstos no son tan pobres. Por el contrario, si las tienden a cero (los pobres son muy pobres), la segunda parte de la expresión tenderá a 1. Si, además, hay muchos pobres ( Q tiende a N), el índice total tenderá a 1.<br />En este caso, puede también demostrarse que:<br />donde es la renta del más pobre de los individuos. Hasta que el más pobre de los individuos no haya superado el umbral de pobreza, ésta no se habrá erradicado.<br />Caso de Aplicación:<br />Preguntas relevantes:<br />¿Cuánta desigualdad hay en la sociedad?<br />El Perú en el Ranking Latinoamericano: Distribución del Ingreso 2008<br />Domingo 18 de Abril de 2010<br />El ranking de hoy se dedica a ver la distribución del ingreso en nuestra región, la más inequitativa del mundo. Aquí, un porcentaje muy minoritario, el más rico, puede llegar a acaparar la mitad o más del ingreso total de un país, dejando para el sector más pobre porcentajes que a veces no llegan ni al 1% del total. Así lo demuestran los datos que ahora presentamos, provenientes del Anuario Estadístico 2009 de la Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL).<br />Fuente: CEPAL<br />El Perú se halla en una posición expectante. Aquí, el 10% más pobre recibe el 1.4% del ingreso, y el que le sigue, el 2.6%, acumulando, para el Quintil más pobre, el 4%. Conforme se asciende en la escala de ingresos, la participación de los diversos grupos va mejorando, haciéndose comparable con su peso poblacional. Así, mientras que el Quintil 2 (correspondiente al segundo 20% más pobre) percibe el 8.5% del ingreso, el Quintil 3 percibe el 13.8%, y el Quintil 4 el 21.7%. Obviamente, el porcentaje del Quintil 5 (donde se halla la clase más pudiente, así como gran parte de la clase media) es mucho más alto que su peso poblacional, pues representa el 52.1% del ingreso total. Sin embargo, cabe destacar que la participación de la clase más rica en el ingreso peruano (35.8%) es la tercera más baja de toda la región. Al parecer, los ricos de nuestro país no gozan de ingresos tan desproporcionadamente altos como los de sus pares de los países vecinos.<br />Distribución del Ingreso: Escasa Mejoría<br />Según la Edición 2008 del informe Panorama Social de América Latina, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la distribución del ingreso en nuestro país no ha mejorado significativamente en los últimos años.<br />Así, tanto la población más pobre como la más rica mantienen, con leves fluctuaciones, porcentajes de participación en el ingreso nacional bastante similares a los de hace una década.<br />De acuerdo al documento, en el año 2007 el 40% de hogares peruanos más pobres recibió el 14.1% del ingreso nacional, casi lo mismo que en 1997 (13.3%). Por su parte, el 10% de hogares más ricos recibió en el 2007 nada menos que el 33.2% del ingreso nacional, prácticamente lo mismo que en 1997 (33.4%). Eso significa que los más pobres no mejoraron su participación, y los más ricos no disminuyeron la suya, como debería haber ocurrido.<br />La casi imperceptible mejora de la distribución del ingreso en nuestro país revela que hay que realizar un esfuerzo mucho mayor del que se ha hecho, no sólo manteniendo altas tasas de crecimiento económico, sino también incrementando el gasto público y mejorando su eficiencia, promoviendo la inversión privada (para que genere empleo estable y formal), elevando el nivel educativo de la población, incorporando sectores marginados al mercado, y, en fin, abriendo reales y masivas oportunidades de desarrollo en todos los ámbitos.Felizmente, en el cuadro de la CEPAL también hay un par de datos algo más alentadores. El ingreso promedio mensual de los hogares, por ejemplo, aumentó (si bien levemente) en el decenio en referencia. Así, mientras que en 1997 equivalió a 7.5 veces el ingreso que representa la línea de pobreza, en el 2007 aumentó a 7.8 veces.También hubo mejora en la relación del ingreso medio per cápita: en 1997, el indicador del 10% de los hogares más ricos equivalió a 17.9 veces el indicador del 40% más pobre; en el año 2007, en cambio, la relación se redujo a 15.4 veces. El dato se corrobora al comparar mediante quintiles: mientras que en el 2007 el ingreso medio per cápita del quintil más pudiente equivalió a 20.9 veces el del quintil más pobre, en el 2007 tal relación se redujo a 17.2 veces.<br />El Perú en el Ranking Latinoamericano: Índice de Gini 2008<br />Se debe recordar, de otro lado, que América Latina es la región con la peor distribución del ingreso del mundo.<br />Mejoró el Índice de Gini - Lunes 1 de Junio de 2009<br />El Índice o Coeficiente de Gini, uno de los principales indicadores acerca de la distribución del ingreso, mejoró significativamente en el Perú en el último año. Así lo revela el Informe Técnico Situación de la Pobreza en el 2008, que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), basado en la última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2004-2008.<br />Los países con mejor distribución del mundo (entre ellos Dinamarca, Eslovaquia y Japón) tienen indicadores que se hallan por debajo de 0.250. Es decir, al Perú le queda mucho por mejorar.Lo que se pretende es que el índice, dentro de los términos de la racionalidad, sea el más bajo posible.<br />El informe del INEI revela que el Índice de Gini peruano para el año 2008 es de 0.479, habiendo mejorado significativamente respecto de aquél del año previo. Esto sucedió, según el organismo estadístico, debido a una mejora en los ingresos de la población, particularmente  la de más bajos ingresos per cápita.<br />Como se puede observar en el cuadro del INEI, en el área rural existe una distribución del ingreso ligeramente mejor que en el área urbana. Lo mismo ocurre en el resto de ciudades respecto de Lima. Sin embargo, la distribución en la capital es sustantivamente mejor que en el conjunto del país.<br />Por regiones, la mejor distribución ocurre en la costa, especialmente en el área rural de ésta, en tanto que la peor se da en la sierra urbana.<br />¿Cuántas personas viven en situación de pobreza?<br />En el 2011 la Pobreza sólo Bajaría al 33.6%<br />La crisis no dejará cumplir la meta de reducción de la pobreza. Pese a que nuestra economía no cayó en el 2009, como sí ocurrió en la mayoría de países, el ínfimo crecimiento de 1.12% resultó notoriamente insuficiente para seguir avanzando en esta materia, tal como se había venido haciendo, a paso importante, en los últimos años.<br />Sucede que con esa escasa tasa de expansión no se puede absorber una cantidad significativa de la abundante mano de obra desempleada y subempleada, no pudiéndose propiciar, por lo tanto, una mejora de los ingresos, el elemento fundamental para luchar contra la pobreza.<br />Ya lo había adelantado la Cámara de Comercio de Lima (CCL), que estimaba que la población en situación de pobreza había aumentado en 460 mil personas en dicho año, con lo cual el porcentaje se habría elevado desde el 36.2% al 37.8%.<br />Y ahora lo acaba de reconocer el Ministerio de Economía y Finanzas, aunque sin coincidir con las cifras de la CCL, pues, según sus cálculos, la pobreza llegaría al 36.3%. Considerando la gravedad de la crisis, éste resulta un dato bastante favorable. Sin embargo, no deja de ser un freno a las aspiraciones del gobierno, al tratarse de un año perdido en el afán de llegar a la gran meta del 30% en el 2011.<br />El dato del MEF resulta bastante confiable, pues varios especialistas ya habían estimado que, aunque no habría disminuido, la pobreza tampoco habría aumentado, dado que si bien la crisis impidió absorber nueva oferta laboral, no logró afectar mayormente el nivel de empleo. Los despidos sólo tuvieron lugar en algunos sectores muy específicos. Sin duda, la percepción de que la crisis sería de poca duración llevó a la mayoría de empresas a mantener su personal. Y al conservarse los empleos, los ingresos de los trabajadores no se vieron perjudicados.Así las cosas, con esa frenada del 2009, la meta del 30% para el 2011 ya ha quedado oficialmente descartada. En el presente año, las estimaciones preliminares del MEF consideran que se llegaría a una tasa de pobreza de 35.0%, en tanto que en el 2011 se accedería a una de 33.6%. Pero, además, el MEF se ha animado a efectuar un pronóstico de largo plazo: que la tasa de pobreza de 25% será alcanzada en el año 2020. <br />4. POLÍTICA DE REDISTRIBUCIÓN DE LA RENTA:<br /> La política de redistribución de la renta pretende disminuir las desigualdades entre los perceptores de rentas altas y los de rentas bajas y, sobre todo, ayudar a satisfacer las necesidades básicas de aquellas capas de la población que perciben ingresos más reducidos. Que puede desarrollarse a través de diversos instrumentos en función de los objetivos perseguidos (grado de igualdad deseado, impactos sobre la asignación de recursos, presión política de los diversos grupos de interés, etc.). <br />Así, en términos generales se ha señalado que la igualdad absoluta puede conllevar el «reparto de la pobreza» y no de la riqueza. Se considera que la igualdad de consideración y de respeto son las bases para una integración plena en la comunidad y que hay que establecer medidas preventivas para evitar la exclusión de los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Este planteamiento se fundamenta en la primacía de la equidad: los casos iguales deben tratarse del mismo modo y los desiguales de forma distinta, máxime si lo que se busca es la erradicación de la pobreza. Se pueden plantear tres líneas finalistas básicas de la política de redistribución de la renta:<br />Disminución del nivel de concentración de la renta<br />Consecución de la igualdad de oportunidades.<br />Permitir la integración social de los excluidos.<br />Los instrumentos de política económica para la consecución de estos fines son muy variados y admiten diversas clasificaciones. Los gobiernos disponen de las políticas de gasto, impositiva, de rentas y de redistribución de activos. De hecho, los dos principios recaudatorios, como el principio del beneficio (los individuos deben pagar unos impuestos proporcionales a los beneficios que reciben de los programas públicos) vinculan directamente gasto e impuesto. <br />Algunos mecanismos, como el impuesto negativo sobre la renta, combinan en una misma medida imposición y gasto. En términos generales debe existir una coherencia entre ambas políticas: de poco serviría una redistribución progresiva a través del gasto público financiada con impuestos regresivos. <br />LA POLÍTICA IMPOSITIVA:<br />Impuestos indirectos:<br />La imposición indirecta tal vez sea el instrumento recaudatorio que hace enfrentar en mayor medida a las autoridades económicas con el conflicto eficiencia-equidad. El gobierno puede alcanzar un determinado objetivo recaudatorio a través de un impuesto unitario sobre el consumo de i (ti), sobre el consumo de j (tj) o gravando ambos bienes. Obsérvese que la imposición sobre i (cuya función de demanda tiene una elasticidad - precio no nulo) genera una pérdida de utilidad global representada por el área. Mientras que la imposición indirecta sobre el bien j (cuya función de demanda es rígida y, por tanto, su elasticidad precio es igual a cero) no provoca ineficiencia: el impuesto encarece el consumo, pero no distorsiona las decisiones sobre las cantidades consumidas: lo recaudado es exactamente igual a la pérdida de utilidad neta de los consumidores.<br />Por tanto, si el objetivo del gobierno es la eficiencia, es decir, recaudar de la manera menos distorsionante posible sin dar importancia a los efectos redistributivos, la regla de imposición óptima sería gravar los bienes cuyas demandas sean menos elásticas. Cuanto mayor sea la elasticidad - precio de la demanda de los bienes gravados, mayores serán las pérdidas de eficiencia, pero, además, mayor deberá ser también la tarifa impositiva necesaria para alcanzar el objetivo recaudatorio propuesto, debido a la disminución de las cantidades negociadas (y, por tanto, de la base imponible) en el nuevo equilibrio. <br />Sin embargo, desde la perspectiva redistributiva, un sistema de imposición indirecta que grave en mayor medida a los bienes con demandas más rígidas, puede ser (y seguramente lo sería) regresivo. <br />IMPUESTOS INDIRECTOS Y ELASTICIDAD-PRECIO<br />Piénsese que el bien i son automóviles y el bien j son alimentos. Como el porcentaje de gasto en alimentos de los más pobres sobre el total de sus gastos es elevado, la imposición sobre j recaerá en mayor medida sobre las personas de menos recursos. Habitualmente, las demandas de bienes de primera necesidad son más rígidas que las del resto de los bienes, especialmente los de lujo, y representan una parte importante del presupuesto de los sectores de bajos ingresos. Por ende, si se desea que la imposición indirecta sea progresiva deberían gravarse más los bienes cuya proporción en el gasto de los individuos de menos renta fuera baja. <br />Como estos bienes tienen una elasticidad-precio mayor, las políticas óptimas de imposición indirecta desde la perspectiva de la eficiencia y la equidad son, generalmente, contrapuestas.<br />Desde otra óptica, se ha mencionado también que la imposición indirecta desincentiva el trabajo al encarecer el consumo con respecto al ocio. Este último bien, el ocio, no puede ser gravado, pero sí pueden serlo otros bienes complementarios del ocio (paquetes turísticos, yates, alojamiento en hoteles, localidades en teatros, etc.). Ello serviría para que la imposición indirecta tuviera menos impacto negativo sobre la eficiencia. Esta política no sería incompatible con objetivos de equidad, pues el gasto dedicado al ocio representa una mayor proporción en el gasto total de las personas con mayores ingresos. Por tanto, gravar más los bienes complementarios del ocio y sería una regla de imposición indirecta que disminuiría el efecto negativo sobre la eficiencia de gravar bienes con elevada elasticidad precio.<br />Imposición sobre la renta: <br />El objetivo de progresividad del impuesto sobre la renta implica gravar de acuerdo con el principio de la capacidad de pago, pues ésta aumenta más que proporcionalmente con la renta. <br />El grado de progresividad formal del impuesto sobre la renta dependerá:<br />La estructura de la tarifa: Supóngase que un individuo i debe pagar un impuesto sobre la renta igual a  Ti, que es una función T de su renta yi. Analíticamente,<br />Se denomina tipo medio sobre la renta, Tme, a:<br />Y se denomina tipo marginal sobre la renta, Tmg a:<br />Una estructura tarifaria sobre la renta es progresiva si el tipo medio crece al aumentar la renta. Será proporcional si el tipo medio permanece constante y regresivo si decrece.<br />La existencia de mínimos exentos: Un impuesto lineal sobre la renta con mínimo exento es el que puede expresarse como:<br />Ti=0                     si; yi ≤M<br />Ti=yi- M*t           si; yi >M<br />Donde,<br />Ti  = Es el pago impositivo del individuo i. <br />yi: = Es la renta del individuo i.<br />M = Es el mínimo exento.<br />t = Es el tipo impositivo único, siendo 0 < t < 1.<br />IMPUESTO LINEAL SOBRE LA RENTA CON MÍNIMO EXENTO<br />La estructura tarifaria para un impuesto de estas características puede examinarse en la Figura impuesto lineal sobre la renta con mínimo exento. Los individuos cuyas rentas sean menores e iguales que M no tributarán y los que tengan rentas mayores que M lo harán al tipo marginal t (paparán una proporción t del exceso de su renta sobre el mínimo M).<br />A medida que sus rentas crezcan, los individuos deberán tributar una proporción cada vez mayor de las mismas a pesar de que el tipo marginal sea constante. Obviamente, la progresividad aumentaría si se combinase una estructura de mínimo exento con un tipo marginal creciente. El sistema de mínimo exento persigue objetivos de equidad categórica al eximir a las rentas menores del pago impositivo. Si se estableciese un mínimo exento acompañado de un tipo marginal decreciente para rentas mayores que M. se seguiría manteniendo el objetivo de equidad categórica, pero se abandonaría el de equidad vertical. Una estructura con mínimo exento y tipo único lineal como el que se ha analizado no desincentiva a trabajar a los individuos con rentas más bajas, por el contrario, produce incentivos al trabajo, pues no tributarán nada hasta alcanzar el umbral M. Por el contrario, sí resultarían desincentivados los individuos con mayores ingresos a medida que los tipos medios se van haciendo cada vez más altos.<br />POLÍTICA DE GASTOS Y TRANSFERENCIAS PÚBLICAS:<br />Estas medidas tienen una larga tradición como elemento clave para reducir los síntomas de la pobreza, sirviendo también para la consecución de la igualdad de oportunidades. En general, la financiación de este tipo de actuaciones se basa en un sistema impositivo de carácter progresivo. Los instrumentos específicos que pueden reseñarse son los siguientes:<br />Programa de gastos para la igualdad de oportunidades.<br />Programas de seguridad social.<br />Transferencias netas generales.<br />Redistribución directa entre grupos específicos.<br />Política de inversiones públicas.