2. El 12 de mayo dijo refiriéndose a un pasaje de
Hechos de los apóstoles:
“El Espíritu Santo es la presencia viva de Dios
en la Iglesia. Es el que hace que la Iglesia ande,
el que hace que la Iglesia camine. Cada vez más,
más allá de los límites, hacia adelante.
El Espíritu Santo con sus dones guía a la
Iglesia”.
3.
Una comunidad de paganos acoge el anuncio
del Evangelio y Pedro es testigo ocular de la
bajada del Espíritu Santo sobre ellos,
pero primero duda en tener contacto con lo
que siempre había creído “impuro”.
Y luego recibe duras críticas de parte de los
cristianos de Jerusalén, escandalizados por el
hecho de que su jefe había comido con unos
“no circuncisos” y hasta los había bautizado.
4. “Un momento de crisis interna, algo que no
se podía ni pensar.... Si mañana llegara una
expedición de marcianos, por ejemplo, y
algunos de ellos vinieran donde nosotros... Y
uno dijera:
‘Pero, yo quiero el bautismo’. ¿Qué
pasaría?”.
5.
“El Espíritu sopla
donde quiere, pero
una de las tentaciones
más recurrentes de
quien tiene fe es la de
ponerle trabas en el
camino
y de desviarlo hacia
una dirección, en lugar
que hacia otra.
Una tentación que no
faltaba tampoco en los
albores de la Iglesia”.
6. “Sin embargo, Pedro
comprende su error cuando
una visión le ilumina una
verdad fundamental: nadie
puede llamar “profano” lo
que ha sido purificado por
Dios.
Al narrar estos hechos a la
muchedumbre que lo critica,
el Apóstol los tranquilizó
con esta afirmación: ¿Si por
lo tanto Dios les ha dado el
mismo don que nos dio a
nosotros, por haber creído
en el Señor Jesucristo, quién
soy yo para poner
impedimentos a Dios?”
7.
“Cuando el Señor nos
indica el camino
¿quiénes somos
nosotros para decir:
‘¡No Señor, no es
prudente! No, hagamos
así...?
Y Pedro en esa primera
diócesis – la primera
diócesis fue Antioquía –
toma esa decisión:
¿Quién soy yo para
poner impedimentos?’”.
8. “para los obispos,
los sacerdotes y también
para los cristianos.
Pero ¿quiénes somos para
cerrar puertas? En la
Iglesia antigua, incluso
hoy,
está el ministerio del
hostiario
(era el que tenía la llave
y abría la Iglesia).
Y ¿qué hacia el hostiario?
Abría la puerta,
recibía a la gente,
la hacía pasar.
Pero ¡nunca fue el
ministerio del que cierra
9.
“Dios ha dejado la guía de la Iglesia “en
manos del Espíritu Santo”, que nos enseñará
todo y “hará que nos acordemos de lo que
Jesús nos ha enseñado”
10. “No se puede comprender la Iglesia de Jesús
sin este Paráclito, que el Señor nos envía
para ello.
Y cumple estas opciones impensables
¡pero impensables!
11. Para usar una palabra de San Juan XXIII:
es precisamente el Espíritu Santo el que
actualiza la Iglesia: verdaderamente la
actualiza
y hace que vaya adelante.
12. Y nosotros los cristianos debemos pedir al
Señor la gracia de la docilidad al Espíritu Santo.
La docilidad a este Espíritu, que nos habla en el
corazón, nos habla en las circunstancias de la
vida, nos habla en la vida eclesial en las
comunidades cristianas, nos habla siempre”
13.
El 13 de mayo dijo: “¡La fe es un don de
Dios!
Pero la fe viene si tú estás en su pueblo,
si tú ahora estás en la Iglesia, si tú te dejas
ayudar por los sacramentos, por los
hermanos, por la asamblea, si tú crees que
esta Iglesia es el Pueblo de Dios”.
14.
Refiriéndose a las
lecturas del día que
muestran
"dos grupos de
personas“: "están los
que se dispersaron a
causa de la persecución
que hubo"
después de la muerte de
Esteban.
15.
"Fueron dispersados con la semilla del Evangelio
y lo llevaron a todas partes".
Si bien primero hablaron sólo a los judíos, luego
de manera natural, algunos llegados a Antioquía,
comenzaron a hablar a los griegos; abriendo
poco a poco las puertas a los griegos y a los
gentiles”.
16.