<br />Programa de gastos para la igualdad de oportunidades: <br />El objetivo básico de los mismos es garantizar el acceso a ciertos recursos básicos que permitan generar, posteriormente, para los colectivos menos favorecidos un mayor nivel de renta que la que proporciona la asignación primaria realizada por el mercado. Todo ello bajo el principio de que la igualdad de status inicial es la base social que permite a las personas alcanzar la calidad de miembros plenos de la sociedad. <br />Los programas de gastos que se pueden desarrollar son, entre otros, los siguientes:<br />Provisión de un servicio universal y gratuito de educación básica (primaria y secundaria). De esta manera se permite un acceso igualitario a los conocimientos básicos para acceder al mercado de trabajo.<br />Programas de formación profesional que permitan la adaptación continúa de los trabajadores a las necesidades del mercado de trabajo así como que permitan la incorporación fluida de nuevas generaciones.<br />Programas de gastos públicos que faciliten la provisión gratuita, o subvencionada con carácter general, de formación universitaria. No obstante, este tipo de actuación plantea ciertos interrogantes sobre los resultados progresivos o regresivos en términos de redistribución de la renta. Así, si los perceptores de rentas altas acceden con mayor facilidad a la Universidad y ésta es financiarla con fondos públicos puede haber una redistribución regresiva (problema que puede verse agravado en algunos países en vías de desarrollo si se produce una posterior «fuga de cerebros» a los países más avanzados). Por esta razón, sobre la que hay abiertas discrepancias en las contrastaciones empíricas, se han diseñado medidas alternativas tales como la provisión de becas, que al tener un carácter más selectivo puede producir efectos menos negativos.<br />Los programas de Seguridad Social:<br />Especialmente los de carácter contributivo que favorecen a los ancianos y a los desempleados, no persiguen como finalidad básica la redistribución de la renta (puesto que las personas beneficiarías no han de ser pobres para recibir las prestaciones). Sin embargo, contribuyen en gran medida a disminuir la marginación v la pobreza. <br />Entre los instrumentos fundamentales vinculados con estos programas se pueden destacar los siguientes:  <br />Seguro de desempleo: Proporciona ayuda temporal a las personas que pierden su puesto de trabajo. De esta manera se remedia uno de los síntomas de la pobreza mediante la limitación de la reducción de los ingresos. <br />Pensiones de jubilación e invalidez: Estas ayudas, generalmente de origen contributivo, permiten a las personas de edad avanzada mantener un cierto nivel de renta. En otras ocasiones, se trata de prestaciones no contributivas con las que se trata de evitar la caída en la indigencia de capas de la población que no han podido contribuir al sistema de seguridad social durante el tiempo exigido. <br />Sistema sanitario público: Se trata de proporcionar servicios públicos de salud a todos los ciudadanos. Si las prestaciones son no contributivas (piénsese en el caso de ancianos sin recursos económicos), esta política social pueden tener claras repercusiones redistributivas.<br />En relación con las pensiones y la sanidad pública hay que señalar que los dos aspectos determinantes de su posible aportación a la redistribución de la renta son su carácter no contributivo (si las prestaciones fueran universales y contributivas el impacto sobre la redistribución sería reducido) o bien que la contribución sea relativamente reducida respecto a las prestaciones y que la financiación adicional se obtenga con un sistema fiscal progresivo. Por otra parte algunas de estas medidas tienen conexiones con la política de empleo. <br />Transferencias netas generales: <br />A través de las mismas se entregan subsidios a los perceptores de rentas bajas. Entre estos programas de bienestar social para los pobres se pueden destacar los siguientes: <br />Ayudas a las familias de bajos ingresos con cargas familiares. Estas ayudas pueden realizarse en efectivo (en función de los hijos) o a través de guarderías gratuitas u otras formas de remuneración en especie (créditos blandos o subvenciones para viviendas...).<br />Prestaciones en especie para los perceptores de rentas bajas. Los vales de comida y transporte y las entregas de ropas y enseres domésticos son ejemplos de esta política.<br />Tarifas discriminatorias para los perceptores de rentas bajas. Esta política se puede utilizar a través de precios subvencionados de ciertos bienes y servicios esenciales (transportes públicos, luz, gas, alimentos...). En la medida en que estas ayudas se centran en los pobres y en que el sistema fiscal sea progresivo estas actuaciones tienen un claro componente redistributivo. El objetivo final es aumentar la renta disponible de los perceptores de ingresos reducidos. <br />Renta disponible = Renta de mercado generada - Impuestos + Transferencias<br />Redistribución directa entre grupos específicos:<br />Con estas medidas se trata de conceder ayudas a determinados grupos sociales mediante el establecimiento de impuestos a otros colectivos más favorecidos Esta combinación de impuestos y gastos selectivos conforma una discriminación fiscal con fines redistributivos. Algunos ejemplos de esta política pueden ser los siguientes:<br />Establecimiento de una tasa impositiva a los propietarios de yates deportivos para remodelar la flota pesquera.<br />Establecimiento de una imposición especial a las grandes superficies comerciales para financiar la formación profesional de los pequeños comerciantes.<br />Política de inversiones públicas:<br />Una política redistributiva puede basarse en un sistema fiscal de financiación progresiva, con el acompañamiento de un programa de inversiones públicas que beneficie a los perceptores de rentas bajas. <br />El desarrollo de programas de obras públicas (carreteras, vivienda, escuelas, hospitales...) puede tener diversos impactos redistributivos. Entre otros pueden señalarse:<br />Creación de puestos de trabajo entre los perceptores de ingresos reducidos, sobre todo si se trata de infraestructuras que requieren la utilización de técnicas intensivas en mano de obra.<br />Utilización de los bienes v servicios generados a través de estas inversiones públicas por las capas de población de ingresos reducidos (viviendas sociales, escuelas para grupos objetivo rurales o urbanos de bajos ingresos...).<br />Puede haber filtraciones hacia los grupos de ingresos altos o medios si los bienes y servicios ofrecidos generan elevadas externalidades positivas para los mismos (piénsese en las autopistas, infraestructuras de transporte aéreo...).<br />EL IMPUESTO NEGATIVO SOBRE LA RENTA COMO ALTERNATIVA:<br />Este tipo de impuesto se basa en establecer una renta mínima para todas las personas, de tal manera que puedan superar el umbral oficial de pobreza. <br />Por tanto, en términos prácticos se trata de conceder subvenciones a todas las familias cuyos ingresos estén por debajo de la renta mínima garantizada. Las transferencias variarán inversamente con la renta del beneficiario.<br />En términos analíticos:<br />Ti=t*yi- ymin<br />Siendo:<br />Ti = Deuda tributaria,<br />t = Tipo impositivo.<br />yi = Renta individual.<br />ymin = Renta mínima.<br />Si la renta yi es menor que ymin se establece un pago impositivo negativo hasta que el receptor alcance ese nivel mínimo. Cuanto mayor sea ymin, menor será el rendimiento tributario. Desde el punto de vista instrumental, además del objetivo fundamental de asegurar una renta mínima a todas las personas, un impuesto negativo sobre la renta (INR) ofrece dos importantes ventajas:<br />Reduce los costes administrativos de los sistemas de transferencias monetarias y en especie, sustituyéndolas por un solo canal de transmisión.<br />Simplifica el sistema impositivo sobre la renta. Se aconseja aplicar un tipo proporcional ya que simplemente se pretende garantizar unos ingresos mínimos.<br />La validez de un INR puede vincularse con la capacidad de los decisores de política económica para sustituir los restantes programas de bienestar (transferencias en especie...). Los defensores de un INR plantean que es la mejor medida redistributiva debido a los siguientes factores:<br />Garantiza un mínimo de renta para todos los ciudadanos.<br />Sustituye la amplia variedad de programas de bienestar por una política equitativa para todos.<br />Proporciona a las personas que trabajan una renta mayor que a las que no trabajan.<br />Se puede observar el funcionamiento efectivo de un impuesto negativo sobre la renta.<br />IMPUESTO NEGATIVO SOBRE LA RENTA<br />Cuanto mayor sea la pendiente de C D mayor será la renta que una familia puede retener y mayor el incentivo para trabajar y obtener ingresos en el mercado. <br />El problema es que el desarrollo de un programa de INR es oneroso para el gobierno puesto que no sólo paga subvenciones, sino que deja de ingresar los impuestos que antes recaudaba de muchas familias no pobres como pueden ser los ancianos, enfermos e incapacitados (los que realmente no pueden trabajar) y garantizarles la renta mínima. <br />Esta vía de actuación no produce, en principio, ineficiencias ya que se aplica a personas que no pueden trabajar de ningún modo. La cuestión clave reside en la identificación clara de los beneficiarios de un INR. <br />POLÍTICAS DE RENTAS Y PRECIOS:<br /> La política de rentas, puede tener una finalidad redistributiva mediante la intervención en los mecanismos de fijación de salarios y precios en el mercado. Los gobiernos pueden establecer programas de actuación que tiendan a equiparar los determinantes básicos de las rentas salariales y no salariales. <br />Legislación de salarios mínimos:<br />El objetivo de esta legislación es asegurar una retribución mínima a todos los trabajadores y evitar que el mercado lleve a situaciones en que las personas empleadas tengan dificultades para poder subsistir. <br />Esta política de rentas salariales puede generar diversos efectos según cuál sea la respuesta del mercado ante la intervención pública.<br />POLÍTICA DE SALARIOS MÍNIMOS<br />La posición de equilibrio en el mercado de trabajo se alcanza con un volumen de trabajo empleado q1 y un salario  w1.<br />Si el gobierno fija un salario mínimo superior al de equilibrio (w2), los trabajadores querrán ofrecer «Oq2» horas de trabajo mientras que la demanda se restringirá hasta «Oq3». El empleo efectivo (Oq3) será inferior al de equilibrio ya que hay exceso de oferta en el mercado. En consecuencia se producen dos efectos: reducción del empleo de  Oq1 a Oq3 y aumento del salario de los trabajadores que permanezcan empleados.<br />La reducción del empleo, con su correspondiente impacto redistributivo en contra de los desempleados, dependerá, fundamentalmente, de la diferencia entre el salario mínimo establecido y el de equilibrio y de la elasticidad de la demanda de trabajo.<br />Política de precios agrarios:<br />El sostenimiento de los ingresos de los agricultores, ante el debilitamiento de los precios relativos de los productos agrarios y las fluctuaciones de los mismos, ha sido un objetivo tradicional de la mayor parte de los gobiernos.<br />La Administración pública ha recurrido a medidas intervencionistas en los mercados de productos agrarios entre las que destacan las de reducción de la producción y las de establecimiento de precios garantizados que aseguren ciertos ingresos a los agricultores.<br />POLÍTICA DE PRECIOS AGRARIOS<br />Si el gobierno decide asegurar un precio «p» a los agricultores debe estar preparado para adquirir la producción que exceda de Oq1si la cosecha es buena.<br />Si la cosecha es reducida (Oq3) el gobierno disminuiría sus existencias en la cuantía q3q1, de forma que la oferta total en el mercado sería q1 al precio p1.<br />Esta política, muy utilizada tradicionalmente, es objeto de diversas críticas por haber contribuido a generar excedentes estructurales y por no contribuir a la modernización de la agricultura (no favorece las innovaciones tecnológicas ni los cambios de actividad). <br />Política de precios máximos controlados:<br />El Gobierno puede establecer una política de rentas no salariales, normalmente vía precios, con finalidad redistributiva. Se trata de que los perceptores de rentas bajas puedan adquirir determinados bienes y servicios a unos precios cuyo nivel máximo queda limitado administrativamente. La política de precios máximos se ha vinculado tradicionalmente con productos «sociales» de primera necesidad (sobre todo el pan, azúcar y otros productos alimenticios) y con el control de los alquileres de viviendas.<br />POLÍTICA DE PRECIOS MÁXIMOS DE ALQUILER<br />En términos económicos, el control de precios puede provocar una reducción de la cantidad ofrecida del bien o servicio y una disminución del precio pagado por los beneficiarios. FIGURA política de precios máximos de alquiler. Política de precios máximos de alquiler. En ausencia de intervención administrativa, el precio unitario es pi y el número de casas alquiladas es q1 Si el precio máximo autorizado es p2 disminuye la oferta de viviendas de alquiler hasta Oq2 mientras que la demanda alcanza Oq3. Se produce un exceso de demanda con lo que los beneficiarios de los precios bajos se benefician, pero algunas personas quedan sin acceso a la vivienda de alquiler. (En casos de control de precios puede aparecer, incluso, un «mercado negro» derivado de la existencia de una demanda insatisfecha.)<br />POLÍTICA DE DISTRIBUCIÓN DE ACTIVOS:<br /> La propiedad de los activos suele estar más concentrada que la distribución de los ingresos, por lo que, en ocasiones, se han propuesto políticas que se orienten a la redistribución del patrón vigente de activos y muy particularmente del suelo y del capital físico y humano. Entre las principales medidas que los gobiernos han planteado para contribuir a la redistribución de activos se pueden citar las siguientes: <br />Reforma agraria:<br />Consiste en realizar cambios en los regímenes de tenencia y explotación de la tierra cultivable. Se puede efectuar a través del reparto de la tierra o de la colectivización de la misma. La eficacia de estas medidas dependerá de sus costes (confiscaciones y expropiaciones) y de la capacidad de generar ingresos de las nuevas unidades agrarias individuales o colectivas.<br />Intervención pública en el mercado de trabajo:<br />La redistribución de activos en favor de los trabajadores se puede realizar a través de la disminución del precio relativo del trabajo (subvenciones para la creación de empleo, disminución de costes de la seguridad social...). <br />La política educativa y de sanidad, ya señalada anteriormente, contribuye, vía mejora del capital humano y de la eficiencia física de los perceptores de rentas bajas a incrementar la capacidad de generar ingresos de los grupos objetivo sobre los que se quiera actuar. Una cuestión importante en la política redistributiva que actúa en el mercado de trabajo es precisamente la delimitación de los grupos objetivo discriminados o segmentados con tendencia a la estigmatización. Entre los grupos que se pueden considerar hay que señalar los siguientes: <br />Subempleados y desempleados urbanos. <br />Personas que trabajan por cuenta propia en los servicios.<br />Personas que trabajan de forma irregular en la industria y en la construcción.<br />Trabajadores ocasionales.<br />Pequeños agricultores y campesinos submarginales.<br />Desempleados rurales.<br />Obsérvese que el apoyo a determinadas tecnologías, intensivas en mano de obra y que favorezcan la formación ocupacional, puede ser relevante como política redistributiva además de su impacto sobre el crecimiento y otros objetivos de política económica.<br />CAPITULO II<br />CASOS ESPECIFICOS<br />ESTADOS UNIDOS:<br />Distribución funcional de la renta:<br />Para empezar, debemos enlazar la reflexión final de nuestro Informe de septiembre (en el monográfico sobre mercado de trabajo) y la entonces introducida a nuestros lectores “wageless recovery”. Porque, en efecto, el rasgo más significativo de la distribución de la renta entre los factores productivos en los últimos años es el sesgo sin precedentes históricos a favor de los beneficios empresariales. En la primera mitad de 2006, el porcentaje de la renta nacional destinado a sueldos y salarios (o el dedicado a compensación total del factor trabajo, en una medida más amplia) fue el más bajo del que se tiene constancia (con datos desde 1929), mientras alcanzaba su máximo desde principios de los cincuenta el correspondiente a los beneficios empresariales. En particular, de acuerdo con los cálculos del Center on Budget and Policy Priorities, desde el final de la recesión de 2001, la remuneración real al factor trabajo está creciendo un 40% menos que en anteriores fases expansivas, mientras la del factor capital lo está haciendo un 60% más rápido. Es la primera vez que los beneficios empresariales capturarían un porcentaje mayor que el factor trabajo de los frutos de una expansión1. Véase el gráfico 1 para la presentación de nuestra propia aproximación, que conduce a conclusiones análogas2. Desde el primer trimestre de 2002, la compensación total al factor trabajo en términos reales se ha incrementado a un ritmo medio del 1.6%3, apenas la mitad del ritmo de crecimiento de la productividad y ¡la octava parte! Del  aumento de los beneficios empresariales antes de impuestos, también en términos reales.