“Estos discípulos se dejaron llevar por el
Espíritu Santo, fueron dóciles y “terminaron
abriendo las puertas a todo el mundo: a los
paganos, que para su mentalidad eran
impuros”.
17. Éste "es el primer grupo de personas, las que son
dóciles al Espíritu Santo" que algunas veces “nos
impulsa a hacer cosas fuertes: como cuando
empujó a Felipe a ir a bautizar” al ministro de
Etiopía “o cuando empujó a Pedro para que
bautizara a Cornelio”. "Otras veces,
el Espíritu Santo nos conduce con suavidad”.
18.
“La virtud está en dejarse llevar por el Espíritu
Santo,
el cual “obra hoy en la Iglesia,
actúa hoy en nuestras vidas”.
19. “Alguno de ustedes podrá
decirme: '¡Yo nunca le he
visto!'.
'Pero, presten atención a lo
qué sucede, a lo que les pasa
por su mente, lo que sienten
en su corazón. ¿Cosas buenas?
Es el Espíritu, el que les invita
a ir en esa dirección. ¡Eso
requiere docilidad! La
docilidad al Espíritu Santo”.
20.
“Sin embargo, hay un segundo grupo de personas, el
de los “intelectuales, que se acercan a Jesús en el
templo: son los doctores de la ley”. Jesús siempre ha
tenido problemas con ellos "porque no acaban de
entender, daban vueltas sobre las mismas cosas,
porque creían que la religión era solo una cosa de
cabeza, de leyes".
21.
Para ellos, era necesario "cumplir los
mandamientos y nada más. No se imaginaban que
pudiera existir el Espíritu Santo”. Interrogaban a
Jesús, "querían discutir. Todo era cuestión de
cabeza, de intelecto".
"En estas personas no hay corazón, no hay amor,
ni belleza, no hay armonía,"
es gente "que sólo quiere explicaciones”.
22. “Sin embargo, tú les das explicaciones, y ellos,
no convencidos vuelven con otra pregunta.
Y así: dan vueltas y más vueltas… ¡como dieron
vueltas entorno a Jesús toda la vida, hasta el
momento que llegaron a prenderlo y a matarlo!”.
23. “Esta gente no abre el corazón al Espíritu Santo”,
creen que también las cosas de Dios se pueden
entender sólo con la cabeza, con las ideas, con las
propias ideas.
Son gente orgullosa. Creen saberlo todo.
Y aquello que para ellos no entra en su
inteligencia no es verdad. ¡Y tú puedes resucitar
un muerto delante de ellos, pero no te creen!”.
24.
“Cristo va más allá y dice una cosa “muy fuerte:
¡ustedes no creen porque no son parte de mis
ovejas! Ustedes no creen porque no forman parte
del pueblo de Israel. Se han marchado del pueblo.
Están en la aristocracia del intelecto”. “Esta
postura cierra el corazón.
Ellos han renegado de su pueblo”
25.
“Esta gente se había apartado del pueblo de Dios
y por esto no podía creer”. “Aquella gente se
había apartado,
no creía en el pueblo de Dios, creía sólo en sus
cosas
y así habían construido todo un sistema de
mandamientos que echaban fuera a la gente:
echaban a la gente y no la dejaban entrar en la
Iglesia, en el pueblo. ¡No podían creer! Este es el
26.
Son dos grupos de gente, “la gente de la dulzura,
humilde, abierta al Espíritu Santo y, por otro lado,
la gente orgullosa, soberbia, separada del pueblo,
la aristocracia del intelecto que cierra las puertas y
se resiste al Espíritu Santo.
Y ésta no es tozudez, es peor: es tener el corazón
duro.
Y esto es más peligroso”.
27. “Pidamos al Señor la gracia de la docilidad al
Espíritu Santo para ir hacia delante en la vida, ser
creativos, estar alegres, porque la otra gente no es
alegre”, y también para pedirle que “nos ayude a
defendernos de este otro espíritu malo del orgullo,
de la soberbia y de la cerrazón del corazón al
Espíritu Santo”.
28.
Respondiendo preguntas a seminaristas dijo:
¿cómo estar atentos para seguir siendo fieles a su
vocación?.
“La vigilancia es una actitud cristiana”, vigilarse a sí
mismo, “¿qué pasa en mi corazón? Porque es en mi
corazón donde está mi tesoro.
¿Qué pasa ahí? Dicen los Padres orientales que se
debe saber si mi corazón está en crisis o si mi
corazón está tranquilo”.
29.
"Pero si hay una
turbulencia, no puedes
ver lo que hay dentro.
Como en el mar. No se
ve a los peces,
cuando el mar está así".
Los padres rusos
decían:
cuando en el corazón
hay turbulencias,
ir bajo el manto de la
Santa Madre de Dios.
30.
“La primera antífona
latina señala que
“en tiempos de
turbulencias, buscar el
refugio debajo del
manto de la Santa
Madre de Dios”.
31.
“Alguno de ustedes me
dirá, pero Padre en estos
tiempos de tanta
modernidad buena, de la
psiquiatría, de la
psicología, en estos
momentos de turbulencias,
creo que sería mejor ir a
ellos a que me ayuden”.
“No descarto eso, pero
primero de todo se debe ir
a la Madre, “porque el
sacerdote que se olvida de
la madre, sobre todo en
momentos de turbulencias,
alguna cosa le falta. Es un
cura huérfano que se
olvida de su madre”.
32. El 14 de mayo dijo: “Hoy pensemos en lo que
hace el Señor, Él viene siempre a sostenernos en
nuestra debilidad y esto lo hace con un don
especial: el don de la Fortaleza.
33. 1. Hay una parábola que nos ayuda a comprender
la importancia de este don. Un sembrador va a
sembrar; pero no todas las semillas que siembra
dan fruto. Las que terminan en el camino se las
comen las aves; las que caen en terreno pedregoso
o entre espinas brotan, pero pronto se secan por
el sol o ahogadas por las espinas. Solo las que
caen en la buena tierra crecen y dan fruto.
34.
Como el mismo Jesús cuenta a sus discípulos,
este sembrador representa al Padre, que difunde
abundantemente la semilla de su Palabra.
La semilla, sin embargo, a menudo, choca con la
aridez de nuestros corazones y, aun cuando viene
recibida, a menudo se mantiene estéril.
35. Con el don de la
Fortaleza,
en cambio, el Espíritu
Santo libera la tierra de
nuestro corazón, la libera
del letargo,
de las incertidumbres y de
todos los miedos que
pueden detenerlo, de
modo que la Palabra del
Señor sea puesta en
práctica, de manera
auténtica y alegre. Es una
verdadera ayuda este don
de la Fortaleza, nos da
fuerza, incluso nos libera
36.
2. Hay también momentos difíciles y situaciones
extremas en las cuales el don de la Fortaleza se
manifiesta de modo extraordinario, ejemplar. Es el
caso de aquellos que tienen que afrontar experiencias
particularmente duras y dolorosas, que perturban su
vida y la de sus seres queridos. La Iglesia resplandece
por el testimonio de tantos hermanos y hermanas que
no han dudado en dar la propia vida,
con tal de permanecer fieles al Señor y a su Evangelio.
37. También hoy no faltan
cristianos que en tantas partes
del mundo continúan
celebrando y testimoniando su
fe, con profunda convicción y
serenidad y resisten también
cuando saben que esto puede
costar un precio muy alto.
También nosotros, todos
nosotros conocemos gente que
ha vivido situaciones difíciles,
tantos dolores. Pensemos en
aquellos hombres y en
aquellas mujeres que llevan
una vida difícil, luchan por
llevar adelante la familia,
educar a los hijos, pero esto
lo hacen porque está el
Espíritu de la Fortaleza que
38.
Cuántos, cuántos hombres y mujeres, de los cuales
no conocemos el nombre, honran nuestro pueblo,
honran nuestra iglesia porque son fuertes, fuertes
en el llevar adelante su vida, su familia, su
trabajo, su fe. Pero estos hermanos y hermanas
nuestros son santos, santos cotidianos, santos
escondidos, en medio de nosotros. Tienen
precisamente el don de la Fortaleza para llevar
adelante su deber de personas, de padres, de
madres, de hermanos, de hermanas, de
ciudadanos.
39.
¡Agradezcamos al Señor
por estos cristianos que
tienen una santidad
escondida,
pero es el Espíritu dentro
que los lleva adelante!
Y nos hará bien pensar
en esta gente, si ellos
hacen esto, si ellos
pueden hacerlo
¿por qué yo no?
Y pedirle al Señor que
nos dé el don de la
Fortaleza.
40.