<br />GRÁFICO 1: Evolución productividad por hora trabajada, la remuneración total al factor trabajo y los beneficios empresariales durante la actual expansión (en términos reales interanuales;%). <br />Fuente: elaboración propia. Datos: FREDII; BLS.<br />Todo ello cuadra exactamente con la filosofía de la “wageless recovery”, así como con la idea de un sesgo sistemático en la distribución de la renta a favor del capital en los países desarrollados como consecuencia de la actual etapa de la globalización. Aunque los datos, al menos provisionalmente, apuntan en esa dirección, remitimos al lector interesado a las páginas 16 y 17 de nuestro informe de septiembre donde introducimos algunas cauciones sobre la “wageless recovery”.<br /> Distribución personal de la renta:<br />Comenzar este epígrafe con un apunte sobre el elevado índice de desigualdad de la renta personal en Estados Unidos constituye un tópico tan manido como justificado. Así, el Índice de Gini en Estados Unidos se sitúa en un valor de 0.408, ostensiblemente por encima de lo habitual en el contexto de la OCDE4. Mientras para Japón es de 0.249, los países europeos se sitúan en su mayor parte entre 0.25 y 0.35 (0.347 para España) y Rusia en 0.399. El valor de Estados Unidos es similar al de naciones como Trinidad y Tobago, Georgia o Turkmenistán; aunque al menos muestra mayor equidad que China (0.447). Incorporemos alguna otra reflexión, buena parte de las cuales nos permiten concluir que el aumento en la equidad distributiva dista de ser una prioridad en la agenda política – porque probablemente no lo es en la agenda de los votantes – estadounidense. Quizás ello permita explicar el deterioro del salario mínimo al que nos referíamos al comienzo del presente informe.<br />La tabla 2 revela cómo la evolución de la renta en el conjunto del pasado  cuarto de siglo, a través de tres ciclos económicos, ha ido acentuando la disparidad  distributiva. Y ello porque existe una correlación positiva entre nivel de renta e incremento de la misma. Aunque todos los quintiles de la población han constatado una mejora de su renta real, ésta ha sido ínfima para el primer quintil y cinco veces superior para el último. El 1% de la población con mayor nivel de renta ha prácticamente duplicado el crecimiento anual de la misma respecto al conjunto del 20% más favorecido (tasa nueve veces superior a la del más pobre).<br />TABLA 2: Renta anual individual después de impuestos (dólares constantes de 2002)<br />Fuente: elaboración propia. Datos: Congressional Budget Office.<br />Nota: renta en sentido general, incluyendo una definición más amplia que la del Census Bureau utilizada en el resto de este análisis.<br />Nota: variación anual = tasa media anual acumulativa de crecimiento. <br />En el mismo sentido, la Tabla 3 (primera de las que aparecen al final del presente Informe), muestra cómo el quintil de mayor renta ha ido elevando su participación en el total de la renta nacional desde 1980, hasta acaparar la mitad de la misma (mientras para el 20% más pobre de la población sólo queda un 3.4% de la renta total). Además, ese proceso ha sido ininterrumpido e independiente del partido gobernante. Este aumento de más de seis puntos en la participación del último quintil, en el que además no se captan aún plenamente los efectos de los últimos recortes fiscales “proricos” de la Administración Bush, se ha compensado con una caída del peso de todos los demás quintiles, aunque la del grupo de renta media-alta (cuarto quintil) parece revertirse en la presente década.<br />Por el contrario, la evolución de la renta per capita en términos de razas sí muestra (Tabla 4) una cierta, aunque muy tímida, convergencia. Aunque la mediana de la renta individual para un persona estadounidense de raza blanca y no hispana excede en más de un 40% la de una hispana y en más de un 60% la de una afro-americana, el incremento en el último cuarto de siglo para ésta última ha sido superior a la del resto de ciudadanos. Bien es cierto que, ese ritmo, la igualación de las medianas de blancos no hispanos y afro-americanos requeriría nada menos que 120 años a partir de 2004. A tan largo plazo, mejor no pronosticar nada.<br />TABLA 4: Mediana de la renta individual (dólares constantes de 2004)<br />Fuente: elaboración propia. Datos: Census Bureau.<br />Nota: variación anual = tasa media anual acumulativa de crecimiento.<br />Finalmente, la variable que más atención concita, a pesar de su discutible rigor, cuando se habla de distribución personal de la renta: la tasa de pobreza. Aunque la comparación internacional resulta siempre equívoca en este caso, no sólo por la definición que se ofrezca sino por los elementos de protección social de los que dispone (o no) un ciudadano en los diferentes países más allá de su renta, al menos sí es posible subrayar algunas claves sobre la trayectoria de la variable en Estados Unidos (Tabla 5).<br />TABLA 5: Tasa de pobreza por razas (%)<br />Fuente: elaboración propia. Datos: Census Bureau.<br />Primero, la manifiesta reducción en la tasa de pobreza experimentada con la prolongada expansión económica de los años noventa se ha revertido en el último lustro (1.4% de incremento, lo que implica cuatro millones adicionales de pobres, hasta una cifra global entorno a los 38 millones de personas).<br />Segundo, la desigualdad por razas no puede ser más flagrante; uno de cada cuatro afro-americanos entra en
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Distribucion de la renta

  • 1. “Año de la Consolidación Económica y Social del Perú”<br />DISTRIBUCIÓN DE LA RENTACátedra:POLITICA ECONOMICACatedrático:Econ. CARLOS INGARUCA MATOSAlumno:PAMPAS BLANCO, Elvia RÍOS DE LA CRUZ, José Pepín TRIGOS LAGO, Elizabet VERGARAY ZENTENO, HelenESPEJO RODRIGUEZ, Miguel ÁngelRIVERA OLLERO, Carmen MaríaHUMBERTO Semestre:XHUANCAYO - PERÚ20101714500121920013144504662170ÍNDICE<br />ÍNDICE2<br />INTRODUCCIÓN 3<br />CAPÍTULO I<br />Marco teórico4<br />La enseñanza de los economistas clásicos<br />CAPITULO II<br />1.-Principios básicos delimitadores8<br />2.-La distribución de la Renta como objetivo de política económica 15<br />3.-La medición de la distribución de la renta 21<br />4.-Política de redistribución de la Renta30 <br />CAPÍTULO III<br />Caso Práctico <br />-EEUU45<br />-CHINA 53<br />-PERU59<br />RECOMENDACIONES67<br /> CONCLUSIONES69<br />BIBLIOGRAFÍA 70<br />INTRODUCCIÓN<br />Este trabajo de investigación, busca analizar y comprender el problema fundamental de la distribución de la renta, como un problema que no ha sido resuelto, un problema de carácter fundamental, que tiene como objetivo disminuir la brecha entre ricos y pobres, se comprende entonces que al encontrarnos en una economía mixta, es el estado a través de su políticas económicas las que deberían de por lo menos tratar de hacer que esta brecha sea menor a través de aplicación de políticas económicas adecuadas, se a comprobado que el sistema de libre mercado por sí solo no puede solucionar este problema, pues en la mayoría de casos ayuda a ampliar la brecha entre ricos y pobres haciendo que la distribución de la renta sea cada vez menos equitativa, se encuentra entonces con la disyuntiva de eficiencia y equidad, difícil de resolver, sabiendo que se busca el bienestar social el estado debe de intervenir adecuadamente teniendo la adecuada distribución de la renta como objetivo de la política económica.<br />Se sabe que A mayor PIB, más renta se puede distribuir entre las familias en países como el Perú la mayor parte de la población vive en pobreza y la riqueza se concentra en manos de unos pocos. También en los países más desarrollados se pueden encontrar miles de personas con una renta insuficiente.<br />Entre amabas situaciones existe una diferencia importante: mientras que en los países menos desarrollados la situación de pobreza es generalizada y afecta a la mayoría de la población, en los países más desarrollados existe una amplia clase media que participa del alto nivel de bienestar y los pobres representan un porcentaje muy inferior. Se tiene que tomar en cuenta que la distribución de la renta puede ser funcional, es decir en función de os factores que intervienen en la producción (capital y trabajo), o pueden ser personal, distribución territorial o espacial.<br />Porque observamos empíricamente que la distribución de la renta no es para nada justa (ricos y pobres), ni humana (pobreza extrema). La técnica que utilizamos en el trabajo es la recopilación de información secundaria (libros, datos estadísticos y periódicos). <br />La estructura del trabajo corresponde en tres capítulos: capítulo I el marco teórico, capítulo II el desarrollo del tema, capítulo III ejemplos PERU, CHINA, y EEUU de distribución de la renta. el trabajo busca analizar así como el contenido teórico y problemática a cerca de la distribución de la renta , se trata de aportar con aportes de los integrantes de grupo de trabajo, con respecto a la reducción de la brecha entre ricos y pobres, y hacer que la distribución de la renta se mas adecuada, que sea a la vez eficiente y equitativo, a través de propuestas de algunas políticas económicas aplicables que dieron resultado en otros países y que podrían también tener efectos positivos en nuestro país.<br />Los alumnos<br />CAPITULO I<br />MARCO TEÓRICO<br />1.- LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA<br />La enseñanza de los economistas clásicos<br /> Concentraron sus esfuerzos en el análisis de la naturaleza de la producción y la distribución, distinguieron tres tipos básicos de actividad económica, en un contexto en la que mercancía, es decir, el producto expresamente para el intercambio, se extendía progresivamente como forma predominante de la riqueza social:<br />Producción de objetos de uso social, que poseen propiedades objetivas capaces de satisfacer deseos y necesidades humanas<br />La distribución de dichos objetos de uso social entre los miembros de la sociedad<br />El consumo de los objetos de uso social distribuidos, consumo personal que constituye el fundamento ultimo de la producción de la sociedad. <br />Para los clásicos era evidente que las actividades laborales involucradas en la esfera de la distribución no incrementaban el acervo de la riqueza social, ya que su función se circunscribía a servir como mecanismo de transferencia entre la producción y el consumo, esta esfera constituían un coste para la sociedad en su conjunto, un apreté de la riqueza producida habría que sacrificar para garantizar su distribución.<br />-Adam Smith.- el trabajo improductivo, tomado de los fisiócratas, sitúa en un lugar central del sistema de la economía política, no debe de entenderse como trabajo innecesario, por que tan necesario es producir como distribuir lo producido, el trabajo de produjo y el trabajo de la distribución son nítidamente distinguibles, por que desempeñan funciones distintas, aunque igualmente necesarias para la producción de la sociedad. Tampoco se trata de una distinción moral, relativa a la eficiencia social de las mercancías producidas, o de una distinción formal de los resultados del proceso de trabajo, como la existente entre bienes y servicios.<br />La importancia de esta distinción, a los efectos de la determinación de la renta, se pone de manifiesto cundo pone, mientras el trabajo productivo, produce, renta( al producir el producto cuya realización en el mercado la origina) el trabajo improductivo se limita a consumir una <br />El estudio de la distribución de la renta se considera que , constituye un coste para la producción social.<br />-David Ricardo, pensaban que uno de los problemas fundamentales de la ciencia de la economía política era el de la distribución de la riqueza entre las clases sociales que habían contribuido a producirla, como la producción se hallaba sometida a leyes de orden natural, los economistas clásicos tendían analizar la distribución del producto social.<br />-Carlos Marx, llega a demostrar que al forma de modo de producción es determinante de la forma de distribución.<br />Los economistas neoclásicos.- se concentraron en la formalización armónica del proceso abstracto de asignación de recursos escasos entre fines alternativos, al objeto de demostrar que, dado que el modo de producción del capital, la economía de mercado es internamente eficiente, porque responde a reglas optimas de asignación de los recursos. <br />Pareto.- nos dice que es necesario y suficiente dar libertad al mecanismo del mercado y los precios, de manera que este pueda funcionar de acuerdo con sus propios principios auto – reguladores l los de la competencia perfecta para garantizar que la distribución sea optima del producto social, dadas las dotaciones iniciales de los factores productivos.<br />Keynes.- De acuerdo con los puntos de vistas mantenidos por Myrdal (la existencia de la pobreza es una restricción al crecimiento) y el propio J. M. Keynes, fijaría en su trascendental General Theory su posición acerca de la influencia de la distribución de la renta en el crecimiento económico (la política redistributiva en aras de la equidad tiene un elemento positivo sobre el crecimiento).<br />Algunos autores, sin embargo, entienden que existe una relación de complementariedad entre ambos objetivos. Entre los defensores de esta postura se encuentran autores de la talla de J. M. Keynes o G. Myrdal El economista inglés sostiene que las medidas de redistribución de la renta que mejoran la situación económica de las capas de población con menores rentas, estimulan el consumo y la inversión, los dos grandes componentes de la demanda agregada, siendo, por tanto, un medio favorable para impulsar el crecimiento. Por su parte, G. Myrdal centra sus argumentos en el lado de la oferta. En este sentido, señala que la falta de recursos de la población empobrecida conlleva una mala alimentación y unas deficientes condiciones de salud, vivienda, higiene y educación, lo que reduce la capacidad y posibilidades de trabajar intensivamente. Además, las desigualdades sociales generan conflictos y tensiones sociales, todo lo cual repercute en la producción.<br />De todas estas perspectivas, las que más han considerado los economistas son la distribución funcional y la personal, que constituyen el núcleo de las teorías de la distribución.<br />La distribución funcional de la renta.<br />La distribución funcional de la renta se ocupa del estudio de la distribución del producto obtenido entre los factores trabajo y capital.<br />Su objetivo consiste en analizar cómo se distribuye el valor añadido bruto entre los trabajadores.<br />La primera aproximación a la distribución funcional de la renta se realiza a partir de una de las vías de estimación del PIB: la vía de la renta. El PIB se obtiene como suma de:<br />La remuneración de asalariados (RA). Es la masa salarial correspondiente a la totalidad de los asalariados e incluye los sueldos y salarios brutos y las cotizaciones a cargo de los empleadores.<br />Excedente bruto de explotación (EBE). Incluye conceptos muy heterogéneos. El EBE engloba las rentas de la propiedad y de la empresa, los beneficios no distribuidos, los impuestos directos y las rentas mixtas.<br />·No todas las rentas de trabajo están incluidas en la RA, ni todas las que incluye el EBE son rentas de capital.<br />La dinámica de la distribución funcional de la renta.<br />La ratio RA / PIB es el producto del coste laboral unitario (CLU) por la tasa de asalarización.<br />El coste laboral unitario (CLU) pone en relación el coste de la fuerza de trabajo y la renta generada por cada trabajador, la productividad. De este modo se dispone de una medida del coste de la mano de obra por unidad de output. Un incremento del CLU se interpreta como un encarecimiento de la mano de obra.<br />La tasa de asalarización (TA) representa la proporción o el peso de los trabajadores por cuenta ajena (asalariados) en el empleo total. Esta proporción se ha incrementado a lo largo de las últimas décadas en casi todos los países desarrollados debido a los efectos del descenso del empleo agrario. En la agricultura todavía hoy predomina el empleo no asalariado, pues el trabajo de la familia campesina constituye la mayor parte del trabajo agrario. En España, casi 2/3 del empleo agrario corresponden a los titulares de las explotaciones. Se debe recordar que el nivel y la evolución de la tasa de asalarización están estrechamente relacionados con el peso del sector agrario, a su vez relacionado con el nivel de desarrollo.<br />- Las diferencias salariales.<br />Existen diversas hipótesis explicativas de la determinación de las rentas del trabajo. El hecho de que en unas ocupaciones los salarios superen a los pagados en otras, puede obedecer a la relación existente entre las ofertas de trabajo y las demandas del trabajo. Es decir, cuanto más escasos, en términos relativos, sean los trabajadores con unas determinadas características, mayor será su remuneración. No obstante, las diferencias salariales, al margen de las demandas y de las ofertas de trabajo relativas a cada ocupación, pueden estar originadas por las existentes en cuanto al nivel de organización del sector y en cuanto a la fuerza de los sindicatos.