3. No se debe pensar que el don de la Fortaleza
sea necesario solamente en algunas ocasiones o
situaciones particulares. Este don debe constituir
la característica esencial de nuestro ser cristianos
en la normalidad de nuestra vida cotidiana. Como
he dicho, en todos los días de la vida cotidiana
tenemos que ser fuertes,
tenemos necesidad de esta Fortaleza para llevar
adelante nuestra vida, nuestra familia, nuestra fe.
41. El apóstol Pablo, ha dicho
una frase que nos hará bien
escuchar: “Yo lo puedo
todo en aquel que me
conforta”.
Cuando llega la vida
ordinaria, cuando llegan
las dificultades,
recordemos esto: “todo lo
puedo todo en aquel que
me conforta”. El Señor da
la fuerza, siempre,
no falta. El Señor no nos
prueba más de lo que
nosotros podemos tolerar.
Él está siempre con
nosotros,
“todo lo puedo en aquel
42.
Queridos amigos, a veces podemos estar tentados de
dejarnos vencer por la pereza o peor, por el
desaliento, sobre todo de frente a las fatigas y a las
pruebas de la vida. En estos casos, no perdamos el
ánimo, invoquemos al Espíritu Santo para que, con el
don de la Fortaleza, pueda aliviar nuestro corazón y
comunicar nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y
a nuestro seguimiento de Jesús. Gracias.
43.
El 15 de mayo dijo:
“No se puede comprender
un cristiano solo, como no
se puede comprender a
Jesucristo solo. Jesucristo
no cayó del cielo como un
héroe que viene a salvarnos
y llega. No. Jesucristo tiene
historia.
Y podemos decir –y es
verdad–esto: Dios tiene
historia,
porque ha querido caminar
con nosotros”.
44.
Por tanto, “no se puede comprender a Jesucristo
sin historia. Así como no se puede comprender
un cristiano sin historia, un cristiano sin pueblo,
un cristiano sin Iglesia. Es una cosa de
laboratorio, una cosa artificial,
una cosa que no puede dar vida”.
45.
“El pueblo de Dios camina con una promesa”.
“Es importante que tengamos presente en
nuestra vida esta dimensión: la dimensión de la
memoria”.
46.
“Un cristiano es un memorioso de la historia de su
pueblo, es memorioso del camino que el pueblo ha
cumplido,
es memorioso de su Iglesia. La memoria...
la memoria de todo el pasado... Después,
este pueblo ¿a dónde va? Hacia la promesa
definitiva”.
47.
“Es un pueblo que camina hacia la plenitud; un
pueblo elegido que tiene una promesa en el
futuro y camina hacia esta promesa, hacia el
cumplimiento de esta promesa.
Y, por ello, un cristiano en la Iglesia es un
hombre,
una mujer con esperanza: esperanza en la
promesa.
Que no es expectativa: ¡no, no! Es otra cosa: es
48.
“Mirando hacia adelante, el cristiano es un
hombre y una mujer de esperanza. Y en el
presente, el cristiano sigue el camino de Dios y
renueva la Alianza con Dios.
Le dice continuamente al Señor: ‘Sí, yo quiero los
mandamientos, yo quiero tu voluntad, yo quiero
seguirte’. Es un hombre de alianza y la alianza la
celebramos todos los días en la Misa”. El
cristiano,
49.
“Pensemos – nos hará bien esto hoy – cómo es
nuestra identidad cristiana. Nuestra identidad
cristiana es pertenencia a un pueblo: la Iglesia.
Sin esto no somos cristianos. Hemos entrado en la
Iglesia con el bautismo: allí somos cristianos”.
50.
“Por ello, es importante tener la costumbre de pedir la
gracia de la memoria, la memoria del camino que ha
cumplido el pueblo de Dios. También de la memoria
personal: qué ha hecho Dios conmigo, en mi vida,
como me hizo caminar... Pedir la gracia de la
esperanza, que no es optimismo: ¡no, no! Es otra cosa.
Y pedir la gracia de renovar todos los días la Alianza
con el Señor que nos ha llamado. Que el Señor no dé
estas tres gracias, que son necesarias para la identidad
cristiana”.
51.
El 16 de mayo dijo: “Para conocer a Cristo se deben
abrir tres puertas, la de la oración, la celebración de
los sacramentos y la imitación de su vida, pues si bien
el estudio es necesario,
recurrir solo a la vía del pensamiento y las ideas lleva
a la herejía, porque “los grandes teólogos hacen
teología de rodillas”.
52.
“Conocer a Jesús es
el trabajo más
importante de
nuestra vida”.