<br />· Teoría del capital humano.<br />De acuerdo con la corriente neoclásica, los salarios reflejan los rendimientos de la inversión en formación realizada por cada individuo. Cuanto mayor es la inversión en formación (nivel de los estudios realizados),<br />mayor es el capital humano, lo que supone mayores habilidades, destrezas, conocimientos que permiten sostener a su vez niveles más altos de productividad que justificaría el pago de salarios superiores.<br />Sin embargo, en los mercados laborales se pueden observar con frecuencia individuos con niveles de cualificación similares que perciben remuneraciones muy diferentes. Esto pone en entredicho la capacidad explicativa de esta teoría.<br />· Teoría de la capacidad de pago.<br />Según esta teoría, los salarios superiores los pagan aquellas empresas con mayores beneficios. Por lo general existe una relación positiva entre la capacidad de pago de las empresas y el grado de concentración de los mercados. Sin embargo, en España, entre las PYMES y las multinacionales, esta teoría no se cumple.<br />· Salario de eficiencia.<br />Según este concepto, la productividad depende del salario, es decir, cuanto más elevados sean los salarios que paguen las empresas a sus trabajadores, más eficientes serán éstos en el desempeño de su actividad. En la medida que la calidad y la cantidad de trabajo aumenten, también lo hará la productividad.<br />EN EL PERU<br />Adolfo Figueroa.- Ha demostrado que el Perú tiene una de las distribuciones del ingreso más desiguales de toda América Latina. El 1% más rico recibía el 31% del ingreso nacional. En el otro extremo, el tercio más pobre recibía el 5% del ingreso nacional.<br />Por otro lado se encargó de estimar los efectos redistributivos de las reformas que se dieron en el gobierno militar de los setenta, Velasco realizó varias reformas para disminuir la desigualdad, sin embargo el efecto redistributivos no fue muy significativo, no hubo redistribución como se esperaba para mejor de los campesinos.<br />Para Adolfo Figueroa, la desigualdad en los países depende de su formación interna y las políticas que tenga: “El grado de desigualdad es una característica estructural de los países que nacieron menos desiguales se mantienen en ese nivel. La trayectoria de la desigualdad de los países depende de sus condiciones iníciales, es decir, la historia cuenta<br />“No existe un proceso que genere la producción y otro que genere la distribución. La producción no es independiente de la distribución y esta no es independiente del proceso económico. La producción de bienes y su distribución son endógenas y se determinan simultáneamente<br />Los pobres para poder incrementar sus ingresos y salir de la pobreza necesitan capital físico, capital humano, capital financiero de corto y largo plazo, adquisición de seguros para sus productos, todo lo cual, requiere financiamiento, “es decir, todos los factores que se necesitan pueden ser reducidos a uno solo: financiamiento”.<br />CAPITULO II<br />1.- PRINCIPIOS BÁSICOS DELIMITADORES. LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y LOS CRITERIOS DE DISTRIBUCIÓN<br />En los últimos tiempos se ha producido un distanciamiento excesivo entre la economía y la ética que, como señala A. Sen, produce un doble daño<br />El descuido de la visión ética de la motivación.<br />El olvido del análisis de aspectos económicos relevantes para la consideración de cuestiones éticas.<br />Desde 1780 se llamó en Europa “libertad” todo lo que enardecía y entusiasmaba, como los griegos llamaron quot; kalonquot; a las cosas más dispares con tal de que coincidiesen en su efecto alcohólico. <br />La aproximación a estos conceptos se realizará, en consecuencia, con el mayor rigor posible y buscando la vertiente económica del análisis conceptual.<br />Empezaremos por estudiar el significado económico de los términos libertad y justicia para realizar posteriormente el planteamiento entrelazado de los mismos.<br />a) Libertad. <br />El término libertad tiene connotaciones multívocas. Esta variedad de significados requiere, cuando menos, una aproximación delimitadora del concepto.<br />En primer lugar, hay que plantearse la frontera de posibilidades de los individuos que se puede manifestar, al menos, en tres vertientes:<br />Limitaciones físicas, por ejemplo, la imposibilidad de trasladarse a lugares muy alejados o poder visitar otros planetas.<br />Limitaciones sociales, legales; derecho a la propiedad privada, normas que regulan las conductas, o la existencia de jerarquías en organizaciones.<br />Limitaciones económicas. La escasez de recursos que pueden ser usados de forma alternativa. Corno ha señalado Boulding, la economía actúa como salvaguarda contra la imprudencia sobre la base del principio “quid pro quo”.<br />Estas limitaciones se enraízan en el principio de exclusión, en virtud del cual dos personas no pueden estar exactamente en el mismo sitio al mismo tiempo. En otros términos, la libertad de ambas plantea áreas de conflicto donde la mejora de una se produce en términos de deterioro de la otra.<br />Intentando un mayor acercamiento conceptual al término podemos considerar cuatro vertientes económicas del mismo.<br />Libre albedrío.<br />Esta primera concepción se basa en la posibilidad de elegir libremente lo que se prefiere. Por tanto, esta libertad de actuación puede traer consigo efectos nocivos para el individuo o la sociedad.<br />Libertad en ley moral.<br />Este concepto se refiere a la opción de escoger en el contexto del reconocí-' miento de la ley moral. Por tanto, el libre albedrío queda sometido a las consideraciones éticas establecidas.<br />Libertad de las necesidades.<br />En esta vertiente se considera que las libertades básicas se vinculan con la garantía de obtener unos niveles mínimos de alimentos, vestidos, vivienda.<br />En este terreno es donde las aproximaciones comunistas han ejercido mayor presión. La famosa expresión de Lenin de «libertad, ¿para qué?» o la apreciación de Karl Marx de que «los liberales van una sola vez en compañía de la libertad: el día de su entierro» parecen inscribirse en esta crítica a las libertades de que no se vinculen con las necesidades. En cualquier caso, el desarrollo del Estado del Bienestar en el siglo xx ha tenido estrechas conexiones con esta vertiente del concepto libertad.<br />Libertad de elección.<br />Esta visión de la libertad se vincula con la capacidad para elegir sin coacción. Se puede pensar, que un individuo está en libertad o es libre para actuar si no se ve coaccionado a hacerlo por alguien, sea éste un individuo o un grupo. Según Buchanan, puede llegar a plantearse la opción de la secesión, por ejemplo en la vertiente tributaria, y sólo la solidaridad comunitaria puede permitir el mantenimiento en la organización y la no retirada del sistema fiscal. Buchanan se está refiriendo al problema del establecimiento de irnos límites éticos al nivel absoluto de imposición.<br />b) Justicia y criterios de distribución.<br />A. Sen recuerda la apreciación de Dante sobre el infierno: El que entre, que abandone toda bondad» y la utiliza como referencia de introducción en la Economía, aunque no olvida el origen ético de la misma anteriormente citado.<br />La noción de justicia en el mundo económico se ha desenvuelto en una especie de vacío histórica y las pautas de legitimación se han basado en los resultados (establecimiento de modelos teleológicos de maximización del bienestar agregado) o en el procedimiento (modelo deontológico de consenso entre ciudadanos libres e iguales). La visión naturalista se vincula con los derechos de propiedad de los productores respecto a sus objetos.<br />La justicia se ha vinculado crecientemente con la equidad y la igualdad relativa, ya que la igualdad absoluta se ha convertido en una utopía. Boulding se preguntaba a este respecto si puede la utopía crear caracteres utópicos. ¿Qué medidas podrían promover el desarrollo de personas selectas, generosas, sensitivas y responsables?<br />Entre los criterios clásicos de distribución justa se pueden considerar los siguientes:<br />Distribuir a todos por partes iguales.<br />Esta concepción se aproxima a la vigente en la vertiente política de «cada persona, un voto». Sus mayores dificultades se vinculan con la desincentivación que supone para la producción y creación de riqueza, con lo que en realidad no termina de repercutir positivamente en los perceptores de rentas bajas. De hecho, se pueden fomentar situaciones de «distribución igualitaria de la pobreza».<br />Distribución según las necesidades.<br />En este caso debemos definir cuidadosamente lo que se entiende por necesidades dada la gran variedad de las mismas (piénsese, por ejemplo, en los libros para el erudito, el alcohol para el bebedor). Por otra parte, se requiere que alguien elabore un esquema de reparto y selección según necesidades. Puede ser la autoridad o bien se puede realizar una estimación mediante un proceso democrático representativo.<br />Adicionalmente, la existencia de necesidades variadas requiere que la distribución de la riqueza se base en algunas de las premisas siguientes:<br />Dejar a todos «igualmente» insatisfechos.<br />Reducción proporcional de la insatisfacción (en un 20 por 100, un 50 por 100...).<br />Establecer cánones de prioridad social. Gomo ejemplo se puede citar el caso del racionamiento, repartiendo mayor cupo de leche a niños, dando beneficios adicionales a los trabajadores de la industria pesada,...<br />Intentar que todas las personas obtengan la misma satisfacción total. Es decir, habría que repartir más riqueza a los que tengan menos necesidades.<br />Distribución según los merecimientos.<br />Los méritos pueden basarse en los esfuerzos realizados vertiente subjetiva o en los resultados obtenidos vertiente objetiva. Si consideramos estos resultados deben tenerse en cuenta el talento y la capacidad humana. En este caso, la justicia se debe centrar en establecer igualdad en las condiciones de partida y en desarrollar un aparato de asistencia social, sobre la base de la solidaridad y la caridad, para cubrir las necesidades de los incapacitados (ancianos, enfermos,...).<br />Distribución según el trabajo realizado.<br />Esta visión supone una especificación del principio de merecimiento y tiene raíces intelectuales marxistas. En cualquier caso, esta distribución debe complementares con criterios de justicia para las actividades no productivas (artísticas...) y para cubrir las necesidades de los débiles (ancianos, enfermos,...).<br />Además de estos criterios clásicos, la acción de los gobiernos en materia de redistribución de la renta intenta introducir, a través de dos importantes principios, las modernas ideas sobre justicia y equidad. Son los principios de:<br />Equidad categórica.<br />El principio de equidad categórica responde a una concepción paternalista de la equidad fundamentada en la idea de que todos los individuos tienen derecho a consumir ciertas cantidades mínimas de determinados bienes. Desde el punto de vista de la redistribución personal de la renta, el principio de equidad categórica centra su atención en los grupos de más bajos ingresos (las decilas inferiores del Cuadro 12.2), tratando de garantizar estándares mínimos de bienestar a los sectores de la población más desfavorecidos y de evitar situaciones de pobreza extrema.<br />Equidad vertical.<br />A diferencia de la equidad categórica, el principio de equidad vertical alienta a la disminución de la desigualdad global entre todos los grupos o rangos de distribución personal de la renta. En el límite de la aplicación del principio de equidad vertical, cada decirla. se apropiaría de un 10 por 100 de la renta total, desapareciendo de hecho la clasificación entre decilas por tramos de renta (todas las rentas serían iguales) y llegándose a una situación de igualdad absoluta en términos de rentas.<br />c) Imbricación común de la libertad y justicia.<br />La aproximación a los elementos tangenciales de la libertad y la justicia, y de forma subliminal el progreso, permite distinguir entre las aportaciones utilitario-objetivas, basadas en el “naturalismo”, las consensuales, basadas en la argumentación y las de la teoría de la ciudadanía en donde el status y el derecho a ser miembros plenos de la sociedad son las bases del análisis.<br />El planteamiento de estas teorías no es lineal, existendo bifurcaciones y contradicciones intelectuales así como algunas señas específicas de identidad en las mismas. Sin embargo, esta clasificación parece operativa como forma de aproximación al problema y no como distinción que pretenda alcanzar una taxonomía cerrada. .<br />Doctrina utilitario objetivista.<br />Antes de entrar en el planteamiento utilitario de la justicia hay que hacer referencia a la importancia del enfoque naturalista basado en los derechos de propiedad.<br />Siguiendo a Silver podemos señalar los siguientes elementos básicos de esta (corriente de pensamiento: 1) los sentimientos constituyen una realidad objetiva ética; 2) los derechos de propiedad se basan en un complejo de sentimientos de aprobación respecto a un objeto, (que puede ser inmaterial como el ocio, la libertad...); 3) para tener derechos de propiedad se requiere que el individuo «i» tenga un sentimiento de legítima titulación del objeto «x» y que los otros individuos de la sociedad sientan que «i» es poseedor legítimo de «x» 3; 4) el ámbito de los derechos de propiedad incluye el derecho a utilizar los objetos en todos sus usos relevantes, a excluir a otros de su aprovechamiento, a beneficiarse de su utilización, a transformarlos físicamente y a cambiarlos o transmitirlos; 5) se trata de derechos naturales (moralmente básicos e independientes de acuerdos institucionales). La visión marxista se refiere a la «falsa conciencia» de sus poseedores; 6) se apoya en una forma de justicia sustantiva o no comparativa de dar a cada persona según su derecho y en una justicia comparativa basada en tratar similarmente los casos parecidos, y 7) se basa en un planteamiento endógeno —la regla de justicia se deriva de las preferencias de los individuos de la sociedad— y antecedentalista —la regla se orienta al proceso y no a los fines.<br />El planteamiento utilitario se basa también en las concepciones iusnaturalis-tas aunque su| enfoque resulta todavía más objetivo al basarse en la maximización del bienestar. La regla de elección social se basa en la ordenación social mediante una función de preferencias individuales (lo cual presenta de partida dos grandes problemas: la mensurabilidad cardinal y la agregación interpersonal).<br />La regla de la justicia económica se sustenta en la idea de que la mejor distribución de objetos (bienes, servicios,...) entre un grupo dado de individuos de una sociedad será aquella que maximice la utilidad social o el bienestar. Se puede afirmar que el fin la máxima utilidad social justifica los medios, con lo que el «déspota benevolente» 0 el gobernante puede prestar escasa atención a los derechos de propiedad.<br />De acuerdo con los antecedentes de Bentham y las posteriores aportaciones de la moderna economía del bienestar se puede elaborar una función de bienestar social basada en la suma de las utilidades individuales de los miembros de la sociedad. <br />Si hay «n» miembros en la sociedad, tenemos que:<br />U = Ui + U2 + ... + Un<br />En términos de dos personas, que compusieran hipotéticamente la población, se podrían elaborar curvas de posibilidades de utilidad como las que se refleja en la Figura. Siendo:<br />GVPC: Curva de posibilidades de utilidad (combinaciones de distribuciones eficientes de dos bienes de consumo X e Y entre los individuos A y B).<br />SIC: Mapa de curvas de indiferencia social. Cada curva de indiferencia social representa la combinación de la felicidad de A y de B que permite obtener un determinado nivel de bienestar social.<br />La suma total máxima de utilidad viene dada por el punto b donde GUPC es tangente a la curva SIC más alta que puede obtenerse. Este «punto de felicidad» determina la producción total de cada bien y el camino en que se distribuyen entre los dos individuos. En consecuencia, la bondad de un estado es función de la información sobre la utilidad relativa a este estado. Se trata de un enfoque consecuencialista, ya que la elección de acciones y motivaciones se determina por la bondad del estado social consiguiente.<br />Harsany ha intentado humanizar el utilitarismo adoptando una teoría en la que la maximización de la suma total de felicidad se desplaza desde la distribución específica de objetos (ley del utilitarismo) a las reglas o políticas para seleccionar la distribución de objetos (regla del utilitarismo).<br />La regla utilitarista tiene en cuenta las expectativas y efectos de los códigos morales alternativos, mientras que la ley utilitarista queda restringida a considerar las expectativas y los efectos incentivadores de las acciones individuales.