Cómo podemos
conocer mejor a
Cristo,
alguien dirá:
“estudiando, padre.
¡Se debe estudiar
tanto!”. “Y es
verdad,
debemos estudiar el
catecismo, es verdad.
Pero sólo el estudio
no basta para
conocer a Jesús”.
53.
“En ese sentido, hay personas que tienen “esa
fantasía”
de “pensar que con las ideas, sólo las ideas,
nos llevarán al conocimiento de Jesús.
También entre los primeros cristianos, algunos
pensaban así. Hasta que quedaron atrapados en
sus pensamientos”.
54.
“¡Las ideas solas no dan vida y el que va por ese
camino de ideas solas acaba en un laberinto y no
sale más! Por ello, desde el comienzo de la Iglesia
hay herejías.
Y las herejías son esto: intentar comprender sólo
con nuestra mente y con nuestra luz quién es
Jesús.
Un gran escritor inglés decía que la herejía es una
idea enloquecida. ¡Así es! Cuando las ideas están
55.
“Por ello, para conocer a Jesús hay que abrir tres
puertas. Primera puerta: rezarle a Jesús. Sepan
que el estudio sin la oración no sirve.
Rezar a Jesús para conocerlo. Los grandes
teólogos hacen teología de rodillas ¡rezar a
Jesús!
Y, con el estudio y con la oración, nos
acercamos un poco... Pero sin la oración nunca
conoceremos a Jesús ¡nunca, nunca!”.
56.
“Segunda puerta: celebrar a Jesús. No basta la
oración, es necesaria la alegría de la celebración.
Celebrar a Jesús en sus Sacramentos, porque allí nos
da la vida, nos da la fuerza,
nos da el alimento, nos da el consuelo, nos da la
alianza,
nos da la misión.
Sin la celebración de los Sacramentos, no llegamos a
conocer a Jesús. Esto es propio de la Iglesia: la
57.
“Hay que “tomar el Evangelio: qué cosa ha hecho
Él,
cómo era su vida, qué cosa nos ha dicho,
qué cosa nos ha enseñado e intentar imitarlo”.
58.
“Por estas tres puertas significa entrar en el
misterio de Jesús.
“Sólo si somos capaces de entrar en su misterio
podemos conocer a Jesús. Y no hay que tener
miedo de entrar en el misterio de Jesús”,
“rezar, celebrar e imitar, para encontrar el
camino e ir a la verdad y a la vida”.
59.
“Podemos, hoy, durante este día, pensar en cómo
va la puerta de la oración en mi vida:
¡pero la oración del corazón no es la del
papagayo!
La oración del corazón ¿cómo va?
60.
“¿Cómo va la celebración cristiana en mi vida?
Y ¿cómo va la imitación de Jesús en mi vida?
¿Cómo debo imitarlo? ¿Verdad que no lo
recuerdas? ¡Porque el libro del Evangelio está
lleno de polvo,
porque nunca se abre! ¡Agarra el libro del
Evangelio,
ábrelo y encontrarás cómo imitar a Jesús!
¡Pensemos en estas tres puertas, en cómo están en
61.
El 17 de mayo dijo:
“Jesús nos enseña a vivir el dolor aceptando
la realidad de la vida con confianza y
esperanza, colocando el amor de Dios y del
prójimo también en el sufrimiento: el amor
trasforma cada cosa”.
62.
…“quisiera recordar con ustedes una de las
Bienaventuranzas: ‘Bienaventurados aquellos que
lloran, porque serán consolados’. Con esta palabra
profética Jesús se refiere a una condición de la
vida terrena que no falta a nadie. Hay quien llora
porque no tiene salud,
quien llora porque está solo o es
incomprendido”…
63.
“Los motivos del sufrimiento son muchos.
Jesús experimentó en este mundo la aflicción
y la humillación. Ha recogido los sufrimientos
humanos,
los ha asumido en su carne, los ha vivido hasta el
fondo uno a uno. Ha conocido todo tipo de
aflicción,
aquellas morales y aquellas físicas: ha
experimentado el hambre y el cansancio, la
amargura de la incomprensión,
64.
Sin embargo, “diciendo ‘bienaventurados aquellos
que lloran’, Jesús no pretende declarar como feliz
una condición desfavorable de la vida.
El sufrimiento no es un valor en sí mismo, sino una
realidad que Jesús nos enseña a vivir con la actitud
justa”.
65.