<br />Desde un planteamiento próximo al utilitarista, Posner señala que la distribución de bienes entre los individuos de una sociedad debe maximizar la riqueza total. En consecuencia, la cuestión de quién produce el objeto es moralmente irrelevante. Según este autor, el «omnisciente tirano» asignará bienes a los usuarios según su capacidad para darles mayor valor intentando economizar los recursos escasos.<br />Las críticas a los enfoques utilitaristas han sido amplias y quizá se puedan destacar los aspectos planteados por Sen que señala una dualidad en la concepción de la persona. Se refiere al aspecto del bienestar y al aspecto de agencia, que incluye la capacidad para establecer objetivos, valores y lealtades (motivaciones fuera del ámbito del bienestar). También señala que la métrica de la felicidad puede distorsionar el grado de privación de una manera específica y sesgada. En otros términos, Sen quiere explicitar que el bienestar incluye valoraciones y que resulta difícil la medición por la vía de la satisfacción del deseo.<br />RECUADRO 12.1. TIPOLOGÍA DE BIENES DE RÁWLS Bienes primarios naturales (determinados por la lotería natural): salud, coeficiente de inteligencia, habilidad.Bienes sociales primarios (su existencia depende de cómo se articule la interacción social).• Libertades básicas (pensamiento, conciencia...)Libertad de movimientos y de elección de ocupación.Poderes y prerrogativas de cargos y posiciones de responsabilidad.Renta y riqueza.Bases sociales de la autoestima.<br />Teorías basadas en el consenso.<br />Entre las teorías consensuales destaca especialmente la aportación de Rawls, que se basa en el constructivismo kantiano (elección por parte de personas libres e iguales de un procedimiento razonable de. construcción cuyo resultado determina el contenido de los primeros principios de la justicia).<br />La teoría de la «justicia como equidad» de Rawls plantea los siguientes pun tos básicos:<br />La construcción de una sociedad justa mediante consenso y cooperación voluntaria. La justicia es el resultado de un acuerdo hipotético alcanzado con arreglo a un procedimiento en el que no estamos representados como individuos particulares, sino como personas morales, libres e iguales, en cuyas deliberaciones carecen de importancia las presiones institucionales e intereses empíricos.<br />Las instituciones básicas de una sociedad justa y libre están reguladas por dos principios:<br />Principio de igual libertad de ciudadanía.<br />Cada persona ha de tener igual derecho al más amplio sistema de iguales libertades básicas compatibles con un sistema similar de libertad para todos.<br />Principio de diferencia.<br />Las desigualdades económicas y sociales deben articularse de forma que redunden en mayor beneficio de los menos favorecidos [principio del masimin) y que estén adscritas a cargas y opciones accesibles a todos en condiciones de equitativa igualdad de oportunidades. (Nadie debe salir ganando por Ja suerte de la lotería natural que distribuye el talento y la capacidad o gracias1 al lugar que inicialmente ocupa en la sociedad sin dar a cambio beneficios compensatorios.)<br />A título de ejemplo se puede señalar que el principio del maximin puede admitir unas mayores expectativas de beneficio de los empresarios si con ello aumentan, en mayor medida, las perspectivas vitales de la clase trabajadora.<br />El beneficio de los menos favorecidos debe basarse en términos de un índice de bienes sociales primarios (véase Recuadro 12.1). En lo relativo a la regla de prioridad, el primer principio precede al segundo: la libertad sólo puede restringirse por mor de la libertad.<br />RECUADRO 12.2. EL VELO DE LA IGNORANCIALas partes no tienen conocimiento alguno acerca a sus deseos y fines y, por tanto, de las funciones de elección que tienen en la sociedad. No conocen !as circunstancias sociales en que pueden encontrarse ni el arsenal de técnicas disponibles en su sociedad.Nadie debe beneficiarse de contingencias inmerecidas que tienen efectos profundos y duraderos, excepto en condiciones que favorezcan a las otras personas.<br />El contrato social se articula desde una posición original de igualdad con personas sometidas al velo de la ignorancia. Es decir, nadie conoce su posición en la sociedad ni siquiera el lugar que ocupa en la distribución de talentos y capacidades (véase Recuadro 12.2).<br />La teoría de la ciudadanía.<br />La revisión de la teoría de la ciudadanía plantea como premisa esencial la consideración de todas las personas como miembros plenos de la comunidad. En torno a este punto giran las ideas fundamentales de esta teoría que se resumen a continuación:<br />Favorecer la integración y restablecer la calidad de miembros de la comunidad a los excluidos, evitando políticas demasiado selectivas que estigmatizan a los beneficiarios.<br />Desarrollo de políticas y provisión de servicios que inspiren los sentimientos comunitarios de todos los ciudadanos. Se trata de fomentar el reconocimiento institucional de la solidaridad social.<br />Planteamiento de medidas preventivas para evitar la exclusión.<br />Los programas que se plantean a partir de estas ideas giran en torno a rentas mínimas, servicios sociales y de viviendas, educación y salud. Se pretende la aplicación de un principio de compensación por los perjuicios, costes e inseguridades sociales que sufren algunos miembros de la comunidad por participar en una sociedad industrial cambiante que permite que los citados costes recaigan sobre grupos concretos.<br />Desde esta posición teórica se rechazan los servicios de bienestar basados en el mercado por considerar que no es más eficiente ni ofrece más opciones a los ciudadanos.<br />Sus propuestas se centran, por tanto, en la defensa de los derechos al bienestar de .los ciudadanos, en función del principio de compensación ya citado, permitiendo la incorporación de los excluidos por mala suerte (orfandad, accidente, enfermedad) o por incapacidad (falta de talento, carencias educativas).<br />En el caso de responsabilidad personal (accidentes en actividades deportivas con riesgo, víctimas del tabaco o del alcohol) no hablan de derechos sino de la aplicación de los principios de caridad.<br />2.- LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA COMO OBJETIVO DE LA POLITICA ECONOMICA CONCEPTOS BÁSICOS Y CAUSAS DE LA DESIGUALDAD<br />La distribución de la renta puede analizarse desde cuatro perspectivas fundamentales: funcional, personal, espacial y sectorial.<br /> La distribución sectorial de la renta suele encuadrarse, desde el punto de vista teórico, dentro del estudio de las políticas de oferta en relación con los cambios estructurales, en el Producto interior Bruto (observándose, por ejemplo, el relativo declive del sector agropecuario y el crecimiento de la industria y de los servicios durante el siglo XX). La distribución espacial se refiere a las diferencias que pueden existir en los niveles (je renta desde la perspectiva territorial. siendo objeto específico de análisis por parte de la Economía regional. <br /> La distribución de la renta puede hacer referencia a múltiples aspectos:<br />Distribución funcional de la renta. Analiza cómo se distribuye la renta entre los factores trabajo y capital.<br />Distribución personal de la renta. Tiene lugar entre los individuos y las familias, independientemente del origen de los ingresos.<br />Distribución territorial o espacial de la renta. Estudia cómo se distribuye la renta en el espacio o en el territorio.<br />De todas estas perspectivas, las que más han considerado los economistas son la distribución funcional y la personal, que constituyen el núcleo de las teorías de la distribución<br />2.1.-Distribución funcional de la renta<br />La distribución funcional de la renta se ocupa del estudio de la distribución del producto obtenido entre los factores trabajo y capital.<br />Su objetivo consiste en analizar cómo se distribuye el valor añadido bruto entre los trabajadores.<br />La primera aproximación a la distribución funcional de la renta se realiza a partir de una de las vías de estimación del PIB: la vía de la renta. El PIB se obtiene como suma de:<br />La remuneración de asalariados (RA). Es la masa salarial correspondiente a la totalidad de los asalariados e incluye los sueldos y salarios brutos y las cotizaciones a cargo de los empleadores.<br />Excedente bruto de explotación (EBE). Incluye conceptos muy heterogéneos. El EBE engloba las rentas de la propiedad y de la empresa, los beneficios no distribuidos, los impuestos directos y las rentas mixtas.<br />No todas las rentas de trabajo están incluidas en la RA, ni todas las que incluye el EBE son rentas de capital.<br />2.1.1 La dinámica de la distribución funcional de la renta.<br />La ratio RA / PIB es el producto del coste laboral unitario (CLU) por la tasa de asalarización.<br />El coste laboral unitario (CLU) pone en relación el coste de la fuerza de trabajo y la renta generada por cada trabajador, la productividad. De este modo se dispone de una medida del coste de la mano de obra por unidad de output. Un incremento del CLU se interpreta como un encarecimiento de la mano de obra.<br />La tasa de asalarización (TA) representa la proporción o el peso de los trabajadores por cuenta ajena (asalariados) en el empleo total. Esta proporción se ha incrementado a lo largo de las últimas décadas en casi todos los países desarrollados debido a los efectos del descenso del empleo agrario. En la agricultura todavía hoy predomina el empleo no asalariado, pues el trabajo de la familia campesina constituye la mayor parte del trabajo agrario. En España, casi 2/3 del empleo agrario corresponden a los titulares de las explotaciones. Se debe recordar que el nivel y la evolución de la tasa de asalarización están estrechamente relacionados con el peso del sector agrario, a su vez relacionado con el nivel de desarrollo.<br />No obstante, todavía a finales de los años 90 la tasa de asalarización de nuestra economía se situaba por debajo de la media europea.<br />2.1.2.- Las diferencias salariales.<br />Existen diversas hipótesis explicativas de la determinación de las rentas del trabajo. El hecho de que en unas ocupaciones los salarios superen a los pagados en otras, puede obedecer a la relación existente entre las ofertas de trabajo y las demandas del trabajo. Es decir, cuanto más escasos, en términos relativos, sean los trabajadores con unas determinadas características, mayor será su remuneración. No obstante, las diferencias salariales, al margen de las demandas y de las ofertas de trabajo relativas a cada ocupación, pueden estar originadas por las existentes en cuanto al nivel de organización del sector y en cuanto a la fuerza de los sindicatos.<br />· Teoría del capital humano.<br />De acuerdo con la corriente neoclásica, los salarios reflejan los rendimientos de la inversión en formación realizada por cada individuo. Cuanto mayor es la inversión en formación (nivel de los estudios realizados), mayor es el capital humano, lo que supone mayores habilidades, destrezas, conocimientos que permiten sostener a su vez niveles más altos de productividad que justificaría el pago de salarios superiores.<br />Sin embargo, en los mercados laborales se pueden observar con frecuencia individuos con niveles de cualificación similares que perciben remuneraciones muy diferentes. Esto pone en entredicho la capacidad explicativa de esta teoría.<br />· Teoría de la capacidad de pago.<br />Según esta teoría, los salarios superiores los pagan aquellas empresas con mayores beneficios. Por lo general existe una relación positiva entre la capacidad de pago de las empresas y el grado de concentración de los mercados. Sin embargo, en España, entre las PYMES y las multinacionales, esta teoría no se cumple.<br />· Salario de eficiencia.<br />Según este concepto, la productividad depende del salario, es decir, cuanto más elevados sean los salarios que paguen las empresas a sus trabajadores, más eficientes serán éstos en el desempeño de su actividad. En la medida que la calidad y la cantidad de trabajo aumenten, también lo hará la productividad.<br />La distribución funcional (o factorial) muestra cómo se reparte la renta generada en una economía entre todos y cada uno de los factores de producción.<br />Los factores generalmente considerados son el trabajo y el capital, aun cuando también deben tenerse en cuenta las rentas mixtas (como las rentas consolidadas de los comerciantes, dentistas, abogados, agricultores...) y las rentas obtenidas por el sector público (que comprende las procedentes de la propiedad y la actividad empresarial de las Administraciones Públicas, los impuestos sobre sociedades y empresas, deducidos los intereses pagados por la Deuda Pública).<br />La distribución funcional de la renta fue estudiada por los autores clásicos, que normalmente sólo distinguían entre terratenientes, capitalistas y trabajadores. David Ricardo estableció la distinción entre rentas de la tierra, beneficios y salarios, considerando que la renta de la tierra y los beneficios se obtenían residualmente y que la distribución del producto se basaba en la cantidad y fertilidad de las tierras, la tecnología aplicada y el volumen del fondo de salarios y el número de trabajadores.<br />Dentro de las teorías post-ricardianas, el principio de la productividad marginal plantea que la distribución de la renta entre los diversos factores de producción se realiza en función de su contribución marginal a la obtención del producto final. Posteriormente, se han desarrollado un gran número de teorías y trabajos empíricos sobre las participaciones relativas en la distribución funcional de la renta. Entre los elementos determinantes más estudiados se pueden citar las variaciones en la cantidad de factores, la elasticidad de sustitución entre los mismos y las modificaciones tecnológicas.<br />2.-Distribución personal de la renta y causas de la desigualdad.<br />La distribución personal se refiere al reparto entre los individuos o las familias de la sociedad una vez descontados los impuestos y cuotas sociales y añadidas las transferencias económicas que se realicen a los hogares por los poderes públicos (pensiones y subvenciones). El estudio de la distribución personal de la renta es independiente del sector en el que se produzcan, de la región de la cual provengan o del factor productivo que remunere. Desde esta óptica, la atención se centra en la dispersión de las rentas de los hogares con respecto a su valor medio.<br />Los principales determinantes de la distribución personal de la renta son la herencia (material, genética o cultural), la inversión realizada en acumulación de factores (capital físico y humano, experiencia...), las diferencias en la retribución del trabajo y otros factores sociales.<br />El análisis de las causas de la desigualdad en la distribución de la renta ha dado lugar a una amplia literatura que se resume en el Cuadro 12.1, donde se recogen algunas de las principales teorías sobre este tema. Además de estas teorías, y con intención de mejorarlas y adaptarlas a la realidad, se han elaborado diversos modelos que consideran en sus análisis otros factores, tales como la inversión en capital humano, la herencia, factores estocásticos, etc. <br /> <br />TEORÍAS Cuadro 12.2PRINCIPALES IDEAS PLANTEADAS1. Teoría estocástica.El azar y los sucesos aleatorios son los principales determinantes de la distribución de la renta.2. Cualidades personales.Análisis de las discrepancias entre habilidades y capitales de las personas. Estudio del medio ambiente hogareño. Estudio de la formación y de la inversión en capital humano como factores clave en la distribución de la renta.3. Teoría del ciclo vital.Establece una relación paralela entre el ciclo vital humano y las ganancias obtenidas durante el mismo. Las ganancias de los individuos aumentan con la edad cronológica, hasta un punto próximo a la jubilación en que la tendencia invierte su signo. Los elementos básicos condicionantes de este proceso son la experiencia y las elecciones individuales en gustos, formación laboral, riesgos...4. Procesos de elección, 4.1. Elección individual.4.2. Elección colectiva.La incertidumbre y la capacidad de asumir riesgos determina las diferencias de rentas, así como el sistema impositivo y el régimen de propiedad vigente. Adicionalmente considera otros factores, tales como la intensidad de la competencia, la habilidad y el azar.Plantea la existencia de acuerdos contractuales entre los miembros de una sociedad (recuérdese los planteamientos utilitaristas y consensuales estudiados en el Apartado 12.1).<br />FUENTE: POLITICA ECONOMICA. JUAN CUADRADO ROURA. PAG.296<br />La medición de las diferencias de ingresos a nivel personal (o por hogares) puede llevarse a cabo mediante algunos indicadores y técnicas que examinaremos en el próximo epígrafe. Pero, ¿cuáles son las raíces de la desigual distribución de rentas entre distintos individuos (familias) en el contexto de las economías de mercado? El tema merece algunos comentarios adicionales que centraremos en las dos grandes fuentes de ingresos personales; las rentas provenientes del trabajo personal y de la propiedad.