“De hecho, existen formas correctas y formas
equivocadas de vivir el dolor y el sufrimiento. Una
actitud equivocada es aquella de vivir el dolor de
forma pasiva,
dejándose llevar con inercia y resignación.
También la reacción de la rebelión y del rechazo
no es una actitud justa”.
66.
“Jesús nos enseña a vivir el dolor aceptando la
realidad de la vida con confianza y esperanza,
colocando el amor de Dios y del prójimo también
en el sufrimiento:
el amor trasforma cada cosa”….
67.
“…El beato Luigi Novarese, decía siempre:
‘Los enfermos deben sentirse los autores del
propio apostolado’. Una persona enferma,
discapacitada, puede convertirse en apoyo y luz
para otros sufrientes, trasformando así el ambiente
en el que vive”.
68.
El 18 de mayo dijo al presidir el rezo del Regina
caeli:
“hoy la lectura de los Hechos de Apóstoles nos
muestra que aun en el comienzo de la Iglesia
emergen las primeras tensiones y disensiones. En la
vida, los conflictos existen,
el problema es cómo se afrontan”.
69.
“Hasta ese momento la
unidad de la
comunidad cristiana
había sido favorecida
por la pertenencia a
una etnia y cultura, la
judaica. Pero, cuando
el cristianismo, que por
voluntad de Jesús está
destinado a todos los
pueblos,
se abre al ámbito
cultural helenista –
griego – llega la falta
de esta homogeneidad
y surgen las primeras
dificultades”.
70.
“en ese momento,
serpentea el descontento,
hay lamentaciones, rumores
de favoritismos y trato
desigual –esto sucede
también en nuestras
parroquias -.
La ayuda de la comunidad
a las personas necesitadas -
viudas, huérfanos y pobres
en general -, parece
privilegiar a los cristianos
de origen judío, con
relación a los demás”.
71.
Ante este conflicto, “los Apóstoles toman las
riendas de la situación: convocan una reunión
ampliada también a los discípulos, debaten juntos
acerca de la cuestión, todos.
Los problemas, en efecto,
¡no se resuelven fingiendo que no existen!”.
72.
“Y es hermoso este debate sincero entre los
pastores
y los otros fieles. Se llega por lo tanto a una
subdivisión de tareas. Los Apóstoles presentan una
propuesta que todos aceptan: ellos se dedicarán a
la oración y al ministerio de la Palabra, mientras
siete hombres, los diáconos,
se encargarán del servicio en las mesas para los
73. “estos siete no son elegidos porque eran expertos en
negocios, sino porque eran hombres honestos y de
buena reputación, llenos de Espíritu Santo y de
sabiduría;
y son constituidos en su servicio mediante la
imposición de las manos de parte de los Apóstoles”.
74.
“Y así, de aquel malcontento, de aquella queja,
de aquellos rumores de favoritismos y trato
desigual,
se llega a una solución. Confrontándonos,
discutiendo y rezando: así se resuelven los conflictos
en la Iglesia. ¡Confrontándonos, discutiendo y
rezando,
con la certeza de que los chismes y los celos nunca
podrán llevarnos a la concordia, a la armonía o a la
75.
“Fue también allí, que el Espíritu Santo coronó este
entendimiento y esto nos hace comprender que,
cuando nosotros nos dejamos guiar por Espíritu
Santo,
Él nos lleva a la armonía, a la unidad y al respeto
de los diversos dones y talentos”. “¿Han
entendido?...
76.
¡Nada de chismes! ¡Nada de envidias!
¡Nada de celos! ¿entendido?”.
“Que la Virgen María nos ayude a ser dóciles al
Espíritu Santo, para que sepamos estimarnos
mutuamente
y converger cada vez más profundamente en la fe
y en la caridad, teniendo el corazón abierto
a las necesidades de los hermanos”.
77. En twitter dijo:
Leamos el Evangelio, un poco todos los días.
Así aprenderemos a vivir lo esencial:
el amor y la misericordia
78.
Pidamos al Espíritu Santo la gracia de tomar
decisiones concretas en nuestra vida de acuerdo a
la lógica de Jesús y de su Evangelio.
79.
Nuestra meta como cristianos es configurarnos
cada vez más con Jesús, que es modelo para
nuestra vida
80.
El mes de mayo, dedicado a la Virgen
María, es un momento oportuno para
comenzar a rezar el Rosario todos los
días.
81. Si deseas recibir mails, relacionados con
la Iglesia: que contienen diapositivas,
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con el título suscripciones.
Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor
a Jesús.