<br />Una parte muy importante de los ingresos familiares procede del trabajo Personal. Pero las retribuciones del trabajo muestran en todos los países una amplia dispersión que obedece a distintas razones.<br />Las diferencias personales en términos de capacidad y de cualificaciones para el trabajo constituyen, sin duda, una de ellas, aunque no la única. Estas diferencias personales pueden responder a dos tipos de causas que deben ser distinguidas:<br />Las de carácter Biológico - hereditario (en las que también deben incluirse las resultantes del entorno social) como el coeficiente de inteligencia, la fuerza, la estatura, etc.<br />Las resultantes de la formación e inversión en capital humano.<br />La evidencia empírica de distintos países no permite fundamentar la desigualdad en razones de tipo biológico. La dispersión de las rentas es mucho mayor que la dispersión de las características personales citadas en a). Por el contrario, la evidencia parece indicar que los ingresos percibidos a lo largo de la vida profesional están muy relacionados con el nivel de educación. Los ingresos que normalmente pueden obtener los graduados universitarios superan ampliamente los costes que implica adquirir las cualificaciones necesarias, mientras que las personas sin apenas cualificación suelen tener siempre bajas retribuciones y escasas posibilidades de mejoras en su trabajo. Aun así, a igualdad de esfuerzo y costes, persisten las diferencias entre profesiones. <br />Otra fuente de desigualdades es la intensidad en el trabajo, la cual varía mucho entre individuos. Quienes trabajan sólo lo necesario para satisfacer sus necesidades y disfrutar del tiempo libre accederán a niveles de ingresos menores que quienes, a igualdad del resto de las variables, sacrifican horas de ocio y de descanso. Obviamente, las diferencias de renta motivadas por esfuerzos desiguales no pueden ser consideradas el resultado de una desigualdad de oportunidades.<br />Además de los factores mencionados, el azar, la discriminación (por razones de sexo, raciales,...) y la exclusión de algunas ocupaciones, pueden jugar un importante papel en las diferencias provenientes del trabajo personal.<br />La desigual distribución de la riqueza condiciona las diferencias en cuanto a las rentas de la propiedad. La acumulación de riqueza (capital) permite obtener rentas que ahondan la desigualdad en la distribución personal. ¿Cuáles son los orígenes de esta acumulación?<br />Resulta inevitable mencionar, en primer lugar, la herencia. Muchos propietarios han obtenido sus bienes de esta forma, transfiriéndose los mismos de una generación a otra.<br />En segundo lugar debe citarse la acumulación originada en el ahorro de los individuos durante su vida de trabajo. Las teorías del ciclo vital de los ingresos y el ahorro explican diversos comportamientos de esta naturaleza.<br />Finalmente, según otras corrientes de análisis, la riqueza actual no es más que la retribución de quienes, en su momento, decidieron asumir riesgos extraordinarios, normalmente en contextos de elevada incertidumbre. El mercado retribuye la asunción de riesgos cuando éstos son coronados por el éxito.<br />Determinar el peso o la ponderación de cada uno de estos factores, u otros que pudiesen haber sido omitidos de un listado tentativo como el que recoge el Cuadro 12.1, es, nuevamente, materia de estudios empíricos. Las diferencias por países son, en este sentido, muy notables y se derivan de los antecedentes históricos, de las normas legales que han regido y rigen la sociedad, del propio funcionamiento del mercado (véase Recuadro 12.3) y, por supuesto, de otros factores sociales y culturales.<br />RECUADRO 12.3. EL MERCADO Y LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTARecuérdese que los mercados competitivos son especialmente idóneos para resolver los problemas del qué y del cómo, es decir, las cuestiones relacionadas con la asignación de los recursos entre los sectores y la elección de la mejor técnica para producir una mercancía. Pero los mercados no tienen ningún talento especial para hallar la mejor solución a la cuestión del para quién... La teoría de la distribución se refiere a la forma en que están distribuidas la renta y la riqueza en una economía, a la asignación inicial de los factores de produccion (tierra, trabajo y capital) y a los precios que reciben estos factores en los mercados. Los principales conceptos estudiados son la renta (el flujo de salarios, sueldos, rendimientos de la propiedad y. transferencias recibidas durante un periodo) y la riqueza (el stock neto de activos poseídos en un momento dado de! tiempo).P. Samuelson y W. Nordhaus Economía. 13.quot; edición. McGraw-Hill. Madrid 1990. pp. 757.<br />3.- La distribución territorial de la renta.<br />Hace referencia al modo en que la renta se reparte entre las unidades territoriales que forman una región.<br />En la valoración de la distribución territorial, como en la personal, también está presente el principio de equidad. Un desarrollo económico que implique crecientes desigualdades regionales constituye un elemento desvertebrador.<br />El sector público puede influir, a través de las políticas regionales, en la vertebración del territorio, lo cual significa dotarlo de una mayor cohesión mejorando su organización y estructuras internas.<br />· Factores que facilitan la convergencia.<br />Si los rendimientos marginales de las inversiones son decrecientes, cuanto más capitalizada esté una economía menor será el impacto, en términos de crecimiento, de las inversiones adicionales. Por el contrario, en economías poco dotadas de capital las inversiones tienen un impacto muy superior.<br />La mayor capacidad de crecimiento de los países o regiones atrasadas respecto a las áreas más desarrolladas, radica en que la existencia de significativos desfases entre la tecnología utilizada y la disponible, es decir, la existencia de una brecha o retraso tecnológico permite crecer más rápidamente.<br />3. LA MEDICIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA <br />La Curva de Lorenz:<br />Lorenz propuso esta curva en 1905 con el fin de comparar y analizar desigualdades de riqueza en un país en diferentes épocas, o en diferentes países durante la misma época. Esta curva ha sido usada principalmente como una conveniente herramienta gráfica para representar el tamaño de la distribución del ingreso y riqueza.<br />Es un medio de representación gráfica de la desigualdad en la distribución de la renta personal o familiar, aunque como técnica puede utilizarse para representar otras formas o tipos de desigualdad. Los valores que configuran el perfil de la curva son los porcentajes de renta acumulados por los percentiles de población que estemos considerando.<br />La igualdad absoluta viene dada por la diagonal del diagrama representado en la siguiente Figura. La desigualdad absoluta (99 personas de cada 100 no disponen de renta que es acaparada por el restante miembro de la sociedad) se representa por la línea discontinua en ángulo recto. Cualquier distribución real de la renta debe encontrarse entre ambos extremos.<br />Cuanto más alejada está la curva de Lorenz de la línea de equidistribución, mayor será la concentración de la renta. La distribución real de la renta (después de considerar los impuestos y las transferencias) se muestra mediante la curva que se halla por debajo de la de igualdad absoluta (el área sombreada señala la desigualdad de las rentas). <br />Curva de Lorenz<br />Una forma de presentar las diferencias estadísticas en la distribución de la renta consiste en definir decilas de ingresos (la primera decila agrupa al 10 por 100 de la familias (individuos) con menores ingresos, la segunda decila al 10 por 100 con unos ingresos superiores al grupo anterior, y así sucesivamente) y la participación de la renta total que le corresponde a cada una de ellas.<br />Coeficiente de Gini: <br />Indicador de la desigualdad distributiva basado en las curvas de Lorenz. La medición se realeza a través de la relación entre el área de concentración (área comprendida entre la línea de igualdad absoluta y la curva de Lorenz real) y el área total que está por debajo de la línea de equidistribución.<br />El índice de Gini tendrá valores comprendidos entre 0 y 1:<br />0: distribución completamente igualitaria.<br />1: distribución de máxima desigualdad.<br />Indicadores de pobreza: <br />La tasa de pobreza es el porcentaje de familias o individuos cuyos niveles de renta se sitúan por debajo de una cifra establecida como umbral. La pobreza se caracteriza por la insuficiencia de los ingresos para cubrir las necesidades básicas de las familias, aunque su definición siempre relativa y discutible. De hecho, el umbral de pobreza debe modificarse periódicamente para tener en cuenta la inflación y la propia concepción de la pobreza en términos de satisfacción de necesidades. La medición usual de la pobreza se realiza en términos relativos, utilizándose como límite un porcentaje de la renta media de la población. Así, por ejemplo, pueden considerarse pobres a individuos o familias cuyos ingresos los estén por debajo del 50 por 100 de la renta media de la población. En cualquier caso, el concepto de pobreza no puede flexibilizarse excesivamente puesto que si consideraremos pobres al 10 por 100 de la población de un país con ingresos más reducidos siempre habría pobreza y nunca se podría erradicar, aunque aumentase sensiblemente la prosperidad social de todos los miembros de esa sociedad, incluidos los que seguirían siendo considerados como los más pobres. <br />Los indicadores a los que antes se ha hecho referencia curva de Lorenz, coeficiente de Gini, son de suma utilidad para cuantificar el grado de desigualdad vertical existente en la distribución de los ingresos. Los indicadores de pobreza, por contra, permiten aproximarse cuantitativamente a la idea de equidad categórica. A estos efectos, el índice más utilizado es:<br />Donde:<br /> =Renta del individuo i.<br />Z =Nivel de renta que define el umbral de pobreza. Son considerados pobres los individuos cuya renta es inferior a dicho umbral. <br />Ν=Población total. <br />Q=Número de pobres. Individuos cuyas rentas son inferiores al umbral Z. <br />=Medida de aversión a la pobreza. Cuanto mayor sea 0, mayor es el peso que se concede a los pobres en peor situación. <br />=Índice de pobreza, dado el parámetro <br />El parámetro puede tomar valores entre cero e infinito. Cuanto mayor sea su valor significará que se le otorga mayor importancia a la distancia que existe entre las rentas y Z . Para ejemplificar esto se analizan a continuación tres casos típicos del índice para valores de iguales a 0,1 e infinito.<br />En tal caso el indicador asume la forma:<br />No es más que un recuento de los considerados como pobres: el porcentaje de individuos cuya renta es menor a Z sobre el total de la población. Su valor máximo es igual a 1 cuando = (todos los individuos de la población están por debajo del umbral de pobreza Z ), y el valor mínimo es cero (no existen pobres). En todo caso, no se le otorga ninguna importancia al hecho de que las rentas de los pobres puedan estar más o menos alejadas de Z.<br />Cuando = 1, una forma ilustrativa de expresar el índice es:<br />Donde la primera expresión entre llaves es el porcentaje de pobres, y la segunda es la distancia media de las rentas de los pobres con respecto al umbral de pobreza, medida en porcentaje. Obsérvese que la segunda parte de la expresión tiende a cero cuando tienden a Z (es decir, cuando las rentas de los pobres están cerca del umbral), haciendo que el porcentaje de pobres pierda relevancia. No importará que haya muchos pobres si éstos no son tan pobres. Por el contrario, si las tienden a cero (los pobres son muy pobres), la segunda parte de la expresión tenderá a 1. Si, además, hay muchos pobres ( Q tiende a N), el índice total tenderá a 1.<br />En este caso, puede también demostrarse que:<br />donde es la renta del más pobre de los individuos. Hasta que el más pobre de los individuos no haya superado el umbral de pobreza, ésta no se habrá erradicado.<br />Caso de Aplicación:<br />Preguntas relevantes:<br />¿Cuánta desigualdad hay en la sociedad?<br />El Perú en el Ranking Latinoamericano: Distribución del Ingreso 2008<br />Domingo 18 de Abril de 2010<br />El ranking de hoy se dedica a ver la distribución del ingreso en nuestra región, la más inequitativa del mundo. Aquí, un porcentaje muy minoritario, el más rico, puede llegar a acaparar la mitad o más del ingreso total de un país, dejando para el sector más pobre porcentajes que a veces no llegan ni al 1% del total. Así lo demuestran los datos que ahora presentamos, provenientes del Anuario Estadístico 2009 de la Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL).<br />Fuente: CEPAL<br />El Perú se halla en una posición expectante. Aquí, el 10% más pobre recibe el 1.4% del ingreso, y el que le sigue, el 2.6%, acumulando, para el Quintil más pobre, el 4%. Conforme se asciende en la escala de ingresos, la participación de los diversos grupos va mejorando, haciéndose comparable con su peso poblacional. Así, mientras que el Quintil 2 (correspondiente al segundo 20% más pobre) percibe el 8.5% del ingreso, el Quintil 3 percibe el 13.8%, y el Quintil 4 el 21.7%. Obviamente, el porcentaje del Quintil 5 (donde se halla la clase más pudiente, así como gran parte de la clase media) es mucho más alto que su peso poblacional, pues representa el 52.1% del ingreso total. Sin embargo, cabe destacar que la participación de la clase más rica en el ingreso peruano (35.8%) es la tercera más baja de toda la región. Al parecer, los ricos de nuestro país no gozan de ingresos tan desproporcionadamente altos como los de sus pares de los países vecinos.<br />Distribución del Ingreso: Escasa Mejoría<br />Según la Edición 2008 del informe Panorama Social de América Latina, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la distribución del ingreso en nuestro país no ha mejorado significativamente en los últimos años.<br />Así, tanto la población más pobre como la más rica mantienen, con leves fluctuaciones, porcentajes de participación en el ingreso nacional bastante similares a los de hace una década.<br />De acuerdo al documento, en el año 2007 el 40% de hogares peruanos más pobres recibió el 14.1% del ingreso nacional, casi lo mismo que en 1997 (13.3%). Por su parte, el 10% de hogares más ricos recibió en el 2007 nada menos que el 33.2% del ingreso nacional, prácticamente lo mismo que en 1997 (33.4%). Eso significa que los más pobres no mejoraron su participación, y los más ricos no disminuyeron la suya, como debería haber ocurrido.<br />La casi imperceptible mejora de la distribución del ingreso en nuestro país revela que hay que realizar un esfuerzo mucho mayor del que se ha hecho, no sólo manteniendo altas tasas de crecimiento económico, sino también incrementando el gasto público y mejorando su eficiencia, promoviendo la inversión privada (para que genere empleo estable y formal), elevando el nivel educativo de la población, incorporando sectores marginados al mercado, y, en fin, abriendo reales y masivas oportunidades de desarrollo en todos los ámbitos.Felizmente, en el cuadro de la CEPAL también hay un par de datos algo más alentadores. El ingreso promedio mensual de los hogares, por ejemplo, aumentó (si bien levemente) en el decenio en referencia. Así, mientras que en 1997 equivalió a 7.5 veces el ingreso que representa la línea de pobreza, en el 2007 aumentó a 7.8 veces.También hubo mejora en la relación del ingreso medio per cápita: en 1997, el indicador del 10% de los hogares más ricos equivalió a 17.9 veces el indicador del 40% más pobre; en el año 2007, en cambio, la relación se redujo a 15.4 veces. El dato se corrobora al comparar mediante quintiles: mientras que en el 2007 el ingreso medio per cápita del quintil más pudiente equivalió a 20.9 veces el del quintil más pobre, en el 2007 tal relación se redujo a 17.2 veces.<br />El Perú en el Ranking Latinoamericano: Índice de Gini 2008<br />Se debe recordar, de otro lado, que América Latina es la región con la peor distribución del ingreso del mundo.<br />Mejoró el Índice de Gini - Lunes 1 de Junio de 2009<br />El Índice o Coeficiente de Gini, uno de los principales indicadores acerca de la distribución del ingreso, mejoró significativamente en el Perú en el último año. Así lo revela el Informe Técnico Situación de la Pobreza en el 2008, que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), basado en la última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2004-2008.<br />Los países con mejor distribución del mundo (entre ellos Dinamarca, Eslovaquia y Japón) tienen indicadores que se hallan por debajo de 0.250. Es decir, al Perú le queda mucho por mejorar.Lo que se pretende es que el índice, dentro de los términos de la racionalidad, sea el más bajo posible.<br />El informe del INEI revela que el Índice de Gini peruano para el año 2008 es de 0.479, habiendo mejorado significativamente respecto de aquél del año previo. Esto sucedió, según el organismo estadístico, debido a una mejora en los ingresos de la población, particularmente la de más bajos ingresos per cápita.<br />Como se puede observar en el cuadro del INEI, en el área rural existe una distribución del ingreso ligeramente mejor que en el área urbana. Lo mismo ocurre en el resto de ciudades respecto de Lima. Sin embargo, la distribución en la capital es sustantivamente mejor que en el conjunto del país.<br />Por regiones, la mejor distribución ocurre en la costa, especialmente en el área rural de ésta, en tanto que la peor se da en la sierra urbana.<br />¿Cuántas personas viven en situación de pobreza?<br />En el 2011 la Pobreza sólo Bajaría al 33.6%<br />La crisis no dejará cumplir la meta de reducción de la pobreza. Pese a que nuestra economía no cayó en el 2009, como sí ocurrió en la mayoría de países, el ínfimo crecimiento de 1.12% resultó notoriamente insuficiente para seguir avanzando en esta materia, tal como se había venido haciendo, a paso importante, en los últimos años.<br />Sucede que con esa escasa tasa de expansión no se puede absorber una cantidad significativa de la abundante mano de obra desempleada y subempleada, no pudiéndose propiciar, por lo tanto, una mejora de los ingresos, el elemento fundamental para luchar contra la pobreza.<br />Ya lo había adelantado la Cámara de Comercio de Lima (CCL), que estimaba que la población en situación de pobreza había aumentado en 460 mil personas en dicho año, con lo cual el porcentaje se habría elevado desde el 36.2% al 37.8%.<br />Y ahora lo acaba de reconocer el Ministerio de Economía y Finanzas, aunque sin coincidir con las cifras de la CCL, pues, según sus cálculos, la pobreza llegaría al 36.3%. Considerando la gravedad de la crisis, éste resulta un dato bastante favorable. Sin embargo, no deja de ser un freno a las aspiraciones del gobierno, al tratarse de un año perdido en el afán de llegar a la gran meta del 30% en el 2011.<br />El dato del MEF resulta bastante confiable, pues varios especialistas ya habían estimado que, aunque no habría disminuido, la pobreza tampoco habría aumentado, dado que si bien la crisis impidió absorber nueva oferta laboral, no logró afectar mayormente el nivel de empleo. Los despidos sólo tuvieron lugar en algunos sectores muy específicos. Sin duda, la percepción de que la crisis sería de poca duración llevó a la mayoría de empresas a mantener su personal. Y al conservarse los empleos, los ingresos de los trabajadores no se vieron perjudicados.Así las cosas, con esa frenada del 2009, la meta del 30% para el 2011 ya ha quedado oficialmente descartada. En el presente año, las estimaciones preliminares del MEF consideran que se llegaría a una tasa de pobreza de 35.0%, en tanto que en el 2011 se accedería a una de 33.6%. Pero, además, el MEF se ha animado a efectuar un pronóstico de largo plazo: que la tasa de pobreza de 25% será alcanzada en el año 2020. <br />4. POLÍTICA DE REDISTRIBUCIÓN DE LA RENTA:<br /> La política de redistribución de la renta pretende disminuir las desigualdades entre los perceptores de rentas altas y los de rentas bajas y, sobre todo, ayudar a satisfacer las necesidades básicas de aquellas capas de la población que perciben ingresos más reducidos. Que puede desarrollarse a través de diversos instrumentos en función de los objetivos perseguidos (grado de igualdad deseado, impactos sobre la asignación de recursos, presión política de los diversos grupos de interés, etc.). <br />Así, en términos generales se ha señalado que la igualdad absoluta puede conllevar el «reparto de la pobreza» y no de la riqueza. Se considera que la igualdad de consideración y de respeto son las bases para una integración plena en la comunidad y que hay que establecer medidas preventivas para evitar la exclusión de los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Este planteamiento se fundamenta en la primacía de la equidad: los casos iguales deben tratarse del mismo modo y los desiguales de forma distinta, máxime si lo que se busca es la erradicación de la pobreza. Se pueden plantear tres líneas finalistas básicas de la política de redistribución de la renta:<br />Disminución del nivel de concentración de la renta<br />Consecución de la igualdad de oportunidades.<br />Permitir la integración social de los excluidos.<br />Los instrumentos de política económica para la consecución de estos fines son muy variados y admiten diversas clasificaciones. Los gobiernos disponen de las políticas de gasto, impositiva, de rentas y de redistribución de activos. De hecho, los dos principios recaudatorios, como el principio del beneficio (los individuos deben pagar unos impuestos proporcionales a los beneficios que reciben de los programas públicos) vinculan directamente gasto e impuesto. <br />Algunos mecanismos, como el impuesto negativo sobre la renta, combinan en una misma medida imposición y gasto. En términos generales debe existir una coherencia entre ambas políticas: de poco serviría una redistribución progresiva a través del gasto público financiada con impuestos regresivos. <br />LA POLÍTICA IMPOSITIVA:<br />Impuestos indirectos:<br />La imposición indirecta tal vez sea el instrumento recaudatorio que hace enfrentar en mayor medida a las autoridades económicas con el conflicto eficiencia-equidad. El gobierno puede alcanzar un determinado objetivo recaudatorio a través de un impuesto unitario sobre el consumo de i (ti), sobre el consumo de j (tj) o gravando ambos bienes. Obsérvese que la imposición sobre i (cuya función de demanda tiene una elasticidad - precio no nulo) genera una pérdida de utilidad global representada por el área. Mientras que la imposición indirecta sobre el bien j (cuya función de demanda es rígida y, por tanto, su elasticidad precio es igual a cero) no provoca ineficiencia: el impuesto encarece el consumo, pero no distorsiona las decisiones sobre las cantidades consumidas: lo recaudado es exactamente igual a la pérdida de utilidad neta de los consumidores.<br />Por tanto, si el objetivo del gobierno es la eficiencia, es decir, recaudar de la manera menos distorsionante posible sin dar importancia a los efectos redistributivos, la regla de imposición óptima sería gravar los bienes cuyas demandas sean menos elásticas. Cuanto mayor sea la elasticidad - precio de la demanda de los bienes gravados, mayores serán las pérdidas de eficiencia, pero, además, mayor deberá ser también la tarifa impositiva necesaria para alcanzar el objetivo recaudatorio propuesto, debido a la disminución de las cantidades negociadas (y, por tanto, de la base imponible) en el nuevo equilibrio. <br />Sin embargo, desde la perspectiva redistributiva, un sistema de imposición indirecta que grave en mayor medida a los bienes con demandas más rígidas, puede ser (y seguramente lo sería) regresivo. <br />IMPUESTOS INDIRECTOS Y ELASTICIDAD-PRECIO<br />Piénsese que el bien i son automóviles y el bien j son alimentos. Como el porcentaje de gasto en alimentos de los más pobres sobre el total de sus gastos es elevado, la imposición sobre j recaerá en mayor medida sobre las personas de menos recursos. Habitualmente, las demandas de bienes de primera necesidad son más rígidas que las del resto de los bienes, especialmente los de lujo, y representan una parte importante del presupuesto de los sectores de bajos ingresos. Por ende, si se desea que la imposición indirecta sea progresiva deberían gravarse más los bienes cuya proporción en el gasto de los individuos de menos renta fuera baja. <br />Como estos bienes tienen una elasticidad-precio mayor, las políticas óptimas de imposición indirecta desde la perspectiva de la eficiencia y la equidad son, generalmente, contrapuestas.<br />Desde otra óptica, se ha mencionado también que la imposición indirecta desincentiva el trabajo al encarecer el consumo con respecto al ocio. Este último bien, el ocio, no puede ser gravado, pero sí pueden serlo otros bienes complementarios del ocio (paquetes turísticos, yates, alojamiento en hoteles, localidades en teatros, etc.). Ello serviría para que la imposición indirecta tuviera menos impacto negativo sobre la eficiencia. Esta política no sería incompatible con objetivos de equidad, pues el gasto dedicado al ocio representa una mayor proporción en el gasto total de las personas con mayores ingresos. Por tanto, gravar más los bienes complementarios del ocio y sería una regla de imposición indirecta que disminuiría el efecto negativo sobre la eficiencia de gravar bienes con elevada elasticidad precio.<br />Imposición sobre la renta: <br />El objetivo de progresividad del impuesto sobre la renta implica gravar de acuerdo con el principio de la capacidad de pago, pues ésta aumenta más que proporcionalmente con la renta. <br />El grado de progresividad formal del impuesto sobre la renta dependerá:<br />La estructura de la tarifa: Supóngase que un individuo i debe pagar un impuesto sobre la renta igual a Ti, que es una función T de su renta yi. Analíticamente,<br />Se denomina tipo medio sobre la renta, Tme, a:<br />Y se denomina tipo marginal sobre la renta, Tmg a:<br />Una estructura tarifaria sobre la renta es progresiva si el tipo medio crece al aumentar la renta. Será proporcional si el tipo medio permanece constante y regresivo si decrece.<br />La existencia de mínimos exentos: Un impuesto lineal sobre la renta con mínimo exento es el que puede expresarse como:<br />Ti=0 si; yi ≤M<br />Ti=yi- M*t si; yi >M<br />Donde,<br />Ti = Es el pago impositivo del individuo i. <br />yi: = Es la renta del individuo i.<br />M = Es el mínimo exento.<br />t = Es el tipo impositivo único, siendo 0 < t < 1.<br />IMPUESTO LINEAL SOBRE LA RENTA CON MÍNIMO EXENTO<br />La estructura tarifaria para un impuesto de estas características puede examinarse en la Figura impuesto lineal sobre la renta con mínimo exento. Los individuos cuyas rentas sean menores e iguales que M no tributarán y los que tengan rentas mayores que M lo harán al tipo marginal t (paparán una proporción t del exceso de su renta sobre el mínimo M).<br />A medida que sus rentas crezcan, los individuos deberán tributar una proporción cada vez mayor de las mismas a pesar de que el tipo marginal sea constante. Obviamente, la progresividad aumentaría si se combinase una estructura de mínimo exento con un tipo marginal creciente. El sistema de mínimo exento persigue objetivos de equidad categórica al eximir a las rentas menores del pago impositivo. Si se estableciese un mínimo exento acompañado de un tipo marginal decreciente para rentas mayores que M. se seguiría manteniendo el objetivo de equidad categórica, pero se abandonaría el de equidad vertical. Una estructura con mínimo exento y tipo único lineal como el que se ha analizado no desincentiva a trabajar a los individuos con rentas más bajas, por el contrario, produce incentivos al trabajo, pues no tributarán nada hasta alcanzar el umbral M. Por el contrario, sí resultarían desincentivados los individuos con mayores ingresos a medida que los tipos medios se van haciendo cada vez más altos.<br />POLÍTICA DE GASTOS Y TRANSFERENCIAS PÚBLICAS:<br />Estas medidas tienen una larga tradición como elemento clave para reducir los síntomas de la pobreza, sirviendo también para la consecución de la igualdad de oportunidades. En general, la financiación de este tipo de actuaciones se basa en un sistema impositivo de carácter progresivo. Los instrumentos específicos que pueden reseñarse son los siguientes:<br />Programa de gastos para la igualdad de oportunidades.<br />Programas de seguridad social.<br />Transferencias netas generales.<br />Redistribución directa entre grupos específicos.<br />Política de inversiones públicas.<br />Programa de gastos para la igualdad de oportunidades: <br />El objetivo básico de los mismos es garantizar el acceso a ciertos recursos básicos que permitan generar, posteriormente, para los colectivos menos favorecidos un mayor nivel de renta que la que proporciona la asignación primaria realizada por el mercado. Todo ello bajo el principio de que la igualdad de status inicial es la base social que permite a las personas alcanzar la calidad de miembros plenos de la sociedad. <br />Los programas de gastos que se pueden desarrollar son, entre otros, los siguientes:<br />Provisión de un servicio universal y gratuito de educación básica (primaria y secundaria). De esta manera se permite un acceso igualitario a los conocimientos básicos para acceder al mercado de trabajo.<br />Programas de formación profesional que permitan la adaptación continúa de los trabajadores a las necesidades del mercado de trabajo así como que permitan la incorporación fluida de nuevas generaciones.<br />Programas de gastos públicos que faciliten la provisión gratuita, o subvencionada con carácter general, de formación universitaria. No obstante, este tipo de actuación plantea ciertos interrogantes sobre los resultados progresivos o regresivos en términos de redistribución de la renta. Así, si los perceptores de rentas altas acceden con mayor facilidad a la Universidad y ésta es financiarla con fondos públicos puede haber una redistribución regresiva (problema que puede verse agravado en algunos países en vías de desarrollo si se produce una posterior «fuga de cerebros» a los países más avanzados). Por esta razón, sobre la que hay abiertas discrepancias en las contrastaciones empíricas, se han diseñado medidas alternativas tales como la provisión de becas, que al tener un carácter más selectivo puede producir efectos menos negativos.<br />Los programas de Seguridad Social:<br />Especialmente los de carácter contributivo que favorecen a los ancianos y a los desempleados, no persiguen como finalidad básica la redistribución de la renta (puesto que las personas beneficiarías no han de ser pobres para recibir las prestaciones). Sin embargo, contribuyen en gran medida a disminuir la marginación v la pobreza. <br />Entre los instrumentos fundamentales vinculados con estos programas se pueden destacar los siguientes: <br />Seguro de desempleo: Proporciona ayuda temporal a las personas que pierden su puesto de trabajo. De esta manera se remedia uno de los síntomas de la pobreza mediante la limitación de la reducción de los ingresos. <br />Pensiones de jubilación e invalidez: Estas ayudas, generalmente de origen contributivo, permiten a las personas de edad avanzada mantener un cierto nivel de renta. En otras ocasiones, se trata de prestaciones no contributivas con las que se trata de evitar la caída en la indigencia de capas de la población que no han podido contribuir al sistema de seguridad social durante el tiempo exigido. <br />Sistema sanitario público: Se trata de proporcionar servicios públicos de salud a todos los ciudadanos. Si las prestaciones son no contributivas (piénsese en el caso de ancianos sin recursos económicos), esta política social pueden tener claras repercusiones redistributivas.<br />En relación con las pensiones y la sanidad pública hay que señalar que los dos aspectos determinantes de su posible aportación a la redistribución de la renta son su carácter no contributivo (si las prestaciones fueran universales y contributivas el impacto sobre la redistribución sería reducido) o bien que la contribución sea relativamente reducida respecto a las prestaciones y que la financiación adicional se obtenga con un sistema fiscal progresivo. Por otra parte algunas de estas medidas tienen conexiones con la política de empleo. <br />Transferencias netas generales: <br />A través de las mismas se entregan subsidios a los perceptores de rentas bajas. Entre estos programas de bienestar social para los pobres se pueden destacar los siguientes: <br />Ayudas a las familias de bajos ingresos con cargas familiares. Estas ayudas pueden realizarse en efectivo (en función de los hijos) o a través de guarderías gratuitas u otras formas de remuneración en especie (créditos blandos o subvenciones para viviendas...).<br />Prestaciones en especie para los perceptores de rentas bajas. Los vales de comida y transporte y las entregas de ropas y enseres domésticos son ejemplos de esta política.<br />Tarifas discriminatorias para los perceptores de rentas bajas. Esta política se puede utilizar a través de precios subvencionados de ciertos bienes y servicios esenciales (transportes públicos, luz, gas, alimentos...). En la medida en que estas ayudas se centran en los pobres y en que el sistema fiscal sea progresivo estas actuaciones tienen un claro componente redistributivo. El objetivo final es aumentar la renta disponible de los perceptores de ingresos reducidos. <br />Renta disponible = Renta de mercado generada - Impuestos + Transferencias<br />Redistribución directa entre grupos específicos:<br />Con estas medidas se trata de conceder ayudas a determinados grupos sociales mediante el establecimiento de impuestos a otros colectivos más favorecidos Esta combinación de impuestos y gastos selectivos conforma una discriminación fiscal con fines redistributivos. Algunos ejemplos de esta política pueden ser los siguientes:<br />Establecimiento de una tasa impositiva a los propietarios de yates deportivos para remodelar la flota pesquera.<br />Establecimiento de una imposición especial a las grandes superficies comerciales para financiar la formación profesional de los pequeños comerciantes.<br />Política de inversiones públicas:<br />Una política redistributiva puede basarse en un sistema fiscal de financiación progresiva, con el acompañamiento de un programa de inversiones públicas que beneficie a los perceptores de rentas bajas. <br />El desarrollo de programas de obras públicas (carreteras, vivienda, escuelas, hospitales...) puede tener diversos impactos redistributivos. Entre otros pueden señalarse:<br />Creación de puestos de trabajo entre los perceptores de ingresos reducidos, sobre todo si se trata de infraestructuras que requieren la utilización de técnicas intensivas en mano de obra.<br />Utilización de los bienes v servicios generados a través de estas inversiones públicas por las capas de población de ingresos reducidos (viviendas sociales, escuelas para grupos objetivo rurales o urbanos de bajos ingresos...).<br />Puede haber filtraciones hacia los grupos de ingresos altos o medios si los bienes y servicios ofrecidos generan elevadas externalidades positivas para los mismos (piénsese en las autopistas, infraestructuras de transporte aéreo...).<br />EL IMPUESTO NEGATIVO SOBRE LA RENTA COMO ALTERNATIVA:<br />Este tipo de impuesto se basa en establecer una renta mínima para todas las personas, de tal manera que puedan superar el umbral oficial de pobreza. <br />Por tanto, en términos prácticos se trata de conceder subvenciones a todas las familias cuyos ingresos estén por debajo de la renta mínima garantizada. Las transferencias variarán inversamente con la renta del beneficiario.<br />En términos analíticos:<br />Ti=t*yi- ymin<br />Siendo:<br />Ti = Deuda tributaria,<br />t = Tipo impositivo.<br />yi = Renta individual.<br />ymin = Renta mínima.<br />Si la renta yi es menor que ymin se establece un pago impositivo negativo hasta que el receptor alcance ese nivel mínimo. Cuanto mayor sea ymin, menor será el rendimiento tributario. Desde el punto de vista instrumental, además del objetivo fundamental de asegurar una renta mínima a todas las personas, un impuesto negativo sobre la renta (INR) ofrece dos importantes ventajas:<br />Reduce los costes administrativos de los sistemas de transferencias monetarias y en especie, sustituyéndolas por un solo canal de transmisión.<br />Simplifica el sistema impositivo sobre la renta. Se aconseja aplicar un tipo proporcional ya que simplemente se pretende garantizar unos ingresos mínimos.<br />La validez de un INR puede vincularse con la capacidad de los decisores de política económica para sustituir los restantes programas de bienestar (transferencias en especie...). Los defensores de un INR plantean que es la mejor medida redistributiva debido a los siguientes factores:<br />Garantiza un mínimo de renta para todos los ciudadanos.<br />Sustituye la amplia variedad de programas de bienestar por una política equitativa para todos.<br />Proporciona a las personas que trabajan una renta mayor que a las que no trabajan.<br />Se puede observar el funcionamiento efectivo de un impuesto negativo sobre la renta.<br />IMPUESTO NEGATIVO SOBRE LA RENTA<br />Cuanto mayor sea la pendiente de C D mayor será la renta que una familia puede retener y mayor el incentivo para trabajar y obtener ingresos en el mercado. <br />El problema es que el desarrollo de un programa de INR es oneroso para el gobierno puesto que no sólo paga subvenciones, sino que deja de ingresar los impuestos que antes recaudaba de muchas familias no pobres como pueden ser los ancianos, enfermos e incapacitados (los que realmente no pueden trabajar) y garantizarles la renta mínima. <br />Esta vía de actuación no produce, en principio, ineficiencias ya que se aplica a personas que no pueden trabajar de ningún modo. La cuestión clave reside en la identificación clara de los beneficiarios de un INR. <br />POLÍTICAS DE RENTAS Y PRECIOS:<br /> La política de rentas, puede tener una finalidad redistributiva mediante la intervención en los mecanismos de fijación de salarios y precios en el mercado. Los gobiernos pueden establecer programas de actuación que tiendan a equiparar los determinantes básicos de las rentas salariales y no salariales. <br />Legislación de salarios mínimos:<br />El objetivo de esta legislación es asegurar una retribución mínima a todos los trabajadores y evitar que el mercado lleve a situaciones en que las personas empleadas tengan dificultades para poder subsistir. <br />Esta política de rentas salariales puede generar diversos efectos según cuál sea la respuesta del mercado ante la intervención pública.<br />POLÍTICA DE SALARIOS MÍNIMOS<br />La posición de equilibrio en el mercado de trabajo se alcanza con un volumen de trabajo empleado q1 y un salario w1.<br />Si el gobierno fija un salario mínimo superior al de equilibrio (w2), los trabajadores querrán ofrecer «Oq2» horas de trabajo mientras que la demanda se restringirá hasta «Oq3». El empleo efectivo (Oq3) será inferior al de equilibrio ya que hay exceso de oferta en el mercado. En consecuencia se producen dos efectos: reducción del empleo de Oq1 a Oq3 y aumento del salario de los trabajadores que permanezcan empleados.<br />La reducción del empleo, con su correspondiente impacto redistributivo en contra de los desempleados, dependerá, fundamentalmente, de la diferencia entre el salario mínimo establecido y el de equilibrio y de la elasticidad de la demanda de trabajo.<br />Política de precios agrarios:<br />El sostenimiento de los ingresos de los agricultores, ante el debilitamiento de los precios relativos de los productos agrarios y las fluctuaciones de los mismos, ha sido un objetivo tradicional de la mayor parte de los gobiernos.<br />La Administración pública ha recurrido a medidas intervencionistas en los mercados de productos agrarios entre las que destacan las de reducción de la producción y las de establecimiento de precios garantizados que aseguren ciertos ingresos a los agricultores.<br />POLÍTICA DE PRECIOS AGRARIOS<br />Si el gobierno decide asegurar un precio «p» a los agricultores debe estar preparado para adquirir la producción que exceda de Oq1si la cosecha es buena.<br />Si la cosecha es reducida (Oq3) el gobierno disminuiría sus existencias en la cuantía q3q1, de forma que la oferta total en el mercado sería q1 al precio p1.<br />Esta política, muy utilizada tradicionalmente, es objeto de diversas críticas por haber contribuido a generar excedentes estructurales y por no contribuir a la modernización de la agricultura (no favorece las innovaciones tecnológicas ni los cambios de actividad). <br />Política de precios máximos controlados:<br />El Gobierno puede establecer una política de rentas no salariales, normalmente vía precios, con finalidad redistributiva. Se trata de que los perceptores de rentas bajas puedan adquirir determinados bienes y servicios a unos precios cuyo nivel máximo queda limitado administrativamente. La política de precios máximos se ha vinculado tradicionalmente con productos «sociales» de primera necesidad (sobre todo el pan, azúcar y otros productos alimenticios) y con el control de los alquileres de viviendas.<br />POLÍTICA DE PRECIOS MÁXIMOS DE ALQUILER<br />En términos económicos, el control de precios puede provocar una reducción de la cantidad ofrecida del bien o servicio y una disminución del precio pagado por los beneficiarios. FIGURA política de precios máximos de alquiler. Política de precios máximos de alquiler. En ausencia de intervención administrativa, el precio unitario es pi y el número de casas alquiladas es q1 Si el precio máximo autorizado es p2 disminuye la oferta de viviendas de alquiler hasta Oq2 mientras que la demanda alcanza Oq3. Se produce un exceso de demanda con lo que los beneficiarios de los precios bajos se benefician, pero algunas personas quedan sin acceso a la vivienda de alquiler. (En casos de control de precios puede aparecer, incluso, un «mercado negro» derivado de la existencia de una demanda insatisfecha.)<br />POLÍTICA DE DISTRIBUCIÓN DE ACTIVOS:<br /> La propiedad de los activos suele estar más concentrada que la distribución de los ingresos, por lo que, en ocasiones, se han propuesto políticas que se orienten a la redistribución del patrón vigente de activos y muy particularmente del suelo y del capital físico y humano. Entre las principales medidas que los gobiernos han planteado para contribuir a la redistribución de activos se pueden citar las siguientes: <br />Reforma agraria:<br />Consiste en realizar cambios en los regímenes de tenencia y explotación de la tierra cultivable. Se puede efectuar a través del reparto de la tierra o de la colectivización de la misma. La eficacia de estas medidas dependerá de sus costes (confiscaciones y expropiaciones) y de la capacidad de generar ingresos de las nuevas unidades agrarias individuales o colectivas.<br />Intervención pública en el mercado de trabajo:<br />La redistribución de activos en favor de los trabajadores se puede realizar a través de la disminución del precio relativo del trabajo (subvenciones para la creación de empleo, disminución de costes de la seguridad social...). <br />La política educativa y de sanidad, ya señalada anteriormente, contribuye, vía mejora del capital humano y de la eficiencia física de los perceptores de rentas bajas a incrementar la capacidad de generar ingresos de los grupos objetivo sobre los que se quiera actuar. Una cuestión importante en la política redistributiva que actúa en el mercado de trabajo es precisamente la delimitación de los grupos objetivo discriminados o segmentados con tendencia a la estigmatización. Entre los grupos que se pueden considerar hay que señalar los siguientes: <br />Subempleados y desempleados urbanos. <br />Personas que trabajan por cuenta propia en los servicios.<br />Personas que trabajan de forma irregular en la industria y en la construcción.<br />Trabajadores ocasionales.<br />Pequeños agricultores y campesinos submarginales.<br />Desempleados rurales.<br />Obsérvese que el apoyo a determinadas tecnologías, intensivas en mano de obra y que favorezcan la formación ocupacional, puede ser relevante como política redistributiva además de su impacto sobre el crecimiento y otros objetivos de política económica.<br />CAPITULO II<br />CASOS ESPECIFICOS<br />ESTADOS UNIDOS:<br />Distribución funcional de la renta:<br />Para empezar, debemos enlazar la reflexión final de nuestro Informe de septiembre (en el monográfico sobre mercado de trabajo) y la entonces introducida a nuestros lectores “wageless recovery”. Porque, en efecto, el rasgo más significativo de la distribución de la renta entre los factores productivos en los últimos años es el sesgo sin precedentes históricos a favor de los beneficios empresariales. En la primera mitad de 2006, el porcentaje de la renta nacional destinado a sueldos y salarios (o el dedicado a compensación total del factor trabajo, en una medida más amplia) fue el más bajo del que se tiene constancia (con datos desde 1929), mientras alcanzaba su máximo desde principios de los cincuenta el correspondiente a los beneficios empresariales. En particular, de acuerdo con los cálculos del Center on Budget and Policy Priorities, desde el final de la recesión de 2001, la remuneración real al factor trabajo está creciendo un 40% menos que en anteriores fases expansivas, mientras la del factor capital lo está haciendo un 60% más rápido. Es la primera vez que los beneficios empresariales capturarían un porcentaje mayor que el factor trabajo de los frutos de una expansión1. Véase el gráfico 1 para la presentación de nuestra propia aproximación, que conduce a conclusiones análogas2. Desde el primer trimestre de 2002, la compensación total al factor trabajo en términos reales se ha incrementado a un ritmo medio del 1.6%3, apenas la mitad del ritmo de crecimiento de la productividad y ¡la octava parte! Del aumento de los beneficios empresariales antes de impuestos, también en términos reales.<br />GRÁFICO 1: Evolución productividad por hora trabajada, la remuneración total al factor trabajo y los beneficios empresariales durante la actual expansión (en términos reales interanuales;%). <br />Fuente: elaboración propia. Datos: FREDII; BLS.<br />Todo ello cuadra exactamente con la filosofía de la “wageless recovery”, así como con la idea de un sesgo sistemático en la distribución de la renta a favor del capital en los países desarrollados como consecuencia de la actual etapa de la globalización. Aunque los datos, al menos provisionalmente, apuntan en esa dirección, remitimos al lector interesado a las páginas 16 y 17 de nuestro informe de septiembre donde introducimos algunas cauciones sobre la “wageless recovery”.<br /> Distribución personal de la renta:<br />Comenzar este epígrafe con un apunte sobre el elevado índice de desigualdad de la renta personal en Estados Unidos constituye un tópico tan manido como justificado. Así, el Índice de Gini en Estados Unidos se sitúa en un valor de 0.408, ostensiblemente por encima de lo habitual en el contexto de la OCDE4. Mientras para Japón es de 0.249, los países europeos se sitúan en su mayor parte entre 0.25 y 0.35 (0.347 para España) y Rusia en 0.399. El valor de Estados Unidos es similar al de naciones como Trinidad y Tobago, Georgia o Turkmenistán; aunque al menos muestra mayor equidad que China (0.447). Incorporemos alguna otra reflexión, buena parte de las cuales nos permiten concluir que el aumento en la equidad distributiva dista de ser una prioridad en la agenda política – porque probablemente no lo es en la agenda de los votantes – estadounidense. Quizás ello permita explicar el deterioro del salario mínimo al que nos referíamos al comienzo del presente informe.<br />La tabla 2 revela cómo la evolución de la renta en el conjunto del pasado cuarto de siglo, a través de tres ciclos económicos, ha ido acentuando la disparidad distributiva. Y ello porque existe una correlación positiva entre nivel de renta e incremento de la misma. Aunque todos los quintiles de la población han constatado una mejora de su renta real, ésta ha sido ínfima para el primer quintil y cinco veces superior para el último. El 1% de la población con mayor nivel de renta ha prácticamente duplicado el crecimiento anual de la misma respecto al conjunto del 20% más favorecido (tasa nueve veces superior a la del más pobre).<br />TABLA 2: Renta anual individual después de impuestos (dólares constantes de 2002)<br />Fuente: elaboración propia. Datos: Congressional Budget Office.<br />Nota: renta en sentido general, incluyendo una definición más amplia que la del Census Bureau utilizada en el resto de este análisis.<br />Nota: variación anual = tasa media anual acumulativa de crecimiento. <br />En el mismo sentido, la Tabla 3 (primera de las que aparecen al final del presente Informe), muestra cómo el quintil de mayor renta ha ido elevando su participación en el total de la renta nacional desde 1980, hasta acaparar la mitad de la misma (mientras para el 20% más pobre de la población sólo queda un 3.4% de la renta total). Además, ese proceso ha sido ininterrumpido e independiente del partido gobernante. Este aumento de más de seis puntos en la participación del último quintil, en el que además no se captan aún plenamente los efectos de los últimos recortes fiscales “proricos” de la Administración Bush, se ha compensado con una caída del peso de todos los demás quintiles, aunque la del grupo de renta media-alta (cuarto quintil) parece revertirse en la presente década.<br />Por el contrario, la evolución de la renta per capita en términos de razas sí muestra (Tabla 4) una cierta, aunque muy tímida, convergencia. Aunque la mediana de la renta individual para un persona estadounidense de raza blanca y no hispana excede en más de un 40% la de una hispana y en más de un 60% la de una afro-americana, el incremento en el último cuarto de siglo para ésta última ha sido superior a la del resto de ciudadanos. Bien es cierto que, ese ritmo, la igualación de las medianas de blancos no hispanos y afro-americanos requeriría nada menos que 120 años a partir de 2004. A tan largo plazo, mejor no pronosticar nada.<br />TABLA 4: Mediana de la renta individual (dólares constantes de 2004)<br />Fuente: elaboración propia. Datos: Census Bureau.<br />Nota: variación anual = tasa media anual acumulativa de crecimiento.<br />Finalmente, la variable que más atención concita, a pesar de su discutible rigor, cuando se habla de distribución personal de la renta: la tasa de pobreza. Aunque la comparación internacional resulta siempre equívoca en este caso, no sólo por la definición que se ofrezca sino por los elementos de protección social de los que dispone (o no) un ciudadano en los diferentes países más allá de su renta, al menos sí es posible subrayar algunas claves sobre la trayectoria de la variable en Estados Unidos (Tabla 5).<br />TABLA 5: Tasa de pobreza por razas (%)<br />Fuente: elaboración propia. Datos: Census Bureau.<br />Primero, la manifiesta reducción en la tasa de pobreza experimentada con la prolongada expansión económica de los años noventa se ha revertido en el último lustro (1.4% de incremento, lo que implica cuatro millones adicionales de pobres, hasta una cifra global entorno a los 38 millones de personas).<br />Segundo, la desigualdad por razas no puede ser más flagrante; uno de cada cuatro afro-americanos entra en